"Déjame en paz", de Murong Xuecun

DJAME EN PAZ

Traduccin de Cora Tiedra

Murong Xuecun

Montaje Dejame en paz.indd 5 23/07/14 10:08

Djame en pazTtulo original: Leave Me Alone: A Novel of Chengdu

2009, Murong Xuecun De la traduccin: Cora Tiedra 2014, Kailas Editorial, S.L. Calle Tutor, 51, 7. 28008 Madrid [email protected]

Diseo de cubiertas: Marcos ArvaloDiseo interior y maquetacin: Autoedicin y Diseo Torre, S.L.

ISBN: 978-84-16023-05-9Depsito Legal: M-22057-2014

Impreso en Artes Grficas Cofs, S.A.

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9Captulo 1

Mi mujer, Zhao Yue, me llam cuando me estaba yendo. Quera pro-bar ese nuevo restaurante de caldero mongol del distrito de Xiyan.

Toda tu vida gira alrededor de la comida dije. Como los cerdos.

Estaba de muy mal humor porque acababan de ascender a director general de la sucursal de Sichuan a mi compaero de trabajo el Gordo Dong. El Gordo empez a trabajar en nuestra empresa al mismo tiempo que yo. Su nico talento era humillarse, pero a partir de ahora yo iba a estar bajo su completo control y me senta deprimido.

Si no vienes conmigo, ir con otra persona replic mi mujer.Trate a otra persona si quieres. Apenas solt eso cuando Zhao

Yue colg de forma abrupta. Me qued de pie delante del telfono de mi oficina. Me di cuenta

de que mi mujer no haba hecho nada malo. Aun as no estaba de humor para contenerme. Agarr mi maletn y sal del edificio.

En marzo el polvo y el humo de Chengd 1 estn por todas par-tes. Compr un paquete de cigarrillos en un puesto de la calle y me

1 La capital de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China.


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pregunt dnde poda pasar el resto de esa noche de viernes. Des-pus de pensar mucho, decid buscar a Li Liang.

Li Liang era un amigo de la universidad. Dos aos despus de graduarse dej un trabajo seguro para una empresa estatal y empez una carrera completamente nueva en el mercado de futuros. En me-nos de dos aos haba hecho una fortuna de dos o tres millones de yuanes. Cuando pienso en eso reconozco que a veces tienes que creer en el destino. En la universidad nadie hubiese previsto que Li Liang tendra talento a la hora de invertir: l haba sido poco menos que mi ayudante.

Mi suposicin era que, si en ese momento l no estaba dormido, estara jugando al mahjong. Ese era su pasatiempo favorito a ve-ces el nico. Una vez en la universidad le encontr despus de treinta y siete horas sin parar de jugar, durante las cuales perdi todo su dinero y vales de comida, y dijo: Chen Zhong, prstame diez yuanes para que pueda comprar algo para comer. La historia ter-mina en que l tuvo un colapso ms tarde, en un pequeo restaurante fuera del campus.

Cuando aparec en la casa de Li Liang haba otras tres personas a la mesa: dos chicos y una chica. No conoca a ninguno de ellos. Cuando me vio, Li Liang dijo:

Cretino, hay cerveza en el frigorfico, pelculas en el saln y una mueca hinchable en la cmoda de la habitacin. Est sin es-trenar! Elige el placer que ms te guste!

Los dems se rieron.Que te jodan! exclam.Puse algo de dinero sobre la mesa y pregunt:A cunto estn las apuestas?La chica que estaba sentada enfrente de Li Liang me dijo que do-

ble o nada. Mir mi cartera y encontr ms de mil yuanes, lo que su-puse que debera llegarme.

