François-René Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    https://books.google.com.ar/books?id=CmEuRzpi3rEC&hl=eshttps://books.google.com.ar/books?id=CmEuRzpi3rEC&hl=es
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    LAS

    AVENTURAS

    DEL

    ULTIMO

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    9/245

    En prensa :

    Los

    Natchez

    ,

    del

    mismo

    autor

    por e l

    mismo traductor.

    * . , ^ ^

    1 . .

    P A R I S ,

    I M P R E N T A D E DECOURCHAHT,

    C a l l e d t

    E r f u r t h

    n *

    i .

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    LASAVENTURAS

    DEL

    ULTIMO

    r o a

    H l D B l U A C l l

    mmiO

    D I L A P R A H C E S *

    ;

    OB RA T R A D U C I D A . LIBREMENTE A L CASTELLANO

    r o

    DONMARIANO JOSE S I C I L I A ,

    An%o c a t e d r t i c o d e

    f i l o s o f a

    m o r a l y

    d e

    d e r e c h o p U i o o d e

    l a U a i v e r a i d a d l i t e r a r i a d e G r a n a d o .

    PARIS,

    LIBRERIA

    AMERICANA,

    C A L L E D E L T E M P L E , 6 g .

    1827.

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    >

    *

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    AL SEOR CONDE

    G E N T I L H O M B R E H O N O R A R I O D E C I M A S A

    D E S . M C R I S T I A N I S I M A ,

    C A B A L L E R O D E L A

    L E G I O N

    D E

    H O N O R ,

    E T

    A l trasladar a l espaol l a s

    nuevas

    bellezas c on que e l magnfico cantor

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    ( 6 )

    de Atala ha enriquecido la

    lengua

    francesa en su preciosa novela del

    Abencerrage,

    he

    sentido

    un

    deseo

    i r r e s i s t i b l e de trasladar

    tambien

    con

    e l l a s e l

    alto

    aprecio y la

    cordial

    amistad

    que

    me

    unen

    vuestra

    per

    sona

    y

    toda vuestra

    ilustre fami

    l i a . El reconocimiento, cuando no

    se

    encuentran medios y

    ocasiones

    d e

    espresarle,

    atormenta

    mucho

    e l

    ,

    corazon.

    Es

    menester ser estrangero

    y hallarse

    lejos

    d e

    su patria para

    conocer

    todo

    e l precio d e la noble

    hospitalidad de que os h e sido deu

    dor.

    Como

    podra yo vivir

    sin

    ma-

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    (

    1

    )

    infestarla gratitud

    que

    vuestras bon

    dades

    me imponen, y llenar este

    dulce

    deber

    de

    la

    sola

    manera

    que

    me e s

    dado?

    La traduccion del Abencerrage

    os

    pertenece

    tambien

    por

    mas

    d e

    un

    t t u l o . En la apacible y hermosa so

    ledad d e vuestro

    parque e s

    dondeyo

    he

    sentido las

    inspiraciones que

    me

    han hecho atreverme

    pasar

    los

    l i n

    d es

    d e un mero traductor, animando

    esta novela y

    adornndola

    a l

    gusto

    espaol.

    En

    vuestro

    c a s t i l l o ,

    en

    donde

    habitan

    unidas la sabidura, la vir

    tud y

    l a

    religion, se han avivado

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    (

    )

    todos

    los tiernos

    recuerdos de

    mi

    pais nativo, y

    en

    l a s

    encantadoras

    v i s t a s

    que

    l e

    rodean,

    mui

    parecidas

    l a s

    d e

    Granada,

    he

    tomado

    mu

    chos d e los colores que resaltan en

    mis descripciones. Allgase luego

    esto la influencia tan

    poderosa

    que

    ha tenido en

    e l

    xito de este trabajo

    la particular consideracion que os

    merece

    e l

    inocente

    cultivo

    d e

    las

    l e

    tras,

    e l

    cual no

    hace nunca buenas

    medras

    sin los estmulos

    de

    la amis

    tad y del aprecio de los que , como

    vos , s e gozan de

    amarlas y d e alen

    tarlas

    c on su favor. E l

    ingenio,

    cual

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    (

    9

    )

    quiera

    que

    sea,

    para

    no

    arrastrar

    por tierra

    humildemente,

    necesita

    como

    l a s

    vides

    un

    rbol

    elevado

    y

    seguro

    donde

    abrazarse y poder

    s u b i r .

    Same pues

    l c i t o

    por tantos mo

    t i v o s colocar aqui

    vuestro

    nombre, y

    honrar

    con

    e l

    estos

    ligeros

    ocios

    d e

    mi soledad otro

    tanto

    como

    vos

    me

    habeis honrado y me

    honrais

    perso

    nalmente.

    Mi

    vida

    no

    podr

    ya

    ser

    mui

    larga ;

    pero

    s i esta obrita alcan

    zare

    durar

    mas tiempo que e l l a ,

    habr logrado por e s t e medio alar

    gar

    mas

    a l l del

    sepulcro

    l a

    espre

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    (

    io

    )

    sion

    del

    amor,

    del

    respeto

    y

    d e

    la

    ardiente amistad

    con que soy,

    Seor Conde,

    Vuestro

    muihumildey

    mui

    rendido servidor,

    Mariano Jos Sicilia.

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    DEL

    TRADUCTOR.

    Las

    obras

    del

    i l u s t r e

    vizconde

    d e

    Chateaubriand,

    cualquiera

    que

    sea

    e l

    gnero en que este

    grande

    genio d e

    nuestro siglo

    se

    haya producido,

    me

    han

    hecho

    siempre

    uno

    d e

    sus admi

    radores mas apasionados;

    en lo cual,

    ademas del

    mrito

    esencial que e l l a s

    tienen

    de

    suyo,

    me

    parece

    mi

    que

    ha

    influido

    mui

    particularmente

    una

    cierta semejanza que encuentro yo

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    (

    13

    )

    su e s t i l o

    con aquella energa ori

    ginal d e pensamiento

    y

    con aquel

    gnero d e

    invencion

    inagotable

    que

    distingue los buenos

    escritores

    e s

    paoles.

    Tal

    vez h a

    sido

    esta la

    causa

    de

    que todas las traducciones, que se

    han

    hecho

    en

    espaol

    d e

    algunas

    de

    sus obras , s e sealen por un mrito

    no comun y por una propiedad y

    limpieza

    de diccion

    ,

    que

    no

    s e

    en

    cuentra

    en

    l a s

    mas

    d e

    l a s

    traduccio

    nes

    que

    s e han publicado d e otros

    autores

    franceses mui estimados. Yo

    h e querido

    hacer l a prueba d e

    esta

    observacion,

    ocupndome

    en la tra

    duccion de l a

    preciosa novela

    del

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    (

    >3

    )

    U ltimo Abencerrage

    que

    acaba

    d e

    darse

    luz

    ;

    y

    de t a l

    manera

    me

    he

    sentido

    movido,

    como

    s i

    me

    inspi

    rase

    algun numen

    de

    los que fingian

    l o s poetas , por

    manera

    que

    en

    la

    abundancia

    de las

    ideas, de

    l a s im

    genes

    y

    d e

    l o s

    sentimientos

    que

    bro

    taban

    en mi

    fantasa proporcion

    que

    meditaba e l original y trabajaba

    en su version, me h e visto embara

    zado

    para

    acertar escoger, y

    no

    pasar l a lnea de l a s justas propor

    ciones que

    debia tener

    esta obrita.

    E l

    asunto

    del

    Abencerrage

    e s

    sin

    duda

    fecund

    ;

    perd

    l a imaginacion

    de M.d e Chateaubriand lo e s infinita

    s i

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    ( 4

    mente mas. No

    se pueden

    leer

    sus

    obras, sobre cualquier materia que

    sea,

    sin

    que

    se

    exciten

    y

    nazcan

    d e

    tras

    d e

    sus pensamientos

    una

    multi

    tud de ideas nuevas y accesorias. La

    mayor parte d e e l l o s son verdaderos

    grmenes,

    y

    como

    una

    especie

    d e

    polvo

    fecundizante que desenvuelve

    y hace

    fructificar maravillosamente

    la virtud reflexiva del espritu. De

    aqui ha sido que ,

    en

    lugar

    d e

    una

    traduccion rigorosamente l i t e r a l , he

    hecho mas bien una refundicion

    e s

    paola

    d e

    esta

    linda

    novela.

    La

    len

    gua francesa es mucho mas sencilla

    que la castellana , y la

    imaginacion

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    (

    x5

    )

    de

    los Franceses menos

    viva,

    aunque

    acaso mas reglada que la de

    los

    Es

    paoles. La novela del

    Ultimo Aben-

    cerrage

    no

    parece

    sino

    que ha

    sido

    concebida y

    pensada

    en

    espaol ; pero

    aun le faltaba mucha gala para ser

    del

    todo espaola; lo cual no es

    una

    falta

    del

    autor,

    sino

    solo

    una

    dife

    rencia

    del gusto

    particular d e

    cada

    lengua,

    y de los medios, d e la va

    lenta

    y d e l a s

    fuerzas

    respectivas

    de

    uno y otro idioma.

    Tal vez

    por esta

    razn

    no

    se

    echa

    rn menos en Francia los adornos y

    movimientos

    c on

    que

    yo

    me

    h e

    per

    mitido avivar esta bellsima produc

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    ( >6 )

    cion

    del cantor d e

    Atla; aunque,

    l o poco que yo puedo juzgar, mu-

    clws d e e l l o s s e podrian adoptar

    tambien

    en

    francs

    ,

    s i

    se

    comparan

    los que e l autor ha empleado , tanto

    en

    la

    Atla , como en

    Ren

    y en e l

    poema d e l o s Mrtires.

