Conferencia Pedro Ramirez Vazquez

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Conferencia de la catedra Luis Barragan

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  • Revista de Humanidades: Tecnolgico de MonterreyInstituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de [email protected] ISSN (Versin impresa): 1405-4167MXICO

    2006 Pedro Ramrez Vazquez

    CONFERENCIAS DE LA CTEDRA LUIS BARRAGAN. CONFERENCIA MAGISTRAL

    Revista de Humanidades: Tecnolgico de Monterrey, nmero 020 Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey

    Monterrey, Mxico pp. 202-216

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

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    La conferencia magistral de PedroRamrez Vzquez fue leda el 3 deoctubre de 2005 en el Auditorio LuisElizondo del Tecnolgico deMonterrey con motivo de la XIIedicin de la Ctedra Luis Barragn.Por su parte, la conferencia de Miguelngel Roca se realiz el 3 de abril de2006 en el Auditorio Luis Elizondo,en el marco de la XIII edicin de lamisma Ctedra.

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    Pedro Ramrez Vazquez

    rimero, pues, mi reconocimiento tanto a esta ejemplarinstitucin de enseanza que es el Tecnolgico de Monterrey,

    como a la Ctedra Luis Barragn.Mi ms grande inters es el saber que a la mayor parte de quienes

    estn aqu, en forma obvia, les interesa la arquitectura, por ser maestrosen esta disciplina, por ser profesionales en el ejercicio o por serestudiantes. No pretendo dar ningn tipo de ponencia sobre uno delos mltiples aspectos que tiene el ejercicio de nuestra profesin.Quisiera, despus de una explicacin breve, que esto sea solamenteuna conversacin con todos ustedes. Por eso me interesa muchsimoel escuchar no slo las opiniones que les hayan surgido al conocer oal enterarse de alguna de mis acciones profesionales, algo que lesinquiete de por qu se hizo, cmo se hizo, qu resultados ha tenido opienso yo que ha tenido, y tambin, pues, otros aspectos en queustedes piensen que una opinin ma pueda serles de utilidad.

    Quiero, fundamentalmente, tener una conversacin con ustedes.No dudo de la libertad de apertura que tenga la respuesta de ustedesporque, aun cuando s que provienen de varias universidades, sque los regiomontanos siempre hablan directo y preciso. Eso meayudar a dar respuesta a los comentarios que puedan surgir sobre loque ya han conocido por la presentacin que generosamente hizo eldoctor Ramn Vargas acerca de mi obra.

    Solamente deseo hacer una primera intervencin para que puedantener una idea ms clara aunque no acerca de la norma, s acerca delhbito para construir y realizar obras de diversos tipos. Desde luego,es obvio que, conocindolas, encuentran ustedes que son obras que,de alguna manera, siempre han sido de servicio muy claro para laeducacin y, aparte de la educacin, siempre han estado orientadasal servicio colectivo. La mayor parte de la obra que he tenidooportunidad de realizar es para su uso colectivo y eso es lgico porqueconsidero que la arquitectura y el urbanismo son simplemente

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    actividades para servir a grupos, a grupos con un propsito lo mismoreligioso que de recreacin o de aprendizaje. En la mayor parte de miobra, he tenido ese objetivo, que est de acuerdo con lo que pienso, ycon lo que la mayor parte de ustedes saben, que la arquitectura esuna disciplina de servicio. Lo que se hace es para servir a alguien opara servir a muchos, pero, fundamentalmente, es de uso colectivo.

    La arquitectura se vive, se habita, se usa, no es slo fotografa. Esfrecuente que la arquitectura, conocida a travs de las revistas y demagnficos fotgrafos, sea ms hazaa del fotgrafo que del arquitecto.De todas las obras arquitectnicas surgen opiniones vlidas sobre sieran necesarias o no; por ejemplo, si cumplieron con su objetivo ono, y cmo se realizaron. Se trata del Museo Nacional de Antropologa.