Li Liang me present a sus invitados. Los dos chicos no eran de la ciudad. Estaban ah para aprender de Liang sobre el mercado de futuros. La mujer joven era Ye Mei y, al parecer, era la hija del jefe


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de la empresa de construccin no s qu. Abr una lata de cerveza y me inclin para ver sus fichas. Ye Mei llevaba puesto un jersey rojo y unos vaqueros apretados. Tena un pecho abundante y una cintura de avispa, y cruzaba sus delgadas piernas. Sent cierta excitacin ah abajo y di un buen trago a la cerveza para calmar las cosas.

Despus de unas cuantas rondas, Li Liang se levant para ajustar sus altavoces hi-fi y me invit a jugar en su lugar. De inmediato, Ye Mei me rob la mano y perd doscientos yuanes. Mi suerte sigui empeorando y, unas cuantas rondas despus, los mil yuanes haban desaparecido. Le ped a Li Liang algo ms de dinero. l maldijo y me lanz su cartera. En ese momento me son el mvil. Era Zhao Yue.

Qu haces? pregunt.Jugar al mahjong.Pasndotelo bien, eh? Sonaba hostil.Le dije que todo estaba bajo control al mismo tiempo que lan-

zaba una ficha. Cundo vienes a casa? pregunt. Me puedo pasar toda la noche jugando, as que no te molestes

en esperarme despierta.Me colg sin decir una palabra ms.Despus de la llamada de Zhao Yue mi suerte cambi. No par

de ganar, y mucho. Los dos tipos se burlaron de m, diciendo que tanta suerte en el juego significaba que iba a tener mala suerte en mi vida personal. Bromearon sobre que debera vigilar que mi mujer no tuviera un amante. Con una sonrisa comenc a llenarme los bolsillos con su dinero.

A las tres de la maana, cuando haba arrasado por cuarta vez, Ye Mei se levant y me dijo:

Ya basta! Pasa algo con este juego. Nunca antes he visto esa asquerosa buena suerte tuya.

Cog un inventario de mis ganancias y vi que no solo haba recu-perado los mil yuanes que haba perdido, sino que haba sumado tres mil setecientos extra; eso era ms de la mitad de mi salario base.


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Muy contento rellen las copas de Ye Mei y la ma, me fui al sof y recit de manera espontnea uno de los poemas de Li Liang: La vida llega de repente, vamos ya!.

Habamos empezado una tertulia literaria en la universidad; yo era el presidente y Li Liang escriba la poesa. Era la tapadera per-fecta para llevarse a la cama a muchas aficionadas a la literatura. Tal como Cabezn Wang, de nuestro dormitorio de la residencia, dijo una vez: Vuestras manos estn manchadas con sangre de vrgenes.

A pesar de todo, la situacin en el trabajo me estaba desanimando. Quera dormir, pero saba que no sera capaz y que despertara a Zhao Yue si iba a casa. Me preguntara dnde haba estado y discu-tiramos. Los vecinos estaban cansados de nuestras peleas noctur-nas, hartos del ruido de platos rotos. Pero si no iba a casa no tena ningn sitio adonde ir.

Li Liang, vmonos! dije. Tu hermano mayor te va a sacar de copas y llevaremos a esta pequea a casa.

Li Liang me lanz las llaves de su coche y dijo que no vena. Me pidi que llevara a esos dos tipos a su hotel y que acompaara a Mei a su casa. Cuando nos bamos avis:

Ye Mei, ten cuidado con l, no es un buen hombre. Su mote es Monje Arrasa Flores.

Ye Mei se rio y le pidi prestado un cuchillo o unas tijeras.Li Liang dijo:No hace falta. Si intenta hacer algo, le das una patada en los

huevos y punto.

La noche estaba muy silenciosa. Mientras pasbamos por el Pa-lacio de Qing Yang, de repente me acord de la primera vez que fui-mos Zhao Yue y yo. Con los ojos cerrados jugamos a alargar la mano para tocar el carcter longevidad de color rojo sangre de la pared. Result que yo estaba tocando el trazo curvo hacia abajo y a la iz-quierda llamado pie y ella estaba tocando el punto llamado dian.


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T puedes disfrutar de tu longevidad dado que te ha tocado el falo 2.

