Ne Consommons

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  • 8/18/2019 Ne Consommons

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     Ne consommons* (par) Marx

    Contribuciones para una reconstrucción económica General Libidinal.

    1) En los términos más didácticos posibles podr!amos "enerali#ar $ue la cr!tica reali#ada por 

    Marx a la ciencia económica de su tiempo constitu%e por s! todo un pro"rama

    epistemoló"ico desestructurador del capitalismo ele&ando a la super'icie los elementos

    ideoló"icos ocultos u omitidos $ue esta ciencia propu"nara a manera de &erdades

    ontoló"icas o sea bao la ilusión de absolutos ló"icos. En este sentido Marx se inscribe en

    ** or cierto este t!tulo es una cita 'rase o eslo"an reco"ido de las numerosas enunciaciones $ue

     pueblan el ima"inario campo semántico del Ma%o + en ,rancia. -l intercalarlo como t!tulo o portalde este ensa%o no sólo nos interesa crear cierta solidaridad istórica entre esta "eneración si$uieraen abordar la utili#ación pol!tica o estraté"ica $ue reali#ara sobre los si"nos lin"/!sticos de susociedad posindustrial sino introducirnos en una sola palabra % en la car"a semántica $ue le rodea.Consommons a$u! &erbo 'rancés $ue traducimos por 0consumamos presenta desde %a una bi'urcación idiomática en la palabra consommation $ue aco"e en i"ual medida el consumo deeco % la consumación en tanto e'ecto. En nuestro idioma el consumo cabe de'inirlo como un0lle&ar a e'ecto una perpetración as! también dar un carácter 'inalista o de "asto . No consumimos Marx es también retirar la erencia $ue porta su nombre de un final (no abr!a 02ltima palabra deMarx a2n cuando las ideolo"!as occidentales comunistas cedieran a la tendencia restricti&a de laeconom!a del capital). En este sentido a$uello $ue re'lexionemos % realicemos en &irtud delnombre Marx 3 % no simplemente su marxismo 3 no es a2n el obeto de consumo a pérdida oirrecuperable. 4 no lo es precisamente en el mismo análisis $ue Marx reali#ara del consumo dentro

    de la Econom!a ol!tica restricti&a obeto de in&esti"ación preliminar para desmontar el campoexclusi&o de lo económico mercantil unto a Marx liberando a su autor del eu'em!stico t!tulo de0economista. or eso compartimos inicialmente las intenciones cr!ticas de 5audrillard cuandode'ine al consumo %a no como un comportamiento umano pasi&o de mera absorción de obetossino como una acti&idad sistemática $ue responde por la totalidad de la econom!a restricti&a6 0Elconsumo no es ni una práctica material ni una 'enomenolo"!a de la abundancia no se re'iere ni por el alimento $ue se di"iere ni por la ropa $ue se &iste ni por el automó&il de $ue uno se &ale ni porla sustancia oral % &isual de las imá"enes % de los mensaes sino por la or"ani#ación de todo esto ensustancia si"ni'icante (7) En cuanto $ue tiene un sentido el consumo es una actividad demanipulación sistemática de signos. (C'r. El sistema de los objetos. 8p. Cit. . 99:). En otras palabras tratar al consumo en tanto si"no es inscribirlo dentro de una econom!a de producción eintercambio pero a un mismo doble la#o reinscribirlo en una estrate"ia im 3 producti&a sin resto ousura manipulable o &uelto a producir; ello no es otra cosa $ue &ol&er a circular cierta noción de"asto centrada en las re'lexiones de 5ataille o dico semánticamente de'inir el consumo bao eltérmino consumation.

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    el interior de la empresa 'ilosó'ica cr!tica $ue la =lustración % >ant %a ab!an desarrollado

    en miras a derrotar todo do"matismo en el pensamiento; sin embar"o estos 2ltimos al

    depositar las plenas ener"!as % dirección del pensar bao los es$uemas de la 'acultad

    racional coincidieron 'atalmente con las predicciones económicas bur"uesas de la

     producción % el intercambio. La propia ra#ón $ue lle&a escondida entre sus ropaes la

    conciliación entre el uni&ersal % el indi&iduo se presta malbaratadamente en la realidad

    socioeconómica para coordinar % le"itimar el orden administrati&o.1 En consecuencia la

    cr!tica de Marx sólo puede ad$uirir realidad obeti&a de cara a la realidad emp!rica desde

    donde presume su labor cr!tica; en las 'ormas sociales % económicas de producción6 0Marx

