279
WITCH RISING Witch Song #2.5 Amber Argyle Sinopsis Un barco se incendia y naufraga en el oscuro mar. Sólo hay una sobreviviente… una niña perseguida por el poder de su canción. Oculta en una isla desolada, Lilette entierra su poder en las profundidades de su ser, convencida de que causó las muertes de sus seres queridos. Pero no puede huir de quien es. Y cuando su secreto es revelado, la única cosa que puede salvarla es su canción. Es tiempo para que se alce y convierta en lo que siempre estuvo destinada a ser: la Bruja más poderosa que haya existido. Nota

WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

WITCH RISING

Witch Song #2.5

Amber Argyle

Sinopsis

Un barco se incendia y naufraga en el oscuro mar. Sólo hay una sobreviviente… una niñaperseguida por el poder de su canción. Oculta en una isla desolada, Lilette entierra su poderen las profundidades de su ser, convencida de que causó las muertes de sus seres queridos.

Pero no puede huir de quien es. Y cuando su secreto es revelado, la única cosa que puedesalvarla es su canción. Es tiempo para que se alce y convierta en lo que siempre estuvodestinada a ser: la Bruja más poderosa que haya existido.

Nota

Page 2: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Esta historia es una precuela.

Tiene lugar siglos antes del nacimiento de Brusenna, protagonista de Witch Song y WitchBorn.

Es la historia de Lilette, la primera Bruja en ser tocada por las Creadoras y que se rebeló antelas Principales.

Capítulo 1Traducido por Azhreik

Sentada en el borde de su cama, Lilette miraba fijamente la oscuridad más allá de la escotilla.La luz de las estrellas salpicaba el cielo nocturno antes de alcanzar el agua, donde seexpandía y fragmentaba en trozos brillantes. Aunque sólo tenía ocho años, sabía loimposiblemente rota que debía sentirse esa luz estelar.

Su madre chasqueó los labios. —Encontré uno. —Lellan agitó el cepillo en el aire, como unestandarte cuando las tropas debían agruparse. El padre de Lilette no respondió. No habíadicho mucho desde ayer… el día en que todo había cambiado.

Levantándose el vestido, su madre se subió a la cama tras Lilette. Al principio el cepillo sóloencontró nudos, pero no pasó mucho rato antes que se deslizara a través de su cabello pálidocomo canciones por el viento. Su madre empezó a tararear una nana; la favorita de Lilette,sobre un chico y un río y una rana danzante, aunque su madre siempre la cambiaba a unachica y una rana danzante cuando se las contaba a ella y a su hermana mayor.

El pecho de Lilette se apretó. Nunca creyó que extrañaría tanto a su hermana mayorcascarrabias. Sash estaba en la escuela cuando se fueron, pero los estaría esperando en casacuando regresaran.

Entre el deshilachado camisón de dormir de Lilette, las suaves vibraciones del tarareo bajitode su madre y el roce del cepillo, se hacía prácticamente imposible que siguiera despierta.Aun así, Lilette intentó no irse a la deriva, porque cuando dormía las pesadillas acudían, ytenía que revivir el humo asfixiante, los gritos y el correr sin fin. Pero con cada balanceo delbarco, se acercaba más y más a las mantas calientes. Lanzó una mirada fulminante a laalmohada antes que sus párpados se cerraran, y se desplomara en la suave cama.

Un grito hizo que abriera los ojos de golpe. Se abrazó con sus brazos delgaduchos, con elcorazón latiéndole como puños contra las costillas. —¿Mamá?

Con un gruñido frustrado, su madre se detuvo, con el cepillo sobre el cabello de Lilette. —Jex,¿qué es eso?

Su padre ya estaba en pie, sujetando el cinto de la espada.

Page 3: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Unas pisadas apresuradas y gritos de órdenes fueron seguidos por el inconfundible resonardel choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La habíaatormentado desde su escape.

La madre de Lilette dejó caer el cepillo y sacó el largo cuchillo que había metido bajo la cama.—No puede ser el Emperador. Es imposible que haya podido alcanzarnos con mi viento deBruja.

Lilette se sentó aterrorizada. Su padre se acomodó el cinto de la espada alrededor de lacintura. Justo antes de alcanzar la puerta, ésta se azotó contra la pared opuesta, tan fuerte queel Protector que la abrió tuvo que levantar la mano para evitar que el pomo de la puerta loempalara cuando rebotó. Corría sangre por el rostro curtido de Griz. —Nos han traicionado.

—¿Quién? —preguntó el padre de Lilette.

El Protector le arrojó una lanza. —Ya están en el pasillo.

Su madre apretó su vestido. —No es posible. No pudieron alcanzarnos. No es posible. —Peroel padre de Lilette ya se había ido, tragado por el resonar de acero y los gritos de hombres.

Con la puerta abierta, los sonidos entraron sin trabas y arrojaron a Lilette a una pesadillaviviente. Había caído ceniza desde el cielo como plumas sucias, haciendo imposible respirar.No podía respirar. No podía… respirar…

Su madre repentinamente estuvo frente a ella, sus ojos turquesa reflejando los de Lilettemientras el recuerdo de humo la atenazaba. —Respira, Lilette. ¡Respira!

Miró fijamente los ojos de su madre e inhaló. Sus padres habían intentado escudarla de lo queestaba sucediendo, pero a pesar de lo joven que era, sabía que huían por sus vidas… ymataban a los que intentaran detenerlos. Le habían prometido que ahora estaba a salvo.Habían mentido.

Su madre asintió alentadoramente. —Bien. Quédate aquí. —Se movió al umbral. El miedo deque la dejaran atrás, sola, catapultó a Lilette fuera de la cama. Corrió al lado de su madre y lesujetó la mano, intentando esconderse detrás de la seguridad del cuerpo de su madre. Sesintió aliviada cuando su madre no insistió en que regresara a la cama.

Lilette echó un vistazo por un lado de la falda de su madre. A una docena de puertas dedistancia, los Protectores bloqueaban la entrada del pasillo, mientras sus lanzas golpeabancon precisión mortal y sus escudos formaban un muro. Al final de la formación, su padreutilizaba su lanza para apuñalar a los soldados imperiales que bajaban por las escaleras. Conun grito, uno de los Protectores con escudo cayó, proporcionándole a Lilette una clara visiónde una oleada sin fin de soldados imperiales que plagaban el barco. La línea de Protectorescedió, pero Griz levantó el escudo del hombre y tomó su lugar. La línea hizo retroceder a lossoldados a empujones.

—¡Lellan! —gritó su padre sin mirar atrás—. ¡El barco está invadido!

—Nos han traicionado —murmuró su madre.

Lilette no entendía. ¿Qué no Griz ya había dicho eso?

Page 4: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Su madre se arrodilló frente a ella. La incredulidad se había desvanecido del rostro de sumadre, reemplazada por una terrible expresión de entendimiento. —Tienes que ayudar aMamá a cantar. Vamos a llamar rayos.

Lilette abrió la boca en protesta. —No puedo. —Sólo había cantado canciones simples parahacer crecer las flores y robustecer las vides, pero esto… esto la horrorizó.

Su madre la sujetó con mayor fuerza. —Sí, sí puedes. Sólo fíjate en las notas. —Empezó acantar.

Calor y luz y viento y poder,

Golpea los barcos por doquier.

Rayos, los barcos a volcar

Aguas, la marea enemiga a sofocar.

La voz temblorosa y delgada de Lilette se unió a la de su madre, fuerte y determinada. Algoprimitivo hormigueó en el cuerpo de la niña, como si hubiera despertado una bestia. Lostruenos retumbaron y una brisa de viento caliente entró rampante por la puerta abierta.

Un rayo azotó la cubierta. Los soldados gritaban mientras morían. El olor a cabello quemadollenó la nariz de Lilette. Supo que había sido ella la que había despertado la bestia que loshabía matado. Su voz se convirtió en un lamento antes de retraerse por completo… cerró losojos y el cuerpo y el alma.

Su madre la sujetó por los brazos y la agitó. —¡Tienes que ayudarme, Lilette! Tu canción esmás fuerte que la mía.

Lilette se apretó en un ovillo. Si podía hacerse lo suficientemente pequeña, tal vez la bestia seiría. La quemazón y los gritos pararían. Ya podía sentir que regresaba a su guarida. El rugido,gruñido y el aliento caliente disminuyeron cuando la criatura volvió a dormirse.

—¡No! Lilette, ¡Debes ayudarme!

—No somos suficientes —gritó Griz—. ¡Fordel! Retenlos todo lo que puedas.

Lilette escuchó pasos apresurados y sintió que unas manos fuertes la levantaban. Abrió losojos para ver a Griz, que la apretaba contra su pecho con una mano, mientras con la otrasujetaba la espada. —¡Sígueme!

Su madre fue tras ellos, y su padre en la retaguardia. Griz salió corriendo por el pasillo y entróal camarote del capitán, pero en lugar de seguirlos, su padre se detuvo en el comedor y entróapresuradamente. Cuando volvió a salir, traía un barril de pepinillos sobre el hombro… Lilettelo reconoció porque lo había asaltado a cada oportunidad posible.

Griz la bajó en el centro del camarote. —Vienen por ustedes, Guardianas. NuestrosProtectores no los retendrán por mucho tiempo. —Levantó un baúl y lo arrojó por la ventana,que se despedazó en una lluvia de vidrios.

Page 5: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Apretó la mano sobre la espada, y su mirada bajó hacia Lilette. Él era el Protector asignado amantenerla a salvo, y siempre tenía dulces en los bolsillos y un acertijo en los labios. —Adiós,pequeña Guardiana. Fue un honor servirte.

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Lilette. Extendió la mano hacia Griz… pararetenerlo, para buscar consuelo en su toque. Pero sus dedos sólo cogieron vacío. Él se habíaido.

Con el rostro rojo por el esfuerzo, su padre desenroscó la tapa del barril y lo volcó, derramandopepinillos y vinagre por toda la cubierta. —Jex, ¿qué estás haciendo? —preguntó su madre.

Su padre enderezó el barril. Sacó su cuchillo, lo retorció una y otra vez en un costado del barrilhasta que hizo un hoyo. Cruzó a zancadas al otro lado de la habitación, arrancó un corcho deuna de las muchas botellas de licor y lo metió en el hoyo desde el interior del barril. —Mete aLilette aquí —le dijo a su madre—. Átate al barril para que no te separes. Cuando sea seguro,canta una corriente para que te lleve a una isla.

Lilette jadeó ante el pequeño barril, que llegaba a la rodilla de su padre; y se preguntó cómosiquiera iba a caber allí.

Su madre se puso a llorar, con grandes lágrimas derramándose una tras otra por el rostro. —No te dejaré.

Su padre acunó la mejilla de Lellan en su mano. —Es muy tarde para eso.

La voz de su madre se estranguló. —¡No! Jex, por favor.

Él la jaló a sus brazos y habló contra su frente. —Lellan, él no me dejará vivo; a ninguno de loshombres. Ésta es la única oportunidad que tendrás.

Lilette miró fijamente a su padre. Lo había visto en el campo de prácticas, su espada era rápidacomo una serpiente al ataque. Había visto los músculos de su espalda tensarse mientrasarrojaba a otros hombres al piso, dejándolos fuera de combate. Había sentido la fuerza de susbrazos cuando la lanzaba hacia el cielo. Pero en ese momento, se dio cuenta de algoprofundo. Él no era lo suficientemente fuerte para mantenerla a salvo. Ninguno de sus padreslo era… sin importar lo mucho que lo intentaran.

—Algunos deben morir para que otros vivan. Todo soldado sabe eso. —Su padre besó a sumadre antes de retroceder. Su madre estiró los brazos, suplicante, un espacio vacío donde supadre siempre había encajado, pero él se rehusó a mirarla. En su lugar, se acuclilló anteLilette. Estiró la mano y le acarició la mejilla con el nudillo—. Crece fuerte, mi pequeñaGuardiana.

Vio el miedo de su padre estampado en los planos de su rostro. —¿Papi?

—Lamento no estar ahí para verlo. —Le tendió su cuchillo. Ella lo aceptó con solemnidad.

Griz soltó un grito de advertencia, llamando a su padre.

Con lanza en mano, se levantó, su mirada ardiente sobre la madre de Lilette. —Quema lanave. Es la única forma de que escapen. —Y entonces se fue.

Page 6: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette supo que nunca volvería a verlo. —¿Mamá?

Hubo más gritos cuando la batalla se acercó. Con lágrimas corriéndole por el rostro, Lellanhizo una barricada contra la puerta, separándolas definitivamente de su padre. En esemomento, Lilette la odió… y se odió a si misma por no intentar detenerla.

Su madre sujetó un colchón destartalado y lo arrastró por el piso. —Ayúdame. —Lilette sujetóuna de las esquinas del colchón y lo jaló contra la puerta. —Préndele fuego —le ordenó sumadre.

Lilette siempre había sido buena en prender fuego. Utilizando el cuchillo de su padre, desgarróla cubierta del colchón y sacó las fibras del interior. Entonces tomó el pedernal de su bolsillo ylanzó una lluvia de chispas encima. Una prendió, ella sopló suavemente y el humo se elevócontra su rostro.

Ahora podía oír la batalla justo afuera de la puerta… entrechocar de metales, gruñidos ygemidos. Su madre rápidamente reunió botellas oscuras de licor mientras Lilette convertía lasllamas bebés en una fogata en todo su esplendor.

Un gruñido amortiguado sonó del otro lado de la puerta, seguido por un golpe sordo cuandoalgo impactó contra la madera. Durante un momento hubo silencio. La madre de Lilette secongeló, mordiéndose el nudillo mientras un grito resonaba en su garganta.

Alguien golpeó la puerta con fuerza, sobresaltándolas a ambas. Un hombre gritó en ellenguaje desarticulado de los harshenos. —Guardianas, abran la puerta. ¡No se les hará daño!

Lellan empujó a su hija hacia el barril. —¡Métete!

Mientras Lilette se apresuraba a obedecer, su madre arrojó las botellas de licor contra la pared,donde se hicieron añicos. El licor empapó las paredes, y se absorbió en las fibras sueltas en laorilla del colchón, pero sin tocar el fuego. Aún no.

El golpeteo en la puerta cambió a lanzas arremetiendo contra la puerta. Apretando la últimabotella en su pecho, Lellan gruñó: —Tienes que ayudarme con la canción esta vez. Tenecesito.

Los ojos de Lilette se ampliaron. Su madre quería matar a los soldados, y quería que Lilette laayudara. —¿Mamá? —salió como poco más que un susurro.

Lellan levantó la mano para silenciarla. —Si sobreviven, le dirán al Emperador queescapamos. Nos encontrará.

Lilette no podía procesar el pensamiento. Las manos suaves de su madre parecían incapacesde matar. —Pero… —salió en un jadeo.

El rostro de su madre se endureció. —Ellos mataron a tu padre, pequeña Guardiana. —Empezó a cantar.

Viento, desgarra las velas y aviva las llamas,

Page 7: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Convierte este barco en una pira de flamas.

Con la voz ahogada, Lilette se le unió. Una vez más, la bestia se despertó. El viento entró en lahabitación, creciendo en fuerza y poder con cada nota de la melodía. Las ráfagas captaron lasfrágiles flamas y las extendieron por el colchón. El humo llenó la habitación, haciendo toser aLilette y su madre. Cenizas y fuego… de nuevo.

Una lanza atravesó la puerta, que tembló y se partió. Golpeado y sangrante, uno de lossoldados consiguió entrar a la fuerza. Su madre le arrojó la botella de licor y cantó con másfuerza. Si Lellan esperaba que esa última botella conectara el colchón en llamas con elalcohol que empapaba las paredes, falló, porque la botella no se rompió.

Atrapado tras el colchón en llamas, la mirada del soldado se encontró con la de Lellan. Él sacóla espada y empezó a despedazar el colchón, diseminando la barrera de fuego. Estaba apunto de entrar, entonces haría que se callaran; los soldados apagarían el fuego y lascapturarían.

Lilette entrecerró los ojos. Si había despertado a la bestia, podría controlarla. Esos soldadosno las tocarían a ella ni a su madre. Su voz encontró su fuerza. El sonido se fusionó con el desu madre, y el viento entró en la habitación.

El fuego finalmente alcanzó las paredes empapadas de alcohol y explotó con un silbido; elcalor palpitó inmediatamente contra la piel de Lilette. Desde atrás del muro de llamas, losgritos empezaron. El cabello de la niña se chamuscó. Lellan trastabilló hacia el barril mientrasLilette seguía cantando. El viento avivó el fuego hasta convertirlo en un infierno. El techo yaestaba medio devorado, y las llamas se extendieron bajo los pies de su madre.

—¡Alto, Lilette! ¡Alto!

La voz de Lilette se calló y el viento se ralentizó, pero el fuego ya había engullido la mayorparte de la habitación.

Tosiendo, Lellan levantó la tapa del piso. Se detuvo el tiempo suficiente para presionar suslabios contra la frente de Lilette. —Te amo. —Antes de poder responder, su madre la empujócompletamente dentro del barril y enroscó la tapa. Lilette se sumergió en la oscuridadhumeante, donde el vinagre le quemó en los ojos y tenía las rodillas aplastadas contra subarbilla.

Levantaron el barril y las pisadas de su madre cruzaron vidrios rotos. Hubo un sonido dedesgarro… como si la misma tela del mundo hubiera sido rasgada. Repentinamente, Lilettesintió que el estómago abandonaba su cuerpo cuando el barril atravesó el aire y se azotócontra el agua. El cuchillo de su padre se le clavó en el muslo. Dejó escapar un aullido dedolor.

El impulso se ralentizó, y los sonidos se retorcieron e hicieron huecos antes de que volviera asalir a la superficie. Presionó las manos contra el barril para mantener el equilibrio mientraséste rodaba. Su pierna estaba sangrando. —¿Mamá? —Esperó una respuesta… lo que fuera,pero sólo había gritos distantes y el rugir de las llamas.

Page 8: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¡Mamá! —Lilette azotó los puños contra el barril antes de recordar la tapa. Se retorció yacomodó hasta que pudo poner ambas manos en ella. Apenas había empezado adesenroscarla cuando escuchó voces. Se congeló y el sudor en su piel se volvió frío.

—¡Allí! —La voz fue seguida por un sonido rítmico de salpicadura, del tipo que hacen losremos.

Lilette se quedó muy quieta, apenas atreviéndose a respirar. Lentamente, se estiró y sacó elcorcho. Aire fresco entró al barril. Se asomó por el hueco y captó vistazos del barco ardiendo yhundiéndose, y soldados en botes remando en la distancia, pero no podía ver el bote máscercano.

Más salpicaduras y la voz de nuevo. —Dale la vuelta. —Hubo silencio por un momento—. ElEmperador estará muy disgustado.

Un hombre gruñó. —¿Está seguro que es ella? Es difícil decirlo con tantas quemaduras.

Habían encontrado a alguien. No era su madre, no podía ser su madre. Lilette levantó la vistahacia las distantes estrellas, su luz casi oscurecida por las antorchas de los soldados.

—Mira su cabello, pálido como vino blanco. Es ella.

Lilette se sujetó su propio cabello blanco con el puño. Estaban equivocados. Su madre estabafingiendo, esperando a que se fueran para poder sacar a Lilette del barril.

—¿Deberíamos llevarnos el cuerpo, señor?

No. No, no, no, no, no.

—Sí. El Emperador querrá verlo, como prueba.

—¿Y la niña?

Un suspiro. —Seguiremos buscando, pero ¿cómo podría sobrevivir cuando ni siquiera sumadre Bruja lo logró?

—Sí, señor.

Más sonidos de agua seguidos por un ruido sordo. Lilette había despertado a la bestia quehabía despertado el fuego. Ella había matado a su madre.

Una por una, encerró en su interior toda canción que había cantado alguna vez. Enterró ellenguaje de las Creadoras en lo profundo de su pecho, donde nunca volviera a encontrarlas.

Ya no era una Bruja, nunca volvería a ser una Bruja.

Miró fijamente el cielo nocturno. Como la luz fragmentada de las estrellas, estaba sola en elmar de sombras. No había fuego ni agua ni muerte. Sólo la oscuridad cegadora.

Capítulo 2

Page 9: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Traducido por Azhreik

Lilette sentía el calor del sol sobre ella y la frescura del océano bajo ella. A través del hoyo quesu padre había hecho en el barril, podía ver la extensión infinita de azul sobre azul del océanoy el cielo.

Durante la larga noche y mañana, sus piernas habían pasado de acalambradas ahormigueantes, a entumecidas. Las pellizcó, pero sólo hubo un dolor sordo y distante. ¿Se lecaerían a pedazos?

Su interior amenazaba con explotar si se quedaba un momento más en ese barril. Acuñó lasmanos contra la tapadera, endureció los brazos y giró, pero sus dedos resbalaron por lasuperficie lisa. Jadeando, enterró las uñas, sin importarle cuando las astillas se le metierondebajo. La tapadera cedió ligeramente con un movimiento brusco. El agua empezó a filtrarselentamente, y luego con mayor rapidez.

Frenética, retorció con mayor fuerza, pero la tapadera estaba atascada. El agua la empapóhasta las rodillas, los muslos, el estómago. Podía sentir que el barril se hundía más en el agua.El pánico la atenazó. Enterró el cuchillo de su padre e hizo palanca en la tapadera, pero esosólo dejo entrar más agua.

Jadeó cuando el agua le salpicó en la cara. Retorció unos cuantos dedos en el hoyo que habíahecho al hacer palanca y soltó la tapadera. Entró más agua mientras Lilette sujetaba losbordes del barril e intentaba salir con movimientos lentos. Pero sus brazos y piernas no semovieron, y se hundió bajo la superficie del agua. Un dolor lacerante aguijoneó sus miembroscuando los estiró por primera vez en horas. Se rehusaron a moverse apropiadamente alprincipio, pero pronto salió a la superficie y giró en un círculo lento, sacudiendo brazos ypiernas.

La esperanza la obligó a buscar a su madre. Su mirada no encontró nada en que posarse…nada excepto el océano infinito y restos medio quemados del barco, y entonces Lilette se diocuenta de lo verdaderamente sola que estaba.

De alguna forma, había conseguido mantener sujeto el cuchillo. Nadó entre los restos, perosólo encontró cosas que deseó no haber visto nunca. Finalmente encontró un trozo de cascolo suficientemente grande para soportar la mayor parte de su peso, aunque sus piernasseguían colgando en el agua. Se revisó. Para su alivio, sus piernas ya no estabanentumecidas, aunque hormigueaban y quemaban peor que la vez que había atravesado unacama de ortigas. El corte en su muslo no estaba sangrando mucho.

Aún traía puesto el camisón de dormir que había usado los últimos tres días… desde quehabían escapado de la ciudad imperial con nada más que las ropas que traían puestas y susarmas.

Presionó la frente contra la madera hinchada de agua e intentó pensar. Pero en lugar desoluciones, todo lo que le llegó fueron recuerdos.

Cuando Lilette tenía cuatro, no le temía al agua, y saltó directamente del muelle al mar. Supadre se sumergió tras ella y la regañó con severidad. Pero todos los días después de eso la

Page 10: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

había llevado al océano hasta que pudo nadar como un pez.

Se aferró a ese recuerdo para evitar hundirse en la desesperación, igual que ese trozo sueltode casco evitaba que se hundiera en el océano.

***

Después de dos días en el mar, Lilette estaba tan sedienta y mojada, que su madre habríadicho que era una paradoja. Ante el pensamiento, ansió que sus ojos se llenaran con laslágrimas que su cuerpo maltrecho era incapaz de producir. Su lengua se sentía como ungusano seco en su boca. Su piel pálida se había vuelto de un rojo brillante y dolía al tacto.

Repentinamente, tuvo la sensación desorientadora de que no estaba sola. Al girarse, tuvo lavaga impresión de un hombre parado en un bote junto a ella. Luchó por liberar el cuchillo quehabía enterrado en la madera, pero su movimiento rompió el delicado balance y terminó bajoel agua. Emergió jadeando, con el cuchillo apretado en la mano.

El hombre la miraba fijamente desde arriba, con una expresión de asombro en el rostro curtido.—Así que esto es lo que querían que encontrara.

Lilette tradujo las palabras a su idioma nativo y aun así no entendió. —¿Qué? —Su voz sonócomo papel cebolla.

Él miró el cuchillo, y apretó los labios antes de tenderle la mano. Ella estudió los callos, lasarrugas y manchas de la edad y supo que no era un soldado imperial. Estiró la mano. Él laacercó al pequeño bote antes de levantarla con un movimiento ágil y dejarla en la cubierta,que tenía un fuerte olor a pescado. Las piernas de Lilette se rehusaron a soportar su peso, ycolapsó inmediatamente. Pudo verse bien los pies: pálidos como la panza de un pez yarrugados como su camisón. Apretó el cuchillo contra su pecho, como escudo.

Él lo miró, y luego se giró para levantar una roca redonda y sacar un harapo que estabaremetido en una perforación de arriba. Le tendió la roca a ella. Cuando vaciló, él sacudió laroca. El líquido salpicó suavemente. Ella le arrancó la roca de las manos, cuidadosa demantener el cuchillo en su lugar. Echándola hacia atrás, dejó que el agua se deslizara por suboca. Sabía a nueces y dulce, y se dio cuenta que lo que había creído que era una roca, enrealidad era una nuez muy grande llena de agua.

—Despacio —dijo el hombre.

Lilette estaba demasiado sedienta para escuchar. Se terminó hasta lo último del agua dulce.No hablaba harsheno tan bien como lo entendía, así que tuvo que pensar antes de articular lapalabra poco familiar. —Más.

Él inclinó la cabeza. —Aún no.

Ella reconoció la autoridad en su voz. Le recordó a Griz. Ante el pensamiento, apretó los ojoscon fuerza.

Page 11: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¿Tu barco? —preguntó él en voz baja.

Ella apuntó a las profundidades de la brillante agua azul. —Quemado y hundido. —Era unaparadoja. Su madre estaría orgullosa de que recordara la palabra.

—¿Tu familia?

Lilette podía sentir la huella del nudillo de su padre en la mejilla y los labios de su madre en lafrente. El dolor en su pecho le hizo imposible hablar. Encontró la mirada del anciano y sesorprendió de encontrar una pena incontenible que reflejaba la suya. La tristeza entre ellos sesentía como algo físico… como un animal que continuaba consumiéndolos.

—Soy Fa.

Lilette dejó que el cuchillo cayera a un lado. —Lilette.

Él intentó repetirlo, pero la mayoría de los harshenos parecían incapaces de pronunciar sunombre. —Li —dijo. Es lo que los otros harshenos la llamaban eventualmente.

Fa asintió, al parecer aliviado de tener algo más fácil de pronunciar. Levantó una esterilla detejido suelto y la alzó con dos palos para crear una especie de cobertizo. Hizo señas para queLilette se metiera debajo. Temblorosa, ella se echó hacia delante y tuvo la visión de una islapequeña y verde en la distancia.

Ella se quedó tendida en la sombra sobre otra esterilla mientras Fa remaba un poco más lejos,arrojaba su red y la recuperaba cargada de peces. Ante la visión de sus cuerpos plateados yagitados, el agua dulce que Lilette había bebido volvió a salir. Después que hubo escupidohasta el último rastro en el mar, levantó la vista para ver si el hombre la regañaba, pero él sóloremó un poco más lejos y volvió a arrojar su red.

Después de un rato, le tendió una nuez sellada. —Despacio —dijo de nuevo. Esta vez ellaescuchó, y tomó sorbitos espaciados.

—Casa —dijo ella en harsheno, la palabra era extraña en su lengua.

Fa le tendió un pedacito de pan de arroz. —¿Dónde?

Mordisqueando el pan, apuntó hacia el noroeste. Él asintió como si hubiera confirmado algo.—Eres una Guardiana.

De alguna forma, no era una pregunta. De nuevo, ella no dijo nada. Estaba segura que no eraun soldado imperial, pero aun así era un harsheno.

Él la estudió. —¿De quién estás huyendo?

Ella se rehusó a encontrar su mirada. Este anciano sostenía su vida en sus manos. Si laentregaba a los soldados imperiales, seguramente lo recompensarían. —Piratas.

Él dejó escapar un largo suspiro. —Esta mañana oré al Dragón del Sol, pidiéndole una señal.Y te encontré. Entonces atrapé muchos, muchísimos peces. Traes buena suerte.

Recogió sus redes por última vez, y llenó las canastas a rebosar antes de girar el bote en

Page 12: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

dirección al viento para dirigirse a la costa. Conforme se acercaban, Lilette alcanzó a distinguiruna aldea asentada entre la selva y la costa. Las chozas de pilotes tenían techos de hojaspalmeadas tejidas y paredes de bambús atados.

Cuando el bote encalló en la arena blanca, Fa sujetó la borda del bote, y su cuerpo se tensó aljalar la embarcación para adentrarla más en la playa. Cuando lo soltó, varios niños de cabellooscuro y ojos almendrados llegaron corriendo para mirar fijamente a Lilette, con las bocasabiertas.

Fa la ayudó a salir del bote. Sus piernas temblaron como hojas en una tormenta, pero las forzóa sostenerla mientras enfrentaba a los otros niños.

—Salfe, dile a tu padre que deseo hablar con él esta noche. —Un niño de ojos oscuros asintióansiosamente y se fue.

La mirada de Fa aterrizó en una niña de la edad de Lilette. Sus ropas eran pulcras y, pormucho, eran las más finas de entre todos los niños, pero su boca parecía tener las comisuraseternamente hacia abajo. Dio un paso al frente y tocó el cabello apelmazado de Lilette. Liletteno estuvo segura de por qué, pero se lo permitió.

—Hueles como vino echado a perder —susurró la niña.

Lilette giró la cabeza para olerse el cabello… que aún apestaba a vinagre. Frunció el ceñomientras buscaba las palabras. —Pepinillos —dijo en su lenguaje nativo, porque no conocía latraducción en harsheno—. Saben mejor de lo que huelen.

Fa asintió como si fuera la respuesta correcta. —Pan, tú la ayudarás a lavarse. —La niña a sulado se alejó corriendo.

Fa hizo señas a Lilette para que lo siguiera. Se quedó muy cerca de él mientras pasaban porentre casas llenas de gente con piel más oscura y ojos solemnes. En una de las chozas queestaba ligeramente apartada de las otras, le hizo señas para que trepara la escalera de manopara llegar a la puerta.

Dentro, había huecos en el piso de bambú, y temió que no resistieran su peso. Fa entró azancadas. Ella se tensó, pero el piso no hizo más que crujir.

En el lado más alejado de la habitación, se hincó junto a una colección de canastasacomodadas ordenadamente junto a una desgastada esterilla de dormir. Después de rebuscarentre los contenidos, levantó unas prendas del interior. Las depositó con suavidad en losbrazos de Lilette. Ella las extendió: un par de pantalones sueltos muy desgastados y unatúnica larga, demasiado pequeña para él. Eran suaves y estaban desteñidos por la sal y el solen un gris uniforme. A juzgar por lo arrugadas y mustias que estaban, habían estadoalmacenados durante mucho tiempo.

Levantó la vista para ver a Fa desenrollar una esterilla del otro lado de la choza. Otras tresesterillas estaban enrolladas. Repentinamente entendió. —Murieron. —No era una pregunta,más como una disculpa.

Los ojos tristes de Fa encontraron los suyos. Recordó el vacío en los brazos estirados de sumadre, sintió el hueco en su interior donde la angustia amenazaba con comérsela viva.

Page 13: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Abrazando las prendas, dio un paso al frente y enterró el rostro en el pecho de Fa; era muchomás bajo que su padre. —Gracias —dijo. Empezó a llorar con fuerza, todo en su interior dolía.

El cuerpo de Fa se puso rígido antes de relajarse lentamente. Descansó una mano sobre laespalda de Lilette, la palmeó y murmuró: —En el momento que fueron míos, supe que losperdería.

Ella sacudió la cabeza. —¿Entonces por qué tenerlos?

—Si no, nunca habrían nacido. Y entonces no los habría tenido en absoluto.

No entendía la mitad de las cosas que él decía, pero decidió que nunca permitiría que alguiense acercara lo suficiente para volver a herirla. La única persona que importaba era suhermana.

Cuando los sollozos de Lilette se tranquilizaron, Fa le sujetó los brazos y se acuclilló frente aella. —Pan vendrá pronto. Yo voy a vender el pescado. Cuando regrese, cocino.

Sonándose la nariz, Lilette asintió. Se preguntó cuál era la palabra harshena para “cansada”.

Fa trabó la puerta con el simple nudo de un lazo en una perforación abierta en la madera ybajó por la escalera.

A través de los espacios que rodeaban la puerta y las paredes, Lilette vio movimiento. La niñaque había conocido junto al bote acomodó un cántaro grande en el pórtico antes de trepar laescalera y empujar la puerta para abrirla. Retrocedió para levantar el cántaro y entró. —Te dioropa nueva… bueno, algo así. Eso ayudará.

—¿Ayudará con qué? —preguntó Lilette.

—Impresionar al Señor de la aldea. —Pan dejó el cántaro junto a un tazón de una pasta deolor fuerte—. Lávate.

Lilette se quitó el camisón, que todavía estaba húmedo en las axilas. La tela estaba rígida porla sal. Hundió los dedos en la pasta y se la acercó a la nariz. Olía fresco, como una especie deplanta molida. Cuando dudó, Pan agarró un pedazo y empezó a frotar la cabeza de Lilette.Lilette tomó un puñado y se lo frotó en la cara.

Una vez que Lilette estuvo concienzudamente frotada con la pasta, la niña la ayudó aenjuagarse el cabello y cuerpo, vertiéndole agua por encima, que cayó por entre los espaciosen el piso y mojó la arena de abajo. Cuando finalmente terminaron, olía a fresco y su pielhormigueaba.

Pan le vertió unas pocas gotas de aceite en la palma y le enseñó cómo frotársela en la piel y elcabello. El aceite calmó su piel quemada y dejó un olor rico y exótico.

Cuando Lilette estuvo vestida, Pan la revisó. —Mucho mejor. Al menos estás lista paraconocer a mi padre.

Dejó un pequeño peine de madera junto a Lilette, que empezó a desenredarse los nudos delcabello. El cuero cabelludo le dolía por las quemaduras de sol. —¿Tu padre?

Page 14: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Pan recogió sus tazones. —Es el Señor del feudo. Él decidirá si puedes quedarte.

La boca de Lilette se sintió repentinamente seca. —¿Y si dice que no puedo?

Pan la miró de arriba abajo con una expresión casi triste. —No dirá eso. —Apartó la miradacomo si estuviera incómoda, y se fue sin decir otra palabra.

Los soldados imperiales creían que Lilette estaba muerta. Por primera vez en cuatro días, sesintió lo bastante a salvo para dormir.

Cuando finalmente volvió a despertar, una brisa suave soplaba a través de las aberturas en lasparedes y el piso. Se sentía maravillosamente contra su piel, y se dio cuenta que lo que habíaconsiderado una estructura pobre, en realidad era de una manufactura ingeniosa.

Escuchó gente hablar y se enderezó. Ojeó por las aberturas en las paredes de bambú ydistinguió la cabeza gris de Fa. Estaba hablando con un hombre con un moño de cabellooscuro atado a la altura de la nuca.

—¿Por qué? Ella no es de tu incumbencia —dijo el hombre de cabello oscuro.

—Los Dragones del Sol me la enviaron, Bian. Ella es buena suerte.

Bian pareció considerarlo. —Y si su suerte cambia, ¿aún la querrás?

—Su suerte no cambiara —dijo Fa—, tanto si ella lo desea como si no.

Bian sacudió la cabeza. —Si ella fuera buena suerte, su barco no se hubiera hundido.

—Ella sobrevivió cuando nadie más lo hizo. Y llegó a la deriva hasta aquí. —Fa hizo unapausa—. No me equivoco en estas cosas.

—Te equivocaste cuando tu familia murió.

Fa se puso rígido. —En el momento que se volvieron míos, supe que los perdería. Igual que séque esta niña está destinada a vivir conmigo hasta que su llamado venga a ella.

Bian se quedó en silencio. —Los piratas no habrían quemado el barco… lo habrían capturado.

—Tal vez fue un accidente.

Bian cruzó los brazos sobre el pecho. —No puede quedarse. Mi decisión es final. Daleprovisiones y un bote y déjala ir.

—No lo haré. —La voz de Fa cambió de suave a acerada en esas tres palabras.

—Entonces yo lo haré por ti.

Lilette se puso de pie mientras Bian subía la escalera y abría la puerta de un empujón. Eramás o menos de la edad de su padre; un hombre atractivo de constitución robusta y arrugasalrededor de los ojos.

Su mirada se estrechó, y una malicia oscura se asentó en sus ojos. Lilette ya no se sintió asalvo. Retrocedió hasta que topó con la pared más alejada. Los ojos de Bian vagaron por su

Page 15: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

piel suave, las ondas de su cabello pálido, sus ojos turquesa; Lilette se parecía a su madre, aquien los hombres siempre habían deseado con avidez. Últimamente, una expresiónespeculativa cruzaba sus rostros cuando miraban a Lilette. Su madre le había dicho quetuviera cuidado con esos hombres. Y Lilette supo instintivamente que Bian era uno de esoscontra los que su madre le había advertido.

Fa entró a la habitación, y se interpuso entre ella y Bian. El pecho de Lilette empezó a moversede nuevo, no se había dado cuenta que había dejado de respirar. Ya no creía que alguienpudiera mantenerla a salvo, pero se sentía menos sola con un amigo a su lado.

Bian se humedeció los labios. —Muy bien, Fa. Puedo ver que no lograré disuadirte. Ella sequeda.

Él retrocedió lentamente hasta salir de la habitación, y le lanzó una última mirada a Liletteantes de saltar del pórtico. Ella se dejó caer con alivio.

Los hombros de Fa se relajaron. —Ya está planeando tomarte como su esposa cuando tengasedad suficiente.

¿El padre de Pan? —¿No tiene ya una esposa?

—Tres.

Lilette se estremeció. Las intrigas de los hombres eran lo que la había metido en ese desastreen primer lugar. —No.

Fa se rio entre dientes oscuramente. —No te preocupes. Tú serás su perdición, no al revés.

Lilette levantó la vista hacia él. Él había dicho que ella y Pan serían amigas, que tenía quequedarse con él, y ahora esto. —¿Sabes cosas?

Una sombra cruzó el rostro del anciano. —Oh, sí.

Se preguntó si alucinaba, o simplemente estaba trastornado… otra palabra de la que su madreestaría orgullosa que recordara. —¿El Dragón del Sol te habla?

Fa miró fijamente los bambús. —No, a veces veo el final de las cosas. Eso es todo.

Su aliento se le enterró en la garganta. —¿Qué final?

Él se hincó frente a ella, tenía una expresión seria. —No debes cantar mientras estés aquí, Li.Sucederán cosas malas si lo haces. Prométeme esto, o no podré permitir que te quedes.

Lilette recordó la bestia que su canción había despertado; los gritos lacerantes. Tembló. —Yano soy una Bruja.

Presionó la palma contra la frente de Lilette. —El Dragón del Sol te ha escondido aquí, en estelugar seguro.

Las lágrimas se le acumularon en los ojos. —Quiero ir a casa, quiero ver a mi hermana.

Fa hizo un sonido bajo con la garganta. —Ambas se verán de nuevo, pero no hoy. Hoy termina

Page 16: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

con comida y sueño. Es un buen final.

Lilette evaluó a este hombre extraño que la había acogido y peleado para que se quedara. Nolo conocía, no en realidad. Pero de alguna forma se sentía conectada a él.

Él había dicho que vería a su hermana, que encontraría una forma de regresar a casa. Seaferró con fuerza a esa promesa.

Capítulo 3Traducido por Azhreik

Ocho años después

Lilette presionó el hombro contra el costado del bote y empujó, sus pies dejaron largos pozosen la arena. El agua fría salpicó sus piernas desnudas. Un empujón más, y el bote flotó contotal libertad. Fa lo mantuvo estable mientras ella saltaba sobre la borda y se equilibraba en elinterior.

Se inclinó contra el lado opuesto de la embarcación mientras Fa se metía. Juntos, empezarona alistar el bote.

—¡Li! —Se giró para ver a Salfe parado en el bote de pesca de su padre, con su hermano, Quo—. Hoy, creo que te ganaremos en la pesca.

Ella le dirigió una sonrisa que no enseñó los dientes. —Hoy no. —Ningún día.

Él sonrió. —¿Quieres hacer una apuesta?

—¡No contigo! —gruñó. Salfe tenía una forma de ganar las apuestas, aun cuando las perdía.

—¿Segura? —Algo en su voz hizo que levantara la vista de donde ataba las velas. Él hizogirar una moneda que destelló plateada como las escamas de los peces.

Ella observó la moneda con ansia. Le tomaría meses ganar tanto, pero el padre de Salfe, Bian,siempre parecía tener mucho. —¿Y qué si ganas?

Él se encogió de hombros. —Me acompañas a la boda de mi hermana esta noche.

Lilette vaciló. De todas formas tenía que ir—la asistencia era obligatoria—pero si sepresentaba con Salfe, los aldeanos creerían que había más que amistad entre ellos.

—Salfe… él no es para ti —dijo Fa bajito.

El calor se elevó en las mejillas de Lilette. —Lo sé.

La mirada del anciano encontró la suya. —Pero él no lo sabe.

Page 17: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Ella se mordió el labio inferior.

Mientras Salfe giraba la moneda entre los nudillos, ella tomó su decisión. Al final no importaría,porque no perdería. —Bien.

Salfe mostró una sonrisa triunfante mientras lanzaba la moneda al aire y la volvía a atrapar,luego la deslizó dentro de su bolsa de monedas. Lilette se giró para ver a Fa observándola conuna expresión nublada, y su confianza vaciló. —¿Ganaremos? —preguntó.

Él se giró lejos de su mirada. —Es un buen día para pescar.

Lilette frunció el ceño. Fa realmente no le había contestado. Había estado distante los díasanteriores, pero sus dedos nudosos ya estaban amarrando una esquina de la vela.

Sin nadie a quien incordiar, dejó el tema en paz. Con la facilidad de la experiencia, sujetó elotro lado de la vela y la ató. Tomó su posición en la proa y ocupó un palo largo para empujar elbote lejos de las rocas. Fa se acomodó tras el timón y dirigió la embarcación al mar.

Poco después que atravesaron el arrecife, el sol flameó sobre el horizonte como oro derretido,que le recordó a Lilette las monedas que descansaban al fondo de su canasta de arroz. Comohabía hecho durante meses, buscó señales de algún barco. Ahora tenía suficiente paracomprar su pasaje de ida. Aunque había pasado más de un año desde que algún barco habíavenido a su pequeña isla, vendrían, y ella estaría lista.

Miró hacia atrás y descubrió a Fa observándola. La tristeza infinita en sus ojos la desanimó. Éltenía una forma de saber cosas, pero a veces él la dejaba fingir que le ocultaba cosas.

—Este es un buen día para las despedidas. —Su voz era suave.

La cabeza de Lilette se elevó con un sobresalto. —¿Van a venir? —Observó el horizonte denuevo, en vano. Había ansiado irse durante mucho tiempo, pero su corazón estaba dividido.Los recuerdos de su hermana estaban borrosos y fragmentados por el tiempo, pero Fa todavíaestaba aquí. A pesar de todo lo que había hecho para mantener la distancia, él habíaencontrado una forma de metérsele en el corazón.

—No serás feliz, ambos sabemos eso —dijo él, como adivinando sus pensamientos—. Tutiempo aquí está llegando a su fin.

—Fa…

Él ató el timón para que no se moviera y recogió la red. —Aprendí hace mucho tiempo que nopuedes retener a los que amas, debes dejarlos libres. Tú también lo aprenderás.

Lilette buscó peces en el agua turquesa oscuro, pero no vio ninguno. Aun así, había llegado aconfiar en los instintos de Fa. Él era un pescador en formas que ella nunca lo sería. Sedesplazó para atar la vela.

Fa desenredó la red lentamente y con cuidado. La retorció y lanzó en una telaraña que aterrizóperfectamente extendida sobre el agua. Se hundió rápidamente, capturando cualquier pezmientras los extremos pesados se hundían. Cuando él y Lilette la sacaron, el cardumen decaballa se azotaba con impotencia unos contra otros. La jalaron por la borda y depositaron lospeces agitados en las canastas, tras arrojar los indeseados de vuelta al agua.

Page 18: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

No era una mala pesca, pero las canastas no estaban llenas ni de lejos. Si iba a derrotar aSalfe y a su hermano menor, los contenedores tendrían que estar a rebosar.

La emoción se inflamó en su pecho cuando sus pensamientos regresaron al barco. —Teextrañaré.

Los ojos de Fa la estudiaron. —Cuando llegue el momento, recuerda.

—¿Recordar qué?

—Tu promesa.

Lilette se inclinó sobre la borda para sacudirse las escamas de peces. —¿Cuál?

Pero él sólo mostró una sonrisa triste. Le había dicho una vez que no la cargaría con finales,sino que le enseñaría a celebrar los inicios. Así que se enfocaría en su nueva vida, un barcovenía. Finalmente podría ir a casa, a la ciudad donde las canciones y la magia eran uno y lomismo. Donde su hermana la estaba esperando.

Posicionaron el bote para arrojar de nuevo la red, en aguas mucho más profundas de lonormal. Lilette y Fa tiraron de la cuerda inferior para cerrar la red, pero estaba atorada. Jalarony tiraron en diferentes ángulos hasta que él se rascó su blanca cabeza. Ambos sabían que nopodían permitirse perder esa red… les tomaría meses tejer una nueva.

Fa asintió hacia el ancla, que sólo era una cuerda atada a una roca pesada. —Arrójala.

Ella la cargó y arrojó por la borda y se giró para verlo dar un último jalón, con los tendones delos músculos tensados bajo su piel arrugada. Finalmente, se sacó la túnica, revelando el peloblanco de su pecho y las manchas de sol. Se colocó el cuchillo entre los dientes por el lado sinfilo, respiró hondo y se sumergió. Después de cruzar al otro lado del bote, Lilette observó elazul tragarse todo rastro de él. Se movió a la parte posterior del bote y sus ojos siguieron la redhasta donde desaparecía de la vista. Pasaron varios momentos, y un pozo de intranquilidadempezó a crecer en su interior. Alzó la vista, en busca de otros pescadores. Salfe y suhermano no estaban tan lejos… lo suficientemente cerca para oírla si gritaba.

Miró atrás para ver la forma pálida de Fa resurgir destellando por el agua. El nudo en suinterior se aflojó cuando él respiró hondo. —Está atorada en un saliente de coral. Veré sipuedo soltarla. Afloja un poco la cuerda, cuando sientas mi tirón, vuelve a jalarla.

Después de respirar hondo, volvió a sumergirse, salpicando agua a Lilette con su pataleo. Ellase limpió la cara y miró en el horizonte una vez más, en busca del barco que él dijo quevendría, antes de echar un vistazo a la cuerda que estaba bajando. Lo que vio la dejó helada.Sangre rojo brillante manchaba la superficie del mar.

—¡Salfe! —gritó. Sujetó su cuchillo y se lo puso entre los dientes, jadeó por aire y se lanzó.Apenas sintió el impacto del agua fría cuando se sumergió. Siguiendo la columna de sangre,vio un gigantesco peñasco sobresalir del mar oceánico. Su red estaba atorada en el coral.

Pataleó con mayor fuerza hasta que la forma borrosa de Fa se hizo visible. Flotaba inerte en elagua. Era difícil ver con toda la sangre, pero alcanzaba a notar que la mayoría provenía de subrazo, y que se había enredado en la red. Cuando se acercó más, se dio cuenta que algo se

Page 19: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

revolvía en el agua. Algo lo tenía sujeto por el brazo. Quitándose el cuchillo de entre losdientes, avanzó hacia él. Algo largo y resbaloso le rozó la mano. Lo que sea que fuera, teníaaferrado a Fa.

Sus manos encontraron el hombro de Fa y se movieron hacia su brazo. Volvió a tocar la cosaresbalosa, y sintió protuberancias y rugosidades cuando la criatura se revolvió. Era unaanguila, una grande. Y tenía un agarre mortal en el brazo de Fa. Lilette lo apuñaló con fuerzaen lo que esperaba que fuera el cerebro, y retorció el cuchillo. Los movimientos de la criaturapasaron de enloquecidos a erráticos y descoordinados, y ella supo que estaba muriendo.

Lilette sintió una quemazón en los pulmones, una necesidad primitiva que rápidamente sesalía de control. Pero no tenía tiempo de salir a la superficie… no si iba a salvar la vida de Fa.Sabía que los tiburones no tardarían en aparecer, así que ignoró la herida de Fa, lo tomó de lamuñeca y plantó ambos pies en el coral afilado y jaló. Pero la red estaba muy enredada en subrazo.

Con el cuchillo, serruchó las cuerdas. Eran tan gruesas como su dedo meñique, pero habíavarias y el agua las había hecho maleables y difíciles de cortar. Aunque trabajófrenéticamente, supo que estaba perdiendo la batalla. Pero no podía soportar dejar a Fa.

Algo la sujetó. Se dio la vuelta y apuntó con el cuchillo. Salfe se echó hacia atrás, sus mejillasestaban hinchadas por el aire, y su hermano no estaba muy lejos. Él apuntó hacia arribamientras él y Quo se apoyaban contra el coral y jalaban, como ella había hecho.

Sabiendo que no tenía opción, Lilette obedeció, y pataleó con lo que le quedaba de fuerza.Podía ver la luz que atravesaba el agua, ver las olas azotándose contra los dos botes. Y supoque no iba a lograrlo. Mientras el pánico se apoderaba de ella, un brazo fuerte se envolvióalrededor de su cintura y la llevó hacia arriba.

Emergieron en la superficie y todo lo que pudo hacer fue respirar, inhalando aire con avidez,hasta que su mente pudo una vez más sobreponerse a sus instintos. Salfe la empujó hacia subote, donde su hermano ya estaba intentando levantar el cuerpo inerte de Fa sobre la borda.Salfe se impulsó para subir y se giró para ayudar a levantar a Fa. La anguila muerta aúnestaba aferrada a su brazo; era fácilmente la anguila más grande que Lilette había visto nunca.Salfe se estiró y jaló a Lilette para subirla.

—¿Está respirando? —Se inclinó sobre Fa, notando lo hinchada y gris que lucía su piel.

Salfe puso la cabeza contra el pecho de Fa. —No, pero su corazón late.

El pánico y desesperación se inflamaron en el corazón de Lilette. Sujetándole los doshombros, lo sacudió. —¡Respira, Fa! ¡Respira! —Su cabeza colgó lánguida. Le golpeó laespalda, pero nada sucedió—. Tenemos que llegar a la costa, llevarlo al curandero.

Las manos de Salfe se posaron en sus hombros. —Li, estamos demasiado lejos.

—¡No! —Lo empujó tan fuerte, que se azotó contra el borde del barco. —¡Ata las velas!

Él la miró cauteloso. —El viento está mal. Nos tomará más de una hora regresar a la costa.

Ella buscó la costa distante, y se sujetó la cabeza con las manos húmedas. Había una canción

Page 20: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

para esto; la había encerrado en su interior mucho tiempo atrás, pero tenía que liberarla. Teníaque encontrarla.

Repentinamente supo las palabras que debía cantar. La advertencia de Fa resonó en sucabeza, pero Lilette la ignoró. Su boca formó las palabras en el lenguaje que llamaría al viento.Habían pasado años desde la última vez que cantó, pero su voz sonó pura y clara como lamañana después de una lluvia.

Oh viento, escucha mi súplica,

Desde el sur, sopla tu replica.

Salfe y su hermano la miraron boquiabiertos cuando volvió a cantar. El viento cambió, dejó desoplar desde la costa y empezó a soplar tras de ellos. Durante la tercera repetición de Lilette,el viento sopló lo bastante fuerte contra sus espaldas. En la cuarta, el bote entero se tensó porel empuje.

Alcanzaron la costa en minutos. Llamando a gritos al curandero, Lilette saltó del bote cuandoencalló en la arena. El curandero salió corriendo de su choza y sus ojos rápidamente sedirigieron a donde Salfe y su hermano estaban depositando a Fa sobre la arena.

El curandero presionó el oído contra el pecho de Fa. Lentamente, volteó a verla. —Su corazónno está latiendo. No hay nada que pueda hacer.

—¡Entonces de qué sirves! —gritó y lo empujó.

El curandero se puso de pie y retrocedió. Lo había ofendido, pero no le importó. Fa habíamuerto solo, mientras ella cantaba. Algo en el interior de Lilette se quebró, desgarrándola deadentro hacia fuera. Cayó de rodillas, cogiendo puñados de arena.

Salfe le dijo algo a su hermano antes de arrodillarse junto a ella y ponerle la mano en laespalda.

Fa había dicho que hoy era un buen día para las despedidas. Él no se había referido a unbarco; sabía que moriría. ¿Entonces por qué había ido al océano? ¿Por qué se habíasumergido en el agua?

Salfe estaba diciendo algo, lo mismo una y otra vez. —Li, míralo.

A través del mar de lágrimas, Lilette estudió el rostro de Fa. Lucía joven… casi infantil.

—Ahora está con su esposa e hijos. No llores por él.

¿Era por eso que no le había rehuido a la muerte? ¿El por qué la había dejado sola?

Una voz en su cabeza le recordó que siempre había planeado dejarlo… hoy, incluso, peroapartó la voz. ¡Nunca había planeado dejarlo para siempre!

Page 21: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Presionó la cara contra la arena, que se le pegó en el rastro de las lágrimas. La sentía en loscortes de sus pies hechos por el coral. Y entonces recordó que eso no era todo lo que Fahabía dicho. La había hecho recordar su promesa de no cantar nunca. Le había advertido quesucederían cosas malas si rompía esa promesa. No había estado dispuesto a dejarla quedarsehasta que lo prometiera.

Rebuscó en su mente rastros de las canciones del lenguaje dorado que había florecido de sulengua. Para su alivio, no encontró nada.

Lilette apretó la túnica de Salfe entre sus manos. —Nunca debes decirle a nadie que me oístecantar. Prométemelo.

Él se humedeció los labios. —Eres una de ellas… ¿una de esas Brujas?

Lo sacudió. —¡Prométemelo, Salfe!

—¡Muy bien, lo prometo!

Pero Salfe no había estado solo en el bote. Quo estaba con él. Lilette se puso de pie,tambaleándose hacia la aldea. Pan corría hacia ella, gritando su nombre. Su hermano, Quo,iba justo detrás.

Lilette se sujetó a Pan por apoyo, pero su mirada se enfocó en Quo. —No puedes decirle anadie. Prométemelo, júralo por el Dragón del Sol, ambos.

Dividió su atención entre los dos hombres, tenían el cabello tieso y los ojos salvajes. —Lo juropor el Dragón del Sol —dijo finalmente Salfe, con una mirada afilada hacia su hermano.Murmurando, Quo también lo juró.

Lilette relajó los puños y dejó que la arena se escapara.

—¿Jurar qué? —Pan miró entre ellos—. ¿Esto tiene algo que ver con Fa?

Lilette tragó. —No, él está muerto. Él sabía que iba a morir. —Su voz se estranguló, y tuvo quetragar antes de proseguir—. Y fue de todas formas, sabiendo que me dejaría con esta pena.

Repentinamente estaba enojada, tan enojada, que su cuerpo entero temblaba. En medio detodo ese enojo había algo de temor. Algo terrible se acercaba, y era su culpa.

Capítulo 4Traducido por Azhreik

Lilette estaba parada junto al pedazo de tierra recién removida. Tenía la cara seca, porque notenía más lágrimas que derramar. No por el hombre que sabía que su muerte se acercaba y sehabía dirigido voluntariamente hacia ella, dejándola sola y desprotegida en una multitud demiradas lastimeras y murmuraciones.

Uno por uno, los aldeanos se acercaron; daban una inclinación silenciosa y le dejaban un

Page 22: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

pequeño regalo a los pies antes de desaparecer en el grupo de chozas apenas visibles delotro lado de la selva.

Pan estaba parada a un lado de Lilette, Salfe en el otro. Él no le había hablado desde que lehiciera prometer guardar silencio. Probablemente era mejor de esa forma. No quería pensar enel secreto tejido como sombras entre ellos.

Bian, el último en presentarse, hizo su inclinación, pero en lugar de pasar a su lado como losotros, se quedó ahí parado, pidiéndole con los ojos que lo mirara. Furiosa de quesencillamente no la dejara en paz, levantó los ojos. Él le mostró una sonrisa lastimera, y ellaresistió la urgencia de decir algo que simplemente no se le decía al Señor de la aldea.

—Li, sin ningún pariente hombre que te cuide, te has vuelto mi responsabilidad. Veré que setomen las mejores decisiones.

Lilette intentó poner cara humilde. Fue difícil, porque no era una expresión que utilizara amenudo. —Gracias, pero me las arreglaré por mi cuenta.

La boca de Bian se torció hacia arriba, como si su resistencia lo divirtiera.

—Yo cuidaré de ella, Padre —declaró Salfe.

Bian levantó una ceja. —Ni siquiera tienes tu propio bote. ¿Cómo puedes cuidar de ella?

Lilette no pasó por alto la forma en que los puños de Salfe se apretaron, la forma en que susfosas nasales se hincharon. Lo conocía lo suficientemente bien para conocer los signos de suenojo, y ahora mismo estaba furioso.

—Yo tengo mi propio bote —dijo Lilette con los dientes apretados.

Bian le dirigió otra sonrisa, esta vez una indulgente, y se alejó de ella. Sus pies atravesaron laarena, con casi el mismo sonido que las olas más allá de la aldea.

La intuición de Lilette le dijo que él intentaría apoderarse de ella ahora que Fa ya no seinterponía. Pero la tradición dictaba que pasara una luna llena antes de que pudiera casarse.Para entonces, hace mucho que se habría ido.

Salfe se paró frente a ella, pero en lugar de dejar su regalo a sus pies, se lo presionó en lasmanos y se apresuró a ir tras su padre. Lilette bajó la vista hacia una peineta tallada en laforma de un fénix. Nunca había poseído algo tan bello. Su puño lo apretó hasta que pudosentir que los dientes se le enterraban en la palma.

Ahora sólo quedaban Lilette y Pan paradas lado a lado. Cada vez que Lilette cerraba los ojos,veía la sangre, sentía el débil latido del corazón de Fa contra su oído. —Tu padre piensa quees mi dueño.

Pan alzó la mirada, las lágrimas le caían por el rostro. —Él es el dueño de todo.

Lilette resopló. —Nunca fue el dueño de Fa.

Pan miró la distante figura de su padre. —No, nunca de Fa.

Page 23: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette cerró los ojos, recordando las últimas palabras que su padre adoptivo le había dicho.«Aprendí hace mucho tiempo que no puedes retener a los que amas, debes dejarlos libres. Tútambién lo aprenderás.»

¿Era esto a lo que se refería? ¿Qué tenía que dejarlo ir? Una oleada de furia ciega la atenazó.

—Es casi medio día —dijo Pan—. Mi madre habrá preparado una comida para ti. ¿Te gustaríacomer con nosotros, o debo llevarla a tu casa?

Por primera vez, Lilette se dio cuenta que ahora vivía sola. Nunca volvería a despertarse conlas pisadas suaves de Fa, o con su mano gentil sobre el hombro. Había miles de cosaspequeñas que nunca volvería a experimentar.

Su cuerpo repentinamente se sintió muy pesado. —A mi casa. —Se giró y se alejó de la tumbasin despedirse.

Sabiendo que no estaba lista para enfrentarse a su choza vacía, Lilette fue directamente a laselva, encaminándose a su lugar favorito: un estanque de agua clara alimentado por unacascada. Cuando volvió a salir, su cabello húmedo aún se le pegaba a la frente y el sol sehabía puesto. Uno de los hermanos pequeños de Salfe saltó cuando la vio y se fue corriendo.

Ignorándolo, atravesó fatigosamente la arena hacia la choza que había compartido con Fa. Enla base, se detuvo y no pudo forzarse a entrar. No estuvo segura cuánto tiempo se quedó allíparada, mirando fijamente la choza, con los ojos desenfocados, hasta que Bian llegó. Estabaflanqueado por otros dos ancianos de la aldea. Sabiendo que no podía ser bueno, Lilette cruzólos brazos y los enfrentó.

Bian inclinó la cabeza en su dirección. —He hecho un llamado para peticiones de prospectosde esposo. Siete hombres han hecho ofertas.

Ella abrió los ojos con sorpresa. Al menos debía tener un mes antes que empezaran amolestarla. —No necesito un esposo, seguiré pescando, como siempre lo he hecho. —Ycuando un barco finalmente llegara, ella se subiría en él antes de que pudieran detenerla.

Los labios de Bian se apretaron. —Tu padre fue descuidado al no encontrarte un esposo antesde su muerte. Fue algo que lo urgí a hacer muchas veces.

Lilette se giró. —Él no era mi padre.

Bian hizo un sonido de desaprobación. —Creo que lo habría herido escucharte hablar así deél.

Una puñalada de culpabilidad atravesó a Lilette. —No quiero un esposo.

Bian le dirigió una sonrisa despreciativa. —Eres una mujer, no tienes lo que quieres. Y comoel Señor de la aldea, tu cuidado ha recaído en mí. —Hizo un gesto hacia los hombres junto a él—. Hemos revisado todas las ofertas, y me complace tenerte como mi cuarta esposa.

Lilette tembló de repulsión y soltó una carcajada. —¿Así que estás haciendo lo que es mejorpara mí? ¿Y no lo que es mejor para ti?

Su mirada se estrechó. —Soy el hombre más acaudalado de la isla, y he ofrecido mucho más

Page 24: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

que cualquier otro. Por supuesto que mi oferta es la mejor.

Tuvo la desconcertante sensación de que todo esto era una pesadilla y que despertaría y suvida regresaría a la normalidad. —Nunca me casaré contigo. —Giró sobre sus talones, subiórápidamente los escalones hasta su choza y empezó a arrojar sus escasas pertenencias enuna canasta. Iba a tomar el bote de Fa e irse. Esta noche.

Sabía cómo hacer funcionar un bote, y había visto suficientes cartas náuticas para poderencontrar otra isla. Y abordar un barco desde allí. Y si moría de sed antes de eso, mejor muertaque casada con Bian.

—Creí que podrías hacerte la difícil.

Levantó la vista y vio a Bian parado en su pórtico, mirándola fijamente.

—Y es por eso que traje esto. —Una cadena colgaba de sus dedos… el único metal que habíavisto en la isla.

Se congeló. —No te atreverás.

Él gruñó. —La oferta ya ha sido aceptada. Eres mi propiedad, te confinaré como haría con unaniña vagabunda.

Ella se arrojó hacia la puerta. Los ancianos de la aldea la cogieron de los brazos y se losataron al frente mientras Bian revisaba sus cosas. Se apoderó de sus cuchillos. Por suerte, noencontró las monedas que ella tenía ocultas al fondo de una canasta de arroz.

La soltaron, y ella notó que Bian observaba su garganta con fascinación.

Tragó. —¿Quién te lo dijo?

Su mirada se suavizó cuando la miró al rostro. —Tendremos hijas, y ellas tendrán tu poder.

La ira se incendió en su interior. Salfe nunca la habría traicionado. Debió ser Quo.

Bian retrocedió y cerró la puerta en la cara de Lilette. Ella jaló la cadena que ahora rodeabalos palos de bambú del marco. Sólo traqueteó y resistió.

Bian se asomó. —Nos casaremos en tres semanas, después de la luna llena.

Ella lo fulminó con la mirada y no dijo nada.

Capítulo 5Traducido por Azhreik

Lilette reajustó su agarre sobre el cuchillo, los hombros le dolían por serruchar adelante y atrássobre las fibras que mantenían la puerta en su marco. Las ataduras de sus manos ya estabantiradas en un montón revuelto a su lado. La unión cedió con un gratificante chasquido. Se

Page 25: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

quedó quieta, escuchando para ver si alguien había oído. Pero sólo se oía el sonido de lasgallinas revoloteando bajo el piso.

Una unión más y podría atravesar la puerta. Los ancianos de la aldea no tendrían a quienculpar más que a ellos mismos cuando escapara… pensar que una puerta encadenada lamantendría encerrada en una casa hecha de bambú y fibras. Tontos, todos ellos.

Empezó a serruchar la segunda unión. El sudor le bajaba por entre los pechos y la ropa se lepegaba a la piel húmeda, pero ignoró todo, excepto la tarea que tenía entre manos en esanoche miserable y asfixiante.

Finalmente, la segunda unión cedió. Con sólo una restante, la puerta se colgó torcida contra laparte superior del marco. Lilette se arrodilló y apartó una esquina de la puerta, complacida deencontrar suficiente espacio para arrastrarse hacia afuera. Estaba con medio cuerpo fueracuando un sonido la hizo congelarse. El suave roce de unos pies sobre la arena. Retrocedió ala choza, y acalló una maldición cuando un pedazo aserrado de bambú le arrancó un mechónde cabello.

Reajustó la puerta y barrió frenéticamente los pedazos rotos de tejido y bambú por entre lasaberturas en el piso. Entonces se tendió boca abajo y fingió dormir. Quien sea que fuera, trepópor la escalera prácticamente sin hacer ruido. Obviamente no quería que lo oyeran… noestaba segura de si ella o los demás aldeanos.

Mirando con los ojos entrecerrados, distinguió una silueta oscura que se dirigía a la cerradura.La persona iba a notar que la mitad de las uniones habían sido cortadas cuando la puerta lecayera encima. Eso no iba de acuerdo al plan.

La cerradura resonó cuando la llave giró, y la cadena se soltó. Ya no había razón para fingir.Lilette se levantó de un salto. La puerta se abrió y le cayó encima a quien sea que estuvieraallí. Ella intentó pasar a un lado, pero se quedó atrapada entre la puerta y un cuerpomasculino.

—¿Li?

Dejó de luchar. No era Bian ni uno de los ancianos de la aldea. —¿Salfe?

—Vine a liberarte. —Escuchó la sonrisa en su voz.

—Lo estaba haciendo bien por mi cuenta.

Él echó un vistazo a la puerta que colgaba torcida de la unión restante. —Sí, puedo verlo.

Ella lo fulminó con la mirada. —¿Quo le dijo?

La cabeza de Salfe bajó antes de asentir.

Después de coger sus suministros y meterse la peineta de Salfe en el bolsillo, Lilette pasó a sulado y salió a la noche brillante por la luna. Se deslizó por las sombras hacia la parte traserade la aldea, con Salfe a la zaga. —Ve a casa, Salfe. Tu padre no lo aprobará.

La voz de Salfe se volvió dura. —Mayor razón para seguir con esto.

Page 26: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¿Seguir con qué?

—Voy a ir contigo.

Ella torció el cuello para mirarlo. —No, no vienes.

Él tuvo que trotar para alcanzarla. Alcanzó la tumba de Fa, bajo un árbol de manora. Se hincóen el suelo aún flojo y se limpió una lágrima del rostro.

Salfe descansó una mano en su espalda, pero ella se retorció bajo su toque. —¿Por qué meestás siguiendo, Salfe? ¿No puedes soportar la idea de que me convierta en tu madrastra?

—Juro por el Dragón del Sol que me aseguraré que nunca te cases con él.

Ella cerró los ojos. A nadie más parecía importarle que Bian fuera lo bastante mayor para sersu padre y ya tuviera tres esposas y docenas de hijos. Para ellos, él era un hombre muyrespetado, y ella era una chica en duelo que no apreciaba su buena fortuna.

¿Fa había sabido que esto sucedería cuando le había advertido nunca cantar? Lilette empujóla furia en lo profundo de su vientre y la mantuvo allí. —Aquí es donde perteneces, Salfe. Aquíes donde está tu familia.

Con Fa muerto, no había nada que la atara aquí. Nada, excepto el miedo a lo desconocido,que palidecía en comparación a casarse con Bian. Puso la mano sobre la tumba. —Adiós, Fa.Siento haber estado demasiado enojada para decirlo antes. Siento no haberte escuchado.

Se puso de pie y rodeó la aldea, dirigiéndose a los botes pesqueros. Salfe la siguió conexpresión hosca. Ella no podía permitirle abandonar su hogar, no por alguna falsa esperanza.Él se merecía la verdad. Disminuyó el paso y esperó a que la alcanzara. —Salfe, tienes quesaber que tampoco quiero casarme contigo. No quiero tener nada que ver con hombres obebés.

Alcanzaron su bote pesquero. Lilette se movió para meter sus suministros y se sorprendió alencontrar que ya estaba cargado. Al levantar la tapa de una canasta, encontró cocos llenos deagua. Esto no había sido un capricho de Salfe, lo había planeado. La culpa la aguijoneó porsus duras palabras. —Salfe…

—Voy contigo. —Sin el brillo travieso que sus ojos siempre tenían, su rostro lucía casidemacrado.

No es que pudiera detenerlo. —Bien. Ayúdame a empujar esto. —Hincaron los hombros en laproa y empujaron, justo cuando unos gritos resonaron en la aldea.

La cabeza de Lilette giró de inmediato. Los hombres ya corrían camino al agua.

—¡Deprisa! —gritó Salfe—. ¡Ata la vela!

Se lanzó al bote y empezó a asegurar uno de los aparejos cuadrados. Con un gruñido, Salfeenterró el hombro y empujó. El bote se deslizó en el agua. Él saltó para entrar, lanzando arenay agua sobre Lilette.

Los hombres gritaron para que se detuvieran. Salfe la apartó de la vela. —¡Canta!

Page 27: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Habían pasado ocho años… ocho años de forzarse a olvidar, pero había recordado unacanción. Abrió la boca y dejó salir la primera ronda. Requería tres repeticiones para disponerdel elemento a voluntad.

Oh viento, escucha mi súplica,

Desde el sur, sopla tu replica.

El viento se alzó, sacudiéndole el cabello y levantando la vela lánguida. Los hombres yahabían llegado a la orilla del agua. Se sumergieron sin vacilación y nadaron hacia el bote conbrazadas firmes. Salfe cogió un remo y se paró en la popa.

El nadador más fuerte alcanzó el bote. Antes que pudiera aferrar la borda, Salfe lo golpeó en lacabeza, e hizo lo mismo con el hombre que venía tras él.

Lilette empezó la segunda ronda y el viento sopló una ráfaga, llenando las velas. El boteavanzó, pero ya había hombres en los otros botes, y había más nadando hacia ellos. Salfeagitó el remo, golpeando cualquier mano que sujetara la borda.

En la tercera ronda, el bote se impulsó hacia delante. Ya habían rebasado a los nadadores,momentos antes de alcanzar mar abierto. Repentinamente una mano se extendió, se apoderóde la muñeca de Lilette y la jaló hacia atrás. Gritando, se sujetó de los costados del bote y sevio cara a cara con el hermano de Salfe, Quo, que tenía el cuerpo mitad afuera del agua.

Retrajo el puño y lo golpeó en el rostro, pero él se apartó, le sujetó la otra mano y se arrojó porel otro lado del bote.

—¡Quo! ¡No! —gritó Salfe detrás de ella.

Lilette también cayó por la borda, e impactó de cara contra el agua. Cuando resurgió, Quo laempujó hacia el bote más próximo.

Intentó volver a sumergirse, pero él le sujetó el brazo. Ella se tragó una bocanada de agua ytosió violentamente. En momentos, se vio rodeada por un puñado de los otros hijos de Bian,todos separándola de su libertad.

Se encontró los ojos de Quo. —¿Por qué haces esto?

Su expresión no cambió. —Yo honro a mi padre. —Escupió en la dirección de Salfe—. Comomi hermano debería.

Salfe estaba parado solo en el bote de Lilette, con el rostro exangüe, el remo apretado en lasmanos. No tenía oportunidad contra tantos.

La levantaron hacia el bote y la depositaron a pies de Bian. Lucía como Salfe… ambos teníangrandes ojos oscuros y rasgos atractivos.

Lilette se quedó tirada jadeando, antes de levantarse temblorosa. Enderezó los hombros y

Page 28: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

miró a Bian directamente a los ojos. —Déjame ir.

Sus fosas nasales se inflamaron antes de abofetearla. Ella jadeó conmocionada y casi secayó, consiguiendo estabilizarse en el último momento. Respiró hondo y se armó de valor,luego se enderezó y lo fulminó con la mirada. —No vuelvas a tocarme.

Él ladró una risa, y algunas de las chispas de furia en sus ojos se enfriaron. —Tanta pasiónhará difícil manejarte durante los primeros años, pero unos cuantos niños en tu vientretranquilizarán tu temperamento.

Muy en el fondo, Lilette empezó a temblar. —Nunca volverás a tocarme.

Él gruñó. —No sabes lo que quieres. —Su tono se suavizó—. Seré bueno para ti, y aprenderása ser una buena esposa. Y a cambio, me darás hijas con tu poder.

Apretó los dientes y le disparó a Quo una mirada de absoluto odio. Era inútil discutir con Bian.Aguardaría hasta que otra oportunidad de escapar se presentara, pero ¿qué pasaría conSalfe?

Cerrando los ojos, Bian respiró hondo y se giró hacia su hijo mayor. —Hijo, me hastraicionado.

Salfe se removió. —La amo.

Lilette acalló un jadeo. Salfe había arriesgado demasiado por ella… no lo humillaría dandoalguna indicación de que no le correspondía ese amor. Especialmente no enfrente de su padrey hermanos.

Bian hizo un sonido bajo con la garganta. —Hemos hablado de esto.

Lilette sintió que su máscara de frialdad se caía. ¿Salfe había hablado a su padre sobrecasarse con ella? ¿Había sido uno de los que habían ofertado por ella? Observó las sombrasdel rostro de su amigo y vio la verdad. Pensó en toda la amabilidad que Salfe le habíamostrado. Cuando había llegado, la había defendido cuando los otros niños se habían burladode ella por su piel “blanca como gusanos”. La había ayudado con las palabras cuando teníaproblemas con el lenguaje desarticulado de los harshenos. Durante el último año, suamabilidad había incrementado.

Fa lo había observado marcharse una noche, mientras se frotaba el estómago por todas lasfrutas y nueces tostadas que Salfe había traído. —Es un buen chico —dijo Fa, con la vozteñida de tristeza—. Que mal que nunca tendrá lo que quiere.

Lilette había hecho una mueca, pero no había disentido. Fiel a su promesa de mucho tiempoatrás, nunca había permitido que Salfe atravesara las barreras de su corazón. Y ahora lolamentaba. Deseaba alcanzarlo, disculparse, pero eso sólo lo humillaría. Así que se quedó ensilencio.

—Eliges a tus esposas en el orden incorrecto —dijo Bian—. La progenie viene primero, la joyaal último.

Lilette tuvo que resistir la urgencia de estrangular a Bian. Nunca seré su joya, se prometió unay otra vez.

Page 29: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—No me rendiré con ella —dijo Salfe, la voz baja y temblorosa de ira… tan diferente del chicotravieso al que siempre había conocido.

La cabeza de Bian bajó y se quedó en silencio durante un rato largo. —Muy bien. Me hastraicionado y no das muestras de arrepentimiento. Te habría dado todo lo que tengo, el legadoque he construido mi vida entera habría sido tuyo; pero renegaste de todo y me lo arrojaste a lacara porque quisiste la única cosa que no voy a compartir.

—¡No soy tuya para que me compartas! —gritó Lilette e hizo el intento de saltar al agua. PeroQuo y sus hermanos estaban allí, y le sujetaron los brazos para retenerla. Ella miró los ojos deBian y no vio a un monstruo… sólo a un hombre que creía estar haciendo lo mejor para ella. Yeso lo hacía incluso más peligroso—. Déjame ir —suplicó—. Déjame regresar a mi hogar.

—Este es tu hogar —dijo él bajito, acariciando el punto donde la había abofeteado antes—. Sitan sólo pudieras verlo. —Su voz aumentó de volumen—. No me dejaste opción, Salfe. Tedestierro de la isla durante un periodo de cinco años. Tal vez entonces te habrás convertido enla clase de hombre que pueda regresar con nosotros.

Salfe se echó hacia atrás como si lo hubieran abofeteado, y Lilette vio que la humedad brillabaen sus mejillas. Pero él no suplicó, simplemente levantó el ancla y la dejó en la cubierta.Mientras el bote empezaba a alejarse, inclinó la cabeza. —Lo siento, Li.

La mano de Lilette se hundió en su bolsillo, donde sintió la dura forma de la peineta de fénix.Respiró hondo para calmarse. Cualquier daño que pudiera haber causado al revelarse comouna Bruja ya se había hecho. Ahora mismo, podía utilizar su voz para ayudar a un amigo, asíque cantó. Salfe se giró para ver cómo el viento llenaba su vela, luego volteó a verla. Levantóun brazo en despedida.

Lilette cantó mientras la conducían de vuelta a la costa. Cantó mientras los hombres enfilabande regreso a la aldea. Cantó mientras Pan venía corriendo desde su choza, con oscurasacusaciones en sus ojos brillantes. Y todo el tiempo, Bian la observó, con absoluta maravillaen la mirada.

Pronto, sonó llanto de una de sus chozas; la madre de Salfe llorando por el hijo que habíaperdido. La mirada de Bian se nubló. Asignó a dos de sus hijos para que vigilaran a Lilette yavanzó trabajosamente hacia la choza.

Lilette cantó al viento mientras el mundo tomaba lentamente sus colores, se iluminaba delnegro amatista al gris lavanda y luego al azul cuando el sol se asomó sobre el océano,cegándola con su brillo. Sólo entonces su voz se disipó en la nada.

El fin

Page 30: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La historia de Lilette continua.

Sigue leyendo…

WITCH FALL

Witch Song #3

Amber Argyle

Sinopsis

Con la magia de sus canciones, las Brujas controlan las estaciones, las tormentas e incluso elmar. Seguras en su supremacía, han olvidado la inigualable destructividad de la humanidad.El mundo ha comenzado a codiciar su poder, a verlas como armas que deben ser controladasen lugar de gobernantes dignas de obediencia.

Nacida de Brujas, pero criada entre sus enemigos, Lilette busca una forma de cerrar el abismoentre la humanidad y las Brujas. Pero podría ser demasiado tarde para salvar a cualquiera,porque si algo ha llegado Lilette a saber con certeza, es que todas las cosas caen.

Capítulo 1Traducido por Azhreik

Lilette dejó la isla tal como llegó, en medio de una oleada de sufrimiento y muerte. ~Jolin

Lilette levantó las manos por sobre la cabeza y saltó del risco. Con los ojos cerrados, sedeleitó en la sensación de caer. Cortó a través del agua fría en el fondo de la cascada, ypataleó hasta llegar a la superficie.

Allí, se detuvo. Todo lucía diferente desde allí abajo. El agua capturaba la penetrante luz solar,y la convertía en haces oblicuos de turquesa. Las figuras de las otras chicas en la ladera erantemblorosas e insustanciales; como si fueran meros reflejos en lugar de carne y hueso. Era

Page 31: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

como mirar al mundo exterior a través de un espejo. Pero ¿cuál era el real y cuál el reflejo?

Lilette deseó no tener que regresar, que pudiera estirar este momento bajo el agua fría por laeternidad; pero sus pulmones empezaron a gritar por aire.

Escaparé a mi destino, se prometió. Le había tomado casi dos semanas reunir suficienteshierbas del sueño para drogar a la familia de Bian. Esta noche, dos días antes de su boda,pondría las hierbas en la comida. Después que todos estuvieran profundamente dormidos,reuniría sus pertenencias y se escabulliría.

Los pies de Lilette se impulsaron en las rocas. Nadó hacia arriba y emergió a la superficie parainhalar una bocanada jadeante.

Pan estaba parada en el borde del risco, con los brazos cruzados sobre el pecho. —Vamos, Li.Las demás quieren regresar ya.

Sus palabras tenían un borde afilado y duro, que hizo a Lilette encogerse internamente. Mirório abajo y sintió la repentina urgencia de alejarse nadando e introducirse en la selva,evadiendo a Bian y a sus hijos mientras reunía suficientes suministros para sobrevivir el largoviaje de una semana en el mar. Después de eso, tendría que robar un bote, y entonces erasimplemente una cuestión de navegar guiándose por la luz de las estrellas.

Simple, en realidad.

—¿Crees que nos enviaron aquí solas? —preguntó Pan como adivinando los pensamientosde Lilette.

Por supuesto que no, musitó Lilette amargamente. Después de su último intento de escape, élla había mantenido custodiada día y noche.

—Los llamaré si es necesario —continuó Pan, con la voz plana.

Lilette no sólo había perdido a Salfe esa noche. También había perdido a su única otra amiga,porque Pan dejo muy claro que nunca perdonaría a Lilette por causar el exilio de su hermano.

—Vamos —dijo Pan—. Necesito practicar arreglarte el cabello.

Lilette permitió que el peso de su cuerpo volviera a sumergirla y nadó hacia el borde delestanque. Se impulsó para salir del agua, sus piernas desnudas mostraban su palidezmientras sus manos y pies encontraban las grietas para trepar el risco.

En la cima, Pan la estaba esperando. —Así es como son las cosas para una mujer, Li. Con Famuerto, el Señor de la aldea decide con quién te casas. Si simplemente lo aceptaras, podríasser feliz.

Lilette hizo una mueca ante la mención de Fa. El sol ni siquiera se había puesto el día de lamuerte de su padre adoptivo antes que el Señor de la aldea anunciara que ella se casaría conél. —Si realmente crees que podría ser feliz con Bian, es que no me conoces en absoluto.

—Él nunca les grita a mi madre o mis titas —replicó Pan como si le hablara a una niñapequeña—. Y juega con sus hijas casi tanto como con sus hijos.

Page 32: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette conocía algo mejor. Había nacido en un mundo donde las mujeres gobernaban porqueeran las que poseían magia; pero eso era a océanos y una vida de distancia de las islasharshenas.

Enterró la creciente furia en lo profundo de su vientre. En la oscuridad que siguió a la muertede sus padres, Pan se había sentado con ella, le había traído conchas rosas iridiscentes y lehabía cepillado el cabello. Al pasar de los años, mientras Lilette anhelaba ir a casa con suhermana mayor, Pan la había obligado a salir de la choza y traído a este mismo estanque.

Lilette creía haber encerrado su corazón para que estuviera a salvo; pero si eso fuera verdad,¿por qué la frialdad de Pan y el exilio de Salfe dolían tanto?

El agua había transformado el cabello de Pan, normalmente ensortijado, en unos rizosesplendidos. Lilette vaciló y entonces estiró la mano y jaló uno, con una sonrisa triste en loslabios cuando el rizo volvió a su posición normal. —Nunca más vendremos a nadar aquí.

Pan apartó su mano. —No todo cambia sólo porque te conviertas en una esposa.

—Todo cambia. —Lilette observó los tonos del agua, como gemas, esperando ver reflejado unfuturo diferente.

Pan pareció suavizarse. —¿Es tan malo, casarse con mi padre?

Las manos de Lilette se curvaron en puños. No iba a casarse con Bian. Por las Creadoras, queescaparía esta noche. Regresaría a su tierra natal y a la hermana que esperaba por ella.Temerosa de que sus ojos pudieran traicionarla, evitó la mirada de Pan y respiró hondo.Tendría una mejor oportunidad de escapar si Pan bajaba la guardia. —Tal vez tienes razón.Tal vez no sea tan malo.

Lilette se puso la túnica y los pantalones sueltos que Bian le había dado. Permitió a una partemuy pequeña de si misma disfrutar la ropa de gala. La túnica colgaba hasta la pantorrilla, conuna abertura a un costado que le llegaba hasta el muslo. Ató la faja plisada de seda alrededorde su cintura y se colocó un broche de jade al frente. A diferencia de su ropa casera dealgodón, que tenía nudos y protuberancias por el huso de mano, esta era seda, tan suave queera como vestir aceite maleable. Tanto la bata como la túnica eran de un azul fuerte. Lilette nohabía vestido colores desde que había arribado a la isla ocho años antes. Ella y Fa nunca sehabían podido permitir algodón teñido… mucho menos seda.

Había olvidado lo que se sentía vestir algo que no le causara escozor en las axilas. Pasó lamano a lo largo de su estómago, recordando los armarios de ropa fina que una vez habíatenido. Como siempre, forzó a desaparecer los recuerdos de su vida anterior, sorprendida deque alguno todavía apareciera.

Se colocó sus sandalias finamente elaboradas. El suspiro de Pan poseía una pizca de envidia.—Fue muy generoso con tu precio de novia.

A nadie parecía importarle que Bian fuera lo bastante mayor para ser el padre de Lilette, queya tenía tres esposas y docenas de hijos. Todo lo que importaba era que la había inundado deropas fabulosas, broches, y anillos titilantes; lo que sólo logró que sus esposas la odiaran. Elhecho de que Lilette no quisiera los regalos o la atención sólo parecía hacer que la odiaranaún más.

Page 33: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Pan miró a Lilette arriba y abajo. Estiró la mano, y la detuvo a centímetros de tocar la fina seda,antes de dejar caer la mano. —Siéntate.

Lilette se sentó con cautela en una roca grande que Pan había cubierto con hojas de palmerapara proteger su ropa. Estudió a las otras chicas, las hermanas menores de Pan. Las sietecharlaban felizmente mientras se trenzaban flores en el cabello unas a otras. Todas separecían, con su piel más oscura, el cabello negro rizado y ojos risueños almendrados… muydiferentes de la piel dorada de Lilette, su cabello pálido y los brillantes ojos turquesa.

Los rápidos dedos de Pan untaron aceites aromáticos en el cabello de Lilette antes de jalarcon el peine los nudos, con mayor fuerza de la necesaria. —Tu cabello es tan delgado —sequejó Pan mientras ataba el cabello de Lilette en complicados rollos y moños. Le puso tresorquídeas, el símbolo de la fertilidad, detrás de la oreja. Lilette rozó los pétalos con los dedos,resistiendo la urgencia de arrancarse las flores del cabello.

La hermana que seguía en edad a Pan, se arrodilló junto a ella y las observó tímidamente. —Canta para nosotras, Tita —dijo.

Lilette reprimió una mueca al ser llamada Tita. Estudió el montón de chicas que serían sushijastras si fallaba en escapar esa noche. Imaginó los ojos oscuros de Bian observándola,poseyéndola, y entonces se estremeció.

Lilette respiró hondo y cantó una de las canciones de Fa.

En las profundidades del arroyo debes verter

Nostalgia y soledad, dolor y que más,

Oportunidades perdidas que pasaron ya.

Errores y dolores, déjalos volar

Al arroyo, para olvidar.

El mundo que rodeaba a Lilette se quedó quieto, esperando algo más, pero no había cantadolas palabras en el lenguaje de las Creadoras; el lenguaje del poder. Había enterrado elconocimiento de ese lenguaje a tanta profundidad, que sólo recordaba una canción, y esorecientemente.

Cuando la última nota desapareció, los elementos lentamente volvieron a dormir. En elsilencio que siguió, Lilette toqueteó el fénix de la peineta que Salfe le había regalado. Era laúnica cosa de valor que realmente le pertenecía. La única cosa que se llevaría cuandoescapara.

Pan le apartó la peineta de los dedos y la acomodó en el cabello de Lilette. —No está derecha—murmuró y la removió. La peineta salió de un tirón, llevándose algo del cabello de Lilette conella. Jadeó y se giró para mirar a Pan. Ante la expresión en el rostro de su amiga, las palabrasque podría haber dicho se congelaron en su garganta. Siguió la mirada de Pan para ver a un

Page 34: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

hombre que las observaba desde las sombras… probablemente Quo, uno de los muchoshermanos de Pan.

Pero en lugar de huir avergonzado por haber sido atrapado observando a las mujeresnadando, se levantó lentamente. Lilette inhaló para amenazarlo con decirle a Bian, pero elhombre salió a la luz. Lilette no lo reconoció, lo que era imposible. Conocía a todos en supequeña isla.

—Hola, Lilette.

Su boca se abrió en un jadeo insonoro. Había hablado en su lengua nativa: kalarian, y habíausado su nombre completo. Nadie la había llamado así en ocho años.

Se puso de pie y analizó su cabello oscuro atado en una coleta, los rasgos delgados y la bocaancha; pero fue la postura en la que se paraba, la armadura de cuero tachonado de bronce, loque lo delató. Se dio cuenta con un sobresalto que conocía a este hombre.

Chen había venido a matarla, igual que su padre había matado a los padres de ella. El miedoque había estado entumecido desde hacía mucho dentro de Lilette, rugió a la vida, y el airepareció delgado y tembloroso. —No puede ser.

—¿Quién eres tú? —La voz de Pan salió como susurro.

¿Dónde estaban los hijos de Bian? Lilette repentinamente tuvo miedo por ellos. Serían peorque inútiles contra Chen.

—¿Quo? ¿Zu? ¿Ji? —llamó Pan. Cuando no respondieron, su rostro palideció y se aclaró lagarganta—. ¿Qué quieres?

—Ha venido a asesinarme —respondió Lilette.

Las cejas de Chen se fruncieron al girarse hacia ella. —¿Asesinarte? No. Te convertirás en miconcubina.

Lilette entrecerró los ojos. —No te creo.

Pan sacó pecho en una muestra de bravuconería. —No puedes tenerla. Ya estácomprometida.

Lilette descansó la mano en el hombro de Pan en advertencia.

—Sí —acordó Chen—. Hace mucho tiempo. —Hizo un movimiento con una mano. Docenasde hombres salieron de las sombras de la selva, la fuerte luz solar del medio día reveló susarmaduras de cuero reforzadas con tachonaduras de bronce. Cada hombre portaba dosespadas largas en la cintura o cruzadas en la espalda. Algunos cargaban alabardas[1], lasinfames espadas que representaban una media luna. Los hombres fuertemente armadosbloquearon el camino de regreso a la aldea.

Lilette y las otras hicieron el intento de sumergirse en el estanque, pero aparecieron soldadosen la base del risco. Estaban rodeadas.

—¡Quo! ¡Ji! ¡Zu! —Pan gritó por sus hermanos, esta vez su voz estaba llena de miedo en lugar

Page 35: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

de súplica.

—¿Los buscas a ellos? —Ante un gesto de Chen, los soldados trajeron a tres chicos que casieran hombres. Cada uno estaba atado y amordazado, los ojos llenos de miedo. La mejilla deQuo estaba hinchada y su rostro sanguinolento.

Chen miró a Lilette arriba y abajo. —Esto no va a ser tan arduo como pensé.

Ella conocía de primera mano la crueldad de este hombre. Si no hacía algo pronto, todosmorirían. —Déjalos ir.

Él levantó una ceja. —¿Me estás dando una orden?

Ella tragó. —Si lo que dices es cierto… si realmente tienes la intención de convertirme en tuconcubina, iré tranquilamente.

Chen miró enfáticamente a los hombres que rodeaban a las mujeres. —Vendrás de todasformas.

La mano de Lilette serpenteó para sacar el cuchillo de Pan de su funda. Sostuvo la hoja contrasu garganta, esperando contra toda esperanza, que él hubiera dicho la verdad antes y notuviera la intención de matarla.

Algo de la presunción abandonó el rostro de Chen. —No usarás eso.

