Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    1/24

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    2/24

    Jess y las bienaventuranzas

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    3/24

    Coleccin EL POZO DE SIQUEM

    302

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    4/24

    ENZO BIANCHI

    Jessbienaventuranzas

    Sal Terrae

    SANTANDER 2012

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    5/24

    Ttulo del original italiano:

    Le vie della felicit.Ges e le beatitudini

    2010 by RCS Libri S.p.A.Milano

    www.bur.eu

    Traduccin:Jos Prez Escobar

    2012 by Editorial Sal TerraePolgono de Raos, Parcela 14-I

    39600 Maliao (Cantabria)Tfno.: 942 369 198 / Fax: 942 369 [email protected] / www.salterrae.es

    Imprimatur:

    Vicente Jimnez ZamoraObispo de Santander20-04-2012

    Diseo de cubierta:Mara Prez-Aguilera

    www.mariaperezaguilera.es

    Reservados todos los derechos.

    Ninguna parte de esta publicacin puede ser reproducida,almacenada o transmitida, total o parcialmente,por cualquier medio o procedimiento tcnico

    sin permiso expreso del editor.

    Impreso en Espaa. Printed in SpainISBN: 978-84-293-2007-7

    Depsito Legal: SA-243-2012

    Impresin y encuadernacin:Grafo, S.A. Basauri (Vizcaya)www.grafo.es

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    6/24

    ndice

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    1. Las bienaventuranzas en Mateo y Lucas:dos formas diversas, un mismo mensaje . . . . . . . . . 102. Bienaventuranzas y felicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123. Las bienaventuranzas:

    entre el pasado, el presente y el futuro . . . . . . . . . . 154. El escndalo de las bienaventuranzas . . . . . . . . . . . 175. Jess, el hombre de las bienaventuranzas . . . . . . . . 19

    1. Bienaventurados los pobres de espritu,

    porque de ellos es el reino de los cielos . . . . . . . . . . 23

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

    1. Pobres y pobres de espritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252. Jess es el pobre bienaventurado . . . . . . . . . . . . . . . 31

    3. Una Iglesia pobre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

    2. Bienaventurados los que lloran,

    porque sern consolados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

    1. Los que lloran porque sufren . . . . . . . . . . . . . . . . . 422. Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

    NDICE 5

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    7/24

    3. Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos: elpnthos . . . . . . . . . . . . . . 50

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

    3. Bienaventurados los mansos,

    porque heredarn la tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

    1. La mansedumbre en las Escrituras . . . . . . . . . . . . . 562. La mansedumbre de Jess . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 603. La mansedumbre de los cristianos . . . . . . . . . . . . . . 64Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

    4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed

    de justicia, porque sern saciados . . . . . . . . . . . . . . . 69

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

    1. Bienaventurados vosotros,que ahora tenis hambre... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

    2. Bienaventurados los que tienenhambre y sed de justicia... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

    3. Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

    5. Bienaventurados los misericordiosos,

    porque encontrarn misericordia . . . . . . . . . . . . . . . 83

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

    1. El Seor, el Seor,

    Dios misericordioso y compasivo... . . . . . . . . . . . . 842. Sed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordioso . . . . . . . . . . 87

    6 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    8/24

    3. La bienaventuranza del perdn y la compasin . . . . 91

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

    6. Bienaventurados los puros de corazn,

    porque vern a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

    1. La pureza de corazn en el Antiguo Testamento . . . 1002. Jess, el puro de corazn por excelencia . . . . . . . . . 1043. La pureza de corazn permite ver a Dios . . . . . . . 108

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

    7. Bienaventurados los que trabajan por la paz,

    porque sern llamados hijos de Dios . . . . . . . . . . . . 113

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114

    1. Hacer la paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

    2. La paz en el Antiguo Testamento . . . . . . . . . . . . . . 1173. La paz en el Nuevo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . 1194. ... porque sern llamados hijos de Dios . . . . . . . . 123

