Maupassant, Guy de - Loco

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  • 8/16/2019 Maupassant, Guy de - Loco

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    ¿Loco¿Loco

    Guy de Maupassant

      ¿Estoy loco o nada más estoy celoso? Lo ignoro; pero he sufrido horriblemente. Escierto que mi acción es propia de un loco, de un loco furioso; pero, ¿no bastan los celosanhelantes, un amor exaltado que sufre traición, que se e desahuciado, un dolor malditocomo el que me destro!a; no bastan, digo, todas estas cosas para que cometamos cr"menesy desatinos, sin que nuestro cora!ón ni nuestro cerebro sean los de un criminal?

    #Lo que yo he sufrido, lo que yo he sufrido, lo que yo he sufrido, de una maneraconstante, aguda, espantosa$ %uise a aquella mu&er con un arrebato fren'tico... (ero puntualmente bien) ¿la quise yo? *o, no y no. Es ella la que me poseyó en cuerpo y alma,la que se apoderó de m", la que me encadenó. +ui, sigo siendo, ob&eto suyo, &uguete suyo.oy el esclao de su sonrisa, de su boca, de su mirada, del contorno de su cuerpo, de laforma de su cara; su simple apariencia externa me embarga, acelerando mi respiración; pero ella, la que mane&a todo esto, el ser de este cuerpo, me inspira odio, desprecio,aborrecimiento; la he odiado, despreciado, aborrecido siempre, porque es p'rfida, bestial,inmunda, impura; es la mujer de perdición, el animal sensual y enga-oso al que le falta elalma, por el que no circula &amás el pensamiento como aire libre y iificador; es la bestiahumana; ni aun eso) no es más que seno, una marailla de carne suae y turgente en la quehabita la infamia.

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      *uestra conexión fue en sus comien!os extraordinaria y deliciosa. o me agotaba confuror de deseos insaciables entre sus bra!os siempre abiertos. us o&os me hac"an abrir la boca como si me proocasen resequedad. /l mediod"a eran grises, en la hora del ocaso sesombreaban de erde y al alba eran a!ules. *o estoy loco. 0uro que ten"an estos trescolores.

    En las horas de amor eran a!ules, como acardenalados, con pupilas enormes e inquietas.us labios, agitados por un estremecimiento continuo, de&aban a eces que brotase entreellos la punta sonrosada y h1meda de su lengua, que palpitaba como la de un reptil; y sus párpados cargados se abr"an lentamente, poniendo al descubierto su mirada, encendida yagotada, que me enloquec"a.

    /l estrecharla entre mis bra!os y mirarla a los o&os me estremec"a, sacudido por elimpulso de matar a aquella bestia tanto como por la necesidad de poseerla sin cesar.

    i ella iba y en"a por la habitación, a cada paso suyo me daba un uelco el cora!ón; siella empe!aba a desnudarse y de&aba caer su estido para salir, infame y radiante, de entresus prendas interiores, ca"das a su alrededor, me corr"a por todos los miembros, a lo largode mis bra!os, a lo largo de mis piernas, dentro de mi pecho anhelante, un desmayoinfinito y il.

    Llegó un d"a en que descubr" que estaba hastiada de m". Lo i en su mirada, cuandodespertó. 2odas las ma-anas acechaba yo, inclinado sobre ella, esa primera mirada. Laacechaba, lleno de cólera, de rencor, de desprecio hacia aquella bestia dormida de la queyo era esclao. (ero al destaparse el a!ul pálido de las ni-as de sus o&os, aquel a!ul l"quidocomo el agua, lánguido a1n, fatigado toda"a, toda"a enfermo de las 1ltimas caricias,sent"a yo la s1bita quema!ón de una llama que irritaba mis ardores.

    Lo i, lo conoc", lo sent", lo comprend" en el acto. e hab"a acabado todo, totalmente, para siempre. / cada hora, a cada segundo, ten"a una prueba.

    / la llamada de mis bra!os o de mis labios se ol"a hacia otro lado, murmurando)3#4'&ame ya$3, o bien)

    3#Eres cargante$3, o bien) 3#*o hay modo de estar tranquila$3

    Entonces me sent" celoso, celoso como un perro, y astuto, desconfiado, disimulado.2en"a la seguridad de que oler"a pronto a ser la que era, que endr"a otro a reaiar elfuego de sus sentidos.

    5is celos llegaron al frenes"; pero no estoy loco, no lo estoy.

    /guard'; la espiaba, s"; no me habr"a burlado; pero continuaba fr"a, apagada. Enocasiones, dec"a) 3Los hombres me asquean3. era cierto.

    5is celos me olieron contra ella misma; los tue de su indiferencia, los tue de lasoledad de sus noches; los tue de sus ademanes, de su pensamiento, que yo adiinabasegu"a siendo tan infame como siempre; estue celoso de todo lo que yo adiinaba. sialguna e!, al leantarse de la cama, descubr"a en ella la mirada blanda que segu"a en otrotiempo a nuestras noches ardientes, como si alg1n resto de lasciia se hubiese metido ensu alma agitando sus deseos, sent"a yo que ahogaba la cólera, temblaba de indignación, me

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    acomet"a la come!ón de estrangularla, de tirarla al suelo, ponerle la rodilla encima yhacerla confesar, apretándole el cuello, todos los ergon!osos secretos de su cora!ón.