    Acaso

    habr

    podido

    tambien

    in

    f l u i r

    en e l entusiasmo d e

    que

    me h e

    v i s t o poseido

    en

    l a traduccion

    del

    Abencerrage,

    la

    circunstancia

    de ser

    yo

    natural

    d e

    Granada.

    E l

    amor

    d e

    l a patria e s una pasion

    fecundsima,

    y

    mas de una

    vez

    he hecho en esta

    composicion

    la

    esperiencia de

    la

    verdad de aquellas cuatro lneas d e

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    ( n

    )

    nuestro

    autor

    en

    su

    prlogo,

    cuando

    dice: Fcilmente s e

    ver

    que esta

    novela

    e s l a

    obra

    d e un hombre

    que

    ha sentido todas l a s penas

    de

    la

    emigracion

    ,

    y cuyo corazon

    es

    todo de su patria.

    En suma, sintindome aun c on

    mayores

    fuerzas

    de

    l a s que

    yo

    hu

    biera querido

    para emprender mi

    trabajo, me propuse en e l estos dos

    objetos principales :

    E l

    primero,

    hacer

    mi

    traduccion

    en un

    e s t i l o que ofreciese e l estado

    actual d e

    la

    lengua

    espaola,

    tan

    lejos d e l a construccion monotona y

    del color

    uniforme

    que l e

    habian

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    ( i8

    )

    dado

    a l

    n

    del

    siglo

    ltimo

    una

    mul

    titud de traducciones mal entendi

    das

    d e la lengua francesa , como de

    aquella enmaraada y

    pedante

    e s

    tructura medio l a t i n a , que l e habian

    hecho

    tomar

    los

    mas de

    los

    escritores

    del

    siglo

    xvii, y d e

    principios

    del

    xvra.

    En

    mi

    concepto

    la

    fisonoma

    del e s t i l o actual e s

    la misma

    en e l

    fondo que

    la

    del siglo x vi ; pero

    mas sencilla, mas natural, menos

    dura,

    menos

    hinchada

    ,

    menos

    l i b r e ,

    y mas simtrica,

    prestndose

    mas

    la razon

    y

    a l sentimiento

    que

    la

    travesura y a l arte del ingenio. El

    cultivo de l a

    f i l o s o f a y de l a

    crtica

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    ( '9 )

    ha

    hecho

    l a

    lengua

    castellana

    mas

    regular y

    menos afectada de

    lo

    que

    era en aquella

    poca.

    En e l dia, s i

    se me permite decirlo a s i , forma

    una

    especie

    de

    canto mas apacible

    y mas

    espresivo,

    pero menos

    lujoso

    y menos rico

    de

    aquella especie d e

    trinados

    y

    gorgeos,

    con

    que

    lucia

    en

    otro tiempo, mucho mas que e l co

    razon,

    e l

    espritu,

    y en

    los cuales

    lo

    natural

    se

    sacrificaba

    casi

    siempre

    la

    exageracion

    y

    a l

    esfuerzo.

    Nues

    tros

    lectores

    encontrarn en

    nuestra

    traduccion muchos trozos sobre los

    cuales podrn t a l vez realizar l a jus

    t i c i a d e e s t a s

    observaciones.

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    27/245

    (

    2 0

    )

    E l

    segundo

    objeto

    que

    me h e

    pro

    puesto

    ha sido que mi traduccion

    del

    Abencerrage

    pudiese servir

    a l

    lado

    del

    original

    como un medio

    comparativo para j uzgar acerca del

    carcter

    y e l

    genio

    de l a s

    dos

    len

    guas

    y d e

    l a s

    d os naciones en e l

    gusto

    d e

    la

    elocuencia viva

    y

    pat

    t i c a . De e s t a manera l a juventud e s

    tudiosa

    podr

    comprehender y ad

    quirirse mejor e l arte y e l

    hbito d e

    entender

    los

    libros

    franceses

    y

    de

    traducirlos,

    sin

    corromper

    ni

    em

    pobrecer

    e l castellano

    , e l cual,

    sin

    temor d e ofender nadie, para l a s

    obras de

    imaginacion

    y

    de s e n t i

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    28/245

    C

    *> )

    miento

    es

    l a

    lengua

    mas

    rica,

    mas

    noble, mas armoniosa y espresiva

    de cuantas s e hablan

    en

    la

    parte

    c i

    vilizada de los

    dos

    hemisferios.

    L os

    Americanos no podrn menos de

    querer tambien tener una honrosa

    concurrencia en

    e l manejo de

    esta

    lengua

    divina

    ,

    y

    d e

    aspirar

    la

    glo

    r i a

    de

    enriquecer e l

    mundo

    l i t e r a r i o ,

    otro

    tanto

    que e l mundo comercian

    t e , aumentando l a

    l i s t a

    d e

    los auto

    r e s

    clsicos

    espaoles

    ,

    d e

    cuyos

    lau

    reles

    los creo yo

    eminentemente ca

    paces.

    Tales

    han sido mis intenciones-,

    pudiendo

    asegurar, en

    medio d e l a s

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    29/245

    (

    )

    libertades

    que

    me

    he

    permitido

    en

    este trabajo, que mi traduccion

    es

    sumamente

    f i e l

    y puntual

    ,

    en cuanto

    no

    h e

    omitido ni

    un solo

    pensa

    miento,

    ni

    una sola idea

    del

    autor.

    E l plan d e

    la

    novela,

    y toda su

    ac

    cion, e s absolutamente

    e l mismo.

    L as

    licencias

    que

    me

    h e

    tomado

    han sido solamente

    para

    agrandar

    iluminar

    algunas descripciones, aa

    dir algunos

    retratos,

    desenvolver y

    j u s t i f i c a r

    algunos

    sentimientos,

    ha

    cer

    nacer algunas

    situaciones mui

    patticas

    que ofrece

    naturalmente

    esta fbula , y mas que todo

    procu

    rarle

    en

    muchos

    lugares

    ,

    l a

    verosi

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    30/245

    (

    2 3

    )

    militud

    tan necesaria

    en e s t e

    gnero

    de

    composiciones,

    nica

    cosa en l a

    cual

    nuestro

    i l u s t r e

    autor

    ha

    pecado

    algunas veces

    por f a l t a

    d e

    un

    prolijo

    conocimiento d e l a s

    costumbres

    e s

    paolas, y de los tiempos y

    l a s per

    sonas que hace jugar en su novela.

    S i

    yo no hubiese corregido paliado

    algunas d e estas f a l t a s , no hubiera

    podido

    sostenerse

    ni

    prod uc ir tod a

    su brillante

    ilusion,

    vuelta a l

    espa

    ol ; y s i bien

    no

    h e enmendado to

    dos estos defectos, porque para e l l o

    hubiera

    sido

    menester

    alterar

    e l

    plan

    de la

    fbula,

    introducir en

    e l l a

    algunos interlocutores mas; los lu

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    31/245

    ( A)

    nares

    que l i e dejado no

    saltan en

    teramente la

    v i s t a ,

    y son f a l t a s co

    munes

    que

    en

    todo

    caso

    pertenecen

    l a esencia de la composicion,

    ya

    sea en francs, ya sea en espaol ,

    en cualquiera otra

    lengua

    ( * ) .

    ( * )

    T a l e s , p a r a d a r l a s e n t e n d e r

    d e

    a l g u n a

    manera, l a f a l t a

    d e a l g n

    o t r o p e r s o n a g e moro,

    con

    q u i e n s e

    e n c o n t r a s e

    c o n c u r i e s e

    a l g u n a

    v e z

    Aben-Hamet e n un

    p a i s donde,

    p o r a q u e l

    t i e m p o , h a b i a mas

    de c u a t r o

    m i l f a m i l i a s

    m o r a ,

    y

    a l g u n a s

    d e

    muy

    a l t a

    c a l i d a d .

    Yo

    h e

    procu

    rado mucho p a l i a r e s t e

    o l v i d o

    e n

    d i v e r s o s l u

    g a r e s

    de mi t r a d u c c i o n . T a l e s

    tambien

    l a s o

    l e d a d

    de l a s d o s f i e s t a s

    q u e

    s e d e s c r i b e n , l a

    una e n l a c a s a d e campo d e

    don

    R o d r i g o , y l a

    o t r a

    en

    G e n e r a l i f e ,

    s i n

    h a b e r

    e n

    e l l a s

    mas

    i n

    t e r l o c u t o r e s que

    l o s

    p e r s o n a g e s c o n s t a n t e s

    d e

    l a n o v e l a . E s t a f a l t a l a

    h e

    s a l v a d o

    conve

    n i e n t e m e n t e e n e l r e g o c i j o d e l carmen ; pero

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    32/245

    (

    * 5

    )

    No

    menos h e procurado ligar

    y

    hacer mas

    naturales algunas transi

    ciones

    demasiado violentas

    y

    atrope

    lladas

    en

    l o s

    sucesos

    de

    la

    novela,

    no

    hay

    medio

    de

    s a l v a r l a

    en

    l a

    e s l a d e

    Genc-

    r a l i f e ,

    donde no e s d e

    c r e e r

    que Lautrecy

    don

    C a r l o s no h u b i e s e n

    t e n i d o o r o s

    a m i g o s q u e

    c o n v i d a r ,

    n i

    c o n c u r r i e s e

    mas

    s e o r a

    que

    doa

    B l a n c a . E n l a s c o s t u m b r e s

    y e n

    l a

    g r a n d e

    e t i

    q u e t a de l a a l t a n o b l e z a

    e s y a o l a ,

    e s t a

    a u s e n

    c i a d e p e r s o n a g e s e s sumamente i n v e r o s m i l .