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124

    8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la

    justicia, porque de ellos es el reino de los cielos . . . 127

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1281. La persecucin contra los hombres

    que viven la justicia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1292. La persecucin contra los cristianos . . . . . . . . . . . . 1303. As persiguieron a los profetas

    anteriores a vosotros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

    Conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143

    NDICE 7

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    9/24

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    10/24

    Introduccin

    Arraigada en el presente y abierta al futuro del rei-no de Dios, la felicidad de la que hablan las biena-venturanzas hunde tambin sus races en un pasadopreciso: en aquel momento del tiempo, que est anuestras espaldas, en el que se pronunciaron porprimera vez; ms an, lo ms importante no es eltiempo, sino la persona de aquel que, al proclamar-

    las, se presenta como su garante [...]. El futuro felizque prometen las bienaventuranzas se ha hecho unarealidad presente en la persona de Jess1.

    El santo es el hombre nuevo, el que vive segn elmodelo dejado por Jesucristo; es el hombre de lasbienaventuranzas; es el hombre que se despoja de su

    egosmo y que vive para Dios y para los dems; es elhombre transfigurado. Es el hombre verdadera yplenamente humano2.

    INTRODUCCIN 9

    1. J. DUPONT, Il messagio delle beatitudini, Gribaudi, Torino 1979, p. 6(trad. esp. del orig. fr.: El mensaje las bienaventuranzas, Verbo Divino,Estella 1988).

    2. R. COSTE, Le grand secret des Batitudes, ditions de lEmmanuel, Pa-ris 2004, p. 262.

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    11/24

    1. Las bienaventuranzas en Mateo y Lucas:dos formas diversas, un mismo mensaje

    EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza, la felicidad queest reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especficos. Se llama dichoso(areen hebreo, palabra que deriva de la raz aar, andar,avanzar; makrios en griego) a quien encuentra alegra enla enseanza del Seor y la medita da y noche3 (Sal 1,2);es dichoso quien discierne al pobre (Sal 41,2; cf. Prov14,21); es dichoso quien acta con justicia y practica siem-pre el derecho (Sal 106,3).

    En continuidad con los Profetas y los Salmos, tambinJessproclam en su predicacin algunas bienaventuranzas.Tenemos numerosos vestigios en los evangelios: Dichoso elque no encuentra en m motivo de escndalo (Mt 11,6; Lc7,23); Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y laponen en prctica (Lc 11,28); Dichosos aquellos siervos aquienes el Seor encuentre vigilando a su llegada (Lc12,37)... No obstante, hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jess: las palabras de apertura, el grandioso portal4 del

    Sermn de la montaa, el primer gran discurso de Jess enel Evangelio de Mateo (cf. Mt 5,17,29), y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf. Lc 6,17-49).

    10 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

    3. La traduccin de los textos clsicos y patrsticos y, donde ha sido ne-cesario, de los textos bblicos es obra del autor.

    4. C.M. MARTINI, Il discorso della montagna, Mondadori, Milano 2006,p. 47 (trad. esp.: El sermn de la montaa, PPC, Madrid 2008).

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    12/24

    Al ver a la multitud, subi al monte. Se sent y se leacercaron los discpulos. Tom la palabra y los instruyen estos trminos: Dichosos los pobres de espritu...

    (Mt 5,1-3).Baj con ellos y se detuvo en un llano. Haba un grannmero de discpulos y una gran multitud del pueblo,venidos de toda Judea, de Jerusaln y de la costa de Tiroy Sidn [...]. Dirigiendo la mirada a los discpulos, lesdeca: Dichosos vosotros, los pobres... (Lc 6,17.20).

    A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una, la ltima,en la segunda persona del plural. La composicin es extre-madamente cuidada, tambin desde el punto de vista lite-rario: las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras, y tambin las cuatro siguientes,mientras que la novena contiene treinta y cinco. Adems, la

    primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza, formando as una inclusin: Porque de ellos esel reino de los cielos (Mt 5,3.10). La versin de Lucas pre-senta, en cambio, cuatro bienaventuranzas, formuladas enla segunda persona del plural y, en paralelo, cuatro ayes,es decir, advertencias, amonestaciones, llamadas severas convistas a la conversin; tambin esta forma de discurso, bien

    atestiguada en las Escrituras y, en particular, en los Profetas(cf. Is 1,4; Jr 22,13; etc.), es usada con frecuencia por Jess(cf., sobre todo, Mt 23,13-32; Lc 11,42-52).

