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8UN IVERSIDAD DE MEXICO
I"les ROl/laim. Les CréaleutS. Jlol.XII de Les Hommes de Honne Volonté.
Quand il l'élabore, la 1Jerfectionne, la.,"ectifie, c'est sans a.UCUIl- éga.rd pour uneopinioll- quelconque. Le travail fini, ilpose Sll loi devlInt l'hulllanité: qu'el/e enveuil/e, ou n'en veuille 1)(/05, c'est /o"t lUlo
E PUl' si Illuove.
EN TODO EL MUNDO se celebra con
reuniones, conferencias, publicaciones, etc., el centenario de la 1~
edición de El oTigen de las especies. LaSociedad Mexicana de Historia Naturalha declarado 1959 "Año de Darwin", organizando a su vez una serie de conferencias sobre temas "darwinianos", y laUniversidad se dispone a lanzar en estemes una nueva y fiel edición en castellano -que buena falta hace- del famoso libro.
Ya con anterioridad, v ahora naturalmente por las mismas r~zones, pero conmayor abundancia, surgen libros en losque se "exalta" la p(~{sonalidad de Charles Darwin llegándose en algunos casoscasi al mismo (~rrGt que comete BlancoMoheno en su CTónica de la RevoluciónlIifexicana y que t<in acertadamente señala L. Villoro (ver El EspecladoT, vol.1, Núm. 1, mayo 1959), esto es, pensarque "nunca el gran hombre es resultado [sino], siempre causa". Entenclámonos, Darwin recoge una cantidad dematerial verdaderamente asombrosa, loanaliza, describe e interpreta, en un momento en que las ideas evolutivas flotaban ya en el ambiente. Su libro genialsintetiza pensamientos, ideas y hechosque vienen a explicar lo hasta entoncesinexplicable. De entre todas las formasde actividad -escribía el historiadorHerbert Butterfield- la más difícil deindu~ir es el acto ele manejar el mismobagaJe de elatos que con anterioridadse ha utilizado, pero situándolos en unn.uevo sistema de relaciones al proporCionarles una estructura distinta, lo queviene a significar ponerse en una postura de pensamiento totalmente diferente". Es esto precisamente lo que hizoCharl.es Darwin al tomar la concepciónantenor -pues la había- de selecciónnatural y al terándola sólo un ápice crearesa región de cambio perpetuo (de avescon dientes, serpientes sin pies y primates que caminan en posición erecta),en que nos encontramos. o obstante,aunque la proeza de Darwin fue de primerísima magnitud, no cabe duda querecibió sugerencias, indicaciones, por llamarles así, que empezando principalmente por Lyell, fueron elaboradas porel joven Edward Blyth, 1 Y de maneracoetánea por Alfred Russell vVallace. Elpropio Darwin escribía en cierta ocasióna Huxley: "Recuerde que si yo no hubiese removido el polvo, con toda seguridad algún otro lo hubiese prontohecho."
Haciéndose eco de la célebre frase deRabelais, "Pour ce que rire est le propre de l'homme" Darwin escribió unaextensa monografía sobre La Exp¡'esiónde las emociones en el hombTe y los animales; Darwin posiblemente hubiese expresado su emoción al saber que precisamente al celebrarse los cien años de iapu?licación de El ol"igen de las especies,se ~ntenta "poner en órbita" o algo pareCido a dos monos. Se alegraría también
do Darwin recibió desde Malaya unmanuscrito de Alfred Russell WaIlacequien por su part~ había llegado hast~las c~stas .de BraSil" y que suplicaba aDarwm, SI le pareCla bien, presentarloante la Sociedad Linneana de Londres.Lyell . y ~ooker, maestros y amigos deDarwm Impulsaron a éste 3 a escribirr~pidamente un~, síntesis de lo que tema en preparaclOn.~onjuntamente fue presentado un tra
baJO de Wallace y Darwin. Sus ideas,teorías y conclusiones fueron acogidascon la natural reserva, a pesar del apoy? decidido de Hooker y Lyell, cuya opimón pesaba mucho.
Fue un año después, el 24 de noviembre de 1859, cuando surgió la 1~ ediciónde El origen de las especies.
Diversos autores se ü<>.bían ocupadocon anterioridad del problema del origen del hombre. Un siglo antes, Buffonestableció la homologa.:ión, hueso porhueso, entre el hombre v el caballo, yBelon (1555) había hecho lo mismo entre un caballo y un vertebrado. No obstante, el primero tuvo que retractarse. 4
AqueHos que se ocupan de problemas deevolución o tratan de interpretar la naturaleza son ridiculizados en más de unaocasión, como Lamarck por Cuvier o elcélebre caso del profesor Beringer querelatamos aquí entre paréntesis.