    $uiere desenmascarar cient!'icamente el carácter ideoló"ico del pensamiento clásico $ue

    representaba abierta o tácitamente al mecanismo capitalista como encarnación de los

    ideales bur"ueses de libertad % usticia para mostrar $ue ese mecanismo sólo puede'uncionar bao presupuestos reales de escla&itud % opresión.9 ?na cr!tica como la $ue

    Marx propone lo lle&a a establecer un nue&o paradi"ma interpretati&o una ciencia

    materialista impre"nada de la istoria de estas producciones umanas. 6 Miseria de la filosofía. 8p. Cit. . 19@). Como se sabe este es el leitmotiv $ue tami#a a la Dialctica de la !lustración 'ormulada por -dorno % AorBeimer el doblecarácter de re&estimiento $ue posee la 'acultad racional su promesa de libertad % por paradoa suesp!ritu uni'icador % administrati&o a'!n con las normas de explotación % no 3 libertad bur"uesas.

    22 ?rea E6 La teoría crítica de la sociedad de "abermas. 8p. Cit. . 99.

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    social lo $ue determina su conciencia.D ?na lectura lineal (% por tanto literal ) de esta tesis

    da la apariencia $ue sólo el ámbito de la producción económica explicar!a por s! mismo

    todos los procesos restantes % a2n más las 'ormaciones ideoló"icas $ue los re'uer#an %

    encubren. in embar"o a obeto de resaltar un en'o$ue reconstructi&o distinto el análisis a

    la Econom!a ol!tica 3 entendida ella en su restricción del &alor de cambio en la ló"ica de

    los 0obetos má"icos llamados mercanc!as 3 pide despla#ar su ee de estudio; no es la

    mera producción a secas aislada de los otros momentos $uien pueda comandar una cr!tica

     posible a su modelo sin dear de anali#ar lo 0otro de la producción o sea el consumo.

    -cotemos bre&emente dos momentos de esta cr!tica materialista6a) La relación entre producción % consumo no es cabe a la &erdad mérito de Marx pero s! lo

    es en tanto di'erenciación erár$uica entre ambos es decir en $ué medida determinado

    modo de producción restrin"e al consumo lo declina % lo ace part!cipe de determinada

    'ormación ideoló"ica a'!n al sistema del capital en su conunto. En la actualidad este

     planteamiento se &e con'irmado no sólo como pronóstico sino en un eco constatable6

    0Aa% $ue a'irmar desde el principio $ue el consumo es un modo acti&o de relación (no

    sólo con los obetos sino con la colecti&idad % el mundo) un modo de acti&idad sistemática

    % de respuesta "lobal en la cual se 'unda todo nuestro sistema cultural (7) Ao% en d!a

    todos los deseos los pro%ectos las exi"encias todas las pasiones % todas las relaciones se

    abstraen (o se materiali#an) en si"nos para ser comprados % consumidos.:

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    econom!a sino más bien es una parte o sector relacional de toda producción

    identi'icándose con un determinado modo de producción social; producción % consumo se

    encuentran mediados entre s!6 0Hanto el consumo da % produce sus 'ines en tanto

     producidos la producción da su 'inalidad en la consumación. or otra parte el obeto no es

    un obeto simplemente; es un obeto determinado $ue debe ser consumido de una manera

    mu% determinada impuesto por la misma producción (7) La producción no pro&ee

    solamente como necesidad una materia; ella pro&ee a la materia as! de una necesidad.@ 9)

    Hampoco el consumo constituir!a 'inal de proceso al"uno 3 tal como el es$uema silo"!stico

    $ue la Econom!a ol!tica propon!a sino $ue es expresión mediata % c!clica de toda

    econom!a de capitales. La insistencia de Marx en este punto es mu% enér"ica6 0Cada uno de

    los términos (producción consumo) no se limita a ser el otro de manera inmediata %

    tampoco el mediador del otro sino $ue reali#ándose crea al otro % se crea en tanto $ue otro(7) El consumo no es pues 2nicamente el acto 'inal "racias al cual el producto se

    con&ierte en producto sino también el acto en &irtud del cual el productor se ace

     productor. 