    ¿Estoy loco?... #*o$

    (ero una tarde la i feli!. 6omprend" instintiamente que una pasión nuea ibraba en su

    interior. 2ue la seguridad, una seguridad sin rastro de duda. (alpitaba, igual que despu'sde mis abra!os; sus o&os llameaban, ten"a las manos calientes, de todo su cuerpo enibración se desprend"a el aho de amor que a m" me empe!ó a sacar de quicio.

    imul' que nada e"a, pero mi igilancia la enolió como una red.

     *ada descubr", sin embargo.

    Esper' una semana, un mes, una estación. (arec"a abrirse al florecimiento de una pasiónincomprensible.

    e aplicaba, sumida en la dicha de una caricia indescifrable.

    (ero de pronto adiin'. *o estoy loco. #Lo &uro, no estoy loco$

    ¿6ómo lo dir"a yo? ¿6ómo lo dar"a a entender? ¿4e qu' palabras me aldr"a paraexpresar aquella realidad infame e inexplicable?

    7e aqu" cómo fue el descubrirlo.

    8na tarde, ya he dicho que fue una tarde, al oler de un largo paseo a caballo, se de&ócaer en una silla, &usto delante de m"; ten"a los pómulos encarnados, el pecho anhelante, las piernas flo&as, los o&os amoratados. #*o era la primera e! que yo la hab"a isto as"$ #Ellaamaba a alguien$ #o no pod"a equiocarme$

    intiendo que perd"a el &uicio, para no seguir i'ndola me ol" hacia la entana. 8nlacayo conduc"a de la brida hacia el establo su hermoso caballo, que se encabritaba.

    Ella segu"a con la mirada a la bestia enardecida y reto!ona. En cuanto la perdió de ista,se quedó s1bitamente dormida.

    2oda la noche estue dándole ueltas en mi cabe!a; cre"a descifrar misterios &amássospechados por m". ¿7ay alguien que pueda llegar a sondear las perersiones de lasensualidad de la mu&er? ¿%ui'n es capa! de comprender sus ineros"miles caprichos y susextra-os modos de saciar las más raras fantas"as?

    2odas las ma-anas, en cuanto alboreaba, recorr"a a galope llanuras y bosques y siempre

    regresaba presa de languideces, como despu's de fren'ticas expansiones de amor.

    #7ab"a comprendido$ sent" celos del caballo nerioso y ligero; sent" celos del ientoque le acariciaba el rostro en sus locas carreras; sent" celos de las ho&as que besaban, al pasar, sus ore&as; sent" celos de las gotas de sol que se filtraban entre las ramas para caersobre su frente; sent" celos de la silla en que cabalgaba y contra la que ella oprim"a sumuslo.

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      u felicidad estaba en todo aquello, y era todo aquello lo que la exaltaba, la saciaba, laagotaba y la ol"a insensible, como muerta, para m".

    4ecid" tomar engan!a. Extrem' mi cari-o y mis atenciones con ella. /l oler de susdesenfrenadas carreras, le daba yo la mano para que saltase al suelo. El animal se arro&abafurioso contra m"; ella acariciaba la cura de su cuello, lo besaba en las entanas

    temblorosas de la nari! y no se limpiaba luego los labios; y el husmillo de su cuerpo,sudoroso como entre la tibie!a del lecho, llegaba a mi olfato me!clado con el olor acre y bra"o del animal.

    /guard' mi d"a y mi momento. 2odas las ma-anas pasaba ella por el mismo sendero para cru!ar un bosquecillo de álamos blancos que se adentraba en la sela.

    al" antes que alborease, lleando una cuerda en la mano y escondidas en el pecho mis pistolas, como si fuese a batirme en duelo. 6orr" hacia su camino preferido; tend" la cuerdade un árbol a otro y despu's me escond" entre las hierbas.

    (egu' mi ore&a al suelo; o" su galope le&ano; luego la i a lo le&os, por deba&o de las

    ramas, como al final de una bóeda; en"a a todo galope. #no me hab"a equiocado; era loque yo pens'$ (arec"a como transportada de felicidad, la sangre le sub"a a las me&illas, sumirada ten"a destellos de locura, y el ai'n precipitado de la carrera pon"a en ibración susensibilidad con un goce solitario y furioso.

    El animal trope!ó con las dos patas delanteras en mi trampa y rodó con los huesos rotos./ ella la cog" en mis bra!os. 2engo fuer!as como para cargar como un buey. La de&' luegoen el suelo y me acerqu' al otro, que nos miraba. 2oda"a hi!o un intento de morderme, le puse el ca-ón de mi pistola en la ore&a..., y lo mat'..., igual que si hubiera sido un hombre.

    (ero tambi'n yo rod' por tierra, con el rostro cru!ado por dos latiga!os; y al er queella se lan!aba de nueo contra m", le met" la otra bala en el ientre.

    4"ganme ahora) ¿estoy loco?

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