(J uan Bartolomé Beringer era profesor de Historia Natural en la Universidad de Würtzburg, y aprovechaba todossus ratos de ocio para ir en busca derestos fósiles a las canteras cercanas. Noencontró al principio gran cosa, y talvez nunca hubiese encontrado nada sino hubiese tenido la idea desafortunada de hacer partícipes de sus interesesa varios estudiantes.
A los estudiantes de Würtzburg no lesinteresaban los fósiles, y la perspectivaele salir con el profesor a buscarlos no leshizo la menor gracia, pero era el profesor y había que obedecer.
Y sin embargo, a partir del momentoen que empezaron a acompañarlo en susbúsquedas, los hallazgos se multiplicaron y el profesor empezó a encontraranimales petrificados en condicioneshasta entonces desconocidas; ranas en elmomento de la copulación, una especiede araña atrapando una mosca, pájarosraros, lagartijas y, más interesante aún,insectos de especies desconocidas.
Desbordante (le entusiasmo, Beringerperdió todo espíritu crítico. Describiósus descubrimientos en un bello volumen, que yo he tenido la ocasión de ver,aelornado con numerosos grabados. Aunque Beringer mantenía la teoría de lageneración espontánea a partir de sushallazgos, no dejaba de entrever un cierto cambio, una cierta evolución, ya quese encontraba con especies no conocidas.
El libro se leía y discutía, cuando undía, Beringer descubrió en su lugar deexcavación favorito un insecto petrificado con su propio nombre grabado.Todo había sido invención de los estudiantes que le habían modelado y cocido las "petrificaciones", escondiéndolas después donde Beringer las pudieseencontrar. Esto ocurría a principios delXVIII) .
Pocas frases más bellas y certeras quela de Pascal, "Il est dangereux de trap{aire voir a I'homme cambien iI est égaI
LAS
ORIGENDE
DEL
Por Santiago GENOVÉS T.
Charles Darwin.-Retrato de W. W. OuJes
al ver que la Cibernética "se ocupa deque máquinas reflejas pueden percibircambios en el ambiente y responder aellos. .. y por lo tanto su acción esa veces impredictible -lo que nunca dejade asombrar al lego, acostumbrado a asociar la mecánica a una determinaciónrígida-o (Ver: What is Cybemetics, de
ESPECIES
G. T. Guieland, Heineman, 1959) ". La~arck entre otros, ya se había ocupadodel iI1 flu jo del ambiente con algo másde certeza de lo que hoy en día se noshace creer.. Pues bien, no es nuestro propósitointentar rebajar ni en un ápice el mérito de Darwin, pero sí tratar aquí brevemente sobre todo de Wallace, su colaborador,. ya que por exigencias de espacio no podemos hacer lo mismo conotros precursores cuyo "Centenario" hasta cierto punto es también éste.
A título de información diremos que,como ocurre con cierta frecuencia en estos casos, si bien es cierto que el libroEl origen de las especies aparece el 24de. ??viembre de 1859 agotándose suedlClon de 1250 ejemplares en 24 horas,los trabajos originales de Darwin y Wallace habían sido presentados a la Sociedad Linneana de Zoología de Londresun año antes, el 19 de julio de 1858. 2
Lo que sucedió en realidad fue lo siguiente: Darwin había recogido unagran cantidad de material en su largoviaje alrededor del mundo en el "Beagle", sobre todo en las costas de Sudan:érica. N? obstan~e, aunque había publicado vanos trabaJOs sobre otros temasy preparaba una extensa obra sobre elorigen de las especies, no había publicado nada al respecto. Fue en 1858 cuan-
CENTENARIOPRIMEREL
UNIVERSIDAD DE MEXICO
aux betes, sans lui montrer sa grandeur",indican de manera más clara la preocupación perenne sobre lll:estras semejanzas a otros mamíferos como medio de entender los orígenes del hombre, dos siglos antes de Darwin.