    Comparndose l o s d o s t e x t o s

    s e

    v e r

    s i n

    em

    b a r g o

    c u a n t o s

    s o n

    l o s

    o l v i d o s

    y

    l a s

    i n c o n v e

    n i e n c i a s

    de u s o s

    y c o s t u m b r e s

    que

    me h a

    s i d o

    p r e c i s o c u b r i r d i s i m u l a r . Algunos

    d e

    e s t o s

    c a s o s

    l o s

    he a d v e r t i d o en

    l a s

    n o t a s , porque

    no s e c r e a que

    h e

    t e n i d o l a p r e s u n c i o n l a

    i n t e m p e r a n c i a

    d e

    a a d i r

    s i n

    m o t i v o

    a l g u n o s

    i n c i d e n t e s , que e r a n e n l a r e a l i d a d p r e c i s o s

    p a r a p a l i a r 6 h a c e r d e s a p a r e c e r e s t a s f a l t a s .

    i

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    33/245

    (

    2 6

    )

    esforzndome lo mejor que he po

    dido para

    darles mas

    unidad y

    cor

    relacion.

    Nuestros

    lectores

    podrn

    hacer

    la comparacion

    entre la

    t r a

    duccion y e l original, y advertirn

    d e que manera he cuidado d e llenar

    estos

    vacos,

    sin

    desfigurar

    lanovela,

    y

    bien a l contrario dndole mayor

    interes y un fondo mucho mas na

    tural d e verdad. En cuanto

    l o s

    adornos

    del

    e s t i l o

    no

    h e

    hecho

    otra

    cosa

    que dejarme

    llevar, aunque

    siempre

    con la rienda

    en la

    mano ,

    d e l a s vehementes y poderosas ins

    piraciones que

    la elocuencia

    y e l in

    comparable

    genio

    del autor

    me

    ha

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    34/245

    (

    7 )

    hecho sentir durante cincuenta dias

    que he pasado en una

    especie

    d e em

    beleso trabajando mi traduccion.

    Nadie sino yo podr saber l a vio

    lencia que h e

    tenido

    que hacerme

    para

    sujetar

    y reducir lo justo los

    arrebatos que en todo este tiempo

    ha

    sufrido

    mi

    imaginac ion, y para

    observar

    la regla

    ne

    quid nimis. Mi

    grande empeo ha sido que esta no

    vela apareciese en toda la gala y en

    todo

    e l

    gusto

    espaol

    ,

    t a l

    como

    debo

    creer que lo

    hubiera

    hecho su noble

    autor s i

    hubiese

    escrito en castellano.

    Ojal

    que

    yo no me

    haya

    engaa

    do

    En

    e l

    momento

    del

    primer

    e n t u - >

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    35/245

    (

    a8

    )

    hiasmo

    e s

    mui

    f a c i l

    tomar

    una

    cosa

    por

    otra. Hallndome

    en un

    pais

    donde

    no me era

    f c i l

    consultar un

    gran nmero d e censores espaoles,

    no h e podido

    acudir

    sino dos l i t e r a

    tos amigos i n i o s , cuyo sufragio

    me

    ha

    sido mui favorable

    ;

    pero cuya e s t i -

    ,

    macion

    hcia

    mi

    habr podido

    t a l

    vez

    prevenir su

    juicio.

    Por este t e

    mor debiera haber permanecido no

    poco tiempo bajo de llave mi tra

    duccion

    ,

    y

    aguardar

    un

    examen mas

    f r i o y mas

    severo

    l a

    vuelta

    de

    un

    ao.

    Pero circunstancias y motivos,

    los

    cuales

    no

    h e pod id o escusarme,

    van

    hacerla

    s a l i r

    luz

    antes

    de

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    36/245

    (

    *9

    )

    tiempo, y esto me hace pedir mis

    lectores toda su indulgencia,

    resuelto

    aprovecharme d e

    l a s

    justas c r t i

    cas

    que

    pudieren

    hacerse

    d e

    e s t e

    trabajo,

    y

    corregir

    todas sus

    f a l t a s

    en

    otra

    nueva

    edicion,

    s i

    acaso fuere

    capaz

    d e merecer

    e s t e

    honor.

    3 .

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    37/245

    DEL

    AUTOR.

    Hay

    ya

    cerca

    d e

    veinte

    aos

    que

    tengo

    e s c r i t a s

    l a s aventuras del Uulti-

    mo Abencerrage. El

    retrato

    d e l o s e s

    paoles

    que

    he

    trazado

    en esta

    obra,

    basta

    para

    hacer

    ver

    e l

    motivo

    que

    me

    impidi publicarla bajo la

    do

    minacion imperial. La resistencia de

    los Espaoles Bonaparte , y l a glo

    riosa

    lucha

    d e

    aquel

    pueblo

    desar

    mado

    con

    aquel

    mismo

    conquistador

    que

    habia vencido

    los

    mejores sol

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    38/245

    (

    3i

    )

    dados d e Europa,

    excitaba

    entonces

    e l

    entusiasmo

    d e

    todas l a s almas

    ca

    paces d e sentir e l precio de tamaos

    s a c r i f i c i o s

    y

    esfuerzos.

    L as

    ruinas

    de

    Zaragoza

    humeaban

    todava, y

    la

    censura no hubiera permitido nin

    gun escrito que mostrase un interes

    secreto

    en

    favor

    d e

    aquellas

    vctimas.

    La pintura d e l a s antiguas costum

    bres

    d e

    Europa,

    los

    recuerdos

    glo

    riosos d e los tiempos pasados

    y

    d e

    la

    corte

    de Francisco

    I o ,

    no

    podian

    agradar tampoco

    la censura, la

    cual comenzaba

    ya arrepentirse

    de haberme dejado hablar tan

    mi

    salvo

    de

    l a

    antigua

    monarqua

    y

    de

    la religion

    d e nuestros padres.

    Estos

    muertos',

    que

    yo

    invocaba, hacian

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    39/245

    C

    3k

    )

    pensar

    l o s vivos

    mucho mas d e lo

    que hub iera querido aquel gobierno.

    En l a s

    obras

    de este gnero

    s e

    suele

    hacer

    entrar

    algun

    personage

    disforme para

    hacer resaltarla belle

    za de l o s

    o t r o s .

    Pero en esta novela

    me

    h e propuesto pintar

    t r e s hombres

    de

    un

    carcter

    igualmente

    noble

    y

    elevado, procurando no

    s a l i r d e

    lo

    natural, y conservando en

    e l l o s c on

    sus pasiones l a s costumbres y l a s

    preocupaciones

    mismas

    de

    sus

    respec

    tivos

    p a i s e s . E l carcter de la mugei

    l o hemos diseado tambien bajo las

    mismasproporciones.Se necesita que

    e l mundo

    quimrico, cuando

    nos

    permitimos dar en l una vuelta,

    nos desquite del mundo verdadero.

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    40/245

    ( 33 )

    Fcilmente

    s e

    ver

    que

    esta

    no

    vela

    e s la obra

    d e un

    hombre que

    ha sentido

    l a s

    penas de la emigra

    cion, y cuyo corazon

    e s

    todo de su

    patria.

    L as descripciones que hago en

    esta

    obra, l a s

    h e trabajado en los

    lugares

    mismos

    que pertenecen,

    cuales son l a s v i s t a s de Granada, d e

    la Alhambra y

    de aquella

    antigua

    mezquita convertida en i g l e s i a , que

    aunque

    la he

    puesto en

    Granada, e s

    la catedral

    de

    Crdoba.

    Estas des

    cripciones podrn

    servir de

    adicion

    a l siguiente pasage de

    mi

    itinerario

    :

    De

    Cadiz

    pas

    luego Crdoba ,

    j > en donde admir la mezquita,

    que

    hoy

    dia e s l a

    catedral d e

    aquella

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    41/245

    ( 34

    )

    ciudad.

    Despues

    recorr

    l a

    antigua

    , Btica donde los poetas habian co-

    locado e l

    asiento

    d e l a felicidad.

    DesdeAndujar volv otra vez

    atras

    para

    ver

    Granada.

    La

    Alhambra

    me pareci

    digna de v i s i t a r s e ,

    aun

    despues

    d e

    haber

    visto l o s templos

    d e la Grecia. La vega d e esta ciu-

    dad

    es

    deliciosa,

    y

    s e

    parece

    mu-

    i c h o l a de Esparta. Facil e s con-

    cebir hasta

    que punto

    los

    Moros

    sienten

    todava

    la

    prdida

    de aquel

    pais.

    (Itiner.

    VII

    y

    ltima

    parte.)

    En esta novela s e hace alusion

    c on

    mucha

    frecuencia

    la historia

    d e

    los

    Zegres y l o s Abencerrages ;

    pero

    siendo

    esta

    tan

    conocida,

    me

    h a parecido

    superfino

    e l hacer aqui

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    42/245

    (

    3 5

    )

    un

    resumen

    d e

    e l l a

    :

    la

    novela con

    tiene ademas

    l o s detalles

    que

    bastan

    para

    la inteligencia del

    texto.