    Cul de las dos versiones es anterior a la otra? La cues-tin es muy antigua y sustancialmente irresoluble, porqueno conocemos, ni conoceremos jams, las ipsissima verba

    pronunciadas por Jess en arameo. Pero lo que importa esotra cosa: si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

    INTRODUCCIN 11

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    13/24

    ss, contamos, sin embargo, con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos. Es decir, que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes, porque los evangelistas, al

    traducir las palabras de Jess del arameo al griego y al trans-mitirlas, se dirigan intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas, llamadas a acogerlas. Por eso Mateo,que conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres, actualizalas palabras de Jess proclamando bienaventurados a quienesson pobres de espritu (Mt 5,3), es decir, pobres tambin decorazn; en cambio, Lucas, en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos, mira a los discpulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas: Dichosos vo-sotros, que sois pobres; dichosos vosotros, que tenis hambre.Pero, al contrario, ay de vosotros, que sois ricos y estis sa-ciados (cf. Lc 6,20-21.24-25).

    En mi comentario seguir la versin ms larga, la deMateo, haciendo, no obstante, referencia a la de Lucas cadavez que sea posible establecer un paralelo. Tratar de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio y,ms en general, de toda la Escritura. En efecto, a mi pare-cer, solo en este contexto amplio es posible comprender laintencin profunda de las palabras de Jess, sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideolgicas.

    2. Bienaventuranzas y felicidad

    Qu sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas? Por qu de-bemos meditar sobre estas palabras paradjicas de Jess?Ante to-do, pienso, por una razn muy humana. En el contexto so-

    ciocultural en el que vivimos, nosotros, los cristianos, esta-mos llamados, hoy ms que nunca, a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacin y de salvacin que puedan re-

    12 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    14/24

    correr todos los hombres. Ahora bien, la manera ms eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla bsqueda de sentido, un ejercicio que en nuestros das pare-

    ce cada vez ms raro. Se ha hecho difcil, sobre todo para lasnuevas generaciones, dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen, hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la crisis del sentido.

    En esta situacin, los cristianos deberamos saber mos-trar a todos los hombres, humildemente pero con determi-nacin, que la vida cristiana no solo es buena, es decir, queno solo est marcada por los rasgos de la bondad y del amor,sino que tambin es bella y feliz, que es va de belleza y dedicha, de felicidad. Preguntmonos con honestidad: da hoyel cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vidafeliz? Nos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes, precisamente por la fe, llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo, en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo? (cf.Mt 11,30)? En realidad, me parece que, a menudo, nos me-recemos an el reproche que Friedrich Nietzsche diriga a loscristianos hace ya ms de un siglo:

    Mejores canciones tendran que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor. Ms alegres

    tendran que parecerme los discpulos de ese redentor!5.

    Ciertamente, el camino cristiano es exigente, exige fati-ga y esfuerzo para entrar por la puerta estrecha (Lc 13,24;cf. Mt 7,13) y configurarse con la llamada recibida. No ha-

    INTRODUCCIN 13

    5. F. NIETZSCHE, Cos parl Zarathustra, Adelphi, Milano 1986, p. 109(trad. esp. del orig. al.:As habl Zaratrusta, Alianza Editorial, Madrid2011).

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    15/24

    ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-ss en este sentido, condensadas en su advertencia: Quienquiera seguirme, niguese a s mismo, cargue con su cruz y

    sgame (Mc 8,34 y par.). Por otra parte, segn la ensean-za de Jess y, sobre todo, segn su ejemplo, la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada, sino que escausa de dicha, es fuente de felicidad.

