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14 Domingo del Tiempo Ordinario. Evangelio (Mateo 11, 25-30). 6 de julio 2014. Publicado por LMV en http://erealcala.blogspot.com por el Departamento de Jóvenes de Cáritas Diocesana de Alcalá de Henares. LA PALABRA ES VIDA La vida que nace del Evangelio para cada semana … CÁRITAS DIOCESANA DE ALCALÁ DE HENARES En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabio y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. La gente sencilla. Para “ver” ese Reino de Dios no nos sirve, desde luego la clave de la ciencia. Tampoco nos servirá la clave del poder. La gente sencilla: son ellos los que tienen la clave para entender las cosas del Reino de Dios. “Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla”. Pero ¿quiénes son esta “gente sencilla”? Entiendo que son sencillos los pobres, que no dudan en compartir con otro su último pedazo de pan; los que nada tiene que perder ni que esconder; los amigos de la verdad y de la paz; los que saben ver siempre el lado bueno de las cosas; los que no se dan importancia ni se andan mirando demasiado en el espejo; los que tienen una sola palabra: por eso no se venden, ni traicionan… Todos ellos, por tener los ojos más cerca del corazón, tienen el alma siempre a punto para intuir, para comprender, para dar el salto de la confianza, de la entrega absoluta, de la renuncia… Ellos son la tierra mejor dispuesta para recibir, algún día, el regalo de la fe. “Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. pues bien, es precisamente a ellos a quienes escoge el Hijo para revelarles la clave de los misterios del Reino de Dios. Misterios desconcertantes, humanamente imprevisibles cuando intentamos aplicarles cánones de la humana sabiduría. Pero misterios diáfanos cuando se miran con los ojos limpios y sencillos de un niño. ¡Qué página tan bella te ha salido, Señor! Directa y clara. Sencilla y profunda. ¡Qué “buena noticia” para el pueblo, para tu pueblo! Tú lo sabes bien, porque lo viste con tus propios ojos. Viste cómo se cierran tantas puertas a los pobres: trabajo digno, comida suficiente, seguridad…; demasiadas puertas que sólo se abren a los que tienen dinero para pagar la entrada. Los pobres siguen quedándose fuera, siempre fuera. Con hambre en el estómago y tristeza en el corazón. Quiero decir, Jesús, que a los pobres cada día se les cierran más puertas. Que cada día les resulta más difícil encontrar un lugar donde vivir y donde amarse, un pedazo de tierra sobre el que poder sembrar con esperanza y rezar con libertad, un trabajo con el que ganar un pedazo de pan para sus hijos, un pedazo de tiempo para cultivar la amistad, un poco de cultura para disfrutar toda esa belleza que Tú has colocado en el mundo para todos… Por eso esponja el alma leer hoy tu Evangelio. Y ver que hay cosas –precisamente las más importantes, las que pueden hacernos más felices- que no has permitido que caigan en manos de los acaparadores del saber, o del poder o del dinero. Son tuyas, porque Tú las recibiste del Padre; y te has dado el gustazo de reservarlas para tus preferidos: los pobres, los que tienen sencillo el corazón y lo ven todo con unos ojos limpios de niño. PARA TU REFLEXIÓN Y COLOQUIO: ¿A qué cosas se refiere Jesús que sólo entiende la gente sencilla? ¿Qué me bloquea o endurece para no intuir las cosas del Padre que me quiere revelar? ¿Voy a pecho descubierto para acoger, aceptar, comprender, ayudar, amar? ¿Si busco estas cosas de Dios, cuál he entendido desde la sencillez?

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14 Domingo del Tiempo Ordinario. Evangelio (Mateo 11, 25-30). 6 de julio 2014.

Publicado por LMV en http://erealcala.blogspot.com por el Departamento de Jóvenes de Cáritas Diocesana de Alcalá de Henares.

LA PALABRA ES VIDALa vida que nace del Evangelio para cada semana …

CÁRITAS DIOCESANA DE ALCALÁ DE HENARES

En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabio y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

La gente sencilla.Para “ver” ese Reino de Dios no nos sirve, desde luego la clave de la ciencia. Tampoco nos servirá la clave del poder.La gente sencilla: son ellos los que tienen la clave para entender las cosas del Reino de Dios. “Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla”. Pero ¿quiénes son esta “gente sencilla”?Entiendo que son sencillos los pobres, que no dudan en compartir con otro su último pedazo de pan; los que nada tiene que perder ni que esconder; los amigos de la verdad y de la paz; los que saben ver siempre el lado bueno de las cosas; los que no se dan importancia ni se andan mirando demasiado en el espejo; los que tienen una sola palabra: por eso no se venden, ni traicionan… Todos ellos, por tener los ojos más cerca del corazón, tienen el alma siempre a punto para intuir, para comprender, para dar el salto de la confianza, de la entrega absoluta, de la renuncia… Ellos son la tierra mejor dispuesta para recibir, algún día, el regalo de la fe.“Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. pues bien, es precisamente a ellos a quienes escoge el Hijo para revelarles la clave de los misterios del Reino de Dios. Misterios desconcertantes, humanamente imprevisibles cuando intentamos aplicarles cánones de la humana sabiduría. Pero misterios diáfanos cuando se miran con los ojos limpios y sencillos de un niño. ¡Qué página tan bella te ha salido, Señor! Directa y clara. Sencilla y profunda. ¡Qué “buena noticia” para el pueblo, para tu pueblo!Tú lo sabes bien, porque lo viste con tus propios ojos. Viste cómo se cierran tantas puertas a los pobres: trabajo digno, comida suficiente, seguridad…; demasiadas puertas que sólo se abren a los que tienen dinero para pagar la entrada. Los pobres siguen quedándose fuera, siempre fuera. Con hambre en el estómago y tristeza en el corazón.Quiero decir, Jesús, que a los pobres cada día se les cierran más puertas. Que cada día les resulta más difícil encontrar un lugar donde vivir y donde amarse, un pedazo de tierra sobre el que poder sembrar con esperanza y rezar con libertad, un trabajo con el que ganar un pedazo de pan para sus hijos, un pedazo de tiempo para cultivar la amistad, un poco de cultura para disfrutar toda esa belleza que Tú has colocado en el mundo para todos…Por eso esponja el alma leer hoy tu Evangelio. Y ver que hay cosas –precisamente las más importantes, las que pueden hacernos más felices- que no has permitido que caigan en manos de los acaparadores del saber, o del poder o del dinero. Son tuyas, porque Tú las recibiste del Padre; y te has dado el gustazo de reservarlas para tus preferidos: los pobres, los que tienen sencillo el corazón y lo ven todo con unos ojos limpios de niño.

PARA TU REFLEXIÓN Y COLOQUIO:¿A qué cosas se refiere Jesús que sólo entiende la gente sencilla?¿Qué me bloquea o endurece para no intuir las cosas del Padre que me quiere revelar?¿Voy a pecho descubierto para acoger, aceptar, comprender, ayudar, amar? ¿Si busco estas cosas de Dios, cuál he entendido desde la sencillez?