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LA CASA D E L A MEMORIA* Quoi qu'il en soit des différences de détail, le propre de la mémoire est bien d'apporter dans notre expérience le sens du passé. GEORGE GUSDORF, Mémoire et personne La discusión en torno a la memoria colectiva se ha planteado con especial énfasis en la actualidad, en el campo de la reflexión filosófica y sociológica. En su libro, La mémoire, l'histoire, V oubli, Paul Ricoeur sostiene que, en la tradición que va de Aristóteles a san Agustín, la memoria es personal y una proyección hacia la memoria social se torna inviable 1 . En el texto que cita el epígra- fe, Gusdorf revela diferentes posiciones con respecto al tema -en un amplio espectro que considera el campo de la psicología y de las ciencias sociales-; entre ellas destaca la de Guyau (en la década de los años cuarenta) con las ideas de espacialización del tiempo y la de memoria histórica como modo de objetiva- ción de la memoria individual, al insertarla en lo social 2 . * Una versión preliminar y abreviada de este artículo fue leída en el I Congreso Regional del Instituto Internacional de Literatura Iberoamerica- na, celebrado en el Centro Cultural Parque de España, Rosario, en junio de 2005. Quiero agradecer a la historiadora Mirta Lobato la inteligente lectura crítica de una versión avanzada del trabajo, así como a los dictaminadores anónimos los comentarios y sugerencias. Debo a la generosidad de Ricardo Piglia la posesión de los materiales y la autorización para publicarlos. 1 Éditions du Seuil, París, 2000. 2 Si bien la primera edición del texto de GEORGES GUSDORF data de 1950, su lectura resulta muy interesante por el amplio espectro de disciplinas examinadas desde la perspectiva de la memoria (véase Mémoire et personne, Presses Universitaires de France, Paris, 1993). NRFH, LIV (2006), núm. 2, 523-556

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L A CASA DE L A M E M O R I A *

Quoi qu'il en soit des différences de détail, le propre de la mémoire

est bien d'apporter dans notre expérience le sens du passé.

G E O R G E G U S D O R F , Mémoire et personne

L a d i scus ión en torno a la m e m o r i a colectiva se ha planteado con especial énfasis en la actualidad, en el campo de la reflexión filosófica y sociológica . E n su l ibro , La mémoire, l'histoire, V oubli, Paul Ricoeur sostiene que, en la tradición que va de Aristóteles a san Agust ín , la memor ia es personal y u n a proyección hacia la m e m o r i a social se torna inviable 1 . E n el texto que cita el epígra­fe, Gusdor f revela diferentes posiciones con respecto al tema - e n u n ampl io espectro que considera el campo de la ps icología y de las ciencias sociales-; entre ellas destaca la de Guyau (en la d é c a d a de los años cuarenta) con las ideas de espacial ización del t iempo y la de memor ia histórica como m o d o de objetiva­ción de la memor ia individual , al insertarla en lo social 2 .

* Una vers ión preliminar y abreviada de este ar t í cu lo fue l e ída en el I Congreso Regional del Instituto Internacional de Literatura Iberoamerica­na, celebrado en el Centro Cultural Parque de E s p a ñ a , Rosario, en junio de 2005. Quiero agradecer a la historiadora Mirta Lobato la inteligente lectura crít ica de una vers ión avanzada del trabajo, así como a los dictaminadores a n ó n i m o s los comentarios y sugerencias. Debo a la generosidad de Ricardo Piglia la p o s e s i ó n de los materiales y la au tor i zac ión para publicarlos.

1 Éd i t i ons du Seuil, París , 2000. 2 Si bien la primera e d i c i ó n del texto de G E O R G E S G U S D O R F data de

1950, su lectura resulta muy interesante por el amplio espectro de disciplinas examinadas desde la perspectiva de la memoria (véase Mémoire et personne, Presses Universitaires de France, Paris, 1993).

NRFH, LIV (2006), núm. 2, 523-556

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Maurice Halbwachs, en La mémoire collective3, se refiere a la influencia que tiene la organizac ión lógica del pensamiento co­lectivo en los modos individuales de percepc ión (de tiempo y espacio), y en el recuerdo: " lógica geográf ica , topográf ica, físi­ca, que no es sino el orden que introduce nuestro grupo en su representac ión de cosas del espacio" (p. 86). Las nociones de memoria autobiográf ica y memoria social que este autor ana­liza interesan para reflexionar sobre la génesis de Respiración artificial y de La ciudad ausente, de Ricardo Piglia, ya que la idea de archivo como elemento generado por la institución familiar abre la narrac ión del primer texto (la novela "familiar" que ha publicado Renzi). En La ciudad ausente, como se verá luego, el archivo está implementado en y con la m á q u i n a narrativa, evi­tando el conflicto subjetivo4.

Las "leyes de la percepc ión colectiva" constituyen un punto de partida para analizar una hipótesis que ha vertido Ricardo Piglia en una de las entrevistas compiladas en Crítica y ficción5: el olvido no es el antagonista de la memoria, sino la memoria falsa, la construcción e inserción en los sujetos sociales de una experiencia artificial, núc leo argumental en el que se basa "la narrac ión del horror" en La sonámbula, gu ión que escribió con Fernando Spiner para la pel ícula h o m ó n i m a . Que el paradigma de la Historia conforma la materia de sus novelas es un tema que ha sido objeto de reflexión en diversos trabajos crít icos 6 . En el presente ensayo me he propuesto indagar sobre los modos en que se articula su deseo de escribir una novela que "narrara m á s expl íc i tamente el horror de la últ ima dictadura militar"7, a través del estilo, de su poética , bajo los condicionamientos que le impone el género .

3 Edition critique établ ie par G é r a r d Namer, Albin Michel, Paris, 1997. 4 Con mayor intensidad se logra el desapego de la novela "realista", ya

que el n ú c l e o del archivo familiar no funciona plenamente en el texto edito de la segunda novela de R I C A R D O P I G L I A ; se ha concentrado a ú n m á s el in­terés en la historia pol í t ica . Sin embargo, algunos rastros de la novela familiar perviven en los pre-textos, que emparientan a Renzi con J ú n i o r de diversos modos (cf. pp. 1 y 2 del borrador). Cito por La ciudad ausente, Sudamericana, Buenos Aires, 1993 (en adelante, LCA, seguido de n ú m e r o de p á g i n a ) .

5 Siglo Veinte, Buenos Aires, 1993. 6 Cf. la exhaustiva b ib l iogra f í a de la e d i c i ó n de PLAS (Program in Latin

American Studies, Princeton, NJ, 2002) de Conversación en Princeton. 7 En una entrevista que le hice en 1996 para indagar sobre la g é n e s i s de

La ciudad ausente, Piglia m a n i f e s t ó que en su segunda novela quiso "contar m á s directamente las cosas, el horror de la dictadura como pesadilla".

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Con este objeto voy a tratar principalmente el úl t imo borra­dor que data de enero de 1992, constituido por dieciséis páginas dácti loescritas , las cuales consignan sintagmas que condensan los ejes temáticos de los capítulos y p e q u e ñ a s historias redac­tadas8. El examen de ese ante-texto me ha permitido indagar en cuestiones vinculadas con la prob lemát ica que propone la forma novelística, los procedimientos elegidos para resolverlos, la ref lexión en torno del g é n e r o que se vislumbra en los núcleos que se inscriben en él 9 .

La memoria como lugar de const i tución de(l) sentido es un elemento que permite estructurar el relato10: la teorización so­bre los finales que puede leerse fundamentalmente en Formas breves11, permite al autor plasmar en la superficie de una novela la memoria social de la historia reciente bajo la forma del archivo, modo que ya había articulado la escritura en Respiración artificial

El archivo aglutina la secuencia familiar (la historia per­sonal) y la Historia, permite anudar la autobiograf ía a la serie histórica conformando un discurso alternativo al de la historio­grafía que implica una crítica de la historia12. La "voz" que cree poder escuchar Luciano Ossorio en la primera novela de Piglia remite a los relatos sociales, materia de las microhistorias13 de

8 E l autor ha autorizado la r e p r o d u c c i ó n parcial de este pre-texto (las primeras cuatro p á g i n a s , s e g ú n acordamos), por lo cual quedan fuera de la c o n s i d e r a c i ó n del lector las historias redactadas.

9 T a m b i é n he tomado en cuenta los planes estructurales de la novela, denominados por su autor "Primeras notas". El primer plan, cuya d a t a c i ó n corresponde a los d ía s 24, 25 y 26 de enero de 1984, al igual que el borrador redaccional, me fueron confiados por Ricardo Piglia. E l segundo de esos esquemas que ha sido publicado como anexo en el libro Ricardo Piglia y sus precursores, de M A R Í A A N T O N I E T A P E R E I R A (Corregidor, Buenos Aires, 2001), h a b í a circulado previamente como material de estudio en el curso de Intro­d u c c i ó n a la crít ica g e n é t i c a que Ana M a r í a Barrenechea d ic tó en la Facultad de Fi losof ía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires, durante el primer cuatrimestre de 1996.

1 0 Cf. la cita de Eliot que inicia Respiración artificial (cito por la e d i c i ó n de Sudamericana, Buenos Aires, 1990; en adelante, RA, seguido de n ú m e ­ro de p á g i n a ) .

1 1 Temas en el Margen, Buenos Aires, 1999. 1 2 A l leer la primera vers ión de este ar t í cu lo Ana M a r í a Barrenechea me

sug i r ió indagar en este aspecto. 1 3 E l t é r m i n o es relevante ya que remite t a m b i é n a un concepto de F E R -

N A N D B R A U D E L relacionado con la n a r r a c i ó n de episodios en la Historia y vinculado con el tiempo corto (véase , La historia y las ciencias sociales, Alianza, Madrid, 1995). Por su parte, Piglia se adhiere a la f o r m u l a c i ó n braudeliana de larga duración cuando piensa en la p e r i o d i z a c i ó n de la literatura.

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La ciudad ausente, que t ienen la potencia de expresar segmen­tos no narrados de la experiencia colectiva. E l l o se enlaza c o n una poét ica de la novela que involucra material testimonial, de ahí que el esbozo del pr imero y el segundo capítulos de La ciu­dad ausente, formulados en el borrador redaccional , enunc ian la non-fiction como el g é n e r o que d a r á forma a la materia d e l novelista, p o r medio del testimonio.

C O N T R A U N A C O N C E P C I Ó N B U R G U E S A D E L A N O V E L A

E n la entrevista que Pig l ia hizo a Rodol fo Walsh en marzo de 1970, el autor de "Esa mujer" expone y desarrolla la idea de que la novela p o d r í a recuperar el carácter subversivo que habr ía te­n ido en sus or ígenes . Por ello conjeturo que las "Tres propuestas para el p r ó x i m o mi len io (y c inco di f icul tades)" 1 4 tiene a Walsh como figura emblemát i ca del escritor. A Pigl ia lo maravilla la ex­traordinaria capacidad de Walsh para dar lugar a la voz del otro. E n Quién mató a Rosendo15 es notable el d iá logo que se establece con los sujetos sociales que aportan el testimonio, los sobrevi­vientes de los hechos narrados, cuya voz suele entramarse a través del discurso indirecto l ibre con la voz de l narrador. E l estilo de Rodol fo Walsh resulta parad igmát i co de la estrategia constructi­va de La ciudad ausente: la exp lorac ión de lo real, el relevamien-to de l documento " d u r o " que atest igüe la experiencia colectiva. Montaje mediante, ese procedimiento elabora la no ficción de los relatos de Pigl ia ; su "estilo breve, conciso, austero" da cuenta de la lengua hablada y ese aspecto que admira de la literatu­ra de Walsh se vierte en los núc leos de la escritura de su novela.