Lilette presionó y la punta se enterró en su piel. Su carne se abrió y el metal empezó aintroducirse en la piel. La sangre le corrió por el cuello y empapó su hermosa túnica.

—¡Chen! —dijo uno de los soldados, un hombre con una cicatriz que se originaba en una orejadeformada y cruzaba su mejilla hasta llegarle a la nariz.

Chen estiró la mano hacia Lilette, con la palma extendida, y habló a sus hombres. —Déjenlasir. No las necesito.

Los ojos de Pan parecían enormes en su rostro pálido. —Li…

—De todas formas me llevarán con ellos —susurró Lilette—. ¡Sólo váyanse! No miren atrás.

Pan observó a los soldados con sus espadas y lanzas. En su puño, aun sujetaba la peineta deLilette. Con las manos temblorosas, Pan dio un paso al frente y deslizó suavemente la peinetaen su lugar. Con los labios junto a la oreja de Lilette, susurró: —Enviaré a mi padre y a losotros hombres tras de ti.

—¡No! —siseó Lilette, pero Pan ya estaba arreando a sus hermanas hacia una abertura quelos soldados habían creado, mientras sus miradas desapasionadas observaban a las chicaspasar.

—También los chicos. —La voz de Lilette se quebró.

La mirada de Chen se oscureció, y Lilette supo que pagaría caro por su libertad. Después deun momento, él asintió. Los hijos de Bian fueron tambaleantes tras sus hermanas.

Page 36: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Sólo cuando todos estuvieron del otro lado de los soldados, Pan miró atrás.

—No —articuló Lilette.

Pan empujó a sus hermanas para que avanzaran. —¡Corran!

Un horror enfermizo atenazó el estómago de Lilette cuando se dio cuenta que probablementenunca volvería a ver a Pan. Consideró utilizar el cuchillo. Podría ser un destino más agradableque el que le esperaba, pero los soldados ya estaban rodeándola, y el cuchillo fue arrancadode su mano por el soldado de la cicatriz.

Chen llegó a pararse junto a ella. Cuando no hizo movimiento alguno para matarla, se pusoflácida por el alivio. —¿Por qué? —tartamudeó ella.

Sus ojos oscuros se fijaron en los suyos. —Porque nuestras hijas tendrán tu poder.

El sabor metálico del miedo llenó la boca de Lilette. Cuando había orado al Dragón del Solque la librara de casarse con Bian, debió haber sido más específica.

—¿Por qué no cantas? —preguntó Chen—. Se rumoreaba que eras lo bastante fuerte.

Se dio cuenta que él lo había estado esperando… incluso la ponía a prueba. Se rehusó aencontrar su mirada, pero el pensamiento no se le había ocurrido siquiera. Registró su menteen busca de las palabras del lenguaje de las Creadoras, el lenguaje del poder. Pero sólorecordó una canción, y era inútil contra estos hombres.

Las cejas de él se elevaron. —Lo has olvidado, ¿no es cierto?

Ella lo fulminó con la mirada, odiando las lágrimas de frustración en sus ojos.

Chen se giró y empezó a alejarse. —Formación.

Los soldados se acomodaron en formación a su alrededor, pero ninguno se movió paratocarla. Empezaron a marchar, forzando a Lilette a moverse con ellos. Ella continuóexprimiendo su cerebro en busca de una canción más, cualquier canción, pero habíaenterrado sus recuerdos a demasiada profundidad durante demasiado tiempo.

El denso follaje bloqueaba el sol, lo que dejaba poca luz para que crecieran malezas, así quecuando las plantas alrededor de Lilette empezaron a espesarse y los hombres tuvieron quecortarlas con sus espadas, ella supo que estaban cerca del límite de la selva. Y al final de laselva estaba el océano.

El suelo duro se convirtió en blando y arenoso antes que salieran de la selva hacia la luz ycalor opresivos. Había un zhou[2] anclado en la costa. Fácilmente era cinco veces más grandeque el bote de pesca más grande de la aldea, con tres amplias velas y docenas de hombres encubierta.

Lilette sabía qué destino le esperaba una vez estuviera a bordo. Intentó escapar por entre dossoldados. Uno la capturó, con firme agarre mientras la empujaba en mitad del grupo. Ella segiró y lo intentó de nuevo. Otro soldado la capturó con facilidad y la forzó a regresar al centro.

Envalentonada por su cuidado con ella, Lilette se disparó hacia el soldado de la cicatriz y lo

Page 37: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

pateó con toda su fuerza. Esperaba que él se tambaleara, pero absorbió el impacto, y el golpepareció lastimarla más a ella que a él. La sujetó por la cintura y la sostuvo con firmeza. Ella legolpeó repetidamente el pecho.

La formación se detuvo. Mientras Chen observaba, dos soldados la cogieron de las muñecas yla ataron con cuerdas suaves. Las flores en su cabello se habían soltado, le colgaban sobre lamejilla, y su olor dulce casi la hizo tener arcadas.

Chen de nuevo se las acomodó con cuidado tras la oreja. —Si no tienes cuidado —dijodesapasionado—, te vas a lastimar tú sola.

Retrocedió y regresó a su lugar al frente. —No podemos permitirnos ninguna demora —dijo,casi en disculpa—. Lucha más y te ataremos los pies y te cargaremos. ¿Entendido?

La herida en su cuello había vuelto a abrirse, y la sangre le corría por el cuello y pecho,haciendo que su túnica se pegara a su cuerpo. Ella asintió mareada, y Chen le mostró unapequeña sonrisa. —Buena chica.

Se giró hacia el soldado de la cicatriz. —Llévala al bote.

El hombre la tomó por el hombro y la arrastró por la playa hasta un botecito de remos quehabía sido remolcado a la playa. Él la metió en el bote con facilidad. Ella lo miró a los ojos y sesorprendió de encontrar una pizca de compasión. —Por favor. —No me hagas esto, déjame ir.

Su mirada se oscureció y se giró. Algo silbó al atravesar el aire y aterrizó con un golpe sordojunto a los pies del hombre.

Lilette casi gritó con alegría de ver un arpón agitándose en el suelo. Sabía que el arpón habíasido una advertencia… los hombres de su aldea fácilmente podían empalar un pez desdeveinte brazadas de distancia.

—¡Formación falange! —ordenó Chen.

Los soldados que habían entrado al bote, volvieron a salir de un salto y avanzaron a zancadas,con las lanzas empuñadas al frente. Los hombres de su aldea salieron lentamente de la selva.Bian estaba entre ellos, igual que Quo, ahora su ojo estaba completamente hinchado ycerrado. Los hombres traían arpones y cuchillos largos atados a la cintura.

Los dos grupos se evaluaron el uno al otro. Los aldeanos de Lilette eran muchos más queestos hombres, pero incluso ella sabía que pescadores contra soldados entrenados no eranbuen pronóstico.

Bian avanzó un paso. Su cabello estaba veteado de gris, su piel marchitada por el mar, peroaún se manejaba como un hombre joven. —¿Quiénes son ustedes, y por qué se han llevado ami esposa?

Chen rebuscó en su armadura y sacó una bolsita de cordones, que arrojó a los pies de Bian.—Para compensarte por el precio de la novia.

Lentamente, Bian se inclinó y levantó la bolsa abultada. La abrió y sus ojos se ampliaron. Unode los ancianos dijo algo y Bian le pasó la bolsa.

Page 38: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Otro aldeano gritó: —No puedes comprar la esposa de otro hombre.

Chen inclinó la cabeza a un lado. —Ella no es una esposa hasta que el matrimonio se hayaconsumado. Hasta entonces, el contrato puede comprarlo otro.

¿Cómo podía Chen saber tanto sobre su compromiso?

Bian estudió a los soldados que rodeaban a Lilette. —Por ley, no puedes llevártela si yo noestoy de acuerdo con el intercambio.

Chen levantó sus espadas. —Si deseas morir, entonces ven e intenta llevártela.

El soldado de la cicatriz se acercó más a Chen y dijo bajito: —Si masacras a una aldea entera,habrá consecuencias, Chen.

—Recuerda tu lugar, hermanito —dijo Chen—. Estos pueblerinos no son amenaza paranosotros.

¿Hermano? La mirada de Lilette se disparó hacia el hombre de la cicatriz, buscando al niñoque había conocido. Para su completo asombro, lo encontró allí, en los ojos que una vezhabían sido gentiles y llenos de vida. Ahora sólo estaban vacíos.

—¿Han? —dijo bajito.

Él se estremeció, como si su nombre en labios de ella fuera completamente repulsivo. ¿Quédebía haberle pasado para convertirlo en esto? Él se sentaba junto a ella por horas,enseñándole pacientemente cómo hablar harsheno para que no estuviera tan sola.

Lilette cerró los ojos. Sabía quiénes eran estos hombres. —Deja que me lleven Bian. Si no,todos serán asesinados.

Chen respiró hondo y dijo en voz alta: —Escúchala, pescador, porque el sendero que pisas esestrecho como espada.

Bian la observó, con llano arrepentimiento en el rostro. —Nos subestimas, Lilette. He esperadodemasiado tiempo para dejarte ir ahora.

Chen hizo un sonido bajo con la garganta. —Créeme cuando te digo que yo he esperado más.No estoy aquí para regatear, pescador. Tomen el oro y sus vidas y váyanse.

Cuando Bian dudó, la voz de Han perforó el silencio. —Una viuda no tiene esposo.

Bian la miró fijamente, y Lilette vio que no renunciaría a ella. Lanzó la bolsa a los pies deChen. Ella jadeó ante las piezas de oro resplandeciente tiradas en la arena. —¡No, Bian! —gritó—. ¡Ellos son la élite!

Sus palabras evocaron una quietud mortal, porque incluso en su aldea aislada, la élite erafamosa por ser los soldados más entrenados del imperio. Eran ellos quienes custodiaban a lafamilia real.

Uno por uno, los aldeanos cayeron de rodillas, con las frentes presionadas contra la arena tresveces como signo de postración.

Page 39: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Sólo tenías que nombrarte, Heredero, y ella habría sido tuya. —La voz de Bian tembló.Finalmente entendía el peligro.

Chen lanzó una mirada a su hermano. —Ahora no tenemos opción. Ella les dijo quiénessomos.

Todo el miedo y la tensión escaparon de Lilette, reemplazados por un horror entumecedor.¿Su revelación había sentenciado a los aldeanos a muerte? —¡No! —gritó. Se arrojó haciaChen, determinada a detenerlo de alguna forma.

Han la cogió por la cintura, apretándola férreamente con los brazos, sin importar cuánto serevolvió ella. —Chen, es asesinato —dijo él.

—Si no puedes soportarlo, llévala al barco —gruñó Chen mientras desenfundaba susespadas. Le dio la espalda a Han para dirigirse a la élite—. Asegúrense de que nadie escape.Si fallamos, nos arriesgamos a una guerra.

Con eso, avanzaron a zancadas hacia los aldeanos. La mayoría recogieron sus armas tiradasy se levantaron del suelo, pero unos pocos continuaron postrados.

—Chen, ¡Déjalos en paz! —gritó Lilette.

Han la arrojó al bote. Ella intentó volver a salir, pero él le bloqueó el camino. —No puedesdetenerlo. Sólo lo empeorarás para ellos.

Al escuchar los gritos de muerte de los aldeanos, sintió que sus ganas de pelear se drenaban.—Por favor —gritó mientras la élite se abría paso entre los aldeanos.

Con los músculos tirantes, Han empujó el bote al agua y se subió después. Liletteautomáticamente se inclinó al otro lado para evitar que la embarcación se volcara. Tarde sedio cuenta que debió haber dejado que zozobrara.

Chen había alcanzado a Bian. Evitó fácilmente la embestida del arpón de Bian y pivotó, y suespada alcanzó carne. Los ojos de Bian se abrieron en sorpresa, y se tambaleó. Chen sacó laespada y la enterró en el corazón de Bian, que cayó a la playa, sin vida.

Lilette pensó en las esposas del que habría sido su esposo. Todos esos niños; principalmentePan; y su corazón gritó de angustia.

Quo gritó de rabia y lanzó su arpón. Chen se inclinó, y el arpón rebotó sin daño en suarmadura reforzada. Entonces se lanzó hacia delante e incluso a esa distancia, Lilette pudover el miedo en el rostro de Quo, miedo mientras se giraba para huir. Chen lo alcanzó y leenterró la espada en la espalda.

Han tomó el rostro de Lilette firmemente entre el pulgar y los otros dedos de su mano masiva.Ella miró esos ojos oscuros y vacíos. —Túmbate en el fondo del bote y cúbrete los oídos —ledijo.

Tal vez era cobardía, tal vez era debilidad, pero Lilette hizo lo que le dijo. Presionó los puñoscontra sus oídos para bloquear el sonido de los aldeanos moribundos.

Page 40: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Capítulo 2Traducido por Azhreik

Lilette odiaba las orquídeas. Nunca se me ocurrió preguntarle por qué. ~Jolin

Bajo cubierta, la nave había sido dividida en compartimentos con cortinas de seda. El cascoera abombado en el centro y curvado hacia el centro de la cubierta flotante. Lilette se habíahecho un ovillo en la esquina más alejada de la popa, con las orquídeas colgando lánguidasjunto a su cabeza. Tenía los brazos fuertemente apretados sobre las piernas, mientrasintentaba olvidar las imágenes del asesinato de Bian. La sangre, los horribles sonidos de lamasacre. Todo porque ella había dicho que los hombres eran la élite.

Podía escuchar a los soldados abordando, sus botas resonaban en la cubierta sobre ella.Estaba sola, excepto por Han, pero sabía que sólo sería cuestión de tiempo antes que Chenviniera a ver su premio.

En Harshen había docenas de islas feudales de diferentes tamaños, cada una con su propionombre y señor. Pero todos los feudos pagaban tributo al Emperador. Chen llevaría a Lilette ala isla capital, Harshen, a la ciudad imperial de Rinnish. Y una vez estuviera allí, Chen nuncale permitiría volver con sus compañeras Brujas, con su hermana. Nunca dejaría que Lilette seconvirtiera en lo que siempre había estado destinada a ser. El futuro que había soñado yluchado por tener su vida entera se había hecho pedazos, como piedras diseminadas sobre lasuperficie de espejo de un estanque.

El barco crujió cuando las velas atraparon viento. Los intervalos entre las olas se hicieron máscortos, lo que indicaba que la embarcación estaba tomando velocidad. Lilette finalmente habíaabandonado la isla de Calden, pero no había escapado.

Chen bajaría pronto. El pensamiento de lo que le haría, hizo que se meciera adelante y atrás,para evitar quebrarse.

Han se acuclilló frente a ella, la observó, la estudió. Finalmente, ella respiró hondo y se forzó aencontrar su mirada. Los ojos de él se dirigieron a la humedad en sus mejillas. —A veces esnecesaria una caída para cambiar nuestra senda. —La tomó de ambos brazos y la enderezó—. Se te ha puesto en esta senda, Lilette. No hay vuelta atrás, así que bien podrías levantartey ser fuerte. Haz lo que debe hacerse.

Hasta hoy, había pasado mucho tiempo desde que alguien la había llamado Lilette. Lamayoría de harshenos no podían pronunciar su nombre; pertenecía a otra vida, a otra persona.—Me han arrebatado todo… de nuevo —dijo bajito.

—Reconstruiste una vida una vez. Eres lo bastante fuerte para hacerlo de nuevo.

Una vida construida alrededor de encontrar el camino a casa. Eso no había cambiado.Escaparía a esto. Encontraría el camino hacia su hermana. Y haría pagar a Chen. Fulminó con

Page 41: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

la mirada a Han. —No sabes nada sobre mí, ya no.

Las comisuras de sus labios temblaron, como si estuviera combatiendo una sonrisa. —Luchalas batallas que puedas ganar. Retírate de las que no puedas.

—¿Y si no puedo retirarme?

Él le quitó las flores del cabello y las arrojó a un lado. —Entonces te rindes con dignidad. —Sumirada sostuvo la de Lilette, y durante el momento más breve, el vacío retrocedió, y sus ojosestuvieron llenos de tal profundidad y claridad, que el temblor de ella empezó a aquietarsedesde su interior.

—¿Qué te sucedió? —Lilette consiguió aclararse lo que se sentía como una roca alojada ensu garganta. Ella y Han habían jugado en los jardines por horas, alimentado a los animalesexóticos en el recinto cercado y ocultado de sus madres entre las paredes llenas de inciensodel templo.

Así como así, el vacío regresó a sus ojos. —Recuerda lo que dije. —Han se alejó de ellamomentos antes que la cortina se abriera.

Chen se acercó a un armario y sacó una botella y una copa de marfil ornamentada. Llenó lacopa hasta el borde y se la bebió de un trago.

Han se acercó a su hermano e hizo un gesto hacia Calden. —Eso estuvo mal ejecutado.

Chen se sirvió otra copa, se la bebió, y volvió a servirse otra. —No se pudo evitar —replicó,entonces se limpió los labios con el antebrazo. Su piel y cabello brillaban con gotas de agua,como si se hubiera lavado. Con copa en mano, se acercó y examinó a Lilette.

Ella canalizó toda su furia en su mirada, con la esperanza que él pudiera leer su promesasilenciosa de matarlo.

Él se rio entre dientes secamente. —Veo que me recuerdas.

¡Como si pudiera olvidar al hombre que había asesinado a sus padres! Incluso como niño dedoce, había sido despiadado. Y ahora finalmente había venido por ella, dejando un rastro demuerte a su paso. —Eres un asesino.

La mandíbula de él se apretó. —Soy el Heredero Chen, hijo elegido del Emperador Nis, habloen nombre del Dragón del Sol. —Su mirada poseía una advertencia—. Y si soy un asesino, esvoluntad del Dragón del Sol que sea así.

Ella se desenredó del suelo y se elevó a su altura completa, que era casi la misma que la deél. —Y yo soy Lilette, hija de Lellan. Una Guardiana de los reinos y los dioses.

Él no respondió, en su lugar se cruzó de brazos y agitó el líquido en su copa. —No hubosobrevivientes en el naufragio del barco que quemaste, y aun así aquí estás. Viva cuandotodos los demás están muertos. —Dio otro sorbo—. Y entonces revelaste a los aldeanosquiénes éramos, lo que me forzó a matarlos. Así que, dime Lilette, ¿quién tiene más sangre enlas manos?

Se arrojó hacia él, pero Han la retuvo. Ella levantó la rodilla y casi golpeó a Han entre las

Page 42: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

piernas, pero él se retorció y evitó el golpe por poco. Sus brazos eran como barras de hierro.

Ella dejó de luchar. —¿Cómo me encontraste?

La imagen de la tranquilidad, Chen la observó. —¿Cómo sobreviviste cuando nadie máspudo?

La culpa la atravesó. Sólo había permanecido oculta tanto tiempo porque todos los demás sehabían quemado o ahogado. Pero si Chen podía rehusarse a responder sus preguntas, ellapodía rehusarse a contestar las suyas. —El Emperador sólo tiene que pedirlo, y podría tomarla mujer que él deseara —dijo Lilette—. No necesitabas matarlos.

—Me temo que la situación requería más discreción.

—¿Por qué? —preguntó furiosa.

La mirada oscura de Chen se encontró con la suya azul. —¿Qué crees que harían las Brujas sisupieran que tengo a una de las suyas?

A pesar de haberse lavado, aun había sangre en el pliegue junto a su nariz. —¿Qué quieresde mí? —Lilette preguntó finalmente.

Acercándose más, le levantó la mandíbula con un dedo, para examinarla. —Muchas cosas,pero en este caso, exactamente por lo que pagué. Serás una de mis concubinas.

La bilis le llegó a la garganta. —¡Nunca!

La ira cruzó el rostro de él, y se inclinó hacia delante, tan cerca que pudo oler el alcohol en sualiento. —Algo de resistencia es de esperarse… después de todo, te tomé por la fuerza. Peromi paciencia no llega muy lejos.

Si ser cautiva de Bian le había enseñado algo, era que el escape sólo sería posible siapaciguaba a sus captores con complacencia. Retrocedió, y Han la soltó.

—¿Así que en realidad no pretendes matarme?

La expresión dura en el rostro de Chen se suavizó. —No tienes por qué temer. Cuido bien delas cosas que me pertenecen. —Ella retrocedió hasta el casco cuando él avanzó a grandespasos hacia ella. Sabía que la besaría. Requirió toda su determinación quedarse lo más quietaposible mientras sus labios rozaban suavemente los suyos.

Él se apartó y el dorso de sus dedos acarició el cabello de Lilette. —Pálida como luz deestrellas, con ojos del color del océano más brillante.

—Hermano, este podría no ser el momento para cortejarla —dijo Han secamente—. Acaba deperder todo de su antigua vida.

Chen frunció el ceño. —Ah, sí. Mi hermano cobarde pide prudencia.

La expresión de Han era ilegible. Chen miró alrededor del pequeño espacio, sin duda,notando la hamaca de bambú y unos pocos almohadones de seda. Él se giró para estudiar aLilette, con la indecisión jugueteando en su rostro. Finalmente, asintió. —Con tu canción para

Page 43: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

impulsarnos, alcanzaremos la bahía por la mañana.

—Pero yo… te lo dije —tartamudeó—, he olvidado todas las canciones.

Chen levantó un dedo. —Pero has recordado una… justo la que necesito.

Lo miró con la boca abierta. —¿Cómo podrías saber eso? —El día que Fa estaba muriéndose,había recordado la canción para llamar al viento. Había utilizado esa canción para impulsar elbote hacia la costa para encontrar al curandero. No había sido suficiente para salvar a Fa.

Lilette no opuso resistencia cuando la condujo a la cubierta superior. Su mirada se vio atraídahacia su isla en la distancia, pero rápidamente apartó la vista.

Chen le tendió una copia de la canción… obviamente había venido preparado. Pero ella se lasabía. Era la única que recordaba.

Fue casi un alivio perderse en el canto, separarse del dolor y el horror de la última hora.Cuando el barco atravesó las olas a toda la velocidad que las velas podían resistir, se lallevaron de vuelta bajo cubierta.

Chen la observó… la había estado observando por horas. Lilette no estaba segura de cuántomás podría resistir la urgencia de intentar matarlo, sin importar el resultado.

Finalmente, él se alejó de espaldas, sin quitarle la vista de encima. —Verdaderamente eres lamujer más bendecida.

Y entonces finalmente se fue. Han se quedó un momento, mirando fijamente el suelo, antes deseguir a su hermano.

¿Bendecida? Acababa de ser forzada a salir de su hogar, sus aldeanos estaban muertos porintentar retenerla. Sus padres habían sido asesinados, y su hermana no estaba. ¿Cómo podíaChen llamarla bendecida cuando nunca volvería a verlos?

Sus padres habían muerto intentando escapar a este destino. Lilette se recostó contra la popa,luego se dejó caer hasta descansar la cabeza en sus rodillas encogidas.

***

La mañana siguiente, se despertó sabiendo que no estaba sola, que alguien la observaba.Con un jadeo, se enderezó en la hamaca para encontrar a Chen inclinado sobre ella. Uncolgante ámbar colgaba de su garganta. Estaba remachado en oro, un dragón del sol de ojosde esmeralda curvado a su alrededor.

Lilette estaba segura que no lo traía puesto ayer. Lentamente, se forzó a relajarse, paraaparentar docilidad.

—Eres muy hermosa. Tu piel… es tan dorada como el vino blanco y tan suave como la seda.—Él parecía estar esperando alguna clase de respuesta, pero todo en lo que ella podía pensar

Page 44: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

era que él finalmente se había lavado la sangre del lado de la nariz. ¿A cuántos hombreshabía matado aparte de Bian?

—La respuesta apropiada a un cumplido es “Gracias, Heredero, o Heredero Chen”. Cualquierhonorífico está bien. —Chen se enderezó y el colgante se acomodó en el hueco de sugarganta—. Debes ajustarte con mayor rapidez. No será tan duro cuando llegues al recinto ytengas sirvientes para atenderte y cosas hermosas que vestir.

Lilette parpadeó.

Él retrocedió un paso. —Levántate.

La única batalla que vale la pena ganar es esa por mi libertad, se recordó. En un barco llenode la élite y rodeado por el océano, no podía ganar. Moviéndose rígidamente, hizo lo que ledijo. Chen estiró la mano y la ayudó a bajar de la hamaca. Tuvo que forzarse a no retrocederante su toque.

Él hizo un gesto hacia un paquete que descansaba sobre el armario. —Hemos avistadoHarshen. Para medio día, habremos atracado en el puerto. Te he traído algo adecuado para tuposición. Una doncella te atenderá en breve. —Él esperó de nuevo. Cuando ella aun así nodijo nada, él respiró hondo como invocando su paciencia—. Te repito, un gracias seríaapropiado.

Ella detuvo las palabras que deseaba decir, aplastándolas entre los dientes. —Gracias,Heredero. —Su voz salió rasposa y baja.

Chen sacudió la cabeza. —Debes aprender modales antes de que pueda siquiera llevarte alpalacio. Apréndelos rápido. —Esperó de nuevo, con una ceja levantada.

Lilette controló su temperamento al imaginarse su cuchillo de hueso sobresaliendo del pechode él. —Lo haré, Heredero.

Él asintió, luciendo algo apaciguado. Retiró la cortina lo suficiente para revelar a una mujer demediana edad arrodillada, que portaba una expresión en blanco. —Prepárala para entrar alrecinto palaciego —ordenó Chen—. No está lista para las sutilezas, así que explica lo simple.

—Sí, Heredero Chen. —La mujer se postró, tocando el piso con la frente tres veces.

Chen se apartó, sin molestarse en esperar que la mujer terminara.

Capítulo 3Traducido por Andrés_S

En algún momento del camino, Lilette aprendió a librar sólo aquellas batallas que podía ganar.~Jolin

Page 45: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La sirviente se puso de pie, con la mirada puesta en el suelo. Sin mediar palabra, comenzó aayudar a Lilette a quitarse su túnica manchada de sangre.

―¿Qué hora del día es? ―preguntó Lilette.

―Mediodía. ―La sirviente chasqueó la lengua desaprobadoramente por la peineta de jade enel pelo de Lilette, acto seguido la arrojó al piso.

―Eso es mío ―protestó ella.

―Es jade barato ―respondió la mujer―, no es apto para la concubina del Heredero.―Mientras la mujer se giraba para tomar el agua para el baño que se había dispuesto detrásde la cortina, Lilette agarró la peineta de golpe. Uno de los dientes se había partido. Con laboca en una línea apretada, se desprendió el broche.

Ocultó ambos en la manta sobre la hamaca. El broche no le importaba tanto, sin embargo, talvez podría venderlo cuando escapara. En cuanto a la peineta; era la última cosa que Salfe lehabía dado. No iba a perderla.

La mujer se movió como si fuera a ayudar a Lilette a lavarse, pero Lilette levantó una manopara refrenarla. ―Lo haré yo misma.

La mujer asintió, pero observó críticamente mientras Lilette se lavaba la sangre seca delpecho. ―Sólo debe postrarse ante el Emperador y su heredero. Los señores imperiales y susotros hijos son sus iguales, por lo que simplemente puede hacer una reverencia respetuosa yellos harán lo mismo. Todos los demás se postrarán ante usted.

Lilette planeaba escapar antes de esa fecha. ―¿Cómo voy a saber quién es el Emperador?

La mujer soltó un bufido. ―El Emperador Nis lleva el colgante, lo mismo que su hijo.

Lilette asintió. ―¿Y cómo voy a distinguir entre los que me reverencian y los que debenpostrarse?―preguntó ella, mientras el nerviosismo volvía torpes sus dedos.

La mujer asintió como si le agradara que Lilette hubiera formulado una pregunta sensata.―Sólo los miembros de la familia real pueden llevar la imagen del dragón de cinco garras; elDragón del Sol. Usted lleva un dragón de cuatro garras. Cualquier persona por debajo deusted tiene que postrarse.

La mujer dirigió a Lilette para que se inclinara sobre un cuenco para lavarle el pelo. Luego deque la mujer terminó de lavarlo, lo escurrió y dejó que le colgara por la espalda de Lilettemientras lo peinaba. Cuando terminó, la mujer comenzó a hacer rollos elegantes y moños.

Apenas ayer Pan había peinado el cabello de Lilette. Ella tenía que estar viva, pues laalternativa era demasiado desgarradora.

Después de deslizar una peineta con joyas incrustadas en el pelo de Lilette, la doncella sacóuna nueva túnica de color rojo y oro. Esta prenda ponía en vergüenza a su ropa anterior.Estaba cubierta de paneles teñidos a mano que mostraban dragones de oro, flores de loto ycolinas cubiertas de orquídeas. Lilette la odió inmediatamente.

Le embadurnó un polvo blanco sobre el rostro, y delineó sus ojos con kohl[3]. Sus labios los

Page 46: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

tiñó de color rojo y sus mejillas de color rosa. Entonces la mujer dio un paso atrás y estudió suobra. Asintió. ―Con esto bastará.

Mientras abría la cortina y hablaba con alguien en el otro lado, Lilette tomó su peineta y elbroche y los deslizó en el bolsillo de su túnica.

Lilette esperó con las entrañas retorciéndose. Un momento después, Chen apartó la cortina.Había cambiado su ropa de soldado por una túnica roja tan gloriosa como la suya, ladiferencia fundamental eran las espadas ceñidas en la cintura; armas que ella deseabadesesperadamente. La sirviente cayó de inmediato al suelo para postrarse.

Lilette vaciló. La irritaba postrarse ante el hombre que le había quitado todo—dos veces. Perosi Chen la creía complaciente, no la vigilaría tan de cerca.

Obligó a sus rodillas a doblarse, y tocó el suelo con la frente tres veces. Cuando huboterminado se sentó sobre sus talones, a la espera.

Él la miró fijamente. ―Verdaderamente, estabas destinada a ser mía.

―Gracias, Heredero. ―Le tomó todas sus fuerzas mantener el rostro inexpresivo. Tenpaciencia, se recordó a sí misma. Mantenlo satisfecho hasta que tengas oportunidad deescapar.

Chen se dio la vuelta, esperando claramente a que ella lo siguiera. Ella se obligó a hacer loque él esperaba; cuatro pasos atrás como era lo adecuado. La condujo hasta la escalera quedaba a la cubierta del barco. Y entonces vio la capital de Harshen, Rinnish.

Los recuerdos hirvieron dentro de Lilette, envolviéndola por completo con el olor del fuego, delhumo asfixiante que había llenado sus pulmones hasta que no pudo respirar. Los dedos de sumadre clavados en su brazo. Los gritos, las espadas y la sangre. Corriendo, corriendo…siempre corriendo.

En ese entonces, la ciudad había sido una brasa ardiente contra el cielo rabioso de la noche.Un rayo había fundido todo en un relieve de color blanco hueso, dándole la apariencia de uncementerio de sangre y piedra. Ahora la ciudad prosperaba con color y vida. Aquellos edificioscon amplias terrazas y techos elevados habían sido reconstruidos, más hermosos y magníficosque antes.

Rinnish había crecido alrededor de la bahía circular, la sección más rica en un istmo redondo.Sobre una montaña apacible en el corazón mismo de aquella grandeza, el recinto palaciegodominaba sobre la ciudad. Desde este ángulo, todo lo que Lilette podía ver eran lasimponentes murallas construidas con ladrillos de color amarillo, y coronadas con una pasarelay torres. No necesitaba ver el palacio para saber que había una amplia terraza en todos losniveles, que las paredes estaban pintadas en rojo y oro, y que el techo de cobre habíadesarrollado una pátina[4] de color turquesa.

Había vivido allí durante las semanas en que sus padres habían sido embajadores. Ellaconocía el recinto, conocía casi de memoria el jardín detrás de este. Al igual que sabía quetoda la grandeza y la belleza sólo servían para ocultar la podredumbre enterradaprofundamente en su interior.

Page 47: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Ella abandonó asustada su contemplación de la ciudad cuando Chen maldijo violentamente.Él y Han estaban hablando con un hombre al que nunca había visto antes.

Chen le lanzó una mirada ilegible, haciendo que la inquietud se agitara dentro de ella. El otrohombre se inclinó ante Chen antes de abandonar el barco al trote. Chen rechinó la mandíbulaantes hacerle un gesto a Han. Lilette se acercó más para escuchar lo que decían.

―Llévala al harén de Padre. Hazlo en secreto.

La frente de Han se arrugó. ―¿Estás seguro de que es una buena idea?

La mirada de Chen se posó en ella. ―Padre realiza adiciones regulares a su harén. Nadiesospechará nada, aun así, mantenla fuera de la vista. ―Dio una orden aguda a la élite y todosmarcharon fuera del barco.

Lilette se esforzó mucho para mantener oculta su euforia. Con Chen y la élite fuera de vista,sólo tendría que escapar de Han. ―¿De quién me están escondiendo?

Han hizo un gesto a su túnica. ―Quítatela.

El que ocultara el broche y la peineta no pasó desapercibido a ojos de Han, pero no dijo nadamientras ella se contorsionaba fuera de la túnica. Suspiró de alivio cuando se quitó de encimalas capas adicionales de ropa. Era el comienzo de la temporada de calor y aquella túnica erasofocante. Se quedó nada más que con la túnica sin mangas, que era igual de hermosa. Teníalienzos de una isla rodeada por mares tormentosos. No había dragones.

Han le entregó la túnica a la mujer que la había ayudado a vestirse; Lilette ni siquiera se habíadado cuenta de que esperaba al lado de la escotilla, con los ojos en el suelo. ―El plan hacambiado. Dame la túnica sencilla.

Lilette gimió mientras le traían otra túnica, esta vez con una capucha. A medida que la mujer laenvolvía a su alrededor, Lilette estudió a Han. Él no tenía nada de la belleza refinada de suhermano. Sus rasgos eran más fuertes, su cuerpo era todo músculo y su cicatriz pálida contrasu piel de un dorado oscuro.

―¿Ya terminaste de mirarme? ―preguntó Han con frialdad mientras le ponía la capuchasobre su cabello pálido.

Ella deslizó la peineta y el broche en el bolsillo de su nueva túnica.

―No entiendo lo que está pasando.

Han giró la cabeza para ver a Chen desaparecer en la ciudad. ―Considérate afortunada―dijo, mirando con cautela a su alrededor―. Quédate cerca de mí.

La tomó del brazo y caminó a su lado. Ambas acciones eran consideradas altamenteinapropiadas—ella no era suya para tocarla y una mujer siempre debía caminar cuatro pasosdetrás de un hombre.

Han la guio por la pasarela y luego sobre el muelle. Ignoraron la calzada, entraron en el barroy se abrieron camino más allá de unos edificios abandonados. El olor acre que provenía deellos era una mezcla de algo amargo y algo podrido. Al estar acostumbrada a la frescura del

Page 48: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

aroma de océano y la selva de su hogar, Lilette se cubrió la nariz con la manga y sólo inhalósuperficialmente.

Algunos hombres emergieron de los portales oscuros, y sus miradas se fijaron en ella. Lilettese encogió instintivamente hacia atrás. ―No estamos seguros aquí ―dijo entre dientes a Han.

―Estaremos más seguros aquí que en la mayoría de los lugares de la ciudad ―dijo sinquitarle la vista de encima a los hombres.

Como si sintieran la mirada sobre ellos, los hombres miraron a Han. Como uno, todos sedetuvieron antes de escabullirse de nuevo por donde habían venido. Lilette miró a Han ycomprendió por qué; aquellos hombres apestaban a peligro y sombras, pero Han portaba lamuerte de la misma forma que los hombres portaban sus armaduras.

Decidiendo que este no era el momento para escapar, ella se movió un poco más cerca de él.Pasaron junto a un edificio que se suponía que debía lucir glamoroso, pero en lugar de ello seasemejaba más a un desecho chillón. Algunas mujeres escasamente vestidas hicieronsugerencias lascivas a Han. Lilette quedó asombrada ante su audacia, lo que hizo que lasmujeres cacarearan alegremente. Ella miró hacia delante y trató de ignorar sus insultosimpúdicos. ―¿Cuánto tiempo más?

Han le hizo dar la vuelta en una esquina y se detuvo para mirar atrás. ―Cualquier espíaencontraría difícil encajar aquí.

―¿Espías? ―Ella no creía que su situación pudiera ponerse peor. Al parecer, estabaequivocada.

Finalmente dejaron atrás los edificios abandonados. Poco a poco, comenzaron a pasar junto acasas amontonadas entre sí, la mayoría con paredes de tierra batida y techos de paja.

Con el tiempo, las casas dieron paso a pequeñas casas de madera, con las esquinasdobladas y maltratados cortinajes de seda. Las calles aquí estaban pavimentadas con ladrillosamarillos tan viejos que los bordes habían desaparecido y los centros se combaban un pocobajo sus pies calzados con zapatillas.

El número de transeúntes creció de manera constante. Lilette y Han pasaron muchas carretas—algunas tiradas por un caballo o buey, algunas por personas. Por último, llegaron a la calledel mercado. Los comerciantes estaban bien surtidos, sus tenderetes llenos con todo, desdecomida hasta joyería, expuesta en cajas de cristal.

La mayoría de los vendedores ambulantes llevaban túnicas hasta la rodilla, con pantalonessueltos. Su pelo corto iba atado con cordones sencillos. Sus esposas o hijas llevaban túnicasligeramente más largas y pantalones sueltos mientras se ocupaban de sus puestos,envolviendo los artículos y atendiendo a los clientes.

Las chicas corrían de un lado a otro con el cabello suelto, mientras que todas las mujeresadultas llevaban el suyo recogido en trenzas sencillas o moños. Mientras Lilette y Hanatravesaban la calle, la apariencia de los comerciantes y las personas se fue volviendo másexclusiva y los puestos llenos de bienes más elaborados. Los vendedores ambulantes lapregonaban, sus voces se mezclaban y se rompían como una bandada de pájaros cantoresque trinaban al vuelo.

Page 49: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette pasó su dedo índice sobre el filo de su peineta astillada. Si alguna vez había unmomento perfecto para escapar, sería ahora; en el caos y la presión de la gente. Sin su túnicade dragón, ella parecía ser una de las mujeres más ricas, y con algo de suerte, eso significabaque nadie le haría preguntas.

Pasaron junto a una mujer reclinada en una calesa, con el pelo recogido en un estilo tanelaborado, que sólo podía ser realizado por las manos expertas de los sirvientes.

La gente los atropellaba y empujaba por todos lados. Han aún sostenía el brazo de Lilette, porlo que se arrojó hacia adelante como si se hubiera tropezado. Han la sostuvo, pero quedó unpoco fuera de balance. Levantando la rodilla, ella le dio una patada, y él se retorció para evitarel golpe.

Con un movimiento rápido de su brazo, ella quedó libre. Se arrastró bajo la calesa de la mujerreclinada y echó a correr, mezclándose entre la gente y las carretas. Miró hacia atrás, con unmechón de pelo atravesado en el rostro.

Han estaba a unos pocos pasos detrás de ella. Su mano intentó agarrarla, pero ella lo esquivóy se zambulló debajo de una carreta para luego salir al otro lado. Acurrucada bajo el amparode las masas, Lilette se abrió camino por debajo de una mesa cubierta de mantas.

La vendedora se apartó de ella con la boca abierta para protestar, pero Lilette le tendió elbroche de jade, con su pulgar corriendo con pesar a través del grabado de loto. La boca de lamujer se cerró y sus dedos cogieron el broche, que inmediatamente desapareció entre lospliegues de su túnica. La vendedora levantó la vista, observando la multitud. ―Él no estálejos. Guarda silencio ―dijo, para luego reanudar sus pregones a la multitud.

El corazón de Lilette golpeaba fuerte en su pecho. Se quedó totalmente inmóvil mientras elsudor rodaba por sus sienes.

Después de un momento, la mujer hizo un gesto hacia el callejón detrás de ellas. ―Vete.

Tirándose la capucha sobre la cara, Lilette entró en las sombras de dos edificios construidostan juntos que sus techos se superponían. Se obligó a no mirar hacia atrás y a no correr.Cuando llegó a la calle del otro lado, la estudió con atención.

No sabía dónde estaba, ni a dónde ir. Lo único que sabía era que tenía que poner la mayordistancia posible entre ella y Han. Siguió caminando, con la cabeza hacia abajo para ocultarsu rasgos obviamente extranjeros, con una mano sosteniendo la capucha bien abajo.

Cruzó esa calle y salió a otra, pero no había dado ni tres pasos cuando la tierra bajo sus piescomenzó a retumbar. Perdiendo un poco el equilibrio, se quedó paralizada al ver que unacriatura tan alta y ancha como una casa venía hacia ella. Se quedó boquiabierta sin remedioante aquel animal arrugado y cubierto de borlas de seda negra y oro. Su nariz llegaba hasta elsuelo, y sus orejas abanicaban junto a su cabeza. Su enorme tamaño causó un ataque desudor por todo el cuerpo de Lilette.

Había un niño sentado en el cuello del animal. Detrás de él, descansaba un palanquín comopabellón. En el interior del palanquín había una mujer con el rostro cubierto por un velo. Yrodeando tanto a la mujer como a la criatura estaba la élite en filas de dos.

Page 50: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Acordándose de sí con un sobresalto, Lilette corrió hacia el callejón más cercano. Justocuando cruzaba el boquete, alguien la agarró; Han. La empujó detrás de una carreta alta,luego presionó apretadamente su cuerpo contra el de ella. Algo que era impensable. Unpequeño grito de protesta se elevó por su garganta, pero él sólo le cubrió la boca con la mano.

―¿Ella te vio?

Lilette aspiró aquel aire cargado de olor a cuero y acero y murmuró algo ininteligible bajo susdedos. Él dejó suficiente espacio como para que ella hablara.

―¿Quién? ¿Qué?

―La mujer en la howdah[5] ¿Te vio? ―preguntó Han.

Así era como se llamaba el palanquín.

En el pequeño espacio entre la carreta y la pared, Lilette observó el andar lento y pesado de lacriatura en un balanceo extraño. Ella dejó escapar todo el aliento. ―No lo sé.

Él maldijo de forma suave y baja. ―¿Por qué corriste?

Ella quedó inerte y flácida, sintió que toda esperanza se había drenado de su interior.―¿Cómo no iba a hacerlo?

La mirada de Han se endureció. ―¿Crees que mi vida es tan valiosa que mi padre no mehabría matado por haberte perdido?

Sus ojos se cargaron de lágrimas, pero se negó a dejarlas caer. Subió la vista para encontrarsu mirada. ―No te importa si Chen me obliga a ser una de sus concubinas. ¿Por qué deberíaimportarme si el Emperador te ejecuta?

Han rechinó la mandíbula antes de sacar un cuchillo de una funda del tobillo. Ella se preparópara el impacto, pero él sólo le cortó la parte inferior de la túnica de seda y procedió a atarlelas muñecas. Sus manos inmediatamente quedaron adormecidas. Ella se negó a dejarle versu incomodidad.

Él no ofreció disculpa alguna, ni tampoco aflojó el amarre. ―No lo intentes de nuevo ―dijo,agarrándola por el brazo, la hizo avanzar hasta el final del callejón y se asomó.

Lilette se calmó y observó los cuartos traseros de la criatura y aquel gajo pequeño que era lacola. ―¿Qué era eso?

La expresión de Han era sombría. ―Un elefante.

Ella se humedeció los labios. ―¿Es peligroso?

―Los elefantes macho lo son, aquel era hembra. Son bastante tranquilas.

―¿Entonces por qué tienes miedo de ella?

Han la miró, con una expresión indescifrable. ―El problema no es el elefante… el problema esla mujer que iba sobre ella. Y no soy yo quien debería tener miedo.

Page 51: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―Nunca dejé de tener miedo ―susurró ella.

Han dejó escapar un gruñido de frustración. ―Ser una de sus concubinas es un honor. Él es tuHeredero.

―Él es mi grillete. ―Lilette consideró correr de nuevo.

El agarre de Han se tensó sobre ella. ―No. Cuando no puedes ganar, te retiras.

Ella lo miró a los ojos, que eran tan oscuros que parecían casi negros. ―No puedo retirarme.

―Entonces aceptas tu rendición como un hombre.

Lilette le dirigió una mirada a su altura. ―Pero yo soy una mujer. —Y sólo les dejamos pensarque nos hemos rendido antes de destriparlos, añadió en silencio.

Él gruñó. ―Te voy a amarrar los pies y te llevaré encima de mi hombro si tengo que hacerlo.―Con la mano cerrada alrededor de su brazo, Han tiró de ella hacia delante―. Vamos. ―Élmiró a su alrededor como si evaluara la situación antes de avanzar por otro callejón. Ella tuvoque trotar para mantenerle el paso.

El camino se inclinaba hacia arriba. Dejaron las atestadas y ruidosas calles de abajo ypasaron numerosos recintos amurallados con entradas aladas y puertas imponentes, detrás delas cuales vislumbró casas y jardines majestuosos. Los tentadores aromas de los alimentos ylas verduras flotaban hacia ella.

Ella era fuerte y saludable debido a las horas dedicadas a trabajar con Fa en su bote depesca, pero seguía respirando con dificultad cuando las enormes puertas del palacioaparecieron a la vista. En vez de dirigirse hacia ellas, Han la haló dentro de una tienda defideos. Hizo un asentimiento de reconocimiento al propietario y empezó a subir las escaleras.En la parte superior, cruzaron la habitación hacia una terraza cubierta con mesas y sillas, eltecho estaba sostenido por columnas de jade. Han zigzagueó entre las personas dispersasque tomaban un almuerzo tardío. Algunos le echaron miradas curiosas a Lilette—puesobviamente no era de su raza y sus manos estaban atadas, pero ninguno se inmutó parainterferir. No cuando su captor era de la élite y ella no era más que otra mujer sin valor.

Por un lateral, llegaron a un recinto con vinos a lo largo de una de las paredes, a lo largo de laotra, vasijas de cerámica con hierbas y un gran brasero lleno de teteras—era una especie delugar para bebidas. El siervo en el brasero asintió hacia Han como si se conocieran.

Han sacó su cuchillo y cortó las ataduras alrededor de las muñecas de Lilette. ―No dejes quese escape ―dijo al hombre, que levantó una ceja antes de posar su mirada sobre ella.

Han subió a la barandilla clavada en el borde de la azotea, y trepó hacia arriba. Ella se inclinósobre la barandilla y lo miró boquiabierta. Él extendió la mano. ―Tengo que ver lo que estápasando más allá de las puertas y no te voy a alejar de mi vista.

Ella miró hacia atrás al siervo en busca de ayuda, pero él sólo se movió para bloquear lasalida con los brazos sobre el pecho. Al no ver otra opción, se izó hasta pararse en labarandilla. Han la agarró por la muñeca y tiró de ella hacia arriba. Con una mano en las tejasoblicuas de barro, se subió al caballete de la azotea. ―Ten cuidado.

Page 52: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Tratando de ignorar la caída de dos pisos, Lilette se arrastró tras él sobre manos y pies, elpolvillo húmedo de la tejas se pegaba a sus palmas. Han se agachó detrás del caballete deltecho, que estaba tallado en forma de pergamino y miró a lo que había más allá. Después dedudar un momento, ella se relajó junto a él. Las murallas se alzaban ante ellos unos buenosdos pisos más que el edificio en que estaban sentados. Las puertas daban al sur, hacia elocéano. Mientras miraba, las puertas se abrieron para dar paso al elefante y la élite, dándoleuna vista parcial de lo que había más allá.

El palacio estaba en el centro de un enorme patio y un par de dragones del sol flanqueabanlos amplios escalones de la entrada. La mirada de Lilette se desvió al prado que se escondíadetrás del palacio; los jardines. Ella y Han habían jugado allí durante horas cuando eran niños.

Detrás del palacio en la esquina oeste había un recinto más pequeño que sobresalía contralas murallas. Dos paredes como a la mitad de la altura de las murallas encerraban el espacio.

El harén.

Apartando los ojos intencionadamente, Lilette observó cómo la mujer de velo sobre el elefantelevantaba un largo y delgado brazo para saludar a la multitud, su anillo parpadeó con piedrasverdes. Las puertas se cerraron.

La visión de Lilette flotó y se dio cuenta de que había estado conteniendo el aliento. Inhaló unabocanada de aire.

La mirada de Han hizo un barrido más del patio antes de alejarse del caballete del techo, sólose levantó cuando las puertas estuvieron completamente cerradas.

Ella lo siguió. ―¿Qué estabas buscando en el patio? ¿Quién es la mujer en el elefante?

Él hizo una pausa. ―Un problema muy grande.

―¿Quién? ¿La mujer o el ele…? ―Lilette no tuvo la oportunidad de terminar. Una teja serompió debajo de su pie y se deslizó. Se resbaló fuerte y rápidamente hacia el borde. Se girópara que el estómago le quedara hacia abajo, sus uñas arañaron las baldosas, pero no pudoencontrar agarre. Iba a caer.

De repente, la mano de hierro de Han estuvo alrededor de su muñeca, y esta vez ella lo agarrótambién. Los pies de Han resbalaron mientras se deslizaba a su lado. Estaba demasiadoocupada tratando de convencer a su cuerpo de que ya no estaba cayendo como para darsecuenta de que Han aun no le había soltado la muñeca. Ella abrió los ojos para encontrarlotumbado a su lado, mirándola fijamente con algo parecido a la tristeza en su mirada. Derepente, la soltó y se movió rápidamente hacia el borde del techo.

Moviéndose sobre su trasero, ella volvió a preguntar: ―¿Malo para quién? ―A juzgar por sumandíbula apretada, era obvio que no iba a decirle nada más… Fa había llevado a menudo lamisma expresión.

Ella miró hacia abajo a la calle y se humedeció los labios. ―¿Ahora cómo bajamos?

Han se agachó, con las manos en la línea del techo, y se descolgó. Su impulso lo llevó haciadelante y aterrizó en cuclillas sobre la terraza antes de volverse hacia ella. ―Déjate caer y yo

Page 53: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

te jalaré hacia adentro.

Su corazón latía con fuerza, Lilette se sentó en el borde con las piernas colgando. Vaciló.

Han se inclinó hacia delante y la miró. ―No pienses en ello. A veces sólo tienes que moverte.No te dejaré caer.

Respirando profundo, ella rodó sobre su estómago y empujó lentamente sus piernas hacia elaire. Inclinándose sobre la barandilla, Han agarró sus tobillos. Mientras ella se iba deslizando,sus manos avanzaron hasta las rodillas y luego a sus muslos. Cuando ella estuvo colgando desus manos, él la agarró por la cintura y tiró hacia delante. Lilette se deslizó por su pecho antesde que la colocara suavemente en el suelo. Lentamente alzó las manos y le colocó lacapucha.

Su amigo, el siervo, estaba sonriendo maliciosamente. El calor subió a la cara de Lilette.

Han dio un paso atrás como si su contacto lo hubiera quemado. Se aclaró la garganta y dijocon voz ronca: ―No quería que te cayeras.

Ella asintió sin decir palabra. El buscó un trapo, lo rajó por la mitad y le ató las manos denuevo. Han lanzó una mirada iracunda al siervo antes de llevarla de vuelta por el caminodonde habían llegado.

Capítulo 4Traducido por Yann Mardy Bum

Harshen y su gente le quitaron mucho a Lilette, pero ella nunca llegó a odiarlos. Ellos le dierontanto como lo que le quitaron. ~Jolin

El cuerpo de Lilette se sentía imposiblemente pesado mientras las enormes puertas delpalacio se alzaban delante de ellos. Seis de la élite, que usaban uniformes de soldadosimperiales, los observaron acercarse. Frente a ellos sostenían lanzas con forma de medialunade horrible aspecto. Lilette sintió su estómago encogerse en su interior.

Han ignoró a los guardias. En el último instante, las puertas del palacio se abrieron y la élite seseparó para permitirles el paso.

Cruzaron el patio rectangular para dirigirse al harén. —Mantén la cabeza abajo —dijo Han envoz baja—. No sabes el peligro en el que te encuentras.

Por alguna razón, le creyó. Echó miradas furtivas hacia el palacio. Cada uno de los cuatropisos estaba rodeado por una amplia galería de techo abombado. Macetas llenas de plantasque crecían espesas y verdes por todas partes. Mientras se acercaban, Lilette divisó lascomplejas esculturas en las vigas, puertas y marcos de las ventanas. Los recordó de repente—dragones de cinco garras, algunos en la tierra y otros en el mar. Antes del palacio había una

Page 54: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

escalera de líneas perfectamente simétricas. Frente a los escalones, un grupo de la élitecustodiaba una gran reunión de hombres y mujeres. Los hombres llevaban armaduras negras,las mujeres prendas largas y fluidas en varios tonos de color verde.

Han debió advertir su mirada fija. —Nunca debes siquiera tocar uno de los escalones. Hacerlosignificaría ser asesinada inmediatamente.

Lilette comenzó a sudar en las axilas. —¿Porque soy una mujer?

Han meneó la cabeza. —Sólo las personas que han obtenido permiso del Emperador puedentocar su casa. A ti no se te ha dado tal privilegio.

En realidad, se lo habían dado, cuando era niña. El privilegio al parecer había sido revocado.

Mientras Lilette se ponía a la par de la reunión, las puertas se abrieron. Una mujer con unatúnica extraña y ondulante trotó por las escaleras. La visión de su pelo rubio, ojos azules y pielblanca la sobresaltó. No podía quitarle los ojos de encima. Han aceleró, pero Lilette resistiósus esfuerzos por apresurarse, y él pareció dispuesto a llevarla a rastras.

Chen apareció detrás de la mujer, con el brazo extendido como para detenerla, y Lilette sepreguntó por un instante si esta mujer extrañamente vestida sería su esposa. —Comoembajadora, usted es huésped de la casa imperial y de Harshen. Va a obedecer nuestrasleyes —resonó la voz de Chen.

No era su esposa, entonces. O, al menos, esperaba que no lo fuera.

La mujer se volvió para enfrentarlo. —Será mejor que recuerde quién tiene el poder en estemundo, pequeño Heredero, porque no es usted.

Lilette dejó caer la mandíbula. Habían pasado años desde que había oído a una mujer—además de ella misma—desafiar a un hombre de esa forma. Pero eso no fue lo que la detuvo.En su interior, los recuerdos se agitaron. Conocía a esta mujer.

Chen se echó hacia atrás como si le hubieran dado una bofetada. Sus puños se cerraron. Laélite se movió para tomar sus espadas, y Lilette pudo ver mejor a las personas que rodeaban.Más de treinta mujeres y el doble de soldados. Las mujeres se agarraban de las manos, perono por miedo. En vez de eso, sus rostros brillaban con poder y confianza. Los soldados de laélite comenzaron a aparecer por todo el recinto. La tensión en el ambiente se sentía como unabrasa a punto de estallar en llamas.

Lilette clavó sus pies en el suelo para evitar dar ese último paso hacia la oscuridad. Yentonces comprendió lo que debería haber notado todo el tiempo. Las mujeres eran Brujas—embajadoras de Kalari. Jadeó, el sonido atravesó la tensión. La mujer en las escaleras miróhacia ella. Lilette la miró por debajo de su capucha, y sus miradas se encontraron. Abrió laboca. Era como mirar su reflejo en un estanque de agua clara.

La mujer era su hermana.

Han debió notar su descubrimiento, así como el grito de ayuda que se estaba generando en sugarganta, le tapó la boca con la mano y la sacó de un tirón. Ella pateó y empujó sus codoscontra él, esperando desesperadamente que Sash la reconociera de alguna forma. Pero Lilette

Page 55: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

era una niña de ocho años cuando había desaparecido, mientras que Sash tenía dieciséisaños, casi una mujer.

Han la arrastró detrás del palacio. Ella no dejó de luchar hasta que la arrojó frente a la paredmás baja del harén y a una pequeña puerta en el interior de los jardines. Se derrumbó,tratando desesperadamente de tragarse los sollozos que desgarraban su cuerpo. Sash habíasido más una segunda madre que una hermana. Siempre la llevaba a jugar, le traía golosinas.Cuando Lilette creció, Sash acompañaba sus actuaciones musicales con sus cuerdas y suvoz.

Han se interponía entre Lilette y la hermana que había estado esperando desde la infancia.

—Toda mi vida he intentado regresar con ella. Y está aquí… ¡Mi hermana está aquí! ¡Déjameir!

Sin mirarla, Han se concentró en los dos guardias que estaban de pie a ambos lados de lapuerta. No hicieron ni un movimiento para dejarlos pasar, como habían hecho los otrosguardias. En vez de eso, uno de ellos tomó un martillo y dio un golpe de refilón a un gongantes de volver a acomodarse inmóvil como una estatua.

Luego de una docena de latidos, la puerta se abrió y una persona extraña salió. Lilette noestaba segura si era un hombre o una mujer, ya que usaba túnica masculina, pero tenía rostrofemenino.

Quedó aún más confundida cuando la persona se inclinó ante Han y dijo con voz femenina: —¿En qué puedo servirle, General de la élite?

—La señora Lilette ha de ser llevada al recinto aislado. —Lilette se puso de pie tambaleante yse alejó de Han y de los guardias.

—Por favor. —Sólo eran dos palabras, pero había miedo y espanto detrás de ellas.

Han mantuvo su mirada en ella, con una indescifrable expresión en el rostro. —Lo siento.

Él había sido su amigo una vez—su único amigo en una tierra extranjera. Habían escaladocada árbol de los jardines detrás del palacio, en busca de frutas. Aún podía saborear ladulzura de las naranjas en la lengua, sentir la hierba empapada de rocío en sus piesdescalzos mientras corrían entre las sombras de los árboles. Y ahora la había traicionado.

Los guardias se adelantaron, y la rodearon. Ella examinó la pared; de dos veces la altura deun hombre, antes de centrar todo su desprecio en Han. —Que tu carne se pudra en tus huesos.

Han centró su atención en el hombre-mujer. —Vigílala. Intentará escapar. —Y luego,simplemente dio la vuelta y se alejó.

Lilette lo observó alejarse, con el odio destrozándola desde adentro. Deseó poder cantar.Deseó poder recordar las palabras para derribar el palacio y todos sus muros. Sus enemigosla superaban en número y eran más grandes y más rápidos. Si trataba de salir corriendo, laatraparían y la aislarían aún más. Debía esperar el momento justo. Llegaría. Tenía que llegar.

Enfrentó a la persona que la esperaba, mientras su mente reconstruía murmullosdesvanecidos y pedazos de conversaciones de su niñez. Él—ya que era un hombre—era un

Page 56: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

eunuco, y los eunucos eran los sirvientes y Protectores del harén. Era rechoncho, desde suabundante estómago hasta su nariz abultada y su rostro redondo. Pero debajo de toda esagrasa había una severidad que ella reconocía. Este hombre había ascendido a su posiciónderrotando decididamente a todos aquellos que lo habían desafiado.

—Soy el Jefe secundario Wang. Superviso el harén del Emperador. —Hablaba con tantafacilidad como si le trajeran mujeres atadas todos los días. Quizá lo hacían.

Desde el interior de su túnica, sacó un pequeño frasco y se lo entregó a Lilette. —Haga el favorde tomar un trago de esto.

Ella miró el frasco con cautela. —¿Qué contiene?

—Una tintura inofensiva.

No le creyó. Él la estaba observando muy de cerca. —¿Y si me rehúso?

—Hay otras formas, menos agradables, para garantizar su cooperación.

Los guardias se acercaron. Lilette quería luchar, pero estaba cansada del maltrato. Y no podríaganar. Paciencia, se recordó. La oportunidad llegará.

Con expresión firme, tomó un trago del líquido, luego llevó su muñeca a sus labios y escupióen su manga tanto como se atrevió.

—La mitad de un trago es casi tan eficaz como la dosis completa —le dijo él. Tomó el frasco ylo cerró, luego cortó el trapo que ataba sus muñecas—. Si hace el favor de acompañarme.

No era una pregunta. Luego de frotar sus muñecas para que volviera la circulación a susmanos, Lilette deslizó su mano dentro del bolsillo y rozó con su pulgar el borde afilado delfénix. Examinó las murallas, a los soldados patrullando en la parte superior, y consideró laposibilidad de intentar correr. ¿Pero adónde iría?

—Correr le hará ganar veinte azotes con una caña de bambú —dijo el Jefe Wang de maneracasual.

Cuando Lilette no se movió para seguirlo, inclinó la cabeza hacia un costado. —Las puertasexteriores están cerradas. Hay cientos de la élite en todo el recinto… y eso si puede ganarcorriendo a los que tiene enfrente, algo que no ha sucedido todavía. Pero la invitamos aintentarlo. Por lo general, con una sola vez alcanza para que una concubina se tranquilice yacepte su nueva vida.

Los guardias de la puerta se acercaron. Como seguía sin moverse, el Jefe Wang dio unsuspiro largo y dolorido, la tomó del brazo lleno de moretones, y la arrastró más allá de losguardias.

Del otro lado de la puerta, Lilette miró a su alrededor. Había árboles hermosos llenos de frutasy flores perfumadas crecían por todas partes. Del lado derecho, había una fuente de aguagoteando dentro de un lago circular repleto de cisnes. Un mono la llamó desde un árbol.

Las plantas eran tan abundantes y exuberantes que le recordaron a la selva de su hogar. Susojos se llenaron de lágrimas que se rehusó a dejar caer. —¿Este es el harén?

Page 57: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

El Jefe Wang siguió caminando, a paso algo encorvado y como adolorido. —Sí. Las esposas,concubinas y los niños más pequeños del Emperador viven aquí. —Wang la miró de arribaabajo—. Se le ha otorgado la más aislada de nuestras residencias.

—¿Y el Heredero y sus concubinas? —preguntó ella.

Él levantó una ceja. —El Heredero vive en el palacio con su esposa. No tiene concubinas.

Entonces Chen había hecho una excepción por ella. Miró entre los árboles y vio varias casaspequeñas.

Todo era equilibrado y fluido. Pero la tranquilidad estaba interrumpida por las enormesmurallas, y los guardias que rondaban por el camino. Aunque era hermosa, seguía siendo unaprisión.

Lilette escuchó murmullos y música justo antes de divisar un grupo de mujeres junto al lago.Con sus túnicas de colores, todas eran hermosas y brillantes como una mañana de verano.Había también numerosos eunucos. Todos ellos llevaban túnicas negras y cabezas afeitadas,bajo sus lisos sombreros en forma de cono con pequeñas borlas en el centro.

Giraron para observarla con curiosidad mientras ella pasaba.

Después de un rato, las viviendas empezaron a escasear hasta que Lilette no vio a nadie más.Columpiándose de rama en rama, el mono continuaba siguiéndola. El Jefe Wang la condujopor un camino lateral hacia una vivienda aislada. A diferencia de las otras, ésta tenía unapared de la mitad de la altura que el muro del harén. El mono se posó en la parte superior y losllamó.

—Recintos dentro de otros recintos —murmuró ella.

Wang la condujo del otro lado de la puerta, dónde había un jardín extenso y una casa enorme.—No puede salir de este recinto sin permiso del Emperador.

Así que estaría aquí sola. Bien. Eso facilitaría la huida. —¿Y los más grandes?

Wang le dirigió una mirada de curiosidad.

—Los niños más grandes —aclaró cuando llegaron a la terraza de la casa—. Usted dijo quelos más pequeños viven aquí. ¿Dónde viven los más grandes?

—A los doce años, todos los niños son llevados al palacio de la montaña. —Wang abrió lapuerta con red metálica y entró en la casa—. Los niños son entrenados como soldados omonjes. Las niñas son entrenadas en las artes conyugales.

Lilette colocó su mano a modo de protección sobre su vientre mientras la determinación seendurecía en su interior. Voy a encontrar una forma de salir, se prometió a sí misma antes deseguir a Wang al interior.

Ante ella había una habitación grande. En el centro había una pequeña mesa rodeada dealmohadones delicadamente bordados. Había un braserito apagado situado a un costado. Lacasa, con aroma a aceite de limón, estaba dividida en ambos extremos por biombos.

Page 58: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Su sirviente personal aún está siendo seleccionado. Hasta entonces… —El Jefe Wangdestapó una bandeja llena de té, frutas frescas, y rollos primavera rellenos con verduras—. Letraje esto hace unos momentos. Su sirviente llegará para prepararla antes de que venga elHeredero en algún momento, el día de mañana.

—¿Esta noche no? —Lilette refrenó su alivio hasta que Wang lo confirmó.

—Quería darle tiempo para adaptarse.

Ella ocultó su escalofrío al estudiar los complejos dragones de cuatro garras tallados en lasvigas a lo largo de las paredes y la columna vertebral de la vivienda. Pasó sus dedossuavemente sobre una de las afiladas garras, preguntándose cuánto tiempo le habría llevadoal tallador esculpirlo en las vigas.

—Debo advertirle que, si traspasa las puertas del recinto, será azotada. Si alguna vezabandona el harén, será asesinada.

Luego de intimidarla con la mirada, Wang se fue. —¡Y no alimente a los monos! —le advirtió.

Ella no se movió hasta que él cruzó el jardín y cerró la reja a su paso. Sus sentidos ya estabanentorpecidos por cualquiera fuera la droga que él le había dado.

Registró la casa, en busca de algo útil para escapar: cuchillos o cuerda, o joyas que pudieravender. Nada en el salón principal. Abrió uno de los biombos laterales para revelar unahabitación vacía—dos esterillas para dormir se extendían una al lado de la otra. Se le secó laboca de repente y cerró el biombo rápidamente.

Cada vez era más difícil concentrarse. Sacudió la cabeza para despejarse y cruzó lahabitación hacia el otro biombo de seda. Detrás había repisas con cerámica y canastas y otraesterilla de dormir, obviamente para su sirviente. Buscó entre las canastas, pero estabanvacías excepto por algún rastro de arroz y de hojas. No había cuchillos.

Ni siquiera un poco de hilo. Así que no tenía nada más que su astucia y su cuerpo. Tendríaque ser suficiente. De regreso en el salón principal, Lilette se arrodilló ante la bandeja decomida. Metió todo excepto el arroz y uno de los rollos dentro de un trapo de cocina que habíaencontrado en el segundo cuarto, luego ató el trapo y lo metió dentro de su túnica.

Acercándose a la puerta, mordisqueó el rollo picante que había dejado fuera, pero al pensaren las dos esterillas de dormir que estaban una junto a la otra, su garganta se cerró tanto queapenas podía tragar. Caminó hacia afuera. El mono la llamaba. Recordando el comentario dedespedida de Wang, tiró el rollo al pie del árbol. El mono lo cogió de golpe y volvió a trepar atoda velocidad. Justo cuando extendía la mano hacia la puerta, el efecto total de las drogas lagolpeó.

Se tambaleó hacia atrás, con los pies inestables. Se le aflojaron las piernas y cayó inmóvil alsuelo. Antes de saber lo que ocurría, todo se oscureció.

Capítulo 5Traducido por Yann Mardy Bum

Page 59: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette me dijo una vez que no confiaba en la belleza—ni en la suya ni en la de nadie. Que erauna gran ilusión. ~Jolin

Lilette se despertó con un sonido metálico. Se encontró sobre los almohadones junto a lamesa. Alguien la había movido. Luchando contra el cansancio que aún entorpecía sussentidos, se apoyó sobre los codos y vio a una mujer arrodillada que colocaba una tetera en elbrasero. Llevaba una túnica hasta los tobillos y pantalones de fina seda negra. Su pelo estabaacomodado sobre su cabeza y se mantenía en su lugar con unos palillos.

Lilette miró hacia la cortina abierta. La luz casi se había extinguido—era de noche. Habíadormido casi la mitad del día. Gimió de frustración.

La mujer sirvió un poco de comida en un recipiente de cobre. El recipiente crujió y deinmediato el aire se llenó del olor oscuro y dulce de una salsa marrón. Pero lo que deberíahaber sido un aroma delicioso, sólo le revolvió el estómago. Se sentó sobre sus rodillas, con eltrapo húmedo lleno de comida pegado a su costado. —¿Quién es usted?

—Mi nombre es Sima. He sido asignada como la sirvienta de la señora. Viviré con usted y meocuparé de todas sus necesidades. Hoy, voy a preparar la comida y comenzar los preparativosde la señora antes de que el Heredero venga esta noche.

Lilette alzó la cabeza. —Creí que vendría mañana.

Sima apretó los labios. —¿Si? Bien. Eso nos dará más tiempo.

Sería mucho más difícil escapar con esta mujer vigilándola. —No necesito una sirvienta. Porfavor, sólo váyase.

—Me temo que eso no es posible. —Sima carraspeó—. Dígame. ¿Por qué la eligió elHeredero?

Lilette miró a través de la puerta, hacia las murallas. El sol comenzaba a esconderse detrás deellas.

Su tiempo se acababa. Se puso de pie tambaleante y se acercó unos pasos hacia la puerta.

Sima estuvo a su lado al instante. —Desaparece lentamente. Siéntese, descanse. Habrápasado para mañana.

—No tengo tiempo para descansar —dijo entre dientes. Llegó a la puerta y se detuvo.

Un hombre esperaba afuera. Al verla, se adelantó. Sima extendió una mano para detenerlo. —Sólo quiere algo de aire fresco. Ya regresa.

Aunque todo el cuerpo le dolía, Lilette le permitió a Sima llevarla adentro de un tirón y sentarlaen los almohadones.

—¿No ha elegido estar aquí? —Sima sonaba sorprendida.

Page 60: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—No —suspiró Lilette, su corazón latía con desesperación—. No lo elegí.

Sima frunció el ceño. Un momento después, suspiró. —Nadie se va jamás. Ni las que tienenayuda.

Lilette apretó los puños a sus costados. Tenía que haber una forma. Si no era ahora—sepreparó mentalmente para lo peor, mientras el miedo la golpeaba—sería pronto.

—¿Se me permitirá alguna vez salir de este recinto? —Sería mucho más fácil escapar siestuviera del otro lado de esos muros.

Sima revolvió las verduras. —A veces, si la época de calor resulta especialmente mala y lasnecesidades del imperio no son demasiado exigentes, nos vamos al palacio de verano en lasmontañas, al centro de la isla. Es hermoso y suficientemente remoto para que se nos permitaviajar más allá de los muros del palacio. —Había un indicio innegable de nostalgia en la vozde la mujer—. Aun así, la mayoría de las concubinas nunca salen del recinto. Unas pocaselegidas pasan algún tiempo en el palacio, si el Emperador lo desea.

Lilette sabía que Chen nunca correría el riesgo de sacarla de la seguridad de estos muros.Escapar tomaría tiempo y una planificación cuidadosa, algo que ella no tenía. Cerró los ojos yse imaginó en su hogar, sentada en la costa, con el sol en llamas hundiéndose en lainmensidad de las aguas del mar. Las imágenes la tranquilizaron.

Sima colocó la comida ante Lilette, quien se negó a mirarla. La mujer se sentó en sus talones,con las manos sobre sus piernas. —¿No va a comer, señora?

Lilette alejó la comida para no tener que olerla. —No estoy bien.

—¿Comió los alimentos que dejé para usted antes? La bandeja estaba vacía.

Lilette suspiró. No podía contarle sobre la comida metida en su túnica. —Estaba deliciosa,gracias.

Sima resopló. —Si he de enseñarle modales, debo saber más sobre usted. ¿Puedo hacerlepreguntas, señora?

Lilette se limpió el sudor del rostro. —Supongo.

Sima cerró las aberturas del brasero para apagar el fuego. —Habla como una harshena,aunque claramente no lo es. ¿De dónde es usted?

Lilette respiró profundamente, decidida a no dejar salir sus emociones. —De una de las islasmás pequeñas. —No le dijo nada de haber nacido en Kalari… no era algo que contara anadie. Nunca.

—¿Cómo se llamaba?

Le empezaba a doler la cabeza. Se frotó la sien. —Calden.

Sima inclinó la cabeza hacia un costado. —No luce como una harshena.

Lilette tenía el estómago revuelto. Gimiendo, se apretó el vientre con la mano.

Page 61: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¿Señora? Si he de instruirla, debo saber por dónde comenzar.

La boca de Lilette se llenaba de saliva de manera incontrolable. Se sujetó los labios con losdedos y trató de concentrarse en no vomitar. —Llegué a la isla de Calden cuando era muypequeña. Un hombre llamado Fa me acogió y me crio como su hija. Murió hace unassemanas.

Intentó sin éxito alejar de su mente el recuerdo de su muerte. Demasiada sangre había teñidola superficie del mar. Pudo saborearla al zambullirse para matar a la anguila que habíamordido la arteria del brazo de Fa.

Sima la observó atentamente. —¿Por qué el Heredero la eligió como su concubina?

Lilette no entendía qué tenían que ver estas preguntas con el aprender etiqueta.

—No importa.

Por primera vez Sima cruzó su mirada con la de Lilette. —¿Ya ha realizado todos sus deberescomo concubina?

Lilette se tragó su rabia y trató de ponerse de pie, pero estaba repentinamente mareada.Tropezó y alzó las manos para sostenerse, pero no había nada a lo que aferrarse. Tropezó enlos almohadones y se estrelló contra el brasero, quemando sus manos y derramando brasaspor el suelo.

Parpadeó para estabilizar su visión, pero todo era borroso e inconexo. —No estoy bien.

Sima se arrodilló junto a ella, pero no hizo movimiento alguno para ayudarla, ningúnmovimiento para apagar las brasas sobre la preciosa madera del suelo. —Responde a mipregunta.

Las manos de Sima estaban justo en frente del rostro de Lilette. Ella contempló el anillo en eldedo de la mujer. Un dragón, con sus escamas de oro brillante, su rostro increíblementedetallado, con pequeños trozos de esmeralda en los ojos. Pero lo que más la sorprendiófueron las garras: cinco garras. Sólo la familia real podía portar un dragón con cinco garras.

Sima se agachó y apretó la mandíbula de Lilette entre sus manos increíblemente suaves. —Élse ha arriesgado a una guerra por ti. Quiero saber por qué.

A esa distancia, Lilette podía sentir el perfume a flores de peral de la mujer. Las sirvientas nousaban algo tan lujoso como el perfume. Y los eunucos servían al harén. Una clase diferentede temor se alzó dentro de Lilette.

—¿Quién es usted? —Pero no esperó su respuesta—. La mujer en el elefante. —La esposa deChen.

Han le advirtió que debía tener miedo. Su estómago se encogió. —¿Qué me ha hecho?

Sima la sostenía con fuerza, dejando marcas en su mandíbula. —Te daré el antídoto si medices por qué.

—Pero… —Lilette balbuceó antes de mantener la boca cerrada. Sólo había comido un bocado

Page 62: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

de un rollo primavera. Seguramente no era suficiente para matarla, aunque su cuerpo le dijeralo contrario. Su corazón se aceleró, transportando aún más rápido el veneno a sus venas. Noquería morir.

—Porque soy una Bruja. Su padre intentó adueñarse de mi madre cuando yo era una niña. Yoestaba destinada a Chen.

La expresión de la mujer se convirtió en asco. —¿Él cree que puede engendrar su propio corode Brujas? Nunca funcionaría. Las Brujas siempre encuentran a las suyas. —Sima se echó areír de repente—. Pues bien, su destrucción será fácil de organizar. Ni siquiera voy a tener quematarlo. Las Brujas lo harán por mí.

A Lilette le dolía la cabeza. —El antídoto.

Sima entrecerró los ojos. —Una cosa más. ¿Cuál era el nombre de tu madre?

Lilette se limpió el sudor de la frente con el dorso de la muñeca. —Lellan. Su nombre eraLellan.

Sima la examinó un largo rato. Dio un pequeño asentimiento de satisfacción antes de soltarla yjuntar la comida y el té. La mano de Lilette salió disparada, intentando agarrar su brazo, perohabía dos brazos ahora, y había alcanzado el equivocado. La mujer la evitó con facilidad y sedirigió hacia la cortina de seda.

—¡Espere! ¡El antídoto!

La mujer se rio secamente mientras arrojaba la comida y el resto del té al suelo. —No hay.Nunca lo hubo. —Dio un paso afuera y desapareció.

—¿Deberíamos esperar hasta que haya terminado? —llegó la voz profunda de un hombre.Definitivamente no un eunuco.

—Es demasiado arriesgado. Además, sólo se necesita un mordisco, y todo el plato estabavacío. Nadie podría sobrevivir a eso —le respondió Sima con aspereza.

Un bocado era demasiado. Lilette dejó de luchar contra las náuseas y vomitó sobre losalmohadones de fina seda. Metió la mano en su túnica y tiró el trapo lleno de comidadestrozada al suelo. Tenía que salir de la casa, conseguir ayuda. Se puso de pie, usando lapared para sostenerse hasta asomarse por la puerta.

Sima y el hombre se habían ido. Era casi de noche. Lilette levantó las manos para no perder elequilibrio y comenzó a avanzar, pero de inmediato cayó por los escalones. Quedó tendidarespirando con dificultad, su corazón golpeteaba como un pez moribundo. Presionó la palmade la mano contra sus costillas para evitar que se saliera de su pecho.

Giró hacia un costado y se encontró cara a cara con el mono al que le había arrojado lacomida. Estaba tirado bajo un arbusto, muerto. Mirando por encima del cadáver, Lilette fijó sumirada en la reja. Tenía que alcanzarla.

Los años de hacer equilibrio en el bote de pesca de Fa fueron la única razón por la que logróponerse en pie y mantener el equilibrio hasta llegar a la puerta.

Page 63: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Sus manos estaban entumecidas, sus extremidades se sacudían y estaban extremadamentepesadas, pero se las arregló para tomar el picaporte y abrir. Se tambaleó a través de la puerta.Todo estaba inclinado y se balanceaba a su alrededor. Apoyada en la pared, vomitó bilis. Seapretó la boca con el dorso de su mano fría y siguió la pared de vuelta por donde había venido.

Su corazón finalmente comenzó a desacelerarse. Por un momento, se sintió mejor. Su vista seaclaró y fue capaz de moverse sin ningún apoyo. Su ritmo se aceleró hasta cierto punto. Sinembargo, no duró lo suficiente. Todo estaba rodeado por un halo de luz, como si cada objetotuviera su propio sol detrás. Se tambaleó y tropezó como si estuviera ebria. Chocó con algo,retrocedió, y levantó la vista, arriba, más arriba. A través de sus turbios pensamientos,reconoció las murallas. Había ido por el camino equivocado. Se llenó los pulmones, gritópidiendo ayuda. Le respondió el silencio. Con lágrimas en los ojos, enfrentó el camino por elque había venido. Podía sentir su cuerpo apagarse.

Vio a la muerte burlarse de ella al borde de su visión. Ya era demasiado tarde.

Pero Lilette nunca antes se había dado por vencida, y la mera costumbre la mantuvo enmovimiento cuando ninguna otra cosa podría hacerlo. Dio la vuelta y volvió tambaleante por elcamino que había venido. Pero la muerte se hacía más audaz, más siniestra. Trató de alejar laoscuridad con sus manos, pero ésta sólo se rio mientras se arremolinaba en su interior.

Cayó al suelo, mientras todo su cuerpo se convulsionaba. La muerte se inclinó sobre ella, y sualiento sopló contra su rostro. Olía como las orquídeas.

Capítulo 6Traducido por Azhreik

Con el poder absoluto viene el orgullo. El orgullo procrea corrupción. La corrupción engendravulnerabilidad, que el orgullo se rehúsa a ver. Y así empieza el vicioso ciclo de la destrucción.

~Jolin

Lilette no estaba segura de cuánto tiempo había estado tirada en el piso antes que los brazosde la muerte se deslizaran bajo ella y la levantaran. Ella se revolvió, disponiendo su cuerpo aque combatiera el veneno que se movía en su interior.

—Quédate quieta —dijo una voz profunda.

Inmediatamente se relajó. No era la muerte, sino un hombre. ¿Había repelido a la muerte?Descansó su cabeza adolorida contra el pecho amplio de él. —Duele.

—¿Qué te sucedió?

La lluvia empezó a tamborilear contra su piel. —Mujer. Veneno.

—Resiste, pequeño dragón. —Él echó a correr. Después, ella recordaría poco. Mayormente

Page 64: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

sensaciones. Los músculos de esos brazos relajándose y contrayéndose con cada uno de lospasos apresurados. El uniforme latido de su corazón, tan diferente a los ocasionales golpeteosdel de ella. La esencia de su armadura de cuero mojado.

La forma en que la sostenía contra él y su olor, tiraron de los bordes deshilachados de sumemoria, pero no intentó unir las hebras. No le importaba lo bastante para intentarlo.

Él se detuvo dos veces… la última vez para deslizar una puerta. Una mujer jadeó. —¿Quéestás haciendo aquí? ¡No puedes estar aquí!

Él gruñó, el sonido vibró contra la frente de Lilette. —Aparentemente sí puedo.

Ella luchó por abrir los ojos cuando él la colocó sobre una esterilla de dormir. —¿Es ella, no escierto? ¿Lilette? —dijo la mujer.

—Ha sido envenenada —replicó él.

Después de un momento de vacilación, unas manos delicadas se presionaron contra el pechode Lilette. —Está fría. Su corazón está débil.

Lilette consiguió abrir los ojos y mirar hacia uno de los rostros más hermosos que había vistoen su vida, unos pálidos ojos verdes hacían un vivo contraste con sus rasgos oscuros. Losojos de la mujer eran redondos, su rostro alargado. Definitivamente no era harshena.

Abrió la boca de Lilette y olfateó. —Ha vomitado. —Se puso al nivel de ojos de Lilette—. ¿Tepincharon o lo consumiste?

El cuerpo de Lilette no parecía estar conectado al resto de ella. —Los rollos primavera.

La mujer asintió. —¿Cómo sabían?

Todo estaba demasiado borroso. Entrecerró los ojos, pero no sirvió de nada. —Como… rollosprimavera.

La mujer desapareció y el hombre se inclinó sobre ella. Era Han, su rostro marcado estabaretorcido por la preocupación.

Eso no la sorprendió. Alguna parte de ella lo había reconocido cuando la cargó. Y de algunaforma no quiso matarlo.

Desde algún lugar cercano, sonó una campana. Lilette miró fuera de la ventana. Ahora estabaoscuro. La mujer regresó precipitadamente a la habitación. Colocó la cabeza de Lilette sobresus rodillas y sostuvo una taza contra sus labios. —Bebe esto.

Lilette no tuvo mucha opción cuando el líquido entró en su boca. Inmediatamente tuvo arcadas.Reconoció el sabor de una vida de recoger los restos de viejas hogueras. Una mezcla decenizas revueltas con agua.

—Mantenlo adentro —advirtió la mujer—. Absorberá el veneno.

Lilette tragó para evitar que la mezcla saliera, pero tan pronto ésta alcanzó su estómago,vomitó inmediatamente.

Page 65: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Si quieres vivir, lo mantendrás adentro.

La taza se empinó de nuevo. Era grumoso y horrible, con trozos de carbón que se le pegabanen la garganta. Lilette tragó, y con todas las fuerzas que le quedaban, combatió la urgencia devomitar.

La mujer simplemente siguió vertiéndole más y más en la garganta. —He convocado a mieunuco. Será mejor que te vayas antes que alguien te vea —le dijo a Han.

Él bufó. —Creo que puedo manejar a tu perro sin cola.

Los ojos de la mujer se endurecieron. —Él no mantendrá tus secretos, y te matarán sidescubren que pusiste pie en el harén. —Su rostro se suavizó y estiró la mano, para tocar lacicatriz protuberante que iba desde su mejilla hasta su oreja deformada—. Mi hijo, lo sientomucho.

Él se apartó de ella de un jalón. —No quiero tu lástima.

Los ojos de la mujer se anegaron de lágrimas. —Vete. Antes que sea demasiado tarde.

Él le lanzó una última mirada a Lilette; con expresión inescrutable; antes de girarse y salir azancadas.

La mujer levantó la taza contra los labios de Lilette una vez más. Lágrimas cayeron de surostro sobre las mejillas de Lilette, como si fueran las propias. Lilette estuvo segura que laslágrimas no eran por ella.

La mujer le acarició la cabeza. —Mi nombre es Ko. ¿El tuyo es Lilette?

Sus entrañas tuvieron un retortijón, y se hizo un ovillo. —Sí. —Gimió de dolor—. ¿Han es tuhijo?

Dolor cruzó el rostro de Ko. —Sí.

—¿También Chen? —Lilette jadeó.

Ko sacudió la cabeza. —No. Su madre murió hace un año. —Eso convertía a Chen y Han enmedios hermanos.

El eunuco llegó. Era más joven que el primero que Lilette había conocido. Su rostro eraprácticamente infantil. —Avisa al Jefe Wang que la señora Lilette ha sido envenenada.Deprisa.

El niño corrió.

Más eunucos vinieron. Ko les ordenó que trajeran más braseros, agua y piedras para quehicieran vapor. —La sudaremos para sacarle el veneno. Sellen las ventanas.

Uno de los eunucos juntó las manos e hizo una reverencia a Ko. —Honorable señora, deberíairse. Nosotros cuidaremos de la chica.

Lilette apretó la mano de la mujer, rogándole en silencio que se quedara. No estaba segura de

Page 66: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

cuándo se la había sujetado.

Ko le regresó el apretón. —Me quedaré con ella. —No pasó mucho tiempo antes que el calorsofocante de la temporada calurosa se hubiera vuelto insoportable. El sudor bajaba por la pielde Lilette mientras los eunucos la abanicaban. Ella silenciosamente rogó a su corazón quesiguiera latiendo.

Ko siguió vertiendo agua en la boca de Lilette. A veces lo vomitaba, a veces lo manteníaadentro. Chen llegó con Wang y el curandero de la corte, otro eunuco con cabello grisdesgreñado que le circundaba su cabeza casi calva, su largo bigote descansaba sobre suvientre protuberante.

Todos los eunucos de la habitación se postraron apresuradamente. Ko se inclinó, pero no semovió de su posición como cojín para la cabeza de Lilette.

Chen le echó una mirada a Lilette y pateó un brasero. —¿Quién hizo esto?

Los eunucos se pusieron a gatas para barrer los carbones y la ceniza de vuelta al braseroantes que quemara la casa.

Cuando nadie le respondió, Chen se arrodilló junto a Lilette. Sus manos flotaron sobre sucuerpo antes de acomodarse suavemente sobre sus hombros. —¿Quién te hizo esto?

Ella parpadeó con la vista nublada, los halos alrededor de todos la hacían entrecerrar los ojos.—Una mujer. —Su voz era apenas un susurro.

Él descansó una mano sobre su frente húmeda y pegajosa. —¿Cómo lucía ella?

Lilette cerró los ojos. —Su rostro era alargado. —Tuvo que descansar—. Sus ojos muy juntos.—Otro descanso hasta que el mareo pasó—. Portaba un anillo con un dragón de cinco garrascon… con esmeraldas por ojos. —Volvió a recostarse, exhausta por el esfuerzo de hablar.

Chen se echó hacia atrás sobre sus talones, su rostro mostró incredulidad, que rápidamente sedeshizo en furia. Fulminó con la mirada al curandero, que ya estaba mezclando polvos enagua hirviendo. —Si ella muere, tú mueres. ¿Entendido?

El hombre hizo una reverencia, claramente aterrado.

Chen lanzó una mirada final a Lilette antes de salir como vendaval. Los eunucos lo siguieron,deslizaron el biombo y lo sellaron para evitar que el vapor escapara.

Ko observó al curandero añadir más polvos, con el ceño fruncido. —¿Qué es eso? —preguntóla madre de Han.

El curandero revolvió el brebaje con fuerza. —Honorable señora, es un veneno paracontrarrestar el veneno. Cenizas de ranas venenosas, ciempiés y serpientes. También lomezclé con costras de tierra para atrapar su alma dentro de su cuerpo.

Ko lo miró fijamente. —¿Le va a dar más veneno?

Él levantó el rostro de Lilette y la ayudó a bebérselo. Ella se atragantó y vomitó. —Este es sóloel primero de sus tratamientos. Debemos limpiar su cuerpo de las toxinas. Quítenle las

Page 67: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

vestimentas.

Los eunucos le quitaron la túnica y procedieron a tratar a Lilette en formas que ella esperabanunca experimentar de nuevo. Cuando todo hubo finalizado, estuvo demasiado exhausta paramantener los ojos abiertos y demasiado adolorida para dormir. Escuchó a Ko tararear mientraslos eunucos la abanicaban.

Eventualmente hubo una brisa de aire seco. Una fresca sábana de seda cubrió el cuerpo deLilette.

—¿Cómo está? —Era la voz de Chen.

El curandero respondió. —He hecho todo lo que he podido por ella.

—¿Y? —La voz de Chen poseía una advertencia innegable.

El curandero no respondió. Lilette sabía lo que su silencio significaba, pero estaba demasiadodébil para temer a la muerte.

—Lilette. —Se removió un poco. Sus miembros estaban muy pesados—. Lilette. Abre los ojos.

Ella parpadeó para descubrir que de nuevo era de mañana. Chen se erguía sobre ella. Sumano estaba cerrada sobre la nuca de una mujer. —¿Es ella quien te envenenó?

Era su esposa, Sima… o cualesquiera que fuera su nombre real. Sólo que ahora su túnica erala más fina que Lilette había visto nunca. Su cabello estaba acomodado en trenzaselaboradas, con peinetas enjoyadas y orquídeas destellantes en la coronilla.

Lilette asintió una vez. Los ojos de Chen relampaguearon.

Su esposa parecía no poder respirar adecuadamente. —¡Ni siquiera sabía que ella existía!

—Con la cantidad de espías que tienes por todo el palacio, Laosh, no lo creo. —La arrojó alsuelo. Como de muy lejos, Lilette observó cómo la mujer se puso de pie tambaleante. Chen seacercó a ella mientras los eunucos permanecían postrados.

Laosh alcanzó la pared. No había ningún lugar al que pudiera ir. Chen sacó lentamente suespada. —Y ella no es la primera.

Su esposa lo miró con ira. —¡Cuando te casaste conmigo juraste que no tomarías a otra! Se loprometiste a mi padre.

Él levantó la espada sobre su cabeza. —Parte de nuestro acuerdo era que me proveerías dehijos. Tu infertilidad anula nuestro contrato.

Los ojos de ella relampaguearon una advertencia. —Mátame y mi padre levantará en armassus ejércitos contra ti. Destruirá a tu ciudad, a tu gente. ¡Todo!

—Ni siquiera tu padre puede salvarte de la ley, Laosh.

Ella gritó hasta que la espada bajó, para silenciarla. Lilette acababa de atestiguar cómo Chenmataba a su esposa. Esperó a que el horror y el disgusto llegaran, pero no fue así. En su lugar,

Page 68: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

todo lo que sintió fue una indiferencia entumecida, como si nada de lo que veía fuera real.

Chen retrocedió un paso, con una expresión de repugnancia en el rostro. —Eunucos, limpieneste desastre. Envíen su cuerpo de vuelta a su padre. Él puede encargarse de enterrarla.

Caminó a zancadas hacia Lilette, con la sangre goteando de su espada. —¿Está muriendo?

El silencio fue la respuesta.

Abofeteó al curandero. —¡Respóndeme!

El hombre se quedó parpadeando desde donde había caído al suelo. —Sí, Heredero. Ella estámuriendo.

Chen se giró y salió sin dirigirles otra mirada.