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    sociedad pero también el consumo producti&o a$uello $ue 'altar!a para consa"rar el uso

    uni&ersal del concepto de necesidad de'inida como el consumo $ue satis'ace ciertas

    necesidades de producción. Este se"undo consumo comprende los obetos de la producción

    (materias brutas o materias primas resultado de un trabao de trans'ormación de las

    materias brutas) % los instrumentos de producción (2tiles má$uinas etc.) necesarios para

    la producción. Hoda una parte del consumo concierne entonces directa % exclusi&amente a

    la producción.+ Esta distinción entre dos 'ormas $ue adopta el consumo en el interior de

    las sociedades producti&as le permite a Marx distin"uir a los productores $ue de&oran los

    medios de producción % de a$uellos $ue los capitali#an. -s! como en la relación con los

    medios de producción 'rente al trabao en el $ue los primeros pueden 0consumirse sin $ue

     por ello se a"oten in2tilmente (0el trabao &i&o tiene $ue acerse car"o de estas cosas

    resucitarlas de entre los muertos con&ertirlas en &alores de uso potenciales en &alores deuso real % acti&os) podr!amos establecer %a $ue el ras"o incon'undible del consumo en el

    capitalismo constitu%e su no 3 esencia dico a la manera e"eliana. El consumo al

    reutili#arse % &ol&er a participar del ciclo producti&o sea con otras ropas o nombres no

     puede superar su propia ne"ati&idad. El eemplo más palmario % real descansa ustamente

    en la clase productora $ue consume consumiendo su propia 'uer#a de &ida (sin des"aste

    total) % de trabao 3 % es ustamente a$u! donde el consumo no se a"ota en lo más m!nimo

    7I 5ao el aspecto ilustrado de la emancipación la bur"ues!a reali#a su lectura teórica % práctica

    contra los elementos % estamentos sociopol!ticos conser&adores contra la práctica 'eudal %terrateniente $ue a2n mantiene con &ida a los re"!menes absolutistas en las postrimer!as del si"loJK===. No es extrao $ue bao este punto Marx cali'i$ue a la bur"ues!a como 0re&olucionariadonde la libertad $ue ella con$uista es la del mercado % sus prácticas naturales (0Aa disuelto laslibertades umanas "aranti#adas % le"almente ad$uiridas por la (nica libertad la libertad decomercio sin escr2pulos. C'r. Manifiesto comunista. 8p. Cit. . ::).

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    no desaparece. ara esta clase social Marx distin"ue nue&amente un doble la#o del

    consumo6

    0El consumo del obrero presenta un doble carácter. En el proceso mismo de la producción consume mediante su trabajo medios de producción con&irtiéndolos

    en productos de &alor superior al del capital desembolsado6 tal es su consumo productivo. Es al mismo tiempo el consumo de su 'uer#a de trabao por elcapitalista $ue la a ad$uirido. Mas por otra parte el obrero in&ierte el dinerocon $ue se le pa"a la 'uer#a de trabao en medios de vida; éste es su consumoindividual . El consumo producti&o del obrero % su consumo indi&idual son comose &e totalmente distinto. En a$uel el obrero act2a como 'uer#a motri# del capital% pertenece al capitalista; en éste se pertenece a s! mismo % cumple 'unciones de&ida al mar"en del proceso de producción. El primero da por resultado la &ida delcapitalista; el se"undo la &ida del propio obrero. 

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    or ello el análisis marxista considera asta el consumo indi&idual un 'actor en el proceso

     producti&o % reproducti&o del capital. En otras palabras el consumo le es sustra!do su

     propia si"ni'icación dentro de una econom!a restricti&a como la del capitalismo.

    9) in embar"o permanecer en la cr!tica de Marx a la Econom!a ol!tica si"ni'ica noencontrar al menos una &!a alternati&a para reconsiderar al consumo como elemento

     posibilitador para reflexionar  de otra manera al sistema económico $ue lo sostiene. En

    resumidas cuentas si"ue siendo el consumo un obeto incómodo $ue 'unciona como piedra

    de to$ue en la cual se 'unda la cr!tica progresista al capital; trabaando en complicidad con

    la alienación en tanto pro%ección de necesidades el consumo 0desnaturali#ar!a al ombre

    a tra&és de sus e'ectos persuasi&os de reclamo publicitario propa"and!sticos; en una

     palabra ideoló"icos. 5ao esta es$uemática caracteri#ación ne"ati&a socioló"ica a lo

    Kance acBart a mediados de los sesentas a2n permanecemos reenes de la ló"ica del

    capital.