Paradójicamente a primera vista, peropor la razón obvia de no ir demasiadolejos en el primer paso, Darwin paranada se ocupa del hombre en "El origende las especies". Encontramos sólo dosreferencias m,ís o menos explícitas: enla conclusión de la primera edición, dice: "Se arrojar;ín luz sobre el origen delhombre y su historia" en ediciones posteriores aiiadió "mucha" antes de "luz";en la p. 129 de la (j'.' edici<'>n, dice: "otroscreen que la forma de la pelvis de lamadre (en nuestra especie) influye porpresi<'>n en la forma de la cabeza de losniiios". N o obstante, la edición de 1250ejemplares se agota en 24 horas en granparte porque en el ambiente flota elproblema del origen del hombre (losrestos de Neanderthal, 185G) estaban endiscusión, Lyell preparaba su libro Evidelicias geológicas de la antigüedad delhum bre, Boucher de Perthes había seríalado restos culturales líticos en capasgeológicas "de gran antigüedad", etc.).
Que Darwin poseía ideas bastante definidas al respecto lo indica la Carta escrita en 1860 en la que textualmente dice: "Nuestro ancestro fue un animal querespiraba agua, poseía una vejiga natatoria, una gran cola para nadar, uncráneo imperfecto y era indudablementehermafrodita."
El origen de las especies fue objeto deatag ues de todo género debido en granparte a la extrapolación que se hizo delas ideas biológicas de Darwin al proble-'a de la formación y diversificación de
nuestra especie. Wilberforce, obispo deOxford, es tal vez el más notorio opositor y en la sesión celebrada a fines dejulio de 1860 en la Universidad de Oxford, en donde se reunieron las máximasautoridades de las Ciencias Naturales enla Gran Bretaña, para discutir precisamente sobre las teorías de Darwin -yWallace- después de una exposición deTh. Huxley, el más acérrimo y constante partidario del darwinismo, el obispo de Oxfonl se atrevi<'> a preguntarle,ante un auditorio lmís bien antidarwinista: "desearía saber si es a través de suabuclo o de su abuela por donde proviene Ud. de un mono", a lo que Huxley respondió la célebre frase de la quese han dado diversas versiones -indudablemente a causa del revuelo del ambiente-: "No me avergüenza tener unmono de antepasado, pero sí estaÍ' enconexión con un hombre que utiliza sugran inteligencia para obscurecer la verdad." Otra versión de la respuesta deHuxley es: "Si tuviera que escoger preferiría ser hijo de un humilde monoque de un hombre cuyos conocimientosy elocuencia se emplean en molestar alos que dedican su vida a la búsquedade la verdad." Fue en realidad C. Vogty no Huxley -como generalmente secree- quien, yendo más lejos acuñó lafrase: "vale más ser un mono perfeccio-nado que un Adán degenerado". .
De aquí en adelante el darwinismo vaabriéndose camino, aunque no falta incluso quien mantenga aún hoy que elH omo saj)iens es algo biológicamentesin nexos con el resto de la serie animal.
A partir de 1860 surgen cada vezmás publicaciones (Vogt, Quatrefagues,Lyell, Huxley, Haeckel, ete.) , en las
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que los principios darwin!anos se. aplican al hombre, y el propIO Darwll1 en1871 publica su libro The Descent 01Man, tema que se resistía a tratar, habiendo llegado en 1864 a ofrecer susnotas al respecto a Wallace para. quefuera éste quien abordara tan espll1osoproblema.
En honor a la verdad, y por una seriede cartas que se cruzan entre los doscoautores en 1858, se aprecia que Wallace está m,\s cerca de una interpretaciónde la evolución del hombre, tal comola entendemos hoya partir de los datospaleoantropológicos, embriológicos, ecológicos y genéticos que poseemos.
En su libro de 1864 Wallace adentraen el tiempo del origen del hombre y habla de terrenos eocénicos y miocénicos,postulando que la evolución del cerebroes tardía en relación a los miembros inferiores y superiores, lo que ha sido confirmado por los múltiples hallazgos paleoantológicos que hoy poseemos (Pithecanthropus, AlIstmlopithecus, y hastadonde sabemos, Oreopithecus bambolii) .
Wallacc no creía que existieran grandes diferencias morfológicas o evolutivas entre los pueblos "civilizados" y los"no civilizados", y sus ocho años en elarchipiélago malayo indudablemente loponían en posición ventajosa, en lo quea esto se refiere, frente a la mayoría des~s contemporáneos, incluyendo a DarWln.
Wallace señala por vez primera que,con la evolución del cerebro humano, sealtera la naturaleza del proceso de laselección natural. Sabemos que hoy estos factores culturales y de comportamiento, son materia de muy serios estudios dentro del campo de la evoluciónde nuestra especie.
