Manual

Taller de Mandalas

Mandala

"J'ai réalisé, de plus en plus nettement,

que le mandala est le centre ; il est l'expression de toute vie,

il est la voie de l'individuation". Carl Gustav Jung.

(Comprendí, cada vez más distintamente,

que el mandala era el centro; es la expresión de toda vida,

es la vía de la individuación)

Hace muchísimo tiempo existió algo desprovisto de nombre y cuya forma desconocida ocultó tanto

el cielo como la tierra. Al verlo, los dioses lo agarraron comprimiéndolo contra el suelo, con la cara

hacia abajo.Una vez arrojado al suelo, los dioses lo retuvieron pegado a éste.

Brama hizo que los dioses lo ocuparan y lo llamo vastu-purusha mandala.

ANTIGUO TEXTO HINDU

La tierra, el sol, el ciclo de la luna y los planetas, el ojo humano, el ombligo, la araña en el centro de su tela, el átomo y sus electrones, la rueda, el útero en el que anida la vida humana y animal, las flores, los cristales de nieve, las células de todos los seres vivos…estamos formados y rodeados de estas figuras circulares y será por eso, precisamente, que, desde el comienzo de los tiempos, los seres humanos crean y colorean mandalas, círcuos simbólicos que nos llevan a nuestra esencia, totalidad e integración.

La palabra Mandala es de origen sánscrito y está compuesta por las expresiones manda (esencia) y la (concreción), podría traducircse, entonces como lo que contiene la esencia.

Su historia no es reciente, tiene un largo camino que se pierde en el abismo del tiempo y de las más apartadas culturas. Sin embargo, su prestigio en occidente ha irrumpido con gran fuerza gracias a la atribución de propiedades centradoras, sanadoras y equilibrantes

La forma representacional de los mandalas aparece constantemente a nuestro alrededor en una infinidad de objetos cotidianos. Así, la vida se mantiene en contacto permanente con ellos en un sinfín de formas que resultan absolutamente familiares, en representaciones y proyecciones de la mente que en su contenido encierran la forma esencial de los mandalas. Vemos, por ejemplo, como el intelecto tiende a calificar, y no casualmente, como «esferas» todos los ámbitos del pensamiento y la acción: se habla de la esfera social, personal, profesional o de cualquier otra índole. «El mundo es redondo como una naranja», decía un poeta francés y así, tanto el mundo como una naranja partida por la mitad son mandalas.

Con respecto al uso de los mandalas, pueblos culturalmente tan distantes entre sí como los indígenas americanos, los sumerios o los caldeos, los hindúes o los primitivos

cristianos, han dotado a éstos -según el caso- de los más positivos atributos, convirtiéndolos de este modo en una herramienta esencial en el camino del autoconocimiento. Se ha dicho de ellos que tienen propiedades curativas del alma, considerándolos como inspiradores para la meditación profunda tendiente a conseguir la relajación y la paz o, viendo en ellos el reflejo y la diferenciación de sí mismo como también la representación cósmica de la fusión entre el yo y el todo. Estas ideas han sido recuperadas y reelaboradas por las sociedades actuales convirtiéndolas en nuevas formas de expresión artística, así como en la atribución de propiedades de tipo curativa, terapéutica y creativa.

El mandala, en la escuela pitagórica, evocaba la imagen de plenitud: para Parménides era el ser perfecto en todas sus partes, quizá símbolo del ser único e inmutable (Dios); para Empédocles, la noción de Dios atiende a una realidad esferoide llena de alegre orgullo en su dominador reposo. En general, en la filosofía griega, la esfera es la metáfora de lo completo, lo acabado, lo perfecto y lo pleno. En la tradición oriental existe la metáfora de la rueda cósmica que debe seguir el sabio para poder ser completamente libre, esto es, uno con el todo. En el centro de esa rueda cósmica se encuentra la norma.

En todas las culturas en las que los mandalas influyen en la vida espiritual, la contemplación o la oración por medio de imágenes circulares desempeña un papel muy importante. Sólo a través de esta vía el ser humano encuentra el camino de regreso hacia su propio centro interior que acumula las energías anímicas dispersas y le devuelve la unidad. A este proceso de contemplación se le denomina meditación.

Entre las técnicas de la psicoterapia encontramos la meditación con los mandalas como un ejercicio de relajación metódico. El psicólogo Carl Gustav Jung (1875-1961) estudio exhaustivamente el efecto curativo de las imágenes circulares en el alma, confirmando que pintar mándalas ofrece tranquilidad y sosiego tanto a los psíquicamente sanos como a los enfermos.

ORIGEN DE LOS MANDALAS

La utilización de los mandalas se remonta al principio de la vida del ser humano sobre la tierra. Cuando el hombre empezó a pintar, se inspiro de forma intuitiva en los ejemplos de la naturaleza, creando dibujos que ya cumplían la función de mandalas.

