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CLÉMENT CHÉROUX DESCUBRIR EL ARTE BIBLIOTECA ILUSTRADA Henri Cartier-Bresson El disparo fotográfico

Henry Cartier Bresson

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Henri Cartier-Bresson El disparo fotográfico

Clément Chéroux es conservador del departamento de fotografíadel Centro Pompidou. Historiador de la fotografía y doctor enhistoria del arte, ha publicado L’Experiénce photographiqued’August Strindberg (Actes Sud, 1994), Fautographie, petitehistoire de l’erreur photographique (Yellow Now, 2003) y Fotografieund Geschichte (Institut für Buchkunst, 2004). Asimismo, ha dirigido la publicación de los catálogos de las exposiciones«Mémoire des camps, photographies des camps de concentrationet d’extermination nazis» (Marval, 2001), «Le Troisième Œil, laphotographie et l’occulte» (Gallimard, 2004) y «La photographietimbrée, l’inventivité visuelle de la carte postale fantaisie»(Steidl, 2007), de las que fue también comisario. Es redactor en jefe adjunto de la revista Études photographiques.

Título original:Henri Cartier-Bresson. Le tir photographique

Equipo editorial de la edición en francés:Pierre Marchand, Elisabeth de Farcy, Anne Lemaire,Alain Gouessant, Isabelle de Latour, FabienneBrifault, Madeleine Giai-Levra, Caroline Larroche,Vincent Lever, Jean-Paul Harris, Jocelyne Moussart y Arciel Graphic

Traducción:Laura Collet Texidó

Revisión de la edición en lengua española:Francisco Rosés MartínezFotógrafo profesional

Coordinación de la edición en lengua española:Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2012

© 2012 Naturart, S. A. Editado por BLUMEAv. Mare de Déu de Lorda, 2008034 BarcelonaTel. 93 205 40 00 Fax 93 205 14 41e-mail: [email protected]© 2008 Gallimard, París (Francia)

I.S.B.N.: 978-84-8076-995-2Depósito legal: B-23.858-2012Impreso en Tallers Gràfics Soler, Esplugues de Llobregat (Barcelona)

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

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Este libro se ha impreso sobre papel manufacturado con materia prima procedente de bosques sostenibles. En la producción de nuestros libros procuramos, con el máximo empeño, cumplir con los requisitosmedioambientales que promueven la conservación y el uso sostenible de los bosques, en especial de los bosques primarios. Asimismo, en nuestrapreocupación por el planeta, intentamos emplear al máximo materiales reciclados, y solicitamos a nuestros proveedores que usen materiales demanufactura cuya fabricación esté libre de cloroelemental (ECF) o de metales pesados, entre otros.

CONTENIDOPresentación

El instante decisivo

12Capítulo 1

LOS AÑOS DE FORMACIÓNTras renunciar a una carrera trazada de antemano al frente de la empresa familiar,

el joven Henri Cartier-Bresson decide dedicarse a la pintura. Se inscribe en la academia de André Lhote y entra en contacto con los surrealistas. A través

de sus amigos estadounidenses, empieza a interesarse por la fotografía.

26 Capítulo 2

HENRI CARTIER. FOTÓGRAFOEn primavera de 1931, a su regreso de un viaje a África, una fotografía de MartinMunkásci le abre los ojos: dado que «la fotografía puede captar la eternidad en uninstante», será fotógrafo. En sus abundantes viajes, elabora su propio estilo, entrepureza geométrica e intuición surrealista. Se suceden sus primeras exposiciones.

54Capítulo 3

HENRI CARTIER-BRESSON. GRAN REPORTEROTras la guerra, opta por el fotoperiodismo. En 1947, año de su primera retrospectivaen el MoMa, funda, junto con Robert Capa y otros fotógrafos, la agencia Magnum,

que enseguida se convierte en una referencia mundial del fotoperiodismo. Cartier-Bresson elige Asia como primer destino de una larga carrera de reportero.