Capítulo 7Traducido por Beneath Mist

Lilette vio algo esa noche, algo que la perseguiría el resto de sus días. ~Jolin

Los latidos del corazón de Lilette se alejaron más y más hasta que flotó de nuevo en elespacio intranquilo entre la vida y la muerte, como si desde la distancia sintiera el movimientoy la inquietud. Finalmente, una explosión le devolvió la consciencia. Aunque las mantasoscurecían la habitación, pudo ver los destellos de los relámpagos.

El viento azotaba la casa.

Chen estaba de pie en el umbral, espada en mano, y el agua goteaba de su ropa. Ante élhabía una mujer, ésta muy diferente a la última. Estaba demacrada y parecía de la edad deLilette. Su cabello húmedo a la altura de la barbilla, del color de las cenizas mezcladas contierra, estaba dividido exactamente por la mitad y metido detrás de sus orejas. Su extrañatúnica, que le llegaba a los pies, tenía un corpiño ajustado y se ensanchaba bajo sus caderas.

Era una de las Brujas. Lilette trató de hacer que su boca funcionara para decir algo, cualquiercosa, pero no pudo vencer la pared de dolor y debilidad.

—Estoy al tanto de que eres la mejor sanadora, así que sánala —le dijo Chen a la mujer.

—Ya te lo he dicho, no soy una sanadora, soy una pocionista —replicó, en un harsheno casiperfecto—. Pero es cierto, soy la mejor, y se podría discutir si las mejores pocionistas sontambién las mejores sanadoras.

Una mirada curiosa se apoderó de su rostro cuando se percató de la presencia de Lilette. —¿Qué le ha ocurrido?

Page 69: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Chen apretó los dientes. —Ha sido envenenada, es por eso por lo que necesito unapocionista.

Los ojos de la mujer se entrecerraron. —¿Con qué?

Le tendió un paño de cocina de aspecto familiar. —Lo encontramos en su casa.

Ella abrió la toalla, y sus cejas se levantaron cuando lo contempló. Seleccionó algunas de lasverduras mustias del rollo primavera y las sostuvo a contra luz.

Mordisqueó el extremo de una de ellas antes de escupirlo en el suelo. Se limpió la lengua consu manga húmeda por la lluvia. —Una variación simple pero eficaz del morte. Es bastante rara,y sólo está disponible con las Brujas del mercado negro, y sin el antídoto, siempre es letal.

Chasqueó la lengua en el paladar como si quisiera limpiar el sabor. —¿Has interrogado al quela envenenó? Sería de mucha ayuda saber cuánto ha consumido.

Los ojos de Chen se posaron en la esquina. Los eunucos habían fregado el suelo, pero lasangre lo había manchado de marrón oscuro.

La mujer siguió su mirada y ahogó un grito. Se volvió para enfrentar a Chen. —¿Qué hapasado aquí?

Él se negó a volver la mirada hacia la mancha. —El que la envenenó admitió su crimen y fuecastigado.

—¿Así que simplemente lo mataste? —murmuró la mujer.

Chen no se molestó en corregirla. —Soy el Heredero. Mi palabra es justicia.

Ella cerró la boca. —No quiero formar parte de esto.

Trató de pasar a su lado, pero él la bloqueó. —¿De verdad la dejarás morir por algo que yohice?

Ella miró a Lilette por encima de su hombro, como si hubiera olvidado que estaba allí. —Almenos puedo proporcionarle el antídoto. —Se puso frente al curandero rechoncho—. ¿Qué leha dado?

El hombre entrelazó los dedos y los posó sobre su estómago. —Estamos haciendo quesude…

La mujer sacudió la cabeza, como si estuviera disgustada. —Evidentemente. El calor va amatarme y yo estoy perfectamente saludable. ¿Qué más?

El frunció el ceño y miró a Chen. El Heredero simplemente le hizo un gesto para quecontinuara. —Las cenizas de criaturas venenosas para combatir el veneno de su interior, ycostras de tierra para atrapar su alma dentro de su cuerpo —dijo el curandero.

La mujer lo miró antes de volverse hacia Chen. —¿Está tratando de matarla?

El curandero farfulló una respuesta, pero la mujer lo ignoró. —Bien. La ayudaré —le dijo a

Page 70: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Chen—. Pero quiero que él se vaya.

El Heredero hizo un gesto al curandero, que pareció aliviado de abandonar la estancia.

Se arrodilló junto a Lilette y le apartó el cabello de su frente húmeda. —Soy Jolin. —Examinóla piel de Lilette, como si estuviera viendo algo desconcertante ahí. Sacó de su bolsillo unartilugio hecho de fragmentos de cristal coloreado conectados con cables delgados. Lo pusoen su nariz y miró a Lilette.

Jolin puso el cristal rosa sobre sus ojos y ahogó un grito. —Eres tú. —Se volteó hacia Chen—.Esta es la mujer que hemos estado buscando, la que nuestras oyentes percibieron.

Lilette casi rompió a llorar de alegría. ¡Al fin! Quería preguntar por su hermana, pero el dolorera una barrera que no podía cruzar.

—Es mi concubina —dijo Chen con firmeza—. No puedes llevártela.

Jolin frunció el ceño. —Todas las Guardianas deben venir a Haven para probarse.

—Esta no.

—Por piedad de las Creadoras…

—No invoques a tus diosas en suelo harsheno —advirtió Chen.

—También son tus diosas —murmuró Jolin en voz tan baja, que Lilette estuvo segura de quenadie más la había escuchado. Chica lista.

Los ojos tormentosos de Jolin se volvieron hacia Chen. —Está bien, la salvaré. Discutiremosel resto más tarde.

Él inclinó la cabeza, con los labios fruncidos. —No hay nada que discutir.

Ella murmuró algo ininteligible, y un sentimiento de resolución pareció asentarse en ella. Sinapartar en ningún momento sus ojos de Jolin, Chen salió de la habitación.

Ella lo ignoró intencionadamente mientras se retiraba. —Abran las ventanas y dejen que salgaeste insoportable calor.

Ko sacudió la cabeza. —Debemos hacer que exude el veneno.

Jolin comenzó a sacar semillas de un cinturón en su cadera. —Este calor la está matando másrápido que el veneno. Abran las ventanas y que uno de sus… —pareció esforzarse porencontrar una palabra apropiada para los eunucos— hombres la bañe con agua y la abaniquehasta que se enfríe.

Una brisa hizo cosquillas en los diminutos vellos del cuerpo de Lilette cuando parte del caloropresivo escapó. Cuando el agua fría se deslizó por su piel, suspiró de alivio.

—Volveré —dijo Jolin antes de salir. Cuando regresó unos minutos después, llevaba unpuñado de hojas de color verde oscuro—. ¡Fuera! —ordenó a los eunucos—. No puedo pensarcon todos estos cuervos aleteando alrededor —murmuró.

Page 71: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Cuando salieron arrastrando los pies, Jolin molió las hojas en un mortero. Después añadióagua fría, y cada giro de la mano del mortero parecía inculcarle un sentimiento de resoluciónmás fuerte. Momentos después, vertió la mezcla en la boca de Lilette.

Tenía un sabor fresco, verde, y un poco amargo. Lilette lo tragó como acto reflejo, su cuerpo loreconoció de alguna forma como algo que necesitaba desesperadamente. De repente, loscalambres de su estómago se aliviaron. Con parte del dolor y del calor insoportabledisminuidos, varios de sus músculos se destensaron y ella se relajó. Cerró los ojos cuando sucorazón comenzó a disminuir su ritmo incluso más.

—Bien. El antídoto ya está funcionando. —Jolin se inclinó sobre ella tan cerca que Lilette pudosentirla—. Tendrás que luchar si quieres vivir.

Con un poco de su dolor vencido, Lilette descubrió que podía hablar de nuevo. —Nunca hedejado de luchar.

Alguien puso una oreja contra su pecho y dijo: —Vinimos a buscarte, sabes. Sentimos tucanción, aunque nos imaginábamos que estabas lejos al sudeste. Eres una de nosotras, unade las Guardianas. Tú cantas y el mundo obedece.

El agotamiento invadió a Lilette, y las palabras de la mujer se volvieron confusas en sucabeza. Lilette deseó que la dejara en paz. Estaba muy cansada.

—Necesito que sigas despierta, Bruja novata —dijo Jolin—. No hemos venido de tan lejossólo para que te mueras ahora.

—Llegan tarde —logró decir Lilette. Podía escuchar a Jolin trabajando sobre su mortero.

La mujer dejó escapar una risita. —Si estuvieras en manos de alguien más, estarías perdida.Afortunadamente, estás en las mías, y yo soy la mejor.

A pesar de sus palabras, Jolin sonaba realmente preocupada. Comenzó a cantar en ellenguaje de las Creadoras, el lenguaje del poder. Lilette había olvidado esas palabras tiempoatrás, pero el sonido y el ritmo eran tan familiares como el latido de su propio corazón.

Lilette sintió que alguien la levantaba desde atrás. Era Ko. El charco de sudor que se habíaformado en el hueco de la garganta de Lilette ahora descendía entre sus pechos. Alguienvertió algo en su boca.

—Estas hierbas acelerarán tu corazón —explicó Jolin—. No mueras antes de que empiecen afuncionar.

Ko y ella recostaron de nuevo a Lilette, y sintió cómo estaba dejando de funcionar por sí sola.Se estaba haciendo más difícil respirar. Unos momentos después, el corazón de Lilette latióuna vez más y se detuvo.

—No —exclamó Jolin—. Sólo dale tiempo a las hierbas para funcionar. Dales sólo unmomento.

Lilette regresó de la frontera de algo más oscuro que el sueño, para responder: —Lo siento.

Todo comenzó a nublarse. Deseó que su corazón latiera de nuevo, y lo hizo, una vez. La

Page 72: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

estancia se hizo más brillante, y la luz inundó todo a su alrededor hasta que destelló en unblanco cegador.

El último sonido que escuchó fueron los sollozos de Ko. Y después ocurrió lo más extraño. Através del resplandor apareció una silueta alargada y delgada. Después de un momento lasilueta adoptó la forma de una mujer, y de pronto Lilette la reconoció. —¿Madre?

Lellan extendió las manos y acunó sus mejillas. —Hija, no tengo mucho tiempo. Debesescuchar.

Además de Lellan, había una música desgarradoramente hermosa. Llenó el cuerpo de Lilettecon anhelo, un dolor más profundo que cualquiera que hubiera llegado a imaginar alguna vez.—Me estoy muriendo.

La sonrisa de su madre desapareció. —Así no. Esta labor necesita una mártir.

Lilette inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Qué quieres decir?

—No se supone que observemos, y ciertamente no podemos interferir, pero no puedo soportaresto. Se han puesto en marcha cosas terribles. Destruirán el mundo entero.

Lilette apartó su atención de la cautivadora música para centrarse en su madre. —No loentiendo.

Lellan presionó las yemas de sus dedos contra la frente de Lilette. Inmediatamente, Lilette sevio inundada con escenas de caos y destrucción, ciudades enteras ardiendo, ejércitoscolisionando con la fuerza de una ola al romper, tornados y monzones arrancando la vida de lafaz de la tierra. Por último, Harshen hundiéndose en el océano, el palacio en sí fue la últimacosa en desaparecer bajo las aguas agitadas.

Impactada, Lilette dejó escapar un grito de horror. Se dijo a sí misma que esas cosas terriblesno habían ocurrido, que no podrían ocurrir nunca.

Lellan cerró los ojos. —Salva a los que puedas.

Lilette tomó aliento, temblorosa.

—He preparado el terreno para ti —continuó su madre—. Todo lo que necesitas es estarpreparada. Encuentra la ciudad Arboleda.

—Pero Chen… Estoy atrapada en su harén.

Los ojos de Lellan brillaron. —Chen tiene razón en una cosa: eres un arma, pero no una que élpueda empuñar. Pruébale que su arma puede volverse contra él.

La respiración de Lilette se entrecortó. Se estaba desvaneciendo, algo la empujaba hacia laluz y la música. Y de repente no le importaba salvar el mundo. Anhelaba la música, sólo lamúsica.

—No hay tiempo. Si no detengo esto ahora, morirás. —Lellan la agarró de ambos brazos—.Eres mi hija, una guerrera del mundo, no un juguete para príncipes. ¿Vas a hacer lo que seanecesario?

Page 73: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

A Lilette le costó tener que apartarse de la música y la luz. —Sí.

Su madre asintió. —Vive. —La palabra brotó como una canción, y la carne de Lilette respondióa la orden. Se hundió de nuevo en su cuerpo. Lellan se arrodilló junto a ella y presionó loslabios contra la frente de su hija—. Que la luz te guíe.

Caminó hacia el resplandor, que se atenuó antes de desaparecer por completo. La música sealejó más y más. Las lágrimas brotaron de los ojos de Lilette, y llenó su cuerpo un dolor que notenía nada que ver con su enfermedad.

Ko estaba desplomada, llorando, con la cabeza entre las manos. Lilette tomó aire en un jadeo.Su corazón palpitó con fuerza, llenándola con una explosión de sangre. Aspiró aire con suspulmones famélicos.

Jolin se irguió y puso la oreja contra el pecho de Lilette para escuchar su corazón.

—Algo de beber —murmuró Lilette.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Ko.

Jolin palmeó su muslo. —¡Sabía que podrías hacerlo!

—Por favor —rogó Lilette. Su garganta estaba tan seca, que las palabras le salían como dospiedras que se rozaban entre ellas.

Ko llamó a los eunucos de fuera de la habitación. Se apresuraron a acudir, y prácticamentetropezaron para servirla. Ella se sentó sobre sus talones. —¿Cómo es esto posible? Estabamuerta. Tú misma lo dijiste.

Jolin se puso el cabello detrás de las orejas. —Fue la poción que le di. Le aceleró el corazón.

Mientras Lilette miraba al espacio donde su madre había desaparecido, el anhelo llenó supecho.

Ya añoraba desesperadamente la música.

Capítulo 8Traducido por mariabluesky

Traje a una mujer de vuelta de la muerte. A veces mi proeza me asombra hasta a mí. ~Jolin

—Tú sabías que nuestro grupo vino aquí a buscarla—dijo una voz femenina.

Después de varios segundos de silencio, un hombre respondió: —Sí.

—Y aun así nos hiciste creer que no sabías dónde estaba ella —dijo la mujer.

Page 74: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette se despertó de su sueño para escuchar la conversación. No sabía si había dormidodurante horas o días, sólo que afuera había luz.

Los brazos de Chen estaban cruzados en su pecho. —Si les hubiera contado dónde estabaella, habrían intentado llevársela.

Jolin se paró ante el Heredero, con los puños en las caderas. —Todas las Brujas deben ir aHaven para aprender. Es la ley.

Chen la fulminó con la mirada, su pulgar tocando la empuñadura de su espada. —No es la leyde Harshen.

—Sé lo que estas intentando hacer—gruñó Jolin—. Te lo prometo, esto no terminará bien.

—Tú no sabes nada.

Lilette no se perdió la amargura en su tono. Ella se humedeció la boca con saliva y susurró: —Llévame contigo.

Jolin la miró, con el triunfo resplandeciendo en sus ojos. —¡Lo sabía! Sabía que ella no querríaquedarse aquí.

Lilette se permitió un momento de satisfacción, pero se acabó deprisa cuando Chen se movióhacia dos eunucos detrás de él.

—Tráiganme su cinturón de semillas.

—¿Qué? ¿Qué estás haciendo? —Jolin dio marcha atrás, y le dio una patada a uno de loseunucos, cuando él se abalanzó hacia ella. Los eunucos le quitaron el cinturón y se echaronatrás.

Lilette empezó a incorporarse, determinada a ayudar a Jolin, pero Ko la sujetó. —Quédatequieta —susurró la mujer mayor—. Lo que digas o hagas sólo lo empeorará.

Chen cogió el cinturón, recorriendo con sus dedos algunos de los compartimentos. —Asegúrense de que ninguna de ellas sale de la casa.

El pecho de Jolin se levantó y bajó mientras respiraba con fuerza. —¡No puedes retenermeaquí!

Chen le lanzó una mirada fulminante. —Me temo que no tengo otra opción. Si las Brujassupieran que Lilette está aquí, tomarían represalias, y mi imperio estaría en peligro. No puedopermitirlo.

Lilette quiso estrangularlo.

Jolin intentó caminar detrás de él, pero los eunucos le bloquearon el camino.

—¿Entonces para que me trajiste aquí en primer lugar?

Chen se dio la vuelta, evaluándola. —Ella estaba demasiado débil para hablar. Nunca se meocurrió que dedujeras lo que era sólo con mirarla. Y se estaba muriendo.— Su voz se perdió al

Page 75: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

final, como si realmente se preocupara.

—¡Ella es blanca! Tenías que haber sabido que lo descubriría.

Chen se rio entre dientes.

—No es como si ella fuera la única concubina blanca en el harén. Mi padre tiene diversosgustos en mujeres.

—Sin conocimiento —Jolin tragó—, ella es tan inútil para ti como un halcón con las alascortadas.

Después de un momento, Chen dijo: —Veo la verdad en eso. Es por ello que tú le enseñarás.

—¡No haré tal cosa! —ladró Jolin—. No enseñaré a tu concubina cómo pelear contra nosotras.

Él dio un paso hacia ella. —Le enseñarás. Estoy seguro de ello.

—Estás asustado, es de donde viene todo este enfado. ¿Es porque soy una Guardiana? ¿Osimplemente temes a algo más poderoso que tú?

Chen cerró su puño. —Si tú hubieras visto las cosas que yo he visto, si conocieras las cosasque conozco, también estarías asustada.

Jolin miró el puño de él. —Tócame y te arrepentirás.

—Tu canción no es lo suficientemente fuerte para hacer daño real.

La mano de ella fue un borrón cuando lo abofeteó. —¡No es sólo mi canción la que puedeherirte! —Los eunucos se lanzaron hacia delante y la frenaron.

Chen presionó los dedos contra su mejilla enrojecida. —El castigo por golpear al Heredero esla muerte. Como recompensa por salvar a Lilette, perdonaré tu vida. Pero serás azotada paraenseñarte buenos modales. Después de todo, no puedo tener otra concubina con tan pocorespeto por su Heredero.

Jolin lo miró con la boca abierta. —No te atreverías. —Él inclinó la cabeza y le dio una sonrisatorcida antes de que ella dijera—. ¡Mis Guardianas nunca lo permitirán!

Él se encogió de hombros. —Cogiste la misma peste que tenía mi concubina. Causafurúnculos por toda la cara. Muy desfigurante para el cuerpo.

Jolin luchó contra los eunucos que la sujetaban. —No tienes ni idea del nido de víboras en elque te estás metiendo.

—¿No?—Chen rio, pero no había humor en su risa—. Cinco azotes —le dijo a los eunucos, yentonces se giró y se fue sin mirar atrás.

Los eunucos empezaron a arrastrar a Jolin.

—Por favor —dijo Lilette estirando la mano hacia ellos.

Ko descansó su mano sobre el hombro de ella. —Ellos no tienen elección.

Page 76: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin pateó y se retorció.

—Pagaran por esto. ¡Lo juro! Las Brujas harán caer una maldición sobre sus cabezas.

—No luches contra ellos —dijo Lilette débilmente—. Guárdalo para cuando sirva de algo. —Pero Jolin estaba gritando y luchando con tanta fuerza, que Lilette dudó de que la hubieraescuchado.

Cuanto estuvieron fuera del alcance del oído, Ko susurró: —Jolin debería estar agradecida quesólo son azotes.

—Él no puede forzarla a ser su concubina. No es correcto —dijo Lilette.

—Él puede hacer lo que quiera.

Lilette lo sabía mejor que nadie.

—¿Le creerán las Brujas?

La mirada de Ko estaba fija en el suelo. —No lo sé.

Un eunuco le trajo a Lilette otro tazón de rico caldo. Aunque Ko tuvo que ayudarla a sentarse,fue capaz de sujetar el tazón y bebérselo ella sola. Fue un alivio cuando su cuerpo le dio labienvenida a la comida en vez de rechazarla.

—¿Cuánto tiempo he estado dormida? —preguntó ella.

Ko le rellenó la taza de té. —Casi un día entero.

Lilette pasó su mano sobre su cara en frustración. Un día entero desperdiciado. —¿Jolin dijoalgo sobre mi hermana? —Bajó su tazón vacío—. La vi con las otras Brujas.

Ko sacudió la cabeza. —Lo siento.

Lilette terminó unas pocas tazas de té que los eunucos habían preparado de acuerdo con lasinstrucciones de Jolin. Entonces Ko hizo salir a todos los eunucos.

A pesar de su preocupación por Jolin y la angustia por su hermana y las demás, Lilette sedurmió. Se despertó a hora avanzada de la tarde, sintiendo como si ya no estuviera en manosde la muerte.

Un eunuco que había estado arrodillado en una esquina, se postró y salió de la habitación. Kovino unos momentos después con más caldo, esta vez con fideos. Lilette se sentó por si solapor primera vez en dos días. Una cosa muy pequeña, pero que pareció una victoria. Aunquetemblaba, era capaz de beber ruidosamente la comida ella sola. Ko se fue durante un ratomientras el eunuco bañaba a Lilette. Entonces se durmió de nuevo.

Cuando abrió los ojos después, estaba frio y la luz era suave, era de mañana. Eso hacía tresdías desde que Laosh la había envenenado. Cinco días desde que Lilette había abandonadoCalden. Una punzada de nostalgia se disparó en su interior.

Una brisa fluyó a través de las ventanas abiertas. Otro eunuco le trajo a Lilette un poco de

Page 77: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

arroz, fruta y té. Entonces Ko se arrodilló al lado de la esterilla de dormir e hizo salir a loseunucos.

Lilette se metió un trozo de mango a la boca. Dulce y ácido, con un regusto metálico.

—¿Cómo está Jolin?

Ko suspiró. —Ha estado luchando, por tanto le dieron tintura del sueño. Todavía no hadespertado.

Lilette se armó de valor. Tendría que ser paciente, pero la paciencia nunca había venidofácilmente a ella.

—Tienes que tener cuidado en cómo te diriges al Heredero. Sólo el Emperador es máspoderoso —dijo Ko amargamente.

Lilette miró fijamente a la distancia y esperó que su canción la hiciera más fuerte que Chen.Sus dedos se sintieron grandes y torpes cuando agarró los palillos.

Ko la miró. —¿Recuerdas que te encontré vagando por el recinto, perdida y desorientada?¿Qué te ayude a traerte aquí? —Había tensión en Ko, una tensión en su cara, y parecíaexhausta.

Lilette tragó. —Han me trajo aquí.

Sin encontrar su mirada, Ko removió el arroz. —Estabas muy enferma. Debes de haberimaginado eso.

—¿Por qué tienes tanto miedo de que yo recuerde?

Ko inclinó la cabeza. —Matan a cualquier hombre que entre en su harén, además delEmperador o el Heredero, e incluso él debe estar escoltado por el eunuco jefe. Ningún hombrepuede poner los ojos sobre las concubinas imperiales si el Emperador no lo desea, aun si esehombre es mi hijo. —Ko finalmente alzó la vista, con una máscara suplicante sobre el rostro—.Por favor.

Lilette no se lo podía negar. No después de todo lo que había hecho. —Tu secreto… el secretode él, será mi secreto.

Ko soltó un profundo suspiro. —Después de que tú y tu familia escaparan, lo apartaron de mí ycerraron con llave el harén, para que ni siquiera los niños pudieran salir. La noche en que tetrajo aquí fue la primera vez que lo vi en ocho años. —Había tristeza en su voz, aunque su carapermaneciera como una máscara—. Apenas lo reconocí, a mi propio hijo.

—El Jefe Wang me dijo que se llevaban a los niños a los doce —dijo Lilette. Han sólo teníadiez cuando ella se marchó, mientras que a Chen le faltaban unos días para los doce.

—No me dijeron por qué se lo llevaron antes —dijo Ko bajito.

La determinación de Lilette de escaparse se hizo más fuerte en su interior. No daría a luz aniños sólo para renunciar a ellos y no volver a verlos nunca.

Page 78: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Mirando fijamente por la ventana, estudió los guardias que patrullaban las murallas. ¿CómoHan había conseguido entrar? ¿Cómo la había encontrado?

—¿Hay una salida?

Ko contempló la esterilla en la que se había arrodillado. —Somos el tesoro mejor guardado detodo el imperio. Dejar el recinto sin permiso es la muerte.

Si Han lo consiguió, Lilette también. Ella no tenía miedo de la muerte. Ya no. De hecho, unaparte de ella la añoraba. No comer durante varios días había hecho que su estómago seencogiera. Se forzó para terminarse la comida.

Ko recogió los platos y se fue justo cuando Jolin entraba rígidamente y deslizaba el biombopara cerrar. Sus ojos estaban nublados, su pelo mustio. Había líneas de dolor en su rostro.

Con un gemido, se relajó y presionó su oreja contra el pecho de Lilette. —Es más fuerte. —Inclinándose hacia atrás, sobre sus piernas, apretó los labios—. Podría haber jurado que dejóde latir. Por lo general no me equivoco, en nada. —Parecía que trataba de convencerse a ellamisma.

Con miedo a que su rostro revelara la verdad sobre lo que realmente ocurrió la noche en quehabía muerto, Lilette apartó la vista.

—¿Realmente eres Lilette? —preguntó finalmente Jolin. Lilette asintió.

—Te recuerdo. Antes de que desaparecieras. —Jolin continuó—. Fui a verte cantar una vez…nunca había escuchado nada así. Estabas destinada a ser la siguiente Principal de la Luz,como yo seré la siguiente Principal de las Plantas. Después de que tu barco se hundiera, teconvertiste en una leyenda. El único cuerpo que nunca se encontró.

Lilette se estremeció. De repente se acordó de haber cantado para multitudes, miles. —¿Principal de qué?

No pareció que Jolin notara la angustia de Lilette. —La Principal de la Luz es siempre elegidaporque su canción es la más fuerte. Yo debería ser la Principal de las Plantas, una posiciónelegida por la habilidad con las pociones. Pero Garen es mi rival.

Lilette no entendió la mitad de eso. Jolin inclinó su cabeza y preguntó: —¿Qué pasó contigo?

—Sobreviví.

—¿Aquí?

Lilette echó un vistazo en dirección a su isla. —No. Apenas me encontraron hace unos días.

Jolin aspiró entre dientes, pensativa. —No pudieron haber seguido el mismo rastro quenosotras.

Lilette le lanzó una mirada burlona. —¿Rastro?

—Brujas, llamadas oyentes, están siempre pendientes de la canción perdida de alguna Bruja.Cuando las oyen, envían un barco para encontrarlas y traerlas de vuelta. En este caso, oyeron

Page 79: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

una canción muy fuerte y enviaron a nuestro grupo para encontrarte.

Así que, era así como las Brujas habían sabido dónde buscarla. Si Fa no le hubiera prohibidocantar, la habrían encontrada años antes, y ella podría haberse ido a casa. Pero entoncesnunca habría conocido al hombre que la crio, su tranquila bondad y su determinación dehierro.

—¿Entonces, como me encontró Chen?

Los dedos de Jolin pincharon suavemente su espalda e hizo muecas de dolor. —LasGuardianas tienen oyentes. Los Emperadores tienen espías.

Lilette meditó esto silenciosamente, preguntándose quién de su isla la había traicionado.

—Siento que te azotara.

La mandíbula de Jolin se apretó. —Las posibilidades de éxito de Chen en este asunto sondiminutas. Tan pronto como las oyentes se den cuenta que estamos aquí, vendrán a pornosotras. Y entonces las Guardianas lo quitarán por la fuerza de su trono y lo degollarán.

Lilette parpadeó. —Estás convencida.

—Ah, sí —resolló Jolin—, y me aseguraré de que lo azoten antes de que lo hagan. —Sus ojosdestellaron con un oscuro placer.

Lilette se quedó mirando a la nada. —Y desnudo. Le deberían hacer afrontar desnudo a lamuchedumbre.

Jolin asintió. —Brillante.

Se quedaron en silencio, deleitándose de sus oscuras fantasías. Casi al mismo tiempo, susojos se encontraron y se echaron a reír.

—Vamos —dijo Jolin—, debes moverte si quieres recuperar la fuerza.

Con la ayuda de Jolin, Lilette se levantó para estar en pie por primera vez en casi tres días. Sesintió inestable y débil, pero el dolor se había ido.

—¿Y mi hermana?

Jolin enganchó su brazo con el de Lilette y la ayudó a caminar despacio alrededor de lahabitación.

—Insistió en encabezar la búsqueda. Estaba bajo el delirio de que las oyentes te habíanencontrado. Obviamente no era un delirio después de todo.

Un dolor llameó en el pecho de Lilette. Sash se había quedado para terminar su formacióncomo Bruja, mientras que Lilette y sus padres habían venido a Harshen.

—¿Qué creyó que pasó con nosotros? —Pero lo que Lilette realmente quiso preguntar, eraporque su hermana no había venido a buscarla.

—Que su barco se incendió y todo el mundo murió —contestó Jolin.

Page 80: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¿Y nadie lo puso en duda?

Jolin miró a lo lejos. —Tenían el cuerpo de tu madre.

Lilette dio unos pocos pasos más, ya cansada. —¿Y por qué viniste tú?

—Por las plantas —contestó Jolin— Tenemos muy poco contacto con Harshen. Sus plantasson únicas en las islas. No podía desaprovechar una oportunidad para estudiarlas. —Respiróhondo—. Enviaron a más de treinta de nosotras, un poco excesivo, pero Harshen tiene lareputación de tratar mal a las mujeres. Queríamos más de tres círculos de fuerza completos.

—Hicimos una parada aquí para solicitar el permiso del Emperador para buscarte en Harshen.Sorprendentemente, no cooperó. Entonces el Heredero Chen vino a nuestros aposentos y nosofreció un acuerdo, curar a su concubina y él nos concedería nuestra petición. —Jolin se rioentre dientes secamente—. No me extraña que estuviera tan ansioso por llegar a un acuerdo.Nos quería fuera de la ciudad y lejos de ti.

—¿Qué eran esos cristales planos que llevabas sobre los ojos?

Jolin los sacó del bolsillo y se los entregó a Lilette.

—Anteojos. Los inventé yo. Me muestran el tamaño verdadero de un aura, el cual guardarelación directa con la fuerza de una Bruja. La mayor parte de las Brujas tiene auras doradas onaranjas. La tuya es casi blanca. Y eres muy, muy fuerte.

Lilette se puso los anteojos y contempló su mano. —No veo nada.

—No todas pueden. —Jolin la evaluó—. Lo estás haciendo sorprendentemente bien para seruna mujer que básicamente murió hace dos días.

Lilette no se sentía bien. Se sentía apaleada y débil, pero todavía se estaba moviendo, aunquedespacio.

Jolin la ayudó a sentarse y echó un vistazo al biombo cerrado. Se acercó más. —¿Y qué hayde Ko? ¿Confías en ella?

Ko se había quedado al lado de Lilette durante días, sosteniendo su mano y ocupándose deella. De alguna manera, un vínculo se había formado en ese tiempo, pero la traición era másgrande que una amistad recién descubierta. —Sólo hasta cierto punto.

—Hasta que lo sepamos con seguridad, deberíamos tener cuidado con lo que decimos a sualrededor —dijo Jolin.

Recargándose, Lilette asintió. Entonces una sonrisa extraña apareció en su cara.

—¿Realmente vas a enseñarme?

—No puedo. Tanto si quieres como si no, tu canción será usada contra Haven. No puedo serresponsable de eso.

Algo agudo se enroscó dentro de Lilette. —Por favor, todo está allí… el lenguaje de lasCreadoras y las lecciones de voz; simplemente están encerrados en mi interior. Si puedo

Page 81: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

recordar aunque sea un poco, el resto saldrá después. —Tenía que.

Jolin cerró los ojos. —Te convertirá en un arma.

La madre de Lilette la había llamado guerrera. Y Jolin le podría enseñar a ser una. Lilette sesorprendió mucho de cuanto añoraba eso.

—No podrá manejarme si escapamos.

Jolin la estudió.

—¿Y vendrás a la ciudad Arboleda para aprender?

Lilette dejó salir todo el aire precipitadamente. —Sí.

Jolin estuvo en silencio un momento, con el rostro severo. Echó un vistazo al biombo cerrado.

—Muy bien. —Pareció que las palabras le costaban mucho—. Eres lamentablementeignorante, por tanto sólo voy a atenerme a lo que podría serte de utilidad. Cantando como uncoro podemos controlar la naturaleza, las estaciones, las tormentas.

—Recuerdo eso. —Lilette inhaló cuando el recuerdo cálido emergió. Su madre cantaba en uncírculo con otras Brujas, y unos extraños colores bailaban alrededor de ellas como si el mundoles respondiera.

—Individualmente —continuó Jolin—, la canción de una Bruja puede controlar plantas.Cántale a una semilla para convertirlo en un árbol completamente crecido, que entoncespodrás manipular. Cuanto más fuerte es la Bruja, más rápida y mejor será la respuesta.

Otro recuerdo, uno mucho más oscuro asaltó a Lilette. Cantaba con su madre en un pasillosombrío mientras unos hombres cargaban hacia ellas con lanzas. Su canción habíadespertado a una bestia que se estrelló contra los hombres con rayos y viento.

Sólo era una niña por aquel entonces, incapaz de entender que los elementos simplementerespondían a su llamada… que la matanza de hombres que amenazaban a su familia estabajustificada.

Jolin debió de ver la angustia en la cara de Lilette. —Lo siento.

Lilette limpió las lágrimas de sus mejillas. Había pasado mucho tiempo desde que habíallorado. —No, necesito esto, necesito recordar. No es correcto olvidar a la gente que me amótanto.

Jolin respiró hondo y se estremeció como adolorida. —Déjame escucharte cantar.

—Sólo puedo recordar una canción, y entiendo poco del lenguaje de las Creadoras.

—Sólo canta algo —dijo Jolin.

Lilette cantó la canción de un pescador. Jolin escuchó, con el rostro retorcido por laconcentración. Cuando la última nota se convirtió en silencio, respiró hondo. —Tu voz es muyhermosa —confesó de mala gana—, y cuanto más hermosa es tu canción, más fuerte es.

Page 82: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin empezó a enseñarle el lenguaje de las Creadoras, el lenguaje del poder. Las palabras semoldeaban en su lengua antes de cortar el aire, como un ave en vuelo. Los elementoscobraron vida alrededor de Lilette.

Jolin le hizo perfeccionar cada canción antes de pasar a la siguiente. Cuanto más cantabaLilette, los recuerdos encerrados en su mente más se presionaban contra la barrera que lasmantenía cautivas. Antes del anochecer, le dolía la cabeza y estaba tan cansada que apenaspodía mantener los ojos abiertos.

Después de comer, ella y Jolin durmieron en el mismo cuarto. Los sueños de Lilette estuvieronllenos de recuerdos nadando con su padre, y su madre y hermana jugando en la arena.

Sus sueños fueron interrumpidos cuando Ko empujó el biombo, con una lámpara encendidaen la mano. Lilette se sentó, y levantó la mano para protegerse del resplandor. Un vistazo fuerade la ventana reveló que probablemente era algún momento de las horas más oscuras.

—La armada de Vorlay ha sido avistada —dijo Ko jadeante—, su rey ha venido para hacerpagar a Harshen por matar a su hija.

Capítulo 9Traducido por mariabluesky

Salvé su vida. Ella nunca me lo agradeció. ~Jolin

Jolin se levantó de golpe.

—¿Qué?

—La esposa de Chen, Laosh, fue la que envenenó a Lilette. Ella era una princesa de Vorlay yChen la mató —explicó Ko—. Hay más de cien barcos, todos ellos hondean los colores deVorlay.

Esforzándose por hacer que su cuerpo débil trabajara correctamente, Lilette se puso en pie. —Eso es imposible. ¡Laosh sólo lleva muerta cuatro días! ¿Cómo podrían haber recibido elmensaje tan pronto? Y Vorlay está a más de tres semanas de distancia con vientos favorables.

—Laosh tenía más espías que el Emperador, y era aficionada a sus palomas. —Ko se dio lavuelta para encarar el cuarto principal, por donde los eunucos entraban—. Enciendan laslámparas. Entonces esperen en la puerta principal y no se vayan hasta que el Emperadorenvíe un mensaje.

—Pero señora, el harén será el último en recibir la noticia —dijo el eunuco de Ko, con lacabeza inclinada.

—Dije que vayan. — Ko miró intencionadamente en algún lugar entre Lilette y su eunucopersonal.

Page 83: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Ve con él — dijo al eunuco—. Deprisa.

Los dos hombres intercambiaron miradas y se pusieron sus túnicas externas. Antes de quedejaran la casa, cada uno encendió su lámpara, un recipiente lleno de aceite, con un corcho yfieltro en el centro.

Lilette empezó a vestirse tan rápidamente como sus dedos le permitían. Jolin la ayudó aterminar, y entraron arrastrando los pies en la habitación principal. En la débil luz de lalámpara, Lilette echó un vistazo alrededor. La casa se parecía mucho a la primera, unrectángulo largo con habitaciones a ambos extremos del salón principal. Los eunucos dormíanen la habitación donde se almacenaba la comida. Estaba la habitación que Lilette y Jolinacababan de dejar y una cuarta habitación que compartía una pared con ella. Ko salió de lahabitación y puso una lámpara en la ventana.

—Se tardarán un rato. —Se arrodilló ante el brasero y lo encendió con el corcho de otralámpara.

—Siéntense, ambas —dijo—. Me están poniendo nerviosa.

Lilette dudó antes de obedecer.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Jolin.

Ko desapareció en la cocina y salió con tazones de arroz y verduras.

—La única cosa que toda mujer puede hacer, esperar. —Hizo señas hacia los tazones—. Ymientras tanto podemos hacer el desayuno.

Cuando Lilette ayudó a cocinar, se dio cuenta que el cuarto donde ella y Jolin habían estadodurmiendo era de Han. Había cambiado mucho desde que era un niño. Su sonrisa solía venirfácilmente cuando seguía a Lilette a todas partes. ¿Qué le había convertido en un hombre tanduro?

Después de comer, las tres mujeres limpiaron los platos en silencio. La luz gradualmente tocóel cielo. Pronto, la luz eclipsó a las lámparas. Cuando Ko las apagó, los pábilos de corchoburbujearon en el aceite. Justo cuando Lilette iba a exigir que fueran a averiguar lo quepudieran ellas mismas, la puerta exterior se abrió suavemente y entró un eunuco que no habíavisto antes.

La mayor parte de los eunucos eran un poco rechonchos, sus cuerpos extrañamente calvos,pero ese era delgado. Había algo fuerte en él, no sólo su cuerpo, también la forma en la que semovía. No tenía nada de las manos suaves y maneras de los otros eunucos. Él se veíadiferente a los harshenos. Era algo en la forma de sus ojos y en la longitud de su cara. Con unsobresalto, Lilette se dio cuenta que era de la misma raza que Ko. La mirada del eunuco seclavó en Lilette y Jolin, y su expresión se cerró.

Ko se puso en pie. —¿Lang, qué pasa?

Su mirada aleteó recelosamente sobre Lilette y Jolin. —¿Confías en ellas?—preguntó conincredulidad—. Son Brujas.

Ko respiró hondo. —No se parecen a las demás.

Page 84: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

El gruñó. —Lo dudo mucho.

—¿Qué...? —empezó Jolin.

—¿Realmente la armada de Vorlay está ahí fuera? —interrumpió Ko.

Los labios de Lang se apretaron en una fina línea. —Sí, ahora están rodeando la isla. ElEmperador ha enviado sus barcos, levantó la cadena del puerto, llamó a todas sus tropas yarmó a los ciudadanos.

—¿Será suficiente?— preguntó Lilette.

Su mirada franca se fijó en la suya. —No. Vorlay es una bestia comparada con nosotros. Chenfue un tonto al matar a su princesa.

Lilette se dio una palmada en la pierna con frustración. —¿Entonces por qué lo hizo?

—Porque el mismo veneno fue utilizado para matar a su madre hace aproximadamente unaño.

La boca de Lilette se abrió de golpe. —Entonces Laosh...

—Mató al menos a cuatro personas —terminó Lang—. La mayor parte de ellos fueronasesinados como parte de sus maniobras políticas.

Después de varios segundos de silencio, Ko dijo: —Estás subestimando al Emperador Nis.

—Nis ha confiado demasiado en nuestra distancia de otras naciones para mantenernosseguros. —La voz de Lang estaba estrangulada por la cólera—. Harshen tiene un tercio menosde barcos, pocos de ellos son barcos de guerra. La ciudad no tiene murallas propiamentedichas. La línea de defensa es extensa e ineficaz. El recinto palaciego está bien fortificado, poreso durará un poco después de la caída de la ciudad. Pero las paredes no puedenpermanecer en pie para siempre, no con arietes y flechas y soldados con ganchos y cuerdas.Luchar nos ganará algo de tiempo, pero nada más.

Lang hizo un sonido grave en la garganta, su mirada fija en Lilette. —Habría sido mejor paraHarshen que hubieras muerto cuando Laosh te envenenó.

La culpa y la cólera se enroscaron en el interior de Lilette. Nada de eso era su culpa, pero ellahabía sido un catalizador. —Laosh eligió su propia senda.

Lang resolló. —Y el Heredero eligió la nuestra.

Lilette sacudió la cabeza, sin creérselo todavía. —No podrían haber llegado tan lejos tanrápidamente. No es posible.

El eunuco la estudió con tranquilidad. —¿No?

Lilette se frotó las sienes e imaginó las cartas náuticas que había visto en casa de Bian. —Enesta época del año, los vientos no son correctos. Adentrándose en ese viento, habríannecesitado semanas para viajar de Vorlay a Harshen.

Page 85: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lang se cruzó de brazos. —Se dice que tuvieron ayuda.

—¿Qué estas sugiriendo? —exigió Jolin.

Él encontró su mirada con la cabeza en alto. —Que las Brujas de Kalari los están ayudando.

Lilette se heló cuando la comprensión la alcanzó.

—No seas ridículo —exclamó Jolin—. No nos involucramos en guerras entre naciones.

Las cejas de Lang se elevaron. —¿Tienes otra explicación de cómo hicieron un viaje de tressemana en tres días?

Lilette se mordió el labio. Él tenía razón. Era la única explicación que tenía sentido.

—No —confesó Jolin.

—Ve lo que ves y no lo que te dicen que veas —dijo Lang.

—¿Qué se supone que significa eso? —escupió Jolin.

Lilette descansó su mano en el brazo de su amiga. Las únicas personas capaces de mover laarmada tan rápidamente eran las Brujas. Ella lo sabía y también los demás, únicamente Jolinno estaba lista para aceptarlo aún.

—¿Qué hay sobre las Brujas en el palacio?—le preguntó Lilette a Lang.

—Se supone que se iban esta mañana, pero la llegada de Vorlay las detuvo.

La cara de Jolin se quedó sin color.

—¿Creyeron la ridícula historia de Chen?

—Ninguna de ellas inspeccionó el cuerpo con cuidado antes de que lo quemaran —contestóLang—. Sospecho que los furúnculos las desalentaron.

Lilette jadeó. —Pero las oyentes habrían escuchado que nosotras cantamos.

—No podrían haber sido capaces de diferenciarnos de Sash y las otras. —Jolin agarró lamano de Lilette—. Debo escapar. Debes venir conmigo.

Incrédula de que Jolin dijera eso delante de un eunuco, Lilette le dio un codazo. —Tú también,Ko —añadió rápidamente Jolin.

Lilette rodó los ojos. Eso no era lo que había querido decir, pero no lo podía decir delante deLang.

—No puedo —murmuró Ko. Su cara se había vuelto gris, sus ojos cerrados se apretaron comosi bloqueara alguna visión terrible.

Lang levantó una mano hacia ella antes de dejarla caer a su lado.

—Ko...

Page 86: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Ella encontró su mirada, lágrimas delineaban los bordes de sus ojos.

—No puedo. Mi hijo está aquí.

—¿No está ya perdido? —dijo Lang tan bajito que Lilette apenas pudo oírlo. Ko se apartó. Élabrió la boca, luego la cerró otra vez—. Si las Brujas realmente están ayudando a Vorlay, notenemos ninguna posibilidad. Te sacaré de la isla si puedo, y te esconderé si no puedo. —Élse echó hacia delante y frotó el dorso de sus dedos contra la mejilla de ella.

Ko tomó su mano entre la suya brevemente. —¿Y si fallas? Sabes lo que nos hará elEmperador.

Lilette los miró con la boca abierta.

—Ko, por favor —imploró Lang—. Esta vez tengo los recursos. Juro que te mantendré a salvo.

—No puedo —susurró.

Él metió la mano en los pliegues de su túnica y le dio una daga. —Entonces toma esto.

Ko parpadeó con el destello de la hoja. —Lang...

—Cógelo. —Le dobló los dedos en un puño y concentró su atención en Lilette y Jolin—.Muchos de los guardias de la élite han sido reasignados como líderes del ejército. Tienen unaoportunidad de escapar esta noche. Escalen la pared del harén y escóndanse. Cuandoamanezca, únanse a uno de los grupos que abandonen el recinto.

El miedo se enredó alrededor del vientre de Lilette, lo que la dejó fría y temblando.

Lang la estudió, con brillo en los ojos. —Les traeré algo de ropa de eunuco. Así serán menosvisibles. Estarán ocultas en el árbol fuera de su cuarto. Que el Dragón del Sol cuide queacaben su viaje a salvo. —Él le dirigió una mirada anhelante a Ko. Entonces se dio la vuelta yse marchó.

—Buen viaje. —Pareció que susurraba Ko para si después de que él se fuera, las lágrimastodavía rebosaban en sus ojos.

En su ensimismamiento echó un vistazo abajo hacia la daga y se retiró a su cuarto.

Jolin se inclinó y susurró. —¿Está enamorada de un eunuco?

—Shh. —Lilette echó un vistazo a la entrada—. ¿Todavía es un hombre, no?

—Solamente de palabra.

Ko volvió a entrar en la habitación y Lilette sólo pudo esperar que no hubiera escuchado aJolin. Ko se arrodilló y se limpió la cara. —Él me ha amado fielmente y con un gran peligropara su persona durante casi dos décadas. Sólo puedes tener la esperanza de encontrar unamor así algún día.

Jolin enrojeció. —Pido perdón por lo que dije.

El repentino silencio fue incómodo. Ko se sentó sobre sus talones.

Page 87: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Tienen que entender qué pasará si las atrapan —dijo suavemente—. Ante los escalones delpalacio, con el Emperador y el Heredero como testigos, las degollarán. Darán sus cuerpos alos campesinos, quienes las expondrán en trozos antes de vender los restos para maldiciones.

Lilette se estremeció. —¿Cuántas veces ha sucedido eso?

Ko se apartó, rechazando encontrar la mirada fija de Lilette. —Una vez en mi vida. Nadie lo haintentado desde entonces.

Por el dolor en la voz de Ko, Lilette supo que quienquiera que hubiese muerto era alguiencercano a ella. —¿Quién era?

—Mi hermana. —Ko inhaló—. Éramos gemelas, las hijas del rey Mu’Fa de Jinji. Nuestro padrevaloró más un acuerdo comercial con Harshen que el matrimonio de mi hermana con el hijo deun comerciante. Lang nos siguió aquí. Logró entrar furtivamente en el harén. Él y mi hermanaintentaron convencerme para que escapara con ellos, pero yo ya estaba embarazada. —Laslágrimas rodaron libremente por el rostro de Ko—. Llevar un niño en el vientre no habríaparado al Emperador a la hora de matarme. No podía arriesgarlo.

Lilette descansó su mano en el hombro de Ko. —¿Los atrapó, verdad?

Ko asintió. —El Emperador Nis podría haber matado también a Lang. En cambio, le hizo mirar.Cuando mi hermana fue... —Un sollozo se atoró en la garganta de Ko— Lang suplicó por lamuerte. En cambio el Emperador lo convirtió en un eunuco y lo encerró en el harén.

Respiró hondo y limpió sus mejillas. —Al principio, Lang simplemente cuidó de mí porque seculpaba por la muerte de mi hermana. —Ko se encogió de hombros—. ¿Cómo podía noenamorarme de él? Esa clase de honor y determinación... —Mostró una sonrisa llorosa—, yme aseguré de enseñar a mi hijo ese mismo honor.

Lilette pensó en las pequeñas acciones de bondad y desinterés de Han. Podría parecerse a supadre, pero había aprendido esa bondad de su madre.

Jolin de repente se puso de pie de un salto. —¡Alguien viene!

Lilette podía escuchar un canto, demasiado lejos como para distinguir las palabras. Había algooscuro y siniestro en eso… era casi más que un cántico. Algo tiraba dentro de ella, unsentimiento de terror como un grito silencioso.

—Mis Guardianas están luchando —gritó Jolin. Caminó hacia la puerta exterior, pero esta seabrió antes de que llegara a mitad del camino. Un puñado de eunucos estaba al otro lado, eleunuco jefe entre ellos.

¿Los eunucos habrían escuchado por casualidad su conversación sobre la fuga? ¿Veníanpara llevarlas a su ejecución? Lilette se puso en pie, ¿para hacer qué?, no lo sabía.

Dos de los eunucos más grandes entraron, picas en mano. Ko lanzó un grito y se apoyó al otrolado del cuarto. Los eunucos avanzaron hacia Jolin. —Vendrás con nosotros, Guardiana.

Retrocediendo, ella agarró una maceta pesada y la sostuvo como garrote. —¿Por qué?¿Queestá pasando?

Page 88: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Las picas de los eunucos golpearon. Uno acertó en el costado de Jolin y otro golpeó en sumano. Con un grito ahogado de dolor, se dobló mientras la maceta salía volando.

—¡Paren esto! —gritó Ko.

El eunuco detuvo a Jolin y la arrastró hacia la puerta. Lilette caminó hacia ellos.

—¡Déjenla en paz! —Uno de ellos se puso delante de ella. Ella rebotó contra su pecho y cayócon fuerza. ¡Maldito su débil cuerpo!

—Recuerda lo que prometiste, Lilette —suplicó Jolin—. Es más urgente ahora. ¡Encuentra unaforma!

Lilette se puso en pie y se movió para seguir a Jolin, pero uno de los eunucos la agarró. Luchóy luchó contra él, pero era tan débil como un niño. —¡Jolin!

El eunuco jefe le disparó una mirada de repugnancia. —Asegúrate que ella se queda aquí. —El eunuco arrastró a Lilette a la profundidad de la habitación. Temblando y jadeando, trató dehincar los talones en el suelo, pero sólo consiguió perder sus zapatillas.

Ko vino para quedarse de pie al lado de ella.

—Trataré con ella. Suéltala.

—Cuando esté tranquila —respondió el eunuco.

Ko le lanzó a Lilette una mirada suplicante.

—Lucha las batallas que puedas ganar. Retírate en las que no puedas.

Ahora Lilette sabía de dónde había aprendido Han la frase. Hacer caso a la mujer mayor era locorrecto, obedeció. El eunuco la sostuvo un momento más antes de soltarla. Él cruzó losbrazos sobre el pecho, retrocedió y bloqueó la entrada.

Con manos temblorosas, Lilette retiró el pelo de su cara. Un poco de color saltaba a la vista enel suelo. Se agachó para recoger los anteojos de Jolin, los debía de haber perdido en la pelea.Estaban doblados, pero el cristal todavía estaba intacto. Lilette los metió en su túnica.

Ko hizo señas para que Lilette la siguiera al cuarto de Han y corriera el biombo detrás de ellas.Lilette se derrumbó sobre la esterilla de dormir.

—¿Han aprendió esa frase de ti? —susurró.

—Sí. —Ko debió de ver la preocupación en su ceño fruncido, ya que añadió—: Jolin estarábien. No tienen razón para hacerle daño.

¿Cómo podía estar tan tranquila cuando Lilette sentía que podría explotar en cualquiermomento? Todavía podía escuchar el canto, sentir el temblor ocasional cuando los elementosla atravesaban. —¿Qué está pasando?

Los cuidadosos dedos de Ko hicieron una pausa. —Te advertí que el Emperador era astuto.

Lilette se puso en pie. —¿Qué quieres decir?

Page 89: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Quizá vio lo que Lang, que no podía ganar esta guerra. Y por tanto cogió la fuerza quenecesitaba.

Los ojos de Lilette se abrieron de golpe. —Usando a las Brujas como arma.

¿No era eso lo que su madre le había mostrado, el mundo lleno de sangre y muerte y caos,todo orquestado por la canción de Bruja? Y la menor parte no era Harshen hundiéndose en elmar.

Si Lilette no encontraba una manera de salvar a su hermana y a las demás, eso eraexactamente lo que pasaría.

Capítulo 10Traducido por gi_gi

Me ha tomado décadas admitir que Chen y el Emperador salvaron nuestras vidas esa noche.Me ha tomado aún más admitir que nuestra muerte habría sido un alivio para las Guardianas.

~Jolin

Lilette esperó todo el día, hasta la total oscuridad, mucho después de que los eunucos sefueran a dormir detrás de sus biombos. Ko le pasó un recipiente de madera de kohl y elcuchillo que Lang le había dado.

―¿Estás segura que todavía quieres seguir adelante con esto?

—Tengo que ―respondió Lilette.

―¿Por qué? Apenas conoces a Jolin. Y no has visto a tu hermana en casi una década.

―Harías lo mismo por tu hermana. Sé que lo harías. ―Sin embargo, había más en juego quela hermana de Lilette. Su madre le había advertido que si no las liberaba, el mundo enterodescendería en el caos.

―Usa el kohl para oscurecerte el cabello, y ten cuidado. ―Ko se fue, recorriendosilenciosamente el biombo detrás de ella.

Lilette se recogió el pelo en un moño apretado en la parte superior de la cabeza. Luego seuntó el kohl en el cabello de la sien y la nuca―áreas que no estarían cubiertas por el sombrerode eunuco.

Se guardó en el bolsillo su peineta de jade y corrió a la ventana. Hizo a un lado la cortina deseda.

La parte superior de las paredes exteriores estaban iluminadas con cientos de antorchas, suluz borraba las estrellas e iluminaba a la élite que rondaba detrás del parapeto.

Page 90: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette trepó al alféizar y se apeó. Encontró la ropa de eunuco justo donde Lang dijo queestaría. Se quitó su fina ropa y la escondió antes de ponerse la túnica de algodón sobre suropa interior. Se puso el sombrero redondo y metió el cuchillo en el cinturón de la túnica, luegose deslizó en la noche sin luna.

Cuando llegó al pequeño lago, lo que vio en el agua la hizo detenerse por la incredulidad.Llevó sus ojos del reflejo brillante al cielo mismo. Una columna de luz y colores suaves seelevaba en la noche. En el centro, una mujer flotaba más alta incluso que el palacio. Su pelose alzaba como llamas mientras giraba lentamente.

Toda la escena era la cosa más hermosa y horrible que Lilette había visto en su vida. Más desus recuerdos se liberaron. Recuerdos de luces y canciones y mujeres girando hacia el cielo.Pero esos recuerdos estaban incompletos, tan llenos de agujeros como una esponja de mar.

Ante el sonido de voces, Lilette se congeló. El eunuco jefe. Se agachó detrás de un boterecreativo momentos antes de que él apareciera a través de un grupo de árboles. Estabahablando con otro eunuco, con una lámpara de papel en la mano.

―¡Ya han hundido la mitad de los barcos! Los soldados están combatiendo a los vorlayenosen la ciudad, pero sin refuerzos, están perdiendo.

Lilette estaba tentada a seguirlos, para obtener más información si podía, pero ahora podía oírlas palabras de las Brujas… hermosas palabras torcidas para un propósito oscuro.

Se echó a correr vacilante. Su túnica estaba empapada en sudor para el momento en quellegó a la pared del harén. Sonaba como si las Brujas estuvieran justo al otro lado.Manteniéndose en las sombras, observó la superficie plana. Era más del doble de su altura ydemasiado lisa para escalar. Los árboles estaban recortados y, por lo tanto, no servían paraescalar la pared.

Bueno, soy una Bruja, ¿no? pensó. Era el momento de utilizar eso en su ventaja. Encontró unárbol robusto. Su mirada viajó hasta el entramado de ramas. Si estuviera bien y tuviera toda sufuerza, habría sido una escalada fácil. Después de subirse la túnica por encima de las rodillas,agarró una rama. Pareció tomar horas, y tuvo que descansar más y más a menudo, perofinalmente estuvo a tanta altura como se atrevió. La barrera iluminaba suavemente la noche ylanzaba luz verde y púrpura sobre el rostro de la mujer en el aire. Era Sash. Lilette queríallamar a su hermana. Era insoportable tenerla tan cerca y sin embargo completamenteinalcanzable.

Lilette levantó la vista hacia las murallas, contenta por las ramas que la oscurecían a los ojosde los centinelas. Probablemente no habría importado de todos modos. Todas sus miradasestaban enfocadas más allá de la ciudad o en las Brujas. Todavía no podía ver del otro lado dela pared del harén, pero eso estaba a punto de cambiar. Fijando en su mente una de lascanciones que Jolin le había enseñado, Lilette cantó en voz baja para que el árbol creciera.Pronto, el sudor de miedo recorrió su cuerpo.

El árbol creció un poco más arriba, abriendo la mirada de Lilette a lo que había más allá de lapared del harén. Cerca de una docena de Brujas estaban brazo con brazo dentro de la barrera.Recorrió los rostros en busca de Jolin pero no la vio.

Como si fueran una sola mente, las Brujas dejaron de cantar y Sash tomó el relevo. Cantó con

Page 91: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

la fuerza de todas, pero con una sola voz, llamando a las olas para hundir los barcos. Loselementos se retorcían de dolor, los ritmos chillaban uno contra el otro. A pesar de que Sashbajó la voz ligeramente, el viento soplaba con la fuerza suficiente para derribar una ciudad.

―Otra canción. Ésta dirigida hacia el noreste ―ordenó una voz. El Emperador estaba paradoen lo alto del parapeto, lucía como una versión mayor de Han. Lilette se estremeció.

―¡Ya se están retirando! ¡Déjalos en paz! ―exigió Sash, ahora casi a nivel de los ojos con elEmperador.

―Debo asegurarme que no pueden venir contra nosotros otra vez ―dijo.

―¡No lo haré! ―gritó Sash mientras se hundía en el suelo a sus pies.

Lilette no podía entender por qué Sash y sus Brujas no sólo acababan con el Emperador conrayos… y arrasaban toda la ciudad con una violenta tormenta.

El Emperador volvió toda su atención a Sash. ―¡Tus Brujas trajeron a nuestro enemigo a miciudad, y luego finges inocencia! Voy a hacer lo que sea para proteger a mi pueblo.

La respiración de Lilette se volvió pesada. Esto estaba mal, muy mal. ¿Por qué su hermana noestaba luchando?

Entonces el Emperador hizo un gesto.

Sash se dio la vuelta. Lilette siguió su mirada al otro lado de la barrera. Oscurecida por lasluces extrañas, decenas de hombres y mujeres estaban arrodillados en filas, con las manosatadas a la espalda. Un miembro de la élite tenía un pie encima de cada uno de ellos.

La mano de Lilette voló a su boca para silenciar su jadeo de horror. La mitad de las Brujasfueron obligadas a cantar, mientras que la otra mitad y todos sus Protectores estaban a puntade espada.

Tuvo un repentino destello de un recuerdo… Protectores sostenían un muro de escudos,luchaban y morían para bloquear el pasillo. Griz la apretaba contra su pecho y luego corría.Lilette nunca había olvidado a esos Protectores. Su padre había sido uno. Su deber eraproteger a las Brujas, cuidando sus espaldas mientras sus canciones comenzaban a hacerefecto.

La furia creció en Lilette. Algo sagrado y bueno y justo había sido violado; torcido en algomalvado.

Sash se quedó sin aliento. ―¡Nos estás pidiendo asesinar a miles de hombres!

―No finjas que esto no es algo que las Brujas han hecho durante siglos ―respondió elEmperador.

Ella lo miró, con dolor desnudo en el rostro.

―No voy a dejar que Vorlay masacre a mi gente ―continuó―. Ustedes las Brujas piensanque pueden inmiscuirse en los asuntos de los hombres sin sufrir las consecuencias. Bueno,vinieron aquí como espías. ¡Eso las hace prisioneras de guerra!

Page 92: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―¡Y yo te sigo diciendo que no somos espías! Y esas canciones no podían haber venido de laciudad Arboleda. ¡No es nuestro modo de hacer las cosas!

―Me lo dijiste tú misma: las oyentes encuentran a cualquier persona que cante fuera de suciudad. Si alguien está cantando, ustedes lo saben.

Ahora Sash estaba llorando, y Lilette se revolvía buscando una solución… alguna manera enque pudiera ayudar. Pero, ¿qué podía hacer aparte de hacer que la atraparan?

―Algo debió escapársenos ―dijo Sash mientras sus pies tocaban el suelo en el centro delcírculo―. No sé cómo, pero te prometo, que lo voy a averiguar.

El Emperador hizo un gesto de nuevo. Al unísono, la élite sacó sus espadas de sus tahalíes ylas mantuvieron sobre las cabezas de las Brujas. Un gemido de miedo y horror arañó sucamino hasta la garganta de Lilette. Presionó las dos manos contra su boca para callarse.

El Emperador hizo una pausa antes de decir. ―Haz tu elección, Sash. Hundes esos barcos omatamos a tus Brujas y Protectores.

La hermana de Lilette inclinó la cabeza hacia un lado como si estuviera escuchando algo. Sinningún tipo de orden por parte de ella, las Brujas comenzaron a cantar como una sola. Sash sealzó hacia el cielo nocturno, su extraño vestido arremolinándose alrededor de sus piernas.Pero no levantó la vista, no se movió hasta que fue su turno para cantar.

Cuando lo hizo, su canto estuvo salpicado de sollozos. Y esta vez mientras Lilette escuchaba,algo comenzó a suceder. Estaba recordando.

Capítulo 11Traducido por gi_gi

Le enseñamos al mundo que éramos armas. A partir de ese momento, todo cambió. ~Jolin

Los recuerdos perdidos durante tanto tiempo batieron dentro de Lilette. Su madre cantaba conella cuando era muy pequeña. Sus canciones se deslizaban por el aire como un pez en elagua. El mundo respondía a las palabras que la lengua de Lilette moldeaba naturalmente. Supadre bailaba con ella en medio de las flores que brillaban con una extraña luz. Su hermanatocaba un instrumento musical para Lilette mientras ella cantaba ante una multitud.

También recordó a su madre y su padre discutir, sus palabras cortantes y ardientes. Le habíanofrecido a su madre un lugar como embajadora de Harshen. Su padre quería ir. Quería a Lilettelejos de la presión y las demandas que venían con una niña destinada a ser la próximaPrincipal de la Luz. Su madre no pensaba que Harshen fuera seguro. Al final, su padre ganó.

Y había más. Lilette recordó el lenguaje de las Creadoras. Las canciones. Las armonías. Todoello regresó como ráfaga. Y supo que era poderosa. Una de las Brujas vivas más poderosas.

Page 93: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

A partir de trozos de conversación escuchados, Lilette se enteró que toda la armada de Vorlayhabía sido hundida, hasta el último barco. A cualquier soldado vorlayeno en la ciudad se lequitó cualquier medio de apoyo o retirada. No pasaría mucho tiempo antes de que dominarancualquier foco de resistencia. La invasión había terminado.

Con su oscuro propósito cumplido, las Brujas se soltaron unas a otras. Las grietas seextendieron a través de la barrera hasta que explotó en una lluvia de luz moribunda. La élite seprecipitó al interior y ataron y amordazaron a las Brujas. Lilette lo vio, horrorizada. Ella sabíadel poder de las mujeres―mantenía un trozo de él dentro de sí misma―era impensable quealgo tan fuerte pudiera ser sometido con tanta facilidad.

Alguien gritó. Una mujer estaba luchando contra los hombres que la sostenían; hombresvestidos con la túnica negra de los eunucos. ―Vas a pagar por este mal que nos has obligadoa cometer ―gritó hacia el Emperador con el rostro impasible―. ¡Las muertes con las quemanchaste nuestras manos!

Uno de los eunucos levantó su pica y lo blandió sobre la cabeza de la mujer. Ella se derrumbó,golpeando el patio de ladrillo con tanta fuerza que patinó hacia delante antes de detenerse enun bulto. Mientras yacía allí inmóvil, la luz de las antorchas atrapó su cara.

―¡Jolin! ―gritó Lilette. Tapando su boca con una mano, inmediatamente se apretó contra lacorteza lisa, esperando que nadie hubiera notado una voz proveniente del harén. Después deun momento, se atrevió a mirar al otro lado del árbol. Soldados de la élite estaban sacando aJolin, sus antorchas iluminaban su cabeza que colgaba inerte de su cuello. La sangremanchaba su pelo.

El resto de las Brujas y los Protectores fueron conducidos dentro de los jardines hasta queLilette ya no pudo verlos a través de los árboles. Su respiración era rápida y dura. Levantó lavista y notó a Chen viendo el espectáculo, con el rostro impasible.

El odio creció en su pecho. Él le había quitado todo: su familia, amigos, futuro. Su madreestaba en lo cierto. Lilette era un arma; todas estas mujeres lo eran. Y si tan sólo pudieraencontrar una manera de liberarlas, su poder se multiplicaría por cien.

Esperó durante horas, hasta que los generales y los soldados se hubieron ido, hasta que eljardín estuvo oscuro y silencioso. Cantó en voz baja para que el árbol creciera aún más. Seestiró hacia arriba y hacia afuera, hasta que las ramas proyectaron sombras reconfortantessobre el techo inclinado de la pared del harén, que era casi tan ancha como ella.

Sin confiar en sus reflejos, Lilette se recostó y se deslizó a lo largo del árbol. Se dejó caersobre la pared y se apretó contra las baldosas rugosas. Durante mucho tiempo, observó eljardín oscuro, notando la ubicación de las antorchas y las torres de vigilancia esparcidas a lolargo de las murallas. Un suave resplandor de la luz de las antorchas iluminaba las copas delos árboles cerca de un centenar de pasos más allá de donde yacía oculta. Ese debía ser ellugar donde mantenían a las Brujas.

Tocó el cuchillo que había metido en su túnica. Había visto lo poderosas que eran, cuánfuertes. Todo lo que tenía que hacer era cortar algunas de sus mordazas. Las Brujas podríanhacer descender una tormenta que pondría a la ciudad de rodillas, igual a como Lilette y sumadre habían hecho hacía mucho tiempo. Luego podrían robar un barco en los muelles y

Page 94: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

escapar.

Finalmente, un par de guardias marcharon alrededor, sus alabardas de media luna atrapabanla luz de las estrellas. No llevaban antorchas, por lo que las sombras los ocultaban y los hacíamás difíciles de evadir.

Una vez que pasaron, Lilette se deslizó por un lado. Colgó de los dedos antes de caer, luegopresionó su cuerpo contra la pared. Hizo una pausa, con el corazón en la garganta, y cuandonadie dio un grito de alarma, entrelazó sus dedos dentro de sus amplias mangas y corrió por eljardín.

Llegó a un claro con una fuente rodeada de losas. Recordaba este lugar. Recordaba jugardurante horas con Han en la fuente. Ahora retenía Brujas atadas y amordazadas. No habíaguardias a la vista.

Se había puesto un pabellón encima de las Brujas, con una antorcha brillante en cada poste.La élite rodeaba a las Brujas en grupos de diez, y todos estaban rodeados de más élite.Desesperada por saber si Jolin estaba bien, Lilette trató de encontrar a su amiga entre lasBrujas, pero estaban todas apiñadas en una maraña de cuerpos.

Sin atreverse a acercarse, Lilette se mantuvo en las sombras a lo largo del perímetro, contandoa los guardias. Dos guardias por Bruja. No había contado con eso. Había calculado que lasBrujas estarían atadas y vigiladas por sólo un puñado de guardias. Nada como esto.Claramente, Chen y el Emperador sabían lo peligrosas que eran las Brujas.

Si Lilette iba a liberarlas, necesitaba una manera de alejar a los guardias. El hermoso palacio,iluminado con antorchas distantes, le llamó la atención. Una sonrisa se apoderó de su rostro.Ahora bien, si sólo pudiera evitar que la atraparan.

Ocho largos años habían pasado desde que estuviera en el jardín, pero no había olvidado eltemplo. Se movió en su dirección general y tropezó con los Protectores. El Emperador,obviamente, no los veía como una amenaza equivalente a las Brujas. Los mantenían dentro deuna caja metálica con barreras que una vez había contenido animales exóticos. Menos de unadocena de la élite montaba guardia en la puerta.

Lilette contó a los Protectores lo mejor que pudo―más de sesenta. Sería mucho más fácilliberarlos y dejarlos luchar para abrirse camino entre la élite que custodiaba a las Brujas. Ellarodeó el recinto, y no pasó mucho tiempo antes de que atrapara el dulce olor del incienso.Siguió el humo a los anchos pilares y se deslizó en el interior. Los nombres de todos losEmperadores de los últimos mil años estaban tallados en las cinco paredes, y varitas deincienso se quemaban ante todos ellos.

Las piedras estaban frías bajo sus zapatillas mientras se acercaba a la tarima, en la que habíauna estatua del dragón de cinco garras enroscado alrededor del sol. Cientos de varitas deincienso en varios estados de incineración se extendían ante él: oraciones por la victoria deHarshen. Todos esas varitas de incienso se encendían sosteniéndolos sobre una de lasdecenas de lámparas de aceite de corcho que flotaban en recipientes de vidrio.

Mojándose los labios, Lilette tomó una de las lámparas, con cuidado de no derramar el aceitecaliente. Ya no se podía ocultar, no con una lámpara iluminándola en la noche. Así que sedirigió directamente hacia el palacio como si le perteneciera.

Page 95: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Respiró profundo, dejó la seguridad de las sombras y salió a la terraza. La puerta no estabacustodiada―el único camino a los jardines era por el palacio, por lo que no era realmente unlugar.

Conociendo los tapices exactos que encendería en llamas, la cogió del mango.

―Detente ―dijo alguien en un tono de mando.

Su primer instinto fue correr. Pero se obligó a permanecer inmóvil. Estaba sin aliento despuésde sólo caminar. No había manera de que pudiera ganarle a dos guardias de la élite.

Vinieron hacia ella, sus lanzas de media luna bajas. Ella mantuvo sus ojos fijos en el suelo,ocultando su color pálido en las sombras.

―¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?

―Soy Chang ―dijo ella, su mente trabajaba rápidamente―. Mi señora perdió su peineta en eljardín y me envió a buscarla. ―Como prueba le tendió la peineta que Salfe le había dado.

Uno de los hombres bajó su lanza el tiempo suficiente para tomarla. Tuvo que resistir elimpulso de arrebatársela de nuevo. El otro guardia entrecerró los ojos hacia ella en lapenumbra. ―No eres uno de los eunucos del palacio.

Oh, no. ―Soy nuevo.

El primer guardia metió la peineta en su bolsillo. ―Es bastante fácil de averiguar. Lollevaremos ante el eunuco jefe. ―Puso una mano en el hombro de Lilette mientras que el otroguardia abría la puerta del palacio.

Sintió náuseas. Esto no iba a terminar bien.

El guardia la condujo hacia delante, y entró en el palacio por primera vez en ocho años. El olorla golpeó: incienso y aceites perfumados. Relieves tallados de aves fénix y dragones cubríanlas paredes. Altas columnas de mármol verde estaban espaciadas a lo largo de la habitación.Estaba oscuro, pero Lilette sabía que las paredes estaban pintadas de rojo―el color de lapasión y la vida. Motivos en tonos jade y oro adornaban el techo alto.

La habitación principal era amplia y abierta, llena de mesas bajas rodeadas de cojines. Losguardias dirigieron a Lilette hacia la parte posterior del palacio, en dirección a las habitacionespequeñas, donde dormían los eunucos del palacio.

Su mente se revolvía buscando una salida, algo que no terminara con varias partes de sucuerpo siendo vendidas para maldiciones. Era vagamente consciente de que las puertasdelanteras se abrían. Entró un élite que portaba la armadura completa de batalla. ¿Tambiénestaba aquí por ella?

Agarrando fuerte la lámpara, se tambaleó hacia delante, deliberadamente derramando aceiteen la pared más cercana. Pero el movimiento repentino causó que la lámpara se apagara, porlo que la pared no se incendió. El terror llenó todo su cuerpo, haciendo sus extremidadespesadas. Uno de la élite balanceó el asta de su lanza, golpeándola en la espinilla. Lilette cayóal suelo mientras el dolor se disparaba en su pierna.

Page 96: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―¿Qué estás haciendo? ―gritó él―. ¡Vas a incendiar todo el palacio, idiota!

―Levántate ―gruñó el otro, su mirada parpadeando al élite que había entrado tras ellos.

Lilette jadeó en busca de aire. No creía que su pierna estuviera rota, sólo terriblementemagullada. Comenzó a levantarse, pero estaba temblando tanto, que su cuerpo no respondía.

―Vamos ―dijo el segundo guardia con los dientes apretados―. Los eunucos son todos tanblandos. Ni siquiera actúan un poco como hombres, ¿verdad? ―Le clavó la empuñadura desu lanza en el costado―. ¡Levántate!

Lilette gritó de dolor. Su visión se volvió negra antes de volver en vetas de gris. El dolor leatravesaba el costado con cada respiración. ―Por favor, sólo deme un momento.

―Tengo mejores cosas que hacer que ser niñera de un debilucho castrado. ¡Levántate! ―Elguardia levantó la empuñadura de su lanza sobre su cabeza.

Capítulo 12Traducido por Beneath Mist

La verdadera prueba de toda civilización es la forma en la que trata a sus mujeres. ~Jolin

Lilette se preparó para el dolor, pero éste no llegó.

—Dije, ¿qué significa esto? —El élite, vestido con armadura, se erguía sobre ella, con la manocerrada en torno a la empuñadura de la lanza para evitar que el guardia la golpeara de nuevo.

Ambos guardias retrocedieron unos pasos. —Lo encontramos en el recinto después delanochecer. Dijo que lo habían enviado a buscar la peineta perdida de su señora, General. —Se la tendió como prueba.

Con su visión periférica, Lilette observó al General mirar fijamente la peineta. Se acuclillófrente a ella.

Sabiendo que él era su única esperanza, inclinó el rostro hacia la luz.

Durante un solo latido del corazón de Lilette, la incredulidad cruzó el rostro de Han antes deque su expresión volviera a ser inescrutable. Dio un golpecito con la peineta en su piernacuando se levantó. —Esta es sólo una de ellas. ¿Dónde está la otra?

Lilette abrió la boca y sacudió ligeramente la cabeza. —¿Otra?

Él se frotó la frente como si su mera presencia lo agotara. —Conozco a su señora, una de lasfavoritas del Emperador. —Han se quitó el casco y se pasó una mano por el cabello sudado—.Esto no le va a gustar a ella.

Page 97: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Los soldados se apuraron. —Lo sentimos, General. No lo sabíamos.

La voz de Han se hizo más baja y peligrosa. —¿Les he pedido excusas?

—No, General —dijeron al unísono.

Había sangre en su armadura y en su cuello. Había estado combatiendo vorlayenos. —¿Y siolvidamos que todo esto ha pasado? Mis guardias no informarán de que abandonaste elpalacio por la noche. Y tú no informarás de su… maltrato.

Los élite asintieron ansiosos. Con la mano apretando el calambre de su costado, Liletteasintió.

—¿Recuerdas dónde encontraste la primer peineta? —continuó Han—. Es probable que supar esté cerca en alguna parte.

¿Qué iba a hacer con ella? ¿La estaba ayudando realmente? El alivio amenazaba conapoderarse de ella, pero trató de contener la emoción. El miedo era lo único que evitaba quecolapsara. Mantuvo la mirada apartada de él. —Sí, General.

—Bueno, vamos a buscarla entonces. No habrá quien viva con la señora si no tiene suspeinetas.

Han volvió la cabeza hacia el camino por el que los guardias habían llegado. —Vuelvan a susrondas. —Los soldados se marcharon como si la muerte misma los siguiera. Conociendo aHan, probablemente así era.

Han se agachó y puso a Lilette en pie. —Este es un lugar mortal para estar. Tenemos quemovernos. —Su voz era oscura y furiosa.

Ella se apoyó en él, sin fuerzas, con todo su peso sobre su pierna herida. —¿Dónde mellevas?

—De vuelta al harén.

Lilette trató de apartarse de él, pero estaba temblando tan violentamente que apenas podíamantenerse en pie. —No. Tengo que liberar a mi hermana.

Él sacudió la cabeza. —Apenas puedes caminar. Vas a volver al harén lo quieras o no.

Lilette lo fulminó con la mirada, pero en su interior sabía que tenía razón. Sólo tendría queesperar otra oportunidad para escapar. Dejó escapar una carcajada carente de humor. —Entonces me rindo. De nuevo.

Han asió su codo. —No se debe ver a ningún soldado llevando a un eunuco. —Su voz eragentil—. Apóyate en mí. Vamos a hacer que parezca que te estoy arrastrando. —Su pierna seacalambró en protesta, pero ella cojeó hacia delante a pesar del dolor.

Han gruñó. —¿De verdad estabas tratando de incendiar el palacio?

—Tenía que hacer algo. —Después de descender lentamente por las escaleras del palacio, seadentraron en las confortantes sombras del jardín. Han la guio hacia el muro del harén. Con

Page 98: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

cada docena de pasos más o menos, el temblor de sus miembros se desvanecía.

—¿Por qué me ayudas? —preguntó Lilette—. ¿Por qué no simplemente me entregas a tupadre?

Han la miró de reojo. —No tengo deseos de ver tu cabeza en otro lugar que no sea sobre tushombros.

Lilette hizo una mueca ante esa idea. —¿Y antes? ¿Cómo me encontraste la noche en la quefui envenenada?

Él señaló con la cabeza hacia lo alto de las murallas, donde una torre se imponía sobre elharén. —Estaba allí arriba. Te vi vagar abajo, obviamente enferma o herida. Te vi caer.

Lilette frunció el ceño. —Pero tú no eres un guardia. No hay razón por la que debas estar en loalto de las murallas, especialmente tan pronto después de regresar a casa. —Entonces locomprendió de golpe—. ¿Estabas… estabas buscándome?

Él no lo negó. Lilette miró sus ojos, como pedacitos de ónice bajo la luz de las estrellas. —Tehabrían matado, de haberte encontrado.

—Sí.

Lilette podía caminar ya por sí misma. Puso un poco de distancia entre ambos. —No loentiendo. ¿Por qué te arriesgaste?

Han la estudió. Su cicatriz estaba en el otro lado de su rostro. Con ese aspecto, con la luz delas estrellas suavizando sus facciones duras, parecía casi apuesto. —Ha sido una nochelarga, Lilette. He visto muchos, muchos hombres morir; ninguno de ellos soldado. No tengonada más que ofrecer.

Por ahora, habían llegado hasta el muro. Él oteó su altura. —¿Cómo pretendías regresar?

—No lo pretendía.

Su mirada se posó en ella, y volvió a ponerse el casco en la cabeza. —Espera aquí mientrasvoy por algo de cuerda.

Lilette extendió rápidamente la mano para capturar su brazo. —No la necesitamos.

Él se detuvo y la miró.

Cerrando los ojos, ella se concentró en el suelo del interior del harén. Cuando encontró lo quequería, cantó en voz baja. Una enredadera serpenteó hasta su vista y reptó hacia abajo por lapared.

Cuando levantó la mirada, Han estaba mirándola fijamente, con algo parecido a la ira en losojos. —Pensaba que habías olvidado el lenguaje.

—Lo recordé.

Él miró a su alrededor, a continuación se quitó el casco y le dio un fuerte tirón a la enredadera.

Page 99: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Esto debe aguantar. —Amarró rápidamente el extremo a un árbol.

Lilette miró el muro. Eso iba a dolerle. Pero antes de que pudiera moverse para escalarlo, Hanse puso frente a ella, y sus manos fuertes se aferraron a su cintura. —Pasa los brazosalrededor de mi cuello, y las piernas alrededor de mi cintura.

Ella retrocedió automáticamente, poniendo los brazos alrededor de sus costillas. —¿Qué?

Él miró hacia arriba a un lado de la pared y hacia abajo al otro. Estaban expuestos allí. —Deprisa. —Han pretendía cargarla para trepar el muro.

—Puedo hacerlo —dijo Lilette.

Él levantó una ceja. —Esta escalada requiere de más fuerza de la que tenías antes de quefueras herida.

—No. Ko nunca me lo perdonaría si algo te ocurriera.

Han hizo un sonido gutural con la garganta. —Yo tampoco estoy entusiasmado con la idea,pero ¿ves que tengamos otra opción?

Lilette sacudió la cabeza despacio.

—Entonces vamos.

Ella frunció los labios. Rodearlo con los brazos y las piernas parecía demasiado íntimo.

La expresión de Han se endureció. —¿Tan repulsivo te resulto?

—No me resultas repulsivo. —Agarrando sus hombros, trató de montarse de un salto con unpie.

Han rodó los ojos y la levantó. Ella lo envolvió con los brazos y las piernas. Bajo la armadura,su cuerpo era musculoso, duro por todos los sitios donde ella era blanda. Tuvo la repentinanecesidad de explorar su pecho con los dedos. Apartó ese pensamiento, agradecida de queestuviera lo suficientemente oscuro como para que él no pudiera ver el rubor extendiéndosepor su rostro.

Él le sostuvo las piernas bajo las rodillas y la levantó más hacia su estómago. —Asegura lospies y las muñecas y aguanta. —Se asió a la enredadera y comenzó a escalar.

Lilette no podía creer que fuera tan fuerte como para soportar el peso de ambos. Miró porencima de su hombro al suelo lejano bajo sus pies. Un sentimiento de impotencia se apoderóde ella. Su bienestar estaba totalmente en las manos de Han. Si él se resbalaba, o si suenredadera no soportaba el peso de los dos, caería.

Cerrando los ojos, Lilette presionó la frente en el hombro de Han y se concentró en laconstante tensión y relajación de sus músculos, la estrechez de su cintura, su pecho que seexpandía con cada respiración.

Han los impulsó hasta lo alto del muro. Lilette se arrastró hasta el otro lado de la cima y seapoyó en ella, respirando agitadamente. —Deberíamos…

Page 100: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Él le puso una mano en la boca. Sorprendida, comenzó a alejarse, pero él la estrechó entresus brazos.

El calor se apoderó de su cuerpo. —Han…

—Shh —susurró él en su oído—. Puedo escucharlos. —La soltó lo suficiente como para quepudiera mirar sobre el tejado elevado.

Y ella también los escuchó. —La enredadera. —La alcanzó, tratando de tirar de ella hasta quequedara fuera de la vista.

Han tiró de ella de nuevo hasta sus brazos—. Los movimientos y sonidos atraerán su atención.La enredadera se queda.

Oyó el ritmo constante de los guardias avanzando hacia ellos. Podía sentir el corazón de Hangolpetear a través de su ropa. Finalmente, los pasos se hicieron más suaves conforme sealejaban. Lilette dejó salir el aire de sus pulmones.

Han miró hacia abajo. —No vas a hacer esto por tu cuenta

Ella resopló. —Bajar es más fácil que subir.

Él suspiró y agarró la enredadera. —Vamos. Será más rápido así. La cortaré después de estara salvo de vuelta en mi lado.

Ella abrió la boca para protestar, pero él la envolvió en sus brazos y se lanzó por el borde.Tuvo que aferrarse a él y agarrarse para no caer. Con el corazón latiendo con fuerza por elmiedo, enterró la cara en su pecho y se concentró en respirar.

—Ya puedes soltarte.

Sorprendida, abrió los ojos para descubrir que habían llegado al suelo. —Casi me caigo —susurró.

Dejó caer sus brazos y jadeó cuando la pierna herida sostuvo su peso. Saltó, con una piernaflexionada.

Han se apresuró a estabilizarla. —Te lo dije antes, no te dejaré caer. —La llevó fuera de lavista detrás de un árbol y presionó la palma de su mano en su costado dolorido. Ella siseó conlos dientes apretados.

—No siento ningún nudo. Eso es una buena señal. —Levantó su túnica con gentileza. Unhematoma se extendía desde su cadera hasta justo sobre su cintura. Él sacudió la cabeza,comprensivo—. Debería sanar. Mi madre tiene un bálsamo.

De repente, ella fue consciente de lo cerca que estaba, con ambas manos sobre ella, y susrostros a un mero palmo de distancia. Trató de empujarlo, pero él la sostenía con firmeza. —Hevisto a muchos morir esta noche, no quiero que seas uno de ellos. ¿Qué hacías, saliendo ahurtadillas del harén? ¿Y entrando en el palacio? Pensaba que eras más inteligente.

Cuando Lilette no respondió, él se acercó un pequeño paso, tan cerca que ella podía sentir elcalor de su cuerpo. —Vas a ser la próxima Emperatriz, la mujer más poderosa del imperio. No

Page 101: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

vas a necesitar nada. ¿Por qué arriesgarte a morir para escapar de eso?

¿La siguiente Emperatriz? —¿Qué?

El rostro de Han se oscureció, pero no respondió.

Ella apretó con fuerza los párpados para bloquear las imágenes de ella siendo la esposa deChen. ¿Cómo podía confiar en Han?

A pesar de todo, había visto destellos de su antigua bondad. Le había salvado la vida dosveces, arriesgando la suya. Si Lilette iba a salir de allí, necesitaría ayuda. No podía encontrar anadie mejor. —Si te lo pidiera, ¿me ayudarías a escapar?

Él la estudió, con los ojos brillando a la luz de las estrellas. —Somos enemigos, tú y yo.

La desesperanza se apoderó de Lilette. Sin su ayuda esa noche, habría sido capturada yprobablemente asesinada. Si él se negaba, sus posibilidades de éxito eran casi inexistentes.

—Deberías irte. —La dureza de su voz podría cortar una piedra—. Gracias por devolverme ami prisión. De nuevo.

Se volteó para marcharse, pero Han le cogió la mano. —¿Recuerdas la primera noche quehuiste de Rinnish?

—¿Cómo podría olvidarla?

Le quitó el sombrero con gentileza. Ella se congeló cuando le desenrolló el moño y pasó losdedos por su cabello.

No estaba segura de por qué le permitía tocarla, pero se sentía muy bien. —Eras mi mejoramigo —admitió finalmente.

—¿Recuerdas a alguien que vino en mitad de la noche para advertir a tus padres quehuyeran?

Lilette se volteó para enfrentarse a él, su cabello giró para acomodarse sobre su hombro. —Todo lo que recuerdo fue despertar cuando mi madre me obligó a salir de la cama. —Élparecía triste, y vulnerable. Era tan diferente del hombre que había llegado a conocer, queparpadeó sorprendida—. ¿Tú? ¿Tú nos advertiste?

Su cicatriz se torció. —Escuché a mi padre hablar con la élite. Iba a ir a por ti antes delamanecer. Quería casarte con Chen.

Lilette tocó la cicatriz de Han. —¿Por eso tienes esto?

Él trató de apartarse de ella, pero Lilette se acercó más. Él bajó la cabeza y murmuró—: Mipadre se puso furioso.

Ella pasó sus dedos sobre la piel desigual. El movimiento fue tan leve que no estuvo segura,pero creyó que Han se inclinó hacia su contacto.

—Quería que supieras que puede que seamos enemigos, pero también soy tu amigo —

Page 102: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

susurró—. Siempre he sido tu amigo.

Ella no estaba segura de lo que le empujó a hacerlo, pero se inclinó hacia delante y presionósus labios contra los de él. Su boca se abrió a causa de la sorpresa, pero después puso lasmanos en su rostro y la besó. Sus labios eran suaves y gentiles, pero sintió un ligero tembloren algún lugar dentro de él, como si estuviera retrocediendo.

Él se apartó y apoyó la frente contra la suya. —Lilette…

La forma en la que dijo su nombre con tal anhelo… ¿Él también habría aprendido a construiruna armadura alrededor de su corazón?

Cada parte de ella anhelaba más. Él enrolló un mechón de cabello de Lilette entre sus dedos.—Nunca supe que podía ser del color de la luz del sol en invierno.

—Nunca he visto el invierno. —La voz de Lilette salió entrecortada y suave.

—La luz es más débil, los colores se desvanecen.

Ella apretó los labios para contenerse. —Han… —Eso, lo que quiera que fuera, no encajabaen sus planes de escapar, o en el plan de Chen de casarse con ella.

Han soltó el cabello de sus dedos antes de retroceder. Señaló con la barbilla la casa de sumadre. —Tienes que regresar. ¿Podrás hacerlo?

Ella se sintió vacía sin él a su lado, y las palabras la habían abandonado. Asintió.Rápidamente, Han se abalanzó hacia el muro, asegurando los puntos de apoyo con los pies yel agarre en la enredadera.

Lilette se volteó al escuchar voces en la distancia. Estaban demasiado lejos como para podercomprender sus palabras, pero definitivamente estaban llamando a alguien. Y por supuestoque ese alguien probablemente era ella.

—Lilette —susurró Han. Ella se volvió hacia él. Había alcanzado lo alto del muro y se habíadetenido, con el rostro ensombrecido—. No intentes escapar de nuevo.

Sin responderle, ella se deslizó hacia las sombras.

Capítulo 13Traducido por Brayan Calderón

Han me aterrorizaba. Él era la violencia personificada en músculos y ceños fruncidos. PeroLilette parecía atraída por las cosas aterradoras. ~Jolin

Las voces llamaban el nombre de Lilette. Frías olas de miedo latieron a través de ella. Estabavestida con ropas de un eunuco, con kohl en el cabello y moratones en el cuerpo. Ninguna

Page 103: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

explicación que ella le pudiera dar a Chen lo convencería. Miró a su alrededor, con laesperanza de encontrar algo, cualquier cosa que la ayudara. Y entonces vio el lago. Porpiedad de las Creadoras, se trataba de una idea tonta, la mayoría de sus ideas por lo generallo eran. Pero no tenía otra opción.

Se quitó su túnica de eunuco, la metió dentro de uno de los botes en el muelle, y se sumergióen el lago hasta que le llegó a la cintura. El agua estaba fresca, pero el fondo estaba lodoso.Manteniendo la boca y ojos firmemente cerrados, se frotó para lavarse el kohl del cabello,enjuagándolo por lo menos una docena de veces.

Empapada de agua un poco salada, cruzó los brazos sobre su ropa interior casi translúcida.Obligándose a no cojear, se trasladó hacia las voces.

No pasó mucho tiempo antes de que se vislumbraran ante ella las parpadeantes luces de unasantorchas a través de los árboles. Uno de ellos aulló con sorpresa cuando ella salió a la vista.—¿Están buscándome? —preguntó ella inocentemente.

El hombre la miró de arriba abajo, sus cejas dibujaron confusión. —Sí, Honorable señora. ElHeredero ha venido a verla, pero no estaba allí. —Le silbó a los demás y estos la escoltaronde vuelta a la casa de Ko.

Ko se paseaba en frente retorciendo ambas manos. Se quedó helada cuando llegaron a suvista, su expresión no mostraba nada en absoluto, y Lilette se preguntó si su amiga la habíatraicionado.

El eunuco jefe resopló al verlos, su extraño modo de andar encorvado se veía más exageradopor sus pasos amplios. —¿Dónde has estado?