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    empresarial de cada poseedor particular de mercanc!as representa una pérdida puede posibilitar a la &e# $ue con'irmar la soberan!a del ombre su auténticaexistencia.11

    Con esta nue&a 'i"ura del consumo a$u! esbo#ada cabe pre"untarse sin más si estamos en

     presencia del consumo propiamente tal esto es en tanto "asto expresado como excedencia.?na manera de dar cuenta de esta paradoa es atendiendo a los términos si"ni'icantes $ue

    5ataille emplea para demarcar esta polisémica di'erencia; distin"uir 3 se"2n sea el caso 3 

    cuándo ablamos de consumo producti&o o indi&idual por un lado % cuándo el consumo

    ad$uiere un &alor de "asto una si"ni'icación destructi&a % ani$uiladora $ue no da paso a

    resto ni reser&a al"una (reser&a $ue como %a &imos ue"a la ba#a misma de la producción

     para re 3 producirse % como &eremos más adelante un ue"o de la presentación interna

    eca re 3 presentación. ?na misma escena económica % psicoanal!tica al mismo tiempo).

    No es acaso el "asto un consumo lle&ado a su propio l!mite si"ni'icante o sea a su

    ani$uilación sin reser&a 3 % radicalmente carente de usura de usu'ructo de apropiaciónO19

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    (consumation) como "asto % excedente está pensando a la producción % el consumo

    (consommation) más allá de los obetos o mercanc!as; inclu%e en ella todas las ener"!as

    umanas (naturales trans'ormadas por el ombre) $ue con'i"uran un determinado espacio

    socio económico. or lo tanto el excedente no es otra cosa $ue un de'inido empleo

    ener"ético no utili#able es decir no reducible a &alor de cambio al"uno. Esta distinción le

     permite de'inir dico campo desprendido de la econom!a clásica restricti&a o meor 

    expresado es el l!mite mismo de toda producción % consumo restrin"ido6 0La cuestión de

    esta  Economía *eneral  se sit2a en el plano de la econom!a pol!tica pero la ciencia

    desi"nada con ese nombre no es más $ue una econom!a restrin"ida (a los &alores

    mercantiles). -$u! se trata del problema esencial para la ciencia $ue trata el uso de las

    ri$ue#as. La econom!a "eneral pone en e&idencia en primer lu"ar $ue se producen

    excedentes de ener"!a $ue por de'inición no pueden ser utili#ados. 1D Mas la pretensión dela econom!a del capital es suponer $ue en &irtud de las ri$ue#as producidas ese excedente

    es posible (denominado como sociedad de opulencia despil'arro da i"ual) % $ue

    comparando istóricamente distintas 'ormaciones sociales la sociedad capitalista es por 

    dereco una sociedad de consumación in2til. En este sentido 5ataille insiste en $ue la

    econom!a pol!tica clásica per&i&e "racias a una relación mitológica de ciertos supuestos

    anti"uos los $ue estudiados a la lu# de la sociolo"!a moderna no con'irman para esta

    econom!a restricti&a nin"una continuidad istórica 3 Marx dir!a $ue no a% relación

    natural con la econom!a capitalista sino mera ideolo"!a. 5ao la lectura del  Ensa+o sobre

    131D 5ataille G6 La experiencia interior . 8p. Cit. . 1D.

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     potlatc&.1: Estas ener"!as o excedentes liberadas en 'orma de un consumo puro alcan#an

    en la noción de sacri'icio su sentido más extremo % en un mismo doble la#o su

    extraterritoriedad de la reli"ión monote!sta occidental el cristianismo; no es casualidad $ue

    5ataille in&o$ue a$u! a las ci&ili#aciones del mundo mesoamericano aciéndonos asistir al

    ceremonial del sacri'icio umano.

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    -uscQit#. Claramente decimos externa puesto $ue el ritual del sacri'icio adolece a$u! de

    toda rituali#ación o trascendencia de los sacri'icios arcanos (% como lo expresara Fean Luc

     Nanc% en ausencia de rito el carácter 0sacri'icial de los campos de exterminio abr!a sido

    en&ilecimiento puro).