Aspecto interior de la casa de Citarles Darwin
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En síntesis Wallace concebía dos etapas en la evolución de nuestra especi~.Una primera, física, en la que se adqUIría el bipedismo, la liberación de losbrazos, dentro de un proceso evolutivosimilar al que se verifica en otros mamíferos, con evolución de diversas secciones y con especializaciones promovidas por algunas adaptaciones ecológicasdel individuo; en esto coincide en líneasgenerales con lo que Darwin nos diceen El origen de las especies. Y una segunda etapa en la que se produce unaespecialización cerebral que altera a lafísica. Esto es, la naturaleza crea por vezprimera un organismo especializado cuyo propósito principal es evadir la cspecialización, cosa muy importante, puespor primera vez se concibe que un serpueda escapa~ ~e la intermin.able historia paleontologica de un ammal generalizado que se especializa cada vez más,hasta el momento en que el cambio desu nicho ecológico lo lleva a la destrucción. "Tenemos que mirar a la profundidad del pasado -decía Wallace- paraencontrar al hombre en esa condiciónen la cual su mente no se ha desarrollado aún lo bastante como para apartaral cuerpo de los influjos modificadoresexternos y la acción acumulativa de laselección natural". Escribía a Darwin:"Mi argumento es que estas grandes diferencias craneales se han ido desarrollando poco a poco, mientras que el res-to del esqueleto ha permanecido estacionado, y mientras el Dryopithecus delMioceno ha dado origen al gorila actual, el hombre sin habla y con cerebrode antropoide (pero hombre sin embargo) ha dado lugar al hombre de ce·rebro grande". G Esto, desde lue~o, esuna afirmación que no podría sostenerse in toto hoy, pero que se acerca bastante a la interpretación de los datospalean tológicos que poseemos. En 1871publica Wallace su libro T he action ofnatural selection on mano Poco se haavanzado desde entonces. A pesar delos trabajos matemáticos de Haldane,Wright y Fisher en los que se nos muestra la mecánica de los cambios de frecuencia genética, nuestros conocimientossobre selección natural en problemashumanos, no obstante, no ha avanzadomucho desde Wallace.
Dado nuestro interés por la Antropología, hemos querido hacer hincapié enlos puntos anteriores del evolucionismoy poner en relieve la figura de Wallace,modesto y solitario, sin éxito social, carente de seguidores que glosaran susobras al contrario de lo ocurrido en elcaso de Darwin o Huxley. Dada la sincera amistad científica que reinó siem-pre entre Darwin y Wallace que nuncafue nublada por el anhelo de desearopacar sus respectivas contribuciones yen la que no hay recelo científico queenmascarase dicha amistad, debemos seguir reconociendo el mérito¡'''de Wallace P ./
que en nada disminilye el genio deDarwin.
¡. ,:;
Para terminar ofreceremos en unaslíneas, y en apretada síntesis, lo quepensamos sobre el estado de los conceptos evolutivos y de selección natural enrelación a nuestra especie, a partir delos estudios de vVright, Fisher, Dobzhansky, Neel, Simpson, Huxley, etc.Aunque podrá parecer un poco complicado creemos que si se lee con detenimiento no lo es tanto, y la fecha que
Darwill.-Caricatura· del Vanity Fair
Alfred RusselI 'ValIace.-"sugerencias,indicaciones"
Th. Huxwy.-"acérrimo jHlrtidario"
UNIVERSI1lAD DE MEXICO
estamos celebrando amerita una evolución de nuestros conocimientos.
La selección natural- afecta difer.en·cialmente a distintos grup0s humanoshasta el punto de que en.' una· s@eiedadcon altos índices de matrirñtmio, los dé·biles heredan, si no la tierra, ~l menosa las viudas de los fuertes. No solamente'los fuertes no s'obreviven' necesariamente, sino que la· diferená(~:eión reproduc-·tiva estaría en favor de lbs débiles toda··v~a. en mayor gl'ado- de l~' q.ue las'-posibihdades de vida larga haríansup.oner.Las diferencias én reproductividad hanoperado siempre, aunque están ahoramás marcadas que nunca: en- f1:UIciónde las posibilidades de' reproduGcién. (alnacer, el cambio tal vez sea en direc;ciónopuesta) . Las implicaciones que pa.ra la,teoría evolutiva tiene lo anterior, hasta el punto en que están genét-icamentedeterminadas, son muchas. La fertili·dad, según parece, está genéticamentedeterminada, luego las diferencias enfertilidad son esenciales en la selecciónnatural de nuestra especie. Se ha escrito·mucho sobre determinantes cuüur.ales dela fertilidad; sobre la. forina como serefleja en diferentes grupos socio:-econ&micos y en diversas actividades. Pero· lasdiferencias dentro de un grupo son' notables y ¿cuáles son biológicas y cuálesculturales? Esto es, la pareja que sólo·quiere hoy un hijo porque ewnómicamente no está capacitada para más, ¿correspondería a los. aborígenes australianos que en el pasado mataban al restode sus hijos dejando solo uno porquecohibía su móvilidad? La selección natural en cada sociedad es un problema diferente y en muchos casos deberá estudiarse por separado.