88Capítulo 4

LA ESTÉTICA DE LA OBRADefensa del blanco y negro, uso exclusivo de la Leica, rechazo al sensacionalismo,

estética y ética del instante decisivo... Para Cartier-Bresson, fotografiar es «poner en el mismo punto de mira la cabeza, el ojo y el corazón».

112Capítulo 5

HCB: CELEBRIDAD Y POSTERIDADA partir de la década de 1970, el ojo del siglo deja de fotografiar para la prensa

y se consagra a la escritura y al dibujo.

129Testimonios y documentos

En esta fotografía de la academia Lhote,tomada en 1927 y conservada durantelargo tiempo porCartier-Bresson, esdifícil identificarloentre los veinteestudiantes, tal vezporque fuera él mismoquien tomara la foto.Todos los elementos de la imagen, desde el personaje subido a la mesa con tutú y sombrero de pajahasta la actitud de losestudiantes en segundoplano, indica que está probablementepreparada para mofarsede las sesiones dedibujo con modelo y losestudios de anatomía,de los que Lhote eraferviente partidario.

16 LOS AÑOS DE FORMACIÓN

trabajo como pedagogo, teórico y crítico de arte. En 1919, Jacques Rivière le confía, después de Apollinaire, la sección de arte de la revista La Nouvelle Revue Française. En su pintura, comoen sus enseñanzas o sus artículos, Lhote apuesta por una síntesis «totalitarista» entre los logros de las vanguardias y aquello que considera las grandesleyes inmutables de la pintura: las «invariablesplásticas». Sus lecciones son extremadamente teóricas y normativas. Recomienda el estudio al natural y el dibujo sobre modelos.

En 1927, durante la época en que Cartier-Bressonasiste a su taller, Lhote escribe en la revista Centaure:«A mi entender, la fotografía, lejos de haber liberadoa la pintura de la idea del parecido, la ha fijado; ha establecido un criterio definitivo. Gracias a Daguerre, el público sabe qué puede obtenerse de larepresentación del rostro humano (en la Edad Medialo ignoraba)». Por tanto, a partir de entonces, de unpintor sólo se espera que realice una «fotografía amano». No obstante, lo que le obsesiona por encima

Además de Cartier-Bresson, otrosfotógrafos de la décadade 1930, como DoraMaar o Florence Henri, siguieron lasenseñanzas de Lhote.En 1944, Cartier-Bresson se reencuentracon él y lo fotografíaentre sus estudiantes.

Lhote continuará dandoclases hasta la décadade 1950, formando a los artistas de laposguerra, con AurélieNemours y WilliamKlein.

CONTACTO CON LOS SURREALISTAS 17

de todo es la composición. Constantemente utilizatérminos como «número áureo», «proporcionesdivinas», «medida ideal», «leyes de composición» y «armonía universal». Sus estudiantes practican lo que él llama «ejercicios de purificación»,aplicando esquemas de construcciones geométricassobre reproducciones de obras de grandes maestros.Ahí, en la calle Odessa, en pleno corazón delMontparnasse de los années folles, entre losjóvenes cosmopolitas que acuden a la academia,Cartier-Bresson «contrae el virus de la geometría».Aunque sólo se quedará dos años en el taller de Lhote, conservará hasta el fin de sus días,entre sus libros imprescindibles, su Traité dupaysage (1939) o su Traité de la figure (1950), yproclamará abiertamente que Lhote le enseñó «a leer y escribir».