    Como todo, la arquitectura, la verdadera arquitectura, no nace conlos primeros bocetos, ni con los primeros anlisis grficos que se vanhaciendo. Es producto de una serie de circunstancias que son pococonocidas y que hacen que se distorsione un poco ese tipo dearquitectura. Ustedes habrn escuchado o ledo, alguna vez, que elMuseo de Antropologa se construy en 19 meses. Eso es cierto. Desdeque pusimos el primer pilote, el da de la inauguracin, hasta la totalinstalacin de sus colecciones y servicios, fueron 19 meses; pero nose menciona que antes de esos 19 meses se hizo un estudio de tresaos. As trabajaban Don Jaime Torres Bodet y el presidente LpezMateos. Es una obra que refleja esa extraordinaria generacin degobierno que Mxico tuvo.

    Lpez Mateos, presidente culto, con una formacin autnticamentecultural y democrtica, forjado como joven vasconcelista. Lageneracin que form Jos Vasconcelos, al no ser ste gobernante, sedispers, se refugi en la enseanza. As, por ejemplo, en lasecundaria 4, en Mxico, mi maestro de historia general era CarlosPellicer; maestro de espaol y de literatura, Salvador Novo; dematemticas, Sotero Prieto y Npoles Gndara; de botnica y zoologa,Maximino Martnez. En esa poca en que, por la lotera, pienso yo,me toc nacer, pude disfrutar y captar la enseanza integral de esageneracin. Y fue Carlos Pellicer el que me orient a la arquitectura.Pero no con lecciones de arquitecto. Simplemente en la ltima clasecon que cerr el curso, quiso recordarnos que una de las races bsicasde nuestra civilizacin es la cultura helnica, y nos hizo, en aquella

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    ocasin, una descripcin muy clara, muy viva de la vida ateniense enla Acrpolis, de su forma de vida, de su libertad, de su principio dela democracia. Pero sus expresiones fueron tan vivas, que nosensearon a ver que los espacios construidos, la arquitectura, eransimples formas de convivencia, de convivencia colectiva. Pero nonos hablaba de estudios, ni de materiales, ni de las expresionesplsticas del mrmol blanco, sino de cmo viva la poblacin ateniensea travs de esos espacios. De ah me qued grabado que una funcinbsica de la arquitectura es la convivencia. El usuario es quien le davida al espacio. La arquitectura se vive, se habita, se usa, no slo sefotografa.

    No es muy buena leccin ver los catlogos de arquitectura de lasrevistas, en las que slo se muestra el resultado formal de un granobjeto urbano, pues no se analiza por qu fue necesario hacerlo, porqu le daba motivo al arquitecto para pensar que su actividad no selimitaba a sus bocetos y a sus trazos en un papel, aunque, ahora, enuna computadora que, en muchos aspectos de la composicin esmenos til que la mano hbil y conocedora, pero que, de todasmaneras, es un instrumento til para el estudio ms que para lacreacin.

    Como les deca, antes de iniciarse la construccin del Museo deAntropologa, se hizo un estudio de tres aos .

    Form Don Jaime Torres Bodet a un equipo donde estaban treintaasesores: antroplogos, arquelogos e historiadores. Seguramente vana recordar algunos nombres que han visto en libreras como autoresde algn texto. Arquelogos como Alfonso Caso, Ignacio Marquina,Pia Can y Alberto Ruz. Historiadores como el padre Garibay y MiguelLen-Portilla. Ellos eran los que nos iban informando a los arquitectosacerca de las cualidades e importancia que haban tenido todos losaspectos culturales que dominaban en la concepcin del museo.Tambin nos iban ilustrando en algunos casos en que los vestigiosque se exhiban no podan dar una idea clara de esa etapa cultural.Luego, el otro equipo, el plstico, el que haca los bocetos para ilustraral visitante, el que haca el panorama general. Fue otro aspecto de esageneracin. Fueron Rufino Tamayo, Gonzlez Camarena, de quientienen ustedes el mural de este Tecnolgico. Estuvieron, adems,Leopoldo Mndez, Carlos Mrida, Leonora Carrington y todos los

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    necesarios, precisamente, para ensearle con detalle los valores decada etapa al visitante. Por eso se seleccionaban, porque nos ayudabana comprender esas culturas o esas etapas. Por ejemplo, para el coloridohuichol, el artista adecuado era Carlos Mrida. Para mostrar loshbitats otomes a base de jarcia, pues qu mejor que un arquitectocomo Mathias Goeritz. Para mostrar todas las diversidades de lasculturas universales en la sala de Introduccin a la Antropologa,Gonzlez Camarena. En el vestbulo, para mostrar la sntesis delpensamiento prehispnico, pues qu mejor que Rufino Tamayo.Menciono a estos artistas plsticos y a aquellos maestros cientficosporque son, en realidad, quienes nos dieron el programa a losarquitectos. Nos hicieron entender cul era el propsito y latrascendencia de la obra. En la realizacin, el rea de gobierno, puesparece, ahora, como si fuera de otra poca ms lejana o de otro pas.