E l pre-texto, apunta tres veces en sus dos primeras pág inas , e l sintagma de non-fiction para localizar las historias que va a contar la novela es el mapa del inf ierno (al que A n a Mar ía Ba-rrenechea definió como " A l e p h de l h o r r or " ) , conformado p o r los cuadros blancos, los pozos plenos de cadáveres en la l lanura , urde lo testimonial y acrisola capacidad de visión y m e m o r i a (los nudos blancos) al (re) presentar el h o r r o r de lo real. L a "de­m a s í a " narrativa constituida por este pasaje, expresada por u n a

1 4 Conferencia dictada en la Universidad de las Madres de la Plaza de Mayo en 1999, publicada por el diario Página/12 de Buenos Aires, mediante la p r e s e n t a c i ó n de un suplemento, y en formato de libro en 2001 (omito a q u í los datos de e d i c i ó n ) .

1 5 Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2003.

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serie verbal reiterada que acumula objetos directos enfatizando el dramatismo de lo narrado por medio del estilo anafór ico , ma­nifiesta u n a mirada en exceso. L a epi fanía que pres idía la cons­trucción de su antecedente l iterario cobra en esta textualidad u n nuevo valor porque expresa en su estilo dos rasgos esenciales de l g é n e r o de no ficción: la dec larac ión de u n 'testigo' de los hechos y la r e p r o d u c c i ó n de u n documento (la g rabac ión) que permiten atestiguar la historia social. C o m o destaca A n a A m a r Sánchez , en El relato de los hechos " . . . reafirma y apuesta a una anti­gua e irremplazable función que tiene la literatura desde la épica (y que la distingue del per iodi smo) : la de rescatar e imped i r el olvido de los hechos que deben perdurar como inolvidables" 1 6 .

Si en Respiración artificial el paradigma de la His tor ia se en­trama a través de documentos escritos (fragmentos de l episto­lario y de la b iograf ía de Enr ique Lafuente, crónicas , e tc . ) 1 7 y se noveliza por medio del g é n e r o epistolar, el deseo de narrar m á s expl íc i tamente el h o r r o r de la dictadura mil i tar como pe­sadilla en La ciudad ausente establece u n d iá logo con la poét ica de Rodol fo Walsh, e impulsa el intertexto con su escritura, para transgredir u n g é n e r o l iterario anquilosado y convertirlo en u n laboratorio en el que sea posible expresar la M e m o r i a .

L a forma del relato testimonial le sirve para plasmar la poé­tica de la l i teratura fáctica (cf. RA, p. 195) art iculando la ex­pre s ión de lo real en u n "mapa" que representa la m e m o r i a colectiva. P o r el lo, el scriptor insiste en el carácter peligroso que adquiere "e l mapa de l in f ierno" , que se derivaría de su carácter no ficcional. Este es uno de los rasgos que Walsh hal ló que sub­vertiría el g é n e r o :

Me siento incapaz de imaginar, no digo de hacer, una novela o un cuento que no sea una denuncia y que por lo tanto no sea una presentación sino una representación, un segundo término de la historia original, sino que tome abiertamente partido dentro de la realidad y pueda influir en ella y cambiarla usando las formas tradicionales, pero usándolas de otra manera 1 8 .

1 6 Beatriz Viterbo, Rosario, 1992. 1 7 Documentos de é p o c a que pueden consultarse en el Archivo General

de la N a c i ó n (Argentina). En el a r t í cu lo "Ricardo Piglia: la trama de la his­toria" publicado en el n ú m . 607 de Cuadernos Hispanoamericanos ana l i cé este n ú c l e o de la escritura de Respiración artificial.

1 8 R O B E R T O B A S C H E T T I , Rodolfo Walsh, vivo, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1994, p. 70; las cursivas son m í a s siempre, salvo que indique lo contra-

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L A L I T E R A T U R A FAKTA

Después que uno ha escrito un libro ¿qué más puede decir sobre él? Todo

lo que puede decir es en realidad lo que escribe en el libro siguiente.

R I C A R D O P I G L I A

L a discus ión que cierra el encuentro entre Tardewski, M a r c o n i y Renz i en Respiración artificial esgrime u n a pos ic ión frente a la l iteratura y declara u n a poé t i ca al reproducir y representar la conoc ida p o l é m i c a sobre e l realismo socialista. L a disens ión en­tre Lukács y Brecht abre e l espectro de u n a forma (el relato testimonial) que surge en el cruce de otras dos: la l i teratura pol ic ia l y el nuevo periodismo. U n g é n e r o altamente reglado como el pol ic ia l se auna al testimonio en u n registro que permi­te recuperar los rastros de la oral idad, la "voz del otro", conver­tirlos en el estilo, imaginar y escribir los relatos que c i rculan en opos ic ión a las ficciones construidas desde el poder (funciones de l escritor enunciadas p o r Pig l ia en su conferencia "Tres pro­puestas. . . " ) : "Las relaciones de la l iteratura con la historia y c o n la real idad son siempre elípticas y cifradas. L a ficción construye enigmas con los materiales ideológ icos y polít icos, los disfraza, los transforma, los pone siempre en otro lugar", expresa P ig l i a en Crítica y ficción.

E l debate entre Brecht y Lukács preside la conversación que referimos al comienzo y organiza los modos de c o m p o s i c i ó n de la novela. E n la entrevista que le hice en octubre de 2000, P ig l i a mani fes tó que esa divergencia entre los citados autores se con­vertía de alguna manera en motor narrativo, ya que el debatir sobre el g é n e r o obl iga al escritor a tomar pos ic ión y organizar su relato:

Hay una polémica histórica de Brecht con Lukács en los años trein­ta, que es una polémica sobre el realismo donde Lukács defiende la tradición del realismo y la novela del siglo x i x como modelo de literatura social y Brecht defiende, de hecho, está ligado a la tra­dición que viene del formalismo ruso, la literatura documental... Entonces ahí la persona clave es Tretiakov, que influye mucho en

rio. P o d r í a m o s afirmar que Piglia retoma este proyecto de Walsh al inscribir como ejes t emát i co s "La reescritura de la historia, la in tervenc ión en el mun­do futuro", en p. 4 del ú l t i m o borrador de LCA.

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Brecht y sobre el cual escribe Benjamín en su artículo " E l artista como productor". Tretiakov y Shklovski son los que teorizan esta idea de la literatura/¿i'to, que es en realidad la idea de hacer libros basados en entrevistas o en documentos verdaderos, novelas que tengan como fundamento materiales de la realidad... Yo trabajé mucho eso, lo enseñé mucho y lo tenía muy presente en todos esos años porque era un elemento importante incluso antes del golpe, en las discusiones literarias aquí discutíamos mucho ese asunto.

C o n la convicción de que la e lección de u n g é n e r o es la res­puesta a u n debate interno en la literatura, Pigl ia se adhiere a la pos ic ión brechtiana en esa disputa por el campo literario, adop­tando como modelo la escritura de Walsh, cuyo valor aparece desplazado y condensado hac i a / en la figura de Kafka en Respira­ción artificial: el escritor que narra en los bordes del lenguaje, que ha encontrado u n pliegue en la materia social para narrar lo " i n ­decible" de l h o r r o r y que para ello se ha planteado antes la pre­gunta sobre la factibil idad del testimonio. Los sintagmas "e l que escucha, el que sabe oír", predicativos de Kafka en RA, que Pigl ia p r o n u n c i a en la conferencia "Tres propuestas.. ." para referirse a la función social de l escritor, anudan a los dos autores, Kafka y Walsh. C o m o Walsh, a qu ien la historia saca del juego y de la l iteratura de ingenio (el ajedrez, el policial) "Kafka . . . se desper­taba, todos los días , para entraren esa pesadilla [de la historia] y trataba de escribir sobre el la" (p. 272; las cursivas son del autor).

L a l iteratura fáctica restituye el testimonio; no sólo lo con­vierte en la materia del novelista sino que también lo restaura en su significación social. Muchos autores, Kafka y P r i m o Levi entre otros, se han preguntado sobre sus condiciones de posibi l idad. Pig l ia ref lexiona sobre ello al realizar una proyección de la lite­ratura futura, modelada y modulada por la obra de Walsh; y halla respuesta en la propuesta de b ú s q u e d a de la verdad, que articula la l iteratura de no-ficción a partir de los postulados de Brecht 1 9 .

L a poét ica de la literatura fáctica se esgrime de una manera contundente en ese encuentro de antagonistas (Kafkay Hit ler) que Pigl ia noveliza en u n a suerte de h ipá lage , ya que hay u n escrito inédito de Brecht que narra u n posible encuentro suyo con la figura emblemát i ca del nazismo en Praga, en 1922. Este núc leo , que cuenta u n cruce azaroso, es Verdadero ' si - c o m o en la f icción creada por " E m m a Z u n z " en el cuento h o m ó n i m o de

1 9 V é a s e B E R T O L T B R E C H T , El compromiso en literatura y arte, Ediciones P e n í n s u l a , Barcelona, 1984.

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Borges- se reemplazan algunas fechas y a lgún n o m b r e 2 0 . E l re­gistro de lo "real" como forma de lucha y de cambio social que obses ionó a Brecht encuentra en el relato testimonial - o as í de­nominado g é n e r o no-f íccional- su mayor expres ión .

C I N C O O B S T Á C U L O S P A R A E S C R I B I R L A V E R D A D

Toda verdad tiene estructura de ficción. Las ficciones son aparatos lingüísticos

que exponen indirectamente la verdad.

R I C A R D O P I G L I A

E l subtítulo consignado corresponde a u n texto de Bertol t Brecht de 1935, cuyos postulados estructuran las "Tres propues­tas...". Brecht produjo diversos escritos sobre el compromiso en la l iteratura donde analiza c ó m o y a través de q u é medios trasla­dar la expres ión de la verdad, objeto que Pigl ia plantea no só lo para el discurso ficcional: en Crítica y ficción define los modos de la verdad en relación con la práct ica literaria y ensayística. H a ­bría, s egún la tesis allí expuesta, u n a "voz verdadera que quiere establecer el crít ico". Interesa destacar dos elementos, funda­mentalmente, en esta a f i rmación: la oral idad, que constituye la materia del novelista, y la verdad predicada, núc leo que fo rma parte de la b ú s q u e d a del escritor, de su e laborac ión de los mate­riales ideológ icos , de l fundamento de una poét ica .