Ya en el Neolítico, cuando el hombre dejo de ser nómada y se convirtió en sedentario con la ganadería y la agricultura, encontramos diferentes símbolos mágicos. Quizás el más importante y conocido mandala del Neolítico es Stonehenge, en la llanura de Salisbury, Inglaterra. Posteriormente, en el antiguo Egipto, también encontramos grabados en las pirámides egipcias que muestran la utilización del mandala como objeto base de la concentración y la activación de la energía positiva del lugar, la meditación profunda para elevar el nivel de conciencia o expandir la capacidad de la mente y la memoria, entre otros usos. De la misma manera se han encontrado vestigios de símbolos mandalísticos entre los druidas, en la civilización China o en las pirámides de México, entre otros, siendo empleados por sacerdotes, sabios o hechiceros como objetos de meditación y de curación. En la actualidad, aun se emplean los mandalas en el budismo tibetano, así como en

América, donde numerosas tribus confeccionan mandalas mediante hilos de colores y plumas.

Hoy en día son cada vez más las personas que experimentan los efectos terapéuticos de estos diagramas, ya sea meditando, creándolos o coloreándolos.

CLASES Y FUNCIONES DE LOS MANDALAS

Dependiendo del sujeto, los mandalas son definidos de formas muy variadas. Aunque principalmente son considerados como objetos esenciales para la meditación o la oración, para algunas personas son una forma superior de arte, mientras que para otras confeccionarlos es una forma de expresarse y descubrir el propio ser. Existen diversas (o infinitas) clases de mandalas o de formas de entender los mismos. A continuación haremos un recorrido por algunas concepciones principales.

* MANDALAS PERMANENTES COMO REPRESENTACION DE UNA DIVINIDAD: Los mandalas se encuentran en todo Oriente con la finalidad de servir como instrumento de contemplación y concentración en lo divino. A través del mandala el individuo puede conectarse con la energía de las diferentes divinidades

* MANDALAS TEMPORALES PARA CEREMONIAS Y RITUALES: Los mandalas se emplean en Oriente -sobre todo- como parte de las ceremonias inherentes a muchas religiones: desde el hinduismos hasta el lamaísmo tibetanos, entre otras. Un ejemplo de esto sería que tanto en el Tibet como en las ceremonias de los indios navajos de Norteamérica, estos mandalas se crean para mostrar la impermanencia de la vida. Otro tipo de mandalas que forman parte de rituales y ofrendas son los creados simbólicamente mediante mudras (diferentes posturas realizadas con las manos y los dedos) y que son ofrecidas a todos los seres que han alcanzado la iluminación. Estos mandalas simbolizarían el círculo puro en el que la bondad y la compasión ilimitada de estos seres son representadas.

* MANDALAS EN TRES DIMENSIONES: Estos mandalas creados en bronce, arcilla o por computador son empleados para invitar a una divinidad a entrar durante una ceremonia de iniciación. También se incluirían aquí los mándalas de la arquitectura, entendidos como “áreas sagradas” del mandala, que incluyen templos budistas, las stupas (monumentos donde se guardan las reliquias budistas y las cenizas de los santos) y los templos en donde las divinidades residen en forma permanente.

* MANDALAS COSMICOS: Estos mandalas son entendidos como una representación del orden del universo y responderían a la necesidad del hombre de ordenar y comprender las fuerzas dialécticas e indivisibles del cosmos. Este mándala tibetano constituye una representación del orden del universo, así como un panteón divino.

* LOS MANDALAS COMO ARTE

La música, la pintura y la arquitectura son manifestaciones artísticas que se sirven de reglas ordenadoras para poder concretarse y materializarse: desde el lienzo en blanco hasta la obra ya finalizada. Estas reglas primarias unirían todas las disciplinas artísticas, ya que el proceso de creación, aunque con resultados diferentes, es el mismo. Por lo tanto, para el artista, el mandala no es tanto el objeto final, sino la actitud generadora y ordenadora.

* LOS MANDALAS CORPORALES O MANDALAS INTERNOS

Creados en la mente de quienes meditan, el cuerpo es visualizado como un conjunto de mandalas (los chakras) de divinidades específicas. Este mandala corporal une el macrocosmos (universo) y el microcosmos (el yo) en el cuerpo humano. De esta forma, el mandala es nuestro cuerpo y en él encontramos una representación de todo el universo.

* LOS MANDALAS COMO ARQUETIPOS DE LA NATURALEZA

Encontramos mandalas a cada paso. Cada uno de nosotros los ve diariamente, solo que muchos de nosotros no sabemos que se trata de uno de los símbolos que nos ha sido dado como un arquetipo que nos influye. Los podemos ver en los círculos concéntricos que imprime una gota, un pez o una hoja en la superficie de un lago; en un círculo formado por los pétalos de las flores o en los anillos de los árboles; en una telaraña, en la imagen del sol que emana rayos de luz, en los ciclones y torbellinos, etc.Nuestro planeta es un mandala así como lo es la vía láctea, las células o nuestro propio cuerpo. Todos estos elementos son mandalas que a su vez forman parte de mandalas mayores.

* LOS MANDALAS COMO ARQUETIPOS DEL CICLO DE LA VIDA

El crecimiento y el desarrollo de las personas transcurre a través de ciclos vitales o etapas. El círculo que forman las estaciones del año con la primavera, el verano, el otoño y el invierno es un reflejo de cómo se origina la vida. Y es que cualquier forma de vida conlleva un círculo eterno, incluida la naturaleza misma, el ser humano y el propio mundo.

USOS DEL MANDALA

- Mandala para colorear.