    Les repito, Lpez Mateos, presidente culto, Torres Bodet, poeta,literato extraordinario, tan gran educador que fue director internacionalde la UNESCO, es decir, secretario de educacin del mundo. Unregente en la Ciudad de Mxico como Ernesto Uruchurtu, de servicioreal, de servicio a la poblacin que en esa poca habitaba nuestracapital. se fue el equipo que nos ense a concebir la funcionalidaddel edificio que se tendra que hacer. En lo tcnico, la generacin delos ingenieros Flix y Oscar de Buen, de arquitectos como RicardoRobina, Rafael Mijares y 55 ms, porque tuvimos 25 salas que proyectar.Cada sala tena su arquitecto responsable, su musegrafo responsable,su especialista responsable en iluminacin, en clima, en todos losaspectos fsicos. Fueron tres aos en que cada ocho das el presidenteLpez Mateos, cuando estaba en Mxico, asista a ver cmo segua laobra. Don Jaime Torres Bodet se reuna con este equipo una o dosveces a la semana. As aprendimos los arquitectos lo que deba ser elMuseo de Antropologa. Tres aos en los cuales se visitaron cincuentay ocho museos importantes en el mundo, llevando un anlisis, unamatriz de qu era recomendable, de qu veamos como acierto y quveamos como problema a evitar. En una tarea muy precisa, RicardoRobina visitaba esos cincuenta y ocho museos vindolos slo en suaspecto de institucin educativa, de investigacin, de conservacin,de restauracin. El arquitecto Jorge Campuzano se dedicaba a ver los

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    equipamientos, la cantidad, la calidad, el tipo, el control de clima, deaire acondicionado, de seguridad, etc.

    El arquitecto Rafael Mijares menciona todas esas observacionespara concebir posteriormente los espacios. A m me tocaba visitar losmismos 58 museos desde su aspecto de funcionalidad. Muchas vecesse piensa qu dejaron, realmente, esas visitas para la realizacin delmuseo. Les voy a relatar unas cuantas experiencias. Al visitar el Museodel Louvre, veamos que en la quinta sala se encontraba la Gioconda.Llegaba el tour directamente a la sala cinco, donde estaba la Gionconda.Para ello cruzaban e interrumpan al pblico de las otras cuatro salas;vean precipitadamente la Gioconda, la retrataban y salan, otra vez,interrumpiendo las cuatro salas. Y el autntico conocedor interesadoque visitaba el museo, pues, el primer da visitaba siete salas y cuandoquera regresar a la octava, volva a atravesar las otras sieteinterrumpiendo a todo mundo. Esto no se debe hacer y esto lo venreflejado en el Museo de Antropologa.

    Se puede llegar directamente a la sala de inters sin cruzar niinterrumpir a las otras; se puede visitar las salas una por una, deforma aislada o, si se quiere, en un circuito continuo, aunque estorequiere ms tiempo. Eso lo aprendimos en el Louvre.

    En el Vaticano, la sala larga, obviamente no la Sixtina, es una zonalongitudinal mucho muy extensa y cada sala se comunica con unapuerta al centro que hace, desde que se entra a la primera, que setenga el impacto de todo lo que se va tener que ver y ya se quita laatencin cuando hay una pieza interesante y se la quiere ver concuidado; pero, emocionalmente, se tiene la presin de todo aquelloque todava falta por recorrer. Ah aprendimos que cada sala, en cadauno de sus ambientes, se vaya viendo por partes de acuerdo con elguin, sin sentir la presin de todo lo que nos falta ver. Eso nos lleva la distribucin bsica en la museografia, lo cual aprendimos en elMuseo Vaticano.