    Kol&amos a la soberan!a misma de 5ataille; entenderla implica %a re 3 si"ni'icarla como

    una instancia más allá de la utilidad . Esta expresión recuerda no obstante la propiedad

    misma de todo ser2til $ue se"2n expresión de Aeide""er desaparece (consumida) en su

     propio acto de utilidad. ero la estrate"ia de 5ataille no es reser&ar un iato del obeto

    donde su materia % las propiedades permanecen plenas sin a"otamiento 3 como la obra de

    arte eide""eriana; la soberan!a es también la réplica post marxista con la dialéctica de la

    autoconciencia e"eliana. e está más cerca 3 % por ello aleado 3 del seor!o de Ae"el puesto $ue 5ataille retiene la expresión de las autoconciencias en'rentadas de la

     enomenología en la cual el escla&o no lo es en mero &!nculo con el amo sino $ue su

    escla&itud lo es en relación con la &ida 3 le%endo en cla&e de Marx6 se está en la escla&itud

    moderna al aceptar una determinada 'orma de producción % consumo necesaria % como

    esta relación es a partir de mercanc!as este escla&o el proletario pasa a con&ertirse en

    mercanc!a de intercambio propiamente.1@

    5ataille dice 0El soberano consume el excedente de producción7 Le!da esta 'rase

    aisladamente pareciera ser una simple declaración conservadora del dereco a la existencia

    del amo; pero si"uiendo al pié de pá"ina al propio Ae"el el amo o la condición misma de

    una autoconciencia radica en el reconocimiento por parte de su contrario o sea el escla&o.

    4 es en el trabao del escla&o (como oposición al seor!o) donde la &erdad de la

    autoconciencia es resuelta6 0(7) as! como el seor!o re&elaba $ue su esencia es lo in&erso

    de a$uello $ue $uiere ser as! también la ser&idumbre de&endrá también sin duda al

    reali#arse plenamente lo contrario de lo $ue de un modo inmediato es (7)1  5ataille

    si"uiendo a$u! la ló"ica e"eliana 3 $ue es a la rec!proca la ló"ica $ue ereda Marx

    151@ Marx >6 Manifiesto comunista. 8p. Cit. . @.

    161 Ae"el6 enomenología del espíritu. 8p. Cit. . 11.

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    atribu%e el "esto soberano a $uienes se encuentran desmarcados de una posición erár$uica

    es decir la soberan!a no es el poder económico restricti&o o acumulati&o. El eemplo

    ilustrati&o $ue eli"e es el consumo et!lico por parte del obrero6 0i el obrero se permite una

    copa es por$ue encuentra en el &ino $ue tra"a un momento milagroso de sabor $ue es

     ustamente el 'ondo de la soberan!a. Es poca cosa pero al menos el &aso de &ino le da

    durante un corto instante la sensación milagrosa de disponer libremente del mundo.1I 4

    entonces si el "asto no pertenece como conducta al modelo económico restricti&o; si

    5ataille a'irma $ue la ra#ón de ser % usti'icación misma de la bur"ues!a radican en su odio

    al "asto (en tanto erencia racionalista % protestante $ue Max Reber expusiera para

    caracteri#ar al mismo espíritu del capitalismo) deber!amos suponer %a $ue la econom!a

     pol!tica del capital es sólo consumista en su &ersión más pobre como mera retención %

    circulación de todas las ener"!as % excedentes de producción. ?na econom!a en su re"istrooclusi&o % normati&o; todo es de acuerdo a ella producción para coaccionar los 'luos %

    canales $ue &uel&en a retornar  todos sus "astos por in2tiles suntuosos $ue pare#can todas

    sus ener"!as "ratuitas. -s! si el "asto batailleriano es el  sin $ sentido  extremo de la

    Econom!a ol!tica el consumo propiamente tal acaso su sentido menos literal (por$ue el

    171I 5ataille G6 Lo #ue entiendo por soberanía. 8p. Cit. . @. - partir de esta cita podr!an

    multiplicarse las metá'oras en torno a ese &aso de &ino en la letra de 5ataille pues a$u! responde a

    un mismo mo&imiento a / economicista contra la doble teor!a de la necesidad sea $ue la expreseMen"er (para el sediento el primer &aso de a"ua es más necesario $ue el se"undo) o incluso Lenin(un &aso de a"ua en tu abitación a di'erencia del mismo &aso en el desierto); para ambos casos el&aso de a"ua no es otra cosa $ue la expresión dominante 3 % por ello no soberana 3 de lanecesidad de la &ida de a$uello $ue ace del escla&o su ser mismo.