- Creación de Mandala individual o grupal.

- Mandala para organizar temas de estudio o análisis.

- Mandala terapéutico o proyectivo de una situación.

- Mandala para regalar con una intención.

- Mandala para meditar o conemplar.

LA MEDITACION CON MANDALAS

Existe un gran número de técnicas para alcanzar la meditación, entre las que podemos destacar, entre muchas otras, las siguientes: la concentración de la mente en un objeto, un sonido, una figura geométrica, un color o un concepto; la percepción y concentración en el silencio interno; ejercicios de visualización para propiciar un estado anímico positivo así como técnicas de percepción de una acción del propio cuerpo o de la mente sin interpretar lo percibido.

Desde hace miles de años se han empleado en las religiones orientales otras técnicas de meditación basadas o bien en las palabras -como los mantras o los koan- o en imágenes, tales como los yantras o mandalas. Los yantras son figuras geométricas que representan la naturaleza vibratoria de las divinidades. Son empleados en el tantrismo y sus imágenes son exclusivamente geométricas.

Tanto los yantras como los mandalas son representaciones visuales de la deidad. Sin embargo, mientras los mandalas representan a cualquier deva o divinidad, cada yantra simboliza a un deva concreto. La meditación con los mandalas es realmente sencilla ya que no requiere de posturas ni de técnicas complejas: solamente con el hecho de contemplar los mandalas, sentados cómodamente, es posible alcanzar los niveles alfa de relajación profunda, en los que nuestra mente se encontrará relajada, además de abierta o alerta. El tiempo mínimo de meditación es de tres minutos, para después, poco a poco, ir incrementando hasta cinco minutos cada uno. No por mucho observar el mandala se obtendrán mejores efectos, ya que una vez que nuestra mente capte el estimulo visual, se llevaran a cabo los procesos de cambio.

Posiciones y pasos previos a la meditación: Ante todo se debe elegir un lugar tranquilo, en el que podamos estar solos durante aproximadamente media hora sin ser interrumpidos. La postura tiene que ser una en la que podamos sentirnos cómodos durante toda la meditación, sin que aparezcan molestos dolores en las rodillas o en la espalda que distraerían nuestra mente. Por otra parte, será necesario tener una cierta actitud meditativa, de forma que la mente no se entretenga en los problemas del trabajo, la familia o de cualquier otra índole.

Meditar con los mandalas

1. Observar el mandala durante unos minutos y luego cerrar los ojos para recrearnos la imagen que tenemos del mismo en su visualización. Si se pierde dicha imagen, se repetirá el proceso. Concentrarse con los ojos cerrados es un modo excelente de observar la corriente propia de pensamientos e imágenes. La concentración en objetos permite ordenar y centrar en un solo punto toda la abundancia de datos del cerebro. No es necesario que al cerrar los ojos veamos realmente el mandala. Lo

importante es, en realidad, la imagen que construimos de este, así como todas las imágenes que puedan surgir en el proceso de meditación.

2. Poniendo atención en el mandala hemos de realizar profundas respiraciones, mientras repasamos todos los pensamientos que nos preocupan en ese momento sin intentar suprimirlos.

3. Una vez alcanzado este estado de meditación en silencio respiraremos profundamente, poco a poco, para reanudar la actividad normal de una forma correcta, realizando respiraciones antes de empezar a mover nuestro cuerpo lentamente para abandonar la meditación.

4. Por último, podemos observar el mandala y permitir que nuestros pensamientos fluyan alrededor de éste, es decir, permitir que nuestra mente nos comente todo lo que esta viviendo y aquello que está sintiendo.

El efecto terapéutico de los mandalas tiene sus raíces en la búsqueda del ser humano hacia su interior. El hombre es el centro de su propio espacio y tiempo personal y es desde él que puede percibir la influencia del universo (entendido como las influencias externas de la naturaleza, los acontecimientos, etc.).

Los efectos terapéuticos de la meditación con mandalas. Gracias a la meditación podemos aprender a descansar y saborear cada momento creando pautas “para recuperar el aliento”, de forma que, tras una breve sesión de meditación podemos continuar con una energía y atención renovada. Como herramienta de equilibrio, esta meditación con mandalas nos ayuda a que nuestros objetivos sean claros, proporcionando un apoyo para aquellas circunstancias que de otra forma acabarían por descentrarnos emocionalmente.

“Dios es una esfera inteligente cuyo centro se encuentra en todas partes y cuya circunferencia no se encuentra en lugar alguno”. Sentencia hermética

PINTURA DE MANDALASLos efectos que ejerce la mente y el alma en el acto de pintar o dibujar los mandalas

tiene su raíz, por un lado, en la propia técnica de pintar, que ya contiene desde si misma el acto de la meditación y, por otro, en los modelos de los mandalas circulares, en los que todos los elementos dirigen la mente hacia un centro. Con el tiempo, la pintura de mandalas puede despertar en uno el deseo de crearlos.

Circunstancias en las que son especialmente útiles.