En Estados Unidos (censo de 1940)el 11.5% de la población adulta permaneció soltera. Entre los Ashanti deAfrica o en Pakistán el 100% de la. población adulta, excepto los tullidos contraen matrimonio. Existe.. en EstadosUnidos una correlación inversa entre'educación y promedio de casamientos yen el Colegio Militar en México existeuna correlación inversa (según Romero) entre adaptabilidad del recluta yfamilia de alto nivel educativo. Es, pues,en parte erróneo pensar que la civilización únicamente salva vidas por mediode los grandes adelantos médicos. Existen nuevas formas de eliminación y selección como resultado de la civilizacióny especialmente del desarrollo industrial. Desde luego, la mortalidad infantil entre los pueblos llamados "primiti.vos" es del 500/1000 y en Estados Unidos del 30/1000. Muchos sobreviven ennuestras s?ciedades más "elevadas" queantes hubIesen muerto, pero en cambiolos diabéticos, por ejemplo, hoy se reproducen y no sabemos cómo afectanestos tipos aparentes de selección al campo más amplio de la selección naturalen el hombre. En 1897 Pearson mostraba que aun tomando en cuenta a lassolteras, que sólo una quinta o sextaparte de los individuos producían la.mitad ele la población; lo que inl;iudablemente afecta la. ,fórmu!a genética general de la poblaclOn y FIsher mantienehoy que la causa más importante decambio genético e~ civilizaciones occidentales la constituye la fertilídad diferencial. En Est~dos Unidos (19~8) el50% de las mUjeres daban el 88l){ delos niños nacidos en cada genera~iónposterior.
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El hombre de Neanderthal
Ahora bien, se dice que se ha hechoa un lado la selección natural en sociedades modernas, sobre todo en las muyindustrializadas, lo que aparece en tra·bajos de índole médico, económico, biológico y social. En la literatura popularse habla de una decadencia biológica.Vamos a revisar pues los conceptos deselección natural en relación a nuestraespecie. A este respeáo, en 10 que másse ha progresado desde Darwin es engenética de poblaciones. En líneas generales se concibe hoy la selección natural como el agente directo de la evolución orgánica, proporcionando las~utaciones el v~rian!e genético que constituye la matena prIma, por decirlo así,del cambio evolutivo. La reproducéiónsexua.l da lugar a r~combinaciones ycamblOs. Las mutaclOnes pueden serútiles o no, pero la selección naturalobr.a de forma que sólo aquellos quemejor se adaptan permanezcan. El ambiente .no crea nada, sino que solamente preslOna a la materia orgánica que seadapta o perece.
En la especie humana las cosas sonalgo diferentes.' En las. otras especies secambian los genes. En el hombre en parte, por medio del desarrollo y modificación de la cultura aprendida se cambialos genes o la cultura o ambos. Para serefectiva la selección natural tiene queser selectiva, esto es: cuenta desde luego la habili?ad de cada individuo, y losque sobreVIven deben de estar mejor(~otados para ello, en ese ambiente particular, que los que no. Sin embargo,para que la supervivencia sirva, evolutivamente hablando, esa mejor dotacióntiene que poseer un respaldo genéticoy en el Horno sapiens el éxito del individuo se debe con frecuencia a mejoresmedios y no a mejores genes. Deberíadecirse pues con Dobzhansky, "supervivencia del genéticamente apto" y nosólo del más apto.
La selección consiste en la perpetuación diferencial de las variedades genéticas en la composición genética de unapoblación. La "supervivencia" de Darwin viene ahora dada por la proporciónen que un genotipo entrará en la composición genética de futuras generaciones. Esto es, por su fertilidad. El apto'es el padre con muchos hijos, y no elcombatiente que sobrevive. Las mulasson tan aptas o fuertes como sus progenitores pero su "supervivencia" en elsentido darwiniano o su "aptitud" escero, porque son estériles. Por el contrario, enfermedades hereditarias adquiridas después de la procreación nodisminuyen en la población el valoradaptativo del genotipo que lleven.