    En la Galera Pitti de Florencia exhiban, entonces, tal profusinde cuadros valiosos que los tenan desde el zoclo hasta el plafn ensalas muy altas que obligaban a alquilar prismticos para poder verlas pinturas que estaban hasta arriba. Y as, sala por sala. En la terceraestaba yo tan agobiado que le dije a mi seora, que siempre meacompa, ya vmonos. Y como respuesta clsica de seora exigente

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    me dijo, cmo que ya vmonos, si a eso vienes. En tal sala, cuatrocinco despus de sta, hay otra pintura de Boticcellli. Saba que meagradaba Boticelli; mira, aunque est Boticcelli pintando, yo ya mevoy. Me di cuenta que lo que senta era agobio por la visita al museo.No haba habido una sola ventana, no haba habido un solo espaciopara comentar, para seguir viendo con inters tanta riqueza artstica.Ah aprendimos que las salas deben aislarse y el contenido debedosificarse; tratar lo bsico y no tratar de agobiar con demasiadosejemplos. As fueron muchas de las enseanzas.

    Se acababa de inaugurar entonces, en Roma, el Museo Etnolgico.Empezaba el uso del acero inoxidable y de los acrlicos. Obviamenteabundaban las soluciones extraordinariamente diseadas, diseoitaliano de la poca, en donde estaba el contenido del Museo. Erantan impresionantes esos diseos de vitrinas que me fui tomandobocetos de cada una. Y como en la quinta sala, donde segua yohaciendo mis dibujitos, me dijo mi seora, Te interesan muchoestas vitrinas, verdad?, S, le dije. Mira qu calidad de diseotiene el uso de estos materiales. Y me hizo una pregunta sangrienta:S, y qu tienen adentro?. Me qued pensando; tena toda la razn.El diseo de la vitrina absorbi todo mi inters. Lo que hice fuedestruir mis dibujitos y llegar a la conclusin de que la mejor vitrinaes la que no cuenta, es la que no se ve. Lo importante es proteger elcontenido.

    Y as fue, detalle por detalle, para lo que sirvieron esa matriz deestudio y esa visita a 58 museos. Todo eso se llev tres aos.

    El momento en que ya la capacidad econmica del gobierno lopermita, pregunt don Jaime Torres Bodet al Presidente: Bueno,ya nos autoriza usted a construirlo?. El Presidente estaba totalmenteconvencido porque toda esa investigacin la haba vivido cada ochodas. Y no slo l, sino tambin Torres Bodet, Ortiz Mena, Secretariode Hacienda y el Jefe de Gobierno del D.F.

    As se gener esa obra. Por lo tanto, ya fue fcil subir el switch yempezar a trabajar y terminar en diecinueve meses.

    S que lo viv y es bonito relatarlo, pero tambin estoy conscientede que esa formacin, esa calidad de equipos y esa calidad de gobiernono son frecuentes. Ahora, si no hubiera crecimiento en el gobierno,s es responsabilidad del arquitecto profundizar y armar equipos de

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    consulta como los que se hicieron entonces. Ya de ah se deriv todolo dems. En cuanto a la ubicacin, ah no haba rboles. Ese terrenoenorme era el club de tenis y de frontn del sindicato de la Secretarade Transporte, de manera que no se sacrific un rea verde. El accesono se ubic, como hubiera parecido importante para algn arquitectohacerlo, sobre la avenida Reforma, para que se vea la fachada. Esohubiera inhabilitado la vialidad fundamental de la ciudad, que es elPaseo de la Reforma. Por eso se pens hacer el acceso lateral sobre laavenida Gandhi, para no alterar, con la presencia del museo, esa vatan importante. Y se hizo lateralmente, con su propia plaza de acceso.