    Es precisamente en este punto en el que se sita elanuncio de las bienaventuranzas, que podramos definir co-mo el corazn de la tica cristiana, una tica hay que de-cirlo con claridad que no es tanto una ley o, peor an, unamoral de esclavos, sino un espritu o un estilo, el que anun-ci y vivi Jess en la libertad y por amor, aquel en el queJess encontr la felicidad. S, las bienaventuranzas son unallamada a la felicidad. Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razn por la que vale la pena perderla vida, es decir, morir, encuentran tambin una razn paragastarla cotidianamente y, en consecuencia, son felices.Pues bien, las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zn y, as, permiten dar un sentido a la vida, es ms, con-ducen al sentido del sentido: Jess proclama dichosos ahombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

    tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunin con Dios.Pero el sentido primero y ms elemental de las biena-

    venturanzas vuelvo a insistir es la felicidad, la alegra dedescubrir que gracias a la asuncin consciente de una acti-tud, de un comportamiento, puede vivirse una existenciaque, aun cuando exija un precio caro, tiene los trazos de

    una verdadera obra de arte: la pobreza de espritu, el llanto,la mansedumbre, el hambre y la sed de justicia, la miseri-cordia, la pureza de corazn, la construccin de la paz, la

    14 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    16/24

    persecucin sufrida por causa de la justicia, son situacionesque pueden producir la dicha ya aqu, en esta vida, y, des-pus, en el mundo venidero, aquel en el que Dios reina

    definitivamente.

    3. Las bienaventuranzas:entre el pasado, el presente y el futuro

    Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas, a saber, que enrazanfirmemente en el presente a quienes las escuchan, abrindo-les, al mismo tiempo, a un futuro de esperanza. Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estn en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba, la dificultad y la con-tradiccin. Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accin de Dios, que ya, ahora, es ocasin defelicidad y, despus, al final de los tiempos, ser para ellos re-compensa, restablecimiento de la justicia, plenitud de vida,alegra y paz. La bienaventuranza no excluye el esfuerzo, elsufrimiento y el sacrificio, pero es verdadera bienaventuranzaporque nace de la conciencia de la situacin en la que se es-t. Podramos decir que con estas proclamaciones, Jess se es-

    fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicina cuantos son dichosos. Tal vez, como ha escrito JacquesDupont, uno de los comentaristas ms autoritativos de lasbienaventuranzas, estos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello; sin embargo, son dichosos6.

    Al mismo tiempo, los dichosos son felices debido tam-bin a la esperanza que los habita, en el sentido en el que Pa-

    INTRODUCCIN 15

    6. DUPONT, op. cit., p. 5.

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    17/24

    blo habla de la alegra de quienes esperan (spe gaudentes:Rom 12,12). Dicho de otro modo, si estos viven su condi-cin presente con una apertura al futuro y este es el movi-

    miento intrnseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunin, pueden nutrir la esperanza de que laltima palabra sobre su vida ser la pronunciada por Diosen el reino. Por tanto, hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vacan de su di-mensin escatolgica, que actualmente, adems, se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las realidades invi-sibles, las eternas (cf. 2 Cor 4,18). Rotundamente no. Lasbienaventuranzas se abren al futuro, a aquel cumplimientoque se realizar solo en el reino, como deja entender Mateomediante la inclusin que crea entre la primera y la octavabienaventuranza. Y este futuro ha estado ya presente in nu-ceen la persona de Jess, l que era el reino, l que era elhombre sobre el que Dios rein plenamente, en un pasadobien determinado.

    En la parbola del juicio final, con la que Mateo con-cluye su ltimo gran discurso, es precisamente Jess quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de unasencillez que desarma y que, al mismo tiempo, causan una

    inmensa sorpresa a los destinatarios; palabras que, una vezms, trazan un horizonte de dicha y de salvacin posible pa-ra todo hombre:

    Venid, benditos de mi Padre es decir, Dichosos vo-sotros!, recibid en herencia el reino preparado paravosotros desde la fundacin del mundo, porque tuvehambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de

    beber, era extranjero y me acogisteis, estaba desnudo yme vestisteis, estaba encarcelado y vinisteis a verme.Entonces los justos le respondern: Seor, cundo?