Los mandalas resultan de gran ayuda en ciertas circunstancias. Si una o más de las siguientes situación nos afecta, meditar y pintar los dibujos de mandalas aportaran un gran fortalecimiento:

Acumulación de resistencias interiores debido a conflictos no resueltos Problemas de autoestima Sensación de desequilibrio interno Miedo a perder el control de uno mismo Pesimismo y depresión

Irritación y agresividad ante hechos sin importancia Presencia de ciertos problemas o hábitos que se intentan disimular, tales como la

ansiedad excesiva, dependencia a sustancias tales como el alcohol, tabaco, etc. Hipersensibilidad Sensación de habernos estancado

Antes de empezar el proceso curativo, tiene lugar, de forma inconciente, un proceso que afecta la armonía del alma. Gracias a su estructura básica, la contemplación o el trabajo creativo que realizamos con el mandala podrán aportarnos energías insospechadas. A través de su composición individual de forma y color, un mandala expresa determinados estados anímicos y sentimientos, por lo que puede ayudarnos a resolver procesos interiores por los que se está atravesando. Todos estos procesos, que en gran parte transcurren de manera inconciente, son muy importantes para el desarrollo mental y espiritual del individuo. Por lo tanto, para trabajar los diferentes mandalas es imprescindible tomar conciencia de ellos y de los sentimientos que nos provocan.

CREACIÓN DE MANDALAS

Según el trabajo de investigación realizado por Marie Pre, expuesto en su libro Mandalas y pedagogía (MTM ediciones), señala lo siguiente: “Al haber experimentado sobre mi misma los diferentes procedimientos de creación, puedo afirmar que el trabajo central de esta estructura especifica pone en contacto, de manera específicamente potente, con una “fuerza propia inalienable”. Esta formulación ha sido retomada numerosas veces por mis alumnos. Por ello creo poder asegurar que la expresión grafica en esta estructura provoca potentes cambios esenciales. Todo ocurre como si la persona entrase en contacto con su fuerza primera, rechazada por lo accidentes de la vida, pero reactualizada y capaz de volver a poner al individuo sobre un camino más acorde con sus necesidades profundas y sus capacidades.”

A diferencia del coloreado, que tiene un efecto relajante, la creación provoca una poderosa puesta en cuestión, para algunas personas. Finalmente es la propia experiencia la que nos dicta cual es nuestra manera de utilizarlo.

MANDALAS PARA NIÑOS

Muchos terapeutas infantiles y pedagogos afirman que un trabajo regular con las imágenes circulares con un punto central, estimula extraordinariamente el desarrollo de la personalidad de los niños. La utilización del mandala es una técnica de recentrado. Se trata de una herramienta muy eficaz, puesto que calma, reequilibra y toca simbólicamente lo más profundo de nuestro ser. El trabajo con los mandalas ha demostrado que la expresión espontanea en el coloreado permite calmar a los niños muy inquietos, mejorar estados depresivos, atenuar choques emocionales y reencontrar un dinamismo olvidado.

Efectos terapéuticos de los mandalas para niños

Concentración y equilibrio. Los mandalas aumentan la concentración de los niños, de ahí que sea recomendable que aquellos que presentan algún tipo de dificultad para concentrarse

en sus deberes escolares o en otra tarea que requiere mucha atención, pinten un mandala antes de iniciar sus actividades. Después tendrá una mayor capacidad de asimilación y atenderá con mayor facilidad, sin la necesidad de gastar energía en mantener la autodisciplina. Los niños muy nerviosos se tranquilizan pintando mandalas. Por el contrario, otros niños que son más bien pasivos y apáticos reciben mediante el trabajo creativo una carga de energía que los estimula y los hace mas alegres.

Enfrentarse a las crisis del desarrollo : Los niños que se encuentran en la fase de crisis del desarrollo (sobre todo los adolescentes) y que presentan cambios de humor o comportamiento extraños, vuelven a encontrar el equilibrio al dibujar o colorear imágenes circulares. En la mayoría de los casos la pintura puede tener un efecto preventivo, ya que por medio de ella los niños aumentan la conciencia de si mismos y pueden superar las crisis con una mayor facilidad. Estas crisis del desarrollo se dan sobre todo en las siguientes etapas de la vida de un niño: durante la llamada “fase de terquedad”, a los tres años (implicando la toma de conciencia del propio yo y el desarrollo de la fantasía); a los seis años, etapa de transición del hogar familiar al jardín infantil o al colegio y, por último, al comenzar la pubertad, periodo en el que el niño se encierra en si mismo, es más irritable, inseguro, presenta problemas con su entorno y se siente solo.

Eliminar trastornos de motricidad y tensiones nerviosas: Los niños que tienen trastornos de motricidad pueden mejorar su estado por medio de la pintura de mandalas. Después de unos pocos intentos, se puede observar que mantienen con más firmeza las líneas que delimitan los campos. Además, pintar mandalas relaja las tensiones y las convulsiones de los niños que la padecen y les ayuda a encontrar un equilibrio interior. Aunque los niños suelen padecer menos tenciones físicas que los adultos, también sufren tensiones sicológicas que pueden llegar a crear inseguridad, miedo y molestias físicas. Esta tensión se expresa mediante un comportamiento hiperactivo, nerviosismo, irritabilidad y agresividad, pero también como falta de motricidad y letargo.