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    capitalismo es anal'abeto dice L%otard) estar!a en la acumulación del capital su

    circularidad. 'erpetum mobile6

    0El >apital es un costado de la producción como consumo consumo de la

     producción es decir metamor'osis sin 'in % sin e'ecto. Esta metamor'osis operacomo disolución de las anti"uas instituciones precapitalistas pero también comoautodisolución de sus propias instituciones constantemente de'ectuosas %reecas (7) El carácter interminable de la metamor'osis de las cosas enombres de ombres en cosas de productos en medios de producción ein&ersamente la econom!a en tanto $ue econom!a no 3 pol!tica es el >apital $uenosotros aprendemos.1+

    Cabe la posibilidad de reconstruir un mapa del consumo como econom!a "eneral a partir 

    de las 'uer#as % ener"!as más reprimidas por toda la acumulación % reproducción es decir

    las 'uer#as a'ecti&as % libidinalesO 8tra econom!a del deseo expresamenteO

    D) ?na 2ltima mención respecto de la Econom!a General. 5ataille en al"2n momento

    enumera al"unos de los lu"ares de pri&ile"io donde la consumación se ar!a e'ecti&a lo $ue

    a una doble banda si"ni'icar!a un consumo lle&ado a su  gasto absoluto sin reser&a pero

    además como si"no distinti&o de una actitud soberana. En tanto gasto improductivo sus

    'ormas más representati&as ser!an 0el luo los duelos los espectáculos las artes la

    acti&idad sexual per&ersa (es decir des&iada de la acti&idad "enital) $ue representan

    acti&idades $ue al menos en condiciones primiti&as tienen su 'in en s! mismas. Esnecesario reser&ar (e a$u! la reserva $ue %a ab!amos constatado en el * de este ensa%o

     Nota del autor ) el nombre de gasto  para estas 'ormas improducti&as con exclusión de

    todos los modos de consumición $ue sir&en como medios de producción. in explotar 3 en

    este lu"ar 3 cada una de estas representaciones a$u! sealadas podr!amos  sin consumir del 

    todo dos de ellas $ue si bien no tienen el mismo ré"imen de interés pueden desarrollar una

    econom!a de los deseos es decir libidinal. e"2n el aceptado Diccionario de psicoanálisis

    de Laplace % ontalis ,reud introduce %a una concepción económica dentro de estaciencia de los a'ectos. in precipitarnos acia una re'lexión pro"resista o reacti&a de esta

    econom!a 3 por$ue en psicoanálisis ambas lecturas son posibles de reali#ar obser&emos

    al"unos lineamientos "enerales; en principio la econom!a se a entendido como un obeto

    181+ L%otard F. ,6 Des dispositifs pulsionnels. 8p. Cit. p. D+D.

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    de estudio relacionado con la realidad exterior del ombre de sus &alores de cambio %

    reproducción inscritos en los obetos las mercanc!as 3 Marx %a lo constatamos di'iere de

    esta exterioridad por considerarla mera abstracción puesto $ue ol&ida las implicancias de

    las 'ormas de producción respecto de las 'ormaciones culturales e ideoló"icas. ,reud bao

    un planteamiento cient!'ico % cl!nico anali#a su obeto de estudio en el interior de los

     procesos an!micos % ello si"ni'ica $ue su econom!a es una expresión interna personal de

    dicos procesos.