    En una de las visitas del Seor Presidente Lpez Mateos, ya muyavanzada la obra, le hice este comentario: Mire usted, ya nointerrumpimos Reforma, pero al meterse ahora a la avenida Gandhi,frente al museo, todo visitante se retrata o quiere una fotografa delmuseo y va a tener primero los autobuses de las agencias de viajes.Lo adecuado sera que ese tramo de la avenida Gandhi lo hiciramospor abajo, hiciramos el paso vial por abajo y dejar libre el acceso. Yme dijo: S, es buena idea, pero lo que usted quiere es mspresupuesto. no?, Pues s, s quiero ms presupuesto. Haba talcoordinacin de gobierno que me dijo: Bueno, mire, maana lunesse atraviesa usted, porque a una cuadra viva el Lic. Ortiz Mena,Secretario de Hacienda maana lunes se atraviesa usted al desayunoy se lo plantea a Ortiz Mena para que lo podamos hacer. A los dosdas de haberlo comentado con el Secretario de Hacienda, la partidapara la obra del Museo ya estaba depositada en nuestra cuenta. Conesa agilidad de trabajo, con esa comprensin mutua de todas lasautoridades, con el apoyo de los historiadores y de los cientficos,con el apoyo de los artistas plsticos, entonces, el museo se pudohacer en esos diecinueve meses, con esa calidad que es la que haceque la arquitectura pueda ser vigente, la calidad de ejecucin.

    Hace uno o dos meses cumpli cuarenta aos. Cuarenta aos porlos que han pasado ya unos 30 35 millones de visitantes. Es esta readel arquitecto: pensarlo as, en funcin del usuario y del visitante,porque en un museo hay dos personajes que atender, el visitante queva a conocer nuestro pasado y otro protagonista que son los vestigios,los testimonios, lo que nos queda de esas pocas. Y hay que respetara los dos, a los dos personajes. Al que se visita y al que es visitado.

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    Ese ejemplo, en escalas diferentes, en tiempos distintos, ha sidola leccin ms clara que he tratado de seguir en mi ejercicio profesional.Esta obra es la que me da la posibilidad de esa expresin de cmo seconfunden tres generaciones de tcnicos, historiadores, de sabios yde gobierno.

    Creo que ese ejemplo general les puede dar idea de cmo,siguiendo ese mismo sistema en grados diferentes, se dio laoportunidad de trabajar con esa acuciosidad, al mximo, en muchasde esas obras que han visto en las imgenes.

    sa es la introduccin que quera yo, por ser la obra que msfcilmente se ejemplifica. S que, si todava no la han conocidodirectamente, cuando lo hagan, van a identificar cmo cada espaciotena un trabajo anterior de una gran amplitud.

    Ahora, despus de esta digresin, me interesa entrar en laconversacin que les ofrec. Sera ms fcil si hubiera ms luz paraverlos, para no ser escenografa de un acto, sino mbito de verdaderaconversacin y vernos de frente y platicar.

    Quisiera or sus preguntas, sus inquietudes, sus comentarios,sus juicios, porque en todas las obras hay razones que, para algunosde ustedes, es necesario conocer. Me gustara orlos y escuchar lafranqueza de los regiomontanos, para empezar por ah.

    Sesin de preguntas y respuestas

    Arquitecto, cmo surgi la idea de hacer un techo sostenido

    por una sola columna, en el Museo Nacional de Antropologa?

    Es una pregunta frecuente. A veces, por ser claro y directo, mirespuesta puede sentirse como descoln, como mala respuesta. S,alguien alguna vez me pregunt: Cmo se te ocurri el paraguas?Le dije: Mira, no soy ocurrente, no se me ocurri, me result. Ycmo me result? Pues, porque veinticinco salas de museo van atener que visitarse libremente, como les explicaba; nos da un granespacio central que, como gran patio, es normal, es frecuente, noslo en la arquitectura mediterrnea que heredamos, sino tambin enla arqueolgica, en la que exista el gran espacio de uso colectivo. Nodigamos en Teotihuacn, pero en Uxmal y en todas partes lo hay. La