Contacto con los surrealistas

En el período en que asiste a la academia de Lhote, entra también en contacto con los surrealistas,reunidos alrededor de André Breton. En casa de Jacques-Émilie Blanche, entabla amistad con René Crevel, un dandi de ojosclaros que hacealarde de suhomosexualidad, su fascinación por la doctrina espiritistay su atracción por todos los«desórdenes de lossentidos». Es él quien lo introduce en el nuevomovimiento, a través de los encuentros queorganizan en los cafés de la orilla derecha del Sena. Cartier-Bresson escribiría, más tarde: «Acudía asiduamente, sentado en el borde de la mesa, a las reuniones de los surrealistas

Sobre esta fotografía de Martin Munkácsi,tomada en 1930 y publicada el añosiguiente en la revistaArts et Métiersgraphiques, Cartier-Bresson escribe: «Hacia1931 o 1932 vi unafotografía de Munkácsi[...] tres niños negroscorriendo hacia las olas. Debo decir que fueesta foto la que desatómi pasión, la que memotivó a observar la realidad a través delobjetivo. Esta imagentiene tanto rigor de composición quetodavía me maravilla,mezclada con laespontaneidad y unaintensa dicha de vivir».

30 HENRI CARTIER. FOTÓGRAFO

Convertirse en fotógrafo

El regreso de HenriCartier-Bresson coincidecon su descubrimiento, en el volumen de 1931 de Arts et Métiersgraphiques, de unafotografía de MartinMunkácsi en que aparecen tres niños negros corriendo parazambullirse en las aguas del lago Tanganica.Para el joven de 23 años,es toda una revelación.Todos los elementos de la imagen lo impresionan:el contraste de los cuerposcon la espuma del agua, su gracioso encaje, su sutildinamismo. No sólo lerecuerda su experiencia en África, sino que, sobretodo, le muestra aquello que es posible hacer con una cámara fotográfica. Más tarde, afirmaría: «De repente comprendí que la fotografía es capaz de fijar la eternidad en un instante. Es la única foto que me ha influido. En esta imagen hay tanta intensidad, tanta espontaneidad,tanta dicha de vivir, tanta maravilla, que me deslumbra todavía hoy. La perfección de la forma, el sentido de la vida, un escalofrío sin igual». Como explicó en varias ocasiones, fue esta instantánea la que desató su pasión.

Es difícil discernir entre los hechos comprobados y aquello que emerge de la mitología personalreconstruida a posteriori a través de una serie lógica de acontecimientos fundacionales, pero todo indica que fue a su regreso de África cuandoCartier-Bresson se planteó abandonar la pintura para dedicarse a la fotografía. En cualquier caso, en este momento aparta sus lienzos y anuncia

Bajo estas líneas, AndréPieyre de Mandiarguesy Leonor Finifotografiados en Italiaen 1933. En las páginassiguientes: Sevilla,España, 1933 (véasepág. 32, superior einferior); Livorno, Italia,1932 (véase pág. 33).

❛❛[Cartier-Bresson] no es un esteta [...],nunca busca la imagen

bella, sino la belleza de la imagen; para él,[ésta] reside más bienen el desvelo de ciertomisterio y el choque decierta fantasía, donde lotrágico se mezcla conlo cómico.❜❜

André Pieyre deMandiargues, en Henri

Cartier-Bresson:photoportraits, 1985

CONVERTIRSE EN FOTÓGRAFO 31

a su padre que quiere ser fotógrafo. Decide volver a la carretera, no sólo por el placer de viajar, sino parafotografiar. En primer lugar, se dirige al este deEuropa –Berlín, Budapest y Varsovia–, que retrata del mismo modo que hiciera Atget con el viejo París. Luego, se dirige a Italia: en 1933, a bordo de un Buick de segunda mano, parte con sus amigos André Pieyre de Mandiargues y Leonor Fini a descubrir Siena, Trieste, Venecia, etc.Mandiargues explicó más tarde que, durante estosviajes por Europa, a inicios de la década de 1930,Cartier-Bresson se convirtió en Cartier-Bresson:

«Vi nacer al fotógrafo más grande de los tiemposmodernos». Luego se dirigen al sur de Francia y a España, donde toma algunas de sus instantáneasmás maravillosas.

Viajes fotográficos

En la primavera de 1934, Cartier-Bresson decidecambiar de continente una vez más, embarcando a bordo de un paquebote con destino a América del Sur. Tras una breve escala en La Havana,

bien, y el proyecto común nunca verá la luz. Seránecesario esperar casi medio siglo para que se reúnaun volumen del duro retrato de Estados Unidosrealizado entonces por Cartier-Bresson, y que encierto modo sirve de preámbulo a Los americanos,de Robert Frank.