    16 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    18/24

    [...]. En verdad os digo: todo cuanto habis hecho auno solo de estos mis hermanos ms pequeos, me lohicisteis a m (Mt 25,34-37.40).

    4. El escndalo de las bienaventuranzas

    Meditando sobre las bienaventuranzas escriba tambinNietzsche, profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos:

    Han sido los judos los que, con una consecuencia lgicaaterradora, se han atrevido a invertir la identificacin aris-tocrtica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio ms abismal (el odio de la impotencia)esa inversin, a saber, los miserables son los buenos; lospobres, los impotentes, los humildes son los nicos bue-

    nos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los de-formes son tambin los nicos piadosos, los nicos ben-ditos de Dios, nicamente para ellos existe bienaventu-ranza [...]. Se sabe quin ha recogido la herencia de esatransvaloracin juda7.

    Nietzsche se sinti justamente provocado por las biena-

    venturanzas pronunciadas por Jess al que alude al finaldel pasaje citado hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia. Nosotros, en cambio, habituados ya a escucharlas,no captamos ms su carcter paradjico8, de aguijn que

    INTRODUCCIN 17

    7. F. NIETZSCHE, Genealogia della morale, Adelphi, Milano 2006, pp. 22-23(trad. esp.: La genealoga de la moral, Alianza Editorial, Madrid 2006).

    8. Cf. J. R ATZINGER BENEDICTOXVI, Ges di Nazaret, Rizzoli, Milano2007, p. 95 (trad. esp.:Jess de Nazaret, La Esfera de los Libros, Ma-drid 2007).

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    19/24

    pone en cuestin nuestra fe, su dimensin de escndalo.Y as olvidamos que las bienaventuranzas son tambin len-guaje de la cruz (1 Cor 1,18), capaz de confundir toda sa-

    bidura humana (cf. 1 Cor 1,19-25). Dicho de otro modo,a quien escruta con atencin la realidad cotidiana de nues-tro mundo, le asalta espontneamente la pregunta sobre c-mo es posible llamar dichosos, felices, verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres ymansos, a cuantos lloran, a cuantos estn hambrientos dejusticia hasta el punto de ser perseguidos. Y, sin embargo,estas bienaventuranzas salieron de la boca de Jess en unacultura y en una sociedad semejante a la nuestra, donde es-taba vigente la ley de la fuerza, donde lo que contaba era lariqueza, donde la violencia estaba al servicio del poder.

    Hay que reiterar con fuerza que, tanto ayer como hoy,las bienaventuranzas son y seguirn siendo escandalosas; ydado que quien las vivi en plenitud es precisamente el quelas pronunci, es decir, Jess, que por su revelacin de Diosacab en la cruz, entonces lo repito las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz. Tambin es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopotico, ni como un texto de fuertes contenidos morales, nitampoco como un texto sapiencial, fuente de inspiracin

    para la bsqueda humana. Son tambin todo esto, pero,ms en profundidad, son actitudes vividas radicalmente porJesucristo y, como tales, deben convertirse en el estilo de vi-da de sus discpulos, los cristianos.

    En suma, para que se haga realidad la buena noticia delevangelio hay que vivir las bienaventuranzas. Con referencia aesta exigencia nos encontramos que, a lo largo de los siglos,

    siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas, sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo ms que simples palabras utpicas, es decir,

    18 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    20/24

    privadas de un lugar, de una realizacin histrica, en el ni-vel personal o comunitario. Hay quien ha afirmado que va-lan solamente para los contemporneos de Jess y para la

    primera generacin cristiana, es decir, para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatolgica, como tambinhay quien, tras el giro constantiniano y, despus, con unaparticular insistencia en el segundo milenio, las ley comoconsejos reservados solamente a los monjes y los religiosos,aquellos que abandonan el mundo; y podramos seguir lalista de estas interpretaciones reduccionistas.