Zhao Yue se hubiese muerto de la risa. Ahora deba de estar dur-miendo, y me la imagin abrazando la almohada, roncando, con la luz encendida. Una vez me la encontr justo as cuando volv a casa despus de un viaje de negocios.

Ye Mei se encendi un cigarrillo y dijo:Ests pensando en tu amante? Tienes una mirada perversa.S, estoy pensando en ti. Cuando dejemos a estos dos herma-

nos en el hotel, vienes conmigo a casa?Lamentablemente no podra soportar el guantazo de tu esposa.Sonre, y pens con malicia que me daba igual siempre que me

soportara a m.Nunca he sido capaz de resistir una tentacin sexual. Li Liang

hasta escribi un poema sobre m:

Esta noche la luz del sol es brillante y preciosa.En un baile hormonal.Chengd, tu suave piel es como mi tristeza.Caminando desnudo en la sonrisa de Dios.No tena nada que elegir en el Hotel Yanshikou en primavera.

Nada que elegir significa en realidad reticente a elegir. Li Liang me haba regaado una vez, dicindome que yo no dejaba escapar ni a los cerdos. Para defender su afirmacin pas lista a todas mis amigas contando con los dedos.

Esa profesora de educacin fsica que tiene mal la piel.La jefa del restaurante de ciento cincuenta kilos.

2 Este chiste es un juego con la morfologa del carcter shou, que significa longevidad. Los caracteres chinos se forman con distintas pinceladas. Chen Zhong hace un juego de palabras con la forma flica del punto (diang) que toca Zhao Yue.


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La camarera que es lo bastante fea como para asustarte.Y esa vendedora de colines de pan fritos que coma ajo.

Le respond que sencillamente l no apreciaba a las mujeres. Por ejemplo:

La profesora de educacin fsica era alta, meda ciento setenta y siete centmetros y su apodo era rosa oscura.

La jefa del restaurante era tan rolliza como la famosa concubina imperial Yang 3.

Esa camarera estaba muy buena. Su talla de sujetador era la 100C, por lo que pareca que fuera a caerse hacia delante cuando caminaba. Si lo hiciese, su pecho dara en el suelo antes que su cara.

Y no crees que mi amante, la vendedora de los colines, se pare-ca a la sexy de Ning Dongdong de nuestra clase?

Li Liang sencillamente murmur: To, no eres para nada tiquismiquis.

Despus de dejar a los dos tipos, Ye Mei y yo nos quedamos solos. Conduje despacio, mirndola hasta que ella pareci incmoda. Su cara se puso roja de forma gradual. Cuando sonre con suficiencia, ella perdi el control y explot:

Qu es tan gracioso?Le pregunt si era o no virgen.Me mir furiosa. Qu pena que no le cog prestado a Li Liang ese cuchillo para

cortrtela.Segn mi experiencia, si una chica estaba dispuesta a charlar con-

tigo de esa manera, significaba que no le importaba que la sedujeran.

3 Yang Gui Fei (719-756) fue una mtica belleza y concubina del emperador Xuanzong, de la dinasta Tang.


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Adems, haba ledo en alguna parte que su resistencia llegaba a su punto ms dbil despus de medianoche. Par el coche con la excusa de ajustar el ngulo del espejo retrovisor y me ech hacia ella. Ella se estremeci ligeramente, pero no se apart, por lo que pas el brazo alrededor de su delgada cintura.

Eres malo. Si vuelves a intentar eso, tendr que bajarme del co-che protest.

Suspir y apart el brazo de mala gana. Entonces ella murmur:Por cierto, quin te ha dado el derecho a ganar todo mi di-

nero?Al or esto me alegr mucho y la apret con fuerza.