De acuerdo con las reglas del g é n e r o testimonial, la verdad no es algo dado sino que debe construirse, a partir de u n tra­bajo de investigación, de recopi lac ión y e laborac ión de los ma­teriales. E l m o d o en que las historias son aprehendidas p o r el periodista-investigador J ú n i o r instaura una legalidad de g é n e r o que (se) pretende heredera de otra tradición: se trata de rela­tos muy marcados por la lengua hablada 2 1 , donde p r e d o m i n a

2 0 Este procedimiento puede observarse en otros pasajes de los textos de Piglia: las cartas de Ossorio en Respiración artificial son reproducciones par­ciales de las del personaje hi s tór ico que lo ha inspirado, Enrique Lafuente.

2 1 Las referencias a Arno Schmidt, que se inscriben en el fragmento del pre-texto reproducido, disparan múl t ip les relaciones: por un lado, el escritor a l e m á n "siente especial p r e d i l e c c i ó n por el desa f ío que significa « t r a d u c i r » a la lengua escrita el habla dialectal". Sus reflexiones sobre Joyce impregnan las ideaciones de la micronovela "La isla", ya que él consideraba que el autor del Finnegans ivakeanhelaba "restaurar la «vieja e c u a c i ó n l ingüís t ica indoeu-

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u n a sintaxis recurrente, anafórica , que intenta reponer la voz de los que n o t ienen voz: " L a palabra obrera, la palabra obrera es u n balbuceo, tartamudea y tiene dificultades para expresarse" ( L C A , p . 33).

L a estructura del relato de investigación emparienta a La ciudad ausente con la literatura testimonial de Walsh a partir de varios núc leos : a través de la construcción de la figura del pe­riodista-detective, por la consonancia que se establece entre los documentos, por la i lación de los diversos elementos a través de la a r g u m e n t a c i ó n , del trabajo conjetural, del montaje, por el m o d o de recepc ión de las historias, por las conexiones que establece con otros género s (la pol ic ia l inglesa y el pol ic ia l duro nor teamer icano) 2 2 . Pigl ia buscó este efecto de verdad, no por azar los modos de circulación de las historias de la m á q u i n a en la novela se asemejan a esa descr ipc ión de la investigación que asume la p e q u e ñ a forma y sus circuitos de distr ibución como estrategia de denuncia . Significativamente, J ú n i o r retoma el it i­nerario urbano de Walsh en su afán por publ icar y hacer circu­lar Operación masacre, relato inaugural de l g é n e r o . Ese tránsito de A l e m hacia el Sur que atravesará el periodista para llegar al Museo restituirá ese otro sentido de la literatura de Walsh: 6 Y la hojita sale, es u n tremolar de hojitas amarillas en los kioscos, sale sin firma, mal diagramada, con los títulos cambiados, pero

r o p e a » creando una lengua universal y original que sirviera a los europeos de v e h í c u l o de c o m p r e n s i ó n " (las afirmaciones entr e com il ladas corresponden a "Wimbledon", wehlogáe Guillermo Piro, consultado el 17 de noviembre de 2005). Como si replicara los canales de c i rcu lac ión de la obra de Schmidt, que f u n c i o n ó casi como un "autor secreto", así la intertextualidad que con ella establece La ciudad ausente puede vislumbrarse en el "valor" que tiene el citado texto dejoyce en el espacio textual de "La isla": intraducibie, puede, sin embargo, perdurar a pesar de los incesantes cambios l ingüíst icos que se producen y convertirse en un libro-objeto de culto, ya que funciona como un texto religioso. Narrado en una lengua primigenia, previa a la d i s e m i n a c i ó n , guarda una re lac ión p a r a d ó j i c a con la legibilidad (es su opacidad la que lo hace perdurable). Por otra parte, el a fán de "traducir" (proyecto que se inscribe en el primer plan de novela) la lengua hablada a la escrita impulsa la escritura de las microhistorias, a partir del registro de los relatos orales. Traductor al a l e m á n de la obra de Edgar Alian Poe, t a m b i é n en este aspecto influye esa func ión literaria de Schmidt en la c o n s t r u c c i ó n de la m á q u i n a narrativa de La ciudad ausente, que comienza a funcionar a partir de la tra­d u c c i ó n (y el error) del relato "William Wilson". Estos n ú c l e o s const i tu i rán la materia de un ensayo futuro.

2 2 Cf. A M . A M A R S Á N C H E Z , op. cit.

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sale. L a m i r o con car iño mientras se esfuma en diez millares de manos a n ó n i m a s " 2 3 .

LA ISLA DE FINNEGANS

L a verdad es u n espacio a ser explorado: en este sentido pode­mos afirmar que el capí tulo " L a isla", de La ciudad ausente, con­tiene la Verdad ' de l texto. Topos emblemát ico de la resistencia y la u top ía , en el borrador de la novela, "es una descr ipc ión de los circuitos internos de la m á q u i n a " . Puede considerarse como u n segmento textual pa rad igmát i co del m é t o d o de c o m p o s i c i ó n : el sujeto que arriba a sus orillas y la explora puede narrar la serie l iteraria a través del estudio de los cambios en el lenguaje y de l intercambio de experiencia entre sus habitantes. Por e l lo , es posible construir allí una m á q u i n a narrativa, reproductor (a) de historias (se narra la conf igurac ión de u n grabador que po­see cierta competencia ficcional, la potencial idad de responder ciertas preguntas, lo cual dota al objeto de alma: la grabadora, con esa inflexión genér ica , se convierte en la mujer de su hace­dor y funciona como u n a de las tantas proliferaciones y cuentos de la mujer m á q u i n a ) 2 4 .

Las primeras notas de La ciudad ausente que consignan: "Ver las relaciones de la m á q u i n a con la realidad (política, digamos). Por ejemplo ¿qué materiales recibe?" (26 de enero de 1984), t ienen remisiones a " L a isla de Finnegans", sintagma que e n el pre-texto esboza la escritura del que luego sería el capítulo " L a isla", en el texto edito. L a d e n o m i n a c i ó n deviene de su re lac ión con Finnegans wake, ya que a pesar de la i legibi l idad que carac­teriza a esta novela de joyce, hay interpretaciones críticas que la han relacionado con la manifestación de la memor ia colectiva. L a dif icultad que impl i ca su lectura se ha ficcionalizado en este fragmento de LCA por medio de la dialéctica que establece el relato entre lenguaje y tradición, de los cambios en la serie lite­raria y la narrativización de la memor ia social. E n Finnegans wake

23 Operación masacre, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1985, p. 13. 2 4 La figura de una mujer que permita la r e d e n c i ó n colectiva es uno

de los temas de la p e l í c u l a Metrópolis, de Fritz Lang, pero allí el valor (pol í­tico) del artificio se negativiza, ya que su ed i f i cac ión se realiza con el fin de boicotear el levantamiento de las masas. O b s é r v e s e t a m b i é n que uno de los m á r g e n e s del r ío Liffey, en este cap í tu lo de LCA, es Westland Row, y Rowland era el constructor m a q u i a v é l i c o en el citado filme.

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se exploran, indagan, interrogan los límites del lenguaje, labor que s e g ú n Pig l ia compete a los escritores: hay una frontera más allá de la cual no se puede narrar, allí surge entonces la pregun­ta acerca de c ó m o contar el h o r r o r que se formula en Respira­ción artificial. E n la conferencia que dictó en la Univers idad de las Madres de Plaza de Mayo, Pig l ia expuso: "Se ha establecido u n a n o r m a l ingüística que impide nombrar amplias zonas de la experiencia social y que deja fuera de la inte l ig ibi l idad la recons­trucción de la memoria colectiva'. C o m o "para u n escritor lo social está en el lenguaje", Pigl ia va a i m p r i m i r el registro de los "tonos del habla" en la metá fora de la m á q u i n a narrativa, que a su vez apunta al carácter ficcional de lo narrado, rasgo prop io del rela­to testimonial.

" L a isla" representa los cambios del lenguaje que han impe­dido la conservación de la memoria colectiva: sin embargo, allí persiste el " rumor de las voces", se puede escuchar "el murmul lo incesante de la historia" con el que va a trabajar - c o m o historia­d o r - el novelista. Este rumor, que esperaba escuchar el Senador Ossorio en Respiración artificial, es percibido por una figura a que aspira la poét ica de Piglia, la de antropólogo . L a figura del es­critor como explorador de los bordes del lenguaje, que pueda recopilar los relatos sociales y otorgar ese matiz de oralidad a su creación: significativamente, el capítulo se cierra atribuyendo a lo narrado el carácter de informe. Boas ha podido captar el es­tado del lenguaje en " L a isla" porque para Pigl ia el lingüista es quien mejor puede dar cuenta de la realidad política a través del análisis de los temas de discusión que (se) imponen, de las formas cristalizadas del lenguaje, del predominio de ciertas construccio­nes, los lexernas, la sintaxis y la semántica que expresan lo social. Sin embargo, el escritor es quien logra percibir y plasmar "lo que todavía no es", "e l que sabe oír" en ese murmul lo incesante de la historia y puede vislumbrar u n modo de intervención futura. " L o que no ha encontrado su forma. . . sufre la falta de verdad", dice el narrador de La ciudad ausente (p. 118) con respecto a una de las historias que se narra, que no ha dado con su sentido, ya que carece de final. L a teorización del autor acerca de los finales (en Formas breves y en otros textos críticos) expone una concepc ión que ensambla narración y expres ión de la verdad en el otorga­miento de significado de u n relato.

L a doble operac ión de la l iteratura con " lo que ha sido bo­rrado" y " lo que está por venir" se entrama de m o d o ejemplar en " L a isla", donde "los que resisten hablan una lengua perdi-

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da". " L o que todavía no es", sentencia que define la ficcionali-dad y que para Pig l ia caracteriza la literatura macedoniana, se vis lumbra en este fragmento, en ese juego oscilante del estado preverbal de la génesis de la novela que su autor re sumió en la expres ión de u n a Buenos Aires que estaba y no estaba. Esa sus­pens ión de l espacio (uno de los puntos de anclaje de la novela tradicional) funda una nueva forma al minar uno de los pilares de la narrac ión .

E l "reporte" de Boas manifiesta la tensión entre tradición y modern idad que provocan los abruptos cambios en el lenguaje y, por ende, el cambio de valor que instaura otra serie l iteraria. L a "gran tradición" , que para el escritor se funda en el estilo, de­viene del " m u r m u l l o incesante" de la Historia , que restablece la legibi l idad cuando la lengua se ha opacado por el uso de formas cristalizadas.