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    comerciar o administrar   sus propias in&estiduras o car"as sólo al llamado de las

    excitaciones $ue desde el interior se le presentan. Cuál ser!a esta 0exi"encia de trabao

     para con estas excitaciones las pulsionesO Ae a$u! $ue prestemos atención a la propia

    demarcación $ue ,reud reali#ara de su  punto de vista económico  (1-onomisc&en

    *esic&tspun-t ). e encuentra all! en las primeras l!neas de su texto  Más allá del principio

    del placer 6

    0En la teor!a psicoanal!tica admitimos sin reparos $ue el curso de los procesosan!micos son re"ulados automáticamente por el rincipio del lacer. Esto es6creemos (o damos crédito 2ir glauben) $ue cada &e# este curso es animado por una tensión displacente (3nlustvolle 4pannung ) % abre una dimensión semeante$ue su resultado 'inal coincide con una reducción de esa tensión % por lo tantouna e&itación del displacer % una procreación del placer. -l estudiar de estamanera los procesos an!micos contemplados por nosotros en este curso nos

    orientamos bao el punto de &ista (criterio *esic&tpun-t ) económico en nuestrotrabao. ara nosotros esta representación ( Darstellung ) al lado de los momentostópicos % dinámicos inclu%amos el económico como di"no de intento es lo máscompleto $ue pueda presentarse % merecer!a entonces el nombre demetapsicología.99

     No sólo cabr!a decir a$u! 3 al menos de paso 3 $ue la retórica 'reudiana diri"ida a un

    0nosotros en tanto comunidad cient!'ica (el texto es de 19 década en la cual el

     psicoanálisis %a se encuentra instituido o'icialmente. 1DD marcará una suspensión

    obligatoria en nombre del poder nacionalsocialista) es económica o apunta en esa

    dirección; se $uiere dar crdito (2ir glauben) de una realidad $ue debe 0admitirse sin

    reparos (ne&men 2ir unbeden-lic&) o sea la existencia de los procesos an!micos diri"idos

     por un principio del placer 3 entiéndase axiomáticamente por esto6 cierta satis'acción de los

    deseos .

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     por mantener lo más baa posible o al menos constante la cantidad de excitación

    (augeregt ) presente en él (7) el principio del placer se deri&a del principio de constancia (o

    tendencia a la estabilidad como lo a'irma ,ecner).9D á"inas más adelante ,reud termina

     por admitir $ue las pulsiones catexis o in&estiduras internas dependientes del principio del

     placer no acen más $ue retener conser&adoramente al ser &i&o 3 en circunstancias $ue de

    acuerdo al propio psicoanálisis las pulsiones son "obernadas desde un campo inconsciente

    o libidinal. En este sentido la econom!a libidinal 'reudiana no ar!a otra cosa $ue 'uncionar 

    capital!sticamente as! como Laplace % ontalis de'inieran su econom!a como 0circulación

    del &alor $ue tiene lu"ar en el interior del aparato ps!$uico.9:  ero en una misma

    intención se busca dar con una ciencia lo más completa posible $ue pueda interpretar esta

    econom!a de 'uer#as internas. La denominación metapsicología suscrita por ,reud es una

    deuda mu% complea con la tradición especulati&a de 8ccidente con la meta'!sica desdelatón a Aeide""er sin duda3 deuda de la cual no nos aremos car"o en su extensión. En

    cambio podr!amos delimitar rapsódicamente los alcances "enerales $ue presenta esta

    nue&a ciencia como una construcción económica de las pulsiones a'irmadas en el principio

    del placer % el principio de realidad ambas in&ersamente proporcionales. -s! como el

     principio del placer no es sino la conser&ación misma de las ener"!as ps!$uicas $ue buscan

    reordenarse en pos de la 0autopreser&ación or"ánica existe en el propio aparato una

     pulsión $ue contrarresta dica 'unción. ulsión de &ida U ulsión de muerte. Eros % Hanatos.

    El trabao de estas pulsiones internas es una luca a"on!stica entre mantener la coesión

    239D ,reud 6 8p. Cit. p. +.

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    interna del or"anismo ps!$uico su econom!a circulatoria % la dilapidación $ue tiende al ser 

    inor"ánico a lo inanimado $ue promete toda pulsión de muerte; una econom!a del "asto6

    0?na pulsión ser!a entonces un es'uer#o ( Drang ) inerente a todo or"anismo &i&o de

    reproducción de un estado anterior $ue lo &i&o debió resi"nar bao el in'luo de 'uer#as

     perturbadoras externas; ser!a una suerte de elasticidad or"ánica o si se $uiere la

    exteriori#ación de la inercia en la &ida or"ánica.9@  Hendr!amos $ue admitir $ue la

    econom!a libidinal 'reudiana se a"ota en esta representación conser&adora o capitalistaO

    e a"ota en una pura representaciónO9 Manten"amos esta tensión entre las dos pulsiones

    internas a$u! encontradas puesto $ue en ellas se encontrar!a condesada la paradóica

    econom!a libidinal no opuesta a la econom!a clásica % "eneral sino como dir!a >ant como

    desconocida raí, com(n $ue ace de ella una econom!a circulante % a la &e# una re"ión

    sub&ersi&a del consumo. La paradoa se presenta %a en asi"narle teoréticamente 3 es decirconceptuali#ando 3 ambas pulsiones como si 'ueran opuestas entre s!6 0