Ella hizo un gesto hacia su ropa goteante. —Nadando.

Sus ojos se entrecerraron. —¿Sabes lo que has hecho?

—Lo siento.

—¿Lo siento? —le farfulló. Él abrió la boca para decir algo más, pero Chen lo interrumpió alaparecer. El eunuco jefe apretó la mandíbula, su garganta se cerró alrededor de las palabrasque parecían ahogarlo.

Chen todavía llevaba su armadura de batalla, aunque por su condición estaba claro que nohabía estado en medio del combate. Su mirada atravesó a Lilette hasta la médula. La observóen su estado apenas vestido, y ella tuvo que resistir el impulso de cubrirse con las manos. —No debías salir de casa de Ko —le recordó.

Ella se postró a sus pies con las tres inclinaciones y luego parpadeó hacia él.

—He venido a compartir nuestra victoria decisiva contigo, pero no estabas. ¿A dónde fuiste?—Aunque sus palabras eran suaves, la tensión debajo de ellas la asustó más de lo que ungrito lo hubiera hecho.

Se levantó para sentarse sobre sus talones. —Hacía un calor insoportable, así que fui a nadar.

Chen frunció el ceño. —¿En el lago?

Page 104: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Yo solía ir a nadar en la noche todo el tiempo. —Una mentira flagrante. Siempre estaba muycansada como para molestarse—. Echo de menos el agua. —Al menos eso era cierto. Dejóque sus ojos se llenaran de lágrimas… legítimas.

Él hizo un gesto a los eunucos. —Todos váyanse. —Luego señalo con el dedo al eunucopersonal de Lilette y al Jefe Wang—. Ustedes dos espérenme adentro con la otra concubina.

Todos marcharon rápidamente. Chen tomó del brazo a Lilette y tiró de ella fuera de la casa,donde nadie pudiera oírlos. Él la aplastó contra un árbol. El dolor le atravesó el costado herido.Se obligó a no reaccionar, a no llorar.

—Estabas tratando de escapar.

—No. —Se quedó sin aliento, con la cabeza nadando en dolor—. Yo estaba…

—Lilette, hay cosas de las que ni siquiera yo puedo protegerte. Si te descubren, ¿sabes lo quemi padre te haría?

—¿Lo mismo que le hiciste a Laosh?

Chen la soltó como si se hubiera quemado. —Yo le ahorré una ejecución pública y la torturaque la acompaña.

Lilette desgranó su ira. Confianza, se recordó. Si él confía en mí, las oportunidades paraescapar vendrán. —Lo siento.

El resopló con los dientes apretados.

—Prometo que no estaba tratando de escapar. Solamente fui a nadar.

La observaba, con sus brillantes ojos oscuros. —¿Estás dispuesta a probarlo? —Dio un pasohacia ella, con la mirada fija en sus labios. Lilette se forzó a inclinarse hacia él y presionar suboca contra la suya. La boca del hombre estaba húmeda y fría. Todo lo que ella podía ver era alos soldados alineados detrás de las Guardianas, escuchar el canto oscuro y vibrante. Ver aChen observar impasible cómo Jolin era apaleada. Mientras el beso continuaba, Lilette nopudo detener los profundos temblores que habían empezado en su interior.

Finalmente, él se retiró. Como si la estuviera desafiando a detenerlo, él empezó a tocarlatravés de su delgada ropa interior. —Los señores de las otras islas deben llegar antes delmediodía para el consejo de guerra, y una fiesta ya está programada. La oportunidad perfectapara probarte a ti misma.

—Pero el beso…

—Eso ayudó. —Su sonrisa era lobuna—. Pero aun tienes un largo camino que recorrer.

—¿Cómo probarme a mí misma?

Él puso la cabeza en alto. —Convirtiéndote en mi esposa.

Ella sola se había puesto en sus manos. —No. —La palabra salió de su boca antes de quepudiera detenerla.

Page 105: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Piensa en todas las cosas buenas que podrías hacer como Emperatriz.

Ella lo miró a los ojos. —¿Por qué haces esto?

Él puso una expresión aislada y dio un paso atrás. —Porque es lo mejor para mi país. Y locreas o no, es lo mejor para ti.

Lilette hizo puños sus manos a los costados. Aun así, si ella vivía en el palacio, lo único quetendría que hacer sería escabullirse en los jardines para liberar a las Brujas. —¿Un no essiquiera una opción?

—Por supuesto —dijo Chen—. Yo no soy un monstruo.

Ella tomó un fortificante respiro. —Muy bien.

—¿Qué?

Cambió de posición por su pierna dolorida. —Dije que sí.

Él asintió, con una sonrisa adornando sus labios perfectos. —Ya verás, Lilette. Esto es lomejor para todos. Y voy a ser bueno para ti. Lo juro. —Hizo un gesto para que lo siguiera—.Los eunucos deben ser despertados. Van a tener que trabajar toda la noche.

—Wang —gritó mientras se acercaban a la casa.

El eunuco jefe abrió la puerta e hizo una reverencia.

—Por haber perdido de vista a la princesa, su eunuco personal recibirá cinco azotes —declaróChen—. Tú recibirás siete. Piérdanla de nuevo y serán sus cabezas.

—Sí, Heredero —dijo el eunuco jefe.

—Ahora que nos ocupamos de este asunto, tenemos una boda que planear. Despierta a todoslos eunucos. —Chen acunó la mejilla de Lilette y la besó de nuevo. Se apartó, y su alientoquedó en los labios de ella—. Hasta luego, mi dulce esposa.

Puso todo su esfuerzo para no limpiarse la boca con el dorso de la mano. Ella le lanzó algoque esperaba que a él le gustara, una sonrisa tímida.

Chen frotó los pulgares a lo largo de las clavículas de Lilette antes de señalarle al eunuco jefeque caminara con él. —Ella está demasiado delgada. ¿Está comiendo lo suficiente?

Wang hizo una reverencia. —Voy a vigilar personalmente su dieta, Heredero. —Por encima desu hombro, le lanzó a Lilette una mirada de tal odio, que ella hizo una mueca. Su eunucopersonal fue detrás de ellos, caminando rápidamente.

Lilette entró en la casa, luego esquivó al eunuco del Ko y entró a la habitación de Ko. Sedeslizó entre el estrecho biombo, se frotó los labios con la manga, y escupió en el suelo.Respirando con dificultad, rechinó los dientes. —¿Les dijiste que me había ido?

Ko negó con la cabeza. –El Heredero vino a visitarte. —Su boca se tensó. —Él se habríaacostado contigo.

Page 106: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette presionó su mano contra su boca, con el corazón acelerado. Si no escapaba antes de lanoche siguiente… pero estaría en el palacio para entonces. Sólo necesitaría escabullirse aljardín. Fingir sumisión esos últimos días seguramente valdría la pena. Tenía que.

—¿Por qué has vuelto? —preguntó Ko en voz baja.

Lilette hizo una mueca. —Me atraparon.

Ko levantó las cejas.

—Han interceptó a los guardias. Me dejó ir.

—Eso es bueno, o los tres estaríamos muertos.

Lilette dejó que eso la calara, al darse cuenta de lo cerca que todos habían estado de sercapturados. Se levantó la ropa interior, revelando los moretones que las sombras y la delgadatela de la ropa habían escondido. —Han ha dicho que tenías un ungüento.

Ko puso raíces alrededor de su pecho mientras Lilette examinaba su espinilla. Para susorpresa, no estaba amoratada, pero podía sentir un gran nudo bajo sus dedos.

Ko untó el ungüento en el abdomen de Lilette antes de envolverlo con una vieja faja. Luego ledio un recipiente con pasta. —Toma un dedo de esto. Te ayudará con el dolor.

Lilette tomó el recipiente, pero dudó en consumir cualquier cosa.

—Creo —dijo Ko después de un momento—, que es muy peligroso ser tu amiga.

Una caverna pareció abrirse dentro Lilette. A lo largo de su vida, había perdido a todos los quealguna vez habían estado junto a ella. ¿Por qué Ko sería diferente?

—Lang y yo hemos arriesgado nuestras vidas por ti. Mi hijo ha arriesgado su vida, demasiadasveces. Prométeme que vas a mantenerlo fuera de esto.

La caverna se abrió y aumentó aún más. Un rubor se deslizó hasta las mejillas de Lilette.¿Acaso Ko sabía algo de lo que había pasado entre Han y ella? A pesar de que Ko envió unapunzada de dolor a través de vientre de Lilette, esta se obligó a decir las palabras. —Lo juro.

Puso una cierta cantidad de pasta en su boca e hizo una mueca cuando la amargura seextendió por su lengua.

Capítulo 14Traducido por Big20

Chen era un hombre malvado con sed de sangre y sin atisbo de compasión. Estaba más alláde la redención. ~Jolin

Page 107: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette despertó cuando su eunuco recorrió el biombo. Había más eunucos detrás de él,decenas de ellos—tantos, que llenaban la casa de Ko.

Cuando se levantó hasta quedar sentada, Lilette se estremeció ante la punzada en su pierna.A juzgar por la luz, tenía que ser media mañana.

Su eunuco entró en la habitación, con una bandeja de comida en las manos. Se puso derodillas y se postró. Moviéndose como uno, el resto le siguió. También vio a Ko de rodillas.Lilette frunció el ceño. Desde este día en adelante, iba a ser una princesa. Sólo había trespersonas en el imperio ante quien ella se postraría.

Su eunuco se levantó y dejó la bandeja ante ella. Pudo oler el desayuno: salchichas, té yharina de arroz frito, y se sintió enferma del hambre. Tomó un bocado de rollo de salchicha fritay cerró los ojos de placer. Estudió los ojos hundidos y el rostro estirado de su sirviente. —¿Hasatendido tus heridas? —preguntó en voz baja.

Él se puso rígido. —Se me ha vendado, princesa.

Se estremeció ante el honorífico, y su costado protestó por el movimiento repentino. Sepreguntó sobre las aspiraciones de los eunucos. ¿Acaso ellos anhelaban regocijarse en lassobras de gloria de sus señoras? Su eunuco ciertamente parecía encantado con la idea demudarse al palacio con Lilette. —¿Has tomado algo para el dolor?

Él continuó trabajando. —Suavizar el dolor también suaviza el castigo. No está permitido.

Ella inclinó la cabeza hacia un lado. —Soy la princesa. Lo permito.

El eunuco calló por un momento. —Sus deseos son míos, princesa.

Se fue, presumiblemente para hacer lo que le había pedido. Una de las pocas cosas que ellaecharía de menos cuando escapase de este lugar era la comida de él. Deseaba poderllevárselo con ella. Pero él rendía cuentas al eunuco jefe, y por lo tanto al Heredero, así que nopodía confiar en él.

Ko entró un momento después. —Lo deshonras. —Lilette abrió la boca para protestar—.Mientras lleva el dolor, su honor le es regresado. Lo tratas como un debilucho.

Lilette intentó ir tras él, pero una mano de Ko en el brazo la detuvo. —Si te retractas de tuorden, perderás presencia.

Lilette se tragó un gemido. Tenía cosas más importantes de qué preocuparse que lossentimientos de su eunuco.

Ko se fue sin decir una palabra.

Sabiendo lo que le esperaba, Lilette se obligó a comer. Tan pronto como terminó, los eunucosle quitaron la bandeja y procedieron a desnudarle y bañarle. Fueron amables con suscontusiones, aunque ninguno comentó sobre ellas. No se le permitió ayudar. Cada vez que lointentaba, una mirada de vergüenza se apoderaba de las caras de los eunucos.

Ellos frotaron aceites raros en su piel, su rostro fue espolvoreado con polvo de arroz,delinearon sus ojos y cejas con kohl, y pintaron sus labios de color rojo como el caparazón de

Page 108: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

una langosta. Fue envuelta en metros de seda roja y oro—pintada meticulosamente a mano.La peinaron en elaborados rizos y moños.

Después de haber terminado, Lilette se miró a sí misma. Llevaba peinetas en el pelo y brochesen la ropa—todos ellos reliquias de incalculable valor. La simple túnica de seda valía muchomás de lo que Fa habría visto en toda su vida. Y tuvo que admitir que una parte de ella sedeleitaba con la belleza que la rodeaba.

El grupo de eunucos salió de la habitación. Como si hubiera estado esperando a queterminaran, Chen entró con seis eunucos más, cuatro llevaban baúles tallados conincrustaciones de marfil y jade. Los otros dos llevaban baúles más pequeños.

A una señal de Chen, los eunucos abrieron los baúles e hicieron una reverencia antes de salirde la habitación. En el interior de los baúles más grandes había túnicas de seda de todos loscolores. Los dos baúles más pequeños tenían cajones forrados de seda, cada uno lleno dejoyas de incalculable valor en un arco iris de colores brillantes. Incapaz de contenerse, Lilettepasó las yemas de los dedos a través de las piedras brillantes. Había broches de rubíes,peinetas de diamantes y perla, pulseras de madre perla y zafiro, y un rubí cabujón[6] en laempuñadura de una daga de oro macizo. Al resguardo de su amplia y ondulante manga, Liletteagarró el puñal y lo metió en el interior de los pliegues de su fajilla.

—Estos han estado en mi familia por generaciones. —Chen se acercó detrás de ella y rodeósu cuerpo para recoger un broche de rubí que colgaba de una cadena. La sujetó debajo de sufajilla. Ella contuvo el aliento, esperando que no sintiera la daga allí.

Dejó escapar un suspiro cuando él se movió de nuevo, observando el broche que colgaba porencima de sus rodillas. —Recuerdo a mi abuela llevar éste, era su favorito. —Él sonrió como sifuese un buen recuerdo, y Lilette luchó para imaginarlo como un niño inocente acurrucado enel regazo de su abuela—. Cuando entres en el palacio, deberás hacerlo a lo grande.

—El palacio —repitió, sus pensamientos eran pegajosos y lentos dentro de su cabeza.

Él se inclinó y la besó suavemente. —Habrá una gran fiesta en nuestro honor, y te mudaras amis aposentos.

Por piedad de las Creadoras, tenía que encontrar una manera de escapar antes de esta noche.Chen buscó detrás de su cuello y se desabrochó el broche que sujetaba su colgante de ámbar.Él lo abrochó alrededor del cuello de ella, el metal aún conservaba el calor de su cuerpo. Eldragón de oro refulgió contra el rojo de la túnica de boda.

Un lado de la boca de Chen se elevó. —El tuyo aún no está listo. Pero debes usar el colgantereal en el día de nuestra unión. —Él tocó la piedra—. Ésta ha sido parte de Harshen porgeneraciones.

Lilette quería arrancárselo y tirarlo contra la pared opuesta. Cerró los ojos mientras respirabaprofundamente. —Esto es muy amable de tu parte. —Y así era. Estaba haciendo difícil odiarlo,pero ella era una persona muy determinada.

Él la besó de nuevo antes de hacer señas a los eunucos que esperaban en la puerta. Ellos larodearon por todos lados, recordándole que era una prisionera aquí. Lilette se detuvo cerca deKo, buscando la calidez familiar en su rostro, pero sólo había miedo y pavor.

Page 109: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Su corazón se desgarró en su pecho, Lilette dio la vuelta y caminó por el sendero empedrado,su espinilla y el costado le dolían sordamente. Las concubinas del Emperador salieron apostrarse, luego se sentaron sobre sus talones y observaron la procesión, algunas de ellassusurraban detrás de sus abanicos de seda pintada.

Lilette mantuvo la cabeza erguida, los ojos al frente. Cuando se acercó a las puertas del harén,estas se abrieron. Lo que había más allá le hizo tartamudear y detenerse.

El elefante estaba rodeado de soldados de élite con su ropa de gala. Aún más abrumador erala presencia de la Emperatriz, una de las muchas madrastras de Chen. Chen fue ante ella,haciendo una reverencia. Ella le regresó la reverencia.

Los recuerdos abrumaron a Lilette. Ella estaba de nuevo en su isla, el día que Chen habíavenido por ella. Estaba rodeada de soldados, incapaz de elegir por sí misma mientras losaldeanos morían.

Respiró aceleradamente a medida que se dio cuenta de lo mucho que ambos días se parecíanentre sí. Ella había luchado, sus aldeanos habían luchado. Y habían perdido. Tenía queencontrar una manera para que este día fuese diferente.

Uno de los eunucos a su lado se inclinó. —¿Princesa?

Volviendo en si un sobresalto, Lilette se acercó a la Emperatriz. Los eunucos se deslizaronhacia un lado, inclinándose como uno para postrarse.

Con medio segundo de retraso, Lilette se unió a ellos. Cuando terminó, la Emperatriz hizo ungesto para que se levantase.

—Yo soy la Emperatriz Yuwen. Tú traerás honor a nuestra familia.

Lilette hizo otra reverencia, pero su garganta se secó y no pudo hablar.

La Emperatriz le indicó a Lilette que se uniera a ella. —Ya me he encargado de tus aposentosy ordené la seda más fina para que puedas elegir. Mañana revisaremos tu guardarropa. —Ellacontinuó con los platos que se servirían en la fiesta, pero Lilette había dejado de escuchar.

Dio un paso al lado del elefante, que había sido pintado con figuras en oro. Seda negra locubría de adelante hacia atrás, y borlas colgaban de cada punto. Tentativamente, Liletteextendió la mano y la puso sobre un lado de la criatura. Era áspera y cálida, con una delgadacapa de pelo erizado. El animal se volteó a mirarla, largas pestañas cubrían sus ojosinteligentes en un rostro con motas rosa y marrón.

Sintió un repentino parentesco con el elefante. Tan fuerte, tan poderoso, y aun así envuelto engalas y obligado a someterse a la voluntad de personas mucho más pequeñas y menos dignasque ella.

Chen golpeó el hombro del elefante y gritó: —¡Levanta la pierna! —Una y otra vez hasta queaccedió. Él se echó hacia atrás la túnica, se subió a la pierna levantada del elefante, y trepó.Tres pasos más adelante, se acomodó en la howdah.

Un eunuco hizo un gesto a un palanquín. —Si la princesa hace el favor de subirse aquí.

Page 110: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Ella dio un paso hacia él y se agarró a las varillas de ambos lados. Suave como el viento através de sus dedos, los eunucos se apoderaron de las barras y la levantaron por encima desus cabezas.

Ahora estaba a nivel con el palanquín. Chen hizo a un lado las cortinas y le tendió la mano.

Aunque le crispaba, ella la cogió y se subió a la espalda del elefante. Podía sentir el calor queirradiaba el animal a través de los finos adornos. Con temor, se sentó en la silla de maderaforrada de seda.

La esposa de Chen había montado este mismo elefante en el primer día de Lilette en laciudad. Y antes de que ese día hubiese terminado, estaba muerta. Si ese era el patrón aseguir, Lilette estaría muerta por mano de Chen esta noche. Se encogió.

El niño sentado en el cuello del elefante pateó detrás de sus orejas y le ordenó: —¡Ve! ¡Ve! —El elefante pesadamente avanzó hacia adelante, en un amplio andar, lo que hizo a Lilettemoverse de lado a lado y que las borlas se balancearan. Un escalofrío la recorrió. Ante ella sealzaban las puertas del palacio. De pie frente a ellos estaba un contingente de la élite de seishileras de ancho y treinta de largo.

Las puertas se abrieron momentos antes de que Chen y Lilette llegaran a ellas. La élite lesrodeó.

Diciendo órdenes en voz alta, el niño dirigió al elefante por la ciudad, con el pie pateando laoreja del elefante cuando quería que la criatura girara.

Las personas se alinearon en las calles y vitorearon, lanzando orquídeas y flores de loto en sucamino. La delicada fragancia de las flores llenó a Lilette con un sentimiento de aprensión.

El elefante cogió un racimo de flores blancas con su nariz increíblemente larga y se los metióen la boca. El niño regañó al animal.

—No —gritó Lilette lo suficientemente fuerte para hacerse oír por encima de la multitud—.Déjala comer.

Él la miró sorprendido antes de voltear hacia Chen, quien asintió con autorización.

—¿Cuál es su nombre? —preguntó Lilette.

—Jia Li —dijo el niño antes de girarse. El elefante continuó masticando felizmente mientrashacían un circuito alrededor de las calles.

Chen tomó la mano de Lilette. Ella tuvo que esforzarse para no alejarse. Incluso con la sombradel techo por encima de ella, era insoportablemente caliente bajo las capas de ropa. El sudorcorría por su rostro, y le preocupaba que el polvo de arroz se estuviera corriendo.

Por último, regresaron hacia el palacio. Por un momento fugaz, Lilette quiso deslizarse por laparte posterior del elefante y correr. Cerró los ojos y escuchó la cadencia de los soldados quemarchaban a su alrededor, los vítores de la gente. No tenía adónde ir.

Finalmente llegaron al recinto, donde las puertas estaban abiertas. Una larga alfombra roja,rodeada de la élite, conducía directamente a la escalinata del palacio. Alrededor de la élite,

Page 111: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

cientos de campesinos llenaban a rebosar el patio. No hubo aplausos o gritos de aprobación.En su lugar, cada persona, hasta el niño más pequeño, se postró. Tal signo de respeto pusoincomoda a Lilette. Ella no había hecho nada para ganárselo. Todavía no.

El recinto palaciego era enorme, pero Jia Li devoró la distancia con enormes zancadas. Lilettefrotó los pies en el lomo del elefante, agradeciendo en silencio al animal el transportarla. Jia Lialeteó las orejas como si entendiera, y Lilette se vio tentada a sonreír.

—Te la daré si quieres —dijo Chen—. Puedes salir con ella siempre que lo desees, siempre ycuando la élite vaya contigo.

Lilette se negó a mirarlo a los ojos. —¿Era Jia Li su elefante?

Cuando Chen no respondió, ella se volvió hacia él. —¿Lo era? ¿Era el elefante de Sima?

Su rostro palideció. —¿Ese fue el nombre que ella te dijo?

De repente inquieta, Lilette alisó su túnica. Se había olvidado de que ese no era el nombre dela antigua princesa.

La mirada de Chen estaba muy lejos. —“Sima” en vorlayeno es “la traicionada”.

Capítulo 15Traducido por Brig20

He llegado a preguntarme si abusamos de los elementos como lo hicimos con ese elefante.~Jolin

Lilette fijó su mirada en las serpenteantes estatuas de dragón que flanqueaban las escalinatasdel palacio. Su mirada viajó por las escaleras forradas de rojo, hacia la cima, donde elEmperador estaba de pie frente a las puertas abiertas del palacio. Lo qué más le llamó laatención fue lo ordinario que era, con su gran barriga y su expresión de desaprobación. Él laevaluó con una mirada calculadora.

Reprimió un estremecimiento cuando Jia Li se detuvo al pie de la escalinata del palacio. Elniño le dio al elefante un racimo de plátanos.

Chen llamó a Jia Li a levantar su pata. Sujetó un lazo unido a un arnés alrededor del cuello yel pecho del elefante, que giraba sobre su pierna, y desmontó.

La plataforma fue traída de nuevo. Respirando profundo, lo que envió una sacudida de dolor através de su costado, Lilette se apoderó de las varillas y se subió a la superficie. Los eunucosla bajaron suavemente al suelo.

Masas de personas la rodeaban, todos ellos presionaban la frente contra el piso, todosexcepto la élite—quienes se quedaron quietos como una piedra. Caminó lentamente por entre

Page 112: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

ellos, y dudó ante los escalones del palacio—después de todo, Han había dicho que seríaasesinada por el solo hecho de tocarlos.

—Puedes entrar en mi casa —dijo el Emperador. Lilette se levantó la túnica, y pasó entre filasde oficiales para pararse delante de ellos—. Como dote, ofreces a mi hijo, niñas con el poderde las canciones de las Guardianas —continuó el Emperador—. A cambio, ofrecemos unprecio de novia en títulos, tierras, sedas y joyas. He encontrado el intercambio digno.

Él asintió a su esposa. Ella hizo un gesto a dos eunucos, que dieron un paso hacia adelante,entre ambos cargaban un tocado. La monstruosidad, fácilmente era tan grande como la cabezade Lilette, era la mitad de un orbe incrustado con piedras del color del agua poco profunda.

—Tiene nueve dragones y nueve aves fénix. El número significa tu estatus exaltado —explicóla Emperatriz Yuwen. Los dragones eran en realidad esculturas doradas que parecían estarsubiendo entre los cuerpos planos de las aves fénix. Las cuatro uniones… —La Emperatrizhizo un gesto a la unión de las alas que se desplegaban desde un lado de la corona—significan que eres la esposa del príncipe heredero—. La corona de la Emperatriz tenía seisuniones.

Hebras de perlas colgaban de los lados del tocado, oro en patrones geométricos le dabanforma. Los eunucos lo colocaron sobre la cabeza de Lilette. Era terriblemente pesado, y lasperlas chasqueaban en sus oídos y rozaban sus hombros cuando se movía. Ya podía sentirque le comenzaba un dolor de cabeza en la frente.

—Ya está hecho —proclamó el Emperador—. Todos levántense.

Y así, Lilette estaba casada. El susurro de miles de personas que se ponían de pie fueensordecedor. Podía sentir sus miradas sobre ella, aunque de espalda a ellos, no veían nadamás que sus fabulosas ropas y el peñasco de tocado.

El Emperador levantó ambas manos al aire. —¡Ahora celebremos con una fiesta!

Como si esperaran la señal, los eunucos de inmediato se trasladaron a través de la multitud,repartiendo naranjas desde canastas bajo el brazo.

Chen bajó y le ofreció el brazo. Manteniendo su rostro impasible, Lilette lo tomó. De cerca, losdetalles del palacio eran increíbles. Paneles casi translúcidos alineados en la parte delantera,todos abiertos para dejar entrar la ocasional brisa. Un tejido entrelazado corría por debajo detodas las ventanas, el tejido estaba destinado a mantener fuera a los demonios delinframundo. Las puertas dobles presentaban grabados de dragones serpenteantes, los queLilette estaba estudiando cuando los eunucos abrieron las puertas.

En el interior, el salón principal ocupaba casi todo el piso. Funcionarios y académicos en susmejores sedas se postraron al lado de mesas bajas rodeadas de cojines. Lilette buscó a Hancon la mirada, pero no lo pudo encontrar.

El Emperador y su esposa fueron a la mesa del centro, que se elevaba por encima de lasdemás. Lilette, aturdida, los siguió. Sus moretones dolían, y estaba muy sedienta y acalorada.El tocado había entumecido su cabeza. Maniobró su camino a través de las multitudes depersonas postradas, sus rostros eran apenas una mancha.

Page 113: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Tomó su lugar en la mesa. Los eunucos trajeron el primer plato. Lilette bebió el vino y pidióagua. Rellenaron su taza tres veces antes de sentirse satisfecha. Sabía que debía comer, yaque iba a necesitar todas sus fuerzas para lo que venía, pero nada de lo que puso en su bocale pasó por la garganta.

Los hombres de la mesa hablaban, sus voces subían y bajaban sin sentido. Lilette estabacontenta de que no fuera permitido a las mujeres hablar en el palacio, y se alegró de que susilencio se viera como un signo de humildad en lugar de terror.

Apenas el banquete comenzó a llegar a su final, la inquietud se apoderó de Lilette. En menosde un latido del corazón, la naturaleza pasó de suave y fluida a retorcerse de dolor. Aturdida,se puso de pie. La sala quedó en silencio.

—¿Lilette? —dijo Chen.

—Algo está mal. —Había sentido esto antes… esta sensación de que algo estabaprofundamente mal, como cuando las canciones de las Brujas habían atacado la armada deVorlay. Y mucho antes de eso, cuando ella y su madre habían convocado a los rayos.

Los ojos de Lilette se ensancharon cuando comprendió. —Están cantando en nuestra contra.—Y entonces se acordó de su madre mostrándole escenas de muerte y destrucción quehabían terminado con la isla hundida bajo las olas—. ¡La ciudad Arboleda nos está atacando!

Chen estaba de pie ahora, con los brazos sobre los hombros de ella, tratando de convencerlapara que se sentara.

—¡Tiene que dejarlas ir! ¡Déjelas ir o las Brujas le destruirán! —Lilette gritó al Emperador.

Su mirada se dirigió a la parte posterior del palacio. El biombo había sido deslizado a un lado,proporcionando una vista perfecta de los jardines, donde las Brujas estaban retenidas. —¡Vean si todas están aseguradas! —ordenó el Emperador.

Lo guardias de la élite se colocaron al hombro sus alabardas y comenzaron a correr.

—¡No! —dijo Lilette—. Proviene de la ciudad Arboleda. —Tan pronto como las palabrassalieron de sus labios, el palacio dio sacudidas debajo de ella, enviándola a volar. Su ridículotocado cayó y casi se quebró en dos.

El mundo rugió en protesta—un sonido roto y triturado. El palacio se sacudió como si se fueraa venir abajo. Lilette trató de gatear lejos, pero el temblor la tiró al suelo. Se hizo un ovillo, conla esperanza de que toda la estructura en la parte superior no se desmorona sobre ella.

De alguna manera, Chen logró llegar a ella. Envolvió sus brazos de manera protectora a sualrededor, y estaba tan aterrorizada que se volvió hacia él y enterró la cabeza en su pecho. Eltemblor pareció no terminar nunca, pero cuando por fin terminó, ella se asomó por sobre elhombro de él. Apenas reconoció la habitación. Las mesas estaban patas arriba, los alimentosse habían derramado, los relieves tallados se habían agrietado y las esculturas habían caído.

—Tienes que dejarlas ir, Chen —murmuró Lilette contra él—. Ellas nos van a destruir a todossi no lo haces.

—Shh —dijo reconfortándola antes de levantarla. Eunucos frenéticos corrían por la habitación,

Page 114: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

atendiendo a todo el mundo.

—¿Sabías que esto pasaría? —le exigió el Emperador.

Lilette se armó de valor. —Yo sabía que algo pasaría. No sabía qué.

De repente Han estaba allí, su mirada sobre ella en los brazos de Chen. —Siempre hay unaréplica. ¡Todo el mundo fuera!

Todo el mundo se precipitó afuera. Lilette inhaló una bocanada llena de polvo y miedo antesde que golpeara la segunda onda. Chen envolvió sus brazos alrededor de ella y la abrazó confuerza, haciendo que su costado le doliera de nuevo. Ésta no la derribo, ni tampoco duró tanto.Cuando terminó, Lilette se sorprendió de que el palacio siguiera en pie.

—Es un mal presagio —dijo la Emperatriz, con la mirada fija en Lilette.

El rostro del Emperador estaba rojo. —¡Hagan que nuestras Brujas nos defiendan! ¡Quearrasen a la ciudad Arboleda!

Lilette negó con la cabeza. —Para que una canción potente pueda viajar una distancia tangrande, cientos de Brujas deben estar cantando. —Incluso ella lo sabía—. Usted tiene un pocomás de treinta.

El rostro del Emperador se puso aún más rojo, y su mirada se centró en su cabeza desnuda. —Ese tocado ha estado en mi familia por generaciones. ¿Dónde está? ¿Qué has hecho?

Lilette cruzó los brazos sobre su pecho. Si él tenía que culpar a alguien, al parecer, tenía queser a la Bruja más cercana.

Chen se movió entre ella y su padre. Han se acercó desde atrás. —Debemos ver la ciudad,Emperador. Habrá heridos. Edificios derrumbados. Incendios.

El Emperador comenzó a rugir órdenes, ordenando a la élite ir a la ciudad y pidiendo que semovilizara a los soldados imperiales.

Lilette vio a los soldados correr desde el palacio. Con ellos fuera, sería mucho más fácilescapar. Puso la mano en su bolsillo y frotó el pulgar a lo largo del borde astillado del ala delfénix. Sólo tenía que escapar.

Pero no había dado dos pasos antes de que Chen la encontrara. Miró a su alrededor. —¿Dónde están los malditos eunucos cuando se le necesita? —La empujó hacia su hermano—.¡Asegúrate que llegue a salvo a mis aposentos y mantenla allí!

Han gruñó. —¿A dónde vas?

Chen ya había empezado a correr. —¡A preparar a las Brujas para una canción decontraataque por si nos atacan de nuevo!

Han hizo un gesto a Lilette para que caminara delante de él. —Esto es sólo el comienzo —dijoella una vez que estuvieron fuera del alcance de cualquier oído. Apretó la mandíbula mientrasentraban de nuevo en el caos del interior—. No van a ceder —continuó—. Y ustedes no tienensuficiente de nosotras para luchar contra ellas. Si nos dejan ir, podemos negociar en su

Page 115: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

nombre.

Pasaron un par de leones bañados en oro que custodiaban la escalera simétrica. —Vi queesto sucedería —insistió. Han no mostró ninguna señal de que la estuviera escuchando—. LasBrujas hundirán toda la isla.

Él habló con los dientes apretados. —¿Estás diciendo que eres una especie de vidente?

Habían empezado a subir el segundo nivel. —Me fue mostrado, por una de las Creadoras.

Han se puso rígido. —¿Viste al Dragón del Sol?

Si la madre de Lilette no podía ser llamada un Dragón del Sol, ¿Quién podría? —Sí. Y vi aRinnish hundirse debajo de las olas, con Brujas y todo.

Han cerró brevemente los ojos. —Kalari no destruirá la ciudad con sus Brujas todavía en elinterior.

Los hombros de Lilette se desplomaron. —Ellas lo harán con el fin de evitar que este tipo decosas suceda otra vez.

Han paró ante una puerta tallada. La abrió para revelar una habitación con una cama real llenade cojines de seda. Mesas bellamente talladas se habían volcado, derramando de los cofres elcontenido, había joyas brillantes por todo el piso.

Ella corrió a la puerta opuesta y salió a la terraza. Partes de la ciudad estaban ardiendo, elhumo se elevaba hacia el cielo del mediodía. Otras partes se habían derrumbado enescombros. Las personas serían enterradas allí, sus hogares se convertirían en sus tumbas.Lilette se presionó la mano contra la boca.

Este era sólo el comienzo. —Tengo que liberar a mi hermana y a las otras. Es para lo que fuisalvada.

Han se volvió hacia ella. —¿Salvarlas? Están vigiladas por más de setenta miembros de laélite. Los Protectores están en el recinto que se utilizaba para guardar a los leones. Y sólo elEmperador tiene la llave.

Tragó saliva contra la opresión en la garganta. —Han, tienes que dejarme ir.

—¿Para que puedas morir? —Se agarró a la barandilla, con los nudillos blancos—. ¿Sabes loque me estás pidiendo? Cuando te atrapen, mi padre te matará. Ni Chen ni yo seremoscapaces de detenerlo. —Han miró su fabulosa túnica—. Mi hermano nunca me perdonará. Élconfía en mí. Y él es tu marido. —La voz de Han se rompió en la última parte—. Entonces mipropio padre me mataría.

Él no iba a dejarla ir. —La muerte no es algo que temer, Han. —Metió la mano en los plieguesde su faja y agarró su cuchillo. Se inclinó hacia delante de puntillas como si fuera a besarlo. Élse apoderó de sus brazos para apartarla. —Lo siento —susurró ella, luego giró su brazo en unarco y golpeó la empuñadura de la daga en su sien.

Él se desplomó en un montón en el suelo. Lilette se quedó mirando la piedra rojo sangre en laempuñadura. Debía matarlo, él iría por ella cuando se despertase. Pero no se atrevió a

Page 116: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

hacerlo.

Capítulo 16Traducido por Beneath Mist

Ese temblor fue una advertencia de las Guardianas. Todas lo sabíamos. Y todas nospreguntábamos en secreto cuán prescindibles éramos. ~Jolin

Lilette desabrochó la armadura de Han y le quitó la ropa, intentando no mirar las cicatrices quecruzaban su cuerpo como las líneas de un mapa. Se quitó su elaborada túnica y la dejó caer alsuelo. De pie sin nada más que su ropa interior, se quitó las flores y las peinetas del cabello.Encontró un recipiente con agua y se lavó el polvo de arroz de la cara y el cuello.

Cogió una bolsa de seda, la llenó con joyas, y se la ató a la cintura, y después se puso latúnica y los pantalones de Han. Se recogió el cabello de la nuca, lo retorció, y se puso el cascotachonado de cuero y bronce. Este cayó inmediatamente sobre sus ojos. Lo llenó con toallasde lino. Las solapas del casco cubrían su cuello y sus orejas, y había una careta opcional. Sela ató y la amarró con las correas de cuero. Era sofocante, pero ahora sólo se le veían los ojos.Lástima que fueran azules.

Afortunadamente, Han era sólo un poco más alto que ella, así que aunque le quedaranholgadas, las prendas y la armadura le iban bastante bien. Las grandes botas de Han seríanmayor problema.

Por piedad de las Creadoras, estaba aterrada. Abrió el biombo y se asomó al exterior. Miró unaúltima vez al cuerpo inmóvil de Han antes de fijar los ojos en el suelo y desandar sus pasospor los amplios corredores, con las espadas chocando con un ruido metálico a su espalda acada paso que daba.

Bajó trotando dos tramos de escaleras hasta llegar a la estancia principal. Los eunucos y laélite bullían de actividad a su alrededor. Ninguno hizo ningún movimiento para detenerlacuando rodeó uno de los leones de oro y se dirigió directamente a los jardines. Estaba a mitadde camino cuando Chen cruzó las puertas del jardín, con Wang a su lado. Agachó la cabeza,muerta de miedo. El élite que estaba cerca de ella se detuvo para inclinarse cuando Chenpasó, de modo que Lilette hizo lo mismo.

—Vigílala. No me fío de ella —dijo Chen cuando llegó a la altura de Lilette—. Y dile a mihermano que se encuentre conmigo en los establos. Se nos requiere en la ciudad.

Chen se puso el casco en la cabeza y no miró atrás cuando Wang subió por las escaleras, consu barriga rebotando. Cuando Wang llegara a las habitaciones, encontraría a Haninconsciente y a Lilette desaparecida. Se habría acabado incluso antes de comenzar.

Le costó toda su fuerza de voluntad esperar para echar a correr hasta que llegó a las sombrasdel jardín. Corrió hacia donde tenían a los Protectores, con el corazón palpitando

Page 117: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

frenéticamente en su pecho y la debilidad apoderándose de ella.

Pero no podía frenar. No podía detenerse.

Casi había conseguido llegar cuando la alarma emergió del palacio. Lilette estaba demasiadolejos como para distinguir las palabras, pero el significado estaba claro. Wang habíadescubierto su desaparición.

A sabiendas de que no había tiempo para sutilezas, no frenó cuando alcanzó el recinto dondelos Protectores estaban retenidos. Simplemente corrió hacia las puertas. Desafortunadamente,su respiración era tan dificultosa que no pudo hablar.

Se encorvó y abrazó sus muslos, tanto porque estaba a punto de derrumbarse como porquequería ocultar su rostro. Movió la mano hacia las puertas principales. —Terremoto, distracción—le dijo a los guardias de la élite—. Hay vorlayenos en el recinto.

Su angustia debió convencerlos, porque toda la élite, excepto dos, se fueron corriendo. Dosque ella podía manejar.

Siguió a los que se iban. Tan pronto como estuvo fuera de su vista, encontró el árbol más altoa la vista y lo escaló hasta que pudo ver a los Protectores y a los dos élite restantes. No habíatiempo para dudar. Chen se imaginaría dónde había ido y la élite vendría.

Soltando un lado de la inútil careta, Lilette cantó con la respiración entrecortada.Evidentemente, los dos guardias restantes la oyeron, y evidentemente vinieron corriendo. Peropor esa razón era por la que había escalado el árbol, para ganar algo de tiempo.

Consideró cantar una canción para doblegarlos, pero no podía permitirse malgastar tiempo eneso. En su lugar, cantó para que las plantas envolvieran los barrotes que contenían a losProtectores prisioneros.

Los dos miembros de la élite la encontraron más rápido de lo que había esperado, einmediatamente comenzaron a escalar el árbol. Con los brazos temblándole por elagotamiento, Lilette trepó más alto, sin cesar la canción.

En la quinta repetición, había llegado tan alto que el árbol había comenzado a inclinarse consu peso. Cometió el error de mirar hacia abajo, y su mente se aligeró.

Una rama se rompió bajo los pies de uno de la élite. Se tambaleó para aferrarse a algo, yapenas logró agarrarse. Cuando recuperó el equilibrio, el otro guardia y él no intentaronescalar más alto. En su lugar comenzaron a cortar el árbol con sus espadas.

Los Protectores soltaron gritos de indignación. Tiraron con más fuerza de los barrotes. Cientosde enredaderas se rizaban alrededor de los barrotes, apretando y tensando hasta que losespacios vacíos se hicieron más grandes. Uno de los Protectores más delgados—no parecíamayor que un niño, con una mata de cabello cobrizo—se retorció a través de los barrotes ycorrió hacia Lilette.

Un élite debajo de ella gritó cuando Cabello Cobrizo apareció en la base. Rápido como unmono, comenzó a escalar. Un élite de rostro sombrío se dejó caer para encargarse de él. Elotro cortó el árbol con más fuerza.

Page 118: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Con un chasquido, el tronco cedió de repente bajo Lilette. Ella gritó mientras caía haciadelante. El tronco se detuvo con una sacudida, y el impulso la hizo girar hasta que quedócolgando de los dedos a poca distancia del élite.

Un sonido gorjeante sonó debajo de ella. Lilette bajó la mirada a tiempo para ver a uno de laélite desplomarse del árbol. Se golpeó contra el suelo y no volvió a moverse. Cabello Cobrizoapenas se detuvo para envainar su espada antes de empezar a escalar de nuevo.

Lilette se cruzó con la mirada del élite restante y vio el asesinato brillando en sus ojos. Debíasaber que iba a morir, pero iba a matarla primero. Dio un paso hacia una de las ramas y acortóla distancia hacia ella, con la espada extendida.

—¡Deprisa! —le gritó a Cabello Cobrizo.

El élite se estabilizó y blandió su espada. Lilette no tuvo más remedio que soltarse. Gritómientras caía, chocando contra las ramas, agitando los brazos desesperadamente.

Una mano salió disparada y agarró sus pantalones, y casi se los sacó. Ella chilló y levantó lamirada para ver a Cabello Cobrizo mirándola desde arriba, con expresión tensa, mientras lasostenía. Un instante más tarde, otro Protector asió la parte posterior de la pechera de Lilette ytiró de ella hasta ponerla sobre una rama con él.

Cabello Cobrizo asintió hacia ellos antes de trepar en pos del élite restante.

El árbol estaba ahora repleto de Protectores. Ellos la ayudaron a llegar al suelo. Ella sederrumbó inmediatamente y se tendió, jadeante. Su costado palpitaba, y había estrellasdanzando en su campo de visión.

Un hombre, de cabello oscuro veteado de gris, se inclinó sobre ella, atónito. Sus faccioneseran oscuras como las de un harsheno, pero sus ojos eran diferentes, más redondos, y su pieltenía un tono marrón rojizo. —¿No eres Sash? —dijo en kalarian.

—No. Soy su hermana, Lilette. —Se esforzó para sentarse mientras volvía a subirse lospantalones. En otra ocasión, se habría sentido mortificada, pero estaba demasiado aliviada deestar fuera del árbol como para preocuparse.

Él se agachó y le ayudó a ponerse en pie. —¿Cómo…?

—No hay tiempo. Ya saben que estoy desaparecida. —Le tendió las espadas de Han, ya queeran inútiles en sus propias manos.

—Soy el Segundo Líder, Geth. —Las tomó, guardando una para sí mismo y tendiéndole la otraa un hombre gigantesco con ojos amables. Otros dos Protectores despojaron al élite muerto desus espadas.

Geth asintió hacia dos de los Protectores, que bajaron del árbol; Cabello Cobrizo y otrohombre pequeño, cada uno ahora con una espada. Eso dejaba seis espadas para compartirentre los que parecían ser alrededor de cincuenta Protectores. —El resto de ustedes cojanpalos o rocas —ordenó Geth—. Vamos.

Le hizo un gesto a Lilette para que fuera con él. —Tan pronto como estemos en posición,quiero que subas de nuevo a un árbol, y cantes. —Ella palideció ante la idea de tener que

Page 119: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

escalar otro árbol—. Amarra tantos de la élite como puedas. Dejaré a Galon para protegerte.

Geth y los Protectores se separaron mientras que Cabello Cobrizo, Galon, fue tras ella.Cuando estuvieron cerca de donde las Brujas estaban retenidas, Lilette divisó un árbolbastante alto y robusto. Tocando el brazo de Galon, se movió hacia éste. Él asintió sin decirnada y se ocultó en el follaje de la base.

Ella trepó, con las manos palpitantes por los arañazos del árbol anterior. Se concentró enagarrar una rama a la vez, y no miró hacia abajo ninguna vez. Llegó lo suficientemente altocomo para ver a las Brujas y a la élite que las vigilaba. Al parecer, Chen no había sacado aninguna para limpiar las calles. Con alrededor de dos élite por Bruja, su número era bastantesimilar al de los Protectores.

Respirando profundamente, armó la canción en su corazón. Tan pronto como emergió de suslabios, los Protectores cargaron. La élite los vio venir y se posicionaron entre los atacantes ylas Brujas.

Fue algo terrible ver a los Protectores desarmados cargar contra hombres armados con dosespadas. Pero lo hicieron, chocaron ferozmente contra el enemigo y lo derribaron.

La canción de Lilette flaqueó cuando las Brujas embistieron a la élite desde atrás. Las Brujasestaban atadas y amordazadas, completamente indefensas. Pero la élite no se volteó paramatarlas. En su lugar, las golpearon con las empuñaduras, y se volvieron para enfrentar denuevo a los Protectores.

Era magnífico ver a los Protectores. Incluso con su ignorancia respecto a la lucha de espadas,Lilette podía ver su destreza. Esquivaban espadas, golpeaban con pies y manos. Se infiltraronentre la guardia de la élite y emergieron con una de sus espadas.

Y murieron. A pesar de la habilidad y la determinación de los Protectores, los refuerzos de laélite llegarían en cualquier momento, y entonces habría acabado.

No sólo tenían que ganar, tenían que ganar rápido. Lilette se puso firme. Tenía que cantar a laperfección. Tenía que salvarlos. Dio todo de sí, y su voz sonó por encima de la refriega.

Las enredaderas salieron disparadas del suelo, envolvieron los pies de la élite y los hicierontropezar, frenándolos.

Otra voz se unió a la suya. Un Protector había conseguido liberar a una de las Brujas. Mientrascantaba, comenzó a quitar las mordazas de las bocas de otras Brujas.

Unos segundos después, media docena de Brujas estaban cantando, y sus voces seconfundían con la de Lilette. A su vez, se movían para liberar las bocas de otras Brujas.

Las plantas salieron disparadas de grietas entre los ladrillos, creciendo imposiblementerápido. Se extendieron, atrapando los pies de la élite y amarrándolos. Los Protectoresacabaron pronto con ellos… y se apoderaron de sus espadas, dos espadas para armar a doshombres. Había terminado.

Lilette descendió del árbol. Tuvo especial cuidado, ya que no confiaba en su cuerpotembloroso. Cuando llegó al suelo, se abrazó contra el árbol para evitar caerse.

Page 120: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Las Brujas habían cambiado su canción y podrían necesitar su ayuda. Miró a su alrededorbuscando a Galon, pero no estaba en ningún lugar a la vista. —¿Galon? —Dio media docenade pasos antes de congelarse. Él yacía en el suelo, con su cabello enormemente contrastantecon su pálido rostro. Se dejó caer a su lado y puso la mano frente a su boca. Su aliento tocó lapunta de sus dedos.

Un sonido hizo que se volviera. Dos docenas de la élite aparecieron en su campo de visión,Chen y Han entre ellos. La careta de Lilette estaba bajada. Su mirada pasó de Han, totalmentevestido y con armadura, a Chen, que tenía la misma expresión mortífera de cuando mató aLaosh.

Lilette echó a correr, pero no había conseguido dar ni cinco pasos antes de que Chen agarrarasu cabello. Arañó su mano, con las lágrimas llenándole los ojos debido al dolor. La obligó aponerse de rodillas. Pudo girarse lo suficiente para verlo levantar su espada, con el rostro enconflicto.

Una mano salió disparada y agarró el brazo en el que Chen sostenía la espada. Han aparecióen su campo de visión, y de nuevo vestía la muerte como armadura. —¿Qué esperabas quehiciera? —siseó—. La tomaste a la fuerza, la casaste a la fuerza.

—¡Ha traicionado a nuestra gente! —gritó Chen.

—¡Nuestra gente! ¡No la suya!

Chen forcejeó. —Esto es un favor. Sabes lo que Padre le hará.

Han sacudió la cabeza. —No puedo dejar que la mates.

Chen soltó a Lilette. Ella se precipitó hacia delante, aterrizando con fuerza. Se irguió y miróhacia atrás para ver a Han tirado en el suelo. La mano de Chen estaba cerrada en un puño. —¡Fue criada entre los nuestros! —dijo.

Han se puso en pie. —Porque matamos a su familia.

La expresión de Chen cambió a una indescifrable. —No. Las Brujas lo hicieron.

Mentira.

Han extendió una mano conciliadora. —Sólo deja que se vaya.

Chen tensó el agarre de su espada. —Por eso Padre me eligió a mí como su heredero en lugarde a ti. Porque yo hago lo que debe hacerse.

Se volvió hacia Lilette y levantó la espada. Ella se encogió de miedo cuando bajó, pero fuebloqueada con un sonido metálico. Han había sacado su propia arma. Lanzó la espada de suhermano hacia atrás.

Al instante, la expresión de Chen cambió de la incredulidad a la traición. —¿Estás seguro deque quieres hacer esto, hermanito?

Desenvainando su segunda espada, Han adoptó una posición de lucha entre Lilette y Chen,con una hoja alta, y otra baja. —No puedo dejar que la mates.

Page 121: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Han y él se movieron hacia delante a la vez, con las espadas rápidas. Su lucha parecía másun baile que una reyerta, mortífera e imposiblemente rápida. Pero incluso como alguien sinentrenamiento en el manejo de la espada, Lilette podía asegurar que Chen era más rápido, oquizá sólo estaba más decidido a matar a su hermano.

Antes de que pudiera gritar una advertencia, un élite fue hacia Han desde atrás y le pateó laspiernas. Él aterrizó con fuerza, pero automáticamente levantó una espada para bloquear elgolpe que iba directo a su cabeza. Lilette dejó escapar un grito estrangulado queinmediatamente transformó en una canción.

La tierra y las rocas explotaron alrededor de Han cuando unas raíces del tamaño de sumuñeca salieron disparadas y atraparon los brazos y las piernas del élite, sujetándolo dondeestaba. ¿Por qué las plantas no reaccionaron así antes? No había tiempo para reflexionarsobre eso. El élite ya estaba luchando para liberarse de las enredaderas. Lilette se puso en piejusto cuando un grito resonó detrás de ella.

—¡Protectores, a mí!

Lilette se volvió para ver a docenas de Protectores corriendo hacia ellos. Geth cargó contraHan, con la espada alzada.

—¡A él no! —Se interpuso entre ellos, con la mirada clavada en Geth, desafiándole a dañar aHan.

Él pareció entenderlo, ya que redirigió su ataque. —¡Ve con las otras! —Los Protectores y él seabalanzaron contra Chen y los otros de la élite.

Lilette hizo ademán de marcharse, pero se volvió cuando Han no la siguió. —Tienes que venirconmigo ahora.

La sangre goteaba de la comisura de su boca, y parecía aturdido. La mirada de Lilette secentró en un movimiento borroso. Un élite se había acercado sigilosamente a Han por detrás.

—¡Detrás de ti! —Antes de que las palabras hubieran abandonado completamente la boca deLilette, Han giró, y sus espadas bloquearon una estocada y un giro. Esta vez, no vaciló a lahora de girar la maraña de espadas en un círculo, y su cuerpo giró con ellas. Su codo se moviórápido, aterrizando directamente contra la nariz del élite.

Mientras el hombre retrocedía, Han corrió hacia Lilette. Ella se puso a su lado, a sabiendas deque ahora él sería un blanco al igual que ella. Lo guio hacia donde Galon yacía inconsciente.Han ni siquiera preguntó. Colocó al hombre más pequeño encima de su hombro y fue tras ella.

Capítulo 17Traducido por Brig20

—El monstruo de mi historia era tan hermoso y tranquilo como un amanecer. ~Lilette, citada enla biografía de Jolin.

Page 122: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette se dirigió hacia el claro, y sólo entonces se dio cuenta de la canción. Desaceleró alescuchar una canción desconocida de crecimiento y desgarramiento. Sus ojos se abrieroncuando se dio cuenta de lo que las Brujas estaban haciendo. Los Protectores habíanreemplazado a la élite en el círculo de protección alrededor de las Brujas. Los que estabanfrente a Lilette se deslizaron en posición de combate cuando ella se acercó.

Afortunadamente, Han sabía que no debía corresponder a la acción. —Él está conmigo —dijoLilette rápidamente.

El Protector directamente frente a ella entrecerró los ojos. —¿Y quién eres tú?

—¡Lilette! —gritó Jolin. Ella se lanzó entre los Protectores y la envolvió en un abrazo que lehizo palpitar de dolor el costado. Lilette abrazó a su amiga, sin importarle lo mucho que ledolía. Jolin se volvió hacia los Protectores. —Esta es Lilette, la hermana de Sash. Ella es larazón por la que escapamos. —Su mirada se detuvo en Han, y su sonrisa vaciló.

—Él me ayudó a escapar —explicó Lilette. Inmediatamente los Protectores bajaron la guardia,y Han dejó a Galon a su cuidado.

Jolin hizo señas a Lilette para que la siguiera detrás del perímetro. —Vamos, hay alguien quenecesitas ver. —Trotando para mantenerse al paso de Jolin, Lilette no perdió de vista a Han.Jolin las condujo hasta el centro de las Brujas que estaban cantando y se detuvo delante deuna mujer con el pelo rubio casi blanco que hacía juego con el de Lilette.

—¡Sash! —dijo Jolin—. Encontré a Lilette.

Sash se dio la vuelta y su mirada se cruzó con la de Lilette. Fue como un imán entre ellas, tanfuerte que ambas se lanzaron a los brazos de la otra, las dos llorando.

Sash se retiró primero, y Lilette no pudo dejar de notar la sangre en sus manos. —Hay tantascosas entre nosotras que necesitamos hablar. —Sash respiró hondo, como armándose devalor—. Cuando estemos a salvo.

—Pero, ¿qué estás haciendo? —Lilette señaló las murallas.

—Creando nuestro escape. —Sash retrocedió—. Canta con nosotras. Necesitamos toda laayuda que podamos conseguir.

Prestando mucha atención a la canción, Lilette comenzó a cantar. Sash asintió alentadora. Derepente, Lilette se dio cuenta que había abandonado a Han para ir con su hermana. Entró enpánico; alguien podría hacerle daño, simplemente porque era harsheno.

Para su alivio él estaba cerca viéndola cantar, con mirada inescrutable. Ella se acercó a élcomo lo haría a un animal herido, con movimientos lentos y uniformes. Ella lo tomó de la mano.Él hizo una mueca, pero no la soltó.

La multitud se apartó para que Geth pasara cuando caminó hacia ellos. Él asintió hacia Sash.—Se están reuniendo en el palacio, convocando a la élite de la ciudad para venir contranosotros. Las puertas ya están cerradas para que no escapemos.

Page 123: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—No esperaba menos. —Sash frunció los labios y estudió el semicírculo verde que carcomíatrozos de la muralla norte. Trozos aplastados de ladrillo llovieron—. Ya casi lo logramos.

Geth señaló con el pulgar por encima del hombro a Han. —¿Qué pasa con él? ¿No es elhermano de Chen?

Lilette se interpuso entre Han y Geth. —Me salvó la vida… me ayudó cuando nadie más lohizo.

Sash miró a Lilette y a Han. —Déjalo. Por ahora. —Miró a su alrededor—. ¿Dónde está elLíder Gyn?

El Protector negó con la cabeza.

Sash frunció el ceño. —Muy bien. Ahora tú eres el Primer Líder, Geth.

El hombre hizo un asentimiento brusco. —¡Ya vienen! —gritó alguien.

Las Brujas se volvieron como una. Más altas que la mayoría de ellos, Lilette podía ver porencima de sus cabezas y hombros. Soldados de la élite se abalanzaron sobre ellos desde eleste. Algunos de los que corrían al frente llegaron a los Protectores, quienes cambiaron susdefensas para bloquearlos.

—Péguense a las murallas —ordenó Sash—. Dejen que los Protectores se encarguen deellos.

La mano de Han fue hacía su espada, pero vaciló. Lilette se preguntó cuántos de ellos eransus amigos, hombres bajo su mando.

—¿Vas a luchar? —preguntó Geth.

Han tragó saliva. —Voy a defenderme, y a Lilette, pero no voy a matarlos. No puedo.

—Quédate con ella entonces, protégela —dijo Geth mientras corría hacia la lucha.

—Necesitamos la seguridad de la barrera —gritó una de las Brujas.

Sash estudió el avance. —¡Alinéense! Esperen a mi señal.

Otra Bruja agarró el brazo de Sash. —¡No podemos esperar! ¡Se tiene que levantar ahora!

Ella la empujó hacia el círculo de Brujas. —Haz lo que digo.

Lilette miró a su alrededor, sin saber qué hacer. Jolin la empujó en el círculo con las demás. —¡Canta… te necesitamos!

Siguiendo el ejemplo de las demás, Lilette se irguió en toda su estatura y cantó con todas susfuerzas. Tras un momento de vacilación, su voz se traslapó a la perfección con la de ellas.

La élite se abrió paso por entre los Protectores, y la lucha creció en intensidad. MásProtectores de todo el perímetro corrieron a ayudar.

Al sonido de las pisadas, Lilette se dio la vuelta. Una docena de la élite cargaba hacia ella.

Page 124: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Con un gemido lleno de dolor, Han pasó junto a ella y se deslizó de rodillas con una oscilaciónsalvaje, sus espadas se estrellaron en el cuerpo de un élite. Han rodó hacia un lado y selevantó en cuclillas, con las espadas hacia fuera, para golpear la garganta descubierta de unélite; éste gorgoteó ahogado en sangre mientras caía.

Han no estaba simplemente defendiéndola. Estaba matando a sus hombres. Por ella. Unabrasa pareció incendiarse en el pecho de Lilette, y su canción cambió. Ella ni siquiera estuvosegura de qué palabras utilizó. Pero los hombres gritaron de dolor y dejaron caer sus espadashumeantes antes de retirarse.

Han se volvió hacia ella, con la sangre de otra persona corriendo por su rostro. En torno aellos, las Brujas cantaron de nuevo una vez, dos veces, tres veces. Pero para Lilette sóloestaba Han, el dolor que sabía que estaba allí, enterrado bajo su exterior de piedra.

Ella no le dijo que lo sentía. Las palabras habrían parecido huecas. En cambio, simplementese volvió hacia un lado, haciendo espacio para que él accediese de nuevo al círculo. Despuésde echar un vistazo más detrás de él, lo hizo.

Una grieta dividió el aire. Gracias a las plantas, una fractura había aparecido en las murallas.Más enredaderas se cerraron alrededor de los ladrillos rectangulares, aplastándolos enescombros que cayeron en pequeñas pilas. Un polvo amarillo se elevó hasta la cara de Lilettey recubrió sus pulmones, haciéndola toser.

Sash marchó en un círculo frente a ellas. —Cambien a hacer retroceder a la élite. —Su voz seconvirtió en un grito—. ¡Protectores, a mi señal!

Las canciones de las Brujas cambiaron a detener a la élite. Una pared de color verde selevantó entre la élite y los Protectores, empujando a la élite hacia atrás.

—Protectores —gritó Sash—. ¡Dentro de la barrera!

Tan pronto como el último Protector estuvo dentro, las Brujas se agarraron de las manos y sucanción cambió de detener a la élite a formar la barrera. Sin canciones que lo impidieran, laélite se lanzó hacia delante.

—¡Ahora! —exclamó Sash.

Segundos antes de que la embestida de la élite los hubiese golpeado, hubo un sonido comoun trueno. La percusión latió a su alrededor, y abrió un agujero a través de una seccióndebilitada y derribó a la élite al suelo.

La Bruja que tenía sujeta a Lilette de la mano, de repente gritó. Los ojos de Lilette se abrieroncon horror ante la espada que sobresalía del estómago de la mujer. Se le pusieron los ojosvidriosos y lentamente cayó hacia adelante, revelando a un élite detrás de ella.

Lilette se tensó para correr, pero el hombre ya estaba muerto. Lentamente se derrumbó en dosmitades, la barrera lo había cortado limpiamente en dos.

Un sollozo se enganchó en su garganta, y la barrera parpadeó como si fuera a desaparecer.La Bruja a su lado pasó por encima de los cuerpos y se apoderó de su mano.

Lilette se dio cuenta de una voz en su cabeza. ¡Lilette! ¡Lilette, ¡Mírame! Con un sobresalto, se

Page 125: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

dio cuenta de que era Sash. Debes concentrarte.

—¿Cómo es esto posible? —Lilette murmuró, pero Sash ya se había apartado de ella y emitióuna orden de silencio que resonó en la cabeza de Lilette.

Una canción tomó forma en la mente de Lilette. De alguna manera, ella la sabía porque todaslas demás la sabían, como si sus mentes estuvieran vinculadas.

—Eso es exactamente lo que es —dijo Jolin a su lado—. Ahora deja de pensar tan fuerte.Dificulta el concentrarse.

Las Brujas cantaron. Con retardo, Lilette se unió a ellas. El aire se espesó antes de que suhermana se disparara hacia el cielo.

—¡Retírense! —gritó uno de los harshenos—. Encuentren refugio.

Cuando la élite se dispersó para cubrirse, Sash subió por encima de las murallas. Con uncambio de canción, las voces de las Brujas incitaron a un viento feroz. La élite armada conarcos cayó de las murallas, sus gritos terminaron con un repentino silencio.

Su siguiente canción torció el viento en el jardín. Éste arrancó los árboles de la tierra,arrojándolos como palos. Sash inspeccionó el daño, su boca estaba apretada con algoparecido a la indecisión.

Tenemos que derruir la ciudad, dijo una de las Brujas en la cabeza de Lilette. Otras se hicieroneco de su sentimiento.

Sash le tendió la mano. No sé cómo, pero la ciudad Arboleda ya ha hecho eso. No voy a matara más gente inocente de la que ya ha muerto.

Las Brujas dejaron de cantar. La barrera se quebró y rompió en manchas brillantes queflotaron como trozos ardientes de luz. Momentos más tarde, Sash tocó tierra.

—¡Protectores, despejen el camino y cubran la parte posterior! —gritó Geth mientras subíasobre los escombros hacia la brecha en la muralla. Los Protectores se acomodaron adelante yatrás de las Brujas.

—¡Permanezcan juntos y muévanse! —Han los siguió, con una espada desenvainadamientras observaba en busca de cualquier élite que viniese detrás de ellos.

Lado a lado con Jolin, Lilette escaló sobre los escombros y atravesó el jardín destrozado.Después de sólo unos minutos de carrera, sus piernas temblaron y jadeó en busca de aire. Seestaba quedando atrás. —Vete sin mí —jadeó ella.

Gruñendo de frustración, Han la lanzó por encima de su hombro. Con sus poderosaszancadas, rápidamente alcanzó a los otros. Una vez que atravesaron la brecha, bajó a Lilettecon la espalda contra la muralla. El sudor corría por su cara, ella jadeó en busca de aire,aliviada de tener algo sólido entre ella y la élite.

—Necesitamos una barrera de árbol para bloquear esto —gritó Sash a las que la rodeaban—.¿Seguramente alguien se las arregló para ocultar una semilla?

Page 126: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Una mujer dio un paso al frente, barrió a un lado un amasijo de ladrillos, y empujó una semillaen la tierra. Las Brujas a su alrededor comenzaron a cantar.

Oh barrera de árbol, yo canto para ti.

Levanta tus ramas y cúbreme.

Frente a ellos, un brote verde estalló fuera de la tierra. En instantes, era más alto que la Bruja,con ramas y hojas que se encrespaban hacia el sol de color rojo sangre.

Lilette observó como las ramas del árbol cubrían el cielo. A los pocos minutos había pasado deser una semilla a un árbol tan viejo como las rocas alrededor de la cascada allá en casa.

Su canción se volvió oscura y siniestra.

Que nadie pase.

Lilette quedó boquiabierta cuando el árbol se movió. No mecido por el viento, sino estirándosepara sujetar a un élite por la cintura y lanzarlo de nuevo al camino por donde había venido. Elárbol se agachó para atrapar más de la élite, quienes lo tajearon con sus espadas mientrasgritaban de terror.

—Geth —llamó Han—. Tienes problemas.

Lilette siguió la dirección a la que apuntaba con el dedo. El recinto palaciego estabaconstruido en una cima. Debajo de ellos, entrelazados través de la red de calles de la ciudad,había grupos de soldados imperiales; todos marchaban hacia ellos desde el noroeste.

El Líder Geth miró a su alrededor, como si buscara algún tipo de escape. —No podemosabrirnos paso a través de eso. —Señaló a lo largo de las murallas—. La única otra salida eshacia el este.

Lilette gimió cuando Han tiró de ella para ponerla de pie. Al menos había recuperado el alientosuficiente para seguir el ritmo de los otros mientras corrían en paralelo a las murallas. Despuésde sólo unas pocas docenas de pasos, chocó contra la espalda de la Bruja delante de ella.Todo el grupo se había parado de golpe.

Secándose el sudor de las sienes, se puso de puntillas y encontró el camino bloqueado porotro grupo de la élite. El humo se elevaba alrededor de Lilette. El árbol estaba en llamas. Apesar de que seguía agarrando soldados y lanzándolos de nuevo, sus ramas se estabanrompiendo, y hojas quemadas giraban en las corrientes de aire.

A través del humo y el fuego, Chen apareció en el vértice de la élite. Las Brujas estabanatrapadas.

Page 127: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Capítulo 18Traducido por Hishiru

El envenenamiento dejó a Lilette débil y sin aliento cada vez que se esforzaba. Nunca meatreví a decirle que era una dolencia con la que viviría el resto de su vida. ~Jolin

Las Brujas se agruparon bajo el cielo del atardecer, y los Protectores las rodearon.

―Guardianas, no tiene por qué haber más muertes. ¡Ríndanse!― dijo Chen.

Lilette se agachó rápidamente detrás de otra Bruja. Su mano encontró la peineta de fénix, y laapretó para encontrar consuelo.

Sash mantuvo la mirada en Chen. ―Dame un momento para hablar con mis Guardianas.

―Un minuto. No más.

―Guardiana Sash, ¿tus órdenes? ―preguntó Geth.

Ella encontró la mirada de Lilette, las lágrimas cubrieron sus ojos―. No tenemos nuestrassemillas, o nuestras pociones ―casi sonaba como una disculpa.

―No pueden rendirse ―dijo Lilette suavemente―, él las convertirá en concubinas, yprobablemente matará a todos los Protectores. ―Y a ella.

―No lo entiendes. ―Sash respiró hondo―. Nuestras canciones no serán lo suficientementefuertes para luchar contra ellos sin un círculo.

―Pero no podemos mantener un círculo para siempre ―dijo Jolin―. Tres días a lo sumo.

Sash sonrió con tristeza―. Lo sé.

El horror atravesó a Lilette. ―¡No! ¡No puedes!

―Esta fue mi expedición. Mi responsabilidad. ―Sash respiró hondo―. Lilette, voy a necesitarque tomes mi lugar como líder.

Lilette negó con la cabeza―. No sé cómo hacerlo.

―Eso no importa. Lo que importa es que vas a sacarlos.

―Pero acabo de encontrarte ―susurró Lilette. Sash la atrajo en un abrazo.

―¡Guardianas! ―ladró Chen―. ¿Cuál es su respuesta?

Sash apretó más a Lilette―. Cuando llegues a la ciudad Arboleda, Merlay te encontrará.Confía en ella y en nadie más.

Page 128: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Sash se echó hacia atrás y habló lo suficientemente alto como para ser escuchada sólo por lastreinta Brujas que la rodeaban. ―Necesito voluntarias para quedarse y crear un círculo.

―No entiendo lo que está pasando ―susurró Han.

Jolin dejó escapar un suspiro. ―Aquellas que estén en el círculo se quedarán para luchar,mientras que el resto de nosotros tratará de escapar. Y no puedo ser una de las que sequeden.

―¿Por qué? ―preguntó Lilette en voz baja.

Jolin negó con la cabeza. ―Será un círculo pequeño… y necesitan a las cantoras más fuertespara hacer que funcione.

Lilette jadeó. ―Ella me eligió como líder para que no pudiera quedarme atrás. ―Su hermanaera una estratega tan brillante como Chen.

Una cabeza gris se inclinó, y una mujer dio un paso adelante. Mientras ella se movía, tomó lamano de otra. Ambas se miraron, una vida de recuerdos pasaron entre ellas. Las dosavanzaron al mismo tiempo.

Lilette advirtió un torbellino de movimientos a un lado. Una chica se abrazó a una de lasmujeres mayores―. No, abuela, tú no ―le rogó.

La mujer mayor la abrazó con fuerza. ―Sólo no… ―Se estremeció e inhaló para calmarse―.Sólo no lo desperdicies. ―Otra Guardiana alejó a la joven.

Sash lloraba más fuerte ahora. ―No son suficientes.

―Guardianas, ¿cuál es su respuesta? ―Chen preguntó otra vez, su paciencia obviamente sehabía acabado.

―No hay suficientes. ―Sash se secó las mejillas―. Ustedes, las mujeres mayores… las queestán heridas, no serán capaces de correr. De esta forma si mueren, morirán por algo. —Cuatro de las Guardianas más jóvenes se les unieron.

Sash dio una sonrisa temblorosa. ―¿Alguien tiene un poco de agua? Seremos capaces dedurar más tiempo con ella. ―Unos odres de agua fueron pasados hacia adelante.

―Gracias, su sacrificio… ―comenzó Sash.

―¡Están formando un círculo! ¡Carguen! ―gritó Chen.

―¡Fórmense! ―ordenó Sash―. Despejaremos el patio y les cubriremos la espalda. Porpiedad de las Creadoras, espero que lo logren.

Las mujeres se cerraron en un círculo, ocho mujeres fuertes. ―Al suelo ―dijo Sash.

Todas las Brujas y Protectores alrededor del círculo se agacharon, Lilette y Han un mediolatido después. Las otras Brujas se dieron la mano, su canción aumentó progresivamentemientras la élite se lanzaba hacia delante.

Page 129: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La barrera se elevó de nuevo en el cielo. Una onda de choque onduló desde las Brujas,avivando las llamas del árbol moribundo y lanzando sus ramas frágiles y ardientes hacia laélite que se acercaba.

Las Brujas cantaron tres veces, sus canciones eran oscuras y mortales. Entonces Sash seelevó en el cielo de la noche y cantó con la potencia combinada de muchas.

―¿Qué está haciendo? ―preguntó Lilette.

Jolin se cubrió la cabeza con las manos. ―Luchar.

El suelo bajo Lilette se sacudió como si todo el mundo estuviera siendo desgarrado. Han lacubrió con sus brazos, su cuerpo encorvado protectoramente sobre ella… tal y como suhermano lo había hecho antes.

En la ciudad, más edificios se derrumbaron. Lilette sabía que personas inocentes morirían, yun pedazo de ella pareció marchitarse y morir con ellas.

Una pared irregular de tierra se levantó entre el palacio y la ciudad, dividiendo al ejército. LasBrujas en el círculo comenzaron una nueva canción, sus rostros mostraban determinación. Elcielo se volvió oscuro. Nubes negras se arremolinaron por encima de ellos, y relámpagosintermitentes alcanzaron el suelo. La lluvia los acribilló. En cuestión de segundos, decenas derayos impactaron el interior del recinto.

Lilette pensó en todas esas mujeres y niños en el harén, y su sangre se convirtió en hielo.―Lang la sacó ―se dijo― ¡Él la sacó!

Han la abrazó más fuerte. Después de lo que pareció una eternidad, los impactos sedetuvieron. Al abrir los ojos, Lilette se abrazó a si misma. Los gritos se elevaron por detrás deellos. Ella se movió, y trozos de tierra crujieron bajo su cuerpo. El ejército se acercaba a ellosdesde la parte externa de las murallas. En unos momentos, los rodearían.

―¡Vamos! ―exclamó Sash―. ¡Antes de que sea demasiado tarde!

Han se levantó y tomó posición detrás de ellos. Era el momento de correr de nuevo. El aguagoteaba de su cara, y Lilette trepó de nuevo sobre las murallas de ladrillo derrumbadas, con elresto de las Guardianas.

El inconfundible olor de carne quemada asaltó sus sentidos al entrar en el recinto. La lluviagolpeó sus hombros encorvados, y empezó a avanzar hacia el jardín en ruinas.

A su alrededor había formas inmóviles de muertos. Vapor o humo, tal vez ambas cosas, seelevaban de sus cuerpos. Un pequeño grito de dolor se levantó involuntariamente desde lomás profundo de su interior, y se encontró buscando el cuerpo de Chen.

Han envolvió el brazo alrededor de sus hombros y le giró el rostro. ―No mires.

Se apoyó en él, concentrándose sólo en su pecho mientras atravesaban a trompicones elsendero de muertos. Tenía la impresión de que su cuerpo pronto desfallecería. Estaba másallá de los límites de su fuerza, pero no había otro remedio que seguir adelante.

Detrás de ellos, un rayo cayó sobre los soldados imperiales en la ciudad… el círculo estaba

Page 130: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

atacando ahora al ejército.

La pared del harén bordeaba el lado oeste del jardín. La mirada de Lilette fue atraída haciaella, pero no veía humo proveniente del interior. ―Ellas no lo atacaron. —El alivio la recorrió.Incluso si Lang no consiguió sacar a Ko, ella podría estar bien.

Cuando cruzaron a través del palacio, los eunucos se dispersaron por el miedo. LosProtectores abrieron de golpe las puertas del palacio y les indicaron que se apresuraran. ―Alotro lado del patio real están las puertas. ¡Ahora, rápido!

Pero Lilette se tambaleó hasta detenerse. Ante las puertas, estaba reunido el resto de la élitedel palacio.

Geth se abrió paso hasta el frente del grupo. Giró su cabeza hacia Lilette y habló en voz baja.―No tenemos tiempo o personas para cubrir la retaguardia. Cuiden sus espaldas. —Entonceshizo un gesto con la espada sobre su cabeza y corrió hacia adelante―. ¡Protectores, a mí!

Lilette dio un paso más cerca de Jolin―. ¿Qué debo hacer?

―Cantar ―dijo simplemente Jolin.

Lilette vaciló. ―Guardianas, sigan mi ejemplo.

Marchando hacia adelante, comenzó a cantar. Jolin y las otras Brujas siguieron la canción.Inmediatamente, las plantas comenzaron a enredarse en los pies de la élite, haciéndolostropezar.

Cuando estaban a medio camino entre el palacio y las puertas, Han se puso tenso a su lado.Dio medio paso hacia un lado y luego corrió a arrodillarse ante una figura.

Los Protectores se enfrentaron contra la élite, el sonido hizo que Lilette retrocediera, aunqueno pudo apartar la mirada de Han. ―Jolin, mantenlas cantando ―corrió hacia Han y se obligóa mirar.

Nadie podía confundir esas túnicas impresionantes, aún húmedas por la lluvia y parcialmentecarbonizadas. Lilette se agachó y recogió la elaborada corona que estaba a sus pies. Estabaquemada en un lado. Han se acercó lentamente hacia el Emperador… su padre. Estabamuerto.

Han bajó la cabeza, sus manos hechas puño a los costados. Lilette trató de tocarlo, perovaciló. Después de todo, ella había causado esto.

Desde detrás de ella, oyó un grito de dolor y se volvió para ver a Chen de pie en la escalinatadel palacio. Las Brujas dieron gritos asustados y se alejaron de él, pero no les hizo caso.Corrió hacia ellos y se detuvo cayendo de rodillas al lado del Emperador.

Presionó su mano sobre el pecho quieto de su padre. Su mirada recorrió a Lilette y aterrizó enHan. ―¿Cómo pudiste hacer esto? ―La voz de Chen se quebró. Hizo un gesto hacia ladestrucción total del recinto, alzando la voz con cada palabra―. ¿Dejarás en libertad a lasBrujas? ¿Las ayudarás a matar a la élite… a tus propios hombres; y a nuestra familia?¿Robarás a mi esposa? ¿Por qué?

Page 131: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Han no se inmutó―. Porque está mal. Invadir Vorlay nos destruirá.

Los ojos de Lilette se agrandaron. Chen estaba planeando una invasión, y no dudaba que elplan fuera usar a su hermana y a las otras para lograrlo.

―Nuestras islas carecen de muchos recursos naturales ―explicó―. ¿Está mal quemejoremos la vida de nuestro pueblo?

La boca de Han se apretó. ―Usar a las Guardianas como nuestra arma provocará una guerraque no vamos a ganar. Todo el imperio será destruido por tu locura. Nuestra gente será la quepague el precio.

―Has sabido todo esto desde hace días y no hiciste nada ―contestó Chen.

Han habló entre dientes. ―Habrías matado a Lilette.

Poniéndose de pie, Chen sacó las espadas de sus vainas. ―Te vencí una vez, hermano.Puedo volver a hacerlo.

Lilette abrió la boca para detener a Chen. Levantándose, Han la interrumpió con una miradaque al instante le cortó la canción. ―No interfieras. No esta vez ―dijo.

Su boca se cerró. Quiso protestar, pero recordó lo que había dicho Ko sobre recuperar elhonor. Han tenía que hacer esto sólo para que pudiera vivir con él mismo.

En medio de los sonidos de los Protectores y las Guardianas luchando contra la élite, loshermanos giraron uno frente al otro.

―Cuando gane ―dijo Chen―, voy a recuperar lo que es mío.

La mandíbula de Han se endureció. ―¿Sólo para matarla?

La mirada de Chen se desvió hacia Lilette. ―Si la llevas a la ciudad Arboleda, es como siestuviera muerta de todos modos.

―¡Mentiroso! ―exclamó ella.

Han hizo un sonido ahogado. ―Lilette, vete. No puedo luchar mientras estoy preocupado deque te ataque. Únete a las demás.

Sabiendo que tenía razón, retrocedió. Los hermanos se lanzaron el uno contra el otro, susespadas cortaron el aire con un silbido antes de chocar con un repique de acero.

Limpiándose la lluvia de la cara, Lilette miró a la élite luchando contra los Protectores y lasBrujas cantando con todas sus fuerzas. Estaban superados en número, y los Protectoresestaban claramente agotados. Podía ser que lograran abrirse paso, pero muchos moriríanantes de lograrlo. Tenía que haber otra manera.

Lilette vio los establos, los cuales eran de dos pisos de altura. Una idea se formó en su mente,corrió hacia ellos y abrió las puertas. Los sirvientes allí reunidos saltaron. Sus ojos larecorrieron y se inclinaron. Lilette se dio cuenta que ante la débil luz, todo lo que podían verera su armadura; la armadura de Han.

Page 132: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Después de atarse la careta, dio un paso lejos de la lluvia, su mirada viajó por las filas y filasde caballos en sus puestos; todos ellos ensillados y armados. Una sonrisa sombría asomó asu boca mientras bajaba la voz una octava. ―Asegúrense que todos los caballos estén listos.Ahora. ―Se dirigió directamente hacia el centro de los establos sin mirar hacia un lado o alotro y pasó por una puerta pequeña hacia el interior de una habitación con altos ventanales.Se sobresaltó ante un movimiento, muy por encima de ella.

A media docena de pasos, estiró la cabeza para encontrarse con el elefante. Aunque elhowdah ya no estaba, Jia Li seguía cubierta con adornos costosos repletos de borlas que semecían mientras estudiaba a Lilette con ojos inteligentes. Su enorme trompa empujó losbrazos de Lilette, como si buscara algo.

Una sonrisa lenta apareció en la cara de Lilette. ―Oh, sí. Podemos usar esto.

Moviéndose lentamente, Lilette quitó el perno de la barra que atravesaba la puerta de entraday la abrió de par en par. Fingiendo que sabía lo que estaba haciendo, palmeó repetidamente elhombro del elefante y le dijo. ―¡Levanta la pierna! ―Para su total deleite, el elefante seagachó y levantó la pierna.

El miedo y un estallido de emoción atravesaron a Lilette. Subió a la parte interior de la piernadel elefante y trepó. E inmediatamente se resbaló hacia la parte posterior de la bestia. Elelefante la miró con ojos divertidos.

Frotándose el trasero, Lilette lo intentó de nuevo. Subió el pie y lo apoyó en la pierna delelefante. Su otro pie alcanzó el lazo que colgaba como una especie de arnés alrededor delcuello de Jia Li. Lilette todavía no estaba sobre su lomo. Jalando el lazo, se arrastró sobre suvientre para llegar hasta el cuello del elefante y pasó la pierna a su alrededor.

El elefante se enderezó, un movimiento que se sintió como un árbol meciéndose. Y Lilette seencontraba otra vez en una posición más alta de lo que le gustaba. Pero al menos sus piernashúmedas estaban sobre algo caliente y seco. Inclinándose hacia adelante, soltó todo el alientoy dio un codazo a la parte trasera de las orejas de Jia Li. ―Vamos. ―El elefante empezó aavanzar, y en dos pasos, estaban fuera del establo. Lilette golpeó detrás de la oreja izquierdadel elefante para girarlo a la izquierda… sólo que el animal giró a la derecha―. ¡Ah! ―Lointentó de nuevo, pateando la oreja del lado opuesto. Jia Li giró a la izquierda. En cinco pasos,Lilette pudo ver toda la batalla.

Observó a todas las Guardianas. ―¡Jolin!

Su amiga se separó de las demás y se abrió paso hacia Lilette. El rostro de Jolin se llenó deasombro; probablemente nunca había visto antes a un elefante.

Lilette señaló hacia los establos. ―Consigue que las Brujas monten los caballos. Hay algunospeones, pero no deberían ser un problema. Voy a romper las puertas.

―Qué… ―chilló Jolin, pero Lilette ya estaba empujando la parte posterior de las orejas delelefante y se dirigió directamente hacia Han. Los dos hermanos seguían combatiendo, susespadas abriéndose camino a través de la lluvia. Han se movía como una sombra, con golpesrápidos y fluidos, pero Lilette tenía la clara impresión de que se estaba conteniendo.

―¡Han! ―gritó―. Es hora de irse.

Page 133: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La cabeza de Chen se giró ante el sonido de su voz, quedando vulnerable por medio segundo.

Con la espada aferrada en un puño, Han dio un puñetazo a la sien de su hermano. Chen cayóal suelo. La lluvia golpeó contra su armadura de cuero como si intentara despertarlo.

Han miró hacia Lilette, con el rostro lleno de oscuridad. Ella se echó hacia atrás y Jia Li sedetuvo.

El asesinato se disipó lentamente de los ojos de Han, y fue reemplazado por la desesperanza.―Si te quedas aquí, morirás ―dijo Lilette. Cuando él no hizo ningún movimiento, su voz sesuavizó―. Te necesito.

Miró a su hermano. ―Tengo que matarlo.

―¿Podrás vivir con eso?

Han puso su espada en su lugar―. No si lo hago así.

Ella dio una palmada al hombro del elefante. ―¡Levanta la pierna! ―Ella se acercó a Han.Después de quitarle un arco y un carcaj a un hombre muerto, trepó detrás de ella.

Lilette se giró para ver a las Guardianas saliendo del establo montadas sobre los caballos, losvestidos de las mujeres estaban metidos alrededor de sus muslos. Cada mujer agarraba lasriendas de otros caballos adicionales.

―¡Líder Geth! ―gritó Jolin.

Geth la miró antes de dar la orden de replegarse. Sus hombres comenzaron a retirarse hacialos caballos, mientras la canción de las Brujas contenía a la élite detrás de ellos.

Los dedos de Lilette se pusieron blancos por apretar el arnés de Jia Li. Han colocó una flecha.―No te van a tocar ―le prometió él.

Esperaba que tuviera razón. Las Brujas montadas tiraron de las riendas, frenando susmonturas para que los Protectores tomaran los caballos adicionales. Ellos se impulsaron haciaadelante y tomaron posiciones de flanqueo alrededor del elefante.

―¡Síganme! ―Lilette giró a Jia Li hacia las puertas y golpeteó sus orejas hasta que estuvomedio trotando, medio corriendo. La élite que bloqueaba la puerta se quitó del camino delelefante.

Detrás de ella, el arco vibraba mientras Han disparaba flecha tras flecha a la élite queintentaba detenerlos.

―Esta maldita cosa está mojada. No puedo conseguir un buen alcance y puntería ―murmuródetrás de ella.

Claramente dándose cuenta que tenían que detener al elefante, la élite envainó las espadas yse apresuraron a sacar los arcos. Lilette se agachó para ser un blanco más pequeño. Unhombre disparó hacia Jia Li, haciéndole un corte en el pecho. El elefante barritó debido almiedo y se alejó de cualquier élite que se acercara demasiado. Las flechas llovieron sobreellos, pero las Brujas cantaron montadas sobre los caballos. Un viento los azotó, desviando

Page 134: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

las flechas.

Finalmente, llegaron a las puertas. Sin dudarlo, Jia Li bajó la cabeza y cargó sobre ella. Hanjuró y empujó a Lilette contra la cabeza del elefante, cubriendo su cuerpo con el suyo. Hubouna enorme grieta. Astillas de madera salieron volando.

Lilette sintió un escozor fuerte como si algo se hubiera incrustado en su brazo. Han gruñó dedolor. Después atravesaron las puertas. Los Protectores y Brujas irrumpieron en el espacioabierto frente al palacio. Se precipitaron hacia las calles de la ciudad, con rayos y truenos asus espaldas.

Capítulo 19Traducido por Hishiru

Los elefantes son útiles para muchas cosas… especialmente para quitar cosas del camino.~Jolin

Detrás de ellos, decenas de rayos golpearon el recinto palaciego. Sash y las demás aúnestaban con vida y luchando. Frente a ellos, se habían reunido un puñado de soldadosimperiales.

Han tiró el arco y el carcaj vacío. ―Estoy fuera.

Lilette palmeó su funda, todavía tenía la daga enjoyada. ―¿Por dónde?

―Por allí. ―Han señaló detrás de ella―. Toma el camino hacia el mercado.

Lilette giró al elefante para ir calle abajo y miró hacia atrás. Las Brujas todavía la seguían.Alrededor de ellas, los Protectores tenían sus espadas desenfundadas.

Un grito vino desde una de las calles laterales. Los soldados imperiales corrían hacia ellos.Sabiendo que no podían darse el lujo de ser atrapados, Lilette presionó a Jia Li para ir másrápido. Las personas y los animales salían fuera del camino del elefante. Cualquier cosa queno lo hacía era simplemente aplastada. Más de una carreta comerciante fue derribada, lasmercancías pisoteadas por las calles.

―No falta mucho ―dijo Han.

Hubo más gritos, y Lilette volvió a revisar a las Guardianas. Todavía estaban detrás. Sintiendodesaparecer un poco de su tensión, miró hacia delante. ―Oh, no.

―¿Qué?

Sin decir una palabra señaló un bloqueo de carretas. Han se inclinó a su lado y maldijoinmediatamente. Sin calles laterales, no había hacia donde correr.

Page 135: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―¿Puede ir más rápido? ―preguntó Han.

Lilette negó con la cabeza.

―¡Sostente! ―Agarró su cintura con tanta fuerza que su costado palpitó por el dolor. Lapresionó por debajo de él justo cuando Jia Li golpeaba el bloqueo. Ésta se estrelló contracarretas y muebles rotos que habían sido amontonados a más altura que la de un hombre,pero rápidamente perdió impulso. Lilette siguió presionándola. Jia Li barritó, sus orejasaleteaban junto a su cabeza.

Con un grito, los soldados imperiales los atacaron desde arriba. Han se puso de pie, susespadas girando por encima de ella. Lilette sacó su daga y se abrazó al cuello de Jia Li.―Vamos, chica. ¡Vamos!

Desde el suelo, los soldados apuñalaban las piernas de Jia Li.

―¡No! ―sollozó Lilette―. ¡Déjenla en paz! ―Jia Li se molestó y barritó, sacudiéndose a lossoldados y a Han con ellos.

―¡Han! ―Lilette se estiró para alcanzarlo, pero ya se había ido.

Jia Li se detuvo y comenzó a recoger trozos rotos de muebles con la trompa, y se los arrojó alos soldados que estaban a su alrededor. ―¡Buena chica! ―Lilette frotó su piel áspera. LosProtectores se unieron rápidamente a la refriega, protegiendo a Jia Li mientras ella les abríacamino.

Finalmente, estuvieron libres. Las Brujas impulsaron sus caballos hacia adelante, losProtectores se movieron detrás de ellas.

Lilette miró a su alrededor buscando a Han.

―¡Lilette! ―la llamó él―. ¡Vamos! ¡No pares! ―Agarró un caballo libre y saltó sobre su lomo.

Podía ver los muelles. ¡Iban a lograrlo! Pateó a Jia Li de nuevo para aumentar la velocidad. Ungrupo de soldados se lanzaron frente a ellos y desaparecieron en un espacio estrecho entrelos edificios.

Antes de que Lilette pudiera darse cuenta, gritaron: ―¡Ahora! ―Una cuerda tan gruesa comosu pierna se levantó.

Jia Li patinó, tratando de evitarla, pero no pudo parar. Barritó cuando golpeó la cuerda. Lilettesalió volando, derrapando por las piedras del pavimento antes de detenerse.

Rápidamente evaluó su lesiones―nada parecía estar roto. Se apoyó sobre los brazos y miróhacia atrás. Montados en sus caballos, los Protectores estaban luchando con más soldados.Jia Li yacía donde había caído, su enorme cuerpo parecía mucho más pequeño ahora. Ajenaal caos de su alrededor, Lilette trastabilló hacia el elefante y se arrodilló junto a su cabeza. JiaLi estaba cubierta de cortes, la sangre se acumulaba a su alrededor. ¿Cómo podía caer algotan magnífico y fuerte?

Lilette extendió la mano y la apoyó en la cara de Jia Li. El animal la miró y tocó el estómago deLilette con su trompa. Con un sobresalto, recordó al niño que le dio un racimo de plátanos. El

Page 136: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

elefante quería una recompensa.

―Lo siento mucho, chica. No tengo nada.

Jia Li siguió buscando hasta que su trompa cayó al suelo y sus ojos se desenfocaron. Un gritoahogado salió de los labios de Lilette.

De repente, una mano la agarró por el hombro y la ayudó a levantarse. Han la subió al lomo deun caballo.

―¡Vamos! No moriremos. No hoy. ―Se subió detrás de ella. Sus brazos la rodearon, e instó alcaballo a seguir. Lilette volteó para ver el cuerpo de Jia Li y a los soldados que se quedabanatrás.

―¡Lilette! ¡Contéstale! ―Han le gritó prácticamente en el oído.

Se giró para encontrar a Jolin montando justamente al lado de ellos. ―¿Cuál? ―preguntóJolin.

Sacudiéndose, Lilette siguió su gesto. Había cientos de barcos atracados en los muelles osimplemente atados a alguna plaza libre.