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    LASaventuras

    D E L

    ULTIMO

    Guando

    Boabdil ,

    ltimo rey d e

    Granada

    ,

    despues

    d e perdido

    e l

    reino d e

    sus

    padres,

    caminaba ya

    para

    e l

    Africa, cuentan l a s tradicio

    nes del pais que dos

    leguas

    d e su

    primer

    jornada

    hizo

    alto

    en

    un

    pa-

    rage

    elevado, no l e j o s del Padul,

    cuyo s i t i o

    llaman

    los

    naturales desde

    aquel tiempo e l suspiro. Desde

    a l l i

    4

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    (

    3$

    )

    s e comienza ver

    e l

    mar que

    e l

    des

    venturado

    monarca

    iba

    atravesar

    para siempre, y en

    volviendo

    hcia

    atras la

    vista

    s e

    muestra

    por

    la

    pos

    trera

    vez en toda

    su

    grandeza e l

    mag

    nfico y vasto cuadro de aquella

    ciudad emprea. L os que vienen, y

    l o s

    que van

    la saludan desde aquel

    punto,

    y

    cualquiera

    que

    se

    retira

    l a

    clava en su pensamiento, y se

    apar

    ta c on

    l a

    esperanza

    de volver

    otra

    vez verla. No a s i Boabdil, que ha-

    bia

    sido

    su

    Dueo,

    y

    que

    nunca

    ya

    mas

    d esde aquel

    momento

    volvera

    verla ni poseerla. En e l mas pro

    fundo silencio

    l

    y su corte

    volvie

    ron

    su amarrida vista hcia

    e l l a y

    quedaron

    inmobles

    por

    largo

    tiem

    po.

    Entre l a s medias lunas

    de

    las

    torres y

    chapiteles

    sobresalia e l

    real

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    ( 39 )

    Alcazar,

    dondeondeaba

    e l

    estandarte

    cristiano ybrillaban l a s alabardas del

    estrangero. La deliciosa vega, teatro

    de

    tantas

    glorias

    y d e tantos

    placeres

    por s i e t e

    siglos ; e l

    Xenil

    c r i s t a l i n o , e l

    Jaragui frondoso, e l risueo Gene-

    r a l i f e , l a soberbia mesquita desam

    parada, la larga

    bilera

    d e l a s

    mu

    r a l l a s intactas y entregadas d e valde,

    e l

    egrcito

    castellano

    derramado

    por

    los adarves y terraplenes, los

    reales

    de

    Fernando

    y d e

    Isabel

    ,

    y

    l a s

    v i s

    tosas tiendas empavesadas que cu

    brian

    l a

    llanura

    inmensa

    por

    delante

    de la ciudad;

    t a l era e l espectculo

    doloroso

    que

    hunda

    sus

    corazones

    dentro del

    pecho

    , y amarraba sus

    almas

    en

    aquel puesto. Boabdil iba

    ya

    volver

    las

    riendas

    d e

    su ca

    ballo, pero en aquel instante f a t a l

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    47/245

    (

    4o )

    su

    vista

    s e

    encontr

    con

    la

    vasta

    cerca de los sepulcros. L as a l t a s c i

    mas

    d e

    los-cipreses s e movian t r i s t e

    mente,

    y bajaban sus cabezas

    hcia

    estos nobles desterrados,

    que

    jamas

    volverian

    orar

    junto

    l o s

    huesos

    d e

    sus

    padres.

    El altivo

    Agareno ce

    di e s t a vez

    mal su

    grado

    d e

    su

    f i e

    reza,

    y

    llor, y lanz

    un ay

    que

    atron

    l a s

    montaas

    circunvecinas.

    Pero,

    l a sultana

    Aix

    su madre que

    l e acompaaba,muy mas fuerte, con

    voz indignada

    l e

    dijo :

    Llora, llora

    como

    una muger, pues que

    no

    has

    sabido

    defender

    tu

    reino

    como

    hom

    b r e . . . .

    a l

    Africa

    Y bajando to

    dos e l monte c on desesperada prisa

    despareci Granada

    por

    siempre

    l o s

    ojos

    de

    sus seores.

    L os

    Moros

    d e

    Espaa,que

    siguie

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    ( 4i )

    ron

    su

    rey

    s e

    dispersaron

    en

    l a s

    costas

    d e

    Africa.

    Los

    Zegres y los

    Gomeles

    s e

    establecieron

    en

    e l

    reino

    d e Fz, de donde

    traian

    su origen.

    Los

    Venegas

    y

    Alabeses

    s e

    fijaron

    desde Oran basta Argel : los Aben-

    cerrages en

    l a s

    inmediaciones deT

    nez. All junto l a s ruinas

    de

    Car-

    tago

    subsiste aun

    una

    colonia po

    co

    numerosa, que

    no

    se

    parece

    los otros

    Moros

    del Africa

    ni

    en sus

    costumbres

    ni

    en

    sus

    leyes.

    Su ele

    gancia,

    su dulzura y sus

    nobles

    mo

    dales

    hacen

    distinguir

    todava

    en

    aquella tribu los restos casi extin

    guidos

    del imperio

    de los c a l i f a s .

    Todas

    e s t a s

    familias

    llevaron

    su

    nueva patria los indelebles

    recuer

    dos

    de

    la

    antigua.

    E l

    Paraiso

    de

    Granada

    v i v a - siempre

    en su me

    4 -

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    49/245

    ( 4* )

    moria,

    y

    l a s

    madres

    s e

    consolaban

    enseando

    sus mamoncillos

    pro

    nunciar aquel nombre adorado. S us

    cantares

    para dormirlos

    eran roman

    ces

    antiguos

    d e

    hazaas

    y

    proezas

    de

    sus mayores.

    Cada

    s i e t e

    dias

    s e h a

    cia, y se hace todava, una plegaria

    especial en l a s mesquitas,

    donde

    s e in

    voca

    Al para que abrevie

    e l

    pla

    zo

    d e

    l a

    vuelta

    d e

    sus

    hijos

    aquella

    tierra de delicias ( i ) . En vano e l pais

    d e los

    Lotfagos

    ofreca estos t r i s

    t e s desterrados

    sus

    frutos, sus aguas,

    su

    verdor

    y

    su

    hermoso

    c i e l o .

    Lejos

    d e

    l a s

    torres Bermejas

    (2) no

    habia

    en e l mundo para e l l o s ni frutos

    gus

    tosos, ni arroyoslimpios, ni frescura,

    ni cesped

    vivo

    ,

    ni sol digno

    d e ser

    mirado.

    Cuando

    alguno d e

    estos

    i l u s t r e s forasteros l e llevaban

    l a

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    ( 43 )

    vega

    d e

    la

    Bagrda

    ,

    sacuda

    l a

    ca

    beza y

    decia suspirando :

    Gra

    nada

    Pero los Abencerrages mas que

    todos

    conservaban

    l a

    memoria

    tenaz

    y e l

    indestructible

    prurito d e la

    pa

    t r i a .

    Una

    pena

    mortal los

    consuma

    a l

    acordarse d e

    aquel

    antiguo cam

    po d e la

    gloria,

    y de aquellas o r i l l a s

    deliciosas

    donde

    hicieron resonar

    tantas

    veces su acostumbrado apel

    lido d e guerra: Honory amor.

    No

    sirvindoles ya

    de nada sus

    lanzas

    en

    e l

    desierto,

    ni

    teniendo

    para

    que

    calarse sus

    morriones

    en aquella hu

    milde

    colonia d e labradores, se d e

    dicaron a l estudio d e l a s plantas me

    dicinales,

    profesion estimada otro

    tanto

    como

    l a s armas por sus

    ante

    pasados. Propio d e

    caballeros

    era

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    51/245

    44 )

    tambien

    y

    recibida

    usanza

    e l

    curar

    e l l o s mismos l a s heridas

    que babian

    hecho a l enemigo vencido. Los que

    no

    tenian

    ya campo donde herir ni

    ser

    heridos,

    s e

    distrahian

    en cultivar

    e l

    arte que

    restaa

    la sangre

    vertida

    gloriosamente.

    El

    corazon humano

    no se apasta en l a

    soledad

    sino de

    hbitos

    y recuerdos

    del bien antiguo.

    La

    cabana

    d e

    e s t a

    familia

    que

    ha

    ba tenido palacios,

    ocupaba un pa-

    rage distante d e l o s demas emigra

    dos, la o r i l l a del

    mar,

    a l

    pi

    d e l a

    montaa

    de

    Mamelife,

    entre

    l a s

    mismas

    ruinas d e Cartago,

    en el

    mismo lugar donde san Luis mu

    ri sobre la

    ceniza,

    y donde solo se

    v hoy una

    hermita

    mahometana.

    En

    los muros de esta

    cabana

    estaban

    todava

    colgados

    por aquel tiempo

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    52/245

    ( 45 )

    los

    escudos

    forrados

    en

    pieles

    de

    leo

    nes

    donde se veian trazadas l a s ar

    mas

    d e

    aquel

    linage : dos salvages en

    campo azul que derribaban c on sus

    clavas una

    ciudad

    ,

    y una orla blan

    ca cuya letra decia : Mas pode

    mos. All estaban colocadas lo

    largo

    sus lanzas

    adornadas

    d e ban

    derines blancos

    y azules;

    l o s bril

    lantes

    perpuntes de

    raso

    acuchillado,

    l a s marlotas y capellares recamados

    de oro y plata; los borcegues de

    brocado empedrados de

    fino aljofar ;

    l o s

    almaizares,

    l o s

    penachos,

    l o s

    vie

    j o s petos, l a s

    fuertes

    mallas,

    l o s enne

    grecidos

    morriones,

    l a s

    manoplas

    de

    fierro,

    los

    puales

    morunos

    engas

    tados en pedrera,

    l o s

    terribles a l -

    fanges

    damasquinos,

    y

    los

    ricos

    ta

    hales de oriente sembrados

    de

    e s

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    ( 46

    )

    meraldas

    y

    de

    rubes.