Superación del miedo: La pintura de mandalas constituye una excelente terapia para todos aquellos niños que tienen miedo. Mientras, los miedos que están profundamente dormidos en el subconsciente desaparecen, ya que se obtiene un estado de total relajación. También las experiencias traumáticas, como la pérdida de uno de los padres o el divorcio, se pueden revivir y superar en ese estado de máxima sensibilidad y atención. Cuando se trabaja muy a menudo con mandalas, las pautas de reacción a los miedos (anclados firmemente en su interior debido a experiencias traumáticas) van desapareciendo y poco a poco transformándose.

Adquirir nuevas formas de comportamiento: La meditación con mandalas es también una forma de autotratamiento muy efectiva para jóvenes y adultos que sufren fobias tales como miedo a los espacios cerrados, a los lugares abiertos, a las arañas, etc. Las pautas mentales rígidas y el comportamiento forzado por estas fobias serán sustituidos por una conducta de auto confianza. Si, además, se consigue modificar el comportamiento y adquirir una mayor tolerancia, el individuo será capaz de incorporar nuevas estrategias a su vida y así mejorar su personalidad.

Auto confianza por medio de la tranquilidad. Los niños que no poseen la confianza y el sosiego interior imprescindibles para tener confianza en ellos mismos, consiguen encontrar por medio de la pintura las raíces de su personalidad. Mediante la pintura pueden adquirir una mayor tranquilidad, además de estimular su creatividad e incrementar su seguridad. Cuanta mas confianza tenga un niño, menos le costará enfrentarse a los fracasos que tendrá que asumir en el transcurso de su vida. El niño crea defensas contra los sentimientos de no ser amado o de ser un perdedor. La auto confianza es una condición importante para un adecuado desarrollo mental y es imprescindible para tomar las propias decisiones como adulto.

Decodificar el subconsciente con mandalas .En las pinturas de mandalas realizadas por niños pequeños aun hay una relación muy estrecha entre el yo conciente y el yo inconciente. En sus obras emerge una gran riqueza de formas: cruces, soles caras, flores, etc. Esto nos indica el gran valor que tiene el mandala como intermediario entre el yo conciente y el yo inconciente. Los mandalas convierten las fuerzas del arquetipo del subconsciente en formas que se pueden captar concientemente (tocar y entender con nuestro yo consciente). Gracias a los mandalas somos capaces de decodificar el lenguaje del subconsciente y encontrar nuestro yo conciente.

MANERA DE PROCEDER

- Esta actividad puede tener efectos relajantes.- Nunca debe ser obligatoria.- La persona elige por si misma el dibujo que más le atraiga en ese momento. Puede

también realizar un dibujo para luego ser pintado.- Debe instalarse en un sitio tranquilo donde no sea molestado mientras esté

realizando esta actividad.- Tiene que tener a su disposición una amplia gama de colores y de utensilios como

plumones, lápices de colores, de cera, etc.- Puede transformar el dibujo a su gusto y añadir todos los elementos que desee.- Para la comprensión de esta actividad, es importante que observe su estado interior

antes y después del coloreado. Antes de un trabajo de concentración, 10 minutos pueden ser suficientes para reencontrar la calma.

- En el colegio, raramente un mandala puede ser coloreado en una sola sesión, por lo que se debe guardar hasta la clase siguiente.

- Debe terminarse un mandala antes de comenzar otro.- En casa, colorear mandalas puede ser una actividad de relajación espontánea muy

eficaz.- El mandala nunca debe ser juzgado o evaluado.

Consejos para el coloreado con niños:

- El trabajo con el mandala se debe realizar en calma. Se invitará al silencio en cada sesión, pero nunca se impondrá sistemáticamente.

- El adulto que guíe esta actividad debe acoger con benevolencia y respeto la elección del niño, su ritmo y la expresión verbal de su experiencia.

LOS ELEMENTOS DE LOS MANDALAS Y SU SIMBOLOGíACOLOR Y FORMA

Todos los elementos que conforman el mandala tienen una significación específica que, en conjunto, aportan el significado global de cada mandala. Comenzando desde la parte externa y alcanzando la parte interna o central, los elementos geométricos, los colores y su número aportan un simbolismo propio y específico para cada mandala. De ahí que no existan dos mandalas iguales. Cuando nos encontramos frente a un mandala debemos dejar volar la imaginación, los sentimientos y elegir los colores que surjan en la mente, independiente del factor estético. Siempre existirá algún motivo para que mezclemos ciertos colores (y no otros) que quizá a simple vista no combinen: es la clara expresión de las tendencias de todo ser humano

LA FORMA Y EL COLORCuando vemos un mandala dos son los elementos que atrapan nuestra atención: la forma y el color. Las formas se entretejen dentro del círculo y en torno a su centro, organizándose a partir de un punto único que es regido por leyes geométricas y numerales.

Son dos las formas que tienen un profundo valor simbólico en cualquier mandala:

-El cuadrado es el símbolo de lo finito, de la materia, del mundo terrenal.

-El círculo y el punto central simbolizan lo infinito, la unidad, el mundo divino.