La mente de Lilette se agarró a algo familiar para mantener el dolor a raya. Recorrió las navesy encontró un zhou de tamaño adecuado, con un casco curvo y una cabina superior. Parecíaestar amarrado a un asidero y un poco hundido en el agua, lo que significaba que estabacargado, con suerte, con comida. Las velas de la nave se extendían entre los mástiles,parecían como membranas entre las alas de un murciélago. Sería rápido, soportaría a todos, ymaniobraría hasta en los mares más agitados.

―Ese barco ―dijo, señalándolo.

El caballo se resistió a entrar en el muelle. Abandonando al animal, Han sacó a Lilette de lasilla y la empujó por delante de él. ―¡Corre!

Pero el cuerpo de Lilette se negó a obedecer, y sus piernas se doblaron. Luchó por levantarsehasta que Han la lanzó bruscamente por encima de su hombro y corrió por el muelle. LosProtectores cerraban la marcha, listos para luchar contra cualquier soldado que viniera trasellos.

Han subió rápidamente por la pasarela y la dejó junto a la borda. Un grupo de marineros lesechó un vistazo a los Protectores armados y se hicieron a un lado.

―¿Alguien sabe cómo operar esta nave? ―dijo Geth.

Maldiciendo en silencio su enfermedad, Lilette buscó entre la multitud, esperando que alguienpudiera dar un paso adelante. Después de todo, ella nunca había navegado algo más grandeque el bote de pesca de Fa, que sólo tenía una vela. Pero no había nadie. Respiró hondo.―Yo lo haré. ―O eso esperaba―, pero no conozco el camino.

―Puedo guiarnos conforme a las estrellas ―habló Jolin―. Y las Brujas nunca navegan enmal tiempo.

Page 137: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette se puso de pie. Su cuerpo temblaba y su coordinación estaba mal, pero podía moverse.―Ve si puedes encontrar algunas cartas náuticas. ―Jolin se alejó y Lilette miró hacia lasvelas―. Desátenlas. Que dos Protectores estén en la proa; vigilen por algún inconveniente enel puerto. ―Lilette se trasladó hacia la popa y estudió el enorme timón―. Tres Protectoresaquí para tripular.

―Eh, señorita, debería darse prisa. ―Se volvió para encontrar a Galon detrás de ella.

―¡Estás vivo! ―Empezó a sonreír, pero él señalaba hacia un grupo de soldados que bajabanpor el muelle―. ¡Metan la pasarela! ―ordenó Lilette―. ¡Desaten las cuerdas! ¡Brujas, cantenun viento!

Los Protectores se apresuraron a desatar la nave mientras que las Brujas cantaban parainvocar un viento para llenar las velas. Otras cantaron para que las algas se lanzaran fuera delagua y se enredaran en las piernas de los soldados.

Un puñado de soldados corrieron hacia la nave justo antes de que la nave saliera de sualcance. Los Protectores se encontraron con ellos, alejándolos en unos instantes.

Un sonido bajo de gong se escuchó a través del caos. Lilette se congeló y se volvió hacia laciudad, preguntándose qué significaba ese sonido.

―¡Tenemos que salir del puerto antes de que eleven el desguazador de barcos! ―gritó Han.

Lilette se giró para mirarlo. ―¿El qué?

―Una cadena puesta en la entrada del puerto.

―Por piedad de las Creadoras ―dijo alguien.

―¡Canten! ―gritó Lilette―. ¡Nuestras vidas dependen de ello!

Una docena de Brujas formaron un círculo, con las heridas en el centro. Sus cancionesllamaron a un viento que azotó a través de las velas, llenándolas a toda su capacidad encuestión de segundos. El barco se lanzó hacia adelante.

Lilette se hizo camino a través del montón de cuerpos hacia la proa. Han hizo señas hacia elcírculo. ―¿No deberías unirte a ellas?

No se detuvo. ―Si nos desviamos del canal, ni todo el canto del mundo impedirá queencallemos ―gritó órdenes a los Protectores que manejaban el timón. Ellos guiaron el barcohacia el canal más profundo del puerto. Los ojos de Lilette buscaban bancos de arena oinconvenientes.

Atravesada en el puerto frente a ellos, pudo ver al búfalo atado a una enorme rueda. Suesfuerzo tiraba de sus yugos, que giraban la rueda. Una cadena oxidada tan gruesa comoLilette se movía fuera del agua.

Sabiendo que el centro de la cadena sería el punto más bajo, dirigió la nave hacia allí. Incapazde hacer más, observó a los Protectores mientras la cadena tintineante salía lentamente delagua, un eslabón a la vez.

Page 138: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

El viento los azotaba desde atrás, arrojando el pelo de Lilette hacia su cara y haciendo que lepicaran los ojos. Un tintineo más y pudo distinguir toda la extensión de la cadena oxidada.Echó un vistazo hacia las velas. No estaba segura de que pudieran soportar más viento sinque se rompieran, pero si no lograban pasar más allá de esa cadena, no importaría.

Comenzó a cantar con las demás, su voz mezclándose con la de ellas. El barco pareciómoverse un poco más rápido. Entonces la cadena salió fuera de su vista por debajo de ellos.Lilette contuvo el aliento.

La nave se estremeció, y un agudo chirrido llenó el aire. Agachada, Lilette esperó por el crujidodel casco de madera. El barco se elevó mientras la cadena levantaba la popa fuera del agua.Pero su impulso los llevó hacia adelante. Cuando cayeron de golpe, Lilette perdió el equilibrioy cayó sobre Han. Algo se astilló y Lilette se agarró de su armadura, contuvo la respiración,esperando que el barco se partiera bajo ellos.

Pero todavía estaban avanzando. Buscó señales de que la nave tuviera algún agujero;desacelerara o se hundiera. Nada. Soltó el aliento y soltó a Han. ―Ve a ver si está entrandoagua en la bodega. Se meticuloso; si ahora hay una pequeña fuga, mañana será una enorme.

Lilette buscó señales de algún arrecife que probablemente no fueran capaces de evitar. No vioninguna forma oscura, o choque de olas en las rocas. Se movió hacia la popa para observar asus perseguidores y se dirigió hacia la proa para buscar alguna rotura.

Geth trotó hacia ella. ―El timón quedó atrapado en la cadena. Está arruinado.

Eso debió ocasionar el sonido de astille. Maldiciendo, Lilette avanzó hacia la popa tan rápidocomo se lo permitió su cuerpo exhausto. Efectivamente, el timón se había roto en el punto másestrecho.

―Sujétalo y ve si puedes arreglarlo con algo para que consigamos llegar hasta la ciudadArboleda.

―¿Y mientras tanto cómo conducimos el barco? ―preguntó Geth.

Ella frunció los labios. ―En este momento, la dirección no es tan importante como salir de suvista. Si el barco está dañado, no escaparemos de nadie.

―Pero con las Guardianas cantando… ―comenzó Geth.

―Su canto no evitará que nos hundamos o quedemos a tan bajo nivel en el agua que nopodamos movernos ―lo interrumpió Lilette―. Podemos dirigir el barco con el viento, al menosun poco.

Sintió la sólida presencia de Han a su lado. ―No encontré ningún agujero.

Iban a lograrlo. Lilette no podía dejar de mirar hacia atrás, a la ciudad de Rinnish, mientras laoscuridad se apoderaba de la isla. A través de la poca visibilidad de la lluvia, el humo seelevaba hacia el cielo. Un relámpago iluminó las nubes. El palacio aún se erguía sobre laciudad, lucía prístino entre la destrucción.

Lilette dejó escapar un suspiro. ―Esta no es la primera vez que huyo de esa ciudad mientrasse quema.

Page 139: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Han hizo un sonido profundo con la garganta. ―Lo recuerdo.

Todos estos años tratando de volver con su hermana, y sólo habían podido estar juntasdurante una hora. Sash había tomado el lugar de Lilette y Lilette la había abandonado. ―Voy aregresar por ti, igual que tú lo hiciste por mí. ―El viento atrapó su promesa y se la llevó. Lilettedeseó que su hermana pudiera oírla.

Con la imagen grabada en su memoria, se dio la vuelta. Lo habían conseguido, pero ¿cuántosse habían quedado atrás?

Los Protectores llevaron a los heridos bajo cubierta mientras las Brujas continuaban cantando.Jolin se dirigió hacia ellos, abriéndose camino entre los Protectores y las Brujas. ―Encontréalgunas cartas para trazar nuestro curso ―dijo, luego se volvió y se alejó de nuevo.

Lilette le hizo un gesto a Geth y juntos siguieron a Jolin hacia la escotilla. Esperaron a queHan bajara primero. ―¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a la ciudad Arboleda? ―preguntóLilette.

Jolin miró hacia el círculo de Brujas, sus ojos se estrecharon en concentración. ―Simantenemos una rotación constante de las cantoras, en cinco días.

Lilette fue la siguiente en bajar. Sus piernas temblorosas apenas mantuvieron su peso, por loque se movió lentamente para no caer. La bodega era una larga habitación llena de barriles,cajas y hamacas meciéndose. Alguien ya había encendido las lámparas. Una docena deheridos ya habían sido instalados. Las Brujas se movían entre ellos, haciendo lo mejor quepodían.

Lilette se giró lentamente en un círculo mientras bajaban Geth y Jolin. ―¿Algún alimento?―preguntó Lilette.

Han encontró una barra de hierro, luego abrió una caja con ella y metió la mano. Sacó unpuñado de lo que parecían brillantes cuerdas retorcidas de cabello fino. ―Parece que loacababan de cargar… con seda cruda.

Lilette encontró una caja con trozos de fruta medio salidos. ―Por aquí. ―También habíabarriles de agua―. ¿Cuántos logramos escapar?

Jolin miró con avidez entre los huecos de las cajas. ―Veinte Brujas. Treinta y dos Protectores.

Lilette vaciló mientras Geth abría otra caja; esta vez con arroz dentro. ―¿Cuántos perdimos?

El rostro de Jolin hizo una mueca. ―Demasiados.

Se movieron entre las cajas, tratando de estimar si tenían suficiente comida para más decuarenta personas. ―Si tenemos cuidado, podríamos lograrlo ―dijo Geth finalmente.

Haciendo señas para que la siguieran, Jolin atravesó el área de los heridos hacia la popa,donde había un biombo como división; probablemente donde dormía el capitán. Recogió unmapa enrollado y un pequeño cofre. ―Tengo algunos cálculos que hacer para cuando salganlas estrellas en aproximadamente una hora. Estaré en cubierta por si me necesitas.

―Geth… ―Inclinó la cabeza hacia la mesa de dibujo―. Trae eso, si me haces el favor.

Page 140: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―Pero se detuvo en la puerta y señaló con la cabeza hacia un grupo de Protectores queestaban separando algunos tablones del barco―. ¿Qué están haciendo?

Lilette gruñó. ―Haciendo un nuevo timón.

―Oh. Bueno, entonces. Siempre y cuando no quiten algunas piezas importantes ―se marchó,con Geth cargando la mesa detrás de ella.

Eso dejó solos a Lilette y Han. Él se acomodó en el suelo y con cuidado se quitó la espinilleray la bota. El material de abajo estaba oscuro y pesado. Se levantó la tela del pantalón, dejandoal descubierto una herida desagradable en la pantorrilla.

Lilette se acercó a él. ―¿Cuándo te hiciste eso?

―Chen me lo hizo.

Ella se arrodilló ante Han, inspeccionando la herida sin tocarla. ―¿Puedes moverla?

Su boca hizo una mueca. ―He estado corriendo así toda la noche.

Le lanzó una mirada. ―¿No te dolió?

Negó con la cabeza. ―Eso siempre viene después.

―Voy a buscar ayuda ―dijo ella, levantándose.

Han alzó la mano y la detuvo. ―Sólo tienes que traer material para curación.

Sus cejas se alzaron―. No estoy segura de que yo sea la mejor…

―¿Has conocido a nuestro curandero? Puedo manejarlo yo solo.

Eso tenía sentido, y no era como si Lilette no se hubiera ocupado antes de heridas. Dio unpaso hacia la bodega de atrás, abriéndose camino entre los heridos. Preguntó a alguien sobreel material de curación. Alguien había encontrado un botiquín. Se las arregló para conseguiraguja, hilo de cerdo y un cubo con agua de mar.

Arrodillándose ante Han, Lilette alzó la tela de su pantalón por encima de su rodilla, él seencogió ante la sensación de frío y ella se manchó los dedos con sangre pegajosa. ―Tienessuerte. El corte esta en sentido vertical al músculo y no en su contra. Aún podrás usar tupierna. Mientras no se infecte.

Sintió que la observaba. ―¿Has hecho esto varias veces? ―preguntó.

Ella se encogió de hombros. ―Fa y yo nunca pudimos permitirnos ir al curandero. ―Seencontró con la mirada perspicaz de Han―. Esto va a doler. ¿Necesitas que alguien te sujete?

―No.

Vertió el agua de mar en su herida, lavando los coágulos de sangre. Cuando retiró la sangre,la herida se veía como una franja oscura. Cogiendo un trozo de su pantalón, separó el cortecon las yemas de los dedos, lavó y limpió la herida mientras lo hacía.

Page 141: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Han hizo una mueca y se tensó bajo su tacto, pero nunca se quejó. Cuando terminó, lo miró ylo encontró observándola, su rostro tenía una expresión cariñosa.

Un rubor se extendió por su cuello mientras lavaba la sangre de sus manos con más agua demar. Cuidadosa de no mirarlo de nuevo, llamó a alguien para que la ayudara a juntar los ladosde la herida mientras la cosía.

Cuando por fin terminó, envolvió la herida con tiras de algodón hervido, luego limpió la sangrey el agua, exprimiendo la suciedad en un cubo. Se limpió sangre imaginaria de las manos yestudió a Han mientras yacía en el suelo con los ojos cerrados. Podía ver su cicatriz. Unmechón de pelo caía sobre su rostro, y tuvo que resistir el impulso repentino de regresarlo a sulugar. Lilette rápidamente apartó la vista y empezó a quitarse su armadura robada, dejándolaen una pila.

Por último, sintió el peso del colgante de Chen. Comenzó a quitárselo, pero Han estiró la manohacia el colgante antes de que su mano cayera de nuevo a su lado. ―Ese es el símbolo de lacasa imperial.

―Era de él.

La mirada de Han se encontró con la suya. ―Úsalo. Prométemelo.

Ella vaciló. ―¿Por qué?

―Sólo prométemelo.

Quería decir que no, pero él ya había perdido mucho. Le podría conceder esto. Dejó que elcolgante cayera de nuevo contra su pecho. ―Está bien. ―Se sentó a su lado―. ¿Qué vas ahacer? Ya no tienes que ser un soldado.

Respiró hondo. ―No sé cómo ser otra cosa.

―¿Quieres venir con nosotros?

Han abrió los ojos para estudiarla, su mirada se sentía como una mano ardiente sobre su piel.―Aún podrías necesitarme.

Lilette retorció las manos mientras algo cálido y suave crecía en su interior. ―Yo… ―Laspalabras se sintieron gruesas y pesadas en su garganta―. Gracias. Por lo que hiciste.

―Lilette… ―vaciló―. ¿A qué te referías cuando dijiste que fuiste salvada para esto, justoantes de dejarme fuera de combate?

Le lanzó una mirada tímida. ―Mi madre vino a mí cuando estaba moribunda. Ella dijo quetenía que salvar a tantos como pudiera. Sabía que si no liberaba a las Brujas, destruiríanHarshen, y de alguna manera eso pondría en marcha sucesos que destruirían el mundo.

La miró con asombro. ―Así que ahora que liberaste a las Brujas, ¿Harshen está seguro?

Ella dejó escapar un largo suspiro. ―Sí.

Han se quedó en silencio un momento. ―Nunca te olvidé.

Page 142: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

El delicioso calor en el estómago de Lilette se extendió más allá.

Él cerró los ojos de nuevo. ―Subiste al árbol de cerezo. Apenas podía verte a través de lasflores.

―Mi primer día en el jardín detrás del palacio. ―A veces olvidaba que todos sus recuerdos deRinnish no estaban llenos de cenizas e incendios.

Ella había bajado y Han le había mostrado la fuente. Se habían sentado en el borde, con lospies colgando sobre el agua, mientras que los peces dorados pasaban mordisqueando susdedos, y los pétalos rosados se adherían a sus piernas mojadas. ―Me estabas enseñando ahablar harsheno.

―Estabas sola, sin nadie con quien hablar.

Ella lo miró detenidamente, tratando de hacer coincidir su rostro con la del niño. ―¿Por quéadvertiste a mis padres?

―Porque eras mi amiga ―dijo simplemente.

Ella se tendió a su lado, sintiendo el suave balanceo del barco. Una vez que sus músculos serelajaron, no pudo moverse más. ―Gracias ―susurró―. Gracias por salvarme, de nuevo.

Capítulo 20Traducido por Hishiru

Ese día me di cuenta que había algo diferente en Lilette. Su canción no solamente era fuerte,su sentido de Bruja no solamente era preciso. Algo más le estaba sucediendo. ~Jolin

Una mano sobre el hombro de Lilette la despertó. Jolin estaba agachada junto a ella. Han nose veía por ningún lado. Lilette se apartó el pelo de la cara y se sentó. Dentro de la bodega, elcalor del mediodía había hecho que su túnica y sus pantalones se adhirieran a su cuerpo.Todo su ser le dolía, su corazón era lo peor de todo, porque su hermana se había ido.

Jolin le dio una naranja y una taza de agua. Cerrando los ojos, Lilette mantuvo la fruta contrasus labios. Oyó el desgarre y olió la cáscara de naranja cuando Jolin empezó a pelar su propiodesayuno. Lilette comenzó con la suya.

—Vamos a empezar donde lo dejamos —dijo Jolin—. Aprendes rápido.

Lilette le dio un mordisco a su fruta. —No necesito lecciones del lenguaje de las Creadoras…lo recuerdo.

—¿Cuando pasó eso?

Los recuerdos asaltaron de nuevo a Lilette. Su hermana dando vueltas en el aire, lágrimas

Page 143: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

corriendo por su rostro mientras Chen y el Emperador la forzaban a matar. Lilette frunció elceño. —No quiero hablar de eso.

Afortunadamente, Jolin lo dejó pasar. Le enseñó a Lilette canciones de Bruja hasta que elcalor se hizo insoportable bajo cubierta. Para entonces, el dolor de cabeza de Lilette habíadisminuido, así que subieron a cubierta. Sostuvo su pelo en alto para que la brisa llegara a sucuello mientras buscaba a Han, pero no estaba por ningún lado.

Para el almuerzo, comieron arroz cocido en parrillas, mezclado con pescado salado.Consiguieron mangos, tan dulces que Lilette gimió de placer con el primer bocado. Arrancóhasta el último pedazo del hueso antes de tirarlo por la borda.

A media tarde, la cabeza le palpitaba de nuevo y sus pensamientos eran difusos. Apretó lasmanos sobre sus orejas. —¡Detente! Mi cabeza no puede más.

Jolin sonrió para sí misma y Lilette se dio cuenta de que esa había sido su meta: llenar lospensamientos de Lilette con algo más que la angustia por dejar a su hermana. Ella y Jolintomaron una siesta acurrucadas a la sombra de uno de los mástiles.

Cuando Lilette despertó, el sol ya no quemaba tanto, y una mujer estaba parada frente a ellas.Era un poco mayor en comparación a la mayoría de las Guardianas que se encontraban abordo, y tan pálida como el vientre de un caracol.

Jolin se sentó rápidamente. —Lilette, ella es Nassa.

La mujer se sentó junto a Lilette sin siquiera mirar a Jolin. —La famosa Lilette. Se rumorea quetu canción es lo suficientemente fuerte como para garantizarte, algún día, un lugar comoPrincipal de la Luz.

Lilette recordó haber cantado frente a desconocidos; miles. Como una niña de siete años,anhelaba jugar con su hermana, cavar en el jardín detrás de su árbol, o ir a nadar con supadre. Pero siempre había clases y presentaciones.

Sacudiéndose sus recuerdos, Lilette notó la tensión entre su amiga y Nassa. —¿Jolin? —dijovacilante.

Geth se movió hacia ellas. —Es hora —le dijo a Jolin.

Ella se puso de pie y se alisó el vestido. —Geth accedió a dejarme ir a una de las islas máspequeñas para recoger las semillas que perdí en Rinnish. Nos vemos más tarde.

Lilette la vio subir a un bote pequeño, una docena de Protectores fueron con ella. —Una menteaguda —dijo Nassa—. Es una pena que esté desperdiciada.

La mirada de Lilette se estrechó. —La mente de Jolin no está desperdiciada.

Nassa chasqueó la lengua. —Bueno, no del todo. Es brillante con las pociones, pero no puedecantar a sus brebajes o incluso a su jardín. Tiene que tener un Protector a la mano para que laayude. Es por eso que nunca será la Principal de las Plantas, sin importar lo mucho queprogrese.

Lilette observó cómo se alejaba su bote. —Pensé que las Principales de las Plantas eran

Page 144: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

elegidas debido a su habilidad con las pociones.

—Ciertamente, pero una Principal debe ser una Guardiana completa, y Jolin nunca avanzarámás allá de ser una Aprendiz.

Antes de que Lilette pudiera responder, Nassa continuó. —Vamos entonces a probar tucanción. —Ella le tendió una pequeña semilla entre su dedo índice y el pulgar.

Lilette vaciló antes de extender la mano. Nassa dejó caer la semilla en su palma. Abriendo unapequeña bolsa, derramó tierra negra dentro de la palma de Lilette y la roció con un poco deagua.

El agua se filtró a través de la tierra, llenando su palma. Algo dentro de ella pareció despertar,agitando los sonidos del viento y el agua. Comenzó a cantar en voz baja.

Toma la luz,

Toma el aire.

Extiende tus raíces,

Tus hojas crezcan hermosas.

Un brote verde se asomó a través de la tierra. Las raíces se extendieron a través de la palmade Lilette, absorbiendo el agua. Dos hojas aparecieron, y una flor creció entre ellas.

Nassa se quedó asombrada ante la planta. —¡Sólo cantaste una vez!

Cautivada por el poder que corría dentro de ella, Lilette no registró inmediatamente el asombroen la voz de Nassa. Pero la mirada cautelosa en la cara de la mujer mayor hizo que laemoción se filtrara como agua entre las rocas. —Cántale a la semilla. Necesitaremos la plantasi alguien presenta fiebre.

Lilette cantó de nuevo y la flor hermosa maduró, las hojas se volvieron más oscuras, de unverde más viejo antes de volverse marrón en los bordes. Volvió a cantar y la flor se curvó comouna araña muerta. Un pétalo marchito cayó hasta la tierra en su palma.

Nassa cogió las semillas que cayeron en su mano y dejó escapar un suspiro. —Bueno, esa esuna reacción más normal. Por lo general toma tres canciones el conseguir resultados; es poreso que tenemos Protectores. Somos poderosas, pero no somos rápidas. Nos equilibramosentre todas. —Mantuvo abierta una pequeña bolsa de cuero—. Regresa la tierra a la bolsa.Podemos volver a utilizarla.

Lilette puso la tierra en la bolsa y se sacudió las manos para quitarse los restos. Nassa apretólos cordones. —Pues bien, te clasifico entre un nivel seis y siete; muy fuerte, y sin duda serásun sólido siete en el momento en que terminemos tus clases de canto.

Practicaron canciones durante horas, mucho después de que Jolin hubiese regresado y

Page 145: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

desaparecido bajo cubierta, hasta que Lilette ya no pudo alcanzar las notas altas y su gargantase sintió apretada y seca. Después de anunciar que la lección había terminado, Nassa estudióa Lilette con un brillo calculador en los ojos. —Vamos a tener que tratarte como a una Brujanovata, pero avanzaremos rápidamente a Aprendiz. Practica tus escalas cada mañana. Mereuniré contigo después de la comida y trabajaremos un poco más en tus notas, potencia, ypronunciación. —No le dio tiempo a Lilette para hacer preguntas. Simplemente se levantó, sesacudió la parte posterior del vestido, y se alejó.

La piel de Lilette comenzaba a quemarse por el sol implacable. A regañadientes bajó a labodega, donde vio a Jolin separando cientos de semillas dentro de cuadrados de telaextendidos frente a ella. Parecía miserable. No levantó la mirada cuando Lilette se dejó caer asu lado y puso los brazos alrededor de sus rodillas. Lilette se secó el sudor de la frente con eldorso del brazo y le preguntó. —¿Es así de caluroso en la ciudad Arboleda?

Jolin dejó caer algunas semillas en un trozo de tela. —Las Guardianas controlan el clima, porlo que es casi perfecto. Llueve cada noche, con una brisa suave y un calor agradable todos losdías.

—Suena maravilloso.

Cuando Jolin no respondió, Lilette respiró hondo y se aventuró. —Lo siento, por lo que dijoNassa.

—Ella es una sanguijuela. Sabe que puedes convertirte fácilmente en una de las mujeres máspoderosas de Haven, y te está utilizando para avanzar en sus propios planes.

Lilette observó a Jolin ordenar cuidadosamente algunas semillas del tamaño de un grano dearena. —No me agrada.

—Ni a mí, pero es la mejor en lo que hace. —La voz de Jolin tenía más que un poco deamargura.

—Está equivocada. No estás desperdiciada.

—Lo sé —dijo Jolin suavemente—. Pero…

—Duele que los demás te vean de esa manera —terminó Lilette.

Jolin se giró. —No es justo —dijo con una voz tan baja que Lilette apenas pudo oírla sobre lossonidos de las olas contra el casco—. Debería ser la Principal de las Plantas… me lo merezco.Pero sin canción, no soy nada.

Lilette se tomó su tiempo para responder. —Si las Brujas no pueden reconocer a la mujerbrillante que eres… si están tan cegadas por el poder; entonces son tontas.

Jolin se secó los ojos. —No ayuda que una mujer tan bella como tú tenga una voz como esa,mientras que la mía es tan simple como mi cara. —Palideció al darse cuenta que había sidomuy sincera.

—No soy perfecta, y tú tampoco lo eres —respondió Lilette, apenas conteniendo su repentinacólera—. Vamos a dejarlo así.

Page 146: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin gruñó. —La belleza y el poder van de la mano. Sólo alégrate de estar en el extremopoderoso de las cosas.

Lilette rio oscuramente. —¿Porque ser hermosa ha hecho mejor mi vida? —Se pasó lasmanos por el pelo y lo levantó de su cuello sudoroso—. La gente me usa… nada más.

Jolin juntó las esquinas de los cuadrados de tela y los ató con una cuerda. —Mejor que serignorada y compadecida.

Lilette se levantó de un salto y se dirigió hacia la escalera de mano.

—Lilette… —comenzó Jolin.

Ella se dio la vuelta. —¿Crees qué no sé lo que es que las personas nunca vean más allá detu cara, para ver tu interior? Lo sé, Jolin, probablemente mejor que tú.

Lilette subió las escaleras rápidamente, sin darse cuenta de lo que estaba buscando hasta quelo encontró. Han estaba junto a la barandilla de la proa, inclinado hacia adelante, con loscodos soportando su peso. Se movió junto a él, imitando su posición. Él la miró de reojo antesde regresar su mirada hacia el agua.

El barco se alejaba de la isla. Una parte de la tensión de Lilette se evaporó, y fue sustituida portristeza. La conducta de Han había cambiado completamente, como si el desvanecimiento desu hogar hubiera extraído la esperanza en él.

Estaban dejando Harshen, dejando a Sash. El círculo sólo podría mantenerse por otro día ymedio. —¿Y ahora qué? —dijo Lilette—. ¿Chen lastimará… él lastimará a mi hermana y a lasotras?

Han apretó los labios en una línea. —Ellas son la única protección que tiene contra las Brujas.No hay vuelta atrás.

—No —dijo Lilette.

Un estremecimiento se extendió a través de Han, y miró de nuevo al mar. —El Emperador noera un buen hombre, pero era mi padre, y mis acciones ocasionaron su muerte. —Su voz semantuvo estable, pero la angustia se marcaba bajo sus palabras—. Y mi hermano…

Para salvarla, Han había perdido todo. Lilette respiró hondo. —No, no traicionaste a nadie. Aveces entran en conflicto el amor y el honor, y tú escogiste el honor. Fuiste leal a tu país… y amí.

No podía entender el por qué. Ella sólo le había causado problemas. Su mirada finalmente seencontró con la de ella, y vio al niño que había sido una vez; el niño a quién le habían quitadosu gentileza. Pero aún estaba allí, en su interior.

—Debimos ser enemigos —dijo finalmente—. Pero nunca lo fuimos. —Ella se inclinó y apoyóla frente en su hombro, como lo había hecho cuando eran niños.

—No. Nunca.

Page 147: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Capítulo 21Traducido por Andrés_S

Algunas personas quedan abatidas por la aflicción, otras son depuradas. La diferencia, amenudo, es tan sólo una pequeña elección. ~Jolin

Hacia su tercer día en el mar, Lilette se encontraba en la proa, en busca de aquella tierra firmeque Jolin dijo que aparecería en cualquier momento. Han se acercó y se quedó de pie a sulado.

―¿Geth dijo que querías verme? ―Con los ojos llorosos, ella tendió la mano para bloquearparte de la luz.

―Shh, simplemente observa.

El sol finalmente se deslizó por debajo del horizonte, dejando en el fondo sólo una raya oscuray delgada. ―Allí. ―Señaló ella―. Esa es Kalari. ―La patria de las Brujas.

Él entrecerró los ojos hacia la luz. ―¿Estás segura?

Lilette le sonrió. ―Estoy segura. ―Volvió a mirar el horizonte, pero aquel breve destello detierra se había ido―, ahora seguiremos la costa por tres días, y luego llegaremos a la ciudadArboleda. ―Su voz temblaba al añadir―: a estas alturas el círculo ya se habrá roto.

Con la mirada gacha él dijo: ―Lo sé.

Ella se preparó para hacerle la pregunta más importante. ―¿Estás seguro de que él no va amatarla?

Han observó a Lilette con mirada firme. ―Estoy seguro.

―¿Qué va a hacer con las demás?

―Atarlas mejor de lo que lo hizo antes.

―¿Va a hacerles daño?

―No, a menos que tenga que hacerlo.

Lilette sintió el viento acariciando su rostro. ―¿Va a obligarlas a cantar otra vez?

―¿Para proteger a Harshen? Absolutamente. Espero que con mi padre muerto, Chen detengala invasión. ―Han vaciló―. Hay un rumor entre los Protectores.

Sus ojos recorrieron el horizonte sin fin. ―¿Acerca de qué?

Él se movió para quedar un poco más cerca. Lilette estaba muy consciente de su brazo

Page 148: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

tocando el suyo, de la calidez entre su piel y la de él. ―Dicen que eres más fuerte quecualquier otra Bruja que hayan escuchado.

―¿Qué tiene eso que ver con nosotros?

Él continuó como si ella no hubiera hablado. ―Se habla incluso de que serás una Principal delas Disciplinas algún día…Supongo que es como ser la Emperatriz de las Brujas.

―Hay cuatro Principales de las Disciplinas que gobiernan sobre los cuatro elementos: latierra, las plantas, el agua y la luz. Además de a todas las seguidoras de cada elemento.―Nassa le había explicado todo esto a Lilette antes.

Él la estudió, con una tristeza que pesaba en su rostro. ―Incluso ya están compitiendo paraver quién será tu Protector.

Lilette apartó la mirada. ―Nassa dice que no voy a tener un Protector hasta que haya pasadotodos los cursos. Voy a empezar con un grupo de Brujas novatas, rodeada de un montón deniñas.

Han trazó la veta de la madera. ―No vas a quedarte en un grupo de Brujas novatas por muchotiempo. ―Se volvió hacia ella con expresión abierta y tierna. Ella ignoró la cicatriz y aquelceño fruncido que llevaba para protegerse. Era hermoso; al igual que Jolin, pero ninguno deellos podía verlo.

―El punto es ―continuó él―, que eres un poco intimidante.

―No fue mi intención.

―Eres lo que eres.

Lilette lo miró de reojo ―Podrías ser mi Protector.

―¿Por qué yo?

Sus mejillas se pusieron calientes. ―Yo no soy, bueno… Tú eres muy bueno con esasespadas. Y eres amable, me ayudaste cuando nadie más lo hizo, y yo... ―Se quedó callada.

―Puedes elegir a alguien mejor que yo, pequeño dragón ―dijo Han en voz baja.

Las lágrimas brotaron de repente en los ojos de Lilette. Él había tomado algún tipo de decisión.Podía verlo en sus ojos. ―¿Qué vas a hacer?

Dudó un momento. ―Alguien tiene que luchar por Harshen, Lilette.

―¿Luchar cómo?

―Tengo que negociar la paz… una que implique la devolución de tus Brujas y la seguridad yprosperidad de mi pueblo.

―Te ayudaré.

―¿Qué hay de convertirte en Bruja?

Page 149: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―Puedo hacer ambas cosas. Además, te prometí que cuidaría de Harshen. Lo decía en seriocuando hice esa promesa.

―Lilette…

Ella se volvió hacia él tan rápido, que le dolió la cabeza. ―No. Ellos también son mi pueblo.―Sus palabras la sorprendieron incluso a ella. Harshen y su gente no siempre habían sidobuenos con ella. Pero entonces pensó en Fa, en Salfe, y Pan. En Ko y Lang y por supuesto enHan, y no pudo encontrar odio en su corazón.

Apretó la mandíbula y le dio un rápido asentimiento.

―¿Cuál es el plan? ―preguntó Lilette.

―Hablamos en favor de Harshen. Hablamos con quien sea necesario.

―Lo pensaremos a medida que avancemos, me gusta. ―Sonaba exactamente como su tipode planes.

Han se rio entre dientes. ―No podemos planificar una batalla sin conocer el campo de batalla.

―Correcto. Estoy de acuerdo. ―Ella trató de mostrar más confianza de la que sentía―. ¿Quépasa con...? ¿Qué pasa…? —Hizo una pausa―. Sé que tienes sentimientos por mí.

Él miró hacia otro lado y se apoyó en la borda. ―Lilette... parece que siempre que estamosjuntos, alguien resulta lastimado.

Algo oscuro se formó en su interior. ―No.

―No creo que…

―No. No voy a dejar que te despidas. ―Ella miró airadamente a Han, desafiándolo a mirarla.Cuando finalmente lo hizo, se inclinó hacia delante y le plantó un beso en los labios. Élparpadeó, claramente aturdido.

Un estremecimiento corrió a través de ella. ―Piensa en ello, Han. Ve si no cambias deopinión.

Se dio la vuelta y caminó por la cubierta, sintiendo más de un par de ojos sobre ella mientrasse metía en la bodega. Después de sentarse en su hamaca, levantó las rodillas hasta elpecho.

Jolin se acercó hasta quedar delante de ella. Se aclaró la garganta, incómoda. ―Quería decirque lo siento. Soy una idiota.

Lilette resopló. ―Sí, lo eres.

―Ahora muévete.

Lilette se removió hacia un lado. ―Es difícil en estas cosas.

Jolin subió a la hamaca. ―¿Dónde has estado?

Page 150: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―Sólo conspirando para salvar al mundo.

―¿Con quién?

Lilette se negó a mirarla a los ojos. ―Con nadie.

―Oh, ya he visto a nadie antes. ¿Por casualidad “nadie” lleva una espada y el ceño fruncido?

Lilette se encogió de hombros. ―Puede que lo haya besado.

Jolin la miró boquiabierta. ―¿Acaso no es tu cuñado?

Una sonrisa maliciosa se deslizó sobre la cara de Lilette. ―Bueno, si ellos pueden tener másde una esposa, ¿Por qué no puedo tener más de un marido?

―¡Lilette! ―Jolin sonaba horrorizada.

―Técnicamente, ya voy por mi segundo marido.

―¿Tu segundo?

Lilette rio entre dientes. ―¿Qué sería otro más?

Los ojos de Jolin eran del tamaño de galletas de mar. ―Así que... ¿Han?

Lilette apretó la mano sobre su boca para mantener su risa loca dentro. ―Sí.

―Bueno, no puedo entenderlo. Pero me encantan las sardinas. ¿Quién soy yo para juzgar?

La nariz de Lilette se arrugó. ―Las sardinas son repugnantes.

―¡Lo sé! Pero son deliciosamente repugnantes.

Lilette se disolvió en otro ataque de risas tontas.

La mirada de Jolin se volvió distante y soñadora. ―Solamente he besado a un hombre en todami vida, él fue el que me dio a probar las sardinas, creo que por eso es que me gustaba.

Lilette se echó a reír. ―¿Porque tenía regusto a sardinas?

Jolin la golpeó, pero estaba sonriendo. ―No, porque me hizo probar algo nuevo. Él es la razónpor la que me embarqué en este viaje. Dijo que si quería obtener resultados concluyentes,necesitaba hacerme con un muestreo más amplio.

―No deberías escuchar sus consejos nunca más. ―Lilette rio tan fuerte que resopló. Jolinfinalmente cedió y pronto ambas se reían tan fuerte, que el costado de Lilette se sentía como sise fuera a abrir. Pero necesitaba esto. Porque si no se reía, realmente podría volverse loca dedolor.

Durante los próximos tres días, no tuvo tiempo para pensar en su tristeza sobre Sash, Ya queJolin y Nassa llenaron su cabeza de canciones, clases de canto y las lecciones sobre plantas.Lilette practicó su canto hasta que la garganta le quedó adolorida y su voz sonó áspera yrasposa.

Page 151: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

De vez en cuando, algo parecía apretarse dentro de ella, capturando la canción yalmacenándose en su interior. En esos momentos, su voz se hacía más dulce, más fuerte.Atrapó a otras Brujas observándola con los rostros llenos de asombro, celos o ambos.

En su sexto día en el mar, Lilette cantaba en la bodega con Nassa. No sabía que su vozpudiera llegar tan alto, o que pudiera sostener una nota durante tanto tiempo.

Nassa asintió alentadoramente, con una mirada hambrienta en los ojos. ―Sí, muy bien, perotodavía tienes que trabajar en sacarlo desde lo profundo de tu vientre, que es de donde vienetu poder. Así es como proyectas tu voz. —Nassa se arrellanó más en la hamaca―. Ahoravuelve a intentarlo.

Lilette llenó sus pulmones, enderezó la espalda, echó los hombros hacia atrás y agudizó sumente. Empezó a cantar. Los sonidos que hacía no tenían sentido—no eran importantes. Erael pulimiento de notas, el ascenso y la caída de la cadencia, el poder que entregaba o retenía.El mundo se hizo más vívido a su alrededor, los elementos se desaceleraron como unmercado lleno de gente que abandonaba un millón de tareas diferentes al mismo tiempo paravoltear a mirarla.

―Bien ―dijo Nassa abanicando su propia piel quemada por el sol―. Puedes sentir loselementos, ¿no? Puedes sentirlos a la espera de tus órdenes.

Lilette no respondió, no podía. Estaba demasiado embelesada por la danza de poder queemanaba de su boca. Todo lo que tenía que hacer era traducir el sin sentido al lenguaje de lasCreadoras y los elementos le responderían; estaban ansiosos por ello, tan ansiosos como ella.

El sudor corrió por su espalda, empapando el material ya húmedo en su cintura. Aunque el díaya se estaba convirtiendo en noche, el calor del mediodía había horneado la bodega, llenandosus fosas nasales con el olor de la resina y el sudor agrio.

Una idea se formó en la mente de Lilette. Su boca formó las palabras, liberándolas comobailarines que saltaron de su lengua. La expresión de Nassa cambió a una de preocupación,pero Lilette no le hizo caso. El viento bajó juguetonamente a través de la escotilla, se envolvióalrededor de su cuerpo y se llevó el sudor. Las otras personas en la bodega suspiraron dealivio. Lilette sonrió y se concentró en la alegría de la conexión con los elementos.

―Lo hiciste de nuevo.

Lilette se sacudió de su ensueño para encontrarse a Nassa, observándola. ―Acabas decontrolar los elementos con una sola canción, y con demasiada precisión.

El arrobamiento huyó de Lilette. ―Lo siento.

Nassa la miró fijamente. ―Lilette, creo que puedes ser la Bruja más poderosa que hayanacido.

Lilette no trató de protestar. ¿Cómo podría hacerlo cuando todavía podía sentir el zumbido depoder dentro de sí? Afortunadamente, una ráfaga de actividad por encima de la cubiertadistrajo a Nassa.

Han asomó la cabeza en la bodega, sus ojos encontraron los de Lilette. ―Han avistado la

Page 152: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

bahía.

Ella se desenredó de su hamaca y trató de enderezar las arrugas de su túnica y pantalones dealgodón. Había estado usando esas prendas durante seis días y finalmente decidió queestaban más allá de cualquier arreglo. Se debatió en ponerse la armadura de nuevo, perotenía demasiado calor y no era como si fuera a entrar en una batalla.

Moviendo el pie, Lilette esperó su turno para subir por la escalera. Por suerte, era más alta quela mayor parte de las mujeres, por lo que pudo ver las montañas; eran más como colinas muygrandes, que salpicaban el paisaje. Una de aquellas montañas estaba rodeada por murallasde piedra grises y circulares, con torres espaciadas uniformemente a lo largo de ella.

En lugar de una ciudad en el interior, había árboles—árboles gigantescos. Su mente seguíatratando de compensar su tamaño insistiendo en que el barco estaba más cerca de la costa delo que en realidad estaba, aquello le quitó el sentido de la distancia e hizo que le doliera lacabeza.

Se internaron en la bahía. Había centenares de barcos atracados en los muelles, pero erandiminutos. Entonces Lilette vio la primera persona en tierra y de repente todo encajó en sulugar. Los árboles eran montañas en sí mismas.

Estiró la cabeza hacia atrás y aun así no pudo ver las copas. Las ramas se alzaban tan altasen el cielo que se mezclaban con las nubes y la luz se reflejaba en los espejos que colgabande los troncos de los árboles. Pero entonces una mujer salió del árbol para inclinarse y llamara alguien de abajo.

No eran espejos; eran ventanas. Y los árboles no eran tan sólo árboles, eran casas. Alrededorde algunas de las ventanas, los balcones habían crecido a partir de ramas retorcidas y algunosde aquellos balcones estaban conectados por puentes elegantes, que la gente cruzaba, alpasar de un árbol a otro. ¿Cómo Lilette había olvidado esto?

Se frotó el calambre que se formaba en su cuello, mientras observaba a las Guardianas yProtectores entrando y saliendo de los árboles como hormigas; sólo a través de las puertas,pues no eran como hormigas en absoluto.

―Me tengo que sentar ―dijo ella a nadie en particular. Se dejó caer en la cubierta y apoyó lafrente en las rodillas.

Alguien se rio de ella. Lilette echó la cabeza hacia atrás para encontrar a Jolin mirándola.―Espera hasta que veas Haven. Bethel aún no termina, pero esos acantilados te quitan elaliento.

―¿Bethel?

La mirada de Jolin se endureció. ―Ella es la Guardiana más famosa con vida.

―¿Iremos a Haven ahora? ―Lilette no estaba segura de poder manejar cualquier otrosobresalto hoy.

Jolin negó con la cabeza. ―No. Tendrás que reportarte con las Principales. Viven en el picomás alto de la ciudad Arboleda. ―Ella señaló a un árbol que se alzaba por encima del resto,

Page 153: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

era tan alto que Lilette podía ver la cima incluso desde donde estaba sentada, rodeada degente.

Lilette se quedó mirando el cielo, que poco a poco estaba siendo ocultado por los árboles.―La ciudad Arboleda... la ciudad es una arboleda de verdad.

―¿No te acuerdas?

Lilette negó con la cabeza. ¿Qué más había olvidado? ―¿Cómo es que el viento no los echaabajo cuando sopla?

Jolin le dirigió una mirada exasperada.

―Es porque las Brujas controlan el viento ―dijo Lilette con repentina comprensión.

A su derecha, las personas empezaron a moverse. Miró a través de docenas de piernas y viounas en particular dirigiéndose hacia ella. Reconoció las espinilleras. Al levantar la vista paraobservar el rostro de Han, lo único que pudo pensar era que lo había besado y que queríahacerlo de nuevo.

Se agachó junto a ella. ―¿Estás bien?

―Han, ellas viven en los árboles.

Su sonrisa fue un poco torcida. ―Bueno, son Brujas. Ven, Geth quiere que lo ayudes a atracarel barco. ―Han la ayudó a levantarse y puso su mano en la parte baja de su espalda. El placerde su toque se extendió través de ella.

―Que las Creadoras nos ayuden ―dijo Jolin levantando las manos en el aire.

Una vez en la proa, Lilette gritó órdenes para las velas y el timón improvisado. Para ahora, losProtectores ya eran hábiles al operar ambos, por lo que no necesitaron mucha orientación. Elzhou entró en los muelles y fue atado.

Geth gritó a un hombre y su grupo que llegaban para encontrarse con la nave, y explicóquiénes eran. El hombre miró el navío de arriba a abajo con ojo inquisitivo y dijo: ―¿El LíderGyn y la Guardiana Sash?

Geth negó con la cabeza. ―Perdidos. Soy el Líder Geth y esta es Lilette. La hicieron líder enHarshen.

El hombre los miró a cada uno, pero su mirada persistió curiosamente sobre Lilette. ―LasPrincipales están esperando su informe. Voy a hacerles saber que vendrán. El resto deustedes repórtese con sus Disciplinas.

¿Informar a las mujeres más poderosas del mundo? Lilette trató de mantener oculto su pánico.

Geth la estudió antes de volverse hacia Jolin. ―Será mejor que vengas y ayudes a Lilette aaclimatarse.

Lilette le lanzó una mirada de agradecimiento. Con una sonrisa, él las apresuró para quebajaran del barco. Poco más allá de los muelles, ella tuvo un verdadero sentido de la magnitud

Page 154: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

de las murallas que rodeaban la ciudad Arboleda. En comparación con los árboles que sealzaban por encima de ellos, eran más bien pequeñas, hasta que uno consideraba que teníanfácilmente la altura de cincuenta hombres. Sólo mirar hacia arriba hizo que Lilette se mareara.Miró más de cerca y no pudo ver brechas o ladrillos, se quedó boquiabierta; era una pieza depiedra enorme sin ningún tipo de junta.

―¿Cómo es esto posible? ―preguntó.

―Estamos bien protegidos ―dijo Jolin con una nota de orgullo.

Se acercaron a la puerta principal; una estatua de una Bruja y un Protector de pie comocentinelas a ambos lados, con sus armas cruzadas; un báculo verde y una espada queformaban el arco de puerta y lo hacían parecer como si toda la pared fuera parte de la barrera.El grupo pasó por debajo de las sombras del arco. Le tomó a Lilette unos buenos treinta pasosllegar al otro lado.

Cuando salió al aire libre, no pudo dejar de mirar los árboles. La parte superior de las puertas yventanas era puntiaguda. Algunas estaban en la planta baja, situadas entre los contrafuertes.Otras estaban asentadas en la parte superior de escaleras largas fabricadas con las raíces delos árboles.

Obviamente, era una ciudad, pero no una trazada con cuadrícula. Debería ser desordenada,pero había un patrón generalizado en la colocación de los árboles; estaban lo suficientementeseparados para que el sol pasara entre ellos y la curva del camino era igual a la de un río.Lilette se preguntó cuánto tiempo le tomaría caminar alrededor de un solo árbol.

Una vez que su sobresalto por el tamaño de los árboles comenzó a desaparecer, se dio cuentaque la ciudad no olía como ninguna que hubiera visitado jamás. En lugar de aquel olornauseabundo de los desechos humanos mezclados con el del humo y los alimentos, la ciudadArboleda olía a flores, a un tipo exótico de resina y al olor picante y mineral del océano.

La gente entraba y salía apresuradamente de los árboles, se sentía una sensación deagitación por la forma en que se movían. ―Al parecer, se ha extendido el rumor de lo que pasóen Harshen ―dijo Jolin.

Las raíces que soportaban a los árboles se sobreponían a los costados de los senderos.Dentro de algunos de esos nichos naturales, los comerciantes habían establecido sus tiendas;algunas se complementaban con toldos de lona. Los puestos exhibían sedas teñidas a mano,cubiertos de cobre, artículos de cuero, zapatos, comida y muchos otros artículos.

―¡Un collar bonito para una dama bonita! ―voceó un comerciante de bigote rizado mientrasse acercaban. Desde la casa árbol detrás de él, una Bruja comenzó a cantarle a las macetasdispuestas delante de ella. Las plantas comenzaron a crecer, pero también lo hicieron el restode las plantas que estaban al alcance de su voz. Alrededor del vendedor, las hiedras seasomaron por encima de su mesa de mercancías, levantando la joyería.

Un arete se quedó atrapado en la curva de una hoja. La planta creció hacia arriba, llevándoseel arete con ella. El comerciante le arrebató el arete justo antes de que se alejara de sualcance. Un helecho se enredó en su ropa, y los tentáculos de las hiedras treparon hasta subigote. Sacó un par de tijeras, y con un fuerte carraspeo, se arrancó la hiedra y cortó lasplantas a la altura de las raíces. En el proceso, accidentalmente se cortó parte del bigote. A su

Page 155: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

alrededor, los demás comerciantes estaban tratando de controlarlas a punta de tajos, pero lasplantas crecían casi tan rápidamente como las cortaban.

Finalmente, la Bruja dejó de cantar. El corte frenético se detuvo y luego los comerciantescomenzaron a enderezar sus mercancías y a quitar los trozos cortados de hojas de sus mesas.

―¿Esto sucede a menudo? ―le preguntó Lilette a Jolin.

―Es uno de los peligros de vivir con esta cantidad de Brujas en un solo lugar.

Una vez que empezaron a subir la colina propiamente dicha, Lilette tuvo dificultades paraseguirles el paso. Han la estudió con evidente preocupación y le preguntó si se encontrababien.

Ella presionó la palma de su mano sobre su corazón. ―Perfectamente ―dijo sin aliento.

Han se acercó un paso. ―Puedo cargarte.

Ella le lanzó una mirada furiosa. Desde el frente del grupo, Jolin murmuró algo acerca desardinas y ceños fruncidos.

―No tenemos prisa ―dijo Geth a su guía.

Lilette odiaba que tuvieran que reducir la velocidad por su culpa, pero no había nada quepudiera hacer al respecto.

Cuando se acercaron a la cima de la colina, los árboles parecieron mayores, incluso antiguos.El grupo cruzó por debajo de un seto de aspecto malvado, cubierto de espinas crueles ycurvas del tamaño de los pulgares de Lilette. Unas diminutas flores amarillas florecían portodas partes, emitiendo una fragancia dulce y ligera.

Más allá de ellas, a lo largo del perímetro, se extendían dos hileras de árboles hasta dondeLilette alcanzaba a ver. Ella inmediatamente los reconoció: árboles barrera. Se quedómirándolos nerviosamente mientras ella y los demás se acercaban, pero los árboles no semovieron, excepto para mecerse con la brisa.

A esta altura, Lilette pudo mirar hacia atrás a las murallas y de repente se le ocurrió que separecía mucho a un brasero lleno de madera. ―¿Qué hay del fuego? ―preguntó.

Jolin agitó su mano con desdén. ―Los incendios han ocurrido antes. Las Brujas simplementeinvocan una tormenta para apagar las llamas. Si alguien alguna vez fuera lo suficientementetonto como para atacarnos, podríamos hacer crecer espinos debajo de los pies de su ejércitotan rápido que ni siquiera serían capaces de llegar a las murallas.

Lilette respiró hondo para calmar el pánico en su corazón. ―Así que la única manera de lucharcontra las Brujas es con más Brujas. ¿Qué va a evitar que alguien como el Emperador lointente de nuevo?… y esta vez tenga éxito.

―Nos pusieron aquí desde el comienzo del mundo para vigilar y proteger ―dijo Jolin―, loque el Emperador Nis hizo fue una anomalía.

Aquellas palabras no hicieron nada para calmar la aprensión en el corazón de Lilette. ―¿Qué

Page 156: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

sucederá cuando los otros países se den cuenta de lo cerca que estuvo el Emperador de teneréxito? ¿Con cuanta facilidad las Guardianas pueden ser sometidas y obligadas a destruir atoda una nación?

Jolin negó con la cabeza. ―No va a suceder, deja de preocuparte.

―¿Y si te equivocas? ―preguntó Lilette bajito.

―Entonces, el mundo caerá.

Capítulo 22Traducido por Andrés_S

Lilette tenía ese tipo de belleza que llevaba a los hombres a la guerra. A veces la odiaba porello. ~Jolin

Lilette y su grupo fueron llevados a un pabellón elevado. Las enredaderas se habían aferradoal enrejado y fabricado un techo de hojas. Había plantas en macetas enormes por todaspartes. Algunas tenían árboles cargados con fruta madura. Otras desbordaban con flores queperfumaban el aire con su fragancia embriagadora. Algunas macetas contenían diferentestipos de hierbas y estaban organizados en filas ordenadas. En el fondo se escuchaba uncanto. No las oscuras y filosas canciones que provenían del estómago de Lilette, sino lassuaves canciones de crecimiento que hacían que el mismísimo aire palpitara de vida.

Las Guardianas y Protectores andaban de aquí para allá, pero dejaron lo que estabanhaciendo cuando Lilette y el resto de su grupo entraron. Que andrajosos debemos lucir, pensó.No había privacidad a bordo del barco, pero se las había arreglado para lavar la túnica y lospantalones y restregarse con un trapo humedecido con agua de mar. Sin un peine,simplemente se pasaba los dedos por el pelo y lo trenzaba al estilo tradicional de las mujeresde su pueblo.

Se acercaron al centro del enorme pabellón. Sentadas en sillas de mármol sobre un estrado,había cuatro mujeres rodeadas de gente que estaban claramente en algún tipo de reunión. Elhombre que había traído a Lilette y a los otros desde el barco se acercó a un escritorio a unlado y habló con media docena de mujeres vestidas de atuendos grises y sencillos con velosque cubrían el pelo a juego.

Jolin se inclinó y le susurró a Lilette: ―Cada Principal representa uno de los elementos: Lapelirroja, Garen, es la Principal de las Plantas. La mujer mayor, Brine, es la Principal del Agua.Tawny es la de tez oscura con pelo corto y es Principal de la tierra. Y la joven es Merlay,Principal de la Luz.

Merlay. Ella era en quien Sash había dicho que podía confiar. Lilette tendría que hablar conella cuando el consejo terminara.

Page 157: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Aquellas mujeres no se parecían en nada unas con otras; eran viejas y jóvenes, de tez blancay de tez oscura, pero a pesar de sus aparentes diferencias, todas llevaban el mismo manto deautoridad. Lilette contó una docena de Protectores apostados alrededor del pabellón, susmiradas eran cautas.

Una de las mujeres con velo se levantó y fue a susurrar al oído de Brine. La mujer mayoraplaudió y dijo: —Todo el mundo fuera.

―¿Quiénes son las mujeres de velo? ―preguntó Lilette en voz baja a Jolin.

―Son Desechadas, las sirvientes de las Guardianas.

El término era vagamente familiar, y los conceptos que Lilette tenía no eran positivos.

Brine inclinó su cabeza gris y algodonosa. ―Vamos a ser breves, ya que estamos todos muyocupados con la situación en Harshen. Te reconozco, Protector, aunque no recuerdo tunombre.

Geth dio una leve inclinación. ―Soy Geth, segundo del Líder Gyn.

―¿Debo asumir entonces que Gyn está muerto? ―preguntó Brine, luego garabateó algo enun pergamino que una Desechada sostenía para ella.

―Creo que sí ―respondió Geth.

Brine despidió a la Desechada con un gesto. ―Algo lamentable. Era un buen Protector.―Borró algo de su propio pergamino y sacó una pluma―. Ya sabemos mucho de lo que hapasado en Harshen. Simplemente necesitamos que llenen algunos huecos ―Geth asintió―.¿Cuántos de ustedes han podido regresar? ―preguntó Brine.

Geth tragó. ―De las treinta y seis Brujas que se fueron, sólo diecinueve han regresado y delos sesenta y ocho Protectores, sólo veintidós.

Al recordar cuántos de ellos habían muerto, Lilette hizo una mueca.

Brine lo marcó en sus notas. ―Voy a asignar a alguien para que interrogue a lossupervivientes en breve.

La furia se apoderó de Lilette por la actitud despreocupada de Brine. De repente estaba allí denuevo, empapada hasta los huesos mientras los rayos relumbraban. Su última mirada a la carade su hermana, el barritar desgarrador del elefante. Lilette cerró los ojos y apartó los recuerdosde nuevo.

―¿Y la líder Sash? ―continuó Brine.

Lilette tuvo que morderse la lengua para no gritar. Geth le dirigió una mirada, y luego miró aBrine. ―Ella y las demás se quedaron para crear un círculo, para que pudiéramos escapar.

Merlay se tapó la boca con la mano.

―Las que se quedaron atrás, ¿supongo que están muertas? ―Brine ni siquiera levantó lavista de sus notas.

Page 158: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―Chen es un hombre de muy mal genio ―habló Han―, pero necesita a esas Brujas. Hay unabuena probabilidad de que estén vivas.

―¿Y quién eres tú?

―Han, segundo hijo del Dragón Dorado.

Las cejas de Brine se levantaron. ―Eso te convierte en príncipe.

―Sí, príncipe y representante de Harshen. He venido a negociar nuestra rendición pacífica.

Lilette miró boquiabierta a Han como si nunca lo hubiera visto antes. El Emperador tenía másde quinientos hijos, y sólo uno de ellos se llamaba Heredero. Han no tenía la autoridad paranegociar nada.

Las Principales parecían igualmente sorprendidas. ―¿Tu padre autorizó esto? ―preguntóBrine.

―Está muerto ―dijo Han con una voz como el acero.

La mirada de Brine se estrechó. ―Así que ¿eres el nuevo Emperador?

La cara de Han se puso roja, haciendo que su cicatriz se destacara. ―No. Mi hermano Chenes Emperador ahora.

Merlay lo observó con los párpados agachados. ―Has dicho que nuestras Brujas podríanestar vivas. ¿No lo sabes?

―No con seguridad.

Brine lo señaló con su pluma. ―No tienes autoridad para actuar en nombre de Harshen. ¿Porqué me haces perder el tiempo?

Lilette dio un paso adelante. ―Él puede ayudarlas.

Brine le lanzó una mirada llena de impaciencia. ―¿Y quién eres tú?

―Yo soy la Emperatriz. ―Por piedad de las Creadoras, en realidad lo era. No se había dadocuenta hasta ahora.

―No puede ser ―dijo Merlay, con el rostro pálido.

Tawny miró boquiabierta a Lilette. ―¡Pero si eres blanca!

―Y tú no lo eres ―respondió ella.

Una sonrisa lenta apareció en la cara de Tawny. ―Veo que ambas somos observadoras.

Brine puso los ojos en blanco y miró a Lilette de nuevo. ―¿Estás autorizada para actuar ennombre de Harshen?

―No necesito estarlo ―respondió ella. Han se endureció a su lado, pero si él podía exagerar,también ella podía.

Page 159: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Brine suspiró. ―Estoy perdiendo rápidamente la paciencia.

―Deben deponer a Chen ―dijo Lilette―, y poner a Han en su lugar.

―¿Y cómo vamos a hacer eso? ―preguntó Brine con brusquedad―. No tenemos un ejércitopropiamente dicho.

―No necesitan uno. Corten las lluvias sobre Harshen hasta que suelten a nuestras Brujas ydepongan a Chen.

Brine la estudió. ―¿Cuál es su nombre, Emperatriz, y cómo sabe tanto de nosotras?

―Es una Bruja ―dijo Merlay con el rostro macilento. Las otras tres Principales miraron aLilette.

―Mi nombre es Lilette. Llegué a Harshen en un naufragio cuando era niña.

Tawny y Garen intercambiaron susurros, mientras Merlay la miraba como si fuera a vomitar.

Bueno. Ellas habían oído hablar de ella, con suerte eso ayudaría.

―Así que es verdad ―dijo Garen ahogadamente―, Harshen realmente hundió nuestro barcoy... mató a tus padres.

Lilette luchó con los recuerdos, pero brotaron desde lo profundo de su ser, ahogándola conimágenes que deseaba poder desterrar para siempre. ―La élite abordó nuestro barco. Mimadre y yo nos atrincheramos en el camarote del capitán. Yo era muy joven; sólo tenía ocho,incendiamos el barco para ocultar nuestro escape. ―Su madre estaba llorando, su padrehabía muerto. El barco estaba quemándose demasiado rápido, las llamas lamían los pies desu madre. El humo era tan espeso, que Lilette no podía respirar.

―Mi madre me metió en un barril de pepinillos. ―Luego había besado a Lilette con los labioshúmedos de lágrimas, sudor o ambos. Estaba tan apretada en el barril de pepinillos queapenas podía moverse, sus ojos le picaban por la mezcla de humo y los vapores delvinagre―. Hubo una explosión. ―Voló por los aires antes de estrellarse contra el agua.

―Mi madre no sobrevivió. ―Los soldados imperiales habían encontrado su cadáver y se lohabían llevado en su bote, pero no habían encontrado a Lilette. Al día siguiente, se las habíaarreglado para escapar del barril, a pesar de que había estado a punto de ahogarse en elproceso.

Ella había cantado a una corriente; y pasó dos días en el mar antes de que Fa la encontrara yse la llevara con él. Años más tarde, aquella bondad había sido pagada con muerte ydestrucción.

El silencio en la habitación finalmente sacó a Lilette de sus recuerdos. Las Brujas y losProtectores se habían reunido a su alrededor mientras hablaba.

Brine los despidió con un gesto. ―Se cancela la reunión. Vamos a reanudar de nuevomañana. ―Pero nadie hizo ningún movimiento para salir.

―Así que eras tú a quien nuestras oyentes escucharon. ―Garen tenía un acento diferente al

Page 160: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

resto; sonaba cálido y ondulante. Ella se volvió hacia las otras Principales―. Pero, ¿por quéno la encontraron antes?

―Volviendo al tema que nos ocupa ―dijo Brine―, deponer a Chen y dejar que su hermanotome su lugar hace poco para satisfacer la justicia.

―¿Qué pasa con la misericordia? ―preguntó Lilette.

Los ojos grises como el acero de Brine brillaron. ―¿Y qué tipo de misericordia mostraronChen y el homicida de su padre con las diecisiete Brujas y los treinta y ocho Protectores queahora están muertos o encarcelados en Harshen?… sin contar a tus padres y los Protectoresmuertos hace años.

Lilette la miró fijamente. ―¿Cómo esperaban que reaccionara Harshen cuando pusieron losbarcos de Vorlay directamente en sus puertas? ¡Ellos sólo se estaban protegiendo! ―¿Porqué estaba defendiendo la causa de Harshen?

Brine azotó los pies. ―¡Nunca hicimos tal cosa!

Lilette la miró. ―Lo hicieron, lo sé. Como lo sabe cada una de las Brujas que están conmigo.―Miró fijamente a Jolin.

Su amiga se aclaró la garganta. ―Es cierto.

Brine se volvió hacia las demás. ―¿Alguna de ustedes ordenó aquello?

Las otras tres Principales negaron vehementemente.

―Tawny, ¿alguna de tus oyentes percibió a alguien cantando ilícitamente? ―preguntó Brine.

―¡Por supuesto que no!

La mirada de Brine lentamente volvió de nuevo hacia Lilette, pero la Principal del Agua hizo ungesto a una de las Desechadas.

―Interroguen a cada una de las Brujas que regresaron ahora mismo. Quiero que meentreguen informes en lotes de diez.

La mujer escribió algo apresuradamente antes de escabullirse a toda prisa. Brine juntó losdedos y miró a Lilette con fijeza.

―Brine… ―comenzó Merlay.

―Silencio ―dijo ella, con un tono que no aceptaba ningún argumento―. En tiempos deguerra, soy yo quien nos guía. Si Lilette y Jolin están diciendo la verdad, alguna otra fuerzaestá en juego, quizá sesgando nuestras percepciones. Voy a celebrar consejo privado con losProtectores. ―Brine se puso de pie.

Han dio un paso hacia ella. ―Si sus Brujas aún están vivas; si podemos recuperarlas,¿negociarán la paz?

La mirada fría de Brine se posó en él. ―Me temo que no es tan simple, príncipe. Las acciones

Page 161: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

de tu padre nos han hecho parecer vulnerables. A fin de evitar que este tipo de cosas sucedanen el futuro, debemos hacer un despliegue decisivo de fuerza.

Lilette hizo un gesto hacia Harshen. ―Pero…

Brine levantó la mano. ―Nada importa hasta que sepamos si nuestras Brujas todavía estánvivas. Enviamos a nuestros espías hace días. Deberíamos oír de ellos pronto. Si Chen haceque nuestras Brujas canten, nuestras oyentes lo captarán de inmediato. ―Bajó la mano―. Y silas utiliza para cantar contra la ciudad Arboleda o cualquier otra nación, voy a hacer que hastala última Bruja que tengo caiga sobre él hasta que no quede nada. ―Se giró y empezó aalejarse.

―¿Qué vamos a hacer con la Emperatriz y el príncipe? ―le gritó Garen.

―Ninguno de los dos saldrá del centro de la ciudad ―respondió Brine por encima delhombro―, aparte de eso, trátenlos como invitados. ―Protectores y Desechadas convergieronen torno a Brine mientras ella seguía caminando.

Merlay se bajó de la tarima y se puso delante de Lilette, buscando su mirada. Parecía apenascapaz de mantener sus emociones bajo control. ―Debes estar agotada. Ven conmigo.

La multitud saltó para rodear a las dos Principales restantes. Conversando mientras lasDesechadas se afanaban en tomar notas y llevar sus mensajes, Merlay se escabulló conrapidez a través de la multitud.

―Espera. ―Lilette se apresuró a alcanzarla―. ¿Qué pasa con mi hermana y las demás?

―Trata de no preocuparte ―respondió Merlay, sin mirar atrás―, todo lo que pueda hacerse sehará.

Lilette disparó una mirada exasperada hacia Han. ―¿Qué es exactamente lo que se va ahacer?

―Brine se reunirá con el Líder Farth. Ellos recibirán los informes de los espías y diseñarán unplan.

―Pero…

Merlay se volvió. ―Como mínimo, sé que de seguro, la liberación de nuestras Guardianas y ladeposición de Chen como Emperador serán términos de su rendición incondicional. Confía enmí.

―Tienen que dejar que les ayude ―dijo Lilette―, prometí que volvería por ella.

La mirada firme de Merlay se encontró con la suya. ―Y ¿qué harías tú? ¿Vas a tomar lasmurallas por asalto? ¿Exigirle a Chen que las libere a todas? ¿Vas a meter un ejército en laciudad?

Lilette abrió la boca, pero las palabras no salieron.

La expresión de Merlay se suavizó. ―La verdad es que no hay nada que puedas hacer. Apartede esperar. Déjanos manejarlo. ―Ella le ofreció una pequeña sonrisa y se alejó.

Page 162: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette no la siguió. Jolin estaba tratando de hablar con Lilette, pero las palabras se revolvíanen círculos como tiburones; con dientes afilados y una velocidad terrible. Lilette recordó laúltima vez que había visto a Sash. El círculo podía haberse mantenido por tres, tal vez cuatrodías. Por el momento, todas sus integrantes quedaban a la misericordia de Chen, y Liletteconocía muy bien aquella misericordia.

Han la tomó del codo para guiarla a través de la opresión de la gente. Se inclinó con gratitudhacia él, cerrando los ojos a las visiones y sonidos abrumadores. ―Perdí a mi hermana antesde conocerla ―dijo ella.

―No sabes eso ―respondió Han―, ellas deberían estar a salvo durante el tiempo que él lasnecesite.

Lilette sintió el sol en su cara. Debían estar fuera del pabellón ahora. ―¿Y si te equivocas?

Los sonidos de la multitud se estaban desvaneciendo. Lilette parpadeó hacia el dosel; unencaje oscuro de hojas contra el cielo añil.

―Aún no lo has perdido todo ―dijo Han finalmente.

Capítulo 23Traducido por Beneath Mist

La primera noche que Han vio a Lilette, traicionó a su hermano por ella. Si eso no es unaprueba de amor a primera vista, no sé qué lo es. ~Jolin

La luz tenue proyectó sombras en el rostro de Merlay cuando se detuvieron frente al extrañoárbol. El vapor flotaba entre las paredes de troncos de árboles jóvenes entretejidos. La mujermiró fijamente a Han y señaló un árbol casi idéntico situado un poco más atrás. —Ese es elárbol de aseo de los hombres.

—¿Estarás bien? —le preguntó Han a Lilette.

Ella asintió sin mirarlo.

Él se inclinó hacia ella, su aliento rozó su piel. —Tómate tu tiempo. Estaré esperando. —Lilettelo observó alejarse.

Merlay cruzó los brazos en el pecho. —Jolin, si nos disculpas.

Jolin le lanzó una mirada de disculpa a Lilette antes de desaparecer en el interior.

Merlay la contempló. —Te pareces a Sash. La misma nariz y los mismos ojos, pero tumandíbula es más fina, y su cabello era ondulado.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Lilette. —¿Cómo era ella?

Page 163: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Era inteligente, una buena cantora. Y odiaba la fruta.

—¿Fruta? ¿Quién odia la fruta?

Merlay dejó escapar una risita. —Lo sé. Era rara, pero también era mi amiga. —Permaneció unrato en silencio—. Recuerdo a Lellan, siempre se recuerda a los que mueren. —Respiróprofundamente—. Si Sash lo hubiera sabido, si cualquiera de nosotras hubiera sabido queestabas viva, hubiéramos ido por ti.

Lilette parpadeó para contener las lágrimas.

—En ocho años no ha habido rastro de ti. Todas creíamos que estabas muerta.

—Quedé varada en una isla y fui acogida por un hombre que me crio como si fuera su propiahija.

—Pero… —Merlay pareció recomponerse—, nuestras oyentes debieron captarte.

—Nunca canté.

Merlay levantó las cejas. —¿Nunca?

—No hasta hace unas pocas semanas.

—¿Por qué no?

—El hombre que me acogió me hizo prometerlo.

La mirada de Merlay se agudizó. —¿Por qué?

—Porque el Señor de nuestra aldea no me habría dejado en paz de saberlo. —Lilette noquería hablar de Bian o de su primer compromiso—. Harshen les dijo que nuestro barco sehundió, pero... ¿por qué les creyeron?

Merlay exhaló un largo suspiro. —Incluso las Brujas pueden morir en los incendios, Lilette. Noteníamos pruebas de que fuera un engaño.

Una Desechada se aproximó con un pergamino en la mano. —Principal Merlay, las otrassolicitan su presencia.

Merlay suspiró. —Muy bien. —La Desechada hizo una reverencia y se retiró.

—¿Cuánto tiempo estaremos atrapados aquí? —preguntó Lilette.

—Tú, probablemente no mucho. Han es otra historia. —Merlay señaló colina abajo—. Brine yahabrá enviado a una Desechada para alertar a los guardias del centro de la ciudad de que nose le permite salir. Por favor, házselo saber. Ninguno de ustedes quiere ser el blanco deltemperamento de Brine, créeme. —Lilette apretó los labios y no dijo nada.

—Tengo más preguntas, pero me temo que las cosas son un poco caóticas ahora. Enviaré unaDesechada para que te traiga conmigo en algún momento de la mañana. —Tras decir eso,Merlay emprendió el regreso al pabellón.

Page 164: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette atravesó la puerta arqueada. Dentro había una piscina de agua turquesa. El vaporrociaba su piel, haciendo que sintiera más vivamente el polvo del viaje.

Jolin estaba ya en el agua, su vestido cuidadosamente doblado en una larga estantería. —Nome extraña que olvidaras —dijo en voz baja—.Yo también habría deseado olvidar.

Lilette no quería hablar de ello. Se quitó sus prendas y las dejó caer al suelo con el colgante ysu peineta encima. —Merlay parece un poco joven para estar en una posición tan poderosa.

Jolin desvió la mirada. —Se convirtió en Principal de la Luz a los veinte.

—¿De verdad?

—Las Principales de la Luz siempre son jóvenes. Las Creadoras las eligen dotando a unaGuardiana con una canción más fuerte que la de cualquier mujer viva. Las Principales de lasPlantas son normalmente mayores, lleva años conseguir esa clase de habilidad con laspociones. La Principal de la Tierra es la que tiene el sentido de Bruja más fuerte, normalmenteuna oyente. Y la Principal del Agua es escogida por sus brillantes tácticas militares, ynormalmente es la más anciana de todas.

—¿Qué hay de lo que es mejor para los elementos y la gente? ¿Quién los representa? —Jolinmiró a Lilette como si fuera tonta. Decidida a dejarlo estar, Lilette entró en el agua. Estaba tancaliente que tuvo que entrar con cuidado, pero una vez se acostumbró, sus músculos serelajaron. La suciedad apelmazada en sus poros, finalmente salió. Encontró un alijo dejabones y se enjabonó tres veces antes de sentirse totalmente limpia. Una mujer del servicioentró y tomó la ropa llena de sal de Lilette y Jolin, dejando el colgante en la estantería. Jolinexplicó que se llevaban la ropa para lavarla.

Lilette flotó en el agua, con el cabello rizándose alrededor de su cabeza como el vapor de unataza. Sus palmas se arrugaron tanto como la superficie del océano, su piel pálida como elvientre de un pez. Cuando oscureció, una mujer vestida de gris entró y encendió las lámparasde las paredes.

El estar flotando en el agua le recordó a Lilette su hogar. Añoraba el océano, su bote de pescabajo ella, un grupo de delfines saltando al ritmo de la proa, la sensación arenosa de la sal ensus mejillas. Añoraba la presencia estable y tranquila de Fa, y dormir con el ruido del romperde las olas.

A través del agua, escuchó a alguien hablar. Puso las piernas bajo su cuerpo y se sentó. Unamujer estaba de pie al borde de la piscina, con unas toallas en la mano. —Estoy aquí paramostrarles su árbol, Guardianas.

Lilette se puso en pie, con el agua deslizándose por su piel. Jolin todavía flotaba, mediodormida. —Jolin. —Al no recibir respuesta, Lilette la salpicó—. ¡Jolin!

Jolin farfulló al levantarse, quitándose el agua de los ojos. Miró a Lilette antes de percatarse dela presencia de la Desechada. —¿Ya es hora de irnos?

Salieron del agua. La mujer les tendió vestidos verdes de un material afelpado con patronesde filigrana en relieve. Lilette frunció el ceño al ver el vestido, pero no le habían devuelto sutúnica y sus pantalones, así que no tenía más opción que ponérselo. Después se puso las

Page 165: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

medias y las botas de cordones.

Con el cabello mojado pegado a su cara, miró el colgante y consideró dejarlo ahí. Perorecordó lo que Han le había dicho, cómo ese colgante había estado generaciones en sufamilia. Era parte de la historia de Harshen. Era una parte del hogar de Lilette.

Se quedó paralizada. Nunca había pensado en Harshen como su hogar, pero éste la habíahecho la persona que era. Era parte de ella. Cogió el colgante, mirando la profundidad delámbar antes de colgárselo y meterlo dentro del vestido.

Jolin estaba en una hornacina, dividiendo su cabello a la altura de la mandíbula justo por lamitad. Lilette entró tras ella y quitó el vapor del espejo, con su palma chirriando contra lasuperficie. Se miró, borrosa y distorsionada por las imperfecciones del espejo y el agua quebajaba por él en pequeños regueros. Sus ojos estaban inyectados en sangre, su cara era rosay estaba descamada de las quemaduras del sol. Sus ojos tenían una mirada dura yatormentada. No reconoció a la chica que le devolvía la mirada, y eso la asustó más que nada.

Manteniendo los ojos apartados del espejo, escogió una botella de aceite al azar y frotó variasgotas en su cabello. El aceite olía a algo fresco y ligero, como luz solar embotellada.Desenredó su cabello laboriosamente en las puntas antes de retorcerlo en un moño en lo altode su cabeza. Por último, deslizó la peineta en su sitio.

Se sintió ligeramente aliviada. —¿Cuándo nos devolverán nuestras cosas? —Lilette dirigió lapregunta a la Desechada. La armadura y las ropas eran de Han, después de todo.

—Mañana en algún momento —respondió la mujer.

Lilette y Jolin la siguieron fuera del árbol. Han se movió silenciosamente hacia un lado deLilette como si hubiera estado esperándola. Estaba todavía vestido con su armadura de cuero,como si esperara problemas incluso ahí.

—¿No se llevaron tus cosas para lavarlas? —Lilette señaló su armadura.

—Siempre me ocupo de mi propio equipo. —Había un atisbo de desconfianza en su voz, yLilette se preguntó si debería haber impedido que se llevaran su otro conjunto de ropa.

Comenzaron a descender por la colina, siguiendo a la mujer a través de los caminosserpenteantes del interior de la ciudad. Lilette se acercó a Han. Su brazo rozó el suyo, y ellatuvo que resistir la necesidad de inclinarse hacia su olor a cuero y a acero.

Cuando comenzaron a ascender por una subida, el dobladillo de la falda se enredó en suspies. La mano de Han salió disparada para evitar que se cayera. Ella se apoyó en un lado desu pechera de cuero. —¿Por qué visten estas cosas? —preguntó.

—Tienes que levantar un poco el borde, especialmente cuando subes una pendiente. —Jolinse lo mostró, levantando su propia falda con las manos.

Lilette la imitó, y el dobladillo ya no hizo que sus pies tropezaran, pero tenía las manos llenasde faldas. Le parecía un ridículo desperdicio de energía.

Pasaron junto a un grupo de mujeres que llevaban el vestido gris de las Desechadas. Todassaludaron a la Desechada con la cabeza y miraron a Lilette con curiosidad. Jolin aminoró la

Page 166: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

marcha para caminar junto a ellos. —No deberías mirarlas fijamente, Lilette. Las Desechadasdel centro de la ciudad llevan todas uniforme y un velo en el cabello. Las Brujas novatas yAprendices visten de color verde oscuro. Las Guardianas visten lo que quieren.

Lilette se obligó a apartar la mirada mientras el grupo de mujeres continuaba su camino.Entonces miró hacia abajo, a su propio vestido. —Si pueden vestir lo que quieran, ¿por quévestidos?

Jolin levantó su falda de color verde oscuro para subir los escalones hacia una puerta, dondela Desechada ya estaba esperándolos. —Eso tendrás que preguntarlo a alguien másinteligente que yo.

La Desechada les hizo un gesto para que entraran. Cuando estuvieron todos dentro, cerró lapuerta tras ellos y dijo: —El pabellón de comida más cercano está a una breve caminata poreste sendero. Las comidas están disponibles por la mañana, a medio día, y al anochecer, conpan y fruta a mano en todo momento. Hay una habitación escaleras arriba con camas. Me toméla libertad de traer una comida ligera para ustedes.

Lilette se maravilló ante la simplicidad y la belleza de la habitación. Todo estaba hecho demadera clara que se unía a la perfección del suelo al techo, y del techo al suelo. En el centrohabía una magnífica escalera de caracol, unos brotes de madera clara la anclaban a lasparedes sobre sus cabezas. A un lado había un pequeño fogón para cocinar atornillado a unaplataforma de ladrillo. El tablero de la mesa se situaba a mucha más distancia del suelo queuna mesa baja de Harshen.

Recordó repentinamente un recuerdo de cuando era niña, comía un cuenco de sopa, con laspiernas balanceándose en el aire mientras estaba sentada en una mesa similar. Su padre lehabía dicho que se pusiese el cabello detrás de las orejas para que las puntas no se metieranen el caldo. Abrumada por el recuerdo, Lilette contempló con la mirada perdida el plato defruta, queso y pan.

Han le acarició el dorso de la mano con los dedos. —¿Te encuentras bien?

Ella dejó escapar un lento suspiro y se volvió hacia él. —He olvidado muchas cosas, y estánregresando ahora.

Su expresión se suavizó. —Espero que sean buenos recuerdos.

Lilette se encogió de hombros. —Algunas veces.

De repente, la puerta se abrió de golpe tras ellos. Han se volteó, con la mano en su espada.

Una mujer de cabello marrón salpicado de gris estaba de pie en el umbral de la puerta. Sumirada se fijó en Jolin.

—Llegas tarde.

Jolin apretó la boca. —Nos retrasaron.

—Eso escuché. —La mirada de la mujer se trasladó a la mano de Han en su espada.Después, su mirada se fijó en Lilette—. No deberías haber vuelto.

Page 167: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette retrocedió. —¿Qué?

La mujer entró en la estancia. Detrás de ella entraron dos personas, un Protector calvo, queescrutaba la zona con la mirada mientras se posicionaba delante de ella, y una Desechadacon cara agria.

La mirada de la primera mujer se fijó en la Desechada de los baños. —¿Quién eres?

—¿Q-qué? —tartamudeó la chica.

—No importa —dijo la mujer—. Fuera. Tus servicios ya no son requeridos. Doranna —sedirigió a la Desechada que estaba tras ella—, encárgate de la bandeja.

—No —dijo Jolin, con el rostro lívido.

Doranna recogió la bandeja de comida y la arrojó por la puerta principal.

La primera Desechada finalmente logró hablar. —Me asignaron aquí. No puede solo...

—Bueno, yo te reasigno —interrumpió la mujer, tomando asiento en una de las sillas.

—Y quién es usted para…

—Mi nombre es Bethel —respondió la mujer mientras limpiaba algunas migas de la mesa. Laboca de la Desechada hizo un ruido al cerrarse. Sin decir ni una palabra más, se apresuró asalir de la habitación.

—¿Bethel? —Lilette paseó la mirada entre ella y Jolin—. ¿La famosa Bethel?

Jolin se hundió en una silla, con los ojos escondidos detrás de la mano. Lilette miró a Han enbusca de una explicación, pero él no apartaba los ojos del Protector. —Jolin, ¿quiénes son? —probó a preguntar Lilette—. ¿Qué está pasando?

Bethel hizo un gesto hacia la escalera. —Comprueba el dormitorio y después tráenos máscomida.

Doranna comenzó a subir por las escaleras.

Lilette se sentó. Se sentía raro, estar a tanta altura del suelo, y deseó unos almohadonessuaves para hundirse en ellos. Miles de preguntas inundaban su mente. Aisló la primera paracrearla en su boca. —Iba a comerme eso.

Bethel resopló. —Tú no lo sabías. Tú… —Le dirigió a Jolin una mirada severa, aunque laamiga de Lilette estaba aún escondida tras su mano—, tú sí lo sabías.

Jolin finalmente bajó la mano. —No todos están tratando de envenenarnos, Madre.

—Basta con uno —respondió Bethel.

La mirada atónita de Lilette se posó en Jolin. —¿Ella es tu madre?

Jolin gruñó.

Page 168: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Los ojos de Bethel se encontraron con los de Lilette. Lo único suave de ella era su cabello,tejido en una trenza suelta sobre su hombro. Sus ojos de color gris acerado se parecían a losde Jolin. —Nunca comas nada sin saber de dónde viene.

—¿Cree que estamos en peligro? —preguntó Lilette.

—Sé que lo están. —Sin volverse, Bethel habló con su Protector—. ¿Es competente?

Lilette se percató del concurso de miradas que se estaba llevando a cabo entre Han y elProtector, que parecía estar compensando su calvicie con una espesa capa de pelo facialnegro. —¿Lo averiguamos? —Su voz era desafiante.

Al sentir que la violencia estaba a punto de desatarse, Lilette se paró en medio. Bethel le pateóla espinilla lesionada.

—Quieta ahí.

Succionando aire a través de los dientes, Lilette se sentó de golpe y agarró el bulto todavíahinchado donde el élite la había golpeado.

Han y el Protector se movieron, desenvainando las espadas. Cuando se enfrentaron, el chocarde sus espadas resonó en los oídos de Lilette. Apretó los dientes, deseando detener la lucha,aunque no creía que ningún hombre fuera realmente a lastimar al otro. Estaban probando algo.

Los hombres se separaron tan repentinamente como habían empezado. —¿Y bien, Harberd?—dijo Bethel.

El Protector sonrió. —Puede manejarse.

Bethel gruñó con aprobación y se repantigó en su silla, con las manos entrelazadas sobre elestómago. —No, no sé quién es exactamente el que los está poniendo en peligro. Todo lo quesé es que alguien en el centro de la ciudad está lanzando maldiciones, maldiciones que escapaz de ocultar a todas excepto a las Brujas más poderosas.

Jolin se rio con nerviosismo. —Si alguien estuviera cantando maldiciones, la ciudad entera losabría.

Bethel no apartó la mirada de Lilette. —¿No es curioso que las Brujas más poderosas hayansido enviadas lejos o hayan acabado muertas?

—Envían a las Brujas más fuertes en misiones —replicó Jolin—, y los accidentes ocurren.

—¿Cuántas? —Lilette se frotó la espinilla—. ¿Cuántas han muerto?

La boca de Bethel se tensó en una línea fina. —Tres hasta ahora. Una la encontraron muertaen su cama, otra de una infección, otra simplemente desapareció.

Jolin suspiró. —Tres mujeres, Madre. Sólo tres.

—¿Y cuántas nivel siete crees que hay en la ciudad Arboleda? —preguntó Bethel en voz baja.

—Diez, puede que quince.

Page 169: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Tres se han ido —dijo Bethel—. Dos están en esta habitación.

¿Bethel era una nivel siete? Los ojos de Lilette se abrieron mucho. El silencio que siguió tomóvida propia, creciendo como una sombra después de la puesta de sol.

Han se sentó en una de las sillas, con una ligera capa de sudor en la frente. —¿Por qué? ¿Porqué llevarse a las más fuertes?

Doranna se deslizó escaleras abajo, moviéndose muy ligera para ser una mujer de medianaedad. —Es seguro —informó. Cuando Bethel asintió, la Desechada pasó junto a Harberd ydesapareció en el exterior.

—Porque las maldiciones están muy bien enmascaradas —dijo Bethel—. Sólo las más fuertespueden sentirlas.

—Es imposible esconder una canción de Bruja, Madre.

Bethel la miró. —¿Tan imposible como usar la tierra en las pociones?

Jolin no respondió. Los ojos de Lilette se abrieron mucho mientras giraba el rostro hacia suamiga. —¿Es eso lo que estás tratando de hacer? ¿De lo que tratan todos tus experimentos?

—Puede hacerse —dijo Jolin a través de los dientes apretados—. Sé que se puede. Piensa enello, un nuevo mundo de ingredientes de los que no sabemos nada. Minerales como la sal, elazufre, el antimonio... la lista no tiene fin.

Lilette se mordió el labio. —Incluso si se puede, ¿estás segura de que es una buena idea?Después de todo, mira el daño que las Brujas pueden infligir sólo con una canción.

A modo de respuesta, Jolin se apartó de la mesa y comenzó a caminar de un lado a otro.Doranna regresó con otro plato de comida, que dejó sobre la mesa. Aunque la boca de Lilettese hacía agua y su estómago estaba apretado con fuerza, no pudo incitarse a comer.

Han le dio un codazo. —¿Lilette?

Ella levantó sus ojos atormentados. —He sido envenenada antes. —Su mirada se encontrócon la de Bethel—. Creí que al fin estaría a salvo aquí.

Bethel apiló la comida en un plato y lo puso delante de ella. —Ambas vendrán a Havenconmigo. Ahí estarán a salvo.

Jolin dejó de caminar. —Yo me quedo.

Bethel tomó un delicado mordisco de un queso blanco de apariencia cremosa. —Vendrás odejaré de financiar tu investigación. Y ahí van tus sueños de convertirte en Principal de lasPlantas.

Jolin se quedó tan quiera que podría haber estado tallada en piedra, antes de subir corriendolas escaleras. Lilette se obligó a sí misma a comer. Al menos era comida con la que estabafamiliarizada: rodajas de mango, naranjas, y carambola[7], todo acompañado con queso ygalletas.

Page 170: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Había una botella de vino blanco que compartieron. El sabor afrutado combinaba bien con elqueso amargo.

Cuando todos estuvieron llenos, Doranna cubrió la comida restante con un paño y la dejó a unlado.

Bethel se puso en pie. —Las mujeres arriba. Los hombres abajo.

—Yo haré la primera guardia —dijo Han mientras se levantaba.

El otro Protector se movió para unirse a él. —Dormiremos frente a las puertas.

Bethel bostezó y subió las escaleras sin mirar hacia atrás.

Doranna se acercó a Lilette. —Yo… yo conocí a tus padres. Lo siento.

Lo único que Lilette pudo hacer fue asentir.

Capítulo 24Traducido por Brig20

No sé por qué todas las mujeres jóvenes piensan que sus madres son necias. ~Jolin

La cabeza de Lilette se sentía como una roca puesta precariamente sobre sus hombros. Apretólos dedos sobre sus sienes palpitantes. Su boca sabía particularmente asquerosa. Se puso derodillas y se impulsó hacia arriba. Su cuerpo se sentía pesado y magullado. Apenas recordósostener el dobladillo de su vestido mientras bajaba la escalera de caracol con paso pesado.

En la planta baja ya había un alboroto. Hombres anchos que sacaban cajas forradas de pajamientras Jolin se cernía sobre ellos, empujando puñados de paja entre los libros. —Asegúrense de que estén empacados en lona engrasada. El agua es veneno para los libros.Veneno absoluto. —Los hombres aguantaron las quejas de Jolin con expresiones forzadas depaciencia.

Han vio a Lilette primero. —Te ves descansada.

Jolin la miró y gruñó. —Él está siendo amable. Te ves como si hubieras sido pisoteada por unelefante.

Han disparó una mirada de advertencia a Jolin. Lilette estiró la mano para tocarse el cabello.La mitad se había soltado, así que se lo sacudió y dejó que se le secara alrededor de loshombros, en un moño todavía húmedo y desordenado. Su vestido estaba arrugado por dormircon él puesto. —Recuérdame nunca volver a beber vino. —Suspiró y se frotó los ojos con eldorso de las muñecas—. ¿Qué está pasando?

Jolin ya estaba de nuevo quejándose sobre sus libros. —Madre hizo un acuerdo con las

Page 171: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Principales. Se me permite llevar algunos de los libros de la biblioteca del centro de la ciudada cambio de volver con ella. Ya ha se ha marchado hacia Haven. Debemos seguirla lo máspronto posible.

Lilette quedó paralizada en la escalera. Toda su vida, su único sueño había sido ir a Haven,días llenos de cantos y conocimientos que había anhelado desde la infancia. Y siempre con suhermana a su lado. Ahora Sash era la cautiva y Lilette la estudiante.

Su mirada se desvió hacia Han. Nunca había imaginado que dejarlo dolería tanto. Él levantósu mano hacia ella, le cogió la mano y la sacó por la puerta principal. Terminaron detrás delárbol, en el jardín privado de su hermana, lleno de hojas y el olor de cosas que crecen.

Miró a Lilette, con ojos tan oscuros e insondables como la parte más profunda del océano. Sumirada se dirigió a su boca y ella habría jurado que sintió la presión de su mirada en suslabios. Lilette avanzó una fracción, hasta que no hubo nada entre ellos, excepto la luz del sol.Luego no hubo nada en absoluto. Sus labios estaban sobre los de ella, no reclamando, noposeyendo, simplemente deseando. Necesitando. Nunca había conocido lo lleno denecesidad que él estaba, como de oscuros y vacíos debían estar los espacios en su alma. Él labebió como si ella fuese la luz y la esperanza y él hubiera sido un hombre hambriento toda suvida.