E n esta micronovela emergen algunos problemas vinculados con la temporal idad de la Histor ia . Los incesantes cambios l i n ­güísticos que allí se operan hacen visible uno de los temas sobre los que ha teorizado Fernand Braudel , la corta y la larga dura­ción : "Existen tiempos lentos y tiempos rápidos , como en el cau­ce del Liffey" (LCA, p. 133). Las variaciones que se producen en el lenguaje y la descr ipción de algunos de los aparatos teóricos que " la ciencia más desarrollada de la Isla", la l ingüística, van generando, permiten leer a contraluz ciertas cuestiones ligadas con la historiografía. E l proyecto de escritura de u n Dicc ionar io e t imológico , "que hace la historia del porvenir" , p o d r í a pensar­se en relación con la importancia que tiene el pasado en las tesis sobre el concepto de historia de Walter Ben jamín . Si seguimos la hipótesis de Pablo Oyarzún, desarrollada en el estudio intro­ductorio a La dialéctica en suspenso: " L a diferencia del presente de la cual puedebroX&Y el futuro es la fisura que el pasado pendien­te inscribe en el presente. Que el pasado permanece pendiente, esto es lo decisivo en la concepc ión benjaminiana" 2 5 , podemos conjeturar que fue ese aspecto de la obra de Ben jamín el que Pigl ia desarrol ló para resolver los problemas con la forma que le presentaba la escritura de su segunda novela.

Si en Respiración artificial la dif icultad de trabajar con u n pe­r íodo tan largo (larga durac ión) fue resuelto por el autor a la

2 5 " A manera de i n t r o d u c c i ó n " , La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia, de Walter B e n j a m í n , Arcis-Lom, Santiago de Chile, 2004.

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manera de Faulkner, es decir, haciendo que el pasado encar­nara en relaciones familiares a través de la g e n e a l o g í a de los Ossorio; en La ciudad ausente apela a los tiempos ráp idos de las microhistorias, caracterizados por el presente de la narrac ión, p rop io del testimonio, t iempo del cronista y del periodista, se­g ú n la formulac ión braudeliana.

E l futuro se vis lumbra en estas inscripciones: "Teoría sobre las m á q u i n a s " , " P h i l i p Dick . A r n o Schmidt. A l leer 'Modus ' ya se sabe que trabaja con realidades virtuales", que consignan los bo­rradores; antes, en el proyecto mental que el autor expre só con la frase: " U n a Buenos Aires que estaba y no estaba", el núcleo que pervive en el texto edito se expresa en este fragmento: "La ciudad p r ó x i m a se va abriendo, como si estuviera construida en potencial, siempre futura, con calles de hierro y l ámparas de luz solar y an­droides desactivados en los galpones de Scot landYard" (p. 129).

Los sintagmas descritos que aluden al futuro arman una conste lac ión alrededor de otro que apunta "Relatos históricos" : el o x í m o r o n que caracteriza al Dicc ionar io e t imológico que es­taban elaborando en " L a isla" parece revelar la resolución del autor de trabajar con la materia temporal ; la impronta de la sentencia "que el pasado permanece pendiente" , con que Pablo Oyarzún caracteriza las tesis de Benjamin, se inscribe en los mi-crorrelatos que testimonian la historia reciente, en el registro de los relatos sociales ("Grabaciones con relatos orales" señalan las "Primeras notas de La ciudad ausenté"), de u n narrador siempre presente que caracteriza al g é n e r o testimonial. L a inscripción de ese pasado en el presente, al h e n d i d o , abr irá la potenciali­dad de u n futuro que al adoptar la ficción científica como gé­nero e x p a n d i r á los núcleos narrativos de la ficción paranoica, donde acecha el peligro de la memor ia falsa, de la desubjetiva-ción, de la manipu lac ión polít ica de la memor ia colectiva. E n el g u i ó n que Pigl ia escribió j u n t o con Fernando Spiner para la pel ícula La sonámbula, como se señaló al pr inc ip io , la narrac ión del h o r r o r posdictatorial, a través de la ficcionalización de los relatos que creará el Estado para "normal izar" o normativizar la m e m o r i a social de spués de la dictadura, cr ispará la opos ic ión m e m o r i a / m e m o r i a falsa. Esto se debe a que son, precisamente, las operaciones que se realizan para evitar la dispers ión del due­l o 2 6 las que están narradas en esa ucron ía de la ficción científica,

2 6 I D E L B E R A V E L A R , Alegorías de la derrota: la ficción postdictatorialy el trabajo del duelo, Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2000.

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en u n futuro que se desmaterializa, y en el que aparecen varias de las figuras que Pigl ia analiza en sus "Tres propuestas. . ." : el discurso de la arrepentida (Julia G a n d i n i en la novela), el silen­cio como co-relato del borramiento de la memor ia colectiva:

Los antepasados hablan de una época donde las palabras se exten­dían con la serenidad de la llanura. Era posible seguir el rumbo y vagar durante horas sin perder el sentido, poique el lenguaje no se bifurcaba, y se expandía y se ramificaba, hasta convertirse en este río donde están todos los cauces y donde nadie puede vivir, porque nadie tiene patria. E l insomnio 2 7 es la gran enfermedad de la nación. E l rumor de las voces es continuo y sus cambios sue­nan noche y día. . . La memoria está vacía, porque uno olvida siempre la lengua en la que ha fijado los recuerdos (p. 124).

Nadie sabía lo que estaba d ic iendo y Mulligan escribió ese relato y otros relatos en esa lengua desconocida y después un día dijo que había dejado de oír... Nunca más quiso hablar de lo que había dicho.. . (pp. 131,132).

L a lengua aparece como u n espacio de c u ñ o utópico , las pa­labras se comparan con la l lanura y, por su parte, la local ización espacial se desplaza hacia el t iempo, hacia una é p o c a donde. Esa serie de cruces y desplazamientos que pueden leerse en algunos tramos de " L a isla", como ejemplifican las citas, dejan asomar ciertos momentos del proceso de la escritura, del tránsito de la compos ic ión de la novela. L a materia temporal es sumamen­te compleja, ya que se vincula con el g é n e r o testimonial, c o n la narrac ión de la His tor ia (la corta durac ión y la larga d u r a c i ó n ) , y con el concepto de historia benjaminiano, donde la "d imen­sión del pasado permea. . . todo el t iempo, configura la tempo­ral idad del t i e m p o " 2 8 .

L a i legibi l idad que provoca el incesante devenir l ingüíst ico en " L a isla de Finnegans"29 trasunta una nostalgia por la lengua materna perdida ("la patria") que remite a la p é r d i d a de la me­m o r i a colectiva en una operac ión que le es propia a la historio­graf ía : " E l trabajo de la historia no cesa de ocultar lo que era legible, debido al gesto mismo que desmultipl ica lo simple para

2 7 Otro de los n ú c l e o s narrativos del g u i ó n de La sonámbula, 2 8 " A manera de i n t r o d u c c i ó n " , en La dialéctica en suspenso..., p. 29. 2 9 Sintagma que se inscribe en el borrador redaccional de LCA.

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descubr i r lo " 3 0 . E n ello reside la crítica de la historia que inscribe Pig l ia en su segunda novela.

S e g ú n el psicoanalista D o r i Laub , coautor de Testimony. Grises of witnessing in psychoanalysis.. . 3 1 , en la posibi l idad de constitu­ción de u n d iá logo que entraña todo testimonio, se produce el afloramiento de la verdad. Siguiendo este pr inc ip io , los contra-rrelatos que el novelista imagina a partir de los relatos sociales provocan, por medio del p redomin io de la oral idad, e incl inado ya el texto hacia ese componente de l b i n o m i o oral idad/escritu­r a 3 2 , "Que el excluido produzca la ficción que lo narra en una 'manera de hablar ' cómica o trágica, esta es la 'verdad' de la Histor ia . Esta verdad contradice radicalmente al poder que los discursos didáct icos de la historiografía se atribuyen de ocupar el lugar de la verdad" 3 3 .

L A R E E S C R I T U R A D E L A H I S T O R I A . L A I N T E R V E N C I Ó N E N E L M U N D O F U T U R O 3 4

L a forma de la u top ía se hab ía manifestado desde el proyecto mental de la novela, en la idea que Pigl ia c o m e n t ó en u n a en­trevista con A n a María Barrenechea el 28 de j u n i o de 1996: una Buenos Aires potencial . Y las primeras notas de la novela con­densan, en sus sintagmas referencias, la "ciencia ficción".

Hay varios fragmentos en la redacc ión de la estructura de la novela que asignan a una c iudad futura los sucesos de la trama. E n el centro de la conf igurac ión de la u top ía está la idea de que el escritor es el que puede vislumbrar aquellos signos de cambio social que a ú n no se han materializado. E l d i seño de una ciu­dad del futuro sugiere el motivo del desembarco en " L a isla": " L o que todavía no es define la arquitectura del m u n d o , piensa el hombre y desciende a la playa que rodea la b a h í a " (p. 130). E n ese mapa textual donde t ienen lugar los cambios incesantes del lenguaje es posible visualizarla: "Los edificios surgen de la

3 0 M I C H E L DE C E R T E A U , La escritura de la historia, Universidad Iberoame­ricana, M é x i c o , 1993.

3 1 SHOSHANA F E L M A N 8C D O R I L A U B , Testimony. Crises of witnessing in psy­choanalysis. Literature and History, Routledge, New York, 1992.

3 2 La t ens ión constitutiva de Respiración artificial se resuelve de este modo en la escritura de La ciudad ausente.

3 3 D E C E R T E A U , op. cit. 3 4 El subt í tu lo destaca dos frases que pertenecen al borrador de La ciu­

dad ausente ("I parte").

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niebla , sin forma fija, nít idos, cambiantes, casi exclusivamente poblados por mujeres y mutantes" (p. 129).

L a m á q u i n a narrativa se torna imprescindible para expresar la verdad. Este instrumento con el que se puede captar - y rete­ner, conservar, archivar- la voz de l otro, se convierte en el apa­rato ( l ingüístico) que va a exponer la verdad (de la His tor ia ) : artífice de la ficción, la mujer m á q u i n a permite exponer el mi to de los or ígenes (del g é n e r o ) , desrealizando el relato.

" E l que sabe oír" es qu ien puede narrar lo indecible . L a pro­pos ic ión de Respiración artificial invierte la del Ulises ("la historia es una pesadilla de la que trato de despertar"), resignificando a dos de los escritores más importantes del siglo x x : Kafka yjoyce. " L a isla" esboza desde la génesis de la novela u n lugar protagó-nico para el autor de Finnegans wake en ese espacio que se cons­tituye en "casa de la memoria " . S in embargo, y fiel a la hipótesis de su autor sobre las formas breves (de la que la tesis sobre el cuento es ejemplar), hay u n escritor que ocupa el lugar de Kafka respecto de la His tor ia : Rodol fo Walsh. Silencioso, obliterado en otro nombre de la "serie de los irlandeses", es el que descu­bre la verdad, la manera de exponerla [hacerla manejable] , y de verterla [di fundir la] , en la manifestac ión de u n nuevo géne­ro : el relato testimonial. N o l a n 3 5 , que ha creado amorosamente u n a grabadora y que lleva siempre u n arma consigo (con la que se suicida al finalizar el relato), es una metá fora de la figura de Walsh y de su escritura, que registra los conflictos sociales, que conspira contra el sistema y su representac ión a través del géne­ro novelístico. U n a vez descubierta su mis ión de cifrar mensajes para los rebeldes irlandeses, debe exiliarse en ese espacio em­blemát ico de la resistencia y la u t o p í a (una i s la ) 3 6 . Hay t ambién otros indicios que permiten emparentar la génesis textual de " L a isla" con el m é t o d o del autor de "Esa mujer"; el ú l t imo borrador redaccional de LCA ofrece una nota: " L a fábrica, el relato de los sueños , los anarquistas"; antes apunta: " L a isla de Finnegans cuenta una experiencia de l p r i m o que ha viajado y ha traído los documentos" ; la acc ión del viaje, estrategia narrativa, metá fora por antonomasia de la ficción y vehículo de recolecc ión de ma­teriales, se desplazará hacia otro sujeto, qu ien recibe y elabora

3 5 O b s é r v e s e que Nolan es el nombre de uno de los personajes de los cuentos de Walsh que integran la serie de los irlandeses.