Dentro de las religiones judías y musulmanas abundan las formas que representan la energía de Dios. Cuando nosotros elegimos una forma dentro de la pintura o construcción del mandala, esto es reflejo de nuestro estado anímico y de nuestra vida interior.Un elemento básico en la construcción del mandala es la línea, en las que podemos encontrar líneas curvas, rectas o un conjunto de ambas. Veremos las relaciones que hay con cada una:

Líneas curvas: indican un abordaje no racional de la vida, un estilo emocional para manejar situaciones. Orientación más bien femenina.

Líneas rectas: indican un estilo racional en el manejo de problemas. Orientación más bien masculina.

Esta distinción de las líneas se extiende de igual manera a las formas. Éstas pueden estar dispuestas al azar o creando diseños ordenados. La forma que está al centro tiene particular importancia.

Dentro de las formas pueden aparecer inconcientemente números, al igual que podemos contar el número de formas de nuestro mandala, lo que también es significativo. Veremos a continuación el significado numérico de las figuras que componen el mandala.

1 Es el símbolo por excelencia de la unidad, de la esencia primera y el origen de la vida, así como de la divinidad. Se contrapone al número par que simboliza lo múltiple. El número uno es el centro del que surgen las emanaciones creadoras y en el que se unen todas las fuerzas en un todo.

2 Este número representa la polaridad, los gemelos, el oponente, la pareja, la creación y la procreación, aunque también la separación, las diferencias, los conflictos y las dudas. Así pues, esta tensión puede darse tanto como contraste o como reciprocidad.En oposición al número uno, lo creado y divino, el dos señala lo nacido y lo sujeto al ciclo de la vida, al bien y al mal, al día y la noche. Es el número de la imperfección y la dualidad, en el que una cosa suele oponerse a la otra, es decir, es el número de la discordia entre dos contrarios que deben permanecer unidos.

3 Número sagrado para muchas culturas simboliza la perfección y el todo; la divinidad en el plano de lo manifiesto, es decir, la Trinidad. Implica movimiento, vitalidad, estimulo y empuje. Su presentación geométrica es el triangulo. El tres es la expresión de la triada presente en la mitología egipcia, en la mitología hindú o en la santísima trinidad del cristianismo.

4 Este número simboliza la materia, así como los cuatro elementos básicos que se reconocían en la antigüedad y los cuatro puntos cardinales. Simboliza la realización, la racionalidad, el desarrollo de la conciencia, la búsqueda del propio lugar en la vida y el auto reconocimiento.La representación geométrica del cuatro es el cuadrado (en su aspecto estático) y la cruz (en su aspecto dinámico)

5 Número que, generalmente, es representado como una pirámide, un pentagrama o una estrella de cinco puntas. Simboliza al ser humano, la mente y el microcosmos, así como a los cuatro elementos sobre los que se erige un quinto: el espíritu.El cinco implica unidad, conexión, armonía del yin y el yang, salud, sexualidad, sensualidad, conexión con la realidad y búsqueda de la totalidad.

6 Simboliza el equilibrio entre las fuerzas, la unión del espíritu y la materia, lo femenino y masculino, así como la materialidad. Implica creatividad, perfección, satisfacción y realización.Se representa geométricamente mediante dos triángulos entrelazados formando una estrella de seis puntas.

7 El número siete tiene una especial significación mística en muchas culturas, simbolizando, en general, la totalidad, el camino hacia el desarrollo personal, el final de una etapa en la vida y el trabajo interior.

8 Es el número del orden y equilibrio cósmico, de la felicidad y la armonía, del perfecto orden y simetría, del infinito, así como la totalidad, el camino hacia la perfección espiritual, el renacimiento y el propio yo.

9 Este número designa la triplicidad de lo triple, ya que es formado por tres triadas. Por ello, simboliza el cielo, el enigma de la existencia humana, las energías espirituales positivas y la mente creativa.

10 Número que expresa en muchas tradiciones lo sagrado o divino, la perfección, la unidad y la totalidad, la virtud y la moral. En la numerología, el diez guarda relación con el uno y el comienzo.

11 Este es el número de la antítesis, los conflictos indisolubles, el caos y la transición. En algunas tradiciones reviste un carácter infernal por exponer desmesura (ya que es un exceso del numero de la perfección, el diez).

12 Simboliza el orden cósmico, la totalidad, la felicidad, la perfección y el ciclo vital de la naturaleza.

13 Este número implica la muerte y el renacimiento, el cambio y la reanudación tras el final, así como el engaño y la infidelidad.

EL SIMBOLISMO DE LAS FORMAS EN EL MANDALA

El círculo o disco simboliza el movimiento, lo absoluto, dios, pero también el Yo.El círculo es la figura geométrica más simple, ya que todos sus puntos se encuentran a la misma distancia del centro, siendo considerada símbolo de equilibrio

El cuadrado. Esta figura simboliza la estabilidad, el equilibrio, la capacidad de razonar, la perfección humana y la transformación del espíritu en materia. Es la tierra, el universo creado, el espacio encontrándose en muchos espacios sagrados.

El corazón. Tradicionalmente, el corazón simboliza el amor, la felicidad, el valor y los sentimientos, el reconocimiento y la voluntad. Se considera, además, el centro de la inteligencia, la iluminación y la felicidad. Así lo entendieron los hindúes, para quienes el corazón es la morada de Brahma.