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    solucin es un gran patio para que los grupos visitantes se manejenlibremente, sin perder su idea de grupo, pero que no se nos agobie elespacio y parezca entrada de aeropuerto. Ese espacio necesita manteneruna gran libertad de trnsito para grupos importantes y cada uno vapor su parte. El patio va a funcionar, pero en poca de lluvias vamosa tener que ir pegados a la pared para no mojarnos y se rompe esalibertad de movimiento que queremos tener. Siguiendo unrazonamiento infantil: si cuando llueve me pongo un paraguas, meprotejo con l, entonces vamos a proteger ese espacio con un paraguas.Que resulta muy grande? Bueno, s, el espacio es muy grande. Pero,adems de que se siga viendo ese espacio protegido, nos permitaseguir viendo el bosque, y seguir viendo el cielo. Por lo tanto, lacubierta de ese espacio hay que elevarla para que sigamos viendo elcielo y sigamos viendo el parque. Todas las salas tienen siempre ungran ventanal hacia el jardn en donde a veces contina la exposicin.Eso era parte del aprendizaje de la visita a la Galera Pitti: que lagente al entrar al museo no se sienta capturada por un edificio. Alentrar al Louvre, al Museo del Hombre en Pars, a cualquier viejaconstruccin de la arquitectura antigua que tiene su puerta centrada,al Prado, el visitante entra y ya est capturado por el museo, ya estencerrado en el museo. Eso no pasa en Antropologa, porque en cadasala tenemos siempre vistas y salidas al jardn. Y en el gran espaciocentral tenemos la vista del cielo, porque el techo se levanta comopaloma para dejar ver el cielo arriba de las galeras de las salas, sesigue viendo libre. El que va a Chapultepec a gozar un da abierto yde campo no se va a tropezar con el museo para verse encerrado; setropieza con el museo el que va de da de campo y fcilmente percibela facilidad de entrar. Toda la fachada es abierta, totalmente acristalada,para que no haya nada que limite al visitante o lo cohba para entrar,puesto que las taquillas y los servicios estn adentro. Entonces, elpaseante puede entrar libremente. Ahora, en poca de asaltos, tambindentro de esa libertad estn las cabinitas de control, pero sigue siendoabierto y libre. Al hacer la cubierta en esa forma, para dejar la vistadel cielo, estamos en una zona boscosa y en otoo va a haber muchahojarasca, vienen las lluvias, la bajada, en mantenimiento burocrticova a estar tapada, y entonces tendra yo que captar ah una cantidadde agua para la cual no est calculada la cubierta. Hay que dejarle

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    cada libre; entonces, al centro, se abre la estructura, te deja pasar ycae el agua. Y si por ah va a caer agua en poca de lluvias, pues,vamos a acostumbrarlo a que eso va a seguir pasando y aprovechamosas el mantener ah un recuerdo del ambiente exterior de laconstruccin prehispnica, vamos a volverlo fuente. Ya que en la partede abajo, para la cimentacin de la columna que tiene la cubierta, hayun cubo enorme que es una cisterna, pero que a la vez es la raz enque se apoya ese dado para la cubierta. Es un rbol. La columna, elfuste y, abajo, ese dado de concreto pesan lo mismo que pesa toda lacubierta y est equilibrada. Entonces, en realidad, es igual que unrbol: la fronda, el tronco y las races. Constructivamente, era la tcnicaque podamos tener en la poca. Se construy con unas impresionantesarmaduras de acero. Seguramente, en la tecnologa actual del acero yde las armaduras, esa misma solucin se podra hacer ms ligera enpeso y en costo, pero estbamos en el 64, hace 40 aos. Y as se hizo elparaguas del museo. De todos esos anlisis, as nos result el museo,pero nunca pensamos: qu tal si nos echamos un paraguotas aqu.Ya no fue conversacin de taller de arquitectos, de a ver qu se teocurre; no se nos ocurri, nos result.

    Nos podra comentar cmo fue el traslado de Tlloc desde el

    pueblo donde se encontr, Cuatlinche, al Museo Nacional de

    Antropologa e Historia?

    El Tlloc que se puso en el Museo de Antropologa e Historiaresult de dos propuestas surgidas de ese gran comit de apoyo delprograma. El Museo va a ser muy visitado, pero queremos que elMuseo salga a la calle; que, ostensiblemente, en la forma exteriorhaya un gran vestigio arqueolgico que ya, digamos, anuncie o bienincite al visitante a ir, a entrar al Museo: se pens en una gran estelamaya que bamos a traer de Campeche, de la zona de Edzn, pero losanlisis tcnicos nos hicieron ver que era una piedra caliza que en elclima de la ciudad de Mxico se iba a afectar mucho: no erarecomendable. Haba que buscar alguna gran pieza que fueraprecisamente del mbito y clima de la Ciudad de Mxico. sa fue unarecomendacin del propio Lpez Mateos cuando supo que no eraconveniente traer la gran estela maya y que necesitbamos traer una