    All

    estaban

    tambien colgados los vistosos fre

    nos

    tachonados

    de diamantes

    y de

    topacios, los jaeces y l a s garzotas de

    l o s caballos, l a s

    s i l l a s

    xerezanas, los

    estrivos anchos d e plata, y l a s gran

    des espuelas d e oro t i b a r , que los

    Yseults, los Genievres, y los Oria-

    nes

    calzaban en

    otro

    tiempo

    a l

    novel

    caballero,

    cuyo

    nombre

    iba

    ser

    inscrito en e l rollo de l o s va

    l i e n t e s .

    Por delante

    y

    a l pi d e estos no

    -

    bles trofeos d e guerra se hallaban

    colocados

    en

    largas mesas l o s trofeos

    no menos honrosos de su nueva vida

    pacfica ;

    plantas

    cogidas en l a s cum

    bres del

    Atlas y

    en e l desierto

    de

    Zaara

    ;

    otras

    muchas

    traidas

    de

    Gra

    nada

    , cultivadas

    con

    grande esmero.

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    (

    )

    L as unas servian

    para

    aliviar l o s ma

    l e s

    del

    cuerpo : l a s otras estendan

    su

    poder l o s

    males del

    alma.

    Los

    Abencerrages

    estimaban

    d e

    prefe

    rencia las que servian para calmar

    l a s

    penas

    intiles, l a s ilusiones locas,

    y l a s esperanzas

    decaidas del

    bien,

    que nacen y mueren, vuelven y se

    van mil veces. Por desgracia estos

    simples tenian

    virtudesopuestas para

    e l l o s . El olor d e

    una

    f l o r d e

    l a pa

    tria era como una

    especie d e

    vene

    no

    para

    estos

    nobles

    emigrados.

    Veinte

    y cuatro

    aos corran

    en

    tonces desde

    la

    toma d e Granada , y

    no obstante en tan corto tiempo ha

    bian

    perecido

    ya

    catorce

    Abencer

    rages

    por

    l a influencia del

    nuevo

    clima, por l o s accidentes d e l a vida

    errante y mas que

    todo

    por la pa

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    (

    43

    )

    sion de nimo que consume l a s fuer

    zas

    d e la

    vida. De toda aquella

    casa

    famosa

    no quedaba ya

    sino un solo

    renuevo. Aben-Hamet,

    nica

    delicia

    y consuelo d e su madre viuda, re

    trataba en medio d e

    los

    viejos de su

    tribu toda l a

    gentileza,

    todas l a s vir

    tudes, todo e l brio y la

    hermosura

    d e aquel

    caudillo

    insigne

    del

    mis

    mo

    nombre,

    quien

    perdieron los

    Zegries por calumnia, acusandole

    de adulterio con l a Sultana. Mages-

    tad,

    valor,

    cortesa,

    donaire,

    ge

    nerosidad, todas l a s cualidades de

    sus mayores se juntaban en l,i:on

    aquel aire interesante, y aquella

    blanda y

    ligera sombra

    d e

    tristeza

    que d a l a desgracia noblemente so

    portada. Apenas

    perdi

    su

    padre

    ,

    la edad d e 2 5 aos ( 3 ) , resolvi pe-

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    (

    49

    )

    regrinar al pais

    d e

    sus abuelos

    para

    satisfacer

    l a

    necesidad d e su cora

    z on y

    cumplir un

    voto secreto que

    ninguno

    de

    sus

    amigos

    revel

    nun

    ca, y ocult c on cuidado su misma

    madre.

    De la escala d e Tnez un

    viento

    favorable l e llev Cartagena dere

    chamente, donde tom

    e l

    camino de

    Granada

    sin

    detenerse.

    S us

    papeles

    le designaban como unmdico rabe

    que venia herborizar

    en

    l a s rocas

    d e

    Sierra

    Nevada.

    Cabalgaba

    desco

    nocido sobre una mula mansa

    que

    le

    Uevababien despacio por aquellas

    mismas

    llanuras

    donde volaban otras

    veces

    sus

    padres sobre

    caballos

    an

    daluces; su escudero no era sino un

    pobre

    paisano arriero de

    o f i c i o ,

    que

    conducia ademas otras

    dos mulas

    5

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    57/245

    (

    5o

    )

    aderezadas la usanza de aquellos

    pueblos

    , que eran

    d e verse

    ; grandes

    mantas de lana listadas, perifollos

    y

    muchos

    Huecos

    d e

    seda

    baja;

    cas

    cabeles y

    campanillas, sin

    cuenta.

    De esta suerte pas

    lo

    largo d e l o s

    brezales y palmares del campo de

    Murcia

    y

    Lorca.

    L as

    corpulentas

    palmas llenas d e

    aos,

    que

    se

    alza

    ban por

    todas partes ,

    l e recordaban

    l a s manos d e sus antiguos que l a s

    habian

    plantado

    , harto agenos

    d e

    que

    algun

    dia

    s e

    sentarian

    los

    ene

    migos baj o su sombra. Cuando en

    traba

    en las

    aldeas,

    e l primer

    objeto

    que

    s e ofrecia

    sus

    ojos

    solia

    ser una

    coluna

    tronchada,

    algun

    pedestal

    roto,

    algun marmol

    sagrado, que

    entivaban alguna

    esquina

    adorna

    ban l a humilde puerta d e una

    c hoza

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    58/245

    ( 5x )

    de

    piedra

    y

    barro.

    All

    descubra

    una torre medio caida ; mas all via

    1

    arado

    romper

    l a s tierras de l o s se

    pulcros; este lado crecia l a yerba

    sobre

    l o s

    muros

    y

    en

    los

    escombros

    de mosicos y artesonados que

    s e e s

    caparon al incendio de un gran pa

    lacio. Apretado

    su

    corazon d e

    esta

    pena

    incomunicable , interrumpia

    su

    marcha

    no

    pocas

    veces

    e l

    t r i s t e

    Moro, y pretesto

    d e

    buscarplantas

    se encerraba en las ruinas, y dejaba

    correr sus lgrimas.

    Concertado

    des

    pues

    su

    rostro,

    y

    embebido

    en

    su

    pensamiento, seguia los pasos del

    arriero, e l

    cual muy

    mas

    dichoso

    y

    ageno de cuidados, entonaba sen

    d os romances,

    hablaba

    con sus

    mulas

    para

    animarlas

    y

    gobernar

    las, ensartando motes y apodos d e

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    59/245

    ( 52 )

    mucha

    gracia

    que

    acostumbran

    los

    Andaluces y los Murcianos. e-Anda

    valerosa, anda capitana , arre

    chi

    quita, arre porfiada,

    era e l

    grito

    frecuente que

    l e s

    daba

    su conductor

    c on

    mil

    dichos

    festivos

    y

    agitanados,

    que agradaban sobre manera a l sen

    sible

    viagero y divertian sus

    penas

    por un instante. Gustaba mucho

    Aben-Hamet

    de

    observar

    l o s

    usos

    y

    l a s costumbres de aquella gente

    ven

    cedora, que s bien

    l a

    envidiaba,

    no

    sabia aborrecerla ni despreciarla.

    Le

    llamaban

    la

    atencion

    los viage-

    ros

    que

    iba

    encontrando,

    c on

    l a e s

    pada

    todos

    a l .

    cinto, embozados

    en

    sus capas y la mitad del

    rostro

    cu

    bierta c on sus grandes sombreros ga

    chos

    ( 4 ) .

    Complacanle

    los

    saludos

    graves

    respetuosos que acostumbra-

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    60/245

    C

    53

    )

    ban

    aquellos

    caminantes, y en

    los

    cuales no distinguia mas palabras

    que Dios, seor y caballero. Cuando

    entraba

    en l a s posadas,

    s e colocaba

    en medio

    de

    e l l o s ,

    sin

    que

    nadie

    le

    importunase

    con

    preguntas ni indis

    creciones.

    La

    nacion espaola es

    grave,

    y

    no

    admira, ni tiene en me

    nos.

    Enseadas

    ademas

    apreciarse

    y respetarse por largo tiempo l a s

    dos

    naciones

    en

    l a prueba de

    los

    combates, eran

    no

    menos generosas

    y cortesanas, llegado

    e l caso,

    que

    terribles

    y

    valerosas

    en

    la

    pelea.

    Aben-Hamet

    recibia

    por

    todas partes

    la hospitalidad mas sincera

    ,

    y

    sabia

    agradecerla.

    Pues

    que

    Al

    habia

    querido

    que

    l o s

    Moros

    de

    Espaa

    perdiesen

    su hermosa patria

    ,

    Aben-

    Hamet s e resignaba como buen I s -

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    61/245

    ( 54

    )

    maelita

    y no podia dejar

    d e

    estimar

    sus

    graves conquistadores.

    Bien h ab ia menester e s t e noble

    joven su virtud toda entera para e l

    instante, que

    venia

    cerca,

    d e

    ver

    sus

    ojos a l

    pais

    nativo.