3 6 Contrafigura de Walsh, que merced a sus dotes de c r ip tógra fo descu­br ió en Cuba una c o n s p i r a c i ó n de la CIA contra la revo luc ión .

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los materiales de la historia. Tal vez por ello, el h i lo del relato (indeciso todavía en este pre-texto) pasa de Renz i a j u n i o r y e s t a suces ión permite caracterizarlo con las convenciones propias de l g é n e r o testimonial: J ú n i o r será el investigador-periodista-de­tective que organice la memor ia colectiva, ya que Renz i estaba muy 'marcado' como novelista (estetizante paramas) desde Res­piración artificial^.

L a m á q u i n a de narrar le co-responde a (la poét ica de) Walsh: transfigurada en una saga de relatos (de) irlandeses, habla de la ruptura y de la innovación en la forma que caracteriza a la obra de Joyce y de la necesidad de explorar los bordes del lenguaje en la b ú s q u e d a de la verdad (narrativa): "Hablar de lo indecible es poner en peligro la supervivencia de l lenguaje como porta­dor de la verdad de l hombre . . . L o indecible es 'Auschwitz' , está en el Proceso"58 de Kafka, relato nombrado en el fragmento que narra el encuentro entre el escritor y Hit ler . E l relato trama la real idad polít ica, cuest ión que ya se formulaba en las primeras notas de La ciudad ausente, de enero de 1984.

E L BARROCO R A D I C A L 3 9

Y cuando digo tradición quiero decir la gran tradición:

la historia de los estilos.

R I C A R D O P I G L I A

E l efecto de estilo que el autor busca al señalar en los apun­tes de LCA, "Relato en tercera sobre la realidad y la historia de amor de E lena con Macedonio" , procura 'dis tanciamiento ' para abordar esa zona de la novela que está m á s p r ó x i m a de la histo­r iogra f í a 4 0 .

3 7 Las declaraciones de Piglia respecto de la forma en que ha construido el personaje de Renzi ( Crítica y ficción, p. 118) esclarecen a ú n m á s la necesi­dad del cambio de la perspectiva narradora.

3 8 La r e m i s i ó n es doble: no só lo alude a lo que la novela de Kafka temati-za sino t a m b i é n al contexto hi s tór ico , ya que con ese sintagma se autodeno-minaba la ú l t ima dictadura militar argentina.

3 9 En la entrevista que rea l icé en 1996, Piglia se refirió con esta e x p r e s i ó n al estilo de Macedonio F e r n á n d e z .

4 0 Respecto del conflicto que el entorno hi s tór ico presentaba a Walsh, véase Et relato de los hechos.

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L a propuesta de l iteralidad que involucra el uso del discurso pseudoindirecto en Respiración artificial41 contribuye a crear la a tmósfera de u n relato donde se produce u n desplazamiento hacia la voz de otro (distancia y desplazamiento pertenecen a las propuestas para el p r ó x i m o mi len io que Pigl ia esboza respecto de la l iteratura futura). E n La ciudad auséntese emplea más el dis­curso directo como expres ión de las grabaciones, instrumento de l relato testimonial , que permite "contar más expl íc i tamente el h o r r o r de la dictadura mil i tar" , s egún la puls ión de su autor. E l estilo permeado por los "matices del habla" , que Pig l ia admi­ra de Walsh (cf. fragmento final de la Conferencia) , está u r d i d o c o n los verbos del decir que van configurando una sintaxis com­pleja y que a luden -perpetuamente- a la voz del otro, al carácter otro de esa palabra. E l juego barroco del estilo reviste la oral i-dad de formas que se superponen y donde se encadena el carác­ter referido de l discurso; estrategia que acentúa la ficcionalidad ("con todos sus juegos de e n g a ñ o s , espejos, duplicaciones que estaría mostrando todo el t iempo que la verdad tiene estructura de ficción")42 y sostiene la estructura de la verdad escrita. E n el final de su pr imera novela, la referida discusión entre los inte­lectuales señala , a través de esa cadena l ingüística que desnuda el carácter discursivo, la condic ión de legibi l idad del texto: su poét ica , que tiene como u n a de sus motivaciones centrales la b ú s q u e d a de una verdad que ha sido escamoteada desde la na­rración de la Histor ia . E l arte de hacerla "manejable" p o d r í a re­solverse en el estilo de cada escritor. L a admirac ión por "e l estilo ágil, conciso, eficaz" de Walsh deviene en Pigl ia en u n discurso que muestra su carácter ligado a la oral idad por medio de u n jue­go de referencias -de espejos- que hablan también de la escena de la escritura, como el final de l cuento " E l f luir de la v i d a " 4 3 .

L a inscripción del borrador de la novela reproducida luego del epígrafe aglutina historia individual con Histor ia obliterada, conf ir iendo al relato una ep i s temolog ía del testimonio. L a me­mor i a se objetiva en el pasaje de la pr imera a la tercera persona gramatical; el recuerdo se torna impersonal porque lo que va

4 1 JOSÉ L U I S RIVAROLA y SUSANA REISZ , " S e m i ó t i c a del discurso referi­do", en Homenaje a Ana María Barrenechea, eds. L. Schwartz Lerner e I . Lerner, Castalia, Madrid, 1984.

4 2 Josefina Ludmer, en 1989, en el Seminario "Delito y n a r r a c i ó n " . 4 3 El bar es el locus donde siempre hay distintos sujetos narrando histo­

rias en los relatos de Piglia.

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a preponderar es la memor ia colectiva. L a indicac ión sobre el estilo indirecto corresponde al efecto de distanciamiento que el autor de La ciudad ausentebusca. para narrar u n fragmento de la historia polít ica, inseparable de la l iteratura s egún se lee en la entrevista a Walsh. U n narrador exo tóp ico , que actúe como u n a n t r o p ó l o g o , es imprescindible para el g é n e r o de la non-fiction, a la par que las incrustaciones de discurso referido (cuando en " L a g r a b a c i ó n " y otros relatos de la m á q u i n a se cita u n testimo­nio , se re-presenta la oralidad) otorgan verosimil i tud al proceso de dar la voz al otro.

L a c rónica como g é n e r o en su convergencia con u n estilo barroco tiene otro antecedente l iterario en Carpentier, quien hace explícita su valoración de las crónicas que descr ibían el paisaje de Amér i ca - u n a realidad para la que no existían pala­bras en e s p a ñ o l - en el Pró logo a El reino de este mundo. De ello se trata t ambién la novelística de Pigl ia , que se pregunta en su pr imera novela c ó m o contar lo inefable. " L a g r a b a c i ó n " predi­ca la cual idad tartamuda de la palabra obrera. E l déficit de esa manifes tac ión, que se expl ica por la s u p r e m a c í a que sobre la ficción ha tenido la clase dominante , necesita ser sobreexpresa-do, d icho en exceso a través de u n a sintaxis compleja que aluda siempre al carácter de lo d icho , mediatizado, lo cual también permite ver el movimiento de la c irculación incesante de los relatos sociales. E l estilo barroco confluye de este m o d o con los rasgos del relato de non-fiction para narrar u n relato polít ico, si­guiendo el postulado de B l o c h , que el autor de La ciudad ausente expresa en Crítica y ficción.

E L TESTIMONIO EN LAS MICRONOVELAS DE LA CIUDAD AUSENTE

Las micronovelas cuya trama proviene de los relatos sociales, " L a g rabac ión" , "Los nudos blancos" y " L a isla", se or ig inan en la recolecc ión de documentos que consigue el periodista detec­tive a través de su investigación:

¿Ves? Me dieron esto -le dijo a Júnior y le mostró un cásete-. U n relato extrañísimo. La historia de un hombre que no tiene pala­bras para nombrar el horror. Algunos dicen que es falso, otros dicen que es la pura verdad. Los tonos del habla, un documento duro, que viene directo de la realidad. Está lleno de copias en toda la ciudad (LCA, p. 17).

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Las otras microhistorias ( "El gaucho invisible", " U n a mujer" , "Pr imer amor" , " L a nena") pertenecen al circuito del Museo de la l iteratura, puesto que se han cristalizado en las imágenes que pueden contemplarse en el arconte que las resguarda y exhibe. C o m o parte del deseo del autor de convertir el Museo en u n ar­chivo espacial, las réplicas de las historias que allí pueden "con­templarse" cristalizan de alguna manera su sentido en el Museo de la l iteratura (el canon) . E n opos ic ión , las historias imagina­das a part ir de los relatos sociales, basadas en el testimonio, es­tán en circulación permanente, congruentes con la ora l idad de la que provienen y con su forma privilegiada de transmis ión.

L a potencia de los relatos sociales que encierran y expan­den " L a g rabac ión" , "Los nudos blancos" y " L a isla" deviene del m é t o d o de construcción de su sistema: grabaciones que repro­ducen las voces de los testigos, documentos que recibe el periodis­ta-detective de los sujetos sociales que colaboran con su b ú s q u e d a de la verdad, testimonios de la real idad polít ica. Las referencias a u n narrador en presente 4 4 , al acontecimiento c o n t e m p o r á n e o de los hechos narrados, van urd iendo estas micronovelas estruc­turadas s e g ú n las normas de la literatura fáctica, que se propone n o como la representac ión de una historia verosímil , sino c o m o la instauración de lo verosímil a través de una voz en presente que narra la historia reciente. Esa voz balbuceante, que titubea y tantea por momentos, caracterizada por la rei teración de lexe-mas y sintagmas que refieren la e m o c i ó n provocada por lo que se atestigua, corresponde a unos sujetos cuyas voces han sido siempre marginadas del discurso de la Histor ia . C o m o af irma Nicolás Rosa, en La lengua del ausente: "Si la lengua es la vers ión sofisticada de lo real, la miseria de palabras es u n atentado con­tra el Dicc ionar io y al mismo t iempo el reflejo deslumbrante pero enceguecido de la escoria social: los pobres serían los m u ­dos de nuestra sociedad par lante" 4 5 .

Esos relatos no deben ser sacados de circulación, y, por el lo , n o integran las piezas del Museo que sí remiten a las otras micro-narraciones de la novela: " U n a mujer", " P r i m e r amor", "Pá jaros m e c á n i c o s " aparecen replicados en el A r c h i v o a través de u n a

4 4 En el d i á l o g o que marca el inicio del trabajo de invest igac ión de Junior, y del mapa narrativo de esta novela de Piglia, Renzi revela la preferencia por un narrador siempre presente que relate mientras los sucesos tienen lugar.