Para Lilette, era como si su toque la dejara brillar. Como si ella hubiera sido destrozada en milpuntos de luz y él la hubiera rehecho de nuevo; la completaba.

Con un estremecimiento que lo sacudió hasta la médula, Han se apartó de ella. Apoyó sufrente contra la de ella, su respiración entrecortada. —Lilette.

Cerró los ojos mientras él decía su nombre, se sentía como si estuviera ahuecando un pájaroen la mano y estuviera a punto de liberarlo. Ella inhaló el aliento que había transportado sunombre. —Han.

—No importa lo mucho que lo intente, eres todo lo que puedo ver —murmuró.

Juntó las manos para evitar que el temblor la traicionara. —¿Dónde nos deja esto? —Ella seapartó un poco para mirarlo.

—No sé. —Han cerró los ojos—. Tú te vas a Haven, yo me voy a quedar aquí como embajadorde Harshen.

Ella asintió. —Me alegro. —Ella no le confiaría eso a nadie más.

Han vaciló y luego la besó brevemente. —Que estés bien, pequeño dragón. —Se dio la vueltay comenzó a alejarse.

Lilette lo observó, esperando a que él desapareciera de su vista antes de permitir a suspiernas ceder, se dejó atrapar por el limo[8]. No lloró. Sólo esperó a que el dolor desaparecieralo suficiente para ponerse de pie y seguir adelante.

***

Page 172: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette estaba situada en la proa, dejando al fresco viento del mar moverse sobre ella. Amedida que el sol cambiaba el color del agua de añil a cerúleo, negros e irregularesacantilados aumentaron en la distancia. Se sorprendió por su gran tamaño, tan altos queparecían cortar el cielo. El barco se dirigía hacia la media luna tallada en un lateral de losacantilados.

Detrás de ella había una ráfaga de movimiento. Desnudos de la cintura para arriba, losmarineros bajaron las velas, para frenar el barco a paso de tortuga. Lilette buscó algún tipo decanal, algún pasaje que los llevara dentro de los acantilados. No había nada.

El capitán ordenó a sus hombres dejar caer el ancla. El chapoteo fue seguido por el deslizarde cuerdas. El ancla se arrastró por el fondo del mar antes de que finalmente controlara yralentizara el barco hasta detenerse. Lilette podía sentir el buque luchando contra la fuerza delagua.

Jolin apretó las manos alrededor de la correa de la bolsa que contenía todas las semillas quehabía reunido desde su estancia en Harshen. Su rostro lucía como si estuviera mirando unatormenta furiosa.

—¿Estás bien? —le preguntó Lilette.

Jolin volteó lentamente hacia ella. —Vamos a acabar con esto.

Los marineros ya habían cargado las cajas de libros de Jolin en el bote más pequeño, peroella insistió en comprobar cada una de ellas, y revisó dos veces las cuerdas alrededor de lalona engrasada. —¿Están seguros que están en doble bolsa? Algunos de estos libros son decasi trescientos años de antigüedad.

Galon le sonrió, y Lilette tuvo que apartar la mirada de las pecas que cubrían su pecho. Habíasido asignado como su Protector en Haven. Su nariz era un poco grande, sus nudillos llenosde protuberancias, pero había algo tan inefablemente feliz en él, que Lilette no podía evitar quele agradase.

—Sí, Guardiana. Podría tirarlos por la borda ahora y no estarían en peor estado por eldesgaste.

Jolin se enderezó como si la hubiese abofeteado. —¡No vas a hacer tal cosa!

Él se rio entre dientes. —Por supuesto que no. El punto es que podría hacerlo.

Jolin apretó los puños en sus caderas, obviamente, preparándose para lanzar un latigazo conla lengua.

Lilette apoyó una mano en su brazo. —Jolin, está bromeando.

—Oh. Bueno, siempre que él mantenga sus manos lejos de mis libros.

—No creo que sea ahí donde él quiere poner sus manos —murmuró Lilette.

La sonrisa de Galon se amplió. Agarró por la cintura a Jolin y la levantó fácilmente hacia el

Page 173: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

bote. Ella gritó de sorpresa. Él se impulsó a sí mismo para subir junto a ella y tendió una manopara ayudar a Lilette.

Ella la tomó a pesar de que no la necesitaba. —Nunca te di las gracias por salvarme enHarshen.

—Tú nos salvaste a cambio, así que supongo que estamos a mano. —Le guiñó un ojo.

Se estiró más allá de Jolin para agarrar un remo fuera de lugar. Ella se tensó al tener su pechodesnudo presionado contra el brazo, y Lilette resistió el impulso de reírse. Antes de sentarse,tropezó con una especie de cuña clavada en la base de la embarcación. Se volteó para mirardetrás de ella, entrecerrando los ojos a través del brillo de la luz que se reflejaba en el agua. —¿Cómo pasaremos a través de esas paredes?

Una sonrisa cruzó el rostro de Jolin. —Ya verás. —A Lilette no le gustó ese brillo travieso ensus ojos.

Los marineros terminaron de cargar los suministros al bote y los fijaron con cuerdas, lostendones de sus músculos se resaltaban en sus brazos por el esfuerzo. El mismo capitánverificó la estabilidad de cada caja. ¿Por qué necesitan estar atadas tan fuerte? pensó Lilettecon inquietud.

Tres marineros más entraron en el bote… ninguno de ellos traía camisa. Jolin se tensó cuandootro marinero con el torso desnudo se sentó a su lado. Otro se paró frente a Lilette. —Ese es mitrabajo, Bruja novata. —Señaló el remo en la mano de Lilette.

Ella resopló con indignación. —Puedo hacerlo.

—Por supuesto que puedes. Pero no es tu trabajo, es el mío. Tienes un papel diferente quedesempeñar.

Con un resoplido, Lilette entregó el remo y se deslizó hasta el centro de la banca. Los cuatromarineros recogieron los remos. El bote fue bajado por una serie de poleas, los marineros sealinearon para liberar la cuerda de amarre al mismo tiempo.

El bote se instaló pesadamente en el agua. Los marineros se atrincheraron con los remos, susmovimientos perfectamente sincronizados como en un baile. Más botes llenos de suministrosfueron bajados en el agua después de ellos.

Lilette observó cómo la mirada de Jolin viajaba por la complexión robusta de Galon, mientrasse mordía el labio inferior. Él se volteó a tiempo para darse cuenta de su evaluación, y unalenta sonrisa se extendió por su cara. El rostro de Jolin enrojeció casi del mismo rojo de sucabello. Lilette rio en voz alta. Jolin la fulminó con una mirada asesina. Tan pronto como Galonvolvió a girarse, ella murmuró algo que parecía: —Voy a matarte. —Lilette rio más fuerte.

Los marineros dejaron de remar y se concentraron en evitar que el bote se fuera a la deriva.

—Ahora hay que ponerse de pie y cantar —dijo Jolin, con una mirada de suficiencia en elrostro.

La sonrisa de Lilette se desvaneció. —¿Por qué?

Page 174: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin revolvió su bolsillo y sacó un pedazo de partitura. —Va a ser una buena práctica.Además, eres mejor cantora que yo.

Lilette tomó la partitura y rápidamente la examinó. Llenó sus pulmones y su voz resonó.

Les pido, oh, plantas hermanas del mar,

Llévenme al lugar que sólo las Brujas pueden mirar.

Las palabras resonaron en los acantilados, sumándose un coro misterioso. Mientrascomenzaba su tercera repetición, vio algo blanco resplandeciente bajo las olas. Sin dejar decantar, Lilette se inclinó hacia delante para no perder detalle. Pero la imagen fuerepentinamente borrada por una gruesa cuerda de color verde. Mientras la última nota seapagaba en su lengua, cuerdas de algas se dispararon desde abajo y empezaron a tejersealrededor del barco.

Una mano fuerte tiró de ella hacia abajo. —¿Esta es tu primera vez? —preguntó Galon. Ensilencio, ella asintió. Él dijo una maldición y le metió la mano en el lazo de cuero en el asiento.Ella no le había prestado ninguna atención antes—. Aférrate a esto.

La agarró, demasiado confundida y asustada como para discutir. Él agarró su pierna y apretólos dedos de sus pies en la cuña de cuero que había sido atornillada a la cubierta. Con la queella había tropezado antes. Él le guiñó un ojo. —Espera. Esta es la parte divertida.

Finalmente encontró voz para preguntarle qué quería decir, cuando la última de las algas lossumió casi en la oscuridad y el bote de repente se volcó. Medio momento demasiado tarde,Lilette se tensó, y sus dedos se clavaron en la cuña. El marinero agarró su hombro paraestabilizarla. De repente estaba todo casi silencioso. Las algas sobresalían hacia dentro hastacasi presionarse contra su rostro, el agua goteaba a través las hojas. Sus oídos de repentedolían tanto que no podía pensar más allá del dolor.

—Trata de sonarte la nariz, pero pellízcala cerrada —le dijo Galon a Lilette. Ella no entendió,pero lo intentó de todos modos. Sus orejas se destaparon y el dolor se fue por un momentoantes de volver.

—Sigue haciéndolo —dijo alentador. Jolin agarró su bolso y murmuró algo acerca de ideasestúpidas.

—¿Vamos a morir? —susurró Lilette.

—Hoy no —respondió Galon demasiado brillante.

De repente, estaban subiendo… mucho, mucho más rápido de lo que habían descendido. Elbote irrumpió sobre la superficie, y las algas se deslizaron lejos.

Lilette yacía contra el banco, su vestido húmedo con agua de mar. Donde sea que estuvieran,era iluminado y olía a rocas húmedas y humo. Por encima de ella había un techo arqueado,negro de hollín.

Page 175: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Galon se sentó, con una amplia sonrisa en el rostro. Él y los otros marineros empezaron aremar. Lilette se quedó dónde estaba.

Jolin comprobó las semillas en su bolso antes de voltear con un suspiro de alivio. Se echó areír al ver la expresión en el rostro de Lilette. —Soy una mal amiga.

—Sí lo eres.

—Ahora puedes soltar los amarres.

Lilette obligó a relajarse sus doloridos dedos. Se los frotó y tuvo sensación de nuevo en ellos yliberó su pie de la cuña. —¿Por qué no me lo dijiste?

Jolin sonrió. —Porque así no habría sido tan divertido.

Lilette respiró profundo para recordarse a sí misma que no se estaba ahogando y se obligó amirar a su alrededor. Estaban en una cueva, pero no era un agujero irregular en la ladera deuna montaña. Esta era elegante y circular, con un techo arqueado y ennegrecido, sostenidopor gruesas columnas. Las antorchas chisporroteaban en soportes en las paredes, triángulosde hollín detrás de ellos. Agua explotó detrás y otra embarcación irrumpió en la superficie.

Los marineros remaban perfectamente llevando el bote hacia el muelle, donde unasDesechadas esperaban para amarrarlos. Al verlas, Lilette pensó en Doranna y otras como ella.Tratar a las mujeres como sirvientas, simplemente porque no podían cantar—no estaba bien.

Tres marineros comenzaron a descargar el barco. Galon ofreció a las mujeres una mano. Jolinse sonrojó de nuevo y le permitió ayudarla a salir, luego se apresuró a comprobar sus libros.Lilette no estaba tan ansiosa de desembarcar. Echaba de menos el mar. Resoplando, tomo lamano de Galon.

Él la acomodó en el muelle y se acercó más. —¿Son estudiantes?

Un poco perpleja, ella asintió.

Él hizo un sonido de refunfuño. —Bueno, entonces, adiós. —Subió una caja a su hombro y semarchó.

—¿Qué fue eso? —preguntó Lilette en voz alta.

—¿Es una pregunta retórica, o te gustaría una respuesta?

Lilette saltó y se volteó para encontrar a Jolin detrás de ella, hojeando un libro en sus manos.—¿Qué?

Jolin levantó la ceja. —¿Era una pregunta retórica, o te gustaría una respuesta?

—Eh, creo que me gustaría una respuesta.

—Las estudiantes en Haven tienen prohibido el contacto con los hombres. Sino fueses unaestudiante, él probablemente habría pedido cortejarte.

—¿Cortejarme?

Page 176: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Mientras Jolin se volteaba para observar a Galon dirigirse hacia la entrada de la cueva conuna caja en el hombro, una mirada decepcionada cruzó su rostro. —El ritual en el cual loshombres y las mujeres se enamoran… o no —dijo con nostalgia—. Él quizá te habría llevado acenar. O a algún tipo de actividad jovial. Después de una cantidad suficiente de cortejo, tehabría pedido que te casaras con él.

—Me preguntó acerca de ambas, no sólo de mí —respondió Lilette—. Y tú eras a quien leestaba sonriendo.

Jolin enlazó las manos detrás de la espalda. —Estoy segura de que estás equivocada. Yo sélo que soy, y sé lo que no soy. Atractiva a los hombres no es una de mis más valiosascualidades. —No miró a Lilette a los ojos.

Jolin chasqueó los dedos a los marineros. —Síganme. —Se dirigió hacia la salida de la cueva,con la cabeza bien alta y la espalda recta.

Sabiendo que todo era una actuación, Lilette recogió de golpe su pequeño bolsa y corrió trasJolin. La bolsa contenía un único vestido de repuesto de Lilette y su bolsa de joyas… le habíaregresado la armadura y la ropa a Han.

Salieron del sótano plomizo y emergieron, parpadeando, a la luz. Lo primero que sorprendió aLilette era el parecido que tenía con la ciudad Arboleda. Había el mismo derroche de colorverde… de los brotes pálidos de césped nuevo o el casi negro de las plantas escondidas enlas sombras. Pesado por el agua, el aire llevaba el olor de cosas que crecen. Plantas crecíanen la parte superior de otras plantas, encimadas con plantas, y se arrastraban hasta losárboles. Musgo crecía en el suelo fangoso, pero se había colocado un camino de grava sobreél. Éste serpenteaba a través de la vegetación, entre árboles que eran bajos y robustos encomparación con los de la ciudad Arboleda. No había puentes arqueados entre balcones. Aunasí, ventanas titilaban de entre las curvas de la corteza, y las puertas a dos aguas reforzadasestaban dispuestas entre las raíces.

—Son una especie diferente —respondió Jolin a la pregunta sin formular de Lilette—. Ayudé adesarrollarlos.

Lilette miró boquiabierta con asombro a su amiga. Jolin levantó la palma de las manos. —¿Qué?

—¡Creí que eras una pocionista!

—Tengo un profundo conocimiento de la composición de casi todas las plantas conocidas. Noes tan difícil pasar de utilizar una planta para una poción, a cambiar las propiedades entre lasplantas.

Habían llegado a un árbol. Jolin sacó una llave y abrió la puerta. Dentro había una mesa y unfogón. El resto del espacio estaba cubierto de botellas, ollas y vasijas de barro. Todas llenos arebosar, pero meticulosamente etiquetadas. —¿Vives aquí? —preguntó Lilette.

Los hombres les siguieron al interior y depositaron las cajas de libros al lado de la ampliaplataforma antes salir de nuevo arrastrando los pies. Jolin ya estaba depositando lospequeños sacos de semillas de su bolsa en vasijas de barro con tapa de corcho. —Obviamente.

Page 177: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Doranna apareció en la puerta. Esperó a que el último de los hombres abandonara el lugarantes de cerrar la puerta tras ellos.

—¿Dónde está mi madre? —le preguntó Jolin.

Doranna tomó las vasijas, sumergió un pincel en tinta, y comenzó a etiquetarlas. —La últimavez que la vi, ella se dirigía hacia el lado suroeste de la isla. —Su mirada se dirigió a Lilette—.Debes evitar ir a alguna parte cerca de los acantilados. Aquí las caídas de rocas puedensuceder en cualquier momento.

—¿Cuándo fue la última vez? —preguntó Jolin.

Doranna se encogió de hombros. —Han pasado semanas.

—¿Tan mal?

—Lo estamos manejando.

Lilette miró entre las dos. —¿Qué está mal?

—A veces ella es un poco... volátil —respondió Jolin.

Lilette cambió su bolsa a la otra mano. —¿Quién?

Jolin la miró a los ojos. —Mi madre. —Ella se trasladó para comenzar a apilar los libros en losestantes.

—Oh, entiendo —dijo Lilette, aunque en realidad no lo entendía.

Doranna todavía estaba trabajando en las vasijas. —Lilette, se me ha pedido que te informe delas reglas. No puedes salir de Haven sin permiso de la directora. Debes estar en tushabitaciones antes de que oscurezca completamente. Llamas abiertas sólo se permiten enlámparas de tornillo, que deben ser apagadas cuando salgas de la habitación; excepto,obviamente, la que lleves para encender otra.

Jolin casi había terminado con los libros.

Doranna giró todas las vasijas con las etiquetas enfrente. —Haven es un círculo casiperfecto… por lo que todos los caminos conducen eventualmente al centro de la isla. Casi todolo importante está alrededor del círculo: el árbol de la directora, el pabellón de los alimentos, labiblioteca.

—Los estanques para bañarse están en los acantilados opuestos a la entrada. Debido a quelos hombres no están autorizados a vivir en la isla, los estanques están al aire libre.

Doranna dio un paso al lado de Jolin y empezó meticulosamente a ordenar alfabéticamentecada título. —Se sirven tres comidas al día en el pabellón. Si te olvidas de una, por lo generalhay cestas de fruta, pan y queso, que puedes tomar en cualquier momento siempre que no losdesperdicies.

—Debes registrarte tan pronto como te hayas instalado. —Hizo un gesto a la cesta tejida cercade la puerta—. Deja tu ropa en la canasta y veré que sea lavada y devuelta la noche siguiente.

Page 178: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Tu árbol se limpia por las mañanas.

Lilette hurgó en el caos de pociones, semillas, hierbas y cestas de rocas. —¿Cómo puedesencontrar alguna cosa en este lío? —Levantó una botella con un líquido de color topacio.

—¿Lío? —Jolin le arrebató la poción de la mano—. Sé exactamente dónde está todo, así quesi no te importa, no toques nada. —Ella dejó la botella con cuidado.

—¿Qué es eso?

—Yo lo llamo ioa. —La voz de Jolin se llenó de tristeza—. Puede cambiar a una persona en unpez.

Los ojos de Lilette se agrandaron. —¿Por qué querrías ser un pez?

—Eso fue lo que dijeron las Principales. Sin embargo, un par de viales fueron robados, poruna Bruja que quería convertirse en Principal de las Plantas. Los resultados fueron... pocofavorables. Después de eso, me trasladaron a la isla… es más seguro. También comencé adejar fuera uno de los ingredientes claves en cada una de mis pociones.

—Poco favorables, ¿cómo?

Jolin respiró profundo. —Unas pocas decenas de personas están atrapadas en algunaespecie de mitad persona, mitad pez. Su piel se volvió de un verde moteado, su esqueletocambió, una membrana creció entre sus dedos, y sus dientes se volvieron puntiagudos.

A pesar de que sabía que no había derramado la pócima en sus manos, Lilette se las limpió enel vestido.

—Las Principales no me permitirán probarlo en ninguna otra persona, y esa Bruja fuedesterrada —continuó Jolin—. El pueblo de peces fue llevado a vivir en una isla más al sur. Sehacen llamar mettlemot. Al parecer, son buenos pescadores. —Ella se rio de su propia broma.

Al ver la expresión de Lilette, rápidamente se puso seria. —Estoy convencida de que la pociónes correcta. Es el método de transferencia lo que está mal. Mi teoría es que se debe aplicar enla línea meridiana del cuerpo para la reversión de los efectos. Pero no puedo probar nada deesto.

La boca de Lilette se secó repentinamente.

Jolin levantó las cejas. —Por lo tanto, si no te importa, no toques nada. —Abrió la puerta a otrahabitación—. Vamos, Doranna.

—¿Es así como me hablas, chica?— Doranna continuó desempacando los libros ycolocándolos en los estantes.

—Me disculpo —suspiró Jolin—. ¿Podrías prestarme tu ayuda?

Lanzando una mirada de pesar al resto de los libros sin desempacar, Doranna se situó juntoLilette y volteó la poción de ioa con su etiqueta al frente. —¿Y?

—Muchas gracias por tu invaluable servicio —gruño Jolin.

Page 179: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Le voy a enseñar algunos modales aunque sea la última cosa que haga —dijo Doranna aLilette con una sonrisita.

Lilette echó un vistazo a las macetas y plantas antes de que se cerrara la puerta detrás deellas. Estudió el caos organizado que la rodeaba y se dirigió hacia la única otra puerta en lahabitación. Detrás de ella estaba una única cama; lo que esperaba fuese remediado antes delanochecer. Si no, estaría durmiendo en el suelo, y ya le habían llegado a gustar las camas.

Las paredes estaban cubiertas de estanterías de libros. Lilette sacó su vestido de repuesto y locolgó en una clavija adicional, entonces escondió su bolsa de joyas detrás de un libro llamadoLa hibridación intraespecífica, escrito por Jolin Lyon. Con ojos muy abiertos, Lilette sacó ellibro del estante. Se acercó a la puerta trasera y la abrió para preguntar a Jolin sobre el libro.Lo que Lilette había pensado era una habitación, en realidad era un jardín encerrado entrevidrios; un jardín con cientos de macetas y plantas. Jolin y Doranna estaban plantando lassemillas de Harshen en grandes ollas de barro.

—¿Tu escribiste esto? —Lilette le tendió el libro.

Con las manos enterradas en el suelo, Jolin levantó la mirada. —Hace unos pocos años. LasGuardianas han sabido durante mucho tiempo que al cruzar dos plantas, si cada una tiene unacaracterística deseable, podríamos crear una nueva planta con ambas características.

—¿Así que lo escribiste cuando tenías cuanto, doce años? —Lilette hojeó varias páginas.

—Trece, creo. No podía encontrar un libro que documentara todos nuestros resultados, así queescribí uno.

—¿Cuántos otros has escrito?

Jolin pensó por un momento. —Quince o algo así. Es difícil hacer un seguimiento.

—Eres realmente muy brillante, ¿verdad? —dijo Lilette, más para sí misma que para cualquierotra persona.

—Obviamente —dijo Jolin.

—¿Por qué no me dijiste todo esto?

Las manos de Jolin quedaron inmóviles y miró hacia arriba. Y de repente Lilette entendió.Durante toda su vida, la gente la había tratado de forma diferente debido a su belleza, y ahorasu voz. Habían hecho lo mismo con Jolin por su brillantez. En pocas palabras, las personasestaban intimidadas por ello, o resentidas, o se sentían atraídos hacia ella por todas lasrazones equivocadas. Lilette se dio cuenta que tenía mucho en común con Jolin. —Gracias pordejar que me quede contigo —dijo en voz baja.

Jolin pareció aliviada. —Sólo porque necesito a alguien que cante para mis pociones.

Las comisuras de la boca de Lilette se arquearon. —Mmm.

—Es cierto. Ahora devuelve ese libro a su lugar y haz uso de esa voz ridículamente bonita quetienes para ayudarnos a hacer crecer estas.

Page 180: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette devolvió el libro y salió al jardín, los olores de la tierra húmeda y verdor amplificados porel vidrio. Le recordó a las selvas alrededor de Calden, y sintió una punzada de tristeza.

Jolin y Doranna habían colocado docenas de ollas, las cuales Jolin ya había plantado consemillas. Doranna abrió el tarro de pintura negro y sumergió el pincel. Añadió agua antes deagacharse para pintar en la etiqueta letras perfectas.

—Ella tiene su primera clase —increpó Doranna.

Jolin desechó la preocupación de la mujer con la mano. —Esto va a ser mucho más educativoque sentarse en una clase de identificación de plantas.

Lilette cantó, y pronto docenas de semillas habían germinado y crecido hasta convertirse enplantas maduras. Alrededor de ellas, las plantas ya existentes se estiraron y ensancharon ysusurraron. Lilette se maravilló de la potencia de su voz.

—Esto.

Lilette se giró para encontrar a Bethel de pie detrás de ellas, una semilla del tamaño de unapiedra pequeña en su palma. —Esto es lo que has estado buscando.

Jolin no miró a su madre. —¿Cómo lo sabes?

Bethel puso la semilla sobre una mesa. Esta rodó un poco antes de detenerse. —No sabía loque estaba buscando hasta que lo encontré.

Bethel se giró y se fue sin decir adiós. Jolin no se molestó en reconocer que su madre se habíamarchado. Recogió la semilla y la acercó a la luz.

Capítulo 25Traducido por Brig20

Todo estaba conectado, se formaron vínculos y los eventos ocurrieron exactamente cuándo seles necesitaba. Sólo después fui capaz de verlo claramente. ~Jolin

Tan pronto como Bethel se fue, Jolin estrelló en la mesa su paleta para tierra y apoyó losbrazos sobre la mesa, con los ojos apretados.

Doranna levantó la mano como para consolarla, luego pareció pensarlo mejor. —Estuvopreocupada mientras no estabas. Continuamente venía a tu árbol y miraba fijamente la puerta.Simplemente no es muy buena para demostrar que te ama.

Jolin dejó escapar una risa crispada. —¿Amarme? La única cosa que ama es a la tierra. —Comenzó a reordenar las ollas.

—Jolin... —comenzó Lilette.

Page 181: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin se limpió las manos sucias en su vestido. —Ahora entiendes por qué tengo maldesarrolladas las sutilezas sociales. —Hizo un gesto en la dirección en que su madre se habíaido—. Mira lo que he tenido por ejemplo.

—Jolin —dijo Doranna con un toque de advertencia.

Lilette había visto cómo la gente miraba a Bethel. —No entiendo.

Jolin se quedó inmóvil durante un momento. —Mi madre siempre ha sido paranoica… ella estáconvencida de que la ciudad Arboleda está al borde del colapso. Es por eso que construyó lasmurallas a su alrededor. Es por eso que construyó Haven en una isla de acantilados en mediodel mar.

—¿Tu madre… ella los hizo? —Lilette inhaló—. Entonces... ¿por qué no es ella la Principal dela Tierra? Sin duda, nadie es más fuerte.

—Ella las rechazó. —Los hombros de Jolin se hundieron con el peso que debía haber llevadocon ella todos los días de su vida, de quien vive bajo la sombra de los logros de su madre—.Se le ofreció a ella, a pesar de que está rabiosamente loca, mientras yo creo una maravilla trasotra, y nunca es suficiente. —Se limpió la cara, manchándose la frente—. Y ahora sabes porqué no lo menciono.

No era de extrañar que Jolin no pensara que escribir un libro a los trece años era un granlogro. —Lo siento —dijo Lilette.

—Trae las notas, ¿quieres? —preguntó Jolin a Doranna—. Empezaremos la hibridación de lasplantas inmediatamente. —Después que Doranna hubiese dejado la habitación de las plantas,Jolin fijó los ojos húmedos en Lilette—. No soy mi madre. Nunca lo seré.

Lilette inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Por qué querrías serlo?

Jolin gruñó, pero su comportamiento parecía más ligero. —Ayúdanos a cruzar algunas deestas plantas, y luego será mejor que te reportes para las clases.

Lilette se acercó a su lado. —¿Qué estás haciendo exactamente?

Jolin regó las semillas que su madre había señalado. —La única razón por la que fui aHarshen fue para reunir semillas nuevas. Hay volúmenes enteros de información registradasobre plantas mezcladas con otras plantas para crear pociones, pero casi nada sobre lasplantas mezcladas con componentes como el metal y la piedra.

Lilette levantó una ceja. —¿De qué sirve mezclar pociones con rocas?

—¡De eso se trata! —Jolin agitó la mano en el aire, la pluma silbó a través del aire—. Nadie losabe. Imagínate si pudieses hacer una espada irrompible. Mezclar ciertos compuestos paracrear una explosión. ¿Y si pudiésemos despertar las rocas, así como lo hicimos con lasplantas? ¡Podríamos construir ciudades enteras!

Lilette parpadeó. —Tienes tierra en la frente.

Jolin no se molestó en frotársela. —El punto es, no sabemos las posibilidades. Cualquier cosapuede pasar. ¡Es tan emocionante!

Page 182: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette cantó hasta que estuvo ronca. Doranna categorizó cuidadosamente las nuevas plantas,y luego ella y Jolin comenzaron a documentar las características de cada planta.

—No te voy a necesitar de nuevo hasta que tenga mis resultados —dijo Jolin a Lilette—. Bienpodrías ir a clases.

La inquietud se agitó en su vientre. —No sé a dónde ir.

Doranna giró la cabeza y se frotó el cuello. —Yo la llevaré y traeré algo de comer.

Jolin hizo un sonido que podría haber sido interpretado como conformidad.

—No mezcles esas macetas antes que tenga la oportunidad de etiquetarlas —dijo Doranna,luego comenzó a salir sin esperar a ver si Lilette la seguía—. La isla está dividida en cuatrosecciones, cada una dedicada a uno de los elementos: tierra, agua, plantas, y luz.

Lilette estudió sus alrededores. —¿Por qué hay tantos pabellones abiertos? ¿No les preocupala lluvia?

Doranna le dirigió una mirada extraña. —¿No te has dado cuenta?

Lilette desaceleró mientras recordaba que sólo llovía por la noche. —¿Las Guardianascontrolan todo?

—Todo. —La voz de Doranna estaba mezclada con amargura.

Se detuvieron en un gran pabellón cubierto de vides fragantes. Debajo había bancos y mesaslargas. El olor a guiso de pescado llenaba el aire.

—Come algo —dijo Doranna—. Luego te pasas por ese árbol. —Señaló uno no muy lejos dedonde estaban sentadas—. Te darán tu horario.

Lilette tomó un plato de guiso, que parecía un revoltijo congelado, junto con un poco de pan yfruta. Comió rápidamente. En el árbol recibió un horario y una Desechada fue asignada parallevarla en un recorrido. Lilette se maravilló de la gran variedad de libros en la biblioteca, y lasaguas claras y azules del estanque para bañarse, que se alimentaba de un estanquesubterráneo climatizado y una cascada fría que caía de los acantilados.

—¿De dónde viene el agua? —preguntó Lilette mientras estiraba el cuello para ver la partesuperior de los acantilados.

La Desechada sonrió. —Bethel lo hizo… de alguna manera el agua viene desde el interior delos acantilados.

Sash se había bañado en ese estanque, caminado estos senderos, estudiados en estospabellones. Lilette había deseado venir a Haven toda su vida. Pero ella lo daría todo a cambiode mantener a su hermana a salvo.

Se le mostró donde eran sus clases: árboles o pabellones llenos hasta el tope con niñas, todasmás jóvenes que Lilette. Su horario incluía Pociones, Estudios de la Tierra, Canto, e inclusouna clase de Estudios Políticos. Lilette se resistió a esa. —¿Por qué tengo que aprender lassutilezas de la política?

Page 183: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Los horarios de clases están enfocados al potencial de una Bruja —contestó la Desechada.

—¿Qué hay de lo que yo quiero?

—Las Aprendices tienen más opciones.

Lilette hizo una nota mental para progresar a través de sus clases lo antes posible.

La chica dejó a Lilette en su última clase, que, por supuesto, estaba llena de chicas jóvenes.Se le dio un libro y un tablero de pizarra para sus notas. Sintiéndose un poco humillada,encontró un asiento vacío, pero por supuesto la silla y el escritorio eran demasiado pequeñospara ella. Aun así, trató de escuchar la lección. Las otras Brujas novatas parecían un pocointimidadas, ya sea por la diferencia de edad, la fuerza de la canción de Lilette, o su breveperíodo como Emperatriz, Lilette no estaba segura. Tal vez los tres.

Cuando regresó a la casa, Jolin estaba inclinada sobre un mortero, molía algo que olía comouna hierba que crecía alrededor de los gallineros en la isla de Lilette. Doranna estaba ocupadagarabateando en algún pergamino.

—¿Descubriste algo? — preguntó Lilette a Jolin.

Jolin se frotó el cuello. —Hay un montón de cosas. Doranna ha estado registrando nuestrosresultados durante todo el día.

Lilette se acercó a la mesa y cogió una taza de madera, luego la llenó con agua de una jarra ytomó un trago. —Ella me tienen... —Su voz se desvaneció en la nada mientras el mundoparecía retorcerse y punzaba como un animal en agonía. La taza se deslizó de sus dedos,cayendo con estrépito en el suelo.

—¿Lilette? —La voz de Doranna sonaba muy lejos.

Lilette se agarró contra la mesa, con los ojos cerrados mientras algo aceitoso y oscuro parecíaestancarse en sus entrañas.

De repente, Doranna estuvo a su lado. —Jolin, algo anda mal con ella.

Al abrir los ojos sintió demasiada estimulación, por lo que Lilette los mantuvo cerradosmientras Jolin y Doranna la guiaban hasta una silla.

—¿Qué es? —preguntó Jolin.

Lilette acunó la cabeza en sus manos. —Es como si me estuviese muriendo, sólo que no. —Pero eso no era correcto—. No, es más como que una parte de mí se está muriendo o estásiendo torturada.

Jolin inhaló profundamente. —Puedes sentirlo, ¿no?

—¿Sentir qué?

—Hay muy pocas Brujas que están tan estrechamente ligadas a los elementos que puedensentir su discordancia. —Doranna sonaba triste.

Page 184: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Es tu sentido de Bruja —explicó Jolin—. Estás sintiendo la manipulación de los elementos.Se siente erróneo, porque lo es.

—Me he sentido así antes. —Lilette se humedeció los labios—. Cuando Sash y las demáscantaron su maldición. Pero no fue tan malo.

—Ahora más Brujas están cantando. Es más fuerte —dijo Jolin.

Lilette finalmente se atrevió a abrir los ojos. —Eso es lo que es esto, ¿cierto? La ciudadArboleda está cantando una maldición. —Sus pensamientos corrieron de su hermana, a suisla, a toda la gente que había conocido, aunque fuera por un momento, mientras estuvo enRinnish. Se apartó de la mesa y se dirigió hacia la puerta.

—¿A dónde vas? —preguntó Jolin.

—No puedo sólo quedarme aquí sentada. —Empujó los pies dentro de sus botas.

—¡No puedes detenerlas! —Doranna se movió para seguirla—. Nadie puede.

Lilette no miró atrás. —No. Quiero estar sola.

Doranna agarró una capa colgada en la pared. —Por lo menos toma esto. Si estás fueradespués de caer la noche, estarás bajo la lluvia.

Lilette se la colgó al hombro. Haciendo caso omiso de los senderos, caminó a la derecha porel barro de Haven. Por ahora, el cielo se había oscurecido, el otrora brillante azul cubierto poruna película de sombras. Finalmente se encontró en la base de los acantilados, con el corazónacelerado. Deambuló alrededor, desesperada por un camino para subir. Por fin, lo encontró.Junto a una de las cascadas, había unas escaleras en zigzag hacia la parte superior de losacantilados. Arremangándose el maldito vestido, empezó a escalar.

En el momento en que alcanzó la cima, estaba sin aliento y las piernas le dolían. Una brisa demar le barrió el pelo detrás de la cabeza. El cielo se había oscurecido a un turquesa profundo,dejando una mancha de color naranja donde el sol se había convertido en brasas. Otra mujerestaba parada en el borde del acantilado.

Reconoció la postura de la mujer, su largo cabello gris. Lilette se movió para estar a su lado,mirando las olas que se batían contra la base de los acantilados, como buscando una manerade entrar. —Bethel.

—Me preguntaba si vendrías.

—¿Cuál es la maldición? —No era una para hundir la isla. No podía ser.

Bethel cerró los ojos y murmuró coordinada con el retorcido ritmo: —Las lluvias cesen, vientosaquietar, el suelo endurezca, semillas a matar. —Había hablado en kalarian en lugar dellenguaje de las Creadoras, de manera inquietante sus palabras hacían eco de la discordancia.

A pesar de que no estaban hundiendo la isla de Harshen, Lilette pensó en los jardines yhuertos atrofiándose, y no pudo respirar. Con algunos de los hombres muertos, para su pueblosería difícil sobrevivir del mar. Y Sash sufriría por esta maldición, junto con todos los demás.

Page 185: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La expresión de Bethel era dura. —Esto va en contra de todo lo que nos pusieron a hacer aquí.Es maldad.

—Fue mi idea —dijo Lilette bajito—. ¿Cómo pude sugerir eso tan despreocupadamente?

—Las Principales ya planeaban hacerlo. —Bethel respiró profundo—. Lo que el Emperadorhizo fue un acto de guerra.

Las nubes rodaban desde el oeste. Una brisa fresca subió, enfriando el sudor en la piel deLilette. Se preguntó dónde estaba Han, lo que estaba haciendo. Si la echaba de menos tantocomo ella lo echaba de menos a él.

Y luego miró más hacia el este, hacia Harshen, y se preguntó si Sash aún estaba viva. Siestaría herida o lesionada o asustada. —¿Cuánto tiempo más va... a seguir este canto? —preguntó Lilette.

—Si el Emperador no obliga a sus cautivas a contraatacar… no por mucho tiempo. Si él lohace… —Bethel se encogió de hombros— podría seguir durante días.

Lilette se abrazó a sí misma. —¿No simplemente se cancelarían las unas a las otras?

—Esperemos que eso sea todo lo que suceda. —Bethel se quedó en silencio por un momento—. Lo que no puedo entender es qué papel juegas tú en todo esto.

—¿Qué quiere decir?

Bethel estudió las luces lejanas de la ciudad Arboleda. —Todos nosotros somos sólo piezasen el tablero, Lilette.

Lilette tragó saliva. —Tal vez deberíamos volver. Es tarde.

—No me digas que no lo ves. Fuiste retenida fuera del juego, y luego apareces justo cuandose están haciendo los movimientos finales.

—No creo…

La mano de Bethel serpenteó para agarrar el antebrazo de Lilette. —¿Qué te dijo ella quedebes hacer? ¿Para qué estás aquí?

Lilette se quedó inmóvil. —¿Ella?

—Tu madre.

El aliento de Lilette se atoró en su garganta.

La mirada de Bethel se estrechó. —Estaba en lo cierto. Ella te ha buscado.

Lilette respiró… repentinamente se había olvidado de respirar. —Me dijo que salvara a los quepudiera. —Lilette se mordió el labio inferior entre los dientes—. Ya hice lo que me pidió.

La mirada de Bethel se encontró con la suya. —¿Lo hiciste? —Su mirada reveló suincredulidad.

Page 186: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette extendió las manos en un gesto de impotencia. —Las Brujas son el poder más fuerte enla tierra. ¿Cómo podrían caer?

Bethel se burló. —Todo cae. —Se volteó y comenzó a alejarse—. Ven. Tengo algo que nospermitirá dormir un poco.

Lilette miró anhelante hacia el sonido de la canción. Se sentía un error permitir que continuara,pero seguramente la presión forzaría a Chen a liberar a Sash y las otras. Era mejor que unaguerra. Mejor que el que las Brujas enviaran el mensaje de que cualquier gobernante queintentara utilizar a las Brujas como armas sufriría hambre hasta que fueran eliminados por supropia gente.

Mientras Lilette hacía el camino de regreso, los cielos se abrieron y la lluvia cayó. Se colocó lacapa sobre los hombros y levantó la capucha. Bethel no tenía una capucha, ni pareciópreocuparle la lluvia. Caminaron con dificultad por las escaleras resbaladizas y a través delbosque húmedo, parando en un árbol no muy lejos de la casa de Jolin. El interior olía aminerales; como una cueva, en lugar de resina de árbol. Rocas cubrían el suelo.

Bethel abrió un armario de botellas verdes polvorientas y rebuscó. —Ahora, si tan sólo pudierarecordar dónde está el tónico para dormir.

—Ah. —Sacó una botella y levantó un dedo—. Un trago. Dos, y no serás capaz de despertaren la mañana. Tres, y no serás capaz de despertar para nada. —Lo puso en las manos deLilette, pero no lo soltó hasta que ella asintió en acuerdo.

Lilette se dirigió a la oscuridad más allá de la puerta, pero se detuvo en el umbral y se volvió.—Y esta... sensación… ¿tiene un nombre?

Bethel miró a Lilette. —Oh, sí. Se llama hasacre. —Inclinó hacia atrás su propia botella y luegose limpió los labios con el dorso de la mano.

—¿Cómo lo sobrellevas? —La voz de Lilette salió casi como un susurro.

Bethel frunció el ceño. —No lo haces.

Capítulo 26Traducido por Yann Mardy Bum

Lilette nunca fue tan feliz como durante el tiempo que pasó en Haven. Dormía bien y estaballena de tranquila satisfacción. ~Jolin

La hasacre siguió todas las noches durante la semana siguiente. A pesar de que dejaba aLilette débil y adormecida al día siguiente, tomaba un trago de la poción para dormir todas lasnoches. No sólo aliviaba la sensación de retorcido e incorrecto en su interior debido a lahasacre, sino también el dolor en su corazón por su hermana y su soledad por Han.

Page 187: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La habitación prácticamente sudaba cuando Lilette entró, incluso con las ventanas abiertaspara que entrara la brisa. Apoyó la bandeja del almuerzo y colocó el contenido sobre la mesa.

—Hoy, tenemos una sorpresa: pescado. En este caso, milanesas de pescado, con un poco dericoguac. —El ricoguac era rojo como un tomate y sabía a calabaza—. Y frutas.

Doranna tomó un plato, pero Jolin apenas alzó la vista de donde estaba, junto a un pequeñocaldero burbujeante. El sudor corría por su sien y humedecía su cabello. Tiempo atrás habíaabandonado sus vestidos por una túnica y unos pantalones que se parecíansospechosamente a los de Harshen.

Lilette comió el primer bocado, deseando poder haber traído a su eunuco de algún modo. Él lehabría mostrado a esas Desechadas como hacer una salsa marrón para saltear el pescadocon algunas verduras, y servirlo encima del arroz.

Por piedad de las Creadoras, Lilette extrañaba el arroz.

Se limpió una gota de sudor de la frente. —Jolin, el almuerzo.

Su amiga sacó una pequeña roca del caldero y la dejó caer en una caja llena de piedras.

—Este momento. Lo puedo sentir.

¿Rocas en las pociones? —Mm, ¿qué estás haciendo?

Jolin se alisó unos mechones de cabello. —Estoy remojando acero crudo en un compuestopara ver si afecta su resistencia.

—Va a enviarlos a la herrería para ver si pueden hacer una espada indestructible —agregóDoranna.

Jolin miró a la Desechada. —Si soy capaz de alinear las partículas de acero, reforzará elproducto final.

—¿Y hervir piedras en una poción ayudará? —preguntó Lilette con incredulidad.

Ahora le tocaba a ella recibir la mirada fulminante. —Eso es lo que estoy intentandodeterminar. —Jolin dejó caer más piedras dentro del caldero con un ruido sordo—. Ahora, acallar. Estoy trabajando.

Luego de hacer un gesto divertido, Lilette comió otro poco de su almuerzo. Doranna ahogó unacarcajada, y Lilette la miró boquiabierta. Era la primera vez que la escuchaba reír—o la veíasonreír, para el caso.

—Doranna, ¿puedo preguntarte algo?

—¿Qué?

Lilette le dio unos golpecitos al pan. —¿Por qué decidiste convertirte en una Desechada?

La sonrisa de Doranna se volvió tan frágil como el cristal. —Sabes, para ser alguien que va porel camino fácil a convertirse en una de las Principales de las Disciplinas, eres

Page 188: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

descaradamente ignorante.

La vergüenza desgarró a Lilette. —Yo… sólo… hay Desechadas en todas partes. No entiendopor qué habrían de elegir una vida de servidumbre.

La máscara de indiferencia de Doranna se oscureció hacia algo similar al odio. —Tienessuerte de ser aceptada como una de ellas, Bruja novata. —Abandonó la habitación, azotandola puerta tras ella.

Jolin se quedó mirándola. —No debiste haber dicho eso.

—¿Qué dije de malo?

—Las Desechadas no son como los eunucos, Lilette. Ellas no eligen esto.

Lilette jadeó. —¿Seguro no fueron forzadas?

—No. —Jolin dejó caer sus tenazas y fue a sentarse a la mesa. Tomó un bocado de pescado ycomenzó a masticar—. De todas las nacidas Brujas, sólo un cuarto son admitidas como Brujasnovatas. Dos tercios de ellas nunca llegan a ser Aprendices.

—¿Qué sucede con ellas? —preguntó Lilette.

Jolin terminó su taza de agua y volvió a llenarla.

—Dependiendo de su habilidad, las Brujas novatas pueden llegar a ser boticarias, curanderas,herbolarias de menor categoría. Las Aprendices; como yo, pueden convertirse en avezadascuranderas, profesoras o investigadoras. Sólo aquellas que se gradúan como Guardianascantan las canciones que gobiernan el mundo.

La mirada de Jolin era distante y sacudió la cabeza con tristeza. —Las mujeres como Doranna,que nunca fueron admitidas, se convierten en Desechadas porque les da la oportunidad deformar parte de algo. Ella y mi madre han sido muy amigas desde que eran niñas. Y mi madrele paga mejor que cualquier otra.

Por la oportunidad de ser parte de esto, Lilette hubiera hecho el mismo trato. —¿Y las queeligen no unirse a las Desechadas?

La expresión de Jolin era algo tensa. —Se convierten en mujeres simples, tienen bebés y sonesposas. —Sus fosas nasales se dilataron—. No es un camino fácil.

La rabia gruñó en el pecho de Lilette. Toda su vida, había visto a los hombres administrar losderechos de las mujeres, tomando de ellas lo que querían y dándoles mucho menos. Nuncaestaría dispuesta a elegir estar obligada hacia alguien.

—¿Por qué las Guardianas son tan crueles? Todas merecemos la oportunidad de demostrar loque valemos.

Jolin metió el último bocado en su boca y se alejó de la mesa. —Eso es exactamente lo queDoranna y las demás demuestran todos los días.

Page 189: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

***

Doranna no regresó hasta el día siguiente. Lilette entró con cautela al árbol con la bandeja delalmuerzo y la dejó. Ella, Jolin, y Doranna comieron en un asfixiante silencio hasta que Liletteno pudo soportarlo más.

—Doranna, lo siento. Esto. —Hizo un gesto a todo cuanto la rodeaba—, es aún muy extrañopara mí.

Doranna no respondió.

Lilette suspiró. —Si lo que dices es cierto, si alguien me puso el camino fácil para convertirmeen una Principal de las Disciplinas, prometo tratar de cambiar las cosas.

Doranna se suavizó un poco e hizo un breve asentimiento. El resto de la comida fue solamenteinterrumpida por el raspar y el tintinear de los platos.

Ignorando su comida, Jolin miraba desenfocada por la ventana. El caldero estaba frío, lasplantas sin tocar. Ayer, el herrero había avisado que su acero no era más fuerte de lo normal.Jolin aún no había hablado con nadie.

Lilette terminó su comida. Estaba cansada del mal humor de Jolin. Lo que necesitaban era unaexperta en rocas y una experta en pociones que trabajaran en conjunto. Lilette salió de lahabitación sin decir una palabra a Jolin o a Doranna. Después de preguntar a tres mujeresdistintas dónde estaba Bethel, Lilette la encontró junto a una de las muchas cascadas de losacantilados. Con los ojos cerrados, la mujer estaba sentada inmóvil, casi empapada por elrocío de la cascada. Lilette se agachó frente a ella, con el rocío frío contra su rostro húmedo.

—Bethel. Soy Lilette.

—Lo sé —murmuró la mujer sin abrir los ojos.

—Jolin está haciendo una poción —continuó Lilette—. Pero al parecer no importa lo queintente, no está cambiando nada.

—Es porque lo está haciendo mal.

—Bueno, ahora sé de donde viene la brusquedad de Jolin —murmuró Lilette. Se secó lahumedad de la frente antes que comenzara a caerle en los ojos—. ¿Puedes ayudarla?

—Sí —dijo la mujer mayor—, si ella pide mi ayuda.

Lilette dejó caer su creciente frustración.

—Jolin es demasiado orgullosa para pedir ayuda… especialmente de ti.

Bethel apretó la mandíbula.

—Y tú eres demasiado orgullosa para ofrecerla. —Lilette suspiró y alzó la vista hacia elimponente muro que había sobre ellas. Estaba hecho de sólida roca negra. Había una

Page 190: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

escalera tallada en un costado.

—No hay nada en la cima, así que ¿por qué construyeron una escalera allí? —dijo cuandobajó la mirada y vio que Bethel la observaba.

—Porque vamos a necesitarla. —Bethel hizo una pausa—. Al igual que vamos a necesitar lapoción de Jolin.

Lilette parpadeó. —¿Qué?

Bethel se levantó con un gemido y bajó cojeando por el camino, aumentando la velocidad amedida que la cojera desaparecía.

Lilette tuvo que apurarse para mantenerle el ritmo. —¿A dónde vas?

—Tienes razón. Rápidamente se está haciendo demasiado tarde para el orgullo. Cuando todotermine, vamos a necesitar los descubrimientos de Jolin.

Lilette lanzó las manos al aire. —Nada está terminando. —Pero Bethel no le prestó atención.Mientras corría tras ella, Lilette resoplaba para seguirle el paso; aún no había recuperado todasu fuerza luego de haber estado a punto de morir, y cualquier cosa más rápida que un paseo ladejaba sin aliento.

Bethel entró al árbol de Jolin sin llamar y se dirigió directamente al caldero frío. La cabeza deJolin se levantó de la mesa, con marcas de arrugas en la mejilla por el libro sobre el queestaba acostada. Su mirada era confusa por el sueño. —¿Madre? ¿Qué estás haciendo aquí?—La mirada de Jolin de pronto se agudizó y fulminó a Lilette.

Bethel olfateó la poción, antes de sumergir un dedo en ella y chuparlo.

—Yo no haría… —empezó a decir Jolin.

Bethel escupió, y la protesta de Jolin murió en sus labios. Bethel pareció serenarse antes degirarse hacia su hija. —Las pociones son tu especialidad.

Jolin se quedó con la boca abierta.

Ajena, Bethel se arrodilló junto a las rocas que cubrían el suelo. Cerró los ojos y su cuerpoquedó inmóvil, como si estuviera escuchando.

—Pero yo conozco la tierra. No es como los otros elementos; llenos de vida y vigor. La tierra esmás como un dragón dormido. Lenta para despertar y complicada cuando lo hace, pero luegode ponerse en movimiento, es explosiva.

Jolin se agarró la cabeza con las manos. —Ya lo sé.

—¡No, no lo sabes! —Bethel se volvió, con el rostro arrugado de rabia—. La tierra está viva, aligual que tus plantas o el agua. ¡Pero es mucho más grande!

—Sólo estoy intentando realinear…

—¡No estás escuchando! —Bethel se puso en pie y se dirigió hacia la puerta—. Nunca

Page 191: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

escuchas.

Lilette se interpuso entre Bethel y la salida, con la mano levantada. —¿De dónde es que ellasacó su orgullo?

Bethel cambió el peso de un pie al otro y respiró profundamente. —La tierra es sencillamentedemasiado grande como para lograr algo tan pequeño.

Detrás de Bethel, Jolin imitaba a su madre. Ignorándola, Lilette continuó: —Entonces, ¿quénecesitamos hacer diferente?

Bethel se frotó la frente con los dedos. —Hay que encontrar una piedra que esté másdespierta. Una que escuche la poción y reaccione de forma más individual.

—¿Qué piedra?

Bethel hizo una pausa por unos segundos. —No lo sé.

Jolin lanzó los brazos al aire y salió hacia a la habitación de las plantas. Bethel cerró los ojoshasta que el último de los pasos de su hija se desvaneció. —Y deberías usar una cantora,además de una poción.

Lilette se adelantó y puso su mano con torpeza sobre el hombro de Bethel. —Ella nunca se hasentido suficiente.

Bethel suspiró. —Siempre fue suficiente para mí, sólo que nunca lo fue para ella misma. —Sumirada se posó en el colgante de Lilette—. ¿Qué es esto? —Ya estaba estirando la mano paratocarlo.

Lilette se obligó a no retorcerse.

—El colgante del sol. Yo no lo usaría, pero Han…

Bethel la hizo callar mientras se lo sacaba por la cabeza y lo sostenía en la mano. —Es ámbar.Sangre de los árboles, congelada por el sol y el viento. Endurecida por miles de años hastaser algo que no es del todo piedra, pero ya no es planta. Algo más.

Con los ojos cerrados por la concentración, Bethel usó su dedo para trazar un patrón sobre lapiedra. Cantó, con la voz dominante y clara como el agua de lluvia. El ámbar se agrietó, unapieza con forma de medialuna se desprendió, dejando un círculo imperfecto.

Lilette jadeó. —¡Es mío! —De algún modo, el colgante representaba todo lo que Harshen lehabía dado… tanto bueno como malo.

Bethel arrancó el broche y lo tiró a un costado. Sostuvo las piezas en la mano, con los ojoscerrados.

—Se ha visto obligado a ser el sol, brillante y caliente y el impulso de sangre, cuando deberíahaber sido la luna, las capas de sombra y ríos desbordados de vida.

Jolin deambuló nuevamente dentro de la habitación, con pasos silenciosos. Bethel giró comosi la hubiera oído de todas formas. —Esto… esto podrías despertarlo.

Page 192: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin miró las dos piezas. —¿Qué podría lograr con dos trozos de ámbar?

La mirada de Bethel volvió a su interior. —No puedes hacer una espada con carbón. Nopuedes construir una casa sobre la arena.

Extendió la mano y dejó caer los dos trozos en la palma de Jolin. —Esto está destinado a seruna sola pieza, y va a luchar hasta que ambas partes permanezcan unidas. Despierta esanecesidad, dale vida.

La madre de Jolin dudó un momento, como si quisiera decir algo más, luego negó con lacabeza y se fue.

Lilette se agachó y recogió el soporte desechado. Era de oro sólido; debía valer algo. Tal vezpodría derretirlo y convertirlo en monedas. Volvió a su cuarto compartido y bajó su pequeñobolsa de joyas, guardando con cuidado el pedazo quebrado de oro.

—¿Rompió tu colgante? —La voz venía desde atrás.

Con la rabia en la garganta, Lilette asintió.

—¿Por qué haría algo así? —Jolin sostuvo el ámbar en la palma de su mano.

Lilette estiró la mano y rozó los pulgares sobre los bordes precisos. Retorció las manos paraalejarlas. —Dijo que tu trabajo era importante, que muchas cosas en el futuro dependerán deti, y que alguna de las dos debe dejar de ser orgullosa.

Jolin se erizó. —¿Orgullosa? Yo no soy la orgullosa. —Pero no había pasión en sus palabras.

Lilette la miró. —He visto rocas más dispuestas a doblarse que tú.

Jolin paseó entre sus plantas, con los dedos rozando el borde de las hojas. —Despertar unanecesidad que ya está allí. —Estiró la mano, cortando una de las hojas.

Lilette la siguió hacia la habitación de cristal y la vio sacar una raíz de la tierra y colocarla juntoa la hoja. —Despertarla. Reforzar su deseo de estar juntas. —El brillo había vuelto a sus ojos,su enfoque lo bastante agudo como para perforar la piel de un tiburón.

Una sonrisa se deslizó hasta las mejillas de Lilette, pero ya era tarde para la clase. Seapresuró a llegar a Estudios Políticos, pero su sonrisa se desvaneció cuando su mano sedeslizó por su garganta vacía. Se sentía vacía sin el peso del colgante alrededor de su cuello.

Vacía y, de algún modo, libre.

Capítulo 27Traducido por Yann Mardy Bum

Pensaba que ser fuerte significaba no darse nunca por vencida. Pero en realidad es sabercuándo luchar y cuándo dejar ir, y tener el valor de seguir adelante. ~Jolin

Page 193: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette despertó con un par de manos sacudiéndola de sus sueños. —Está lista. Sé que estálista.

Abrió los ojos y los entrecerró por la luz de la lámpara que estaba cerca de su rostro.

La expresión de Jolin era de júbilo. —Lo hice, lo sé. Tienes que cantar, para despertarla.

Lilette se frotó los ojos con las yemas de los dedos. —¿Qué es lo que has hecho?

—¡He creado la poción para despertarla! ¡Ahora, muévete!

Jolin la arrastró fuera de la cama que estaba en la otra esquina de su habitación. CuandoLilette se sentó, la hasacre la golpeó con toda su fuerza. Se quedó sin aliento mientraspermanecía de pie, con el camisón enredado alrededor de los muslos. Tropezó junto a Jolin, yse acomodó la ropa lo mejor que pudo. El jardín de cristal estaba poco ventilado y caluroso denuevo, pero su aroma era agradable, de alguna forma le recordaba a su hogar. Dorannaestaba allí, parecía exhausta y nerviosa. Sobre una mesa cubierta de polvo, estaban los restosdel colgante roto de Lilette. El ámbar estaba seco, pero a su alrededor se había formado uncharco del que salía vapor. Lilette lo miró fijamente, luchando contra el aturdimiento de lapoción para dormir.

—¿Qué se supone que debo hacer?

Jolin la empujó con las dos manos sobre su espalda. —Me preguntaba lo mismo cuando mimadre se fue, pero simplemente lo supe. Cuánto tiempo hervirlas y exactamente qué plantasen exactamente qué cantidad. No sé cómo, pero lo hice. Y tú también lo harás.

Lilette tomó los trozos. Estaban calientes y olían a resina dulce. Le dirigió una miradaindefensa a Doranna… sin duda ella entendía que se trataba de una locura. Pero la mujer sólole devolvió la mirada.

—Es como si tuviéramos una guía —dijo Doranna—. Como si nuestra mente no supiera lo queestá haciendo nuestro cuerpo. Sólo lo hace. —Jolin sacudió la cabeza con asombro, como sitodavía no pudiera creer lo que sucedía.

Ella y Doranna observaban a Lilette, y esperaban. Lilette cambió su postura incómoda, y luegocerró los ojos como había visto hacer a Bethel. Trató de escuchar a la piedra. No sucediónada.

Pero luego algo pasó. Una imagen vino a su cabeza, de resina que se derramaba por el troncode un antiguo árbol, y se endurecía bajo el sol y el viento hasta convertirse en piedra. LasCuatro Hermanas estaban presentes en el pequeño peso en la palma de Lilette. Había sidouna sola pieza durante miles de años, hasta que un trozo se había cortado. Las partesnecesitaban volver a unirse. La comparación trajo a su hermana a su memoria, y sus ojos sellenaron de lágrimas mientras cantaba.

Perdida y solitaria, te has extraviado,

Page 194: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

un pedazo de ti te ha sido quitado.

Hasta que encuentres la otra mitad,

la paz y la pertenencia nunca permanecerán.

Una canción y vibración despiertan tu alma,

sana lo que ha sido roto y deja que sea un todo.

Lilette sabía que no necesitaba cantar la canción tres veces, al igual que sabía que los dospedazos de ámbar se encontrarían ahora el uno al otro. —Está hecho.

Jolin no discutió. Se limitó a tomar los trozos de piedra y ponerlos sobre la mesa. Tocó lamedia luna con un tenedor. Este se deslizó sobre la mesa a su propia voluntad y encajóperfectamente contra la otra pieza.

Jolin abrió la boca de alegría. Sacudió el puño triunfante hacia el techo. —¡Lo hice! Despuésde todos estos años y de todos los escépticos, ¡Finalmente lo hice! —Giró en círculos, con elámbar presionado contra su pecho—. ¡Ahora tendrán que nombrarme Principal de la Tierra!

—Bueno, tuviste algo de ayuda —murmuró Doranna.

Jolin rio y la besó en la boca. Los ojos de Doranna se abrieron, en conmoción. Jolin dio lavuelta y se concentró en Lilette, quien intentó eludir a su amiga, pero la euforia de Jolin fuesuperior, y también la besó. —Amigas mías, esto es sólo el comienzo —dijo Jolin—. Pronto,los reyes pedirán a las Brujas que canten para sus castillos de piedra y sus murallas. Lossoldados desearán nuestras espadas y nuestros arcos. ¡La Historia nunca nos olvidará, niolvidará lo que hemos hecho! Vamos a estar escritas en las publicaciones anuales de lasGuardianas como las más grandes, y más avanzadas Brujas que hayan cantado alguna vez.

El corazón de Lilette se contrajo con tales palabras. Era demasiado poder.

Como no quería arruinar la felicidad de Jolin, apretó los brazos a su alrededor y dijo: —Creoque volveré a la cama.

Jolin ya estaba juntando más hojas y raíces en la mesa. —Bueno, sí. Doranna, encuentra másámbar.

Doranna se levantó lentamente. —Estamos a mitad de la noche. No hay ámbar en esta isla.

Jolin hizo una pausa antes de levantar un cuchillo de golpe y cortar una raíz. —Pregúntale ami madre. Ella podría encontrar un diamante en la playa.

Mientras salía, Doranna refunfuñó algo sobre ir a la cama y cómo Jolin podía excavar su propiamina de ámbar.

Lilette se metió bajo las mantas frías y permaneció despierta mientras la hasacre palpitaba asu alrededor. Sash y las demás estaban contra cantando. Era la única explicación de por quélas canciones habían desaparecido tanto tiempo. ¿Chen estaba torturando a las Brujas? ¿Las

Page 195: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

había tomado ya como concubinas?

Lilette observó las sombras escabullirse de la luz de la mañana mientras el alborotocontinuaba del otro lado de la puerta. Cuando salió para desayunar, todo sabía a ceniza. Envez de ir a clase, volvió a los acantilados. Había esperado lo suficiente para que Merlay y lasGuardianas salvaran a su hermana. Ahora iba a hacer algo ella misma. Y eso quería decir quedebía encontrar a Bethel.

***

Lilette siguió el borde de los acantilados, sus dedos se deslizaban sobre las esculturas queparecían salir de las rocas. De cinco pisos de alto, en su mayoría eran de mujeres, perotambién de algunos Protectores. Sus rostros eran muy reales. Pasó por un grupo de cuatro,con los brazos cruzados y las bocas abiertas en una canción. Eran, evidentemente, parte deun círculo. Al lado había una mujer que sostenía un círculo perfecto en sus manos. Pero no, elcírculo estaba atravesado por una línea curva. Se parecía a su colgante.

Subió la mirada, y la fijó en el rostro de la mujer. Lilette jadeó y dio un paso atrás.

Era Jolin, con el rostro impregnado de alegría. A un lado estaba Doranna, al otro lado estabaLilette. Doranna parecía decidida y cansada. A Lilette le resultaba más difícil leer su propiaexpresión: tristeza e inquietud, tal vez. Era un reflejo de la noche anterior. Pero esta esculturaera mucho más antigua. El liquen crecía por los pliegues de su ropa, y el sol y la lluvia habíandecolorado las partes elevadas, mientras que los relieves eran más oscuros.

Respirando con dificultad, la mirada de Lilette se dirigió hacia el grupo siguiente. Una mujercon tres caras. La más cercana miraba hacia atrás, el rostro lloroso enterrado en sus manos.La cara de en medio miraba serenamente toda la isla. La del lado derecho, fulminaba con lamirada a una figura herida y acobardada frente a ella. En su mano, sostenía un cuchillo quegoteaba en un charco de sangre a sus pies.

—Deberías retroceder.

Lilette estaba tan absorta al estudiar la escultura, que la voz la sobresaltó. Un poco másadelante, estaba Bethel parada al borde de los acantilados, como si estuviera escuchando lossecretos que susurraban las piedras. Su manto negro la hacía casi imposible de distinguir.

Lilette trepó por las piedras hacia ella. —Sabías lo que pasaría anoche. —Su aliento se volvióblanco en el aire fresco de la mañana—. ¿Cómo podías saberlo?

Bethel no abrió los ojos. —La piedra me lo dijo. Ahora ve detrás del árbol más grande. Nosiempre puedo predecir dónde caerá el pedregal.

Lilette sabía lo que venía. Estaba a punto de ver a Bethel crear las esculturas, veríadirectamente la fuente del estruendoso sonido que destrozaba con regularidad la rutina de laisla. Lilette encontró el árbol al que Bethel se refería y se tambaleó detrás de él.

Escondida de forma segura detrás de las raíces, miró hacia afuera con la sensación de que

Page 196: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

estaba siendo testigo de algo magnífico—algo que nadie en la historia del mundo había vistoantes.

Bethel pasó unos minutos más en silencio apretada contra la roca. —Eso. —Retrocedió detrásde un árbol. Con los ojos cerrados como concentrada, cantó:

Lo que se oculta debajo revelo,

que por el canto de liberación también aguardó.

Rocas y piedras,

he venido a pulirlas.

Guardianas de la antigüedad,

el molde a mostrar.

Un millar de grietas llenaron el aire con el sonido de un huracán, sólo que más fuerte y másprofundo. Una fractura quebró la roca, y toda una pared del acantilado se derrumbó. Las rocascayeron, el polvo voló hacia afuera.

Lilette enterró la cara en la suave corteza del árbol, con los dedos blancos mientras apretabasus puños contra sus oídos para bloquear el ruido ensordecedor que retumbaba en el suelodebajo de ella. Cuando el mundo finalmente se calmó, asomó la cabeza por entre las raíces.El aire estaba ahogado con el polvo que bloqueaba su visión. Tosiendo, jaló el cuello de suropa para taparse la boca y trató de respirar superficialmente.

Bethel trepó sobre los escombros, con los ojos pegados al rostro del acantilado. Caminandocon cautela a su lado, Lilette cantó en voz baja al viento húmedo. El aire se aclaró, y reveló losacantilados. Sus ojos se abrieron tan redondos como la maraña de piedras en la base. Ellateral se había derrumbado, dejando al descubierto la parte inferior de una mujer. Sus piesestaban inclinados como si flotara en el aire. Pero fue su ropa lo que hizo que el corazón deLilette comenzara a balbucear en su pecho.

La imagen usaba zapatillas y una túnica con pantalones sueltos, los diseños mostraban sutilescavidades en la piedra.

Bethel estiró la mano y acercó a Lilette a su lado. —Quédate cerca.

Lilette volvió a cantar. Más partes de los acantilados se derrumbaron, dejando al descubiertoparte del rostro y soltando otra nube de polvo. Cantó impaciente para alejar el polvo.

La voz de Bethel se unió a la suya. Aunque sus canciones eran distintas, las melodías semejoraban una a la otra.

Un poco más del acantilado colapsó, revelando el rostro de una mujer. Lilette se sentó demanera brusca, las rocas lastimaron su trasero. Era ella. La mujer que flotaba en el aire era

Page 197: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

ella. Sus brazos estaban hacia atrás, y las lágrimas hacían surcos en sus mejillas. Sus ojosmiraban al cielo como si le preguntara cómo fue que llegó a esa situación. Cómo el mundopodía pedir tanto. Lilette sabía que ese era su futuro, y su alma dolió de miedo. Se olvidó porcompleto de Bethel hasta que ella se sentó a su lado.

—La roca te dijo esto… ¿ese es mi futuro? —preguntó Lilette.

Bethel hizo un gesto hacia la escultura de la mujer de tres caras. —Está registrado en todoslos libros de la historia. En la cumbre de una civilización, los grandes y poderosos sedestruyen a sí mismos.

Lilette sollozó. —No.

Los ojos de Bethel estaban tristes. —En el momento en que toqué el ámbar, me di cuenta deque estaba destinado a salvarte. Debes tomar un trozo de él. Otro trozo debes entregarlo a unProtector; uno que haya sido leal hasta el final. De esa forma, el podrá encontrarte cuandonadie más pueda hacerlo.

—No sé cómo has hecho esto. —Lilette señaló los acantilados—. Tal vez cantaste para hacercrecer el liquen, o tienes alguna forma de envejecer la roca de esa forma.

Bethel recogió una piedra, midiendo su peso entre sus manos. —Algunas cosas debesaprenderlas por ti misma. Creía que ya lo habías hecho.

Lilette quería discutir, pero unas semillas de horror enterradas muy profundo en su interior, lamantuvieron en silencio.

—¿Por qué has venido aquí hoy, Lilette?

Tragó saliva. —Porque me canse de esperar que las Guardianas liberen a mi hermana. Voy ahacer algo al respecto yo misma, y quería pedirte ayuda.

Bethel encontró su mirada. —Ya has tenido toda la ayuda que necesitas.

Lilette no supo cómo reaccionar.

—Todos tenemos que soportar una carga propia. La mía es crear esto. —Bethel extendió lasmanos señalando la isla.

—Haven… ¿una escuela?

Bethel rio en voz baja, amargamente, y arrojó la piedra. —No estoy haciendo una escuela.Estoy haciendo un refugio defensivo.

Lilette volvió a mirar los acantilados. —¿Estás tallando la historia, para que las generacionesfuturas sepan lo que sucedió?

Bethel estudió las esculturas en las paredes. —La piedra dura más que el pergamino. Esperoque algún día puedan ver el mensaje que grabé para ellas. Una vez fuimos la entidad másfuerte del mundo. Pero algún día seremos la más débil.

Las guerras y la destrucción que su madre le había mostrado. Pero Lilette había logrado liberar

Page 198: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

a las demás Brujas de Harshen. Había prevenido ese desastre. ¿No es cierto?

La voz de Bethel disminuyó. —No podré despedirme de mi hija… ella no irá si yo voy; y metemo que nunca volveré a verla. ¿Se lo dirías por mí? Dile que sé que hará su parte.

Lilette abrió la boca, luego volvió a cerrarla.

La mano de Bethel descansó sobre su espalda. —Lleva a Doranna y a Harberd contigo.Necesitarás la protección.

—¿Dónde piensas que iremos?

Bethel suspiró. —La roca no me lo dijo.

Lilette buscó la escultura en la cual el significado no era inmediato; la mujer de las tres caras.—¿Se supone que es una metáfora de las Guardianas?

Bethel alejó su mano de la espalda de Lilette —Sí. El rostro que mira hacia afuera es nuestropresente, sereno y tranquilo en nuestro poder. El que mira hacia atrás es nuestro pasado,apenado por todo lo que vamos a perder mientras nuestro futuro se destruye a sí mismo.

—Bethel… —susurró Lilette.

—Cuando llegue el momento, debes actuar —dijo la mujer mayor con calma—. Todasdebemos hacerlo. Salva a todos los que puedas.

Lilette se estremeció. Bethel había empleado casi las mismas palabras que su madre.

Capítulo 28Traducido por Beneath Mist

Yo necesitaba a Lilette, pero nunca me detuve a considerar que quizá ella también menecesitaba a mí. ~Jolin

—¿Lilette?

Había un Protector a poca distancia. A excepción de los marineros que entregaban lossuministros, los hombres no iban a la isla.

Lilette se puso de pie y sus piernas se tensaron en protesta. —¿Sí?

El hombre se acercó a ellas. Era un poco mayor que Lilette, con un rostro de infarto y unadorable remolino que hacía que un mechón de su pelo se irguiera. —Mi nombre es Pescal. Sino te importa, por favor, ven conmigo. —Extendió el brazo, indicando que ella debía ir pordelante de él.

Bethel miró hacia arriba desde su sitio en las duras rocas. Parecía muy pequeña y solitaria. —

Page 199: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

¿Recordarás decírselo a Jolin?

Lilette escrutó a la anciana. ¿Cómo debía ser conocer las cosas oscuras que estaban porllegar, prepararte para ellas sola, mientras tus compañeras te llamaban necia? —Te creo. Y selo diré.

Bethel cerró los ojos, alzó el rostro hacia el cielo y sonrió.

Respirando profundamente para armarse de valor, Lilette avanzó hacia el Protector. No pasómucho tiempo antes de que se encontraran de nuevo entre las Brujas, y el sendero seensanchó lo suficiente para que Pescal pudiera caminar junto a ella. Recordando suentrenamiento para convertirse en Emperatriz, Lilette echó los hombros hacia atrás. —Estoyesperando una explicación.

Los ojos verdes de Pescal la estudiaron. —Las Principales te hacen volver a la ciudadArboleda. Tienes que llevar tus efectos personales.

¿Ya estaba empezando? —¿Para qué?

Pescal vaciló. —No lo sé.

Lilette cerró los ojos. ¿No sabía ya una parte de ella que eso iba a suceder? Echó un vistazo asu alrededor. Los árboles más cortos, las Brujas novatas con sus vestidos verdesapresurándose a sus clases o saliendo de ellas, con los libros apretados contra el pecho.

No había sido feliz allí. Había estado sola, asustada y llena de culpa por dejar atrás a suhermana. Y había ahogado esos sentimientos con la tintura que Bethel le había dado. Durantetoda su vida, Lilette había soñado con ir a ese lugar. En menos de dos semanas, estabaaliviada de marcharse.

Atravesó la puerta abierta de su árbol para encontrarse a Jolin vertiendo un saco entero depedazos de ámbar en una poción. Doranna luchaba por empacar libros y notas en cajas llenasde paja.

Jolin levantó la mirada. —Hay un pergamino para ti en la mesa. —Indicó con un movimiento decabeza.

Aturdida, Lilette fue hacia la mesa y lo recogió. En la gruesa y texturizada vitela había un selloen relieve de una luna en cera de color verde oscuro. Rompió el sello y desenrolló elpergamino. Había sido ascendida de Bruja novata a Aprendiz. —¿Sabías lo que era esto? —lepreguntó a Jolin.

Su amiga no levantó la mirada. —Ya que a las Brujas novatas no se les permite abandonarHaven a menos que hayan sido expulsadas, imaginé que te habían ascendido a Aprendiz.

Lilette miró a Pescal, que estaba al otro lado de la puerta con las manos entrelazadas en laespalda, y volvió la mirada a Jolin. —¿Vienes conmigo?

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Jolin. —Envié una carta a las Principales parainformarles de mi descubrimiento. Han solicitado una audiencia inmediata. Sospecho quequerrán mostrar mi descubrimiento en la cosecha de chesli. —Eso explicaba por qué Jolinfabricaba frenéticamente más poción—. Tendrán que hacerme Principal de las Plantas

Page 200: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

después de esto. Mis habilidades obviamente exceden las de Garen.

Ya que Lilette no hizo ningún comentario, Jolin le quitó importancia con un gesto. —Empacatus cosas. Pronto estaremos listas para que puedas cantarle a esto.

Lilette miró el pergamino sin verlo realmente.

Jolin se enderezó y entrecerró los ojos. —Mi madre enloqueció de nuevo, ¿verdad?

Lilette dudó antes de enfrentarse a la mirada de Jolin.

—¿Empezó con el fin del mundo o cómo nosotras vamos a salvarlos a todos?

—Ambas.

—Bien, entonces —dijo Jolin—, vamos a salir de esta isla antes de que nos veamos obligadasa pasar el resto de nuestras cortas vidas con ella.

Lilette se humedeció los labios. —Jolin, yo le creo.

Jolin se quedó paralizada, con un libro en una mano y un puñado de paja en la otra. —Algunas veces no capto las sutilezas sociales, así que lo preguntaré abiertamente… ¿Estássiendo graciosa?

En lugar de responder, Lilette se movió hacia la pequeña habitación que compartía con Jolin.

—Por supuesto que estaba siendo graciosa. Tonta de mí por pensar de otra forma —refunfuñóJolin para sí.

La mirada de Lilette se fijó en los libros hacinados en las estanterías, la cama que habíantraído para ella, incluso la protuberancia del suelo con la que había tropezado numerosasveces.

Sacó su bolsa de joyas de detrás del libro, tomó su vestido extra de la percha, y ya estaba lista.

Regresó al salón principal para ver a Jolin sisear al coger un pedazo de ámbar caliente. Sesopló los dedos. —¡Oh! ¡Por piedad de las Creadoras!

Lilette no pudo evitar sonreír.

Jolin miró a su alrededor. —Doranna, dile a Cori que cuide de mis plantas. Voy a necesitarteconmigo para esto.

Doranna apretó los labios. —¿Y si tu madre me necesita?

—Estará bien. Siempre lo está, a pesar de lo que te preocupas.

Lilette vaciló. —Quizá debería quedarse. —Si todas se marchaba, Bethel se quedaría sola.

Jolin rodó los ojos. —Doranna es parte de esto. Se merece algo de reconocimiento. —Tocó elámbar con cautela—. Está listo. Cántale mientras termino de empacar.

—¿De verdad te vas a llevar todos esos libros? —preguntó Lilette.

Page 201: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin le lanzó una mirada de incredulidad. —Cuando me mude al árbol de la Principal de laTierra, necesitaré mis libros. Todo cambiará después de esto.

El aliento de Lilette se atascó en su garganta. —Espero que no. Me gustan las cosas comoestán. —Por supuesto, las excepciones incluían estar separada de su hermana y de Han.

—Bueno —resopló Jolin—. A mí no.

A media tarde, estaban en la cubierta del barco mientras éste las llevaba lejos de Haven.Lilette captó la visión de una figura solitaria de pie en lo alto de los acantilados y que alzabauna mano a modo de despedida.

—Jolin. —Le dio un codazo a su amiga, que dejó de comprobar los libros en las cajas ylevantó la mirada.

—¿Quién es esa?

—Tu madre.

Jolin se protegió los ojos con las manos. —No puede ser. Madre nunca se despide.

Lilette tuvo un fuerte presentimiento, con la clara impresión de que no volvería a ver de nuevoesos acantilados. Antes del mediodía, estaba frente al pabellón de las Principales, mirando aJolin y a Doranna marchar frente a ella. —¿Conoces a un hombre llamado Han? —preguntóLilette a Pescal.

Él titubeó. —¿El príncipe de Harshen?

—Sí. ¿Puedes encontrar la manera de hacerle saber que estoy aquí?

—Dalo por hecho.

Se movió para seguir a las otras, pero Pescal avanzó hasta su lado y se aclaró la garganta. —¿Lilette?

Ella se volvió hacia él. Pescal sonrió, sus dientes eran rectos, blancos y perfectos. —En lacelebración de esta noche, habrá un baile. ¿Podría bailar contigo?

Ella sonrió con timidez. —No sé…

—Sólo uno. —Su sonrisa se hizo más amplia, y Lilette se percató de los hoyuelos en susmejillas. Cuando no se negó inmediatamente, él hizo una reverencia—. No te preocupes, teencontraré.

Él se volteó para marcharse antes de que ella pudiera encontrar las palabras para decirle queno. Era ciertamente atractivo, sobre todo desde atrás, pero ella no estaba realmenteinteresada. Por un lado, era demasiado atractivo. Y por otro, no era Han. Entró en el pabellón.Jolin ya estaba haciendo una demostración del ámbar, y Garen la miraba con furia.

—Oh, es asombroso —dijo Merlay.

Tawny las observaba, con una mirada sospechosa en la cara. —¿Funcionará en distancias

Page 202: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

muy largas? ¿El efecto desaparece con el tiempo?

Jolin se frotó las manos por la alegría que apenas podía contener. —Todo eso tendrá queprobarse, pero la técnica en sí puede ser fácilmente reproducida. —Aunque sólo por Jolin. Porlo que Lilette sabía, siempre omitía un ingrediente clave en todas las recetas de sus pociones.

El grupo hablaba con entusiasmo, pero Lilette no les prestaba atención. Estaba cansada desentirse embotada por las tinturas que Bethel le había dado. Estaba cansada de usarlas paraamortiguar sus emociones.

Lilette sintió una mano en su brazo. Jolin sacudió la cabeza y le dirigió una mirada extraña. —Dije que Lilette fue la persona que finalmente nos puso en el camino correcto. Merece unapequeña parte del crédito.

Lilette le lanzó a Jolin una mirada exasperada.

—¿Qué? Un momento de inspiración no compensa una vida de estudio.

Lilette rodó los ojos.

Jolin se enderezó. —Bien. Una parte un poco más grande del crédito. ¿Eso bastará?

A Lilette no le importaba, pero era divertido ver a su amiga abochornarse. —Creo que sí.

—Muy bien.

Merlay observó la negociación alzando una ceja de forma divertida. —Con todos losproblemas con Harshen, la ciudad Arboleda ha estado tensa. El descubrimiento de Jolin es loque necesitamos para subir la moral. El chesli comenzará a florecer esta noche, y los patiosinteriores se abrirán para que todo el mundo cante y baile. Antes de la fiesta, anunciaremos eldescubrimiento de Jolin. —Merlay se volvió hacia las cuatro Desechadas que esperaban enun lateral—. Encárguense de que vayan apropiadamente vestidas.

Lilette se acercó a Merlay. —Me gustaría hablar contigo sobre Sash, en privado.

Merlay suspiró y bajó. Ambas fueron hacia un lateral. —Estamos haciendo todo lo quepodemos —le dijo a Lilette.

—Quiero ayudar.

Merlay la estudió. —Ese es en parte el motivo de que te trajéramos aquí. Tengo queproponerte algo, pero Garen se ha estado oponiendo, negándose a aceptar. Eso ya no serámás un problema.

Lilette miró el rostro radiante de Jolin. —¿Van a hacerla Principal de las Plantas?

—No tenemos otra elección, incluso si ella no es una Guardiana completa. —Merlay descansósu mano en el brazo de Lilette—. Dame unas horas más para tenerlo todo resuelto y te contarémi plan. Partiremos de ahí.

Lilette asintió, aliviada de estar haciendo algo más aparte de sentarse y mirar a todo el mundorevolotear a su alrededor.

Page 203: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Doranna caminó hacia ellas. —Yo me encargaré de Lilette.

Merlay le entregó una bolsa de dinero. —Muy bien.

—Ven conmigo. —Doranna se dio la vuelta.

Mientras que Jolin y Harberd iban con otra de las Desechadas, Lilette siguió a Doranna de lospatios interiores hasta la propia ciudad. Lilette se detuvo frente a un árbol con grandesventanas que exponían hermosos vestidos, pero el corte y el estilo parecían extranjeros yerróneos. Tuvo la fuerte sensación de que estaba entre dos mundos y aún no pertenecía aninguno. —Esta no.

Doranna ni siquiera se paró para considerar la tienda. —Por supuesto que no.

Se deslizaron entre una multitud de personas, que charlaban animadamente del evento de esanoche, lo que hacía sus voces más altas y más plenas de lo normal. Doranna se detuvo frentea un árbol más pequeño.

Ante el aroma familiar del incienso, Lilette pasó a su lado y entró. Era como llegar a casa.

Plantas selváticas en macetas, espadas curvadas, peinetas de jade… y sacos de lino, en losque la parte alta estaba doblada para revelar un grano familiar. —¡Arroz! —Lilette se llenó lasmanos con él.

Un hombre llegó de la parte trasera de la tienda. Al verla, llamó a su mujer en harsheno. Unamujer apareció de detrás de una cortina. Vestía el mismo estilo de túnica de algodón ypantalones que Lilette había llevado la mayor parte de su vida.

La boca de Lilette formó palabras familiares en la lengua harshena. —No puedo decir lomucho que he añorado el arroz.

El rostro de la mujer se iluminó. —¡Hablas como una de los nuestros!

Lilette sonrió. —Soy una de los suyos.

La mujer la observó con los ojos entrecerrados, y su expresión cambió a una de sorpresa. —¡Emperatriz! —Se dejó caer sobre sus rodillas y puso la frente en el suelo tres veces. Justodetrás de ella, su marido hizo lo mismo. Lilette los miró ofrecerle libremente tal honor, sabiendoque no lo merecía.

Ambos se sentaron sobre sus talones, con la mirada baja, y Lilette hizo un gesto para que selevantaran. —Por favor, me gustaría una túnica y unos pantalones para llevar en la celebraciónde esta noche.

El hombre se puso en pie. —No sé si tendré la calidad que usted requiere, Emperatriz. Nuestraseda es sencilla.

Lilette suspiró. —Pero es seda.

El hombre le hizo un gesto para que fuera detrás de la cortina. En medio de los pernos de sedateñida, había túnicas y pantalones ya hechos, colgados de maniquíes. Había tres conjuntos demujer: uno amarillo, uno verde y otro de un profundo color turquesa como el cielo al atardecer.

Page 204: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Los dedos de Lilette se deslizaron por la seda. Ya no tenía callos en las palmas que seatoraran en la tela. —Este.

Entró en el cambiador y deslizó la túnica por su cabeza. La seda murmuró contra su piel antesde colocarse en sus curvas. La mujer le ayudó a envolver un cinturón plisado alrededor de sucintura. Lilette sacó el broche de rubí de sus joyas y lo dejó colgar de su delicada cadena.Esperó que el verlo complaciera a Han.

Salió de la habitación y se arrodilló en una esterilla que habían puesto allí para ella. El hombrellegó con una olla de barro con té. Vertió el agua caliente en las tazas para calentarlasmientras la mujer trabajaba con el cabello de Lilette.

El hombre puso el té ante ella. Lilette levantó la aromática taza hasta su nariz e inhaló larga yprofundamente. Asintió en agradecimiento y dio un sorbo al té mientras la mujer arreglaba sucabello.

Para entonces el hombre había regresado con un cuenco de bambú de arroz y vegetales conuna salsa marrón y jengibre. Lilette comió con avidez y su cuerpo entero suspiró de alivio porla comida familiar.

La mujer sostuvo un espejo y esperó mientras Lilette examinaba su cabello. Era mucho mássencillo de lo que su eunuco habría hecho, pero le gustaba más. Sacó de su bolsa la peinetaque Salfe le había dado y la puso pegada al cuero cabelludo.

La mujer preparó una olla de kohl y rojo bermellón. Con una brocha suave, pintó los labios deLilette y oscureció sus cejas y sus pestañas casi traslúcidas. Cuando terminó, Lilette seencontró mirando una versión de sí misma entre la hija del pescador y la Emperatriz que habíasido.

Doranna sonrió con aprobación. —Así eres más tú.

Lilette asintió. —No me había dado cuenta hasta ahora, pero Harshen es mi hogar, a pesar detodos sus desperfectos.

La otra mujer asintió con sabiduría. —Nosotros nos sentimos de la misma forma.

—Yo también sé cómo es —dijo Doranna. Pagó a la pareja mientras Lilette caminaba hacia elcrepúsculo e inhalaba profundamente el delicado aroma a miel del aire.

Doranna se acercó a su lado, dejando caer las monedas en su bolsa. —No pasará muchoantes de que Merlay comience la fiesta.

Se unieron a la multitud de personas que fluían cuesta arriba como la corriente invertida de unrío hacia los patios interiores.

—¿Sabes lo que Merlay tiene reservado para mí? —preguntó Lilette.

Doranna no la miró a los ojos. —Tengo una idea, pero es mejor no especular. Sólo disfrutauna noche de ser una Bruja y deja que el mañana cuide de sí mismo.

Cuando Lilette atravesó los arbustos de espino, comenzó a buscar a Han. Conforme la tardeavanzaba, los pequeños brotes blancos acampanados de las enredaderas se abrían, y sus

Page 205: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

estambres brillaban como el oro. —¿Qué son? —preguntó Lilette.

—Chesli —respondió Doranna—. Sólo florece una vez al año en una noche sin luna. Su polenalarga indefinidamente la vida de una poción.

En medio de la alegría y las risas, los acordes de una música etérea levantaron una brisasuave. Las Desechadas trabajaban en la cosecha. Sus túnicas manchadas de polen brillantelas hacían parecer fantasmas en la penumbra.

Lilette se detuvo para observarlas, y un descontento innombrable se instaló en su lengua.Entonces la multitud la empujó y miró a su alrededor, y se dio cuenta de que había perdido aDoranna. Lilette buscó mientras la empujaban hacia adelante y hacia atrás desde todos loslados. Estaba atrapada. No podía respirar, no podía pensar. Incluso aunque había estadoatrapada una noche entera en un barril, no soportaba los espacios reducidos.

Divisó a Doranna a través de la muchedumbre. Lilette la llamó, tratando de abrirse paso paraacercarse, pero la multitud siguió empujándola hacia atrás. Sólo cuando estaba segura de queentraría en pánico, Pescal apareció a su lado, con ese adorable mechón de pelo hacia arriba.—Parece que necesitas un poco de ayuda.

Ella señaló a Doranna. —Mi amiga está justo ahí.

Él frunció el ceño antes de sacudir la cabeza. —No vamos a conseguir atravesar. Vamos.

Aliviada, Lilette dejó que él la tomara del codo. —Doranna se preocupará. —Tuvo que gritarpara hacerse oír por encima del escándalo.

Pescal volvió a mirarla. —Estará bien. Vamos. —Se abrió paso con maestría. En poco tiempo,había llegado al pabellón, que estaba lleno de mesas con comida. Las Principales estaban enlo alto de los escalones, mirando hacia abajo a la muchedumbre.

Jolin estaba a un lado, con una mirada de suficiencia en el rostro. Los ojos de Garen estabanenrojecidos e hinchados, como si hubiera estado llorando.

Merlay extendió los brazos. —El primer día de la cosecha de chesli es para la comida y elbaile.

Las cuatro Principales se inclinaron a la vez y la música cambió de inquietante a una animadapara bailar. Lilette no veía a Han por ninguna parte.

Pescal agarró su mano y tiró de ella para subir las escaleras. Fueron los primeros en llegar alas mesas llenas de un festín de frutas, verduras y pastas. Después de acumular comida endos grandes hojas rígidas que Lilette no tenía ninguna duda de que habían sido cantadas paraese propósito, Pescal se las ingenió para arrastrarla lejos de los Protectores que vigilaban losjardines privados de las Principales. Pasaron junto a gente que parecía importante yencontraron un rincón para sentarse entre flores blancas.

Lilette dio su primer bocado a la fruta, el jugo y la dulzura amarga estallaron en su lengua.Comieron frutas que nunca había probado antes, y nunca la misma dos veces. Pescal laentretuvo con historias de Protectores famosos, con actitud jovial. De vez en cuando, tratabade alisar su remolino distraídamente, pero éste volvía a levantarse de nuevo con terquedad.

Page 206: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Entre la comida y las risas, Lilette olvidó su preocupación por haber perdido de vista aDoranna. Se sentía segura con Pescal, y estuvo pendiente de Han, esperando que él supieradónde buscarla.

Cuando Pescal terminó de comer, arrojó la hoja que servía como plato lejos de su vista. —Puedes comerlas, pero estoy lleno.

Lilette estaba demasiado ocupada mirando el camino que iba al pabellón para responder.

—¿Estás buscando a alguien, Lilette? —preguntó Pescal.

Lilette lo miró. —Lo siento. Pensé que Han me habría encontrado ya. ¿Me ayudarías abuscarlo?

La sonrisa de Pescal decayó. —Lilette, ¿estoy en lo correcto al pensar que tienes sentimientospor ese hombre?

Ella no lo negó.

Él apartó la mirada. —Entonces siento decirte que él no quiere verte.

La fruta que Lilette había estado sosteniendo se deslizó de sus dedos y aterrizó con un golpehúmedo en su regazo.

—¿Qué?

Pescal le quitó suavemente la fruta, que había dejado una mancha oscura en su túnica.Humedeció un pañuelo y lo puso en sus manos. —Lo siento. Él dijo que había demasiadoentre ambos.

Las manos de Lilette se cerraron en la tela, e hilos de humedad discurrieron entre sus dedosmientras el dolor se apoderaba de ella, instalándose profundamente en sus huesos, tanprofundamente que no estaba segura de poder quitárselo nunca.

Pescal sonrió con ironía. —Y aquí estaba yo esperando pasar un buen rato con una mujerhermosa.