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    pieza, si no basltica, s de la misma textura y densidad de lacantera del rea nhuatl. Y nos dijo: En mi poca de excursionista viun gran monolito que no est terminado, cerca de Chapingo, en lapoblacin de Cuatlinche. Lo coment con Alfonso Caso y con RicardoRobina. Fuimos, y segn el clculo inicial, clculo de arquitecto,dijimos que eso deba de pesar como 40 toneladas, que era mucho yque no lo podramos llevar. La realidad fue que, al hacer el anlisis,los ingenieros nos dijeron que pesaba 60 toneladas como mnimo,que estaba enterrado y que todava tena abajo un espoln. Llevarlo alMuseo de Antropologa e Historia sera difcil, se necesitabanplataformas especiales y todas esas cosas. Al conocerlo en una deesas reuniones, todos los historiadores y dems especialistas nosdijeron que s era representativo, muy importante y simblico tenerloen el Museo, no como dios o diosa del agua sino como un vestigioteotihuacano que, por alguna razn, no se termin, pero que tendraun valor arqueolgico y as nos organizamos para llevarlo. En laorganizacin surgieron, como es natural, los inconformes, los que sehacen su propia imagen para rechazar algo, sobre todo, cuandopiensan que es obra del gobierno. Y tuvimos objeciones muy seriaspor parte de la poblacin que invent necesidades que no estbamosatendiendo o que estbamos agrediendo. Decan: Eso que harn esquitarle un inters al turismo de Cuatlinche. El turismo de Cuatlincheera una seora con una cubeta de refrescos que iba cada ocho das.Pero an as, la prensa se ocup de exagerar el problema y de animarel rechazo para llevar el Tlloc al Museo de Antropologa e Historia.Las instrucciones del presidente Lpez Mateos fueron muy claras:No vamos a contaminar una obra tan importante como el Museocon un problema social que realmente no existe; as que o lo traen enpaz o realmente no lo traemos: vaya y convnzalos. Toc ir a hablarcon la poblacin de Cuatlinche, que eran 65 familias, para convencerlasde que no se opusieran y que lo pudiramos llevar. Es algo querecuerdo con un gran afecto porque en muchos sentidos hubo muchaslecciones. Se hizo una reunin de las 65 familias, presidida por unmaestro rural, Don Plcido, a quien todos respetaban por haber sidomaestro de todos y me dijo: Explquenos por qu se lo quieren llevar.Le hice una explicacin del valor que tena como vestigio importantede la gran cultura nhuatl, de la cual todos ellos eran descendientes,

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    y el gran valor que tendra eso era que lo conocera toda la poblacinde Mxico y los turistas extranjeros que iran. No s qu tanto fue,hablando en trminos de estudiante; todava no me haba alejadomucho de la escuela. No s qu tanto dije en mi rollo que se hizo ungran silencio; termin en la total ignorancia de qu respuesta iba atener. Entonces, el maestro Plcido me dijo: En esa construccinnhuatl tan interesante, creo que ests en razn y, dirigindose a lapoblacin, se volte y les dijo: Miren la piedra, as le decan al Tlloc,es como el pasto de la laguna, el pasto de la orilla y el pasto delcentro de la laguna son pasto de la misma laguna. Me quedextraado, y la respuesta de quien era lder fue: Te lo puedes llevar.En nhuatl, en una construccin con base en parbolas, semejante alhebreo, lo que les dijo fue que todo era Mxico: el pasto de la orilla yel pasto del centro era pasto de la misma laguna. As que llevar elTlloc no fue un problema tcnico, sino social, y descubrir el gransentido de respeto que le tiene la poblacin nhuatl a sus vestigios.As fue como fue el Tlloc a la Ciudad de Mxico.

    Qu es lo que principalmente hace falta en las ciudades de

    Mxico, en este momento, desde el punto de vista arquitectnico?