    Era

    ya l a

    postrer

    jornada y

    e l

    caer

    de l a tarde, cuan

    do e l desprevenido

    moro

    atrevesaba

    l a s

    austeras

    y

    peladas

    lomas

    d e

    Hue-

    tor, donde

    tiene su

    humilde

    cuna

    e l

    famoso Dauro. Al principio

    d e

    l a

    espaciosa falda

    septentrional de

    Sier

    ra

    Nevada

    y lo largo d e dos coli

    nas

    que

    separa

    un

    profundo

    y

    ameno

    valle,

    s e

    levanta,

    cual otro

    Olimpo,

    aquella antigua

    ciudad

    , siempre

    j o

    ven y

    siempre nueva, que

    parece

    como

    una

    Diosa

    medio

    dormida

    en

    t r e mirtos y

    adelfas, perfumada d e

    azahar y l i r i o s ( 5 ) . Repartidos

    sus

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    62/245

    ( 55 )

    e d i f i c i o s y sus palacios

    por

    escalones,

    como

    l a s

    gradas y ventanas de un

    vasto circo, tiene

    e l

    aire

    y

    la

    forma

    d e una Granada

    abierta

    , cuyo nom

    bre

    y

    divisa

    lleva

    de

    muy

    antiguo

    por esta causa. Dos rios clebres,

    tan amigos

    d e

    los

    amantes y

    de

    l a s

    Musas, como de Ceres y Pomona,

    Xenil y Dauro, regocijan y besan

    e l pi

    de

    sus murallas

    y

    ofrecindole

    arenas

    ricas

    d e plata y oro,

    se

    j un

    tan en sus puertas, y se estienden, y

    s e reparten,

    y

    fecundan

    con

    cien

    canales

    un

    jardin

    de

    catorce

    leguas.

    Esta inmensa

    llanura

    que domina

    Granada

    , como

    una

    reina

    en

    medio

    de su corte, representa

    e l l a

    sola y

    vale

    los

    tributos

    de

    cien naciones.

    All campea

    e l olivo

    y r e f l e j a su ver

    de oscuro :

    aqu

    crecen los verdes

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    63/245

    ( 56 )

    pmpanos

    ,

    y

    l o s

    apretados

    racimos,

    de mil colores, se descuelgan de los

    parrales

    abrazados

    con los

    jazmines;

    a l l ofrece sus callejones y laberin

    tos la espesa selva

    d e

    frutales a c l i

    matados y recogidos de

    todo e l mun

    d o; a l l el lozano almendro d sus

    f l o r e s

    de l i l a

    en medio de

    los yelos;

    aqu

    e l

    fresco avellano sombrea e l

    costado

    inculto

    de

    una

    montaa

    y

    adereza e l retrete oscuro d e una

    fuente

    y

    una Napea (6) : mas all

    los naranjos y limoneros embalsa

    man

    los

    cfiros

    :

    a l l

    la

    altiva

    palma,

    e l encendido

    granado, l a frondosa

    higuera, e l

    nogal

    copudo, e l moral

    de

    la China, e l purpureo azerolo,

    e l pagizo

    nopal,

    e l violado

    azufayfo,

    e l

    robusto

    cedro,

    e l

    silencioso

    ciprs;

    y la encina mas

    l e j o s ,

    y

    e l

    abenuz

    y

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    64/245

    ( 57 )

    e l

    roble,

    que

    desafian

    los

    vientos

    y

    l a s tormentas en

    l a s

    crestas de los

    collados : mas a l l hcia e l poniente

    e l

    gran

    soto

    de

    los

    faisanes

    y

    l o s

    c i s

    nes;

    mas

    all

    l a s

    campias;

    mas

    a l l

    l a s montaas y cordilleras que s e

    pierden

    unas

    tras otras

    en

    los

    espa

    cios : d e aquel lado e l picacho , cu

    yas eternas nieves

    surten

    de su

    onda

    pura

    diez y

    ocho

    rios;

    d e

    e s t a

    parte

    l a s

    cumbresde Parapanday

    d e Sier

    ra Elvira

    rival de Paros

    : la

    crea

    cion

    toda

    entera puesta la v i s t a ,

    donde

    la

    fantasa

    mas

    loca

    s e

    halla

    vencida, y e l

    sentido

    no basta

    abarcar

    tantas

    sensaciones. Un cielo

    encantado, un aire puro y delicio

    so,

    un deleite esencial

    de vida que

    se

    siente

    y

    que

    se

    respira

    como

    en

    un sueo, llena

    e l nimo y

    apacienta

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    65/245

    (

    58

    )

    d e

    gozo

    los

    corazones en

    aquel

    suelo.

    L as tiernas pasiones acabarian en

    aquel clima con

    l a s

    pasiones heroi

    cas,

    s i e l amor para

    ser

    verdadero,

    no tuviera necesidad de l a g l o r i a .

    Los Granadinos fueron siempre tan

    sensibles,

    como valientes y

    genero

    s o s .

    Descendia ya e l Abencerrage pol

    l a

    cuesta

    de

    los

    Almendros

    admi

    rando l a luz inmensa

    d e

    aquellos

    ho

    rizontes interminables que se agran

    dan y multiplican

    cada

    paso desde

    aquel

    punto.

    Deseaba

    ver

    Gra

    nada antes que

    e l

    s o l cayese del to

    d o, y apretando

    l a mula l e decia

    valerosa como su

    guia,

    y

    l e heria

    l o s hijares y la estrechaba como s i

    fuese

    un

    potro

    d e

    la

    Numidia;

    cuando

    h e aqu que

    a l volver l a s

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    66/245

    (

    59

    )

    riendas y

    tomar

    una encrucijada, la

    ciudad

    d e l a s

    mil

    torres ( 7) sale sus

    ojos, como

    por mquina,

    toda

    en

    tera.

    Granada

    grit

    e l

    conduc

    tor,

    sealando

    y haciendo aplauso

    con su

    sombrero. Aben-Hamet quie

    re hablar y no puede ; dos torrentes

    de

    lgrimas

    oscurecen su v i s t a ;

    e l

    s o l

    se

    pone,

    e l

    caon

    de

    l a

    fortaleza

    anuncia

    e l

    f i n del

    dia

    , la

    ciudad

    va

    cerrarse pronto;

    l a s

    mulas

    azota

    das

    vuelan,

    y en poco rato Aben-

    Hamet

    est

    la

    puerta

    deFajalauza.

    All

    solt

    l a s riendas,

    cruz

    Jos

    bra

    zos, y l o s ojos clavados sobre l a ciu

    dad sagrada qued absorto

    y des

    concertado

    por

    largo rato. E l

    amor

    de

    l a

    patria

    hierve

    en

    su

    corazon

    y

    centellea en

    sus ojos;

    sus

    miembros

    tiemblan,

    l a

    color de su rostro cam-

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    67/245

    (

    6o

    )

    L ia dos

    veces;

    sus arterias

    s e oyen

    l a t i r .

    Recobrado en f i n

    algun

    tanto

    de

    su primer sorpresa,

    como

    quien sale

    d e un letargo, no muy dueiio

    de

    sus ideas habl su guia y l e dijo:

    Al

    te

    haga f e l i z ,

    buen

    amigo

    mio; no me ocultes la verdad,

    porque

    l a

    calma

    reinaba

    en

    e l

    mar

    e l

    dia d e

    tu

    nacimiento, y

    la luna

    > > comenzaba llenar en aquella

    misma hora. Que torres son aque-

    l i a s

    que

    brillan

    como

    e s t r e l l a s

    por

    encima

    d e aquel

    gran bosque

    ?

    La

    Alhambra respondi e l

    guia.

    Que edificio es aquel que

    fortaleza, pregunt Aben-Hamet,

    cuyos altsimos

    adarves

    veo coro-

    nados

    d e

    pensiles y d e

    largas

    hi

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    68/245

    ( 6i

    )

    leras de cipreses que se levantan

    hasta e l cielo ?

    Ia Alcazaba, respondi

    e l

    ar-

    riero. En ese mismo lugar habia

    un templo

    mas

    antiguo

    que los

    Judios,

    y que

    los

    Romanos,

    y que

    los

    Moros.

    Y aquel otro palacio mas alto

    que

    la

    Alhambra

    en

    aquella

    ltima

    colina?

    pregunt Aben-Hamet.

    Ese e s Generalife,

    respondi

    e l

    Espaol.

    En ese palacio

    hay

    un

    jardin

    plantado

    de

    laureles

    y

    d e

    mirtos,

    donde dicen

    que

    encontra-

    ron

    a l Abencerrage Aben-Hamet

    con la reina sultana. .qu todo

    seguido

    por nuestra

    izquierda

    v

    e l

    Albaicin

    : a l l , frente de

    noso-

    tros, l a s primeras

    son

    l a s torres

    Bermejas.

    6

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    69/245

    (

    62

    )

    Cada palabra del guia traspasaba

    e l

    corazon d e Aben-Hamet. Que

    > > gnero

    de tormento e s este, decia

    entre

    s , de

    tener

    que preguntar

    los

    estrangeros

    para

    aprender

    co-

    nocer la casa de sus padres, y e l

    escuchar de

    boca

    de personas in-

    diferentes l a

    historia d e

    su propia

    familia

    desterrada

    y

    proscripta

    Aun mas quisiera preguntar, sin que

    acertase

    moverse

    ni diese

    trazas de

    andar, cuando

    e l guia penetrando

    l a causa d e su dolor, acudi c on

    solarle

    su

    modo,

    y

    l e

    dijo

    :

    Va-

    mos,

    seor Moro, vamos :

    Dios

    lo

    h a

    dispuesto

    a s , tome vuesamer-

    ced

    aliento. No est hoy

    mismo

    prisionero

    en

    Madrid

    e l

    mismo

    rey

    d e Francia Francisco I o ? Dios lo

    h a

    dispuesto

    ( 8 ) .

    Aben-Hamet

    le

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    70/245

    (

    63

    )

    vant

    entonces los ojos

    a l

    cielo,

    inclinando despues l a c ab ez a c on re

    ligioso acatamiento, pronunci gra

    vemente e s t a s solas palabras : E s-

    taba

    e s c r i t o .