La cruz. Es un símbolo universal, situado en el centro místico del cosmos. La cruz es un símbolo del “eje del mundo”, es el puente o la escalera por la que las almas suben hacia Dios. Por ello, la cruz tiene la función de enlazar el mundo terrestre con el mundo celestial, aunque también, a causa de la línea horizontal que atraviesa y corta la línea vertical, es una conjunción de contrarios: lo superior y lo inferior.

La espiral. La espiral, tanto en la antigüedad como hoy, simboliza la evolución del universo. Así, ya en los jeroglíficos designaba las formas cósmicas en movimiento, la relación entre la unidad y la multiplicidad. La espiral es la energía cósmica en movimiento y puede interpretarse como símbolo del ciclo de nacimiento / muerte, llegada / partida, ascensión / decadencia, es decir, del camino vital del ser humano. Se relaciona particularmente con la espiral: la órbita de la luna, los laberintos, los lazos y las serpientes.

Estrella. Símbolo de lo espiritual o elevado, de libertad y elevación. En los mandalas esta figura implica autoconciencia, afán de superación, individualidad y sentido de realidad

Flor. Por su esencia, las flores constituyen un símbolo de la fugacidad de las cosas, de la primavera, de la belleza, aunque también son una imagen de la vida y del universo, pues

surgen de la tierra oscura y brotan hacia el cielo.Por su forma, las flores son una imagen del centro y por consiguiente, una imagen arquetípica del alma. Por ello, equivalen a otros símbolos, tales como el de la copa, la rueda (pues la apertura de los pétalos irradia en torno al centro) o el corazón.

Laberinto. Es la búsqueda del propio centro, constituyendo en si mismo un mandala.

SIMBOLOGÍA ANALÍTICA O ESPECÍFICA DE LOS COLORES DENTRO DEL MANDALA

Negro: Utilizar este color en ciertos mandalas indica un momento de gestación, es decir, de querer estar psicológicamente dentro del vientre materno porque nos sentimos desprotegidos en el mundo. Indica también que algo se esta fraguando, o que desde el lado oscuro o las sombras se nos quiere dar a conocer algo y que ese aparecer algo implica la desaparición de aquella oscuridad. El negro indica que algo debe morir para que algo pueda renacer de sus cenizas. En resumen, el negro indica o tiene que ver con la necesidad interior de eliminar apegos, ignorancias, egos, etc.

Blanco: Indica multiplicidad, ensoñación, inocencia, capacidad para crear y ver con claridad a las cosas y las personas. Cierta idea de clarividencia. El blanco en el centro del mandala implica un cambio inmediato en el modo de ver o hacer las cosas. Se comienza a dar sentido a quienes somos. Idea de principio femenino.

Rojo: Este color es el símbolo de la vida o la energía vital. Pintado en el centro del mandala implicara una energía de fuerte transformación que conllevará a vivir de modos más ancestrales, un volver a lo natural, dar y obtener servicio a los demás. Deseos de prosperar, comprometerse con la vida, voluntad para sobrevivir. El rojo en el mandala, en general, indicará mensajes del inconciente sobre aspectos de la salud o la vitalidad personal, así como también permitirá obtener recuerdos de cómo poder satisfacer de la mejor manera las llamadas necesidades básicas.

Azul: En el mandala este tono, en principio, siempre sugiere calma y serenidad. La respuesta eléctrica del cerebro ante el azul es la sedación. Al contrario que el rojo, el azul se asocia con la idea del sentimiento religioso o místico, porque es el color de lo elevado (cielo) y de lo profundo (océano). El azul también es el color simbólico de la Virgen Maria. Según Jung el azul significa altura y profundidad, representa también el deseo de perpetuar el pasado, sugiere cuidados, amor incondicional y compasión. La presencia de mucho azul en el mandala de una mujer señala sentimientos (agua) de maternidad; en un hombre sería sinónimo de una pasividad excesiva. El azul es un color útil para reducir las fiebres, las inflamaciones y los dolores de cabeza, así que en los mándalas su exceso puede implicar problemas en dichas áreas. A veces este color, meditado, actúa sobre las estructuras que tienen que ver con el movimiento, sostén y defensa del estado físico: pulmones, articulaciones, piel, ganglios, etc. También rige el estado del ánimo y lo afectivo.

Amarillo: Este es el color del intelecto claro y de la lucidez, su símbolo en el mandala es el sol, que tiene el poder de darnos la vida. Símbolo por ello de la capacidad de ver, comprender y asimilar. Este color en el mandala simboliza la capacidad de darnos cuenta

de quienes somos y diferenciar la tribu o clan de lo individual. El amarillo es el símbolo del lado humano sabio, magnánimo, libre en pensamiento y acción. El amarillo en el mandala también habla del ego, del orgullo, de los deseos y aspiraciones y también es el color de la sabiduría, de la intuición clara de aquel o aquella que comprende el origen de las cosas. Es el color que simboliza al padre en el mandala. La aparición del amarillo simboliza un nuevo capítulo abriéndose en nuestras vidas, es el sano deseo de experimentar felicidad.