Ella miró ausente a la mancha oscura de su túnica antes de frotarla con el pañuelo.

Pescal suspiró y le tendió su taza. —Ten, prueba esto.

Ya que ella no la tomó, la puso sobre sus labios. —Ayudará.

Lilette sostuvo la taza y sorbió la bebida, que sabía a melón dulce con una mezcla de cítricos ypera. Se terminó toda la taza. Él tenía razón, se sentía mejor, como vaporosa y cálida.

Pescal buscó su mano y la ayudó a levantarse. —Me prometiste un baile, ¿recuerdas? —Él lahizo girar y bailaron. Lilette no conocía los pasos, pero los captó rápidamente, riendo cuandotropezaba y caía contra él.

Él la atrapó contra su pecho. Antes de que Lilette supiera lo que estaba pasando, se inclinó yla besó.

Page 207: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¡Sabes a melón! —Riendo, él se separó y le dio una vuelta antes de que pudiera procesar loque había ocurrido.

Mareada, se alejó de él. —Basta, no puedo respirar.

Pescal le dedicó una reverencia burlona. —Entonces deberé traer algo para animarte ypodremos bailar de nuevo.

Ella lo observó alejarse, con la mano sobre la espada en su cintura para evitar que rebotara.

Una brisa se alzó y Lilette se inclinó hacia ella, agradecida por el frío contra su frente húmeday el olor de las flores aplastadas y la savia. Se echó hacia atrás y cerró los ojos, con las floressuaves como una cama debajo. Volvió la cabeza para ver si Pescal regresaba ya del pabellón.No había rastro de él.

Todo se balanceaba suavemente con la brisa, de modo que la quietud de Han captó suatención casi de inmediato. Él estaba de pie con la espalda apoyada en un árbol cercano, conla mirada intensa. La sonrisa desapareció del rostro de Lilette y algo se sacudió en su interior.¿Habría visto el beso? Parte de ella esperaba que sí, quería que la viera con alguien más. Selevantó.

Han se dirigió hacia ella con pasos enérgicos. Cuando se paró ante ella, buscó su mirada y laamabilidad que había visto antes ya no estaba, y había sido reemplazada por un muro quesabía que no podría escalar nunca. La brisa sopló entre ellos, de modo que Lilette pudo captarel olor a acero y a cuero de él.

—Chen ha estado utilizando a tu hermana y a las otras para luchar contra Kalari —dijo.

Lilette se envolvió con los brazos instintivamente. —Lo sé.

Han miró en la dirección en la que Pescal se había marchado. —No creo que esto puedacontinuar durante más tiempo. La esperanza de paz se hace más frágil cada día.

Ella vio a Pescal deslizándose entre los jardines hacia ella y soltó un pequeño suspiro dealivio.

—¿Qué crees que pasará? —susurró ella.

Han vio a Pescal y algo oscuro atravesó su rostro. —No lo sé. —Se detuvo—. Me sorprendeque Doranna te dejara aquí sola.

—La perdí.

Han volteó a mirarla. —A las Desechadas no se les permite entrar en los jardines a menos quesus servicios sean requeridos. Pensé que lo sabías.

Lilette se preguntó si Doranna la había estado buscando todo ese tiempo.

Pescal llegó con unas pastas ligeras y dos tazas llenas de un líquido dorado. —Habría traídomás de saber que alguien más iba a unirse a nosotros. —A pesar de sus palabras amistosas,el trasfondo era claramente que Han no era bienvenido.

Page 208: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette no estaba segura de cómo sentirse ante eso, pero Han ya había hecho su elección, demodo que se quedó en silencio. Han estudió a Pescal, con los ojos brillantes, y después sevolvió hacia Lilette. —¿Vas a estar en el árbol de Sash esta noche?

El pánico se apoderó de ella. No sabía dónde se suponía que debía quedarse.

Él pareció notar su vacilación. —¿Sabes cómo encontrarlo?

Ella trazó el camino mentalmente. —Sí.

Han le dirigió a Pescal una mirada dura. —Espero verte volver sana y salva. —Se dio la vueltay se alejó sin mirar atrás.

Pescal no insistió en el tema, sólo le tendió su taza y la guio hacia un árbol cercano. Ella bebióel líquido con avidez. Sabía similar a como olían las flores. Parte del sabor le resultabafamiliar, pero no sabía ubicarlo.

Delicioso.

Pescal le tendió media pasta. El hojaldre se disolvió en su boca y se lamió el azúcar de losdedos.

Su cuerpo parecía estar despertando, cada sensación se amplificaba. La caricia suave delviento se sentía tentadora. Pescal acarició su brazo, enviando bucles de fuego a su sangre. Élse inclinó y besó sus labios, encendiendo una chispa entre ambos. —Mi árbol no está lejos deaquí.

—Mmm —murmuró ella, con los ojos cerrados. Una parte de ella le gritaba advertencias, perofue sobrepasada por el calor y las sensaciones.

Él la ayudó a ponerse en pie, y sus dedos descendieron por su costado hasta posarse en sucintura. Incapaz de evitarlo, levantó la mano y enredó el mechón rebelde entre sus dedos.

Él se inclinó y le susurró al oído. —Vamos, iremos por el camino de atrás. Hay menos gentecontra la que luchar.

El deseo se apoderó de ella, haciendo que casi jadeara. —Sí. —Iría dondequiera que lallevara.

—¿Qué estás haciendo? —Lilette se dio la vuelta y vio a Doranna correr hacia ellos, con lacara roja y una mirada enfurecida—. Se supone que no debías alejarte de mi vista.

Pescal rozó la oreja de Lilette con sus labios, y el fuego palpitó en el vientre bajo de Lilette.Ella sólo quería que Doranna se fuera. Ya. —Estoy bien con Pescal. —Él se rio y le acarició laoreja.

Doranna le dirigió una mirada asesina. —Ella es una Aprendiz, y lo sabes. Tu Líder sabrá deesto, lo prometo.

Él siguió moviéndose. —Sólo estoy cuidando de ella, asegurándome de que encuentra unlugar en el que dormir esta noche.

Page 209: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Doranna se plantó directamente en su camino. —No, no lo estás haciendo y no lo harás.

—Fuera de mi camino, Desechada. —Pescal puso una cantidad innecesaria de veneno en laúltima palabra.

Lilette retrocedió, sorprendida por el odio presente en su voz. —No le hables así.

La actitud al completo de Pescal cuando se volvió hacia ella, la mezquindad se ocultó comouna ostra cerrándose de golpe. —Lo siento, cariño. Yo sólo quiero hacer lo que es mejor parati. —Se tensó cuando se volvió hacia Doranna—. Puedes irte.

Lilette se pasó la lengua por el paladar, sus labios rogaban por ser besados. Se apartó dePescal. —Deja que me vaya.

—Todo va a ir bien, mejor que bien —ronroneó, reforzando su abrazo. Le acarició el dorso dela mano con el pulgar, y la resistencia abandonó a Lilette.

—Deja que se vaya —dijo Doranna, tensa.

Un músculo se crispó en el rostro de Pescal. —Fuera de mi camino.

El puño de Doranna salió disparado e impactó con la sien de Pescal. Cayó hacia atrás,arrastrando a Lilette consigo. Él se puso de pie y se abalanzó contra Doranna, pero ella seescabulló de su alcance.

—¡Protectores! —gritó Doranna. Ella rodó por el suelo y llegó junto a Lilette, que setambaleaba para ponerse en pie.

En cuestión de segundos, los Protectores de alto nivel se habían reunido con las manos ensus espadas ornamentadas. —¿Qué está pasando aquí? —preguntó uno de ellos.

Doranna señaló a Pescal con un dedo tembloroso. —Este hombre está intentandoaprovecharse de una Aprendiz.

Pescal se tocó la sien con suavidad, que estaba ya hinchada. —¡Ella me golpeó! ¡EsaDesechada me golpeó!

El odio ahora era innegable.

Todos se volvieron hacia Lilette, cuyas emociones eran tan fuertes que la hacían temblar. Seabrazó a sí misma para evitar caminar hacia Pescal. —Creo… Creo que voy a ponermeenferma. —Sus ojos se cruzaron con los de Doranna—. Lo necesito a él —susurró—. ¿Porqué lo necesito?

—Por piedad de las Creadoras —jadeó Doranna. Le dirigió a Pescal una mirada que podríaarrancar las espinas de un erizo de mar.

Uno de los Protectores se acercó a Pescal y le agarró el cuello de la camisa. —¿Crees quepuedes salirte con la tuya drogando a una Bruja, chico?

Él no dijo nada.

Page 210: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette temblaba por la necesidad de ser tocada. Se lamió los labios y se acercó al Protector.

—¿Me drogó?

El Protector retrocedió, arrastrando a Pescal con él. —¿Podrás llegar a casa? Enviaría aalgunos de mis Protectores contigo pero…

Doranna asintió brevemente. —Yo cuidaré de ella.

—¿Cómo me drogó? —preguntó Lilette—. ¿Qué es lo que me hizo?

Doranna asió firmemente el codo de Lilette y la llevó hacia el pabellón. —Fuiste advertida deque no debías aceptar nunca comida o bebida que no hubieras preparado tú. —Sus palabraseran suaves, pero le dolieron de todas formas—. Vives entre Brujas, niña. Las pociones sonfáciles de encontrar, incluso las peligrosas.

Las lágrimas picaron en los ojos de Lilette. —Era Pescal, confiaba en él.

—Vamos. Tengo algo que ayudará —dijo Doranna. Abandonaron los jardines, pasando juntoa la pareja de Protectores que restringían a aquellos que podían o no entrar. Lilette se encontróa sí misma yendo hacia el más cercano.

Doranna sostuvo con firmeza su brazo. —Mantén la mirada abajo, ayudará.

Lilette miró el suelo. —Pensaba que no podías entrar a los jardines.

—Sólo si me llaman.

—Pero yo no te llamé.

Doranna no respondió.

Dentro del pabellón quedaba sólo un puñado de comida. Más allá, la multitud se habíareducido a una masa sólida de Brujas que eran superadas en número con creces por lasDesechadas que aún trabajaban duro recolectando el polen.

—¿Dónde ha ido todo el mundo?

—A casa, la mayoría. Es pasada la media noche, y la fiesta continúa mañana. Las puertas secerrarán pronto, y el resto tendrá que marcharse también.

Incluso con la mirada gacha, Lilette sabía dónde estaban los hombres. No ir hacia ellos erafísicamente doloroso. Trató de concentrarse en los platos de hojas desechados aplastadosbajo sus pies y que desprendían olor a savia, que se mezclaba con la miel de las flores dechesli. —Doranna, yo… —Se liberó y corrió hacia un hombre mayor, sin importarle la mujerque estaba rodeando con el brazo.

Doranna agarró su brazo y la inmovilizó. —Han nos está esperando en el árbol de Sash. Él esel que me envió a los jardines.

Lilette fijó su mirada en el sendero y comenzó a caminar por él, sin importarle junto a quiénpasaba. Han se levantó de la mesa cuando ella abrió la puerta de golpe y salió disparada

Page 211: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

hacia sus brazos.

Él se tambaleó hacia atrás, sorprendido. —¿Qué…?

—Sostenla —dijo Doranna.

Lilette enterró el rostro en su pecho y el dolor se calmó, pero el deseo ardió con más fuerzaque nunca. Trató de evitar que sus manos trazaran el grosor de sus músculos. Lo intentó yfracasó.

Él le atrapó las manos contra su pecho. —¿Lilette? —La apartó para mirarla a la cara—. ¿Quéle ocurre?

Doranna estaba ocupada buscando por las estanterías y no se molestó en responder.

La mirada de Han se encontró con la de Lilette, y sus ojos se abrieron mucho. —Sus pupilasson de un negro sólido.

A Lilette no le importaba. Se inclinó hacia delante, rozando el lóbulo de la oreja de Han con lapunta de la nariz. Por piedad de las Creadoras, olía muy bien. —Quiero probarte —susurróantes de lamer su cuello.

Él se quedó paralizado. —¿Qué le ha dado? —Su voz era mortífera y fría.

Doranna sacó media docena de botellas. —Una poción de amor.

—¡Entonces está enamorada de él ahora! —rugió Han.

—Está enamorada del hombre más cercano —corrigió Doranna mientras vertía losingredientes en el cuenco.

—Voy a matarlo. —Han se apartó de Lilette justo cuando sus labios encontraron su clavícula.Ella gritó y se movió para seguirlo, con las manos extendidas.

—¡Si te vas, se marchará a buscar a otra persona! Apenas he logrado traerla hasta aquí. —Doranna añadió hojas secas y molió algo en un mortero—. Puedes matarlo más tarde.

—Han. —La voz de Lilette era temblorosa. El olor de las hierbas machacadas flotaba entreellos.

Él sacudió la cabeza lentamente. —No estoy seguro si soy lo suficientemente fuerte.

—Por favor —susurró Lilette.

—¿Quieres que busque otro Protector que la mantenga ocupada hasta que haga la poción?

Han dio un paso reticente hacia ella y después otro. Y después la abrazó. Lilette se derritiócontra él, y su cuerpo contra el de ella envió una descarga eléctrica por su cuerpo. Se inclinóhacia delante y presionó su boca contra su cuello, besándolo con suavidad.

Él protestó. —Doranna, date prisa.

Sabiendo que la resolución de él se estaba debilitando, que ella estaba cerca, muy cerca de

Page 212: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

que le regresara las caricias, Lilette recorrió su cuello hasta llegar a su mandíbula. Él le dirigióuna mirada derrotada.

Ella se inclinó y tomó el labio inferior de Han entre sus dientes y chupó con cuidado. Él gimióen voz baja. El fuego lamió la cintura de Lilette antes de instalarse como una brasa caliente ensu vientre bajo.

—Intenta no reaccionar —dijo Doranna.

Lilette se rio entre dientes para sí. Él ya le había soltado las manos, y estaba haciendo un buenuso de ellas, levantándole la túnica para recorrer con sus manos su pecho ancho. —Han —susurró en un suspiro—. ¿No quieres tocarme también?

Con un gruñido, él la atrapó entre sus brazos y la besó, la besó como jamás había soñado queharía, sin el sabor de la despedida, sin arrepentimientos. Sólo necesidad y deseo y la promesade que jamás se marcharía.

Entonces Doranna lo empujó. —¡Oye! Ella tomó la poción de amor, no tú.

Jadeando en busca de aliento, Han presionó la frente de Lilette contra su cuello. —Si no le dasalgo, ambos vamos a tener un problema.

—Lilette, bébete esto.

Ella estaba demasiado ocupada con sus manos como para escuchar.

—Lilette, bébelo —rogó Han.

Ella sonrió contra su piel. —Sólo si me prometes algo.

—¿Qué? —Su voz era baja y grave.

—Promete que vendrás escaleras arriba conmigo.

El tragó, y su manzana de Adán subió y bajó.

—Está bien —dijo Doranna—. Prométeselo.

—Lo prometo.

Sin mirar a la otra mujer, Lilette extendió la mano. Doranna puso el mortero sobre su palma.Lilette arrugó la nariz por el fuerte olor de las hierbas trituradas mezcladas con alguna clase delicor e inclinó el mortero, y casi le dieron arcadas cuando el fango entró en su boca. Sugarganta ardió y sus ojos se humedecieron. Frotó su lengua contra las crestas del paladar paratratar de eliminar el sabor.

Comenzó a bajar el mortero, pero Han volvió a inclinarlo hacia arriba. Sólo la presión de susdedos en los de ella bastó para convencerla de terminarse el resto.

Una vez se lo acabó, Doranna se lo quitó y se derrumbó en una silla.

—¿Qué hace esto? —Han cerró los ojos cuando ella tomó el lóbulo de su oreja entre suslabios.

Page 213: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Doranna se frotó el rostro. —Es algo que la hará dormir y otra cosa para contrarrestar cualquierpoción.

Lilette se sintió mareada. Se apartó para mirar a Han, pero su visión se nublaba. Un letargorepentino se apoderó de sus extremidades. —Lo prometiste —le recordó.

Doranna hizo un gesto de despedida con la mano. —Adelante. No hará otra cosa más quedormir.

—Vamos. —Él la guio hacia las escaleras, tomándola del codo. Su cuerpo era pesado y ligeroa la vez. Han gruñó de frustración antes de cargarla entre sus brazos.

Ella apoyó la cabeza contra su pecho mientras subían por las escaleras. —¿Han?

—¿Mmm? —gruñó, mientras maniobraba para meter primero los pies de Lilette en lahabitación.

—Creo que estás enamorado de mí. —Los brazos de Han se tensaron alrededor de Lilette yella suspiró contra él—. No deberías. Es muy peligroso amarme.

Él la colocó sobre el colchón de juncos y depositó un beso sobre su frente. —Lo sé —susurrócontra su piel.

Pero Lilette ya estaba soñando, y sus palabras ardieron en cenizas que salieron volando antesde que ella pudiera capturarlas.

Capítulo 29Traducido por mariabluesky

Habría hecho las cosas de diferente manera si hubiera sabido que esa sería la última vez quevería a mi madre y mi casa. ~Jolin

Lilette se despertó ahogándose en su propio grito. Se levantó de la cama, su corazón palpitabacon bastante fuerza para chocar con sus costillas. Su cabeza se sentía como si estuviera llenade agua hirviendo. Se giró en la cama justo a tiempo para vomitar sobre el suelo.

Doranna estaba a su lado en un instante.

—¿Qué pasa?

Lilette presionó el dorso de su muñeca contra su boca y tragó para evitar vomitar de nuevo.

—Hasacre.

Doranna echó la cabeza hacia atrás y miró de reojo fuera de la ventana.

—De tan cerca, si las Brujas estuvieran cantando, las oiríamos.

Page 214: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La cabeza de Lilette palpitó al mismo ritmo que las horribles vueltas a su alrededor. Presionósus puños sobre sus oídos y gimió.

—¿Dónde está Han?—Por piedad de las Creadoras, ¿realmente se había ofrecido así a él?

—Abajo—Doranna descansó una mano en la espalda de Lilette—. ¿Alguna vez ha sido así demal?

—No. —Lilette se esforzó por aplanar la vacilación de su voz. No gritaría—. Esto no es lamanipulación de los elementos para girar las estaciones contra sí mismas. Esto es utilizar loselementos como armas.

—Pero tú has sentido esto antes.

Lilette asintió con la cabeza.

—¿Entonces, por qué es diferente esta vez?

Los ojos de Doranna se ensancharon.

—La poción que te di anoche, habrá limpiado la tintura del sueño de tu cuerpo.

—¡Que las Creadoras me ayuden, no puedo soportarlo! —Lilette se puso en pie y comenzó acaminar hacia delante. No tenía ni idea de a dónde iba, sólo que el mundo emitía su grito demuerte y ella tenía que pararlo.

Tropezó por las escaleras. Cerca de la puerta, Han estaba sentado, su reluciente pechocruzado de cicatrices, algunas blancas por el tiempo, otras de un lívido rosa. Por piedad de lasCreadoras, ella las había sentido anoche.

—¿Qué pasa? —Él parpadeó hacia ella.

Lilette no le podía mirar. Pero lo que había pasado entre ellos no importaba, no ahora mismo.

Doranna rápidamente le contó mientras Lilette caminaba hacia la puerta. Han se puso sutúnica sobre la cabeza y cogió sus armas y cuchillos, esforzándose por hacer equilibriosmientras se los abrochaba.

—¿Están hundiendo Harshen?—preguntó. Su mirada fija en Lilette, y la resolución seendureció dentro de ella.

—Si es así, se los haré pagar. —Abrió la puerta de un tirón y trotó para bajar los escalones.Las flores de chesli estaban todavía abiertas, polillas y otros insectos nocturnos bailaban deuna a otra. Pero la gente se había ido—. ¿Dónde están todos?

—Los sacan del centro de la ciudad después de la hora de la Bruja novata.

Usando su sentido de Bruja, Lilette los condujo cuesta arriba, hacia la fuente de ladiscordancia.

—¿Es de noche, por qué no está lloviendo?

—Nunca llueve durante la cosecha de chesli —dijo Doranna.

Page 215: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Cuanto más cerca estaban, peor se hacía la hasacre. Lilette se lanzó hacia delante y vomitóbilis en el follaje de al lado del camino.

Han se paró a su lado. Ella extendió la mano, tratando de mantenerlo alejado de la vista de suvómito.

—¿No puedes ayudarla?—suplicó a Doranna—. Seguramente hay una especie de tintura.

Lilette sacudió la cabeza. Después de lo que Pescal le había hecho, nunca volvería a tomaruna tintura. Escupió dentro de los arbustos y dejó caer su voz en un susurro.

—¿Por qué?¿ Por qué te apartaste de mí, después de todo lo que hemos pasado? —Ella nodebía preocuparse por esto ahora, pero tenía que saberlo.

—Apartarme... —La mirada de él se oscureció—. ¿Es eso lo que él te contó?

Ella se dio cuenta que Han no había parecido reconocer a Pescal anoche. Pescal habíamentido sobre todo.

—Voy a encontrarlo. Y voy a matarlo —gruñó Han.

Doranna escogió un puñado de hojas de menta y se las dio a Lilette.

—Chupa esto.

Metiéndoselas en la boca, dejo ir un poco de su vergüenza sobre cómo había actuado anoche.No era su culpa. Y no había perdido a Han. Ella sujetó el brazo de él. —Vamos. La gentemuere. Las Creadoras me ayuden, puedo escuchar sus gritos.

Ella se tambaleó hacia delante, cogiendo velocidad hasta que estaba corriendo. Finalmente,entraron al anillo de poder. Pero estaba vacío. Lilette se sujetó el pelo en las sienes. —No loentiendo.

Doranna dio un paso hacia ella.

—Niña, tienes muchas pociones en tu cuerpo. Quizá...

—¡No!—jadeó Lilette—. Sé lo que siento.

—Lilette —comenzó Han—, no hay nadie aquí.

Ella giró en un círculo entero a la luz de la luna.

—Sí están. Lo puedo sentir. —Cerró sus ojos y extendió su sentido de Bruja. El viento tiró desu pelo, trayendo con él el olor de algo quemado. E igual que sabía que ese canto era ladestrucción hecha música, sabía que se dirigía a Harshen. Y era más fuerte en el árbol quehabía a su lado.

Cuadrándose, Lilette marchó hacia un árbol grande. La extensión lisa de la corteza parecíaque se burlaba de ella.

—Lilette —susurró Doranna—, deberíamos volver.

Page 216: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Cerrando los ojos de nuevo, Lilette presionó la palma de sus manos contra el árbol. Su sentidode Bruja lo analizó, buscando algo diferente.

—Es hueco.

—Por supuesto que es hueco —dijo Doranna—, todos los árboles lo son.

Lilette abrió los ojos.

—Esta parte del árbol no está viva.

Han caminó a su lado. —¿Qué estás diciendo?

Los dedos minuciosos de ella encontraron un borde. —Estoy diciendo que esto es una puerta.

Preparándose, empujó. Éste se balanceó silenciosamente hacia adentro, revelando un trocitode oscuridad. Después de echar un vistazo hacia los demás, Lilette se deslizó dentro. Entrarondetrás de ella, y Han cerró la puerta. Lilette no podía ver mucho, pero abajo a lo lejos había unresplandor morado. Apoyando un brazo contra un lado del árbol, sintió el suelo con el pie. Estedesapareció repentinamente ante ella. Cautelosamente, caminó hacia abajo.

—Son escaleras. Vamos —susurró.

Se movieron hacia la luz, que cambió de morado a verde y envió olas de miedo a su interior, loque logró que su corazón martilleara. Finalmente, entró en una caverna enorme con la basedel árbol como tejado. En el centro estaba una esfera opaca en una nube tóxica de tono pastel.Un fuerte sentido de maldad emanaba de ella.

Un instinto profundo advirtió a Lilette que se diera la vuelta y saliera corriendo de ese lugar.Aquí, no había amanecer, ningún calor y luz para ahuyentar a las sombras. Nada, salvo elvacío y la muerte, como un alma forzada a permanecer en su putrefacto cuerpo para toda laeternidad.

Estiró la mano para tocar la esfera, pero Doranna se la retiró.

—No lo hagas.

Lilette echó un vistazo alrededor, a las estanterías de libros y mesas con pociones. Se acercóa una mesa, recogió un frasco, y olió su contenido. Rápidamente se sacudió el olor a huevopodrido.

Doranna contempló la esfera, el sudor goteaba por su frente.

—Hay algo malo en esto.

Una repentina ola de discordancia azotó dentro de Lilette y la echó hacia atrás, azotándosecon fuerza con una de las mesas y volcando algo. Ella apretó los dientes.

Han la agarró por los hombros.

—Tenemos que salir de aquí.

Lilette fulminó a la esfera con la mirada.

Page 217: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¿Qué es esto? —Se giró para comprobar aquello que había tirado, pero se heló, sus manosse cernieron sobre un libro abierto—. No.

Se inclinó hacia delante, explorando las páginas. Sus ojos se ensancharon antes de quecerrara el libro de golpe y lo metiera en su túnica. Tomó un puñado de frascos y los empujódentro de sus bolsillos.

—Tenemos que irnos, ahora.

Ella corría ya por la escalera. Han corría detrás de ella.

—¿Por qué? ¿Qué...?

Ella no redujo la velocidad. —¡Es una barrera! Si las Brujas dentro dejan de cantar, caerá yellas nos verán.

—Pero las barreras son cilindros. Eso es una esfera —protestó Doranna.

Lilette no se molestó en contestar. Cuando estaban a mitad de camino por las escaleras, la luzse apagó, dejándolos en completa oscuridad. Podían escuchar voces indistintas.

Su boca se apretó en una delgada línea, Lilette se concentró en moverse silenciosamente.Alcanzaron la puerta y Doranna la abrió de un tirón, dejando entrar una corriente de luz deluna que Lilette esperó que no alertaran a las de abajo de su presencia.

Entraron como una flecha en la noche.

—Sepárense y escóndanse —siseó Han.

Él tomó la mano de Lilette, pero ella se resistió. —Tengo que ver.

El tiró de ella dentro la maleza, agachándose detrás de una planta con hojas enormes, hojasprofundamente dentadas. Lilette echó una ojeada por encima cuando ocho mujeres salieron yempezaron a ir por caminos separados. Se esforzó en distinguir sus rostros, pero estabanenvueltos en sombras.

Una mujer extendió una mano y agarró el brazo de otra.

—Merlay, espera.

Lilette sofocó su grito ahogado. Merlay se dio la vuelta.

—¿Qué le diremos a todos?

Merlay se pasó una mano por la cara. —La única cosa que podemos decirles… que estánmuertas.

Lilette no podía oír nada sobre el mareo en sus oídos. Sabía de quien hablaban. Lo sabía ensu corazón.

Su hermana estaba muerta. Estaban todas muertas.

Pensó en la hermana que nunca conocería. En las Brujas que se habían quedado atrás para

Page 218: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

que el resto pudiera escapar. Su garganta hizo un gemido estrangulado. Han presionó sumano sobre la boca de ella y la apretó contra él.

Merlay echó un vistazo alrededor, como si buscara la fuente del sonido, pero las otras ya seestaban marchando. Después de un momento, se giró para seguirlas.

—Es mi culpa —susurró Lilette a través de las lágrimas—. Me entumecí por el dolor cuandodebería haber estado luchando.

Han la sostuvo contra su pecho para amortiguar sus sollozos.

Capítulo 30Traducido por gi_gi

Los remordimientos son como parásitos que viven dentro de ti. Tienes que encontrar unamanera de dejar de alimentarlos, o te comerán vivo. ~Jolin

Lilette estaba sentada junto a la ventana en la casa de Sash, mirando las flores chesli cerrarsey las polillas revolotear a la distancia, mirando la noche morir a la luz de la mañana. Sentíacomo si una parte de ella muriera también. Su mano descansaba sobre el libro que habíaencontrado. No lo había mirado de nuevo… no lo soportaba.

Han se sentó en silencio frente a ella. Alguien más podría haber dicho que lo sentía y tratadode consolarla con palabras o gestos. Han simplemente se quedó cerca, compartiendo el dolorde Lilette.

Cuando por fin llegó la mañana, volvió a meter el libro en su túnica y se puso de pie.

―¿A dónde vas? ―preguntó Han.

Se dirigió a la puerta. ―A buscar respuestas.

Doranna finalmente se había ido a dormir arriba, y Lilette no tenía intención de despertarla.Entró en la débil luz de la mañana. Han vino tras ella y comprobó su espada antes de fijar sutahalí sobre el pecho.

Juntos caminaron por el sendero. La gente los miraba raro mientras pasaban. Lilette no sehabía molestado en cambiarse de ropa o lavarse la cara. Sus ojos probablemente estabanmanchados de kohl, su moño se había desarmado y su cabello caía en una maraña de ondasalrededor de sus hombros. Con su armadura y su cara impasible, Han representaba el papelde guerrero.

El pabellón estaba vacío, por lo que se dirigieron al árbol de Merlay. Lilette no llamó, sóloempujó la puerta. Una Desechada con una mancha de harina en la nariz se apresuró a entraren la habitación, pero su balbuceo se detuvo cuando vio a Lilette y Han.

Page 219: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―Voy a verla. Ahora ―exigió Lilette, con voz temblorosa.

Justo cuando la Desechada comenzó a decirles que se fueran, Jolin apareció a la vista.

A Lilette no le sorprendió verla. Ella parpadeó adormilada. ―Lilette, Han, ¿que están…

Lilette le tendió el libro que había encontrado… el que Jolin había escrito. ―¿A cuántos denosotros has traicionado?

El rostro de Jolin se volvió mortalmente pálido. ―Bani, sal de aquí.

La Desechada desapareció por donde había venido. Jolin bajó la mirada y empezó a subir unaescalera de caracol, Lilette y Han la siguieron en silencio. En el segundo piso, llamó a lapuerta. ―Lilette está conmigo. Lo sabe.

Varios segundos después, Merlay salió con una bata. Lilette sintió placer de ver su peloenmarañado y ojos inyectados en sangre. Levantó el libro. ―Encontraste una manera deocultar tus canciones de las otras. Y atacaste Harshen anoche.

Merlay no lo negó como Lilette esperaba. La Principal de la Luz sólo suspiró, sus hombroscaídos como si la carga que llevaba fuera demasiado pesada de soportar. ―Bani ―llamóhacia abajo―, por favor tráenos un poco de té.

Le pidió a Lilette y Han que la siguieran y se dirigió a otra habitación, una biblioteca. Cruzó lahabitación hasta un balcón rodeado de flores. Un puente de ramas conectaba el balcón con elárbol de escucha. Merlay miró la ciudad mientras la luz de la mañana se reflejaba en las copasde los árboles y brillaba en el mar lejano. ―Lo siento ―le dijo a Lilette―. Anoche fue unanoche muy larga. Estoy muy cansada.

―No me mientas ―dijo Lilette―. Atacaste Harshen… lo sentí.

Merlay suspiró. ―Lo hice.

Requirió todo el autocontrol de Lilette controlar su rabia. ―¿Mataste a mi hermana?

Merlay se volvió hacia ellos, lágrimas cayendo por su rostro. ―El Emperador lo hizo. Las matóa todas.

Lilette se tambaleó hacia atrás, y Han dijo: ―No. Chen es muchas cosas, pero no es unasesino.

Merlay lo miró. ―Nuestros espías lo confirmaron. Todas fueron asesinadas ayer por la noche,justo después de que comenzara la cosecha de chesli.

De repente, a Lilette le pareció muy difícil permanecer de pie. Se dejó caer en una silla. Habíaestado festejando en el pabellón, tratando de subir en el regazo del hombre más cercano,¿mientras que a su hermana le cortaban la cabeza?

¿Cómo Lilette no lo había sentido? ¿Cómo no sabía que una parte de ella había muerto?

Han no se movió de su lugar junto a la puerta. ―¿Qué hicieron?

Page 220: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Merlay miró hacia otro lado, como si no pudiera soportar la visión de dolor de Lilette.―Sacudimos la ciudad hasta ponerla de rodillas.

―¿Y Chen? ―Lilette se ahogó.

Merlay la miró. ―Nuestros espías han buscado en lo que queda del palacio. Creo que esseguro decir que ahora eres viuda.

―Chen no haría eso ―repitió Han, pero esta vez sin convicción.

Lilette enterró el rostro en sus manos. ―Lo vi matar a su esposa.

Sintió la mirada de Han en ella. ―La salvó de la humillación de una ejecución pública ―dijoél―. Le dio la oportunidad de ser enterrada junto a su padre, en lugar de ser vendida paramaldiciones.

Lilette negó con la cabeza. Ellos eran hermanos. Aunque Chen fuera culpable, Hannaturalmente estaría de su lado, creería lo mejor de él. Se negó a darle vueltas al hecho deque el hermano de Han había matado a su hermana.

Jolin finalmente habló detrás de ellos. Lilette casi había olvidado que estaba allí.

―¿Ves por qué tuve que ayudarlas?

Lilette se negó a mirar a Jolin. ―¿Nunca habías usado esa barrera antes? ―preguntó Lilette.

―Se llama el velo. No podían ―dijo Jolin―. Ni siquiera sabían acerca de mi investigaciónsobre barreras hasta hace unos meses.

Lilette dirigió sus palabras a Merlay. ―¿Por qué mantener sus muertes en secreto? ¿Por quéno decirles a todos… por qué no decírmelo?

―Porque no quería arruinar la celebración. Porque queríamos responder sin la carga deldebate público. Porque no podía soportar la idea de echar a perder tu primera cosecha dechesli.

Lilette se hundió. Cuando vio el libro con la letra de Jolin, cuando se dio cuenta de lo que lasBrujas estaban haciendo, había asumido que estaban maldiciendo secretamente a Harshen.Se había equivocado. ―Ese velo… es ofensivo. Perverso incluso.

―Lo diseñé de esa manera ―habló Jolin―, para repeler a cualquier persona que se tropezaracon él.

―Seguramente sabías que podría sentirlo ―dijo Lilette a Merlay.

―Se me informó de tu... condición... por los Protectores. No pensé que estarías lo bastantedespierta para darte cuenta de lo que estaba pasando.

―Eso es otra cosa ―gruñó Han―. Lo que ese hombre le hizo…

Merlay le dirigió una mirada. ―Créeme, él será severamente castigado.

Lilette miró el puerto, los barcos que iban y venían como si el mundo no se cayera a pedazos.

Page 221: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

―¿Por qué no hacer público el contraataque?

―Eso es... complicado ―dijo Merlay.

Lilette la fulminó con la mirada. ―Creo que puedo manejarlo.

―Porque si el mundo comienza a ver a las Brujas como armas, van a utilizarnos como tal.Desde gobernantes codiciosos a granjeros hastiados, sabrán que pueden capturar a una denosotras y torturarla hasta que hagamos lo que quieran. ¿Cómo podemos evitarlo? Corremosel riesgo de convertirnos en esclavas de la misma gente que gobernamos.

―Por eso lo hicieron ―dijo Lilette―. Debido a que Chen estaba usando sus cautivas paracantar una contra maldición. No podían dejar que el mundo lo supiera. No podían dejar quesupieran que con su propio grupo de Brujas, no las necesitarían a ustedes… que no podríandetenerlos.

Si no hubiera estado drogándose, se habría dado cuenta de todo esto desde el principio.Quizá no podría haber cambiado nada, pero tal vez sí. Ahora nunca lo sabría.

Lilette cerró los ojos mientras se imaginaba la horrible muerte de su hermana. ―¿Qué les hizoChen?

La cabeza de Merlay cayó. ―Nuestros espías han indicado que Sash y las demás se volvieroncontra Chen. La mayoría murió como consecuencia de ello, y algunas se suicidaron cuando sedieron cuenta que no podrían escapar. Sólo quedaron dos… no sabemos quién. Las decapitó.

Han estaba mirando por la ventana en la dirección de Harshen, con el rostro preocupado. Perono discutió.

Merlay se movió para sentarse detrás de su escritorio. ―Jolin, Han, si esperan afuera, tengoque hablar a solas con Lilette.

Después de que se fueron, Merlay estudió a Lilette sobre sus dedos unidos. ―Ahora tenemosque lidiar con una nación conquistada, una ciudad en ruinas, y un pueblo oprimido.

Lilette bien podía imaginar la devastación. Antes había visto Rinnish destruida.

―No tengo tiempo ni ganas de andar con rodeos ―se lanzó Merlay―. Harshen necesita unnuevo gobernante. Me gustaría que ese gobernante seas tú.

Lilette la miró boquiabierta. ―Las mujeres no gobiernan en Harshen. No tienen ningún poderen absoluto.

―Bueno, tal vez es hora de que cambies eso. Si los harshenos quieren lluvia, si quieren quesus semillas broten, van a hacer lo que les diga.

Las entrañas de Lilette parecieron hundirse en un charco alrededor de sus pies. ―Quieres aHarshen a tu merced.

―Ya están a nuestra merced ―resopló Merlay―. Serías una buena candidata. Ya eres suEmperatriz, y te consideran una de ellos. Pero también eres una de nosotras.

Page 222: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette apretó los puños a los costados. ―Todo lo que siempre quise fue que mi hermanaestuviera a salvo. Más allá de eso, quería ser una Guardiana… la mejor. ―Y no podíarenunciar a ese sueño.

Merlay inclinó la cabeza. ―Podemos enviarte una tutora. Nassa ha estado rogando por eltrabajo. Y tendrás la oportunidad de realmente cambiar las cosas para mejor. ¿Cómo puedesnegarte?

Lilette se frotó las sienes para tratar de detener el dolor de cabeza que se estaba formandodetrás de sus ojos. ―Si alguien debe gobernar Harshen, debe ser Han. Es el mejor hombreque conozco.

La mirada de Merlay se desplazó a la ventana, que daba al jardín de las Principales, al círculo,y más allá, a la ciudad misma. ―Él no tiene los vínculos con las Guardianas que tienes tú.Pero... reforzaría tu proclamación como Emperatriz tener a uno de los hijos del Emperadorcomo tu consorte.

El corazón de Lilette revoloteó en su pecho. ―No estoy segura de que Han estaría deacuerdo.

Merlay rio. ―Él arriesgó su vida, traicionó a su país y a su hermano por ti; un hombre no haceeso a menos que esté perdidamente enamorado.

―Él nunca traicionó a su país. ―Trató de pensar más allá de la conmoción por la propuestade Merlay―. ¿Si estoy de acuerdo, Harshen se verá libre de las Guardianas?

―Si acatan las normas, sí.

―¿Qué quieres decir, con acatar las normas? Harshen nunca será una nación marioneta.Están demasiado dispersos y son demasiado tercos.

Merlay levantó las cejas. ―Mientras no supongan una amenaza para Kalari y paguen a Vorlaypor la pérdida de su armada, serán libres.

Por lo que le estaba diciendo Merlay, al final Lilette tendría todo lo que siempre había querido.―Lo haré.

Merlay se levantó de su silla y se dirigió hacia la puerta. ―Bien. Ahora, si me disculpas, tengomucho que hacer antes de que anunciemos esto en la cosecha de chesli. ¿Por qué no tomasuna de las habitaciones de abajo? Será más fácil si estás cerca, y luces como si hubierasdormido menos que yo.

Lilette la siguió hasta el pasillo. Jolin y Han no estaban por ningún lado. ―No. Me quedaré enla casa de mi hermana. Además, no seré capaz de dormir.

Merlay entró en su habitación, que estaba llena de muebles de buen gusto y coloresapagados. Abrió un cajón junto a la cama y sacó una botella de aspecto familiar con ramitasde hierbas dentro.

Lilette se encontró con la mirada de la otra mujer. ―¿Una tintura para dormir?

Merlay asintió y Lilette tomó la botella sin palabras. Su cabeza latía, y le tomó cada trozo de

Page 223: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

fuerza que le quedaba el mantener sus emociones bajo control. Bajó las escaleras justocuando la Desechada subía con una bandeja de té y bollos. Su rostro cayó cuando vio aLilette.

―Lamento haber tardado tanto. ¿Te gustaría el desayuno con tu té?

La boca de Lilette se hizo agua, pero ahora creía a Bethel y nunca comería algo que nohubiera visto preparar. ―No. Gracias.

Jolin la estaba esperando en la sala de recepción, su expresión pensativa. ―Lilette, lo siento.

Lilette no pudo responder al principio. ―Te veré esta noche. ―Salió del árbol, cerrando lapuerta detrás de ella. Una vez fuera, miró a su alrededor para asegurarse de que nadie laestaba mirando y tiró la tintura en el follaje.

Capítulo 31Traducido por nahirr

¿Alguna vez me perdonó? ~Jolin

Lilette alisó su túnica de seda. Era maravillosa, con bordados de un dragón sinuoso blanco ydorado, de cinco garras. Doranna colocó un tocado con incrustaciones de gemas y turquesasen su cabeza, hebras de perlas tintineantes bailaban por debajo de sus orejas.

Ya estaba usando el broche de rubí y el anillo de dragón. Usar una copia del anillo de Laosh lahacía estremecerse, pero Merlay había insistido.

Había requerido casi todos los artesanos de Harshen que Merlay pudo encontrar para creareste conjunto. Y todos tenían órdenes para más. Docenas de túnicas, un tocado más pequeño,zapatillas, e incluso pequeñas cosas como ollas de kohl y rollos para los mandatos de Lilette.

—Tienes que hacer tu parte —había dicho Merlay cuando inspeccionó a Lilette más temprano—. Tienen que sentir que estás por encima de ellos si van a seguirte.

A Lilette no le había gustado eso, pero no se había molestado en discutir.

Doranna tocó su brazo, asustando a Lilette. —Estás lista. —Doranna abrió la puerta a labiblioteca de Merlay y entraron.

Fuera, la noche había caído. Las flores de chesli en el balcón estaban abiertas, y polillas yotros insectos nocturnos se congregaban de una a otra. Un rastro de polen brillante caía desus alas y le daban un brillo de otro mundo al centro de la ciudad.

Lilette se deslizó hacia adelante, quedándose fuera de la vista, detrás de las flores de chesli.En el balcón, del lado opuesto del puente de ramas entretejidas, estaba el árbol de escucha.Las cuatro Principales estaban allí, Jolin con ellas.

Page 224: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Ante esa visión, el estómago de Lilette se retorció en nudos. —No me siento lista. —Deseabaque Han estuviera a su lado, pero nadie lo había visto en todo el día. Merlay había mandado adocenas de Protectores para que lo buscaran, pero hasta el momento no lo habían encontrado.

Lilette sabía qué tan capaz era Han. Cuan fuerte. Pero aun así estaba preocupada. Algo noestaba bien, lo sabía en lo profundo de sus huesos.

Su mirada se desvió para abarcar sus alrededores. Desde esta posición ventajosa, podía vertodo. Desde el pabellón de las Principales hasta la ciudad rodeada por un brillo etéreo queterminaba en la oscuridad líquida del océano.

A pesar de la vista imponente, los ojos de Lilette seguían viéndose atraídos hacia lasDesechadas, con paños en las manos para juntar polen. No parecía justo que tuvieran quetrabajar desde el centro de la ciudad hacia el exterior hasta que las flores se cerraran alamanecer, luego dormir por un par de horas antes de levantarse para preparar los festines.

Tenía que haber algo mejor. Algo más justo. Una idea comenzó a formarse en su mente. —Doranna, ¿puedes juntar la mayor cantidad de Desechadas bajo este balcón?

La Desechada levantó una sola ceja. —¿Por qué?

—Sólo confía en mí.

Doranna respiró profundamente y se dirigió a la puerta. La abrió, y Lilette oyó pisadas. Unmomento después, Han siguió a tres harshenos nativos, todos cargaban túnicas de seda yotros atavíos para igualar los de Lilette.

La vista de Han voló a su rostro, a su túnica y su tocado. Se congeló, su rostro sin expresión.Doranna le dio a Lilette un pequeño asentimiento y salió de la vista.

El corazón de Lilette se aceleró. Han todavía no sabía. ¿Y si rechazaba casarse con ella?Inhaló para estabilizarse y miró a los harshenos. —Déjenlos y márchense.

Uno de ellos se inclinó hasta casi la cintura. —Emperatriz, los anuncios comenzarán encualquier momento.

Forzó una expresión paciente en su rostro. —Lo sé. Gracias.

Al menos él no se perdió el despido en su tono. Salieron sin otra palabra, dejándola sola conHan.

Ella cruzó los brazos sobre su pecho. —¿Dónde estabas?

—Fui a buscar a Pescal.

—¿A buscarlo?

—Se escapó de los Protectores. ¿Nadie te dijo?

—No.

La boca de Han se tensó. —Lo he estado buscando todo el día, pero es como si hubiera

Page 225: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

desaparecido. Nadie lo ha visto y nadie sabe a dónde puede haber ido, lo que significa queprobablemente alguien le está dando refugio. —Han se detuvo—. Algo no está bien, Lilette.

Se estremeció. —Lo sé.

En el otro balcón, Merlay había comenzado sus presentaciones. Lilette se estaba quedandosin tiempo. —Me hicieron Emperatriz.

—Nunca has dejado de ser Emperatriz —contestó Han.

No podía mirarlo, se acercó un paso más al centro de la habitación. —Han… me voy a ir. Encuanto los barcos estén listos.

Él se movió para estar enfrente de ella. —Creía que querías estar aquí más que cualquier otracosa.

Ella levantó una de las flores relucientes y la hizo girar entre sus dedos. —No importa lo quequiera. Nunca ha importado.

Las cejas de Han se arquearon. —A mí me importa.

Por fin se giró para enfrentarlo. —¿Estás enamorado de mí? —Porque yo estoy enamorada deti. No lo dijo. Primero quería su respuesta.

Su respiración se atoró en su garganta. —Lilette…

Sólo para asegurarse que él sabía qué significaba elegirla, dio un paso hacia adelante ypresionó sus labios contra los de él. Él le devolvió el beso, respirándola como si lo intoxicara.A ella le gustaba eso, le gustaba el control casi contenido que podía sentir en él. ¿Qué podríahacer él si alguna vez ese control desaparecía? Se estremeció deliciosamente ante la idea.

Ella se separó y saboreó el olor de él en su nariz, y el sabor de él en su lengua. —Te necesito,Han. Siempre te he necesitado.

Han presionó su frente contra la de ella, como si por fin se rindiera. —Voy a donde vayas. —Ella escuchó la promesa en sus palabras.

Una sonrisa se propagó en su rostro. —Voy a donde vayas. —Se sentía como si hubieranhecho un trato entre ellos. Él envolvió sus brazos a su alrededor y la acercó más, sus cuerposy corazones se entrelazaron mientras la besaba, encendiendo un carbón humeante en loprofundo de su pecho.

En el fondo, ella era vagamente consciente de que Jolin comenzaba su discurso sobre sucolgante, Marley anunciaba la primera promoción de una Aprendiz a Guardiana completa paraconvertirse en la Principal de las Plantas. La multitud vitoreó salvajemente.

Casi era el turno de Lilette. Sin aliento, se separó de Han. —Hay más. —Dejó escapar unalenta respiración—. Yo… bueno, quieren que te tome como mi consorte.

La conmoción cruzó su rostro. Lilette se forzó a no apartar la mirada, a esperar mientras laincredulidad se derretía en algo más.

Page 226: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Tenemos otro anuncio que hacer —Merlay gritó por sobre el sonido de la multitud.

Por piedad de las Creadoras, me tardé mucho tiempo. —Me tengo que ir. Es mi turno. —Sealejó de él y se colocó en medio del balcón.

—Una nueva líder ha sido elegida para Harshen —Merlay continuó—. Ésta líder tiene fuertesconexiones con nosotros y también con esta tierra errante. Les presento a la Emperatriz Lilette.—Levantó el brazo en la dirección de Lilette.

Miles de ojos cayeron sobre Lilette, su escrutinio quemando a través de ella. Echó los hombroshacia atrás y mantuvo su expresión en blanco. Ahora era su turno para sorprenderlos. Abrió laboca y llamó a un viento para que viniera de entre los árboles. Juntó polen de las flores,capturándolo en un capullo, muy parecido a lo que hacían las Brujas cuando enviabanmensajes en el viento. Una ráfaga resplandeciente se torció a través de los árboles, bailandoentre la multitud hasta que todas las conversaciones se detuvieron. Lo dirigió hacia las pocasdocenas de Desechadas que Doranna había reunido en la base del árbol.

Cuando Lilette creyó que estaba lo suficientemente cerca, abruptamente dejó de cantar. LasDesechadas sostuvieron sus frascos hacia el cielo mientras el polen se desplazaba haciaabajo, espolvoreando sus pieles como pecas resplandecientes. También cayó sobre Lilette,pegándose a los pequeños vellos en sus brazos y haciéndolos brillar.

Debajo de ella, los rostros de las Desechadas brillaban con felicidad y polen. La visión le trajoligereza al corazón de Lilette. Otras Desechadas se acercaron para sacudirse el polen en susfrascos desbordantes. —Ahora —Lilette dijo con una sonrisa—, tal vez puedan disfrutar de lacelebración con los demás.

Las Desechadas vitorearon, y muchos en la multitud se les unieron. Pero Lilette notó a unamujer mirándola con algo parecido al desprecio en los ojos. Y no era la única. Luego lamultitud se dividió para revelar al hombre y la mujer harshenos que habían vestido a Lilette lanoche que conoció a Pescal; estaban postrados en respeto. Hubo otro alboroto en la multitudmientras más nativos de Harshen se inclinaban ante Lilette. Los Protectores murmuraron entreellos.

—¡Ya ha sido aceptada por los nativos de Harshen entre nosotros! —gritó Merlay. Las otrasPrincipales aplaudieron. Eso pareció ser toda indicación que la multitud necesitaba pararomper en aplausos. Merlay atrapó la mirada de Lilette antes de mirar enfáticamente detrás deella. Lilette se giró y encontró a Han vestido con la túnica que había sido elegida para él.

—¿Han? —dijo, con la voz temblando. Él atrapó su cara entre sus manos y la besó.

Merlay gritó: —¡Y parece que tendrá a un príncipe harsheno como su consorte para fortalecersu proclamación!

La gente rugió en aprobación. Lilette sujetó las muñecas de Han y se separó. —¿Todo esto espara ellos? —Inclinó la cabeza hacia la multitud—. ¿Para Harshen? ¿O es para nosotros? —terminó en un susurro.

Han descansó su frente contra la de ella. —Todo lo anterior.

Ella buscó su mirada. —¿Estás seguro?

Page 227: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Desde ese día en el cerezo.

La volvió a besar. Lilette ya no podía oír la multitud, no podía sentir el aire nocturno. Sóloestaba Han, sus gentiles besos tan suaves como las alas de polillas que cepillaban contra supiel cubierta de polen.

Capítulo 32Traducido por nahirr

A veces las cosas se rompen tanto, que nunca se pueden arreglar. ~Jolin

—Esa parte con el polen y el viento fue brillante. Si alguien cuestionaba tu nombramiento porel Dragón del Sol, ya no lo cuestionaran más.

Han y Lilette se separaron. Merlay estaba de pie sobre el puente, con la cadera apoyada en labarandilla. Lilette se sonrojó y levantó una mano para cubrir sus labios sensibles.

Merlay se rio de su expresión. —Y el beso al final. —Sacudió la cabeza—. Asombrosoexhibicionismo y un don para la política. —Entró a la biblioteca y comenzó a revisar un armario—. Menos mal que te vas a Harshen. Entre esa demostración pública de tu canción y tu proezacon la multitud, tendrías mi trabajo después de un mes de graduarte como Guardiana.

Sintiéndose incómoda, Lilette dio un paso para separarse de Han. —¿Te molestó cómomanejé las cosas?

Merlay se giró con una botella en las manos. —Por el contrario, estoy feliz de no tener lacompetencia. —Su sonrisa suavizó un poco sus palabras, pero la tensión en el pecho deLilette no disminuyó.

Merlay le dirigió un pequeño asentimiento a Han. —Apreciamos tu voluntad de servir a tu país.

—Es fácil cuando me ofrecieron lo que siempre quise.

Merlay sirvió el líquido en dos vasos. —Sí, bueno, gobernar en lugar de tu hermano no seráfácil después del desastre que hizo.

Han se puso rígido y Lilette quiso abofetear a Merlay.

Notas de música vinieron desde abajo mientras Merlay les entregaba vasos con vino oscuro.Haciéndoles señas para que la siguieran, comenzó a bajar las escaleras.

Esperándolos al final estaban Doranna y Harberd. Merlay hizo un gesto hacia ellos. —Hiceque te asignaran una Desechada y un Protector a partir de ahora. Ellos se ofrecieronvoluntarios.

Lilette parpadeó. —¿Por qué?

Page 228: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Para velar por tus necesidades y protección, por supuesto.

Lilette estudió el rostro de Doranna. —¿Estás segura? Estarías dejando a Bethel.

—Esto es lo que Bethel quiere.

Merlay sonrió. —Entonces ya está todo arreglado. Mañana comenzaremos a prepararte paraque gobiernes Harshen. Ahora tengo un hombre apuesto al que tengo que calmar un poco.

Lilette observó a Merlay partir, y sintió que el futuro que había planeado para ella misma en laciudad Arboleda se hacía cenizas. Pero cuando miró a Han, la pérdida no dolía tanto.

Les hizo un gesto a Doranna y Harberd. —Ambos pueden tener la noche libre.

Doranna dio un paso hacia adelante para sujetar ambos vasos de vino y lanzar el líquidoafuera.

Harberd observó a Lilette, con el ceño fruncido. —Lo siento, Emperatriz, pero fuera de su árbol,mis órdenes son no perderla de vista.

Ella suspiró. —¿Merlay cree que estoy en peligro incluso aquí?

—No recibo mis órdenes de Merlay —contestó Harberd.

Lilette gruñó, y la gratitud la llenó; ella confiaba en Bethel. Han cruzó los brazos detrás de suespalda. —No te preocupes, estoy seguro que Harberd es excelente en su trabajo. Ni siquierasabrás que está allí. —Le lanzó al Protector una mirada significativa.

El hombre hizo un brusco asentimiento y se fusionó con el umbral.

—Yo no… —comenzó Lilette.

—Merlay tiene razón con esto —interpuso Han—. Él hará un buen trabajo en ser discreto.Además, otro par de ojos disminuirá la presión en mí.

Justo mientras Lilette sentía rendirse, Jolin apareció en el umbral y su respiración se detuvo. —¿Lo vieron? Los tenía completamente cautivados.

Lilette levantó una sola ceja. Por lo que había oído, Jolin había sido completamentecondescendiente. —Podrías haber sido un poco más respetuosa.

Jolin descartó su comentario con un gesto. —Estoy segura que ni siquiera lo notaron.

—Hay una razón por la cual no tienes muchos amigos, Jolin. —Su tendencia a traicionar noera lo menor.

—Oh, por favor. Las masas descerebradas sólo están aquí por la comida y la bebida. —Jolindebía haber notado finalmente sus miradas de desaprobación—. No como ustedes dos, porsupuesto. —Dio un vistazo entre Lilette y Han—. ¿Es verdad? ¿En serio vas a convertirte enEmperatriz y casarte?

Lilette sintió que Han se acercaba, como atraído hacia ella. —Es verdad —respondió él, con lavoz extrañamente ronca. Se aclaró la garganta y habló más alto—. ¿El ámbar que usaste en tu

Page 229: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

presentación? —Las puntas de sus dedos se posaron en el hueco de la garganta de Lilette.

Culpa se disparó a través de Lilette por dejar que algo preciado para Han fuera usado de esaforma.

—Ah. —Jolin lo sacó de su bolsillo.

Han estudió ambas piezas, con tristeza en los ojos. —Me gustaría tenerlo de vuelta. Ha estadoen mi familia por mucho tiempo.

Jolin dudó. —Seiscientos años, si le crees a los historiadores, personalmente yo no lo hago.Los historiadores son como retratistas contratados, siempre distorsionan la representaciónpara satisfacer al sujeto. —Dejó las piezas en la mano abierta de Han.

Lilette arqueó una ceja. —¿Y tú lo harías diferente?

Jolin gruñó. —Yo lo escribiría exactamente como pasó. Sin abrillantarlo ni cambiar hechos.

Lilette hizo un ruido evasivo con la garganta.

Han todavía estaba observando las piezas rotas en su mano. —Lilette, ¿me disculparías?Necesito ocuparme de algo.

Lilette lo estudió, tratando de leer todos los pensamientos y emociones que corrían por debajode su duro exterior. —¿Te veré más tarde?

Asintió levemente. —Yo te encontraré. —Se acercó y presionó un beso en su frente—. Teprometí que siempre lo haría, ¿recuerdas? —Salió de la habitación sin mirar atrás.

En el silencio, Jolin aplaudió súbitamente. —Voy a ir contigo.

Lilette se sobresaltó. —¿Vas a qué?

—Ir contigo. Me vas a necesitar.

—Pero eres la Principal de la Plantas, y tu investigación…

—Se puede hacer allí tan fácilmente como aquí. Bueno, casi. Tendré que vaciar casicompletamente la biblioteca, pero Merlay no se atrevería a negármelo. No con todo lo que haplaneado para esta nueva técnica.

Lilette bajó la mirada. —Jolin, no creo que pueda volver a confiar en ti.

Jolin palideció. —Era parte de ese círculo, sentí la destrucción. Todavía creo que ayudar aMerlay era lo que había que hacer, pero si puedo ayudar a Harshen a reconstruir… ayudarlosa convertirse en algo mejor… lo haré. Además, me necesitas.

Lilette respiró profundamente para armarse de valor. —No te quiero allí.

Un sonido de dolor se escapó de la garganta de Jolin; ella se volteó. —No espero que loentiendas. Tú haces amigos con tanta facilidad como respiras, pero yo no. Soy arrogante y notengo tolerancia para la estupidez. Y soy solitaria.

Page 230: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette sabía qué tan difícil era para Jolin admitir esto, pero no era suficiente. No después de loque había hecho.

—Merlay es la única amiga que he tenido además de ti —siguió—. Ha estado allí para mícuando no había nadie más. Cuando me pidió ayuda, se la di. —Jolin se giró para enfrentarla,y Lilette se sorprendió al ver lágrimas en sus mejillas—. Haré lo mismo por ti, ya sea que lopidas o no.

Lilette estuvo callada por mucho tiempo, debatiendo, pero luego sus hombros se hundieron. —Lo voy a intentar. —Era lo máximo que podía prometer—. ¿Crees que puedo hacer esto?¿Gobernar un país completo? Crecí en un pueblo pesquero.

—Pero ese no es tu linaje. —Jolin restregó sus mejillas—. Naciste para gobernar el mundo. Unpequeño país no será problema. —Una sonrisa se extendió por su rostro—. Además, comoEmperatriz, tendrás acceso ilimitado a los depósitos de ámbar de Harshen.

Lilette se rio.

—¿Ves? Puedo ser divertida a propósito.

Cuando Lilette no respondió, Jolin la empujó con un codo. —¡Deja de preocuparte! Acabas deconvertirte en Emperatriz… otra vez. Esto merece celebración.

Lilette negó con la cabeza. —No estoy de humor para celebrar. —Y no estaba lista para volvera pasar tiempo con Jolin. Se excusó y volvió al balcón de Merlay. La ciudad Arboleda estaballena de luz dorada, calidez y música. La noche más allá estaba llena de oscuridad líquida.

¿Así que por qué Lilette sentía que era lo contrario, que todo a su alrededor era falso… comooro sobre madera podrida?

Capítulo 33Traducido por YoseSalvatore

Yo quería todo, y el deseo me cegó ante lo que estaba a punto de perder ~Jolin

Esta fue la tercera vez que Lilette vio Rinnish destruido. Le dolió el corazón al verlo. Partes dela ciudad habían sido carbonizadas, y la mayoría de los edificios se habían derrumbado porcompleto. Gran parte de las murallas alrededor del palacio se habían desplomado, sólo unaparte de las murallas del norte se mantuvo. Milagrosamente, el propio palacio parecía estaraún en pie.

La ciudad estaba en silencio, como encorvada bajo las enojadas nubes y a la espera de ungolpe. Lilette sacudió la cabeza. Merlay había dicho que las nubes y los rayos le garantizaríanque la gente se intimidara ante ella. Pero Lilette no los quería intimidar. Ella quería que lamiraran y vieran esperanza.

Page 231: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Y ella no confiaba completamente en Merlay. Lilette haría esto a su manera. De pie en la proa,cantó, obligando a las nubes a retroceder hasta que el aire brilló con la luz del sol. Cuandoterminó, miró a los hermosos caballos que habían traído para ella. Las lágrimas picaron susojos cuando se acordó de su elefante; lo orgullosa que se había levantado y lo fuerte quehabía caído.

Dio un paso adelante, Han a un lado, Doranna en el otro. Ambos tenían las manos sobre susarmas.

Jolin se acercó lentamente detrás de ella. ―Realmente no esperas que monte uno de esos,¿verdad?

Lilette sonrió. ―De hecho sí.

Jolin gimió. A su lado, Galon dio una sonrisa maliciosa mientras la ayudaba a montar. Lilettenotó que las manos de él se detuvieron en la parte externa del muslo de la chica, y Jolin ledirigió una sonrisa secreta.

Han cabalgaba junto a Lilette, esto era algo más que una Emperatriz a caballo por las calles,también era la procesión de boda de Han y ella. Recorrieron las calles de la ciudad, desde losdestartalados barrios pobres junto a los muelles hasta las casas acomodadas y con patiosinteriores.

Más de cincuenta Brujas y un pequeño ejército de Protectores los rodeaban, y eso sin contarlas doscientas Desechadas cubiertas de gris, todas las cuales habían seguido ansiosamente aLilette después de ese momento con el polen.

Lilette no podía dejar de ver esto por lo que era, una invasión. Pero también había venidopreparada para eso. Más de una vez, los harshenos atacaron de pronto, algunos de ellosvestían el uniforme de un guardia imperial o un élite. Los Protectores les hicieron retrocedercasi sin esfuerzo.

Finalmente, atravesaron las puertas del palacio en ruinas. En el interior, el patio estaba llenode los escombros de los tres muros caídos, aunque los muertos parecían haber sido retirados.El harén estaba prácticamente desaparecido, aplastado bajo las murallas caídas del norte.

Lilette no estaba segura de cómo, pero el palacio seguía en pie, lucía vulnerable con sólo lasmurallas del este para salvaguardarlo. Incluso los dragones de piedra permanecían.

Lilette se inclinó hacia Han ― ¿Dónde están los eunucos, las concubinas? Seguramentealgunos de ellos sobrevivieron.

La mirada de Han estaba fija en el harén. ― Los Protectores ya revisaron los jardines delpalacio. Fueron abandonados.

―¿A dónde irían? ―preguntó Lilette.

Han hizo un sonido bajo en su garganta. ―Mi conjetura es que o bien están escondidos en laciudad o muertos. Voy a tantear el terreno con algunos de mis amigos y ver si escucho algo.

Ella dudó. ― ¿Y Chen?

Page 232: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Han dejó escapar un profundo suspiro. ―Ellos no han encontrado un cuerpo.

―¿Qué pasa si todavía está vivo?

Han la estudió por un largo tiempo. ― He pensado en ello.

―¿Y?

Uno de los lados de su boca se torció hacia arriba. ―No va a cambiar nada, pequeño dragón.

Una sonrisa triste curvó las comisuras de la boca de Lilette. Extendió la mano y tomó la deHan, dándole un apretón. ―Gracias.

Desmontó y se volvió hacia los doscientas Desechadas y las pocas mujeres nacidas enHarshen que había logrado reunir. ―Ahora pueden ocuparse de ello.

Las mujeres se dirigieron hacia el palacio o a los bordes exteriores del recinto palaciego.Lilette les había prometido una vida en Harshen si se quedaban con ella. Se habíasorprendido de cuántas de ellas habían estado de acuerdo con entusiasmo.

―¿A dónde van? ― Merlay preguntó con incredulidad.

Lilette escondió su sonrisa. Las Desechadas respondían a ella ahora. ―A preparar elbanquete de bodas. ―Y también a limpiar el palacio, pero eso no sonaba tan magnífico. Lededicó una sonrisa a Han―. Vamos a anunciarle mi presencia a la ciudad.

La tomó del brazo para ayudarla a pasar sobre el patio lleno de escombros hasta las escalerasque se entrecruzaban en las paredes del este. En la parte superior, miró hacia la ciudad. Novio un solo harsheno, pero sabía que estaban observando.

Un pregonero la anunció como la Emperatriz y trajo la corona de la Emperatriz con las seisuniones. Él pronunció las palabras que la unirían a Han.

Un nuevo Emperador tenía que repartir cosas dulces para bendecir al pueblo, naranjas opanecillos dulces, tal vez. Lilette no tenía eso, ella tenía algo mejor. No estaba segura de cómolos harshenos reaccionarían a su canción. Sólo esperaba que no asaltaran el palacio, porquelos Protectores y las Brujas los derrotarían.

Lilette tenía previsto pedirles a las Brujas que se reunieran en un círculo y cantaran. Pero laagitación familiar estaba en su pecho. Ella no las necesitaba.

Cantó un viento. Desde todo el recinto, las Desechadas arrojaron semillas en el aire. El vientolas atrapó y las llevó a la ciudad. Respirando profundamente, Lilette cantó de nuevo, pero estavez era una canción de crecimiento.

Por toda la ciudad, miles de semillas echaron raíces entre adoquines y patios. En los barrioslodosos cerca de los muelles, los tallos de arroz se dispararon hacia el cielo. En los patios yjardines, mangos y peras echaron raíces, sus arcos llenaron el aire con fragancia antes dellenarse pesadamente de frutas. Verduras crecieron en el mercado. El trigo germinó entre losadoquines.

Para el momento en que Lilette terminó su canción, la ciudad había cultivado una gruesa

Page 233: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

cosecha. Lilette cantó.

Coman y satisfechos estén,

Porque esta noche con su príncipe me uní.

El pueblo no se animó. No gritaron. Pero unos pocos se aventuraron a la luz del sol. Sellenaron los brazos con comida antes de desaparecer de nuevo.

Satisfecha de haber hecho todo lo que podía, Lilette comenzó a bajar las escaleras. Sus ojosrecorrieron a los Protectores, pasando por encima de una cara familiar y un mechón delatorantes de que su mirada volviera a girarse. Pero él se había ido.

―¿Qué pasa? ―preguntó Han.

Lilette exhaló. Tenía que haber sido alguien que sólo se parecía a Pescal. No podía estar aquí.Sacudiéndose la inquietud, le sonrió a Han. ―Nada. No era nada.

Dentro del palacio, tenía a las Desechadas organizando un banquete, nada tan extravagantecomo su fiesta de bodas con Chen, pero era lo mejor que podía hacer.

Depositaron las frutas y verduras en una habitación que había sido limpiada incluso de lasmesas bajas. Lilette se entristeció a causa de todos los biombos de seda perdidos y lasestatuas intrincadas. Las únicas que permanecían eran los grandes dragones de piedra ante elpalacio y sólo porque eran demasiado pesados para levantarlos.

Se sentaron en el piso de madera, comieron en platos de hojas y bebieron en vasos de estañoen una habitación que olía a humo y muerte. Y, sin embargo Lilette era feliz. Contra todopronóstico, se había casado finalmente con el hombre que amaba.

Al caer la tarde, Han la ayudó a ponerse de pie y le desearon buenas noches a todos. Lacondujo por las escaleras hasta el cuarto piso. ―Todo este piso es tuyo ahora.

Una vez había sido opulento, había pruebas de eso en todas partes. Ahora, había sidosaqueado hasta quedar con las paredes desnudas. Las Desechadas habían colocado un parde esterillas de junco. Eso era todo.

Lilette se acercó a las ventanas, mirando la ciudad mientras la tristeza y la culpa la asaltaban,ella había sido parte de esta destrucción; lo quisiera o no.

Han puso una mano callosa sobre su hombro. ―No todo está arruinado. Ven conmigo. ―Sevolvió y la guio hasta un biombo de seda.

Lilette se quedó parada ante este, pero él sólo la miró como si ella no fuera real, como si encualquier momento una ráfaga de viento se la pudiera llevar. Consciente de sí misma, envolviósus brazos a su alrededor. ―Bueno, ¿vas a abrirlo o no?

Él sonrió, algo que ella nunca había visto antes. Eso tiró de su tejido cicatricial, tirando de su

Page 234: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

ojo hacia abajo y torciendo su rostro. No era hermoso, y eso la alegró. No confiaba en lascosas hermosas.

Abrió el biombo, y Lilette se vio repentinamente abrumada por el olor de las cosas verdes.Respiró con un jadeo. Era un jardín de macetas, y a pesar de la sequía en la ciudad, estoobviamente había sido bien cuidado. Algunas plantas se habían volcado, pero allí no habíanada de valor para los saqueadores, por lo que lo habían dejado intacto en su mayoría.

Ella dio unos pasos en el interior y se detuvo a oler una gardenia, su dulce fragancia hizo quesus ojos se cerraran de placer. Se volvió lentamente hacia Han. Él tendió la mano y abrió elpuño. Algo cayó, colgado de una cadena. Cuando ella dio un paso para acercarse, su boca seabrió con sorpresa. Era la media luna de ámbar del colgante que Betel había partido. Ahoraestaba unido a un soporte de plata en lugar de oro, y en lugar del sol… ―¡Es la luna!

Él lo abrochó alrededor del cuello de Lilette, la larga cadena permitía al colgante colgar entresus pechos.

―Es el símbolo del Emperador ―él explicó―. Es por eso que te dije que lo conservaras.Mientras tengas esto, puedes reclamar el imperio.

Han alzó la pieza más grande, desde debajo de su camisa. ―Te dije que te seguiría a todaspartes. Ahora puedo.

Ella dio un paso hacia él y apretó sus labios con los de ella. El beso rápidamente pasó desuave a algo más, algo más profundo, y Lilette no tenía ninguna intención de detenerse.

Capítulo 34Traducido por Yann Mardy Bum

Nunca vi a Han y a Lilette besarse en público. Ni siquiera los vi abrazarse. Sin embargo, secomunicaban con una mirada, con un simple toque, más de lo que cualquiera lo ha hecho

jamás en formas más amorosas. ~Jolin

Una mano apoyada en el hombro de Lilette la sacudía lentamente. Pero se sentía tan bientener a Han acostado junto a ella. Sólido, fuerte. Por primera vez en mucho tiempo, ella estabaa salvo. Luego se dio cuenta de que sus dos brazos la envolvían. Con un grito de advertencia,sus ojos se abrieron de golpe. Para cuando estaba a medias levantada, Han ya estaba de pie,con una mirada mortal saltando de sus ojos.

Pero Lang solamente lo miró sin inmutarse, antes de que sus ojos volvieran a posarse en ella.—Debes venir conmigo.

—¿Mi madre? —dijo Han sin aliento.

—Ella está bien. La he escondido en la ciudad.

Page 235: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Quiero verla —exigió él.

Lang se puso de pie. —Entonces mejor date prisa.

Han no apartó su espada. —¿Y por qué debería confiar en ti?

—Salvé la vida de tu madre —le respondió Lang—. ¿No es eso suficiente?

En respuesta, Han le dio a Lilette un par de sus pantalones oscuros y una túnica.

—¿Qué sucede? —preguntó ella mientras se vestía.

Lang la observó. —Se cómo murió tu hermana realmente. Y no fue Chen.

El mundo pareció inclinarse. La mano de Han salió disparada para sostenerla. —¿Qué?

—Tengo pruebas. Si me acompañas.

—¿Por qué simplemente no lo dices ahora? —Han puso su casco sobre el cabello pálido deLilette y le abrochó la careta.

—Porque no van a creerlo hasta que lo vean por sí mismos. —Sin esperar respuesta, Langcorrió hacia la barandilla que rodeaba el jardín. Una cuerda delgada colgaba de un gancho.

—¿Has escalado cuatro pisos? —preguntó ella sorprendida.

Lang gruño. —Tienes que hablar con esos Protectores sobre la seguridad.

Lilette miró hacia abajo y se sintió mareada. —Soy la Emperatriz. Podemos simplemente ir porla puerta principal.

—No tienes idea del peligro en que te encuentras —se burló Lang mientras pasaba la piernasobre el borde—. ¿Puedes escalar?

Lilette se asomó por el borde. —Mm...

Lang se dirigió a Han. —Amárrala a un extremo y la bajaremos. —Le ataron la cuerdaalrededor de la cintura y lentamente la bajaron a los jardines detrás del palacio. Se escondiódetrás de un arbusto moribundo; obviamente este jardín no había sido tan bien cuidado comoel de arriba.

Los dos hombres salieron tras ella en un momento, y los tres echaron a correr por el jardíndestruido. En las murallas, simplemente pasaron apresuradamente bajo un espacio triangularformado por dos secciones del muro. Una corta carrera por la pendiente, y ya estaban en laciudad. Todo estaba inquietantemente silencioso y desierto.

Lang los guio por las destrozadas calles hasta que Lilette estuvo irremediablemente perdida,pero a juzgar por la mirada sombría en el rostro de Han, él sabía dónde estaban.

Finalmente, llegaron a una casa humilde que estaba más o menos en pie. Con una mano en lapuerta, Lang se detuvo. —Deben prometer que permanecerán en silencio cuando vean lo quehay dentro. No puedo arriesgarme a llamar la atención.

Page 236: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette asintió, y Lang abrió la puerta del humilde hogar. Ko se levantó de los almohadones delsuelo, que eran sorprendentemente elegantes. Corrió hacia Han y lo abrazó. Él la abrazó, conuna expresión de profundo alivio en el rostro.

Pero la mirada de Lilette estaba fija en Salfe… el chico de su aldea que había sido desterradopor tratar de ayudarla a escapar de su compromiso con Bian. De manera inconsciente, sumano se dirigió hacia la peineta que Salfe le había dado, y sus dedos trazaron las rugosidadesen el jade.

Él se acercó a ella antes de que su mirada se desviara hacia Han, y su alegría desapareció.

—¡Estás vivo! —consiguió decir Lilette—. No entiendo.

Ko tomó la mano de Lilette. —Quiero que sepas cuánto me alegro por ti… por ambos.

—Ko —dijo Lang casi a modo de disculpa, apoyando la mano en su brazo.

Ella dio un paso atrás. —Tienes razón, no hay tiempo. Por aquí. —Apartó una cortina gastadapero limpia que colgaba a través de la puerta. Lang cruzó primero. Tras él, Lilette jadeó ante elhedor a carne podrida. Levantó el brazo ante su nariz y respiró de manera superficial a travésde la manga. Era una habitación pequeña. Se inclinó hacia un lado para mirar detrás de Lang.

Lo que vio la hizo girar y buscar la espada de Han. Antes de que pudiera alcanzarla, él lamovió a un lado y entró en la habitación, con su espada saliendo de su vaina, pero entoncesquedó inmóvil.

Lilette rebuscó su cuchillo y se abalanzó hacia delante, pero Lang la atrapó y hábilmente se loquitó.

Desde la pila de juncos, Chen se echó a reír. Atrapada en los brazos de Lang, Lilette lomaldijo, usando cada palabra vil que había oído alguna vez.

—Juraste guardar silencio —susurró Lang.

Lilette apretó los dientes mientras la risa de Chen cambiaba a una tos que sacudió suspulmones.

La espada de Han poco a poco cayó a un costado. —¿Cómo?

Lilette se retorcía contra Lang, pero él resistía su ataque. —¡Está casi muerto de cualquierforma! ¡Detente!

Ella se quedó inmóvil, con el instinto asesino escapando de ella. —¿Por qué? ¿Por qué loayudas?

Lang la soltó pero se mantuvo entre ella y Chen. —Lo encontré cuando buscabasobrevivientes. Lo arrastramos hasta aquí bajo el amparo de la oscuridad hace días.

—Sus piernas están trituradas —dijo Ko.

Lilette comprendió que el hedor provenía de Chen. La idea le revolvió el estómago.

Page 237: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

La mirada de Lang se posó en ella. —Y lo ayudé porque quería saber qué sucedió la nocheque las Brujas nos destruyeron.

—Necesitas escuchar lo que él tiene que decir, Lilette —agregó Ko en voz baja. Lang ledevolvió el cuchillo a Han, con la empuñadura por delante.

Lilette se pasó el brazo por la boca. —Bien. Habla. Luego volveré al palacio y regresaré conun contingente de Protectores para arrestarlos a todos ustedes.

La oscura mirada de Chen se fijó en ella. —En mi décimo año, mi padre recibió una invitadamuy importante. Ella nos pidió orquestar la muerte de Lellan, y de su hija, Lilette.

Hablar pareció cansarlo. Tomó un vaso que estaba a su lado. Ko se adelantó para ayudarle abeber. Después de un solo trago, Chen se recostó, claramente agotado. —El éxito nosgarantizaría prosperidad de la talla de la que pocos imperios han visto alguna vez. Elincumplimiento significaba un desastre para nosotros… uno que destruiría a toda nuestragente.

Lilette sabía lo que estaba insinuando. La ira se apoderó de ella, tan fuerte que casi laavasalló. Se contuvo a si misma hasta que comenzó a disminuir. —No te creo.

—A pesar de lo que puedas pensar de mi padre —Chen continuó débilmente—, no leentusiasmaba la idea de asesinar a una niña. Se le ocurrió otro plan, simplemente falsificar lasmuertes de las Brujas y agregarlas a su harén. La mujer sería suya. La niña sería para mícuando llegara a la edad.

—Y tener a una Bruja como esposa no era una motivación —dijo ella enojada.

—Agregar el poder de las Brujas a nuestro linaje pareció una buena idea en ese momento.

La mirada de Chen se dirigió a Han. —Mi hermano menor oyó por casualidad que a mi padrele ordenaban matarte. Él le advirtió a tus padres, y todos ustedes huyeron en la noche.

Lilette no podía dejar de negar con la cabeza. —Es mentira.

Chen continuó como si ella no hubiera hablado. —Ningún barco puede alcanzar unoimpulsado por la canción de una Bruja. No a menos que tengan la ayuda de otra Bruja másfuerte.

Lilette cerró los ojos, tratando de apagar los recuerdos que la atacaban. No funcionó. Sumadre se interponía entre ella y la batalla que sucedía delante de ellas… con el rostroceniciento, sus ojos atormentados. —Nos han traicionado —había susurrado.

Lilette había creído que lo que quería decir era que alguien del barco había dejado a la élitesubir a bordo. Pero Chen tenía razón. Ningún barco podría alcanzarlos, no sin la ayuda de otraBruja más fuerte. Su madre debió darse cuenta momentos antes de morir.

Lilette poco a poco levantó la mirada hacia Chen.

—Me crees. —Asintió él y se relajó entre los juncos—. Debes entender —le suplicó, como sisu concepto sobre él realmente fuera importante—. No teníamos opción. La seguridad de mileshace que hasta el precio más nefasto sea aceptable.

Page 238: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Se humedeció los labios y tomó otro trago. —No podíamos salvar a tu padre y a los otrosProtectores, Lilette. Y lo siento por eso. Pero teníamos que llevarnos a ti y a tu madre yesconderlas. Pero luego el barco se incendió y encontramos a tu madre...

Lilette cerró los ojos con fuerza, tratando de encerrar la imagen marchita en su memoria,aunque nunca la había visto. La imagen de su madre, flotando boca abajo en el agua, con elcuerpo quemado, su rostro morado e hinchado.

—El precio se pagó. Y Harshen fue bendecida —Chen terminó en voz baja.

—¿Quién haría algo así? —preguntó Lilette.

—¿Quién tiene más que perder si tú estás viva? —dijo Chen—. ¿Quién es lo suficientementefuerte como para vencer a tu madre?

Lilette se agachó, sus manos en sus rodillas mientras el mundo giraba. —¿Merlay? —dijo sinaliento. Se frotó las lágrimas del rostro—. ¿Cómo me encontraste?

La mirada de Chen se desplazó hacia el otro lado de la puerta. Ella giró para encontrar a suviejo amigo de pie junto a ella.

—¿Salfe? ¿Cómo pudiste?

Él se quedó mirando el suelo. —Merecías algo mejor que ser la cuarta esposa de un pescador.Merecías estar con un príncipe. —Finalmente, levantó los ojos hacia ella y Lilette vio el dolorallí. Él una vez le había dicho que la amaba, había arriesgado y perdido su futuro por ella.

—Por Favor. Por favor, perdóname. No era mi intención empezar todo esto.

Lilette cerró los ojos mientras dos gruesas lágrimas se desplomaban por sus mejillas. —Tú nolo empezaste. Fui yo. Fa me advirtió lo que pasaría si yo cantaba, y lo hice de todos modos.

Se volvió hacia Chen. —Así es como me encontraron… es por eso que ellas vinieron abuscarme. Porque yo canté.

La mirada de Chen era distante. —Siempre me pregunté por qué finalmente vinieron por ti,después de todos esos años de nada.

Lilette abría y cerraba las manos, sintiendo el sudor en sus palmas. —Mi hermana… si tú nolas asesinaste… —No pudo terminar.

Esta vez la voz de Chen se llenó de compasión. —Las Brujas lo hicieron. Cantaron unterremoto que hizo caer las murallas sobre ellas y el harén. También hizo caer casi todos losedificios en todo Rinnish.

—¡No! —dijo Lilette finalmente, con la voz ronca. La noche que había sentido el mundoagonizando. Se tambaleó sobre sus pies.

Han la alcanzó, manteniéndola estable. Ella miró sus ojos impenetrables. —Han. —La palabraestaba llena de dolor y necesidad. No había llorado por su hermana, por todo lo que habíaperdido y ganado en las últimas semanas.

Page 239: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Atrajo a Lilette a sus brazos, sosteniéndola fuerte mientras comenzaba a llorar. Y una vez quecomenzó, no pudo detenerse.

La llevaron de nuevo al salón principal, y Ko le proporcionó algo caliente y relajante. CuandoHan pareció convencido de que ella no iba a desmoronarse de nuevo, se enderezó y regresó ala habitación de su hermano enfermo.

Por desgracia, las habitaciones estaban divididas con cortinas de seda, por lo que Lilettepodía oír cada palabra.

—Así que, ¿estás disfrutando a mi esposa, hermano? —preguntó Chen.

Han tardó en responder. —Ella ya no es tu esposa, Chen. Lo siento. Realmente lo siento. Peroyo creía que estabas muerto. Y no voy a renunciar a ella.

—Creí que yo también la amaba —Chen respondió en voz tan baja que Lilette apenas podíaoírlo—. Pero dudo que me haya dejado ver alguna vez a la verdadera ella. Todo lo quesiempre vi era una mujer obediente, silenciosa, con un comportamiento díscolo. Pero eso noes lo que ella realmente es.

—No lo es —convino Han.

—Bueno, Padre estaría contento de que después de todo este problema, al menos uno denosotros puede traer un poco de poder a nuestro linaje.

—No —advirtió Han.

Se quedaron en silencio. —Estoy muriendo, Han.

—Lo sé.

—Lamento que Padre haya perdido los estribos. Lamento que haya llenado tu rostro decicatrices. Tenía miedo y estaba enfadado.

Han no respondió.

—Hermano, prométeme salvar a Harshen —dijo Chen claramente—, no importa lo que cueste.Nuestra gente merece nuestra protección. Y si puedes, encuentra la forma de hacer que lasBrujas paguen.

—Lo juro —dijo Han, con la voz quebrada.

Chen parecía haber perdido toda su fuerza. —No regreses aquí. No puedes correr el riesgo... ypara ser honesto, no quiero verte nunca más, ni a Lilette.

Han salió de detrás de la cortina, un momento después. Su mirada encontró la suya, y surostro cambió. Sabía que ella había oído, lo aceptaba y seguía adelante. Miró las ventanas concortinas de seda. —Tenemos que regresar.

Lang se levantó de su lugar en los almohadones junto a Ko. Ella abrazó a Lilette y a Han unavez más.

Page 240: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Lilette miró a Salfe, sin saber qué decir o hacer. —Si las cosas hubieran sido diferentes, si yohubiera estado lista… —Se encogió de hombros, con impotencia.

Una parte de su boca se curvó hacia arriba, una sombra de su estilo arrogante. —De verdad,Li. Ahora estás casada. No deberías estar suspirando por mí.

Ella casi se atragantó de risa. Al menos Salfe no había cambiado. Meneó la cabeza mientrassalía.

Han y Lang la esperaban fuera. Han registró su rostro. —¿Él es quien te dio la peineta quesiempre llevas contigo?

Ella asintió. —De toda la gente de la isla, él fue el único que trató de ayudarme.

Han se acercó a ella y la guio hasta la calle, Lang a su lado. —Entonces ambos tenemos unadeuda con él.

Lilette dejó escapar un silencioso suspiro de alivio.

—Lilette y yo estamos demasiado envueltos en esto para escapar —le dijo Han a Lang—.Pero ustedes no. Quiero que saques a mi madre de Harshen. Tan lejos de las islas y de lasBrujas como puedas.

Lilette puso una mano en su brazo. —No puede. Lo necesitamos.

Han respiró hondo y miró hacia el cielo nocturno. —Lilette...

—El mundo tiene que saber lo que ha hecho Merlay. —Lilette les dijo su plan.

Cuando terminó, Han dejó caer la cabeza derrotado. —Merlay es la persona más poderosaque existe. Tendremos que tener cuidado.

Lilette se encontró con la mirada de Lang. —Tú eres el único en quien puedo confiar con esto.—Ella le sonrió con ironía, considerando cómo lo había amenazado con arrestarlo hacía pocotiempo.

Un momento después, Lang asintió secamente. —Destruyeron nuestra ciudad; asesinaron acasi todas las personas que conozco. Haré lo que pueda, pero luego me iré.

Por un rato, sólo se escuchó el sonido de sus pasos. Han se aclaró la garganta. —Gracias, porsalvarlos a ambos.

Lang miró hacia la noche. —Me gustaría poder decir que mi motivación para ayudar a tuhermano fue la bondad, pero sólo quería que él viviera lo suficiente para entender por qué lasBrujas nos destruyeron. Nunca hubiera podido imaginar las verdaderas razones.

Han se atrasó para caminar junto a Lilette. —No lo lamento. No por nosotros.

Lilette se acercó un poco más a él, y sus hombros se rozaron. El consuelo en ese simple toquereforzó su resolución. —Tampoco yo.

Capítulo 35

Page 241: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Capítulo 35Traducido por Brig20

No tenía idea de lo que planeaban o lo que habían visto. Me duele que Lilette no confiara enmí lo suficiente como para compartir la verdad, pero no me puedo quejar de su lógica. ~Jolin

Lilette despertó a la luz del amanecer. Todavía estaba cansada, pero el sueño estaba a leguasde distancia. Se dio la vuelta y encontró a Han dormido a su lado. Apenas lo había visto en losúltimos tres días. Había estado demasiado ocupado reuniendo a todos los soldados restantes,de la élite o imperiales, que pudo encontrar. Los que habían estado dispuestos a jurar lealtad aLilette habían sido convocados a su servicio. No confiaba por completo… después de todo,habían ayudado a mantenerla cautiva, habían luchado contra ella. Pero Han confiaba en ellospara hacer lo que era mejor para Harshen. En este momento, todos tenían el mismo enemigo.Eso tendría que ser lo bastante bueno.

Han se veía más joven, casi infantil, sus largas pestañas rozaban la piel debajo de sus ojos.Era un hombre enorme. Le gustaba eso de él. Le gustaba que fuera fuerte y sólido—como latierra. Aquí había alguien en quien podía echar raíces, alguien que permanecería firme yconstante cuando los vientos golpearan contra ella.

Como si sintiera su mirada, se dio la vuelta y la tomó en sus brazos. Ella trazó la línea de sucicatriz—extrañamente, la sensación debajo de sus dedos era reconfortante. Él era fuerte ybueno, sin importar las consecuencias; llevaba la prueba de ello en su rostro. —Deja depreocuparte —dijo, todavía sin abrir los ojos—. Hemos hecho todo lo que podemos.

Lilette suspiró. En tres días de búsqueda, Han y Lang sólo habían conseguido a dos personasque sobrevivieron a esa noche en el palacio. Si los eunucos no fueran tan fáciles de detectar,probablemente no se habría encontrado a ningún testigo. Había sido aún más difícil convencera los eunucos de compartir lo que habían visto. Sólo habían estado de acuerdo después queLilette prometió expulsar de Harshen a las Brujas responsables. Ella notó que no laconsideraban realmente una de las Guardianas. Y por una vez, se alegró.

Lang había escondido lejos a los dos testigos y prometió llevarlos a ella cuando fuese la hora.Arreglar todo había sido difícil. Pero la parte más difícil para Lilette fue sentarse en la mismamesa que Merlay y no estrangularla con sus propias manos.

Lilette apoyó la cabeza en una mano. —Podríamos simplemente envenenar a Merlay y acabarcon esto. —No era la primera vez que lo sugería.

Han suspiró. —No. Esto va más allá de nosotros. Se trata de la podredumbre dentro de lasBrujas que permitió este tipo de putrefacción. Se trata de no dejar que algo así vuelva asuceder. —Él gruñó y la empujó sobre su espalda—. Y ahora que estoy irrevocablementedespierto, bien podemos hacer un buen uso de nuestro tiempo. —La besó en el cuello, y nopasó mucho tiempo antes que Lilette se olvidara por completo de sus planes.

Page 242: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

***

Escondida detrás de una cortina, Lilette observaba a la multitud que llenaba el patio. MientrasHan y Lang habían reunido a los testigos y a la élite, Merlay y las Guardianas habían pasadolos últimos tres días reuniendo a todos los líderes de la isla para que pudieran jurarle lealtad aella. Ellos, junto con el pueblo de Rinnish, llenaban el patio por centenares.

A juzgar por su hosco silencio y la amenaza de violencia apreciable en el aire, Lilette estabasegura de que no estaban aquí por voluntad propia. Entre el palacio y la multitud infeliz, lasGuardianas habían reunido cinco filas de hombres, cada uno de ellos armado hasta losdientes. En los pisos inferiores a Lilette estaban las otras Brujas, todas ellas preparadas parasometer a las multitudes si era necesario. Si esos dos grupos no fueran un factor disuasivosuficiente, Han había ordenado a todos los soldados de la élite e imperiales tejer una red através de la multitud, susurrando para que la gente estuviera tranquila, prometiendo unarecompensa por su paciencia.

Sintió a Han pararse a su lado. —Es tarde —dijo.

Sus entrañas estaban llenas de nudos. Había tantas maneras en que esto podía fallar. —Langestará aquí. —Ella no consideraba otra alternativa.

—¡Lilette!

Acerando su expresión y obligando a sus puños a relajarse, se volteó hacia Merlay mientrasentraba en sus aposentos y se acercaba a ella. Lilette sabía que debía decir algo, pero noconfiaba en su voz.

Merlay enarcó las cejas. —La gente está empezando a mostrarse inquieta. No necesitorecordarte que los harshenos no confían en nosotras. Los nobles de la isla están empezando aactuar como si fuéramos a matarlos a todos.

Ella se rio de su propia broma.

Lilette trató en vano de unírsele.

La risa de Merlay se difuminó en silencio. —¿Bueno, vamos a seguir adelante con esto?

Lilette abrió la boca, para decir que no estaba segura, pero Han se inclinó y le susurró al oído:—Él está aquí.