    ( 9 )

    Dios

    e s

    padre

    de todos

    aadi e l

    arriero

    ;

    y

    qui

    tandose

    e l sombrero ,

    santiguse

    con

    reverencia

    ,

    crugi e l

    ltigo y baja

    ron

    la

    postrer

    cuesta.

    Desde a l l dieron

    la

    vuelta l a

    Alameday atravesando e l campo del

    triunfo, y tomando por calle Elvira,

    y el

    Zacatin llegaron la

    plaza

    de

    Vivarrambla.

    En

    un

    lado

    d e

    aquel

    gran

    cuadrilongo de

    palacios y

    edi

    f i c i o s

    morunos

    est la

    Alcaycera,

    donde acudan los Moros que t r a f i

    caban

    en

    el

    vasto

    comercio

    d e

    l a s

    sedas que producian l a vega y l a s

    Alpujarras. Aben-Hamet

    recibi l a

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    71/245

    (

    64 )

    hospitalitad

    en

    un

    salon

    bajo

    de

    aquel

    antiguo

    kan, cuyos maltratados

    mu

    ros daban aun

    muestra del antiguo

    esplendor del comercio

    rabe.

    L os

    demas

    Moros, que

    a l l

    habia

    eran

    gente de lonja y codiciosos merca

    deres d e aquellos que no

    estiman

    s i

    no

    e l dinero

    y

    cuya

    sola patria son

    l o s mercados (10). No

    encontrando

    con

    quien

    abrirse

    y

    cediendo

    los

    movimientos

    que

    agitaban

    su cora

    zon,

    sali

    en

    medio d e la noche

    vagar y andar

    solo por

    l a s

    calles

    des

    conocidas

    de

    la

    ciudad.

    Deseaba

    re

    conocer por

    su

    propio

    i n s t i n t o

    algu

    nos de aquellos monumentos que

    los

    viejos de

    su colonia

    l e habian

    pin

    tad o tan vivamente.

    Tal vez, d ecia

    entre

    s ,

    aquel

    alto

    edificio

    deal-

    menas

    anchas coronado de obuses,

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    72/245

    (

    65

    )

    . que

    comienza

    alumbrar la luna,

    fu

    la

    gran casa fuerte d e mi f a -

    milia. Aqu

    en

    esta

    misma

    plaza ,

    a l

    presente

    tan

    solitaria,

    se

    cele-

    braban

    aquellas

    grandes

    f i e s t a s

    d e

    amor y guerra, donde acudian en

    tropa adalides y caballeros

    d e

    todo

    e l mundo. Por aqu

    paseaban

    y

    hacian

    vistosos

    juegos

    cien

    cuadri-

    l i a s d e campeones

    vestidos

    d e bro-

    cado,

    mas

    altivos

    que

    los leones,

    mas valientes que los leopardos, y

    mas dulces que las palomas

    :

    por

    aqu eran traidas y

    daban

    vuelta

    aquellas ricas galeras cargadas de

    armas y flores , y aquellos carros

    triunfales donde s e

    alzaba

    e l

    trono

    d e

    los

    amores,

    y

    colgaban

    l a s

    da-

    mas

    moras la

    corona

    del vence -

    dor. Por aquellas esquinas s e avan

    6 .

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    73/245

    ( 66

    )

    zaban

    los

    dragones

    d e fuego, que

    deshechos

    en

    llamas

    vomitaban

    con horrible estampido entre luces

    y e s t r e l l a s resplandecientes a l c a -

    ballero

    armado

    que

    encerraban

    en

    sushijares.

    Que se han

    hecho

    tan-

    tos placeres

    y

    galardones

    d e los

    valientes? En

    vez

    del

    son de

    los

    dulces

    aafiles,

    y

    del

    bramido

    de

    l a s trompetas, y d e tantos

    himnos

    d e

    amor, e l silencio

    profundo

    de

    la

    esclavitud

    ha

    hecho

    mudo este

    antiguo

    campo d e

    l a s

    lides y las

    delicias.

    Aqu duermen, s , esos

    f i e r o s espaoles

    en

    los lechos

    d e los

    vencidos, y reposan tranquilos y

    seguros bajo l o s altos techos

    d e

    mis

    abuelos

    Y

    yo,

    grande

    Al

    peregrino en

    mi misma

    patria,

    velo y vago por e s t a s

    calles,

    solo,

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    (

    67

    )

    desconocido

    y desamparado , l a s

    mismas puertas de mis bogares

    Que e s

    e l poder,

    ni la

    gloria

    , ni

    la fortuna, ni

    que

    son

    l o s

    impe-

    rios? Que fu

    de

    t i , Granada,

    cuando

    en

    medio de

    tus f i e s t a s

    y

    en e l colmo

    de

    tu opul enc ia c ay

    sobre t e l enemigo,

    y trocaste

    con-

    tra

    cadenas

    tus

    guirnaldas

    de

    f l o -

    m

    res?

    tu

    alegra se

    acab como

    la

    alegra

    de

    un

    f e s t i n donde prende

    un incendio, y

    huyen

    y se disper-

    san

    los

    convidados,

    y

    abandonan

    entre l a s

    llamas sus adornos y sus

    preseas.

    A s hablabla consigo

    mismo

    e l

    acongojado Moro, discurriendo y

    pensando

    trazas

    para

    llevar

    cabo

    e l proyecto que l e babia traido

    Granada , cuando e l alba

    empez a

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    (

    68

    )

    mostrarse, y se hall

    perdido,

    sin

    saber

    donde

    lejos del

    kan.

    Todo

    e s

    taba en descanso

    ;

    por ninguna

    calle

    se senta

    e l menor

    ruido;

    las

    puertas

    y

    ventanas

    d e

    l a s

    casas

    estaban

    to

    das cerradas : solamente l a voz del

    gallo

    anunciaba en

    la

    habitacion del

    pobre l a pronta vuelta de las penas

    y

    los

    trabajos.

    Despues de haber errado largo

    trecho sin poder encontrar

    l a plaza,

    principi sonar l a campana de una

    i g l e s i a no muy

    distante, y

    muy

    poco s e abri

    la puerta d e

    un

    pala

    cio que era e l mismo solar antiguo

    d e

    l o s Abencerrages. Aben-Hamet

    lo

    ignoraba, y t a l vez

    l e

    hubiera cono

    cido

    por

    l a s

    seas

    que

    le

    habian

    da

    do l o s

    d e

    su tribu,

    s i otro obj eto

    mucho mas

    nuevo para l ,

    y

    mas

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

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    ( 69

    )

    interesante,

    t o

    l e

    llamra

    la

    aten

    cion. Al abrirse la puerta s a l i una

    jven E spaol a d e

    gentil

    talante,

    pa

    recida en su trage y

    en

    su t a l l e

    aquellas

    reinas

    godas

    que s e

    ven

    to

    dava

    esculpidas

    en los

    prticos

    y

    ca

    p i l l a s de

    los

    antiguos monasterios.

    El vestido

    todo

    negro, d e

    riqusima

    seda d e levante, guarnecido d e blon

    das y azabache, se ajustaba como

    un

    anillo

    su esbelta cintura, y de

    jaba

    ver su

    elegante

    paso

    y un

    pi

    lindsimo. Una mantilla transparente

    de

    gasas

    y

    encages

    negros cubra

    ca

    beza y rostro de la

    Espaola,

    ybajaba

    hasta e l pecho

    en

    d os bandas cruza

    das, recogido e l

    embozo en

    la mano

    izquierda

    con

    gracioso

    donaire,

    y

    ajustado

    como

    l a

    toca d e

    l a s Vesta

    l e s . Y s i bien iba e l rostro envuelto

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    77/245

    ( 7 )

    en

    e l

    cendal

    finsimo,

    resplandecian

    entre l a s mallas, como luceros sobre

    color de

    aurora, sus

    dos hermosos

    ojos, . y mostrbase a l traves de e l l a s

    e l

    carmin

    puro

    de

    su

    boca

    trazada

    y hecha para e l amor. En aquella

    misma mano de marfil

    torneado

    s e

    enredaba y

    pendia

    un rosario de

    oro afiligranado

    con l a s

    cuentas

    de

    ricas

    perlas,

    y

    en

    l a

    diestra

    llevaba

    y jugaba

    con magestad y gracia un

    precioso

    abanico

    de

    corales

    y d e

    brocado

    ( i i ) . Como un paso delante

    de

    ella

    caminaba

    un

    mayordo

    mo,

    sombrero en

    mano,

    con e l

    libro

    d e

    i g l e s i a

    :

    poco

    detras seguia una

    duea : luego dos escuderos c on l i

    breas blancas

    y encarnadas.

    Aben-Hamet

    crey

    ver

    a l

    angel

    I s r a f i l , l a

    mas

    joven de

    l a s

    Huries.

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    78/245

    (

    v

    )

    La Espaola

    no menos sorprehen-

    dida

    f i j

    l o s

    ojos en

    e l Moro, que

    cierto era bien

    d igno de

    excitar l a

    atencion por su hermosa figura y ga

    llarda presencia que realzaban sus

    armas y su ropage. Vuelta en s , y

    mas curiosa que prudente, hizo s e

    al al estrangero c on su abanico que

    s e

    acercase,

    y

    levantando

    e l

    velo

    y

    dirigindole

    su voz con

    aquella

    gra

    cia y aquella

    noble

    franqueza que e s

    propia d e l a s damas andaluzas. S e-

    or

    Moro

    ,

    l e

    dijo

    ,

    vuesa

    merced

    parece recien

    llegado

    Granada

    y no sabe t a l vez l a s c a l l e s .