    El problema no es de este momento, es un problema circular yste es el centralismo. El centralismo nos trae consecuencias desde lapoca prehispnica: el centro de poder, el centro econmico; viene elVirreinato y sigue siendo el mismo problema de la concentracinque sigue creciendo porque, a travs de las distintas formas degobierno, todo el atractivo y toda la economa, y toda la cultura ytoda la salud se concentran en las posibilidades de un lugar y as vacreciendo este centralismo. No slo se habla de un centralismonacional, sino tambin del centralismo regional, porque la gente nocambia de su hbitat natural en el que han nacido y han surgido susgeneraciones simplemente por gusto o porque ya no les gusta el lugaren el que viven. No. Buscan la salida que requieren, buscan mayorsalario, mayor ingreso, mejor educacin para sus hijos, mejor saludy en donde eso se da es en la ciudad grande ms cercana. Es elcentralismo, nacional o regional, el que crea o propicia estos grandescrecimientos. Como el gran acicate, el gran atractivo ha sido la capitalde la Repblica, aunque ahora hay muchas universidades fuera; pero

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    antes haba slo una preparatoria y se llamaba la Escuela NacionalPreparatoria, la que estaba en San Ildefonso, donde tuve la fortuna deestudiar; pero era una escuela nacional preparatoria. As eran todoslos atractivos, as se produjo y se siguen produciendo, por causa delcentralismo, las grandes concentraciones. Tambin Monterrey tienesu buen centralismo regional y tambin atrae a la gente de alrededor;se resuelve un problema y se crea otro ms grande. En la Ciudad deMxico, cuando llevamos el agua de Lerma como habitantes, nocomo tcnicos responsables, se vio afectada toda la gente que vivade la agricultura, actividad que les daba esa agua y su forma de vidaall. Se acab, pues, Lerma; slo existe como leyenda. Algo semejantese tuvo, no tan lejos de aqu, cuando se hizo la presa cerca de Linares(Cerro Prieto). Ah tuve la oportunidad de hacer esas observaciones.S, le vamos a llevar ms agua a Monterrey, del rea de Linares, peronos vamos a llevar junto con el agua de Linares a su gente, a la quevan a tener que darle en Monterrey vivienda, escuelas, salud, todo.Vamos a hacer crecer Monterrey, vamos a satisfacer la necesidad deagua, pero a Linares le vamos a quitar un factor de vida muyimportante. Entonces, yo no lo veo como el acueducto de Linares: esun genteducto, no es un acueducto. Igual nos ha pasado en la Ciudadde Mxico, en otra proporcin como todo, pero la realidad es que laconcentracin de soluciones en un lugar nos trae el empobrecimientode otra. Un reportero, quien comentaba que es frecuente que algunosde ellos pretendan que en una respuesta de banqueta les d uno laconcentracin de todo un curso profesional, me dijo: Arquitecto,cul es una solucin, usted como urbanista, una solucin clara,inmediata, fuerte, que pudiera aplicarse para reducir este granproblema de una ciudad de 20 millones de habitantes?, cmo sepodra resolver? Le contest: Muy sencillo, djennos solos a loschilangos, regrsense a sus lugares todos y, entonces s, la ciudadnos sobra. Es el centralismo, es la concentracin de los atractivosdel nivel de vida lo que hace que la poblacin se disperse con laconsecuencia de que, de la caracterstica que tenamos como pas depoblacin rural mayoritaria, rpidamente pasamos a la de poblacineminentemente urbana. El problema seguir mientras no seintensifique la descentralizacin que s est en proceso, pero que esun proceso lento. Cunta poblacin estudiantil de la Repblica ha

    Conferencia Magistral

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    venido a Monterrey a recibir la magnfica enseanza del Tecnolgicode Monterrey porque no la tiene en su lugar. En los ltimos aos sse han creado varias escuelas superiores politcnicas, universidades,que poco a poco satisfacen esas necesidades en cada lugar y permitengenerar sus propia generacin de gente preparada para salvar su propiaregin. Cada estado que crea nuevas universidades est asegurandouna riqueza humana futura que les va a permitir desarrollarse conmayor equilibrio. El problema se va atenuando en la educacin, en lasalud; todava no en la economa, en la posibilidad de empleo. Elmejor remedio para evitar la concentracin es el empleo. Sonreflexiones que se hacen cuando se es estudiante y en las que seinsiste cuando uno es maestro. Situaciones con las que, de acuerdocon nuestro pasado histrico que sigue vigente, nos tenemos queresignar; estamos en el proceso de desarrollo del pas; en la medidaen que se superen se atenuarn esos graves problemas. Es un temainacabable, pero me gusta que lo hayan tocado.

    Pedro Ramrez Vzquez