Se dio la vuelta para encontrar a Lang y a Salfe entrando a hurtadillas, dos eunucos entreellos. Cada uno de ellos llevaba un balde de agua jabonosa. Lang le dio una leve inclinaciónde cabeza, ella no dudaba de que los cuatro hombres hubieran escondido más de un cuchilloen los baldes.

—¿Quién son? —preguntó Merlay, una pizca de desconfianza en su tono.

—Sirvientes —respondió Lilette sin problemas. —Después de todo, las Desechadas nopueden quedarse con nosotros para siempre, y mis aposentos son un desastre. —Los cuatrohombres comenzaron inmediatamente a fregar el hollín de las paredes.

Page 243: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Aparentemente satisfecha, Merlay entrelazó su brazo con el de Lilette y se inclinó. —Parecesmucho más nerviosa que cuando te dirigiste a la multitud en la cosecha de chesli. ¿Estásbien?

El aire era espeso y caliente, no llenaba sus pulmones como debería. Los bordes de su visióneran tirantes y distantes. Pero sus reacciones no tenían nada que ver con la gente que estabaa punto de abordar, y sí mucho que ver con el brazo de Merlay vinculado con el de ella.

—Sólo un poco nerviosa, eso es todo. —Con una pequeña sonrisa, Lilette se liberó de Merlayy se trasladó a la terraza para que la vieran.

El silencio se extendió entre la multitud, pero ningún harsheno se postró ante ella. Era unafalta de respeto flagrantemente espectacular, una que Lilette ignoró por completo. —Nacísiendo una Bruja —dijo ella tan fuerte como pudo—. Pensé que era mi herencia. Pero aprendíel honor de Harshen. Aprendí la fuerza de Harshen. Y cuando volví a la ciudad Arboleda, me dicuenta de que era harshena.

Hizo una pausa mientras los pregoneros repetían sus palabras a la parte posterior de lamultitud. Han se acercó a su lado. —He tomado a un hijo del Emperador como mi esposo, paraque su linaje pueda continuar, y porque sé que no existe hombre más fuerte en la tierra que yopudiera tener a mi lado.

Respiró hondo para tranquilizarse. —Harshen… mi pueblo, Yo soy su Emperatriz. —Ellos noaplaudieron, pero tampoco la abuchearon. Estaban escuchando—. Con la ayuda de lasBrujas, les he alimentado, limpiado la ciudad e iniciado las reparaciones.

Cuando los pregoneros quedaron en silencio, ella hizo un gesto de corte. —Sólo hay una cosaque me queda por hacer como su Emperatriz, y es expulsar a las Brujas de nuestra presencia.

La multitud se agitó con incredulidad. Lilette prácticamente podía sentir la agitación de lasBrujas en la terraza por debajo de ella. Un puñado de Protectores se separó del perímetro paradesaparecer en el interior del palacio.

En unos momentos, estarían golpeando la puerta.

Merlay dio un paso por detrás de ella. —¡Lilette! ¿Qué estás haciendo?

—¡Silencio! —gritó Lilette. Merlay saltó por la sorpresa, y Lilette se apartó de ella. Después dehoy, no quería volver a ver esa cara de nuevo—. El nombre de esta mujer es Merlay —continuó Lilette—. Hace mucho tiempo, ella cometió un asesinato. Su ataque a Harshen fue,en parte, un complot para encubrir eso.

Merlay se movió como si quisiera detener físicamente a Lilette, pero Han la bloqueó. Merlay sevolteó y dijo a la multitud: —Hemos cometido un error en la elección de Lilette como suEmperatriz. Vamos a encontrar otra…

—¡Ustedes no la eligieron! —rugió Han—. ¡El Dragón del Sol lo hizo!

Merlay dio un paso atrás. Esa fue la señal para Lang. Los eunucos se movieron hacia laterraza, tan lejos de Merlay como pudieron. Sonó una de sus voces femeninas. Él contó quehabía estado en el palacio, durmiendo en la cocina, cuando el mundo comenzó a temblar.

Page 244: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Describió cómo las murallas se habían desmoronado, matando a todas las concubinas en elharén, y aplastado a las Brujas en el jardín.

—¡Mentiras! —gritó Merlay—. ¡Todo eso es mentira! Yo…

Han dio un paso adelante. —Vas a estar en silencio, de una manera u otra.

Merlay miró arriba y abajo a Han y se encaminó hacia la puerta.

—No. —Él la bloqueó de nuevo.

La mandíbula de Merlay se apretó, pero permaneció en silencio.

Otro eunuco se adelantó. Su historia era la misma, sólo que había ido a buscar al curandero dela corte para su concubina, que estaba a punto de dar a luz. Acababa de bajar los últimosescalones cuando todo se había desmoronado a su alrededor.

Ambas historias de los eunucos terminaban de la misma manera, con ellos huyendo dehombres vestidos de negro que habían sacrificado a cualquiera que se encontraran: eunuco,señor, o Bruja por igual… incluyendo una Bruja que había rogado por su vida.

Un odio negro manchó a Lilette de adentro hacia afuera. ¿La mujer habría sido su hermana?No podía soportar la idea de preguntar. —¿Así que las Brujas en cautiverio no luchaban contraChen?

Ambos eunucos negaron con la cabeza.

La puerta detrás de ellos se abrió y Brine entró con una docena de Protectores a su espalda.Conmoción, desconfianza y hostilidad abierta brillaban en sus rostros.

Lilette retrocedió lejos hacia el balcón. Han estaba de pie ante ella, Lang y Salfe a amboslados. Incluso los eunucos se mantuvieron firmes, con cuchillos jabonosos en las manos. No lahicieron sentir más segura.

Si Brine la atacaba, la multitud lo vería, y una batalla estallaría. Había estado dispuesta aapostar a que Brine no correría el riesgo.

Merlay hablaba rápido, tratando de explicar. Lilette no le hizo caso, centrándose en Brine. —Jolin creó una barrera, llamada el velo, que sólo puede ser detectada por una nivel siete.Merlay la utilizó para ocultar su ataque, derribó las murallas y aplastó a mi hermana y las otrasprisioneras… para silenciarlas para siempre.

La voz de Lilette tembló, pero se obligó a seguir adelante. —Y en el proceso, destruyó laciudad. En el caos que siguió, envió a sus espías para matar a todos en el palacio. Es la únicamanera de explicar cómo todo el mundo murió a pesar de que el palacio sigue en pie.

Merlay dio un paso atrás. —¡Yo nunca haría una cosa así!

Lilette se sacudió con furia y dolor. —Y lo hizo todo para ocultar el hecho de que ella habíamatado a mis padres en un intento de asesinarme; junto con docenas de otras nivel siete, paraproteger su lugar como Principal.

Page 245: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¡Por piedad de las Creadoras! —gritó Jolin. Galon y ella, junto con al menos una docenamás de Brujas, habían entrado en algún momento.

Brine se volvió hacia ella. —Jolin, ¿es cierto? ¿Creaste un velo para ocultar las canciones?

—Merlay vino a mí, preguntando si se podía hacer, me dijo que las Brujas podrían hacermucho más bien si pudiéramos usar nuestros poderes para destruir el mal.

Brine frunció el ceño. —¿Escuchaste esa canción, la que destruyó Harshen?

El rostro de Jolin se puso blanco. —Ayudé a cantarla.

Durante un tiempo, el único sonido fue el clamor de la multitud. Finalmente Brine dio un pasoadelante. —¿Merlay?

—El Emperador mató a su familia. —Merlay se mofó—. No tuve nada que ver con eso.

—Más mentiras. —Han tendió un pergamino sellado. En él, Chen había escrito y firmado sutestimonio. Brine lo examinó, con el rostro cada vez más fruncido con cada línea que leía.

—Brine… —comenzó Merlay.

—¡Silencio! La verdad es bastante fácil de descubrir. —Brine se volteó hacia la multitud—.¿Estuvieron las Brujas del recinto palaciego cantando la noche de los temblores?

Un millar de voces diferentes negó. La evidencia iba en aumento. Las Brujas dentro de la salaestaban mirando a Merlay, su incredulidad cambiaba poco a poco a la repugnancia.

—Merlay —dijo Jolin en voz baja—. ¿Qué has hecho?

Merlay se volteó hacia las otras Brujas. —Me conocen. No podría… no haría algo así.

El rostro de Jolin estaba pálido. —Por piedad de las Creadoras… ¿con cuánta sangre me hasmanchado las manos? —Galon se acercó, a su lado.

Merlay negó con la cabeza, pero la multitud afuera estaba gritando ahora, exigiendo justicia. —Se los juro, yo no hice eso. Después de todos estos años de servicio, ¿cómo no me creen?

Pero estaba claro que las Brujas no le creían. Y tampoco la multitud.

Merlay se volteó hacia Brine, que estaba mirándola, con los brazos cruzados, una expresiónde horror en el rostro. —Brine, lo juro, yo…

—¡Silencio! —siseó Brine. Hizo un gesto a dos Protectores que finalmente habían llegado a sulado—. Llévenla en custodia, y asegúrense de que la gente lo vea o tendremos un motín ennuestras manos.

—Brine —dijo Merlay, en voz baja. Los Protectores ataron sus manos.

Los ojos de Brine brillaban de rabia. —¡Silencio! Tendremos suerte de salir de esto con vida,gracias a ti.

Ella dio un paso al lado de Lilette y miró a la multitud hasta que se quedaron en silencio. —Las

Page 246: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Guardianas de la ciudad Arboleda no tenían idea de que una de las nuestras podría orquestaralgo como esto.

—¡Váyanse de nuestra ciudad! —gritó alguien.

Brine buscó en la multitud con la mirada, pero el que había hablado no se veía. Cerró los ojos,los hombros pesados con la carga del arrepentimiento. —Vamos a dejar a nuestrosProtectores para protegerles de cualquier represalia de Vorlay o de otro lugar. Algunas denuestras Brujas y de nuestras Desechadas permanecerán para ayudar a reconstruir. El restode nosotras se irá.

Lilette se agachó cuando algo explotó a su alrededor, algo horrible. Un huevo podrido habíagolpeado de lleno a Merlay en el pecho. Brine tenía trozos en el cabello.

Han se puso de pie en la barandilla. —Si hubieran golpeado a la Emperatriz, habríaencontrado a quien lo hizo, y lo habría matado.

Sus palabras se deslizaron a través de la multitud. Él había sido príncipe de Harshen,respetado y conocido por casi dos décadas. —Su Emperatriz ha hablado. Ella les haprotegido. Vamos a reconstruir… mejor y más fuerte que antes.

Los miró, encontrándose con una mirada detrás de otra. —Ahora vayan a casa. —La multitudse removió un poco, pero su ira pareció disiparse.

Merlay la fulminó con la mirada, huevos coagulados goteaban de su pecho. Incluso losProtectores no parecían querer tocarla. —No sabes lo que has hecho —dijo con amargura—.¡No has protegido a tu gente, los has condenado!

Los Protectores estaban llevándosela. Jolin caminó hasta Merlay y le dio una bofetada. Galonapartó a Jolin antes de que pudiera golpearla de nuevo. —¡Me usaste! —gritó Jolin—. Fingisteser mi amiga, pero me estabas utilizando.

Merlay miró a Jolin. —Hice lo que tenía que hacer, por el bien de las Brujas.

Lilette apretó los puños a los costados. —Hiciste lo que era bueno para ti misma.

Brine se metió entre ellas tres e hizo un gesto a los Protectores. —Límpienla y móntenla albarco más rápido que hayamos traído. Nuestros Protectores vigilarán nuestra marcha.

—No —interrumpió Lilette—. Si envías Protectores armados a través de mi ciudad, la gente vaa luchar. Voy a enviar a los soldados imperiales; los que sobrevivieron. Mi pueblo no losatacará.

Brine vaciló antes de asentir lentamente. Galon miró a Lilette con una expresión indescifrableantes de tirar de Merlay.

Lilette echó un vistazo a la figura de Merlay que se alejaba. —¿Qué pasará con ella?

—¿Te das cuenta de lo que has hecho? —preguntó Brine.

—No he hecho otra cosa que revelar la verdad.

Page 247: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Brine se rio con amargura. —Has abierto la puerta para que el mundo vea que somosvulnerables y corruptas.

—Merlay abrió esa puerta.

Brine se quedó en silencio un momento. —Tal vez sea así, pero tú la has señalado ante todoel mundo. —Estudió a Lilette de pies a cabeza—. Dado que ya no necesitas nuestra guía paragobernar tu nación, voy a tomar el liderazgo de la ciudad Arboleda, pero dejo el resto de lasBrujas contigo. —Más Protectores habían llegado, y Lilette los reconoció como los que solíanacompañar a Brine. La Principal del Agua enumeró una lista de Brujas para acompañarla, y unProtector fue a buscarlas. Brine se volteó hacia Jolin—. Vienes también.

—Me voy a quedar —dijo.

La expresión de Brine se endureció. —Voy a necesitar que declares.

Jolin volteó hacia Lilette, con ojos atormentados. —Ojalá nunca hubiera creado el velo.

Lilette no estaba segura de cómo se sentía acerca de Jolin, había ayudado a las Brujas amatar a Sash y cientos de personas del pueblo de Lilette. Pero ella no lo había hecho asabiendas. —No dejes a Merlay salirse con la suya —dijo Lilette a Jolin.

Jolin asintió, luego se giró y se dirigió hacia Brine, que la esperaba.

Cuando estuvieron fuera de la vista, Han se acercó a Lilette. —¿Crees que tratarán de haceralgo? —preguntó ella.

Él negó con la cabeza. —Si lo hacen, la élite se hará a un lado y dejaran que la ciudad caigasobre ellas.

Lilette dejó escapar un suspiro. —Funcionó.

—Esperemos que así sea.

En menos de una hora, las líderes de las Brujas se abrían paso a través de la ciudad. Laspersonas les tiraron cosas, comida en mal estado, sobre todo. Pero no pudieron hacerlesmucho daño a menos que quisieran golpear a los soldados imperiales, lo que parecían pocosdispuestos a hacer. Con las Brujas cantando, la nave se deslizó fuera del puerto.

Mucho después de que el primer barco hubiera desaparecido, una nave más pequeña sedeslizó fuera del puerto. Lilette notó la forma en que la mirada de Han le seguía. —¿Tu madre?

Él los vio partir. —Lang pensó que era más seguro irse. Estuve de acuerdo.

Capítulo 36Traducido por Mrm1997

Lilette era como una estrella: llena de luz y belleza distante. Han era como las sombras

Page 248: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

alrededor de las estrellas… la dejaba brillar. ~Jolin

Lilette pasó el resto del día organizando a los Protectores en equipos para limpiar la ciudad.Las Desechadas fueron enviadas como sanadoras; su conocimiento sobre las hierbas era muysuperior a cualquier curandero harsheno. El resto de las Brujas fue a trabajar a lareconstrucción de las arboledas y campos. Al caer la noche, la ciudad ya se veía mejor. Lamayoría de las calles principales habían sido limpiadas, y el verdor crecía en todas partes.

Lilette vio la puesta de sol; sin montañas tras la que esconderse, el cielo se desplomó desde elazul pálido a azul marino aterciopelado en cuestión de minutos.

Han se acercó por detrás de ella y deslizó sus brazos alrededor de su cintura.

—¿Qué estás haciendo?

—Lo hicimos. Ellas realmente se han ido. —Su voz era grave y sonaba cansada, pero feliz. Élle acarició el cuello y un calor creció en su pecho.

Con tantos Protectores y Brujas que se habían quedado, la ciudad sería reconstruida encuestión de meses.

Lilette se lamió los labios mientras las caricias de Han pasaban de amorosas a algo másprofundo. Ella se echó hacia atrás, dándole un mejor acceso a su cuello. Observóperezosamente un barco deslizarse a la vista, iluminado por la luz del crepúsculo. Se dirigíahacia el puerto, sus velas blancas casi parecían color melocotón.

—¿Y si intentan algo más?

Han empezó a desatar el ceñidor de su bata.

—No lo harán. No con tanta de su gente aquí.

Lilette se enderezó mientras observaba el barco acercarse.

—¿Han? —Se movía rápido… demasiado rápido como para ser cualquier barco. Ella señalóhacia donde ahora descansaba en aguas abiertas—. ¿Qué está haciendo ese barco?

Frunció el ceño mientras él entrecerraba los ojos.

—¿Pescando?

Su mirada recorrió la conformación, la disposición de las velas, y se le cortó la respiración.

—Es el barco de Brine.

Han se puso a su lado justo cuando una columna titilante de azul y púrpura se disparabadesde la cubierta. Se inclinó sobre la barandilla y gritó: —¡Suenen la alarma!

Los Protectores en el recinto corrieron por todos lados, inseguros de qué hacer. Pero la élite losabía. Uno golpeó el gong que había sido reparado antes.

Page 249: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Mientras la percusión se extendía sobre la ciudad, Han cogió el brazo de Lilette y medio laarrastró hacia las escaleras.

—¡Hay que crear un círculo. Lanzar una contra canción!

Su mente seguía tropezando con el hecho de que las Brujas estaban lanzando un ataque. Noparecía real.

Llegaron al segundo nivel del palacio, donde el resto de las Brujas se alojaba. Era unahabitación amplia dividida por docenas de biombos de seda. La mayoría de las Brujas estabantodavía en la ciudad, pero algunas habían regresado por la noche. El pensamiento de quemurieran sacudió un instinto protector dentro de Lilette.

—¡Brujas! ¡A mí! —gritó.

Unos biombos se abrieron, y un puñado de Brujas salió de sus habitaciones, Nassa y Dorannaentre ellas.

—¿Qué está pasando? —preguntó Doranna.

—¡Brine está cantando en contra de nosotros!

—¡Eso no es posible! —dijo Nassa.

Lilette no tenía tiempo para discutir. —¡Ayúdenme o estaremos todos muertos! —exclamó.Corrió hacia el patio, el puñado de Brujas detrás de ella, mientras el mundo se sacudía debajode ella. De repente se encontró boca abajo en el patio pavimentado con ladrillos, con la narizchorreando sangre en su boca.

Podía ver los labios de Han moviéndose mientras le gritaba, pero ella no podía oír por encimadel estruendo. Él comenzó a tirar de ella para ponerla de pie. Ella miró hacia atrás.Cerniéndose sobre ellos, el palacio se agitaba violentamente. ¿Y si se les caía encima?

Se arrastró hacia adelante mientras el suelo volvía a agitarse. La piel de los codos se ledesgarró, pero no podía sentir nada más allá del absoluto terror obnubilante a ser aplastada.

Un movimiento frente a ella captó su mirada. La última muralla restante se hizo pedazos y seinclinó hacia ellos. Con un rugido ensordecedor, se estrelló contra el patio de ladrillo. Han laagarró en sus brazos, protegiéndola con su cuerpo cuando los ladrillos rotos los golpearon.

El temblor se calmó un poco. Con los oídos resonando, Lilette se atrevió a levantar la cabeza.No podía ver nada a través del polvo asfixiante. Gimiendo, Han se incorporó a su lado. Lospedazos de ladrillos y polvo cayeron en cascada por su espalda. Sangre recubría su orejallena de cicatrices.

—¿Qué están haciendo? —jadeó Lilette.

En algún momento entre que él había estado besando su cuello y ahora, Han se habíacolocado su armadura mortal.

—Ellas van a destruir a todos los testigos.

Page 250: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Sus palabras se negaron a penetrar la gruesa capa de incredulidad que tenía cautiva a Lilette.

—¡Guardianas ! —Su voz resonó en la quietud antinatural—. ¡A mí! Si desean conservar susvidas, a mí!

Lilette se empujó hacia arriba. Estaba ocurriendo. Y si ella no hacía nada para detenerlo, todoel mundo iba a morir. Limpiándose la sangre y el polvo de la cara, se giró, buscando aDoranna y Nassa. Tenían que iniciar un círculo. Ahora.

Lilette tropezó con ladrillos rotos, la tos y el polvo llenó sus pulmones. Su pie se atoró en algodemasiado blando para ser escombros. Se inclinó, y sus manos tocaron ropa. Encontró unbrazo y tiró de él. Era Doranna.

—¿Estás viva?

Doranna gimió. Lilette la sacudió. —Más tarde habrá tiempo para estar herida. Levántate.

La Desechada parpadeó al abrir sus ojos verdes; el color era una sorpresa en un mundo depolvo amarillo.

—Tenemos que cantar —dijo Lilette.

Doranna hizo una mueca y se impulsó hacia arriba. —¿Por qué nos atacan?

Por miedo a quedarse sola; o perderla, Lilette arrastró a Doranna con ella mientras buscaba aNassa.

—Porque sabemos demasiado…. —Brine debe estar involucrada. Todas las Principalesdeben estarlo. Lilette de repente pensó en Bethel; la historia tallada en sus acantilados, y sepreguntó si la mujer mayor también había esculpido este momento.

Se toparon con Nassa, vagando y confundida. Sólo unos pocos minutos debían haber pasadodesde que los temblores habían terminado, pero Lilette sintió las canciones alterando loselementos, preparándose para que todo estallara.

—¡Abajo! —ordenó. Cayeron al suelo justo cuando comenzaba a moverse de nuevo. Seaferraron las unas a las otras, sus gritos de miedo ahogados por el rugido ensordecedor de latierra adolorida.

Lilette sintió que disminuía. Levantó la cabeza, en silencio rogando ver a Han de nuevo. ¡Allí!Él venía a través del polvo, con un brazo afianzado sobre una Bruja, y otra Bruja al hombro.

Suavemente bajó a la mujer apenas consciente.

—¿Es suficiente?

Nassa se inclinó sobre ella, y presionó sus manos contra una herida sangrante en la cabezade la mujer.

—Necesitamos ocho para empezar a luchar.

Tardíamente, Lilette se dio cuenta de que podía limpiar el polvo. Cantó y la brisa sopló,

Page 251: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

limpiando el aire. Podía ver la ciudad, o lo que quedaba de ella. Se había ido, ahora no eranada más que un montón de escombros.

Sus ojos recorrieron el puerto. Algunos de los muelles se habían derrumbado, hundiendo lasnaves en el agua de forma antinatural.

Pero la peor parte era que lo que había sido un puerto en forma de media luna estaba ahoraabierto al océano… el borde exterior se había hundido completamente bajo el agua.

Han la miró, dándose cuenta de lo que estaba ocurriendo un momento antes que ella. —Estánhundiendo la isla.

Sus palabras rompieron finalmente a través de la niebla que había descendido sobre Lilette. —Cinco tendrán que servir. Levántala —dijo, señalando a la mujer aturdida.

Nassa negó con la cabeza. —Ella está muy herida.

—No hay tiempo de estar herido. —Lilette agarró los brazos de la Bruja lesionada y la puso depie. Se tambaleó, con una mano en la cabeza, pero logró mantenerse de pie. Sus ojos estabanmal, una pupila mucho más grande que la otra.

El poder zumbaba a través de Lilette.

—Encuentra a más de nosotras, Han. —A las otras les ordenó—. Canten.

Arrastrando los pies, quebradas, lo hicieron. Su voz se unió a las suyas, y ella se tambaleóhacia el aire. Podía sentir crearse la canción de Merlay, sentía el dolor ser liberado. Lilette notrató de detener el temblor que se construía. No había tiempo para eso.

En cambio, ella llamó al viento, haciendo un capullo alrededor de sus palabras. Las mandóhacia la ciudad, instruyendo a las personas a huir hacia los barcos. Dirigió otra canción haciael puerto, diciéndoles que desataran los barcos antes que la isla los arrastrara con ella.

Los harshenos obedecieron. Algunos de los barcos volvieron a flotar libres cuando lasataduras de los muelles fueron cortadas. Otros navegaron lejos. Lilette les dijo que esperaran,para llevar a la gente.

Y luego otro temblor golpeó. El frágil círculo de Lilette se desintegró cuando las mujeres dentrode él se vieron arrojadas de rodillas.

Lilette cayó del cielo. Cantó con toda su fuerza para frenar su descenso. Chocó con la tierratan duro que todo se volvió negro.

Cuando recuperó la consciencia, Han estaba inclinado sobre ella, sacudiéndola con tantafuerza, que su cabeza se agitaba locamente. Lo empujó. El pánico en los ojos de él sedesvaneció. Ella miró a su alrededor. Había encontrado cinco Brujas más.

Lilette se tambaleó para ponerse de pie. Algo estaba mal en su pantorrilla. Giró su miradahacia allí. Estaba rota, pero sostuvo su peso. Aunque el dolor era mordaz, era soportable. Sinesperar a sus órdenes, las Brujas simplemente entrelazaron los brazos y comenzaron a cantarde nuevo.

Page 252: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Trató de pasar a la ofensiva, trató de llamar a una tormenta eléctrica, pero el próximo temblorfue tan fuerte que la mitad de lo que quedaba de la isla se derrumbó. Y Lilette sabía que milesde harshenos habían muerto en aquel momento.

No podía parar esto. Pero ella podría ralentizarlo… dar un poco de tiempo a la gente parallegar a los barcos.

Con la boca apretada en una línea sombría, Lilette se acorazó, para que Merlay tuviera queluchar con fiereza por cada pulgada de la isla que caía, cada ola que se tragaba un poco delimperio de Lilette.

Unas pocas personas se lanzaron al mar. Algunos zambulléndose directamente y nadandohacia los barcos que esperaban en aguas abiertas. Otros agarraron trozos rotos de madera ysentaron a los niños en la parte superior antes de remar mar adentro.

Merlay los cazaría sin piedad, pero Lilette tenía que creer que algunos de ellos podríanlograrlo. Su círculo se estaba debilitando. La Bruja con las pupilas de diferentes tamaños sehabía derrumbado hacía mucho tiempo. Si no estaba muerta, lo estaría pronto.

El océano ahora azotaba el centro de la ciudad. El puerto, los barrios bajos, el mercado, todohabía desaparecido.

Los únicos edificios que quedaban eran algunas de las casas más elegantes, amuralladas y elrecinto palaciego.

Directamente debajo de ella, Han estaba viendo su patria hundirse lentamente bajo las olas.Su cabello estaba cubierto de sangre.

Lilette alargó su sentido de Bruja y sintió la construcción de poder a su alrededor. Tanto poder.

Y luego el temblor golpeó con tal fuerza que rompió el círculo. Lilette cayó del cielo.

Han estaba esperando, con los brazos abiertos. Se derrumbó cuando ella lo golpeó. Su manose estrelló contra el suelo, y la explosión de potencia en ascenso la golpeó con tanta fuerzacomo para hacerla jadear. La isla se inclinó hacia un lado y empezó a hundirse tan rápido, quepudo sentir el rocío del océano en el rostro.

—Se acabó —dijo.

Cubierto de polvo, Han se enderezó a medias y dejó escapar un grito. Lilette pudo verlotambién. El agua estaba tan llena de escombros que era negra, mientras se precipitaba haciaellos. Cerrando los ojos con fuerza, se dio la vuelta.

Capítulo 37Traducido por PauEchelon

Mirando como Harshen se hundía, sabiendo que Lilette estaba ahí, me vi a mí misma conclaridad por primera vez—mi egoísmo y mi vanidad. Arranqué esa parte de mí. Estaba harta de

Page 253: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

ser utilizada. Harta de ser ingenua y manipulable. Juré que les haría pagar. ~Jolin

La ola que chocó no la tocó, no se la tragó entera. Lilette dejó salir un jadeo y abrió los ojospara ver las agitadas aguas negras rodeándolos por todas partes. Se estaban hundiendo enlas profundidades. La barrera, una línea sólida de demarcación entre ellos y el agua, seahogaba con los restos de una ciudad muerta.

El resto de las Brujas habían logrado agarrarse las unas a las otras y cantar. Han aflojó suabrazo mortal. Juntos, observaron al cielo crecer más y más.Después de lo que pareció unaeternidad, la isla dejó de hundirse. Lilette no podía ver nada excepto un trozo de cielo azul porencima de ellos.

La barrera parpadeó y el agua empezó a filtrarse. Era débil porque las Brujas estaban débiles,pero se mantenía.Sintiéndose estropeada y húmeda, Lilette se puso en pie, con cuidado de noejercer peso en su pierna dolorida.

Las Brujas estaban canturreando para mantener la barrera en pie, con los rostros pálidos yresignados.

—¿Ahora qué? —preguntó Lilette.

Han miró hacia el cielo lejanoy después de vuelta a las sofocantes aguas negras. Lilette vio unbúfalo de agua muerto golpear la barrera antes de rebotar de vuelta a los escombros. Apartó lamirada antes de poder ver algo peor.

—¿Cuánto tiempo podrán mantenerla? —preguntó Han.

Nassa luchó por sentarse, con cuidado de no caerse sobre la Bruja que estaba a su lado.

—Hasta que desfallezcamos. —Estiró el cuello hacia atrás para tener una buena vista del cielo—. Pero con el tiempo vamos a tener que dejarla ir, y entonces el mar vendrá a lanzarse contranosotros.

Han miró hacia arriba, como midiendo la distancia.

—Creo que podríamos alcanzar la superficie antes de que se nos acabe el aire.

—No sé nadar —dijo Doranna, con los ojos muy abiertos.Parecía que apenas mantenía lacompostura.

Han hizo gestos hacia los fragmentos esparcidos a su alrededor.

—Te ataremos a una tabla. Te subirá. De hecho, las ataremos a todas a una tabla.

Lilette hizo señas a los destrozos que seguían golpeándose contra la barrera.

—No creo que nadie pueda sobrevivir a nadar en eso.

Él se frotó la barbilla.

—Por lo tanto esperaremos… mantendremos el círculo hasta que los escombros se asienten.

Page 254: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Entonces nadamos.

—¿Harberd? —preguntó Lilette.

Doranna sacudió levemente la cabeza.

—Él estaba en la ciudad.

Así que probablemente estaba muerto. El cuerpo de Lilette amenazaba con caerse. Se hundióen el suelo, envolviendo la pierna con su mano, justo por encima de su tobillo, el dolor lagolpeaba con fuerza ahora que ya no estaba luchando.

—Merlay verá la barrera. Estará esperándonos.

Han se arrodilló ante Lilette y le subió el pantalón para inspeccionar su pierna hinchada.

—No se atreverá a acercarse, no con todos los escombros.

Lilette se recostó, reposó las palmas de sus manos sobre sus ojos. Su madre le habíaenseñado la isla hundiéndose. Lilette había pensado que lo había detenido cuando rescató alas Brujas cautivas de Chen. Se había equivocado. Y ahora toda esa gente estaba muerta.

Han se puso a buscar trozos de madera rota dentro del círculo y los ató a las Brujas conpedazos rotos de sus ropas.

Lilette se quedó mirando el cielo azul mientras los escombros se asentaban lentamente, losuficiente para que ella pudiera ver el palacio. Milagrosamente seguía en pie.

Los dragones de piedra hacía guardia en la entrada, con sus labios echados hacia atrás enuna mueca eterna. Más allá de ellos, las hojas de los árboles se agitaban suavemente en elagua. Lilette no podía terminar de aceptar el hecho de que estaba tendida en el patio deladrillo amarillo—que estaría ahora y siempre bajo el agua.

Han se arrodilló ante ella. Usando su fajín, le ató una tabla a la parte delantera de su túnica.

—Lilette, mírame.

Ella siguió mirando el palacio, preguntándose cuántos habían muerto por su culpa.

Él posó ambas manos en sus hombros y la sacudió.

—¡Lilette! —Finalmente se volvió hacia él. Su cara estaba tensa.

—Las otras… no van a ser capaces de aguantar mucho más. Es mejor dejarlo ahora, mientrastengan fuerzas para nadar, que esperar hasta que todo el mundo esté demasiado cansado. Yel agua se está aclarando.

Volvió a mover la cabeza hacia los escombros detrás de ella. El dolor físico dejó paso alemocional. —Han, no creo...

—¡No te rindas! —gruñó—. He visto batallas en las que había hombres que se rendían. Ymorían. Tienes que luchar para sobrevivir. ¡Tienes que vivir!

Page 255: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Ella sacudió lentamente la cabeza. —¿Por qué? Ya he fallado en mi objetivo.

Le tomó la cara entre las manos.

—¿En serio? Tu madre dijo que salvarías a todos aquellos que pudieras. Tal vez eso sólosean las Brujas que están aquí. Tal vez los otros que se las arreglaron para escapar. Lilette, situ objetivo estuviera acabado, no habrías sobrevivido.

Ella miró la ciudad devastada. Que ellos estuvieran vivos era un milagro.

—Tienes razón —respiró. Se obligó a si misma a levantarse, con su pierna mala doblada paraque sostuviera el menor peso posible—. Han tiene razón. Tenemos que ponernos a nadarahora, antes de que estemos demasiado cansadas para alcanzar la superficie.

Las otras Brujas intercambiaron miradas cautelosas, pero ninguna rechistó. Quedarse no erauna opción.

Lilette se quedó mirando al cielo, tal como había hecho Han. Fue criada por un pescador;conocía el mar.

—Van a tener la tentación de respirar. Luchen contra ese impulso.Cuando el agua entre, todoserá borroso, y probablemente los escombros se agitarán. Sigan a las burbujas. Y no dejen depatalear.

Las Brujas asintieron.

—Cuando lleguemos a la superficie —dijo Han—, naden unas hacia otras. Estaremos másseguros si permanecemos juntos.

—¿Qué pasa con....? —Nassa se aclaró la garganta—. ¿Qué pasa con Merlay y las otras?

Han respiró hondo. —Si están allí arriba, escóndanse. Es todo lo que podemos hacer.

Todas asintieron sombríamente. Lilette intentó prepararse a sí misma, pero ¿cómo se preparauno para morir? Miró la superficie, salpicada de escombros y muy lejos de ellos. Y aceptó quepodría no lograrlo. Si era así, habría salvado al menos a algunos de su pueblo. Podía morirsabiendo eso.

Han tomó su mano. —A veces sólo tienes que moverte.

Las otras Brujas dejaron de cantar. Aparecieron grietas en la superficie de la barrera, y fuecomo si los morados y azul pastel se incendiaran y ardieran en cenizas.

Lilette respiró hondo y aguantó la respiración cuando el agua rugió hacia ellos. Instintivamentese apartó, enterrando su cara en el pecho de Han. Él la abrazó con fuerza mientras el agua lesgolpeaba. Pero ni siquiera la fuerza de sus brazos la pudo sostener mientras el agua losazotaba y separaba. Cuando dejó de arrastrarla, estaba cegada por los escombros de nuevo.

Giró en el agua, el dolor perforaba sus oídos. Cuando finalmente se detuvo, estaba rodeada deescombros, tan espesos que no podía mirar arriba o abajo. Estaba demasiado oscuro para verburbujas. Sus pulmones ardían y estaban en carne viva, se dio la vuelta, buscando lasuperficie.

Page 256: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Y entonces algo se activó en su cerebro. Había una tensión en su cuello. La cadena unida alcolgante estaba tensa, tirando a la izquierda y hacia abajo. Había sido activada. Han estabatratando de encontrarla. Eso significaba que arriba era en esa dirección. Ese pensamiento hizoque a Lilette se le fuera todo el miedo, y manoteó y pataleó en el agua. De repente se liberódel hueco de escombros. La luz de la mañana se filtró a través de la superficie en ondasdoradas.

Pero había estado sumergida demasiado tiempo. Por propia voluntad, su cuerpo respiró. Tosiómás agua en sus pulmones, con la sal abrasiva y poco familiar dentro de ella. Sus ojosestaban fijos en la superficie. Justo cuando todo empezó a oscurecerse, algo le tocó la cabeza.Una mano le agarró del pelo y tiró.

Su cuerpo fue arrastrado por el agua y salió a la superficie. Han le apretó el pecho conviolencia, forzando a salir el agua en sus pulmones y enviando una llamarada de dolor através de ella. Eso le dio espacio para coger un poco de aire, que devoró con rapidez. Tosiómás agua de sus pulmones y jadeó con el hilo más pequeño de aire. Han envolvió el brazoalrededor de sus hombros, mientras una ola que los empujó el uno contra el otro, los obligabaa sumergirse de nuevo. Pero las manos que la sostenían nunca la soltaron. Pataleó, y ellaobligó a las suyas a que hicieran lo mismo. Ella resurgió de nuevo, escupiendo la mitad delocéano. El agua corría por su cara, la sal llenaba su boca.

Han nadó con golpes potentes mientras la tos atenazaba todo el cuerpo de Lilette, haciendo elmantener la cabeza fuera del agua toda una lucha. Le acercó un pedazo de madera.

—Agárrate a esto.

Lo abrazó contra su pecho, demasiado ocupada en toser como para hacer nada más.

—¡Tenemos que alejarnos de todos estos escombros!

Ella se dio cuenta de repente de lo fuerte que sonaba todo comparado con el silencio bajo elagua. Podía oír llantos a lo lejos… gente y animales.

—Tenemos que ayudarlos —dijo entre ataques de tos, su voz sonaba áspera y reseca.

Han hizo un gesto de impotencia. —¿Cómo?

Él tenía razón. No había nada que pudieran hacer.

—¿Dónde están las otras? —preguntó Lilette.

—Allí.

Se dio la vuelta a tiempo de ver a cuatro de ellas agarrándose a unas cuerdas que les subíanal barco harsheno que Lilette no había notado antes. Nassa y Doranna estaban entre ellas. Sualivio fue inmediatamente eclipsado por el dolor. Eran once cuando estaban en el fondo delocéano.

—¿Estás seguro de que ese barco es nuestro?

Un trozo de madera rota fue rápidamente hacia ellos, y Han tuvo que alejarse de ella paraempujarlo lejos.

Page 257: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—No tenemos otra opción. Es demasiado peligroso quedarnos aquí.

La arrastró hacia la nave. Al acercarse, los harshenos les gritaron y tiraron cuerdas por laborda. Lilette se apoderó de una cuerda y la agarró con fuerza hasta que estuvo a bordo. Sedesplomó en la cubierta y yació jadeante en un charco de agua.

Uno de los harshenos la miró con horror.

—¡Emperatriz! —Su cara se contrajo con miedo—. ¡Salte! —gritó, agitando los brazos.

Lilette le miró boquiabierta en confusión. Entonces la escotilla se abrió y pudo ver a Pescal. Élle echó un vistazo y gritó: —¡Es Lilette!

Llegaron más Protectores desde abajo, uno de ellos mató al marinero que la había advertido.Se obligó a levantarse para saltar por la borda, pero Pescal agarró el tobillo de su pierna rota.Ella gritó y cayó al suelo.

Han blandió sus espadas y se abalanzó hacia Pescal, pero fue rodeado por al menos cincoProtectores que le derribaron. Mientras otro Protector tapaba la boca de Lilette, Pescal lesujetó los brazos por detrás. Gritó, segura de que le estaban dislocando los brazos.

La respiración de Pescal era fuerte…podía notar su pecho subiendo detrás de ella. —La tengo.

Ladeó el pie para darle una patada, pero él torció fuertemente sus brazos hacia arriba y se leescapó un grito involuntario de la garganta. Han gritó de indignación, pero los Protectores lotenían atrapado sobre la cubierta. Lilette luchó contra Pescal, con lágrimas de dolor y miedocorriendo por su rostro.

Merlay llegó de la cubierta inferior y la miró con incredulidad.

—Tú sencillamente no te mueres, ¿verdad?

Capítulo 38Traducido por PauEchelon

Saber que Lilette estaba a salvo y a punto de ser ejecutada incineró todo mi miedo. ~Jolin

Merlay echó la mano hacia atrás y abofeteó a Lilette.

—¿Crees que has salvado a alguno de ellos? Tan solo me estás obligando a matarlos, uno auno. Tan pronto como tengamos el camino libre, tendré que enviar una tormenta que hundirácada barco en un centenar de kilómetros, ¡e incluso más morirán!

Lilette podía sentir el sabor de la sangre donde sus dientes habían cortado su mejilla.

—No soy yo la empapada en sangre. —Sus palabras salieron amortiguadas por la mordaza.

Page 258: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Temblando, Merlay se limpió la cara. —Me arriesgué mucho al perdonarte la vida por tuhermana. Te envié a Harshen… te hice Emperatriz. Todo lo que tenías que hacer erapermanecer fuera de mi camino.

La rabia hirvió dentro de Lilette. —¡Mataste a toda mi familia! Enviaste a Pescal para que medrogara, y quién sabe qué más.

Cuando Merlay miró hacia otro lado, Lilette se dio cuenta que no sólo había sido Pescal. —¿También enviaste a Laosh a por mí? —Sacudió la cabeza con incredulidad—. ¡Sashconfiaba en ti! ¡Yo confiaba en ti!

Merlay dio un paso atrás, y sus ojos se nublaron por un momento. Y después su rostro seendureció.

—Hice lo que tenía que hacer. Lo que siempre he tenido que hacer.

Lilette apretó los dientes alrededor de la mordaza.

—Has estado jugando a ser Dios.

Merlay hizo un gesto de corte.

—¡Somos diosas! ¡Las Creadoras nos dotaron con el poder; a nosotras y a ningún otro! ¡Lasnaciones pueden obedecernos o pueden sentir nuestra ira!

Los Protectores arrastraron a Han para ponerlo de pie. —Igual que Harshen sintió su ira —gruñó.

Los ojos brillantes de Merlay se encontraron con los suyos. —Sí. Como Harshen.

—Tener poder no nos hace mejores —dijo Lilette a través de la mordaza.

Merlay alzó una ceja. —¡Por supuesto que sí nos hace mejores!

La mirada de Lilette se desplazó a la de Brine cuando subió de la cubierta inferior.

—¿Qué es todo ese alboro...? — Su mirada se posó en Lilette—. Oh.

Lilette echó la cabeza hacia atrás.

—¿Y tú? Tú sabías lo que estaba pasando, ¿verdad?

Brine sólo hizo una mueca. A su lado, Nassa gruñó a través de su mordaza:

—Brine, si vas a matarme, merezco saber por qué.

El zhou robado giró, probablemente hacia el siguiente grupo de supervivientes. Brine emitió unsuspiro tembloroso.

—Esto no es sobre Merlay o tu familia. Esto es sobre el hecho de que Sash y las demásestaban cantando una contra maldición que nos hacía completamente impotentes.

Brine se presionó la muñeca contra la frente.

Page 259: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—¿Qué crees que pasaría si el mundo se diera cuenta de lo vulnerables que son las Brujas?Correríamos el riesgo de convertirnos en esclavas de la misma gente a la que gobernamos.

Nassa sacudió la cabeza con desesperación.

—No se lo diré a nadie. ¡Juro que no lo haré! Llévenme con el resto de ustedes.

Brine miró hacia la parte superior de la nave, y Lilette se dio cuenta de que la cubierta de popaestaba recubierta de sangre.

—Lo siento, Nassa, pero las demás han demostrado su lealtad. Tú no.

Brine giró la cabeza hacia la popa.

—Córtales la garganta y tíralas por la borda como a los demás. Tenemos más para ejecutar.

Pescal arrastró a Lilette a la parte trasera de la nave.

—Merlay te envió para que me drogaras —dijo Lilette ahogadamente a través de la mordaza—, para que no me diera cuenta de lo que estaba haciendo ella.

Pescal se inclinó, susurrando su aliento contra su cuello. —Lo habrías disfrutado muchísimo,te lo aseguro.

Ella echó la cabeza para atrás, pero él la esquivó.

—Tranquila, es inútil añadirte más dolor. Parece como si ya hubieras sufrido suficiente.

Lilette jadeó con horror mientras la sangre pegajosa se aplastaba bajo sus pies descalzos.¿Cuántos otros supervivientes habrían "rescatado" solamente para asesinarlos?

Las otras cuatro Brujas gritaron y gimieron cuando el Protector sacó un cuchillo y se dirigióhacia ellas. Lilette cerró fuertemente los ojos y se giró cuando uno de sus gritos fue cortadoabruptamente.

Merlay y Brine se dirigieron bajo cubierta, la mayoría de los Protectores las siguieron. El restose quedó vigilando a los prisioneros o se escondieron en cubierta, sus armas apuntando a losmarineros prisioneros que maniobraban la nave hacia el siguiente grupo de supervivientes.

Han estaba forcejeando, luchando. No estaba más cerca de la libertad, pero estabadistrayendo a los guardias de matarlos.

Y entonces Jolin subió desde la cubierta inferior, con Galon detrás de ella. Los dos seprecipitaron hacia Lilette.

—¿Qué están haciendo? —El grito de Merlay se pudo oír desde abajo—. ¡Tráiganla de vueltaaquí!

Su amiga la había traicionado. Lilette se levantó, su ira creció. Se tiró hacia atrás y golpeó,pero Jolin la esquivó y se estrelló contra uno de los Protectores que sostenían a Han, justo losuficiente como para que él se liberara.

Galon le lanzó a Han una espada y apuñaló al otro Protector que lo sujetaba. Han cogió la

Page 260: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

espada, girando tan rápido que Lilette no pudo seguir sus movimientos. Los dos atravesaron alos Protectores que los sujetaban. Pescal se revolvió lejos de Lilette a la vez que Han cogíauna espada extra.

Galon y Han se giraron para enfrentar a los Protectores que restringían a la tripulación. Unadocena contra dos. Pescal intercambió una mirada divertida con otro Protector y empezaron aavanzar. Pero entonces uno de los marineros lo derribó. Como si eso fuera la señal por la quehabían estado esperando, el resto de marineros se lanzó al combate. Uno de ellos incluso selas arregló para bajar el apoyo de la escotilla y atrapó al resto de los Protectores abajo.

Jolin sacó un cuchillo fino y cortó las mordazas de Lilette y Han, después se apresuró hacia elcasco, su pequeño cuchillo trabajó frenéticamente en las cuerdas que sujetaban un pequeñobote a un costado.

—¡Ayúdenme! —exclamó.

Lilette quería matarla allí mismo, pero no había tiempo. Los tres cortaron y tiraron hasta que lascuerdas se liberaron y el bote chocó contra las olas.

Los Protectores abrieron la trampilla. Corrieron desde abajo, dominando rápidamente a losmarineros.

—¡Han! ¡Vamos! —gritó Lilette. Galon gritó. Un Protector se abrió camino, hiriendo su brazocon la espada.

Galon se tambaleó hacia atrás. El Protector ladeó su brazo para dar el golpe de gracia.

Una de las espadas de Han serpenteó, desviando el golpe. El movimiento tuvo consecuenciaspara Han. Su flanco derecho estaba abierto. Pescal hundió su espada en el costado de Han.

—¡Han! —Lilette empezó a ir hacia él, pero Jolin la agarró y la arrastró hacia la barandilla.

—¡Váyanse! —gruñó Han mientras contratacaba con un golpe en el muslo de Pescal.

Cuando Lilette vaciló, Jolin apretó su agarre.

—No van a escapar hasta que estemos a salvo.

Las cuchillas de Han se retorcían a su alrededor como un remolino. Nassa ya había saltado alagua y estaba subiendo al bote a la deriva.

Doranna no se quedó atrás.

—¡Vamos!

Apretando los dientes, Lilette saltó por la borda, con los brazos y piernas agitándose en el airemientras caía. Rompió fuertemente contra el agua, y chocó contra más restos flotantes. Dolor,viejo y nuevo, se encendió en su interior. Se arrastró fuera del agua, empujando los escombrosflotantes fuera de su camino mientras nadaba hacia el bote. Se subió y se dio la vuelta.

Trabando espadas, Galon obligó a retroceder a un Protector. Después saltó.

Page 261: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Con el roce del acero, Han retorció las espadas de Pescal a un lado y le embistió. Pescal setambaleó hacia atrás y la espada de Han se batió hacia delante, apuñalándole en la garganta.

Su boca se abrió en sorpresa, Pescal agarró la espada, la sangre brotó entre sus dedos. Hanse echó hacia atrás. Pescal agarró algo en su cintura. Incluso mientras caía hacia delante,lanzó un cuchillo.

Lilette no vio dónde aterrizó. Han golpeó el agua con fuerza. El bote se había desviado de lanave, así que asió un remo.

—Ayúdenme. —Lo llevaron más cerca—. ¡Han!

Merlay se asomó por la barandilla.

—¡Deténganlos! —Otros Protectores saltaron tras ellos.

Galon subió al bote y se fue a la popa, con sus espadas en ristre. Sosteniendo el remo como sifuera un palo, Lilette revisó el agua buscando a Han. Han llegaría. Lo haría.

Y lo hizo. Apenas reconoció su cara, estaba muy oscura. Con las dos espadas sujetas entrelos dientes y rojo rodeándole, nadó hasta el bote y subió. Lilette vio sangre corriendo por sucuerpo y entró en pánico. Él apenas le dirigió una mirada.

Doranna le arrebató el remo a Lilette. Ella y Jolin empezaron a remar frenéticamente. Estabanllegando más Protectores por el agua. Han y Galon les golpearon en cuanto se pusieron a sualcance. El resto pisoteó sus manos en cuanto agarraban el bote.

La mirada de Lilette se fijó en la nave mientras se volvía hacia ellos. Nassa golpeó a uno delos Protectores en la cabeza.

—Tienes que derribar esa nave… ahora.

Lilette vaciló.

—Tienes poder para hacerlo —gritó Nassa—. ¡Lo he visto!

El pánico en el pecho de Lilette se convirtió en algo más; algo oscuro como las sombrasalrededor de las estrellas. A medida que construyó su canto, los elementos se volvieron haciaella, impacientes y hambrientos de su órdenes… casi como si supieran que habían sidousados para el mal y estuvieran ansiosos de corregir el error.

Su voz arremetió como un látigo, invocando rayos desde el cielo claro. Se estrellaron contra lanave. Una, dos, tres veces. Las llamas lamieron la cubierta sangrienta.

Su bote aceleró, lo suficientemente rápido para dejar atrás a los Protectores en el agua. YLilette supo lo que tenía que hacer. Cantó una corriente, una lo suficientemente fuerte comopara tirar de ellos hacia su isla.

El fuego creció más, extendiéndose tan rápido que los Protectores no pudieron luchar contraél. Comenzaron los gritos. Fueron los gritos los que hicieron que el recuerdo se derrumbasesobre ella. Esta no era la primera vez que escapaba de un barco en llamas. No era la primeravez que aquellos a los que amaba habían muerto. Sus ojos se llenaron de horror, se dio la

Page 262: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

vuelta para enfrentar a Han.

—Estás a salvo —dijo él, con alivio en la voz. Y entonces se derrumbó.

Capítulo 39Traducido por plluberes

Han cayó de la gracia de su padre y llevó en el rostro la marca de ese encuentro por el restode su días. ~Jolin

El bote estaba lleno de sobrevivientes. A través de la noche oscura, nadie habló. Nadie hizocontacto visual. Además de Lilette y los otros, ninguno de los harshenos parecía conocerse.Eran un puñado de vivos que sobrevivieron a sus muertos.

Lilette estaba en un extremo de la abarrotada embarcación, la cabeza de Han en su regazo. Élno había abierto los ojos desde que se derrumbó. Ni siquiera se había estremecido cuandoella había envuelto sus heridas con las tiras de su vestido. Y esa herida de cuchillo en elpecho… no podía pensar en eso. Ella estaba a salvo aquí, en este lugar vacío. Si se permitíapensar, las emociones la matarían.

—¡Allí! —gritó Nassa—. La veo.

Todo el mundo en el bote se dio la vuelta rápidamente. Lilette no necesitó hacerlo. Se sabía dememoria la forma de su isla. Se acercaron aún más, pasando junto a barcos y buquesmaltratados. Cientos de harshenos demacrados se alineaban en la playa, sus formas oscurascontra la arena brillante.

Algunos de los hombres en su bote tomaron los remos y les dirigieron cuidadosamente entrelos otros buques. La embarcación se vio empujada en contra de la playa y se empezó ainclinar hacia un lado. Las personas en el interior se derramaron sobre la arena.

Galon se arrodilló ante ella y levantó suavemente a Han, pasándolo con cuidado a otrohombre. Los dos se lo llevaron a donde había un poco de fuego, Lilette los siguió aturdida. Lagente hizo espacio para que los hombres depositaran a Han ante el calor. Ella tomó su lugarjunto a él, y observó su respiración subir y bajar por lo que parecieron días.

Jolin apareció de repente, con los brazos llenos de plantas. Las dejó y regresó con dos rocas,que utilizó para aplastar algunas de las plantas. Otras las puso en las heridas de Han.

Lilette la observó.

—¿Por qué? —preguntó finalmente.

Jolin se congeló y luego comenzó a trabajar de nuevo.

—Yo no lo sabía. No todo.

Page 263: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Galon miró entre ellas.

—Voy a ver si alguien necesita ayuda. Llámame si me necesitas. —Apretó el hombro de Joliny se fue.

Lilette no sentía rabia, no sentía dolor. Estaba en un lugar tan vasto y vacío como el cielo de lanoche.

—No te creo.

Los hombros de Jolin se desplomaron, pero no dejó de trabajar.

—Yo ayudé a desarrollar el velo. Les di toda mi investigación. Docenas de nuevos conceptos,incluyendo uno con variaciones de azufre, salitre y carbón vegetal. —Miró por encima delocéano—. Ellas me engañaron, pero sólo porque yo se los permití. Soy lo suficientementeinteligente como para poner las piezas juntas, lo suficientemente inteligente para saber que laspiezas no encajaban en el cuadro que me estaban mostrando. Pero para entonces ya habíahecho mucho por ellas.

—Y ahora ya no te necesitan más. —Las palabras de Lilette tenían un sabor amargo—. Tienentodas tus pociones e investigaciones.

Jolin abrió suavemente la boca de Han y puso el puré dentro.

—No. Quería crédito por mis descubrimientos, por lo que siempre suministré sólo algunas delas pociones… soy la única que conoce todos los ingredientes. Es por eso que me llevaroncon ellas cuando se fueron.

Lilette miró hacia la oscuridad. —¿Sabías que iban a hundir la isla?

—No —dijo Jolin simplemente.

Lilette apoyó la mano en la mejilla de Han. Hacía frío, pero no tenía manta. Se quitó la bata y ladejó encima de él, lo que la dejó en ropa interior.

Jolin la observó.

—Cuando giraron nuestra nave y me di cuenta de lo que iban a hacer, nos encerraron a Galony a mí en mi camarote. Nos deshicimos de todos y cada uno de mis libros lanzándolos por elojo de buey hacia el mar.

La cabeza de Lilette se volvió con sorpresa. No había nada que Jolin atesorara más que suslibros.

De repente, Han respiró hondo y abrió los ojos. Su mirada inspeccionó la brumosa oscuridadantes de encontrarla.

Un pequeño sonido de alegría agrietó su garganta.

—¡Han!

Sus ojos eran brillantes y amplios. —Lilette.

Page 264: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Sus manos revolotearon por encima de él, con ganas de tocarlo, pero sin atreverse a hacerlo.Finalmente tomó su rostro entre sus manos. —¿Te duele?

Él escupió el fajo de hierbas que Jolin le había puesto en la mejilla. —Lilette… no haterminado todavía.

Las lágrimas pincharon la parte posterior de sus ojos. —Por supuesto que no ha terminado.Tenemos toda la vida por delante.

Él negó con la cabeza lentamente. —No puedes derrotar a Kalari. Debes retirarte.

Ella le alisó el pelo. —Voy a dejar que tú organices eso. Eres la gran mente militar.

—No voy a estar aquí.

Algo en Lilette se apretó, tanto que estuvo segura que la quebraría. Encontró la mirada deJolin. —Cúralo.

—No puedo.

Lilette le jaló el brazo, apretando con tanta fuerza que Jolin hizo una mueca.

—Cúralo. ¡Has creado pociones y canciones que nadie más podía¡ ¡Lo puedes curar!

Alguien tocó el brazo de Lilette, y ella se dio la vuelta, dispuesta a golpear a quien se habíaatrevido a poner una mano sobre ella, pero era Han.

—Ella lo hizo bien —dijo, con el rostro tan calcáreo que apenas lo reconoció—. Estoycayendo.

Lilette tomó su mano y la apretó contra su mejilla.

—No. Por favor, no lo hagas.

Él ya no la estaba mirando. Su rostro era distante, con la mirada fija en las estrellas por encimade él.

—He caído a diario desde el día en que te conocí. Siguiendo a una estrella fugaz.

—Por favor.

Ella se había mantenido en el espacio entre la vida y la muerte antes. Si su madre la habíatraído de vuelta, podría traer de vuelta a Han. Lilette cerró los ojos. Nunca había rogado pornada, pero ahora lo estaba haciendo.

Por favor, Mamá, no me lo quites.

—Siempre fuiste mi perdición —dijo en voz baja—. Fui de buen grado a ella, y lo volvería ahacer.

Un grito se construyó en su pecho, pero ella lo forzó a bajar.

—No. Lucha, Han. Eres el hombre más fuerte que conozco. El mejor hombre que conozco.

Page 265: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Él se volvió hacia ella, una quietud se extendía sobre su rostro. —¿Recuerdas lo que te dije,pequeño dragón? Lucha las batallas que puedas ganar. Retírate de las que no puedas.

La tensión de su mano se suavizó, y sus ojos se desenfocaron. Algo se rompió en Lilette,hiriéndola tan profundo que nadie podría sanarla jamás.

—¿Han? —Su voz salió débil y suplicante.

Ella extendió la mano y le tocó la cara, su barba raspó contra las yemas de sus dedos. Sesentía vivo. Su carne era cálida debajo de ella, pero el vacío en sus ojos le dijo que algo sehabía ido. Lo que quedaba no era Han. Se había ido más allá de su alcance. Toda la lucha erade Lilette, y ella se derrumbó encima de su cuerpo. En algún lugar, alguien estaba gritando,gritando, gritando.

No fue sino hasta que Lilette sintió el sabor de la sangre en la parte posterior de la lengua quese dio cuenta que era ella.

Capítulo 40Traducido por Beneath Mist

Han tenía razón. Había caído.

Creo que él vio el patrón; que aquellos que amaban a Lilette, que de verdad la amaban,siempre le salvaban la vida a costa de la suya propia. A fin de cuentas, él aceptó su destino

mucho antes de su muerte. ~Jolin

Lilette frotó su pulgar lleno de polvo por todo el colgante. Se apoyó pesadamente en su bastónmientras Galon echaba la última pala cargada de tierra. Junto a ellos, la tumba de Fa se habíaasentado, haciéndose indistinguible del resto del suelo de la selva.

A su lado, Jolin lloraba en silencio. Lilette no podía hacerlo. Llorar significaría que habíaaceptado la muerte de Han, y jamás haría tal cosa.

Los días pasarían y la tumba de Han estaría igual que la de Fa. Como si nunca hubieranestado ahí. Como si nunca hubieran vivido, respirado y amado.

—¿Lilette?

Se volteó para ver a Pan de pie a las afueras de la aldea, con un cuenco de fruta en lasmanos. Lo soltó, y los mangos y cocos rodaron alrededor de sus pies. Avanzó corriendo, y surostro se iluminó. —Eres tú. —Después su mirada se posó en la tumba nueva y se detuvo—.¿Qué ha pasado?

Lilette respiró profundo y después dejó salir el aire de golpe, pero las palabras no llegaron. —No puedo… —Dejó caer las manos con impotencia a los costados.

Page 266: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—Su marido ha muerto —dijo Jolin por ella.

Pan dio el último paso y envolvió a Lilette entre sus brazos. —Lo siento. Lo siento por lo quehice y por lo que has pasado. Lo siento.

Parte del dolor que Lilette había apresado tras una barrera que ella misma había construido sefiltró, haciendo que sus ojos se llenasen de lágrimas. Sacudió la cabeza. No podía dejar caeresa barrera, no si quería seguir adelante. Se alejó de Pan.

A su lado, Jolin cambió el peso de un pie al otro. —Lilette, ¿qué vamos a hacer?

—Si Merlay sobrevivió, no se detendrá —añadió Galon.

Lilette se estremeció tan fuerte que sus huesos temblaron. Ni siquiera iban a concederletiempo para llorar.

—Diles que no canten. No importa el motivo, no pueden cantar.

Jolin dio un paso hacia la playa, y Galon la siguió como una sombra. Desde que llegaron, élno se había apartado de su lado.

—Le diré a Nassa que se lo explique a las otras.

Todas las Desechadas y cualquier otra Bruja que encontraron, se habían reunido alrededor deuna hoguera la noche anterior. Los Protectores restantes se habían instalado alrededor deellas.

—Volveré —prometió Jolin—. Sólo me iré un momento.

Era como si temiera alejarse del lado de Lilette. Como si la ausencia de una persona máspudiera posiblemente representar una diferencia.

Jolin y Galon corrieron hacia la playa, donde estaban la mayoría de refugiados, y se dirigieronhacia la fogata donde habían pasado la noche con el cuerpo frío de Han.

Pan buscó su mirada y Lilette pudo percibir el dolor profundo y duradero de su vieja amiga, lamisma mirada que Fa había llevado con él todos los días de su vida. Ahora la llevaban ellastambién.

—Ya no somos las niñas que fuimos —dijo Lilette.

Pan sacudió la cabeza. —No, no lo somos. —Vaciló—. Lilette, ¿de verdad las Brujashundieron Rinnish?

Ella abrió la boca para responder, pero se volteó al escuchar unos pasos. Jolin guiaba a unélite que desfilaba hacia ella. Su uniforme estaba hecho harapos, y no llevaba arma, pero suorgullo era inconfundible. Él se dejó caer sobre sus rodillas. —Emperatriz, soy el élite demayor rango que sobrevivió. Debo conocer sus órdenes.

Pan jadeó y se cubrió la boca con la mano. —¿Emperatriz?

Lilette asintió despacio, en respuesta a ambos. —Necesitamos armas. Hombres que puedan

Page 267: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

luchar. —Se puso firme—. Encuéntralos. Fabrícalas.

Él se retorció las manos. —Emperatriz, no hay suficientes hombres. No tenemos mineral parafabricar armas.

Lilette cerró los ojos. Han debería estar ahí, dando esas órdenes. En lugar de eso, estabamuerto. Levantó la mirada de nuevo. —Entonces hagan bastones y arcos a partir de losárboles. Encuentra una Desechada llamada Doranna. Te ayudará a entrenar a las mujeres.

El élite la miró, con el miedo presente en sus rasgos. —Emperatriz, no podremos combatirlas.Hay menos de cuatrocientas almas en esta isla.

Sus palabras golpearon a Lilette como un puñetazo en el estómago. Las Brujas tenían dos milProtectores, y ni siquiera tendrían que utilizarlos. Una docena de canciones, quizá menos, y laisla se hundiría bajo las olas, igual que lo había hecho la última. La única razón por la que nohabía ocurrido ya, era porque Lilette había hundido el barco de Merlay.

El élite hizo una reverencia. —Emperatriz, deberíamos retirarnos.

—¿E ir adónde? —le espetó ella. Recordó lo que Han había dicho. Lucha las batallas quepuedas ganar. Retírate de las que no puedas. Pero no tenían lugar al que ir—. Sus oyentes ynivel siete nos encontrarán. —De repente estaba furiosa, tan furiosa que se filtró en el huecoque había dejado la muerte de Han. Se aferró a esa ira, porque la ira no le lastimaba tantocomo el dolor.

Era una mujer, y se rendiría como una, es decir, nunca.

—¿Estás segura de que vendrán a por nosotros? —preguntó Pan en voz baja.

—Oh, sí —suspiró Lilette.

Jolin asintió. —Incluso si Merlay y Brine estuvieran muertas, que lo dudo, Tawny no searriesgaría a quedar expuesta. —Se pasó una mano por los ojos—. Quemaste el barco querobaron, no su otro barco. Probablemente ya nos estarán buscando.

La mandíbula del élite se tensó. —¿Cuántos días tenemos?

—Dos. Tres a lo sumo —dijo Jolin.

—Tiene que haber algo que se pueda hacer —dijo Pan con su habitual tranquilidad, paseandosu mirada entre Jolin y Lilette—. Son Brujas.

Jolin levantó la mirada hacia el cielo, como si pidiera ayuda. —Tenemos un puñado de Brujasy unas pocas docenas de Desechadas. Lo que estás pidiendo conllevaría cientos.

Lilette recordó a su madre visitándola, presionando los labios en su frente. Y días después deaquello, su canción se había hecho más fuerte, hasta sobrepasar un nivel siete, quizá inclusoaproximándose al poder que las mismas Creadoras poseían.

Lilette jadeó y se aferró a Jolin en busca de soporte cuando unas piezas y otras fueronencajando en su lugar. Su madre le había mostrado Harshen hundiéndose. Le había mostradolas guerras y horrores que llevarían al mundo al borde del desastre. Lilette había pensado que

Page 268: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

estaba destinada a evitar que todo ocurriera salvando de Chen a su hermana y a las otras.Pero ahora lo entendía. Esos sucesos eran inevitables. Sólo estaba destinada a preservar unaparte de las Guardianas, para allanar el camino y que otra retomara la lucha.

Se percató de que Jolin estaba diciendo su nombre. Intercambiaron miradas y la chispa detodo lo que había pasado saltó entre ellas y las unió.

Lilette se apartó de ella y observó a los otros. —El velo.

Los ojos de Jolin se abrieron mucho. —¿Qué? —Su mente parecía haber captado lo queLilette estaba insinuando, y sacudió la cabeza—. No podemos ocultar la isla entera. Y porsupuesto no indefinidamente.

—No —dijo Lilette—. No vamos a ocultar la isla. Vamos a ocultarlos a todos.

—Pero… ¡pero eso es imposible! Y quién sabe cuánto durará.

Lilette apretó los brazos de Jolin. —Encontrarás la forma, estás destinada a ello. Es por ellopor lo que estás conmigo, como tu madre dijo.

—¿Mi madre?

Lilette acunó su rostro. —Ella es parte de esto. Todas lo somos.

Jolin se frotó los labios, con la mirada distante e intensa, la mirada que tenía cuando estabaconcentrada. —Necesitaré ayuda.

Lilette señaló hacia la costa. —Tienes cuatrocientas personas. ¿Qué necesitas para crear elvelo?

Jolin asintió, con una expresión decidida apoderándose de su rostro. Encaró a Pan y recitóuna lista de plantas.

—Sí. Puedo encontrarlas —respondió Pan.

—Ve. Rápido —dijo Jolin, y después hizo un ademán de marcharse con el élite y Galon.

La mano de Lilette salió disparada y atrapó el brazo de Jolin. —Espera. —Se llevó la mano asu colgante. Siempre se sentía perdida después de una tragedia. Bethel debió ver eso, debiósaber lo importante que era que alguien, en algún lugar, fuera capaz de encontrarla, de modoque Jolin y ella crearon el colgante. Lilette acarició el colgante una vez más, y odió despedirsede algo que había tocado la garganta de Han, incluso por un momento. Sin embargo, él sehabía ido donde nunca lo encontraría, y ya no necesitaría más el colgante.

Pero quizá algún día, alguien sí lo necesitaría. Lilette se sacó el colgante por la cabeza y se lotendió a Jolin. —Quiero que te lleves esto.

Jolin jadeó. —Lilette, no puedo…

Lilette lo puso en sus manos. —Fue un regalo de tu madre tanto para ti como para mí. —Lilettepudo ver que eso no iba a ser suficiente—. No puedo soportar su peso, ya no —mintió—. Perono puedo ver a cualquier otro con él. Por favor.

Page 269: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Jolin cerró la boca y lo deslizó por su cabeza. Se volvió y se alejó, con sus ojos llenándosecon más lágrimas.

Lilette se volvió hacia las tumbas. —Ya puedo ver lo que estoy destinada a hacer —le dijo aHan y Fa—. Y sé cómo detenerlas. —Se agachó y puso la mano sobre la lápida de Han—.Voy a donde vayas. —Tras eso, se giró para cojear tras los otros.

Durante todo el día, Jolin y las Desechadas supervivientes estuvieron inmersas en un frenesí,recogiendo las plantas para hacer las pociones que se requerían para el velo. Lilette trabajójunto a ellas, ya que mantenerse ocupada era la única forma de permanecer cuerda.

Las heridas fueron tratadas. Se recolectó comida. Más gente murió. Esa noche, Lilette seencontró a sí misma mirando fijamente el cielo salpicado de estrellas. Pero ella no miraba lasestrellas, miraba la oscuridad entre ellas. Y pensaba en Han.

Jolin se sentó a su lado y se llevó las rodillas al pecho.

—¿Alguna vez sientes que esto está mal? —preguntó Lilette.

Jolin se volvió hacia ella, y la luz del fuego trazó una línea en un lado de su rostro. —¿Qué?

Lilette no apartó la mirada del cielo. —Usar los elementos así. Son muy fuertes, muypoderosos, y los manejamos a voluntad, para el bien y para el mal. Igual que manejamos a JiaLi a nuestra voluntad.

—¿El elefante? —dijo Jolin. Cuando Lilette no respondió, suspiró—. No están vivos.

Lilette sintió palpitar en su interior la conexión con su sentido de Bruja. —¿No? ¿Entonces porqué puedo sentirlos retorciéndose de dolor durante la hasacre?

Dejando a un lado su agotamiento, Lilette se obligó a sí misma a levantarse para seguir a lasBrujas que se reunían en el círculo.

Todo había ocurrido por una razón. Ella era sólo una pieza del rompecabezas, y ahora sabíadónde encajaba.

Jolin la siguió al centro, retorciéndose las manos. —¿Estás segura de que esto es sensato? Sicantamos, las atraeremos hacia nosotros.

Lilette asintió. —¿Estás segura de que tenemos suficiente polvo?

En respuesta, Jolin le tendió un gran cuenco cubierto.

Lilette miró dentro. —¿Así que este es el material que usas para crear el velo?

—Sí. Utiliza la canción y esta poción para funcionar. Durante las próximas horas, los hombreslo espolvorearán por las playas en el perímetro de las islas. Entonces tú lo extenderás cuandoestés en el aire, para sellarlo en una cúpula. —Respiró profundamente—. Pero por ahora,tienes que atraer las islas. ¿Y… y si no eres lo suficientemente fuerte?

La semilla de la duda creció en el interior de Lilette. ¿Y si estaba equivocada? ¿Y si, despuésde todo, fallaban?

Page 270: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

—No hay otra cosa que podamos hacer, Jolin. —Su voz se quebró—. A veces sólo tienes quemoverte.

Jolin retrocedió y se unió al círculo. Lilette estaba rodeada de Brujas y Desechadas. No estabasegura de que el círculo fuera tan fuerte como para lanzarla por los aires, pero apartó susdudas y siguió su propio consejo.

Asintió con la cabeza hacia ellas y las Brujas se tomaron las manos. Sus voces se alzaronjuntas, cantaron. Lilette sabía que las oyenteslo escucharían. Pero tenía que hacerse. Susvoces se movieron a través de ella, sus pensamientos en su cabeza. Las Desechadas estabaneufóricas y aterrorizadas. Nunca se les había permitido practicar su magia, por pequeña quefuera.

Más de una Guardiana estaría disgustada con el canto desafinado. Para ellas, era caminar porterreno sagrado. A Lilette no le importaba. No funcionaba tan bien, pero estaba funcionando. Yeso era todo lo que importaba.

Los primeros movimientos del viento se hicieron más abundantes, pero no eran losuficientemente fuertes como para levantarla.

Concéntrense, las dirigió Lilette en silencio. Nos necesitamos las unas a las otras.

Sigan mi ejemplo, dijo Nassa. Se mantuvo rígida, con la boca abierta y la canción naciendodesde las profundidades de su interior. Las Desechadas la copiaron. Y las notas pudieron nomejorar nada, pero su poder definitivamente lo hizo.

El viento levantó la túnica de Lilette, y tiró de su cabello. Se sintió ligera, ligera como una florde cerezo llevada por el viento. Y después se encontró en el aire, girando y girando haciaarriba, más cerca de las estrellas que estaban muy arriba. Quería continuar, hasta que pudierafinalmente tocar las sombras entre las estrellas, pero se obligó a concentrarse, a encontrar esezumbido bajo su esternón, donde residía su poder. Cuando sus canciones la llenaron con máspoder, extendió su sentido de Bruja y se aferró a cada isla.

Cuando abrió la boca, cantó, y pareció que incluso la luna en el cielo dejaba de girar parapoder escuchar.

Harshen, levanta tus estacas.

Viento, un camino destacas.

Tierra, tu suelo compacta.

Plantas, tus raíces desenreda.

Aguas, tus ondas has de hender.

Islas, lado con lado, alinearse han de hacer.

Page 271: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Incluso con el poder zumbando a través de ella—llenándola de luz hasta que pareció que erade día—requirió todo su canto, hasta que su voz se hizo áspera, que las otras islas de Harshencomenzaran a aparecer. Todas ellas brillaban a la vista, todas ellas tan cerca como para queun buen nadador las alcanzara. Eso tendría que ser suficiente.

Lentamente, el círculo cantó para bajarla y después se separó.

—Lo hiciste —dijo Jolin con asombro mientras le tendía a Lilette una taza de té.

Ella se frotó la garganta irritada. No quería arriesgarse a hablar, de modo que asintió. Losbarcos se enviaron de inmediato con el polvo, que debía extenderse por todas las costas.Tenían hasta la mañana para hacerlo. Si fracasaban, lo único que habrían logrado seríaconvertirse en blancos más fáciles para las Brujas.

Capítulo 41Traducido por Thalia di Angelo

A veces la odio por escoger a Han sobre mí. Sé que es egoísta, es debilidad. Pero saberlo noevita que la ira explote tan fuerte que me ahogo en ella. ~Jolin

—¡Barcos! —gritó alguien—. ¡En el horizonte!

No mucho después de que el grito hubiera sonado, unas nubes se amontonaron en el cielo.Lilette miró hacia arriba, al rayo que se iluminó sobre ella.

—¡Están aquí! —Las palabras de Jolin resonaron en la cabeza de Lilette.

—¡Cúbranse! —gritaron los Protectores y la élite, guiando a la gente lejos de la costa y másprofundo en la selva.

—¿Está el polvo en su lugar?—preguntó Lilette. No todos los hombres se habían reportadoaun.

Jolin le puso un cuenco del polvo en las manos. —¡Estamos a punto de descubrirlo!

Brujas y Desechadas corrieron hacia ellas, y entrelazaron las manos; el miedo y esperanzamezclados en sus rostros.

Una vez más cantaron, y una vez más Lilette se elevó en el cielo. En lo más alto, quitó lacubierta de lo último del polvo. Las Brujas cantaron otra vez, y Lilette giró tan rápido queestuvo segura que se iba a marear. Pero funcionó. El polvo se elevó alrededor de ella,reluciendo en un venenoso púrpura mientras coronaba el cielo. Las otras Brujas cambiaron sucanción, añadiendo su fuerza a la de Lilette.

El poder creció en ella, llenándola lentamente. El otro barco estaba justo frente a la costa… losuficientemente cerca para que Lilette diferenciara a las Brujas de los Protectores. Las nubes

Page 272: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

se condensaron, más densas y pesadas.

Las otras Brujas cantaron su barrera. Lilette pudo ver una Bruja en el medio, alzándose haciael cielo. Cuando las dos estuvieron a la misma altura, Lilette la reconoció. Era Merlay. Inclusodesde esa distancia, Lilette puedo ver cómo sacudía la cabeza, con pena en su mirada. —Tengo a las Brujas más poderosas de toda la ciudad Arboleda conmigo —gritó Merlay—.¿Qué posibilidad tienen contra nosotras?

Lilette ignoró el miedo que se instalaba dentro de ella. —Estoy destinada a detenerte.

Merlay hecho su cabeza atrás y rio. —Es hora de enseñarte sobre el verdadero poder. —Abrióla boca y un canto empezó a salir.

Lilette ardía por detenerla, pero la canción que debía cantar requería mucho… no podíaarriesgarse a disminuir sus reservas para pelear con Merlay. Lilette no podía hacer nadamientras las nubes se volvían negras, mientras los rayos trazaban su camino una y otra vez.

Las pocas personas que habían sido lo suficiente tontas como para ignorar las advertencias debuscar refugio, chillaron atemorizadas y corrieron a cubrirse. Lilette contó cada grito,determinada a hacer pagar a Merlay.

El viento empezó de nuevo. Segura dentro de la barrera, Lilette no fue tocada. Pero el vientoarrasó por las islas. Chozas colapsaron y se volaron, esparciéndose por el océano. Lostruenos sonaban tan alto, que el mundo se sacudía con ellos.

Una ola del tamaño de una montaña se levantó en el océano. Rodó hacia adelante,aplastando la orilla. Sólo el círculo estaba a salvo. La ola rompió en la aldea de Lilette,llevándose todo con ella. Su único consuelo era que había movido a los aldeanos a loprofundo de las montañas en el centro de la isla. Escondidos en una fosa abierta, eranvulnerables a los rayos, pero estaban a salvo del viento y de los terremotos que era seguroque vendrían.

La tempestad amainó. Con la cabeza ladeada a un lado, Merlay miró a Lilette. —¿Ni siquieravas a intentar detenerme? No es que puedas hacerlo, pero esperaba al menos algo deresistencia.

Lilette usó su sentido de Bruja… la canción estaba cerca. Muy cerca. —Merlay, a veces esnecesaria una caída para cambiar nuestra senda. Las Brujas van a caer. No puedo detenereso… nunca estuve destinada a hacerlo. Pero puedo retrasar la destrucción total, hasta quevenga alguien a reconstruirnos en algo mejor.

Las cejas de Merlay se alzaron. —Somos demasiado fuertes para caer.

Una sonrisa triste adornó los labios de Lilette. —Todo cae. —Han le había enseñado eso.

—Después de que termine aquí, sacaré tus canciones de los propios elementos. Será como sinunca hubieras existido.

Lilette estaba lista para que esto se acabara. La oscuridad estaba esperando por ella. Tancerca, tan tentadoramente cerca. —No más juegos. Esto termina ahora. —Cantó otra vez. Latierra tembló.

Page 273: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

En el círculo bajo Lilette, las Guardianas se vieron sacudidas al suelo, pero siguieronagarradas de las manos y continuaron cantando. Podía verlas allí abajo y supo que si ella nolo terminaba, todas morirían. Cerró los ojos. Y espero… espero. Ahora.

Abrió la boca. La tormenta se detuvo. Los temblores se detuvieron. Incluso Merlay se detuvo.No había otro sonido aparte de la voz de Lilette. Cerca del borde de las islas, el polvo empezóbrillar con colores púrpuras y azules.

Lilette cantó para elevar el velo arriba, arriba, arriba. Pero en vez de crecer en una columnaque ascendía al cielo, como una barrera, se curvó en un domo. Iba a dejarla completamenteafuera. Ella vio la comprensión aparecer en Jolin mientras la miraba boquiabierta. Paraesconder el velo, Jolin lo había creado para que fuera totalmente hermético. Y cuando Lilettemoviera la isla, nada quedaría debajo de ella.

—No —articuló Jolin.

Para ser una mujer tan brillante, Jolin era más bien obtusa. Lilette se había dado cuenta de sudestino incluso antes de que sugiriera el plan. —Las Brujas necesitan una mártir —había dichosu madre.

Lilette levantó la mano en despedida. Jolin chilló y el velo se onduló. Lilette no podía distinguirlas palabras sobre su propia voz, pero el lamento era obvio.

Pensó en sus padres, su hermana, en Han. Todos ellos habían muerto por ella. No más.Nunca jamás. Ese era el patrón que debía romper. Ese era el sacrificio que ella debía hacer.

Sin confiar en sí misma para responder, selló el velo, haciéndolo auto-sustentable. Luegocantó tormentas y malos presagios encima de él, como una oscura sombra… como Han.Requeriría una Bruja tan poderosa como ella encontrarlo, sin hablar de removerlo.

Con la voz de Lilette estable, cantó una canción para mover las islas. En el parpadeo de unrayo de luz, desaparecieron debajo de ella. No se las había llevado lejos… ni siquiera ella eralo suficientemente poderosa para eso. Pero estaban lo suficientemente lejos para que lasGuardianas nunca las encontraran.

El agua se apresuró a llenar el vacío dejado por las islas, arrastrando el barco de Merlay conella. Con una explosión, las aguas se encontraron en la mitad y se dispararon hacia arribapara después precipitarse en una oleada.

Merlay y su barco habían desaparecido. Lilette deseó poder decir lo mismo del daño que esamujer había dejado atrás. Pero esa no era su batalla. La batalla era para otra.

Lilette estaba sola, nada debajo de ella más que kilómetros de agua, reluciendo como lasuperficie de un espejo. Podía seguir cantando, y mantenerse a sí misma a flote hasta que suvoz se volviera tenue y débil. Pero se rehusó a permanecer.

La oscuridad entre las estrellas la estaba esperando.

Epílogo

Page 274: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

Traducido por Thalia di Angelo

Lilette cayó, atravesando el cielo como una estrella fugaz. Hubo un breve, exquisito momentode dolor. Un destello cegó todos sus sentidos. Flotó en el espacio de la nada.

Primero se dio cuenta de la música. Suave y cautivadora, la inundó. Luego todo se acelerósobre ella, llenándola de luz y poder y canción y dejando el vacío atrás.

Cuando el último trozo palpitó bajo su piel, abrió los ojos para encontrarse a Han frente a ella.Jadeó en el silencio y lo alcanzó, tocando piel lisa donde su cicatriz había estado. Retiró lamano, porque él era hermoso y ella estaba asustada.

Luego él le sonrió y su tristeza se partió en miles de pedazos. Ella se reclinó sobre él y él laacunó en sus brazos. —Lilette.

Cerró los ojos, deleitándose en su nombre en los labios de él. Luego un sollozo se formó en sugarganta. —Realmente quería salvarlos.

Él inclinó la cabeza de ella hacia atrás y la besó suavemente. —Lo hiciste. —Su mano bajó atomar la suya. Sus dedos se entrelazaron—. Tu hermana, tu padre, tu madre, incluso Fa…todos están esperándote.

Ella se giró hacia la música, con él a su lado. Y supo que su muerte no era el final. Sólo eraotro reino; bello y perfecto. Algún día, aquellos que dejó atrás la alcanzarían.

***

Lilette había tenido razón sobre las islas de Harshen. Ellos recordaron a Lilette en suscanciones. Con cada década que pasaba, ella se volvía más poderosa, más encantadora. Lasacciones de aquellos a su alrededor eran atribuidas a Lilette… desde la creación de Jolin delColgante de Canción, hasta la creación del velo.

Entre las Guardianas de la ciudad Arboleda, se hablaba de Lilette con un siseo, ya que eravista como la razón de la disonancia que crecía a su alrededor. Luego su nombre fue borradode los registros, su canción destejida del mundo. Ella fue olvidada a propósito. Merlay y lasotras no. Los registros fueron cambiados para hacer ver como si ellas hubieran sobrevivido,como si los horrores que habían causado nunca hubieran ocurrido. Hasta estos días, lasBrujas se rehúsan a aceptar la culpa de sus atrocidades.

A través de los siglos, guerras fueron libradas. Guardianas fueron capturadas y usadas por suspoderes. Miles murieron. Las Guardianas de la ciudad Arboleda se dividieron en facciones.Las murallas de la ciudad Arboleda se desmoronaron. Los espinos y árboles ardieron.

Con el tiempo, las Brujas cayeron de ser las más poderosas y veneradas entidades en latierra, a ser las más odiadas y temidas. Las Brujas ya no estaban seguras, el mundo sólodeseaba usarlas o matarlas. Algunas de las notas de Jolin debieron haber sobrevivido—

Page 275: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

probablemente protegidas por Bethel—porque después de que la ciudad Arboleda fuerainvadida y destruida, Haven fue movido a un país recién formado llamado Nefalie.

Las Creadoras son pacientes; pero había pasado tanto tiempo, que Lilette empezó a dudar quealguien pudiera alguna vez unificar a las Brujas y regresarlas a su antiguo esplendor. Incapazde ver desintegrarse todo lo que ella había esperado y trabajado, se alejó, manteniendo todasu atención en el hombre que le había enseñado cómo rendirse.

Pero luego alguien llamó por su ayuda. Lilette volvió y vio el mundo al borde del colapso. Lanaturaleza era una ruina de sequías, oscuridad e inundaciones. Todas las Brujas habían sidocapturadas. Todas menos una… una chica joven y sin entrenar, que había sido escondida porsu madre.

Una chica que había cruzado mares y combatido ejércitos.

Su nombre era Brusenna.

Una nota de JolinTraducido por Azhreik

No puedo adivinar cuánto tiempo se sostendrá la barrera, así que tengo que asegurarme quela gente que queda conmigo es tan fuerte como pueda hacerlos yo. Todas las Brujas—Desechadas o no—están aprendiendo las canciones. Si es necesario, podemos unirnos yblandir una fuerza exigua. Doranna está entrenando una facción para luchar… algo que nuncahabría sido tolerado en la ciudad Arboleda.

Parte de la debilidad de nuestro sistema de gobierno era el poder totalitario que poseían lasPrincipales. He dividido ese poder, dando un poder equivalente a las Desechadas, que se hanconformado en Órdenes que sirven a sus elementos en una forma diferente.

Pero sabía que esos dos grupos se neutralizarían el uno al otro. Tenía que existir un podersuperior… uno que rindiera cuentas a ellas, como ellas rendirían cuentas a éste. Un podersuperior que pudiera ser otorgado con el voto unánime de ambos grupos. Así que inventé eloficio de oyente. En lugar de cantar y controlar el mundo, ella escucharía lo que el mundo y sugente necesitaran, y actuaría en conformidad.

Ambos grupos me votaron para ocupar el cargo. Intenté eludirlo… no tengo cabeza para lasmultitudes, y ya he cometido demasiados errores; pero no logré disuadirlas.

Tiré todas mis notas y libros antes de saltar al mar tras Lilette. Podría reescribirlos, supongo.Empezar los experimentos de nuevo… pero no lo haré. Nunca más volveré a ser parte de lacreación de algo que puede retorcerse de semejante forma.

No puedo esclarecer qué han hecho las Principales al nombre de Lilette. Una parte de mí dudaque la hayan convertido en una villana de horrores innombrables… eso significaría admitir quealguien fue lo suficientemente fuerte para sacudir su mundo perfecto.

Page 276: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

No. Sospecho que simplemente borrarán su nombre de los registros. Removerán su canciónde las canciones entretejidas en el mundo… al menos las que puedan alcanzar.

Y en cuanto a Lilette… espero que donde quiera que esté, pueda perdonarme. Escribí subiografía para que la gente conociera la verdad, libre de adornos y odios. Para que susacrificio no sea olvidado.

EL FIN

Palabras de la Autora

Gracias van a:

Mis increíbles lectores: JoLynne Lyon, Julie Slezak, C Michelle Jefferies, Melonie Rainwater,Lani Woodland, Cathy Nielson, Tiffany Farnsworth y Rachel Newswander.

A mis compañeros artistas: Laura Save, Devon Dorrity, Kathy Beutler, Linda Prince, MarkPenny, y Rober Defendi por usar sus talentos artísticos para incrementar los míos.

A mi maravillosa familia: ¡Los amo!

GLOSARIOTraducido por Azhreik

Aprendiz: Una Bruja con cierta cantidad de entrenamiento /aprendizaje que también haescogido estudiar y pertenecer a una de las Disciplinas. Tradicionalmente bajo la tutela de unaBruja completamente capacitada.

Bruja novata: Una Bruja muy joven y/o poco entrenada. A veces se les llama sólo Novata,que es despectivo.

Creadoras: Diosas que, como las Principales de las Disciplinas, rigen sobre una de lasCuatro Hermanas, pero a una escala mucho mayor.

Cuatro Hermanas: Los elementos que las Brujas utilizan para manipular la naturaleza.Llamadas: Viento, Agua, Tierra y Luz Solar.

Desechada: Una Bruja desgastada, o una Bruja que tiene poco o ningún poder paramanipular a las Cuatro Hermanas.

Disciplinas: una orden, cuatro en total, especializada en una de las Cuatro Hermanas.

Guardiana: Una Bruja adulta entrenada en todas las artes de las Brujas y que pertenece a una

Page 277: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

de las Disciplinas. Llamada Guardiana porque su deber especial es “Proteger la Tierra”.

Principales de las Disciplinas: Líderes de las Brujas y representativas de su Orden oDisciplina. Por nombre: Principal de las Plantas, Principal de la Luz Solar, Principal del Agua yPrincipal de la Tierra.

SOBRE LA AUTORA

Amber Argyle creció con tres hermanos en un rancho ganadero de las Montañas Rocosas.Pasó horas montando caballos, explorando las montañas y jugando en el graneroespeluznante de su familia. Este ambiente alimentó su imaginación para escribir fantasía.

Ha trabajado como cocinera, conserje y miembro del personal de una institución mental. Todolo cual le ha proporcionado una gran visión de la condición humana y la ha inspirado paraalgunos personajes únicos.

Recibió su título en Inglés y Educación Física de la Universidad Estatal de Utah.

Actualmente reside en Utah con su esposo y tres hijos pequeños.

AGRADECIMIENTOS

Foro Dark Guardians

Moderación y Corrección

Azhreik

Traducción

Andrés_S

Azhreik

Beneath Mist

Brayan Calderon

Brig20

gi_gi

Hishiru

Page 278: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

MariaBlueSky

Mrm1997

Nahirr

PauEchelon

Plluberes

Thalia di Angelo

Yann Mardy Bum

Yose Salvatore

Diseño

Pamee

Visita Dark Guardians para leer los nuevos proyectos, seguir las traducciones en proceso yencontrar otros lectores para discutir y compartir tus libros favoritos.

NOTAS[1]La alabarda es un arma enastada de astil de madera de unos dos metros de longitud y quetiene en su —cabeza de armas— una punta de lanza como peto superior, una cuchillatransversal con forma de hoja de hacha por un lado, y otro peto de punza o de enganchar máspequeño por el lado opuesto.

[2]El carácter chino 舟 (zhōu) se refiere a un barco o una nave. Durante el Festival del Bote delDragón, los barcos decorados y tallados que se utilizan para las carreras se llaman 龍舟 (lóngzhōu), o literalmente "barco dragón”.

[3]El kohl es un cosmético a base de galena molida y otros ingredientes, usado principalmentepor las mujeres de Oriente Medio y el Sur de Asia para oscurecer los párpados y comomáscara de ojos. Puede ser negro o gris.

[4]La pátina (del lat. «patĭna», plato, por el barniz de que están revestidos los platos antiguos),es la capa de sales de cobre que se produce sobre la superficie de dicho metal tras el procesode la corrosión.

[5]Una howdah, o houdah (del Hindi: हौदा), es un compartimiento colocado sobre el lomo de unelefante, u ocasionalmente sobre algún otro animal. Fue usado más a menudo en laAntigüedad con diversos propósitos, destaca el de símbolo de prestigio al transportar gente

Page 279: WITCH RISING - Weebly€¦ · del choque de espadas. Lilette conocía ese sonido. El sonido de la batalla. La había atormentado desde su escape. La madre de Lilette dejó caer el

importante.

[6]Cabujón. Piedras pulidas pero no facetadas.

[7]Carambola es una fruta tropical conocida también como “Fruta estrella”(del inglés Star Fruit),por su parecido a una estrella al observar su corte transversalmente.

[8]El limo es un sedimento clástico incoherente transportado en suspensión por los ríos y por elviento, que se deposita en el lecho de los cursos de agua o sobre los terrenos que han sidoinundados.