4 5 Editorial Biblos, Buenos Aires, 1997, p. 123.

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maqueta que representa el topos de la narrac ión y pone en evi­dencia su carácter ficcional.

Las historias construidas s e g ú n el modelo de la literatura fáctica siguen el flujo de los relatos sociales, y ese devenir per­manente se expresa también en el m o d o de recepc ión , de ahí que J ú n i o r esté siempre en tránsito cuando escucha o lee el re­gistro documenta l que las pone en circulación. E l movimiento impresc indible que caracteriza la b ú s q u e d a de la verdad se tor­na visible en el trayecto que recorre J ú n i o r dentro del mapa que traza su pesquisa, movimiento que condic iona y permite su co­nex ión c o n la materia del novelista, s e g ú n la hipótesis desarro­l lada por Pig l ia en sus "Tres propuestas.. .". N o parece posible que conozca esos relatos de la m á q u i n a en una escena de lectu­ra cristalizada en una imagen de quietud, de contemplac ión , como la que demanda y produce el Museo , caracterizada por u n a p e r c e p c i ó n aurática. L a difusión de los relatos sociales está condic ionada p o r la reproduct ib i l idad de las historias, por eso su circulación es concomitante de esa recepc ión trashumante:

Júnior puso el cásete y se dejó llevar por el tono del que había empezado a narrar. A l costado la ciudad se disolvía en la niebla del otoño, mientras el auto tomaba por Leandro Alem hacia el sur (p. 31 ) 4 6 .

Le alcanzó un sobre marrón y después le sonrió y llamó a un taxi. Júnior entró en el auto... y en ese momento, además, el coche arrancó por la avenida y se perdió bordeando el parque hacia el oeste.

Júnior se recostó en el asiento. En el reloj del Museo eran las tres de la tarde. Abrió el sobre. E l relato se llamaba Los nudos blancos. Una historia explosiva, las ramificaciones paranoicas de la vida en la ciudad. Por eso hay tanto control, pensó Júnior, están tratando de borrar lo que se graba en la calle (p. 68).

Para reunirse con el relato que lo llevará a los or ígenes de la m á q u i n a de narrar,

Júnior viajó toda la noche y al llegar reconoció la casa como si la hubiera visto en un sueño (p. 119).

4 6 La ciudad se materializa por medio del desplazamiento de J ú n i o r , que sigue el itinerario de Walsh para publicar Operación masacre por primera vez, analizado por Daniel Link en " U n hombre de conciencia".

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Yo le voy a hacer ver ese lugar donde los nudos blancos se han abierto, es una isla, en el brazo de un río, poblada de ingleses y de irlandeses y de rusos y de gente que ha llegado de todas partes, perseguidos por las autoridades, amenazados de muerte, exilia­dos políticos... (p. 123).

L a escucha y el devenir son las dos condiciones de r ecepc ión (mejor, el m o d o y la c o n d i c i ó n ) 4 7 de los relatos sociales: a u n cuando la versión que le entrega el custodia del Museo sea escri­ta, parece necesario el protocolo de escuchar (antes) la voz de l otro para poder conocer la historia:

Júnior entró en el auto y al terminar de acomodarse le pareció que Fuyita quería decirle algo, porque lo vio hacer señas y mover los labios. Sacó la cabeza por la ventanilla, pero el jockey le hizo un gesto de resignación, porque la vibración en la ciudad ahogaba la voz y en ese momento, además, el coche arrancó por la avenida y se perdió bordeando el parque hacia el oeste (p. 68)

A l poner en manos de l investigador el relato de la isla, Caro­la le dice " Oiga, ahora verá. Tal vez este relato sea el camino que lo lleve a Russo" (p. 123).

LA E S C R I T U R A D E L A H I S T O R I A

Los embriones textuales de Respiración artificial y de La ciudad ausente cont ienen como núc leo la idea de novela como archi­vo: " [Narra Renzi . Archivos en el s ó t a n o ] " (primeras notas de La ciudad ausente, 26 de enero de 1984). Cuando c o m e n c é a indagar sobre la génesis de este proyecto de escritura, P ig l i a r e s p o n d i ó :

Era una idea más narrativa en el caso de La ciudad ausente y des­pués se transformó en algo más anecdótico. En Respiración artificial el origen fue que yo quería hacer una novela que fuera el archivo de Maggi y que la novela entonces tuviera la forma de un archivo con materiales múltiples. Después, eso se empezó a transformar y el archivo terminó por ser lo que se encuentra al final, y las car­tas y los materiales de Ossorio. En el caso de La ciudad ausente la

4 7 Sin duda, estas caracter í s t icas cincelan el estilo, tema que d e s a r r o l l a r é en otro ar t ículo .

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noción de archivo se podía superponer con la noción de museo, que son dos modos de conservar el pasado. Entonces, en verdad, en La ciudad ausente el Museo se convierte en un archivo espacial, que se puede recorrer. Es también un archivo de la ficción, en ese sentido podría decir que el modelo del archivo está en los dos libros. En el caso de La ciudad ausente, el archivo de historias que están acumuladas en el Museo; en el caso de Respiración artificial, los documentos de Maggi que Tardewski entrega a Renzi.

A L Í : Más allá de la génesis de estas dos novelas, ¿consideras que hay rasgos del género que permiten emparentado con la no­ción de archivo, en relación con el concepto de Historia, de la memoria...?

P I G L I A : N O lo he pensado. Lo que sí he tenido son problemas, en el caso de Respiración artificial, para manejarme con una histo­ria tan larga. Es decir una historia que empieza en 1850, o en 1840, y llega hasta 1977. Yentonces ahí la estructura familiar me sirvió de base para construir esa relación, la historia de los Ossorio, con Esperancita, me sirvió como nudo y me pa­rece que esa es una estructura novelística bastante visible en William Faulkner, y ha sido para mí un punto de referencia porque Faulkner cuenta historias a menudo donde suceden al mismo tiempo historias de la guerra civil norteamericana e historias del presente, y en general eso sucede porque hay relaciones familiares... En realidad el pasado está encarnado en relaciones familiares 4 8.

L a lectura de los borradores revela que varios de los instru­mentos con que trabaja el historiador están entre los sintagmas estructurantes de la novela: archivo, museo, testimonios, rela­tos, relatos históricos e incluso "cementerios de noticias". C o m o es de suponer, no coexisten en el proyecto textual sin tensiones, sin ejercer un juego de fuerzas que se incl inará hacia una distri­buc ión tópica y topográf ica en el texto edito.

Si observamos las inscripciones pertenecientes al borrador redaccional de LCA, veremos que hay una progres ión de la ope­rac ión historiográfica: en "III Parte. L a idea fija" [narra ininte­rrumpidamente historias que se desarrollan en múltiples épocas y p a í s e s ] , luego en " I V Parte. L a m á q u i n a de M a c e d o n i o " [narra in interrumpidamente historias que se desarrollan en múltiples países y épocas . Tenía algunas pistas: una serie de fragmentos

4 8 Entrevista realizada en octubre de 2000.

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autobiográf icos . Biografías . Relatos históricos.] L a relación en­tre u n lugar, varios procedimientos de análisis y la construcc ión de u n texto (una literatura) c o n que De Certeau define la ope­rac ión historiográfica se instaura especularmente en el borra­dor desde el momento en que Renz i , postulado como narrador, lee y analiza las fichas de las historias que va a contar: " E l archivo es escritura, es le ído , consultado. E n los archivos, el historiador de profes ión es u n lector". P o r el contrario, "e l testimonio es originariamente oral ; es o ído , escuchado" 4 9 . Esa tensión entre ora l idad y escritura se revela n o sólo en los borradores sino tam­bién en la versión edita de la novela y es preponderante en Res­piración artificial:

Centralmente yo tengo dos hipótesis sobre el barroco. Como sis­tema de subordinadas, espejo interior al desarrollo de una frase. Construcción con más de un sujeto, básicamente sintáctica, que tiene que ver con la transposición de la oralidad. Y con un tipo de estructuración... Está parodiado en el comienzo de la nove­la de Renzi (Faulkner, Conrad, Proust). En Respiración artificialhay tensión con la oralidad. De hecho, están las escrituras primero y después las conversaciones. En La ciudad ausente quise contar más directamente las cosas, el horror de la dictadura como pesadilla 5 0.

S e g ú n las hipótesis desarrolladas por Paul Ricoeur, se exige al testimonio que se constituya en prueba. De acuerdo con e l lo , las micronovelas que provienen de los relatos sociales t ienen u n peso en el texto edito que no revelan sus "pares" literarios, acu­ñ a d o s en el Museo. " L a grabac ión" , "Los nudos blancos", " L a clí­nica de l Dr. A r a n a " poseen u n estilo labrado por "los matices de l habla" , que expresan la dif icultad y la tensión propias de u n re­lato casi condenado a la inverosimil i tud, intentando responder al interrogante de ¿ c ó m o narrar el horror, lo inefable de Ausch-witz?, que planteaban las pág inas finales de Respiración artificial, al formular en la segunda novela el carácter de lo indecible .

L a "reescritura de la historia", como inscribe uno de los sin­tagmas organizadores de la novela, está muy vinculada c o n la actividad literaria y polít ica de Walsh, con su mil i tancia compro­metida, quien postula la necesidad de que surja u n cronista de la Resistencia [peronista] en ¿ Quién mató a Rosendo ?, u n o de los

4 9 P. RICOEUR, op. ciL, p. 209. 5 0 Entrevista realizada en 1996.

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textos parad igmát icos de l g é n e r o testimonial. Esta propuesta parece vertebrar los comienzos titubeantes de la escritura de La ciudad ausente, en el núc leo temát ico que se expande en "Los nudos blancos" a través del personaje de l Taño , u n "trotzko pe­ronista" h é r o e del movimiento.

Los borradores redaccionales y una pr imera versión de la novela, de 1985, t ienen como narrador a Renzi quien recuer­da en la escena del bar las "noches en blanco" que compar t í a con su padre escuchando las grabaciones con la voz del Gene­ral [ P e r ó n ] , que les aportaban precisamente los militantes de la Resistencia; esta función textual es desplazada hacia J ú n i o r en la versión edita. L a escena del bar en que ambos sujetos se cruzan en el texto es significativa: en ella se deja ver el pasaje de narrador, de la pr imera persona de Renzi a la tercera que va a desubjetivizar el relato permit iendo la const i tución de la me­m o r i a colectiva: " . . .mientras Renz i hablaba de la voz de Perón y de la resistencia peronista y empezaba a contar la historia de su padre, aparec ió el M o n i t o para avisarle a j u n i o r que lo l lamaban por te lé fono" (LCA, p. 12) A la vez, la figura de J ú n i o r cumple de m o d o m á s cabal con las condiciones del narrador-periodis­ta-detective característ ico de la non-fiction a s eme jándose a los narradores de la l iteratura testimonial de Walsh.

ORÍGENES D E L A N O V E L A

Pero además de este contexto interno, la omisión abarca el contexto histórico:

en los dos relatos quedan elididos -y aludidos- acontecimientos

y nombres de la historia argentina.