Podemos pues afirmar que sí obra laselección natural en el hombre actual y
que cesaría sólo si todos los genotiposhumanos produjesen un número de hijo~ en proporción exacta para uniformllar la ~recuencia de esos genotipos enla poblaCIón. No es válido pues el postulado de que en el hombre la selecciónnatural ya no es natural. Ello se basaen el concepto anquilosado de selecciónnatural del siglo pasado. ¿Por qué nopodemos utilizar fuego o abrigo ante lainclemencia del tiempo? Ahora ya nohay animales salvajes contra los que debamos defendernos, ni necesidad de procurarnos los alimentos directamente,pero sí, en cambio, es necesaria y existeuna adaptabilidad' social, entre otrascosas, y por lo tanto existe una selecciónsocial. Se trata, pues, de una selecciónnatural no" tan natural, pero selecciónnatura~ después de todo. Tal vez elh?mbre del ~uturo sea menos fuerte yVIgOroSO que el del Paleolítico, y tal veztenga que vivir rodeado de aparatos, me·dicamentos :y otros recursos para sobrevivir en el ambiente por él creado y quea su vez lo condiciona, pero seguramente que dicho hombre será más sutil yposeerá mayor capacidad intelectual.
"Et:olución natural"
Recreación del Australopithecus
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Pithecanthropus pekinensis
Muchos son los aspectos en que lasbases asentadas en El origen de las especies nos atañen. Vivimos en una sociedad que aumenta día a día. En el añode la primera edición (1859) se calculaba la población de la Tierra en 1250millones de seres. Esta cifra se duplica alos 100 años, esto es hoy, y para el año2000 tal vez se haya duplicado o aúntriplicado de nuevo. La poblaCión aumenta ahora aproximadamente en un1.5% anualmente, lo que no parece debería asustar a nadie. No obstante representa casi un aumento de un miilónde seres más sobre la Tierra cada semana. En otras palabras, si los trescientosmillones de seres que se calcula vivíanen los años de Cristo hubiesen aumentado a razón del 1.5% anualmente, lapoblación actual del planeta sería demás de un millón de personas por piecuadrado de la superficie terrestre. Noestaríamos, pues, tan lejos de la ideamedieval de teorizar sobre cuántos ángeles pueden mantenerse en la cabeza deun alfiler. 6
Es Darwin, conjuntamente con WaHace, quien por vez primera enfoca, demanera científica, 7 nítida y ordenada,cómo se originan y cómo evolucionan lasespecies. Vemos que el estudio de laevolución de nuestra especie es algo queno podemos olvidar, ni siquiera en suaspecto más primario: el propio desarrollo numérico.
NOTAS
1 Para más detalles sobre éstos ver:' Eiseley,Loren C. Charles Darwin, Edward Blyth, andthe theory. oí natural selection. Proceedings ofthe A menean Philosophical Society. Vol. 103,N<i 1, February 1959. Pp. 94-158.
2 También celebramos el Centenario deLHombre de Neanderthal en 1956, a pesar deque los restos neanderthales de Gibraltar se habían descubierto en 1848 y los del niño neanderthal de Engis en 1824.
3 Para más detalles a este respecto ver elPrólogo de J. Comas a la nueva edición encastellano de "El origen de las especies". UNAM,24 de noviembre 1959.
4 Para mayores detalles, además de las numerosas publicaciones en otros idiomas ver encastellano: Comas, Juan. Buffon, 1707-1788, Precursor de la antropología física. Cuadernos delInstituto de Historia. Serie Antropológica. Núm.4. México. UNAM. 1958, 32 pp. Beltrán, Enrique. Lamarck, intérprete de la naturaleza.México. 1945. Genovés, Santiago (en prensa).Darwm y la Antropología a los cien años deEl origen de las Especies. Cuadernos del Instituto de Historia. Serie Antropológica N<i 9. México. (Aprox. 90 pp.)
5 My life. N. York, 1905, vol. 1, p. 419.
6 Para m,ís detalles ver: Francis G. Po1Julation ahead. Ed. University oí Minnesota Press,1958, x + 160 pp.
7 Sobre ideas erróneamente atribuidas aDarwin ver: Genovés, S. Orig-ell y Evolucióndel Hombre. Revista de la Universidad NÍlmx, 1957. Pp. ' .