Convertirse en profesional

A priori, el periplo estadounidense de Cartier-Bresson evoca sus viajes fotográficos de la década de 1930. Sin embargo, por su organización, suracionalización y sus visitas a grandes figuras del mundo de las artes y las letras,no tendrá nada en común con sus deambulaciones poéticas de la década anterior. La experiencia de la guerra y el cautiverio y la desaparición dealgunos de sus allegadosmarcan mucho suevolución, tal comoexplicaría más tarde:«Después de la guerra, las preocupaciones han cambiado con laesperanza de un mundodistinto». A partir deentonces, se interesamenos por un «enfoqueabstracto de la fotografía y más por los valoreshumanos». Le preocupamás el porvenir delhombre. La evolución de su práctica fotográficada buena muestra de ello: «Antes de la guerra,lo tomaba como un juego; sólo después me convertí realmente en reportero». Ya no es un aficionado,

58 HENRI CARTIER-BRESSON. GRAN REPORTERO

A partir de 1946,Cartier-Bresson firmasus fotografías con su apellido completo.

❛❛No me convertí enfotógrafo profesionalhasta 1946. Antestomaba fotos, pero no sabía qué iba a hacer, siemprepensaba en ser pintor.❜❜

Photo, septiembre de 1979

sino un auténtico profesional que opta por el fotoperiodismo.

A menudo, Cartier-Bresson explicaba que, despuésde su exposición en el MoMa, Robert Capa leaconsejó que no se dejara encasillar bajola etiqueta de «fotógrafo surrealista»: «Haz lo que quieras, pero hazlo comofotoperiodista». Por lo que parece,siguió su consejo. Antes que la etiqueta de «pequeño surrealista»,prefiere sin duda la de «gran reportero».Aunque no abandona del todo sus búsquedas personales, en que elazar se mezcla con el inconsciente, a partir de entonces las realiza desde la perspectiva del fotoperiodismo. Loscarretes del viaje por Estados Unidosson claro testimonio de ello. Al lado de imágenes de ensueño que evocan los pequeños «milagros instantáneos» de la década de 1930, se preocupa detomar fotografías más documentales,como la de la huelga de estibadores o los retratos de las personalidades que visitó.

CONVERTIRSE EN PROFESIONAL 59

❛❛Si en mis fotografíasrara vez muestroconstruccioneshumanas –comorascacielos o puentes–,no es porque no me guste su belleza o grandeza, sino porque simplemente[...] me interesa más elhombre, el lugar queocupa en la sociedad,que las construccionesmateriales.❜❜

H. Cartier-Bresson,mecanografiado de1947 para un libro no publicado sobre

Estados Unidos; (izquierda:

Massachusetts, 4 de julio de 1947;

superior: huelga deestibadores,

1947; doble páginasiguiente: incendio en Hoboken, 1947.

❛❛Henri, este desolladovivo robaimágenes, es (por atento que estéy orgulloso que sea)alguien que se olvida,se esfuma. [...] Vi aHenri «operar» en lascalles de Nueva York,de París. Charlábamos. De repente, un «clic»fortuito. El sujetoapenas había visto una luz. Henri Cartier-Bresson es al mismotiempo el arco y laflecha, y el camino más corto de unasensibilidad a unreflejo.❜❜

Claude Roy, «H.Cartier-Bresson»,

L’Étonnement du voyageur, 1990

94 LA ESTÉTICA DE LA OBRA

se transforma, mientras él gira a su alrededor hasta encontrar la planificación formal mássignificativa. Entre ambos se establecía una especie de coreografía que impresionómucho a quienes loacompañaban. Truman Capote afirmó: «Me acuerdo del día en que pude observarlo en plena acción en una calle de Nueva Orleans,recorriendo toda la acera como una libélula inquieta, con tres Leica balanceándose en las correas alrededor de su cuello, y la cuarta pegada al ojo».