    Sultana

    d e

    las

    f l o r e s , respondi

    Aben-Hamet,

    delicia

    d e

    los

    ojos d e

    l o s

    hombres,

    esclava

    cristiana

    mas

    hermosa

    que l a s

    vrgenes

    d e

    la

    Georgia, tu

    lo

    has acertado. Es

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    79/245

    (

    7 2

    )

    trangero soy y ando ya mucho

    rato perdido sin poder hallar e l

    kan d e

    los

    Moros. Mahoma toque

    tu

    corazon y t e recompense

    tu

    hos-

    pitalidad.

    Los Moros tienen

    fama d e

    ga

    lanteadores,

    respondi la

    Espa-

    ola con

    jovial

    sonrisa

    ;

    pero n i

    m

    yo

    soy

    sultana

    de

    f l o r e s ,

    ni

    escla-

    va, ni me gusta que me enco-

    mienden Mahoma. Yo tengo que

    pasar

    por e l kan

    d e los Moros.

    Tomaos,

    s i

    quereis,

    l a

    pena

    dese-

    guirme y os

    le

    har ver.

    La Espaola sigui

    delante

    y

    cru

    zando y atravesando un largo labe

    rinto d e callejuelas sali l a

    plaza,

    y llegando

    la

    puerta del kan,

    la

    mostr

    a l Moro c on l a mano, y

    t r a s

    puso por una esquina del e d i f i c i o .

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    80/245

    C

    7 3

    )

    i De que poco pende e l reposo de la

    vida No

    e s

    ya

    solo l a patria

    la

    que

    ocupa

    e l alma

    d e

    Aben- I Iamet, y

    Granada no es ya sus ojos una

    ciudad

    desierta

    y

    desamparada.

    La

    ciudad l e e s mas grata ; otro presti

    gio nuevo hermosea sus ruinas : al

    recuerdo d e

    sus

    abuelos se

    aade

    ahora

    otro

    encanto

    mas.

    Aben-Ha-

    uiet ha visitado ya los sepulcros d e

    los Abencerrages; pero al orar pos

    trado sobre

    los

    negros jaspes, y al

    regarlos

    con

    tiernas

    lgrimas,

    se

    consuela porque imagina que la

    bella Espaola habr pasado algunas

    veces entre l a s tumbas.

    El

    amor es

    incomprehensible. Todos

    los

    senti

    mientos

    se le

    someten

    ;

    todas

    l a s

    de-

    mas

    penas

    se subordinan su ilu

    sion.

    1

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    81/245

    ( 74 )

    Vanos

    son los propsitos que mil

    veces renueva y otras tantas que

    branta

    d e

    ocuparse

    del solo

    objeto

    que l e ha trahido peregrinando;

    vanos

    son

    los

    viages

    que

    hace

    cada

    maana buscando plantas en los

    r i

    bazos

    y

    costaneras d e los dos r i o s .

    La sola f l o r que

    l

    ama y no encuen

    tra

    en

    ninguna

    parte,

    es

    la

    bella

    cristiana.

    Cuantos

    pasos

    intiles

    l l e

    va

    dados

    por hallar aquel palacio, de

    cuyas puertas la vi s a l i r compaera

    del alba y mucho mas hermosa y

    resplandeciente

    que e l lucero d e l a

    maana Por que

    lado

    del cielo

    sale

    s e pone su luz divina? Que

    d e veces ha creido

    oir

    e l sonido d e

    aquella

    campana

    y

    e l

    canto

    d e aquel

    gallo que oy junto a los muros

    donde e l l a mora Cuantas veces

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    82/245

    (

    7 5

    )

    l o s ha

    seguido

    ,

    y ha

    corrido d e sa

    tinado barrios

    enteros sin

    hallar e l

    palacio

    mgico

    Enemigo d e

    darse

    a l pblico, Aben-Hamet

    habia

    re

    corrido

    ya sin embargo

    todos los pa

    seos y l o s s i t i o s mas frecuentados por

    encontrarla. Un dia que

    crey

    verla

    en l a puerta d e los sepulcros d e Fer

    nando

    Isabel

    ,

    dobl

    su

    orgullo

    al

    amor,

    y

    s e mezcl en

    la turba

    de

    forasteros cristianos que visitan aquel

    lugar;

    pero

    no era e l l a . Sus

    deseos

    y

    sus

    ojos

    l e

    engaaban

    cada

    ins

    tante : lo l e j o s , todas l a s c r i s t i a

    nas

    por

    la

    uniformidad d e su trage

    retrahian

    alguna cosa

    a l

    dueo

    d e

    su albedro ; desde cerca ninguna l e

    parecia. Mientras mas dias pasaban,

    mas crecia este delirio amante d e

    Aben-Hamet. Tiene

    e l

    corazon una

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    83/245

    (

    7 < *

    )

    poca, una ocasin y un momento

    indefinible en que nace y se desar

    rolla

    e l primeramor.Ninguna

    fuerza

    humana

    lo desaloja

    ; persevera

    toda

    la vida, se hace sentir

    en

    la vejez , y

    no

    muere jamas del todo. Aben-Ha-

    met no haba amado nunca. La p r i

    mer experiencia era un grande im

    posible,

    como

    sucede

    casi

    siempre.

    El

    amor

    no

    se informa, ni calcula

    e l lugar, ni

    e l

    tiempo, ni l a s per

    sonas.

    Apenado

    d e

    esta

    manera

    ,

    herbo

    rizaba

    el Moro una tarde en las

    amenas angosturas del Dauro, y

    harto ya d e s mismo

    ,

    sin poder so

    portarse

    ,

    se sent

    en

    una

    i s l e t a res

    guardada

    contra

    l a s

    aguas

    por

    un

    peasco

    y

    afianzada por

    l a s raices

    de un olmo antiguo de cien aos

  • 7/26/2019 Franois-Ren Chateaubriand -Las Aventuras Del Ultimo Abencerrage

    84/245

    (

    7 7

    )

    que

    le hacia sombra. Contempora

    neo de sus padres y sus abuelos pa

    reca a l l aquel rbol Aben-Hamet

    l a viga de los siglos,

    l a atalaya

    inmvil

    de

    l a

    esperanza.

    Desde

    aquel

    lugar solitario se descubra e l cos

    tado del medio

    dia,

    sobre cuya a l t

    sima

    cima

    imponian un respeto re

    ligioso

    las

    torres

    d e

    l a Alhambra.

    La colina del Norte presentaba

    del

    otro lado l o s palacios y l a

    muralla

    del

    Albaizin : a l

    pie d e

    e l l a

    se vian

    los huertos, l a s casas

    rsticas, y

    l a s

    largas f i l a s d e cuevas cercadas d e

    nopales en donde habita un pueblo

    numeroso.En la parte occidental d e

    aquel

    valle

    se

    abria

    la

    v i s t a

    de

    l a

    ciudad

    y

    aparecian

    J o s

    campanarios,

    los chapiteles y l a s

    cpulas d e l a s igle

    sias,

    los

    remates

    d e

    l o s

    palacios,

    l o s

    7 -

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    ( 7 )

    laureles y l o s cipreses de los jardines,

    y l a s

    parras

    y cobertizos

    d e

    jazmines

    y d e arrayanes

    que

    coronaban l o s

    terrados.

    Al

    oriente

    en

    e l otro e s t r e -

    mo

    encontraba

    la

    vista

    rocas

    inac

    cesibles,

    tajos profundos, conventos,

    ermitas, ruinas antiguas, y espa

    ciosos bosques que suben lo largo

    y

    se

    pierden

    entre

    l a s

    nieves hasta

    l a s a l t a s cumbres del

    Veleta. Por en

    medio

    d e

    e s t e

    apacible

    valle

    corria

    e l Dauro

    sus pies

    con agradable

    susurro, convidando

    los

    ojos y al

    corazon

    los

    deliciosos

    crmenes

    d e

    sus

    dos

    embelesadas

    riberas

    ;

    soledad

    deleitable

    que no pone grima, ver

    daderos eremitorios

    d e

    l o s placeres,

    ltimo

    asilo

    d e

    la

    cansada

    vida,

    jar-

    din

    eterno;

    muestras,

    ruinas,

    vesti

    gios que aun nos quedan del paraso

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    (

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    )

    en

    mui pocos lugares privilegiados

    sobre la tierra ( 1 2 ) .

    Aben-Hamet se rindi

    a l

    sueo

    en aquel parage encantado , cedi

    mas

    bien

    la

    fuerza

    d e

    un

    desvaro

    profundo

    que

    gan

    sus

    sentidos y

    di suelta la fantasa. Aben-Haniet

    se

    hallaba

    solo en

    un nuevo

    Edeni

    y

    soaba

    su

    compaera.

    Que ilu

    sin

    Que

    misterios y que

    enigmas

    del corazon

    Vala

    en sueos por la

    primera vez ,

    y

    l a via en diversos lu

    gares

    y en

    diferentes

    apariencias,

    cual

    mas

    noble,

    cual

    mas

    atractiva

    y afectuosa; pero siempre lo

    l e j o s ,

    pero

    siempre

    como una sombra ,

    en e l

    cabo

    d e una

    montaa,

    a l

    tra

    ves

    de

    l o s

    rboles,

    debajo

    de

    un

    rio

    en lo

    mas

    hondo,

    como una

    luz

    inciertaquereflejan l a s ondas en

    me

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    (

    8 o

    )

    dio d e la noche. Mil veces se le

    muestra d e

    estos

    modos

    incompre

    hensibles aquella imgen adorada,

    y otras

    tantas

    s e

    pierde

    en l a obscu

    ridad.

    Quiere andar

    y

    correr tras

    e l l a y

    no

    pue