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Captulo 2

La ciudad de Chengd que conoc era como un patio destartalado en el que vivan cientos de familias diferentes. Cuando iba al insti-tuto viva en la calle Jinsi, a tan solo cien metros del incienso del floreciente y aromtico Templo Wenshu. Sola ir con mis padres a quemar incienso y a charlar frente a una taza de t con amigos y desconocidos. Solamos pasar tardes enteras as. Ahora mis padres eran mayores y yo haba crecido. La vida en Chengd era tan poco interesante que las novelas y los culebrones de la tele parecan fan-tsticos.

Despus de estar con Ye Mei en casa, me qued exhausto. Tena algo fro y hmedo en mi ropa interior, estaba claro que no me haba limpiado como era debido despus de terminar. Y peor todava, Ye Mei pareca haber quedado insatisfecha con mi actuacin. Se le no-taba algo fra al salir del coche y eso me molest. Conduje hacia el aparcamiento subterrneo de la Plaza Vancouver, ech el asiento ha-cia atrs y me qued dormido ah mismo.

Cuando despert la espalda me estaba matando. Mir el reloj, eran casi las once. Un tipo golpe mi ventanilla y me pregunt si tena gasolina de sobra. Abr el maletero, saqu una garrafa pequea y le dije que era toda suya. Era un producto de la empresa, y haba al menos una docena de garrafas en el Audi A6 de Li Liang. Nuestro


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jefe perteneca a una familia de funcionarios venida a menos. Debido a la gloria de sus antepasados, disfrutaba de contactos en grandes em-presas pblicas a las que venda piezas de automvil y gasolina. Tam-bin haba abierto talleres de reparacin de coches en varias ciudades. El negocio fue de maravilla, y en apenas diez aos gan unos cuan-tos millones.

Tras darle la garrafa de gasolina, volv a encontrarme triste al pen-sar en mi trabajo. En los ltimos aos haba hecho unos cien millo-nes en ventas, y veinte millones netos de beneficios a la empresa. El Gordo Dong no haba dado un palo al agua, pero se las haba arre-glado para llegar a ser mi jefe.

Hoy, Chengd brillaba a la luz del sol. Como casi todas las cria-turas de la noche, yo evitaba el sol. Un artculo reciente en el Peri-dico Jurdico Sichuan deca: Los objetos oscuros no soportan la luz. En mi fuero interno saba que estaba a punto de pasarme al lado oscuro. Cmo era esto posible, cuando apenas dos aos atrs era un joven cultivado, un ambicioso estudiante universitario?

En los altavoces del coche son una cancin melanclica de Ma-vis Hee:

La leyenda dice que las lgrimas pueden destrozar la ciudad.Ojos rojos observan tristes la solitaria ciudad.Los fuegos artificiales se disipan.Las canciones terminan.

Me hizo pensar en Zhao Yue. De repente me invadi la culpa, me dirig a la Tienda del Pueblo y le compr un Wonderbra que costaba setecientos yuanes. Zhao Yue me haba dicho que ltimamente no haca mucho ejercicio y que tena los pechos algo cados. Me di cuenta de que no la estaba cuidando bien. Cuando contempl la ropa que llevaba puesta, toda ropa de diseo que me haba regalado ella, me sent mal por mi aventura de la noche anterior.


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Cuando llegu a casa, Zhao Yue estaba sentada en el sof viendo la televisin. Hizo como si no me hubiese visto. Dej el sujetador y fui al bao a darme una ducha fra. Despus la encontr en la cama, de cara a la pared. Al abrazarla, no recib respuesta alguna, as que me ech a dormir.

En la confusin del sueo la o murmurar: Mi marido est en casa, as que no puedo hablar. Llmame en

otro momento. Abr los ojos y pregunt:Ahora tienes un amante?Asinti. Buen trabajo dije. Lo ests haciendo muy bien. Sonri y asinti. La gente siempre busca superarse. A qu se dedica el tipo? pregunt. Es empresario. Me incorpor. Hagamos un trato. Cuando te hayas quedado con su dinero,

dame la mitad. Zhao Yue dijo que no bromeaba. Lo s, lo s continu. La poltica exterior de nuestra fami-

lia es fomentar las relaciones internacionales y atraer divisas extranjeras 4.