La elección de una cámara de pequeño formato, ligera y manejable, o de una emulsiónque permitiera actuar con rapidez, lejos de ser una simplecoquetería de estilo, era condiciónnecesaria para una ligereza de movimientos perfecta. La relación entre fotógrafo y sujetofotografiado se basa, asimismo, en un principio de discreción. Cartier-Bresson procura captar las cosas observadas en el instante, sin que su presencia haga reaccionar al sujeto ni modifique la organización formal percibida. Como él mismo explicó, se trata de «acercarse al sujeto con paso de lobo [...] Dorarle la píldora, pero manteniendo el ojo agudo. Sin abalanzarse; no se remueve el agua antes de pescar». Así pues, no utiliza flash. Quiere ser lo másimperceptible posible. Su amigo Claude Roy,explica: «La primera actitud de Henri era esfumarse, borrarse, desaparecer. Un apasionado de la observación que se esfuerza por no serobservado». Beaumont Newhall decía de él que,mientras trabajaba, parecía revestirse de una «capade invisibilidad», como en los cuentos de hadas.

«Me preguntáis quépienso de la técnica»,escribió Cartier-Bresson en su respuesta a unaentrevista para la revista Alitalia. «Para mí, la fotografíade reportaje necesita un ojo, un dedo y dospiernas.» En esta serie de fotos anónimas,tomadas en una sala de conferencias, o tal vez sobre unescenario, Cartier-Bresson parece expresar con mímica su concepción del actofotográfico: acercarsecon discreción alsujeto, fotografiarlorápidamente y luegomarcharse sin ser visto.

EL ARTE DEL ECLIPSE 95

Hasta el fin de sus días, se negó sistemáticamente a dejarse fotografiar, por discreción y, sobre todo,para no ser reconocido en público.

La ética del fotógrafo

Para Cartier-Bresson, el hecho de ser fotógrafoimplica una postura ética. Con contadasexcepciones, que datan todas de la década de 1930, sus instantáneas no son nunca posados ni están preparadas. Su impaciencia no casa bien con lo planeado, lo preparado, lo recreado, lo que se elabora minuciosamente. Prefiere captar composiciones fortuitas que se le ofrecen en la inmediatez del instante efímero.

El hecho de que Aragon, en una rigurosadescripción del retrato de Cartier-Bresson a Matisse, imaginara que estaba preparado para satisfacer la leyenda del gran pintor, lo hizomontar en cólera, tal como confesaría a Pierre

ISBN 978-84-8076-995-2

9 7 8 8 4 8 0 7 6 9 9 5 2

Fotografiar es poner en el mismo punto de mira la cabeza, el ojo yel corazón. Es una forma de vida. Son palabras de Cartier-Bresson,cofundador de la célebre agencia Magnum en 1947 y figura míticade la fotografía del siglo XX. En 1931, después de estudiar pintura,entrar en contacto con los surrealistas y emprender un primerviaje a África, decide dedicarse a la fotografía. De México a Nueva York, pasando por la India de Gandhi, la Cuba de FidelCastro, la China recién comunista y la Unión Soviética de ladécada de 1950, ya no cesará de recorrer el mundo con su fiel Leica pegada al ojo. Clément Chéroux nos invita a seguir el disparo fotográfico de este incansable caminante que,rechazando el sensacionalismo y negándose a la modificación delos encuadres de los positivados, dio prestigio al fotoperiodismo e hizo del «imaginario del natural» una ética. Y una estética.

De sus primeras fotografías a sus últimos dibujos, los filmesdocumentales, los grandes reportajes para Life o Paris Match, los retratos de artistas y escritores, la publicación de sus libros; desde los tiempos de guerra hasta el siglo XXIy la creación de la Fundación HCB. Más de 170 ilustraciones para descubrir al que fue el «ojo del siglo».

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