(El relato de los hechos, p. 116)

P o r sus or ígenes comunes, es difícil dist inguir la novela de la historiografía . Este parentesco genér ico parece teñir la génesis de las dos primeras novelas de Pigl ia desde su proyecto mental hasta los primeros esbozos de La ciudad ausente, que traza en su borrador redaccional el sintagma "Relatos históricos", como ya ha sido seña lado . Los materiales con los que opera la historio­grafía atraviesan las diversas etapas de e laborac ión del texto, y forman una conste lac ión que se p l a smará en el g é n e r o elegido, la non-fiction. Si en Respiración artificiale\ núc leo narrativo in ic ia l

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fue la b iograf ía de Enr ique Lafuente, para la cual su autor tra­bajó arduamente en la Bibl ioteca Nac iona l , tomando notas d e l epistolario, seleccionando datos de su biograf ía , ut i l izando la m e t o d o l o g í a del historiador que hab ía aprendido en sus a ñ o s de estudiante univers i tar io 5 1 , el movimiento que impulsa la es­critura de La ciudad ausente está atravesado por su interés e n el testimonio, t ambién componente de la operac ión historiográfi-ca, pero que tendrá otro sesgo, ya que el testimonio que incor­pora la narrac ión de L C A v a a reponer lo e l id ido por la His tor ia . Se trata de u n g é n e r o de testimonio que hace excepc ión e n el proceso historiográf ico, como analiza Paul Ricoeur en uno de sus últ imos libros, citado antes, en referencia al testimonio so­bre el "Holocausto" ("lo inefable de Auschwitz" , RA),

porque plantea un problema de recepción sobre el cual la puesta en archivo no responde y parece inapropiada, provisoriamente incongruente. Se trata de experiencias límite, propiamente ex­traordinarias, que trazan un camino difícil en busca de capacida­des de recepción limitadas, ordinarias, de oyentes educados en una comprensión compartida. Esta comprensión se ha edificado sobre bases de un sentido de la semejanza humana en el plano de las situaciones, de los sentimientos, de los pensamientos y de las acciones... Por eso se puede hablar de crisis del testimonio. Para ser recibido, un testimonio debe ser apropiado, es decir, despro­visto tanto como sea posible de la extrañeza absoluta que engen­dra el horror (p. 223) 5 2.

Tratada en las conversaciones finales de Respiración artificial, cuando los intelectuales analizan la figura de Kafka, Pigl ia res­ponde a esta cuest ión con la escritura de su segunda novela. La ciudad ausente puede ser le ída e interpretada entonces c o m o una respuesta a ese interrogante, (le) responde a su antecesora con el m é t o d o que enuncia Walsh en Operación masacre, " renun­ciando al encuadre histórico en beneficio del alegato particu­lar". L a ape lac ión a u n lector capaz de establecer conexiones con los referentes históricos implícitos, que A n a A m a r S á n c h e z

5 1 Piglia ha destacado, en numerosos reportajes y clases de seminario, que el ig ió la carrera de Historia para dedicarse a la Literatura. En la entre­vista con M A R Í A ANTONIETA PEREIRA publicada en su libro Ricardo Piglia y..., el escritor explica c ó m o ha influido su f o r m a c i ó n en la c o m p o s i c i ó n de sus libros y c ó m o concibe la novela histórica .

5 2 La t r a d u c c i ó n es mía .

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seña la respecto de la l iteratura testimonial de Walsh y en la que p o d r í a m o s enmarcar también la operac ión de recepc ión de Res­piración artificial, trata en las micronovelas de La ciudad ausente e\ empleo de l testimonio oral , ese "alegato particular" del que ha­blaba Walsh, el "documento duro que viene directo de la reali­dad" a que alude el narrador de la novela. C o m o la del "fusilado que vive" t ambién son historias " increíbles" , caracterizadas por la "ext rañeza absoluta que engendra el horror" , cuyo rasgo pr in­cipal es lo inverosímil, lo cual entraña una crisis del testimonio. A l pel igro que narra la microhistor ia "Los nudos blancos": la im­plantac ión de una memor ia falsa, concomitante de la crisis del testimonio, se le contraponen los registros grabados que J ú n i o r escucha en su recorr ido por evitar que "saquen de circulación" a la m á q u i n a de narrar. L a r eproducc ión de las "grabaciones con relatos orales" viene a narrar una zona de la memor ia social que ha sido obliterada por la His tor ia por medio de su operac ión de "ocultar lo que era legible" (de acuerdo con De Certeau). Su efecto puede leerse meta fór icamente en la nostalgia que expe­r imentan los habitantes de la Isla de una é p o c a en que era posi­ble entenderse porque no existía la mul t ip l i c idad de lenguas, al ex trañar la patria que guarda su memoria .

L A C I E N C I A F I C C I Ó N C O M O L E Y D E L A H I S T O R I A

E l vector temporal que lleva del pasado (irresuelto) hacia el fu­turo se inscribe en los pre-textos de LCA s iguiendo otra de las tesis de Braude l : " la ciencia ficción es la ley de la historia". E n la micronovela "Los nudos blancos" puede leerse marcadamente la inf luencia de P h i l i p Dick . E n la clínica del Dr. Arana , lugar al que llega E lena para investigar, se desarrolla el núc leo narra­tivo paranoico de la implantac ión de memor ia artificial (falsa, ajena) en los sujetos. L a desubjet ivación de los individuos se traduce en la p é r d i d a de la memor ia colectiva, provocada por la puesta en acto de la metá fora que desplegaron los relatos pro­ducidos por el Estado terrorista para repr imir y asesinar, para supr imir identidades 5 3 . Ese núc leo narrativo que el escritor nor­teamericano desarrol ló en numerosos textos, Pigl ia lo elabora en el registro de las fuerzas ficticias que sucedieron a la últ ima

5 3 Se trata de la m e t á f o r a de la " e x t i r p a c i ó n " , destinada a combatir una presunta enfermedad del cuerpo social.

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dictadura mil i tar argentina. E n opos ic ión a los relatos cons­truidos desde el poder pol í t ico para generar consenso 5 4 , P ig l i a imagina y escribe unos contrarrelatos que, cargados de cierta dosis de ironía , hablan de las ficciones estatales que s iguieron a las metáforas médicas , como la historia de la arrepentida J u l i a G a n d i n i y el procedimiento de embargar la memor ia social que puede leerse en las operaciones realizadas en la clínica (cuya s imilar idad con la E S M A 5 5 , marinos, gentes con armas, recorr i­dos organizados para la delac ión, seña ló con precis ión el m ú ­sico Gerardo G a n d i n i en u n a entrevista que le hice en 1998 y anal izó detalladamente el crítico bras i leño Idelber Avelar en su l ibro sobre la narrativa posdictatorial) .

Si observamos los sintagmas que anteceden y suceden a las inscripciones de P h i l i p D i c k en el borrador redaccional de la novela, podemos poner en d iá logo la m e n c i ó n del g é n e r o sciencefiction con la narrac ión de la His tor ia : la enunciac ión de l proyecto textual, " L a reescritura de la historia", se escribe casi s imétr icamente con el sintagma 'Ya se sabe que trabaja con rea­lidades virtuales", en el apartado "I . Parte" de la p á g i n a 4, lo cua l apunta al encuadre genér ico que tendrán los contrarrelatos en las micronovelas que narran la historia reciente. E n clave de g é n e r o , los núcleos de la ficción paranoica entraman la elabo­ración textual de La ciudad ausente con la narrac ión expl íc i ta del h o r r o r de la dictadura como pesadilla, puls ión que a n i m ó la escritura de la segunda novela de Pigl ia . E n "Los nudos blancos" (zona de c o n d e n s a c i ó n de la memor ia y del lenguaje que define " la gramát ica de la experiencia") confluyen la narrac ión de la historia reciente con el relevamiento de la narrativa estatal pos-dictatorial , de las nuevas ficciones que acomete el Estado luego de la dictadura para "normal izar" la sociedad y evitar, como se­ñala Avelar, la d i seminac ión del duelo.

5 4 Es muy iluminadora la idea de Valéry que Piglia desarrolla en la entre­vista, "Una trama de relatos" y en "Tres propuestas...", respecto del consenso que necesita el poder pol í t i co para gobernar, motor narrativo de las ficciones estatales: "La era del orden es el imperio de las ficciones, pues no hay poder capaz de fundar el orden con la sola r e p r e s i ó n de los cuerpos con los cuer­pos. Se necesitan fuerzas ficticias" (Crítica y ficción, p. 43).

5 5 Sigla que corresponde a la d e n o m i n a c i ó n de la Escuela de M e c á n i c a de la Armada, uno de los centros clandestinos de d e t e n c i ó n m á s e m b l e m á ­ticos de la é p o c a .

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CONCLUSIONES

" E n marzo de 1970, Walsh dec ía en u n reportaje: «Nuestras cla­ses dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctr ina, no tengan héroes n i márti­res. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. L a historia aparece así como propiedad privada, cuyos d u e ñ o s son los d u e ñ o s de todas las otras cosas»" . Así se abre el l ibro Rodolfo Walsh, vivo, compi lado y prologado por Rober­to Baschetti. E l reportaje es el que le hizo Ricardo Pigl ia , pero este fragmento no figura en n inguna de las versiones publicadas de la entrevista. E l concepto de que la experiencia colectiva se pierde es precisamente el motor que impul só la escritura de La ciudad ausente. Hay otros elementos que permiten emparentar los dos proyectos de escritura: el propós i to de "construir mis relatos a partir de lo no d icho, de cierto silencio que debe estar en el texto y sostener la tensión de la intr iga" (Piglia), rasgo del que Walsh hizo ejercicio magistral, es otro puente que permite unirlos .

E l geneticista francés H e n r i Mi t te rand señala , en el p r ó l o g o al l ibro Leçons d'écriturelos fuertes condicionamientos que impo­ne la e lección de u n g é n e r o literario, que presiona por sobre las pulsiones l imitando la l ibertad de la escritura:

E n gran medida, el género predetermina no solamente sus técni­cas, sino también sus universales de contenido... No subestime­mos la parte de la deriva, del fantasma, ni la presión de las ideas recibidas, de la doxa, del inconsciente colectivo, ni el rol de la experiencia y del documento. Pero tampoco subestimemos la po­tencia de estos modelos de competencia semiótica que impone a todo engendramiento narrativo la herencia del género 5 6 .

M e interesó recortar ese punto de su expos ic ión, acerca de la componente semiót ica en la genét ica textual, para resaltar algu­nos aspectos más de ese encuentro entre los dos escritores cris­talizado en esa entrevista y que, a m i j u i c i o , influyó m u c h o en el proceso creativo de Pigl ia . Walsh señala en ese d iá logo , a d e m á s de lo ya expuesto y analizado en el cuerpo de este ensayo, que

56 Leçons d'écriture. Ce que disent les manuscrits, Lettres Modernes, Paris, 1985, pp. viii, ix; la t r a d u c c i ó n es mía .