Conoc a Zhao Yue en la universidad. Ella estaba en el curso anterior al mo y era una de las tres chicas ms guapas de la clase del 92. Nuestro campus sola tener problemas con los matones del pue-blo que se colaban dentro, y una vez una banda pill a Zhao Yue y su novio de entonces montndoselo en el bosque. Su novio huy antes de poder subirse los pantalones. Dicen que cuando lleg a su habitacin el condn se le cay por la pernera del pantaln. Zhao Yue estaba a punto de cerrar los ojos y entregarse a sus atacantes cuando Cabezn Wang y yo nos encontramos con ellos al volver a

4 Chen Zhong hace una broma alusiva a la retrica poltica oficial y a los eslganes.


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casa de una de nuestras sesiones bestiales de alcohol. Peleamos contra ellos para salvaguardar el buen nombre de Zhao Yue. Pens que cual-quier sentimiento de heroicidad nacera en un hombre al ver a Zhao Yue llevando solo una blusa y las bragas por las rodillas. Cabezn dijo ms tarde que Zhao Yue y su novio estaban a punto de hacerlo por detrs. La jerga para esto era prender fuego a las montaas. Si Zhao Yue no fuese mi esposa, estara encantado de regodearme en esa ima-gen. Sin embargo, si hubiese sabido que Zhao Yue se convertira en mi esposa, no estoy seguro de si me habra comportado como un hroe. Mereca la pena pensar en ello. Li Liang deca que me gustaba dema-siado la lgica perversa, y se refera a mi vida amorosa. Incluso ahora, Zhao Yue procuraba evitar a Cabezn.

No pensaba que Zhao Yue fuese una zorra nata. Solo haba te-nido un par de novios en el campus, adems de algn que otro rollo. Nada de esto poda ser considerado una mancha en su expediente. De hecho, al conocerla result ser bastante refinada. Era amable, dulce y leal conmigo. Pero siempre que pensaba en la escena de aquel da, me deprima. La vida era eso: solo necesitas la informacin bsica, ver un par de cosas claras. No tienes por qu saber todos los detalles, porque si no la vida se vuelve aburrida y sin sentido. Por ejemplo, el Gordo Dong tena un amigo que abri un club de intercambio de parejas. Todos all se tiraban a la mujer de otro y vean a sus propias esposas siendo folladas por otros. Se deca que el noventa por ciento de las parejas se divorciaba nada ms salir del club.

Pero Zhao Yue no era sincera. Siempre dijo que aquel incidente en el bosque haba sido su primera vez, e insista en que no la penetr del todo. Cuando te muestras tolerante con una persona y esta no admite la verdad, es frustrante. Como respuesta decid seguir la si-guiente estrategia: compadecerme de ella, educarla y despus ayudar a Zhao Yue a entender la seriedad del asunto.

No importa si es la primera vez o la nmero cien, los hechos son los mismos, le dije. Sabes que no me importan los nmeros. Si te penetra del todo, o solo hasta la mitad, sigue siendo sexo.


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Los socilogos han investigado muchos temas excepto la psico-loga de un marido que es traicionado con su consentimiento. A veces me preguntaba si mis continuos los provenan de un deseo incons-ciente de venganza. Pero no haba nada de lo que vengarse. Haba estado con varias mujeres antes de Zhao Yue. Esa profesora de edu-cacin fsica era una de ellas. Incluso tras enamorarme de Zhao Yue, la profesora y yo lo hicimos una vez sobre una mquina para hacer pesas despus de clase de gimnasia.

No me tomaba en serio lo que deca Zhao Yue de que tena un amante. Las mujeres siempre intentan llamar la atencin con trucos psicolgicos, as que no tena inters por su empresario imaginario. Zhao Yue me deca a menudo que me lo iba a presentar. Yo le deca que si se atreva le dara una buena paliza.


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