El verde: El verde nos indica fuerte autocontrol, un vivir entre el avance y la quietud. El tono verde nos recuerda nuestra capacidad de nacer pero también la posibilidad de morir. Es el principio de todo crecimiento natural sano, es la idea de la inocencia que se hará responsable de ser. En la “rueda de medicina”, hopo, el animal asociado al color verde es el ratón, una criatura de gran agudeza, por ello este color implica capacidades para discriminar Uno mismo respecto a, o que se halla cerca de uno mismo. Indica una sabiduría del corazón (no de la cabeza como el amarillo), lo que nos hace atesorar a los seres queridos de manera simple y natural. Se dice que el verde es el color de los envidiosos y de los cobardes, como el color verde oscuro que toma el cuerpo al descomponerse, el veneno de las serpientes y como la expresión “ponerse lívidos o verdes”, cuyo significado todos conocemos, pero también, paradójicamente, es el color que más abunda en las auras de los terapeutas y de aquellos profesionales que se dedican o ayudan a los demás en los territorios de la salud integral. Un mandala de verde total y con formas triangulares indica alcanzar puntos de madurez psicológica. Oponernos a autoritarismos externos, cierta rebeldía.

Naranja: Cuando el tono naranja se colorea en el centro del mandala indica que tenemos paciencia, optimismo y comprensión y aunque nos sintamos rechazados tenemos la capacidad de perdonar y amar a nuestros posible enemigos. Este tono ayuda a profundizar pacientemente mediante el sufrimiento y la renuncia. Por eso es el color de los lamas tibetanos. El naranja se asocia con el otoño y las puestas de sol, tal vez por eso a mucha gente no le gusta este tono, porque lleva implícito simbólicamente el ver cómo la belleza del día se acerca a su final (miedo a la muerte). Es el color idóneo para apoyar la toma de consciencia de la realidad que se tenga.

Púrpura o violeta: Mezcla del rojo y el azul representa el poder de identidad o de individualización. Este tono anunciará deseos de una relación mágica o de tener una comprensión íntima y estar en contacto con dios o lo divino del “Si Mismo”. Cuando aparece el color púrpura en los mandalas expresa un deseo innato del resurgimiento de la función emocional o de querer ser más sensibles y amorosos. Si está en el centro del mandala indica ser encantadores natos, seductores y con una capacidad de transformar lo grosero en sutil espiritualidad.

Lavanda: Asociado con la virtud y la laboriosidad, también con la desconfianza y las precauciones excesivas. El uso del lavanda en los mandalas indica ser proclive a la experiencia mística, aunque el lavanda, al tener un poco de rojo, también indica escollos con respecto a lo que se vive. Dicho de otro modo, se sueña mucho pero se vive poco. Por ello, el color lavanda en exceso se observa en personas que huyen de la realidad, o que son excesivamente fantasiosas e imaginativas, así como también en personas con problemas respiratorios y con personas que han tenido experiencias traumáticas en el parto por la

privación del oxígeno. Por otra parte, también es símbolo de personas muy místicas y autorrealizadas.

Rosa :Es el color asociado a lo carnal o sensual, por mezcla del rojo y del blanco, y como idea de la materia y el espíritu en unión. Sugiere la idea de inocencia y de resurrección, saber salir de los problemas con suavidad. Al rosa, en el mandala, se le relaciona con el cuerpo físico, indica los placeres y dolores de la vida, por ello mismo cuando aparece en los mandalas en exceso expresa el sentido de vulnerabilidad, temor a sentirnos expuestos al dolor y la necesidad de cuidados y mimos.

Marrón: Es el símbolo de la tierra fértil lista para la siembra, sugiere la idea de que hubo algo que ahora no está, por ello implica ideas de renuncia, de pesar y penitencia, por lo que se ha tenido sin valorar adecuadamente. El marrón es el color de las raíces del árbol, símbolo del Yo; también simboliza apego al origen, al hogar y a la compañía de los nuestros. En los mandalas el marrón sugiere la idea de la necesidad de librarse de alguna situación que produce sensaciones desagradables, tener problemas ante los que nos sentimos incapaces de poder resolver solos.

Gris: El gris implica en el mandala la capacidad de moverse en cualquier dirección. Está asociado a la piedra, la ceniza, la bruma y la niebla. A niveles síquicos indica inercia e indiferencia, pero también sabiduría e introspección, cierto relativismo. El gris, mezcla de blanco y negro, nos sugiere en el mandala la idea del equilibrio de los opuestos. El gris, por ser un color secundario, sugiere falta de emotividad y esto, en términos psicológicos se considera síntoma de depresión.

BIBLIOGRAFÍA

El poder de los Mandalas. Norma OsnajanskiEditorial Deva´s

El libro de los mandalas del mundo. Shia GreenEditorial Oceanoambar

El mensaje secreto del mandala. Ahimsa Lara RiveraEdiciones Obelisco

Creando mandalas para la comprensión, la curación y la auto-expresión. Susanne Foster FincherEditorial Mirach

Niños que triunfan. Micheline Flak / Jacques de CoulonEditorial Cuatro Vientos

Mandalas y pedagogía. Acercamiento teórico y práctico.Marie PreMtm Editores

Mandala Workbook for Inner Self-development. Anneke HuyserNew Age Books

Mandalas A Contempler et a Colorier. Christian PilastreËditions Almora

Paginas recomendadas para bajar mandalas:

http://www.mandala-colorier.comhttp://www.kidsweb.de