    Hoy, como en toda generacin, estamos llamados a de-jar resonar la pregunta desnuda: es posible vivir las biena-venturanzas aqu y ahora?A mi parecer, esta pregunta ha re-cibido siempre y puede an recibir una respuesta positiva,pero no de un modo triunfal o apotesico, no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los dems, si-no en la vida cotidiana, a menudo escondida, de tantoshombres y mujeres, de personas que, pese a sus contradic-ciones y su pecado, han buscado y buscan seguir al SeorJess viviendo su mismo estilo de vida, el estilo escandalo-so de las bienaventuranzas. S, en efecto, siempre ha sido yseguir siendo posible vivir las bienaventuranzas. Mi medi-tacin se desarrollar en este horizonte prctico.

    5. Jess, el hombre de las bienaventuranzas

    Las bienaventuranzas pronunciadas por Jess no son sola-mente una revelacin entregada a los discpulos, sino quetambin son el fruto de la experiencia vivida, de la fe pen-

    sada de Jess. Viva de estas bienaventuranzas y su certezarenovaba diariamente su existencia, permitindole vencertoda contradiccin sufrida y toda hostilidad manifestada

    INTRODUCCIN 19

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    21/24

    hacia l. Lo hemos mencionado ya ms veces, pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad:Jess es el hombrede las bienaventuranzas, l es el pobre, el que llora, el man-

    so, el hambriento y sediento de justicia, el misericordioso,el puro de corazn, el que trabaja por la paz, el perseguidopor causa de la justicia... Para darse cuenta de esto, es sufi-ciente leer con atencin su vida narrada en los evangelios,que es lo que haremos, en parte, en el comentario a cadabienaventuranza.

    Por consiguiente, las bienaventuranzas no son una ideo-loga, una utopa o una doctrina espiritual. Jess las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana, en la que en-contr la felicidad. Una felicidad a un precio caro; una feli-cidad que naca en l de la conciencia de que el sentido desu existencia consista en vivir el amor a Dios y a los hom-bres, en buscar siempre y por encima de todo la comunin,tambin ante quien saba responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad. En suma, una felicidadque para Jess coincida con la bsqueda de la humanizacinplena, con la bsqueda de un comportamiento capaz de sal-var su vida humana.

    Comprendemos, por tanto, cmo las perspectivas de lafelicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

    sucristo su punto de encuentro: despus de l, que vivi co-mo el hombre verdadero querido por Dios, todo lo que esautnticamente humano es tambin autnticamente cristia-no, y viceversa. En este sentido, estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comn hacia el sentido yla felicidad. Es verdad que la promesa del reino solo puede

    ser acogida por cuantos tienen fe, pero todos los hombresestn interesados en recorrer los caminos de humanizacinabiertos por las bienaventuranzas. Son interrogantes dirigi-

    20 JESS Y LAS BIENAVENTURANZAS

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    22/24

    dos a todo hombre y toda mujer, y quien quiera llevar unavida digna de este nombre, debe dejarse interrogar.

    ***

    Unos pocos aos despus de la muerte y la resurreccin deJess, el filsofo Sneca escriba: Todos quieren vivir feli-ces (beate vivere), pero cuando se trata de ver con claridadqu es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat)

    se ven envueltos por la oscuridad9

    . Pues bien, las biena-venturanzas son una lmpara en este camino hacia la felici-dad. Al leerlas, descubriremos el espritu que est bajo la le-tra y conoceremos mejor, por tanto, a Jess, que las pro-nunci; al mismo tiempo, seremos ms capaces de experi-mentar sentido y alegra en lo que vivimos, y de salvar,as, nuestro vivir cotidiano. Nuestra salvacin, de hecho, se-

    r plena solamente en el reino, pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol.

    INTRODUCCIN 21

    9. SNECA, Sobre la vida feliz 1,1.

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    23/24

  • 8/13/2019 Jesus y Las Bienaventuranzas, Enzo Bianchi

    24/24