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"Irlandeses detrás de u n gato" constituía el "pronunc iamiento m á s polít ico de toda la serie. . . P o r otro lado, hay una cierta evo­lución en la serie, en este cuento aparece.. . una nota pol í t ica , la pr imera m á s expresamente polít ica" , deseo que subyace a la génes i s de LCA: "contar más directamente el hor ror de la dicta­dura como pesadilla". Más directamente que Respiración artificial, entendemos, instaurando así u n a evolución en la serie.

Para que no se pierda la experiencia colectiva, entonces es necesario subvertir el g é n e r o novelístico, poder escribir otra cosa, lo que puede asimilarse a la concepc ión walshiana de u n a novela hecha de cuentos 5 7 (en este caso, de microhistorias) , profus ión narrativa que m a r c ó desde sus comienzos el plan es­tructural de La ciudad ausente, como c o m e n t ó su autor a A n a M a ­ría Barrenechea: "combinar el mecanismo de investigación c o n los relatos funcionando como si fueran testimonios; en lugar de pruebas, hay relatos".

M A R Í A A L E J A N D R A A L Í

Universidad de Buenos Aires

APÉNDICE

BORRADOR REDACCIONAL DE LA CIUDAD AUSENTE

(DATACIÓN APROXIMADA, ENERO DE 1992)

NOTAS

Capítulo 1

Hotel Majestic. La mujer tiene un a u t ó m a t a . U n pajaro. (Le da una graba­c ión . ) La g r a b a c i ó n . (Mi primo vino a verme.) (Reporte numero 10. Historia de la m á q u i n a . El mapa del infierno es un relato "peligroso" porque es de non-fie tion). D e s p u é s del Majestic, Renzi cuenta la historia de su primo (el tema lo retoma J ú n i o r cuando habla con Luna. Pero es el primo de Renzi? Puede ser.) El mapa del infierno. [La isla de Finnegans cuenta una experiencia del -primo que ha viajado y ha traido los documentos.] En realidad es un relato de la maquina, dice Renzi que lo trae de la segunda visita a la fábr ica . [Piensa mu­darse a la isla.] D e s p u é s de las Malvinas. Ahi empezaron los problemas. Es un relato de non-fie tion.

5 7 Rodolfo Walsh califica este procedimiento como "una forma primitiva de hacer novela, pero bastante linda".

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-Renzi es presentado como Marlowe, ya se sabe que anda con la hermana de J ú n i o r , sus teor ía s del relato ya e s tán en el principio y vuelven a aparecer con la historia de su primo (que culmina con la visita a la fábr ica y la m á q u i n a de los s u e ñ o s , sobre Macedonio) que es presentada en el tono Poe avisando de los hechos extraordinarios que tiene que contar. En Agradecimientos ac túa como un narrador del xv in que sintetiza la n a r r a c i ó n y habla con el lector. -Relato en tercera sobre la realidad y sobre Elena y la historia de amor con Ma­cedonio que preparan la entrada a la balada de Beta-2 de La isla de Finnegans.

Capitulo 2

En el Museo hay un ejemplar de la t r a d u c c i ó n e s p a ñ o l a de Amalia. (Macedo­nio habia escrito en ese ejemplar: "La novela argentina".) - L a nena. "En sus Mythologiques Levi-Strauss ha afirmado que la m e l o d í a es la clave del misterio supremo del hombre. Si uno es capaz de captar la in­v e n c i ó n m e l ó d i c a , ese sentido aparentemente innato del acorde a r m ó n i c o , t o c a r á las ra íces de la conciencia humana. S ó l o la mús i ca , dice Levi-Strauss, es un lenguaje universal primigenio, comprensible para todos e intraducibie a cualquier otro idioma. La palabra es posterior a la mús ica . Esta s u p o s i c i ó n es fundamental en las doctrinas órf icas y p i t agór i ca s , en la harmonia mundial Boecio y en el siglo xvn" . - E l Jockey llamaba La Mudita a la m á q u i n a . - L a fabrica, el relato del s u e ñ o , los anarquistas. -Elena usa la fuerza te lepát ica para salir del control de Arana.

Capitulo 3

J ú n i o r recibe o no una llamada te le fónica? Ana, Carola. Carola le cuenta la historia de Macedonio desolado por la muerte de Elena. La Divina Comedia herét ica .

Capítulo 4

-Nouvelle final de J ú n i o r en la ciudad sin la m á q u i n a . N a r r a c i ó n clásica. La chica ha estado en la isla de Finnegans. Renzi le dice que hay que ver a su primo. Va a la fabrica. El encuentro con el Ingeniero. [Habla de Macedo­nio.] Estudian La isla de Finnegans que es una d e s c r i p c i ó n de los circuitos internos de la maquina. (Se trata de las islas malvinas.) - L a leyenda de una mujer eterna. J ú n i o r conocia la leyenda. Una mujer ga­rantiza la r e d e n c i ó n colectiva. E l ú l t i m o relato de la m á q u i n a ten ía notas y una i n t r o d u c c i ó n . (La isla de Finnegans.)

Notas

Renzi se mete en una historia con la hermana de J ú n i o r , esta casada y tiene problemas con la mujer. La hermana lo invade, quiere separarse y le cuenta

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la historia de Junior. Con el tiempo dos hombres pueden llegar a ser geme­los, la rutina y el pasado c o m ú n agravan los parecidos si es que existen; Renzi yjunior se tenian esa s i m p a t í a agresiva que esconde la confianza; podian ser padre e hijo pero a Renzi le costaba envejecer yjunior al revés nunca habia parecido joven; el hecho de que Renzi se acostara con su hermana creaba una e x t r a ñ a tens ión . Junior nunca hacia comentarios sobre el asunto pero iba viendo la r e p e r c u s i ó n del asunto porque la hermana lo habia llamado un dia para decirle que iba a divorciarse de Martin (martin era su marido). Y de que vas a vivir, le pregunto Junior, renzi estaba viviendo con una mujer desde hacia veinte a ñ o s , si vivir podia ser considerado el verbo adecuado. Tenia su casa y la

/. Parte. La persona equivocada

1. Renzi en el bar. Renzi con Luna. 3. Museo. Historia de la m á q u i n a . Russo. El cuidador. [El sereno de la fábri­ca. Nonfiction.] 4. Las dos vidas.

III. Parte. La idea fija

1. Renzi solo en su casa. Te lé fono . Mira sus fichas. Saca conclusiones. Antes de Modus. Narra ininterrumpidamente historias que se desarrollan en múl t ip l e s é p o c a s y pa í ses . Por eso la habian sacado de c i rcu lac ión . Hablaban de desper­fectos. Analiza la s i tuac ión . Tiene que encontrar la cl ínica. Modus.

TV. Parte. La máquina de Macedonio

1. Va a ver a Ana. La isla de Finnegans. 2. Kluge. 3. Museo. Relato final. La mujer lo llama por telefono a la madrugada.

Notas. Renzi en el subte. Entiende lo que es tá pasando. (Las mujeres.) Sigue la l ínea de los relatos como un mapa. T e n í a que seguir el trayecto. (Por si lo siguen.) Para llegar al punto de viraje. H a b í a un momento en el que las cosas se h a b í a n empezado a modificar. La m á q u i n a hablaba de sí misma. Narra ininterrumpidamente historias que se desarrollan en múl t ip le s paí­ses y é p o c a s . T e n í a algunas pistas: una serie de fragmentos au tob iográ f i co s . B iogra f í a s . Relatos his tór icos . Ana. La isla de Finnegans (Se h a b í a traido varias miniaturas del Museo.) Hay que buscar. Se baja en la Nueve de Julio. L i b r e r í a de viejos. Fue a los s ó t a n o s del Mercado del Plata. Estaba buscando i n f o r m a c i ó n en los cementerios de noticias. Encuentra El p á j a r o . Lo trae en una jaula. P a r e c í a la vers ión m á s primitiva. E l primer Museo. La primera referencia al ingeniero. La historia empezaba en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, una m a ñ a n a de julio de 1956.

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4. Luna. Le lleva el p á j a r o . C o n v e r s a c i ó n . Encuentra a Luna. Síntesis . Ya no hay control. Habla de sí misma. Hay que encontrar a Kluge.

5. E l relato de Russo.

6. D e s p u é s entra en ese mundo y va en busca de Carola Lugo al Museo. Cuando él a c t ú a la m á q u i n a responde (La isla de Finnegans se lo entrega Ca­rola. Alguien ha conseguido llegar hasta la isla, un a n t r o p ó l o g o , un tal Boas, le dice.) Ella le habla del ingeniero: le dice que es Kluge. Tiene que verlo. La f ábr i ca es tá en una isla del Tigre. Va al Tigre.

[Ver Calvin o 115.] Renzi i m a g i n ó a la mujer hundida en una realidad falsa. Obligada a vivir la vida de otro. Elena, la mujer de Macedonio Fernandez. Habia muerto cuando él tenia cuarenta a ñ o s y el hombre dejo todo y aban­dono a sus hijos y se m e t i ó en una p e n s i ó n de Tribunales a tocar la guitarra y a tratar de salvarle el alma.

I. Parte

Con eljockey, con Kluge. Realidades virtuales. F a s c i n a c i ó n por la historia de los robots. Entrar en la otra realidad. F icc ión y realidad. B iogra f í a de Macedonio. El intento de eter­nizar a Elena. La isla en el Paraguay y la isla de Finnegans. Los papeles y las notas. Comentarios de Renzi. La historia del ingeniero h ú n g a r o . Las vidas posibles. La reescritura de la historia. La in tervenc ión en el mundo futuro. Una conferencia de Macedonio. PDick. A.Schmidt. A l leer "Modus" ya se sabe que trabaja con realidades virtuales. Se anticipa en "Dos vidas". O r á c u l o y destino. Angelo habla con Fuyita. Una g r a b a c i ó n . Elena. Se habia muerto y Macedonio habia hecho todo para salvarla. La habia hecho sobrevivir en la m á q u i n a . (Grabaciones de la mujer.)

Parte II I. T e n í a una cita con Kluge. Antes iba a la biblioteca. Estaba casi seguro, tenia el recuerdo de un viejo texto.XLo habian programado con Joyce.

I I . Parte

1. En el bar Lencina seguia en la mesa. Ahora bien, estaba contando Lenci-na. Renzi va y habla con Luna y le hace una síntesis . Modus. La mujer que lo llama por telefono. [Conoce este relato, le dice Luna y le da la c o n t i n u a c i ó n con Saurio que llega al museo.]

2. Renzi revisa una serie de p e q u e ñ o s relatos porque tiene una pista. (La bi­blioteca del Museo. La historia de la m á q u i n a . ) La isla de Finnegans. Alguien ha conseguido llegar hasta la isla, le dice Luna, un tal Boas, un a n t r o p ó l o g o . Lo programaron con Joyce.

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3. Renzi se encuentra con el Ingeniero.

4. Va al Museo. Ultimo relato de la m á q u i n a . Opiniones de Renzi sobre el texto que ya leyó antes de que el lector se entere. Habla con el sereno. Lo llama por telefono la mujer.

5. Vuelve a su casa. Se o lv idó la llave. E l sereno. A l alba vuelve a leer el relato. Habla LuciaJoyce. Llamada te le fónica . Final.