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    de muerte es precisamente para mantener no solamente ese si"no sino la econom!a

    libidinal entera al abri"o del concepto % de la discriminación binarista.9I El mismo ,reud

    dentro de su itinerario cient!'ico permite repensar su 'ormulación económica libidinal sobre

    las pulsiones puesto $ue al amparo de mantener coesionada la &ida % la má$uina ps!$uica

    $ue somos los mismos mecanismos traductores del len"uae inconsciente &ienen re&estidos

    en 'orma de le%es conscientes (a ello se re'er!a el L%otard de  La enomenología cuando

    describe $ue el sueo sólo es abstruso o insi"ni'icante para la mente despierta; a la

    rec!proca dir!amos $ue el manto inconsciente posee sus propios mecanismos de traducción

    no necesariamente conscientes); la condensación mecanismo por el cual uni'ico los

    elementos etero"éneos $ue constitu%en al sueo o la represión donde anulo la capacidad

    0realista % pro&ocadora de las imá"enes inconscientes tra&istiéndolas bao la censura de

    lo 0permitido % lo 0proibido muestran a$u! una economía restrictiva conser&adoraretenti&a de las pulsiones. 4 entonces se tratar!a de articular una economía libidinal $ue

     pri&ile"ie no la atadura o reunión de las 'uer#as etero"éneas sino su desplie"ue "asto

    269 No es mera coincidencia $ue las dos 'ormas más caracter!sticas para poder pensar al deseo %

    sus catexis en el psicoanálisis 'reudiano sean la sexualidad % el arte % estas a su &e# re"idas en0su escena trágica como lo es la esceno"ra'!a mitoló"ica $ue nos pueden o'recer los "rie"os.

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    dilapidación pérdida o don an 3 económico6 en una palabra su  consumo. odr!amos

    decirlo en términos del deseo; la econom!a clásica capitalista también desea pero su

    satis'acción es siempre "aranti#ada por$ue es una captura una con$uista6 explota % a"ota

    sus materiales umanos sólo al l!mite $ue permitan reproducir las mismas condiciones de

    existencia anta"ónica inusta % 0naturales. La posición de L%otard en su tarea de

    reconstruir una econom!a libidinal no 'uncional al capitalismo (entre los aos 1I1 al II

    aproximadamente) pasa por a"enciar de otra manera al deseo mismo6

    0El deseo $ue da 'orma % mantiene a las instituciones se articula en dispositi&os$ue son car"as ener"éticas sobre el cuerpo sobre el len"uae sobre la tierra % laciudad sobre las di'erencias entre los sexos % las edades etc.. El >apitalismo esuno de estos dispositi&os (7) Lo $ue lo destru%e es la pérdida de car"a libidinalen el sistema del >apital % todos sus polos.9+

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    libido sexual % las mani'estaciones art!sticas contemporáneas como lu"ares estraté"icos del

     psicoanálisis pero esta &e# en tanto 'ormas improducti&as al Capital. -$u! la proximidad es

    también con al"unos análisis socioló"icos % estéticos $ue propu"nara la Escuela de

    ,ranB'urt (-dorno principalmente) pero tampoco a la manera de una crítica dialctica. La

    tesis central l%otradiana ser!a $ue el deseo mismo $ue anima % mue&e los 'luos

    super'iciales de la piel % del pensamiento se encuentra repartidos en dispositi&os9

    colecti&os (de enunciación pol!ticos estéticos económicos). i el capitalismo es un

    dispositi&o $ue re"ula los 'luos económicos de las pulsiones lo es bao un determinado

    auspicio del deseo de a$uel $ue ustamente mantiene % discrimina al aparato ps!$uico

    oclu%endo todas las pulsiones o car"as de intensidades no 3 lin"/!sticas no 3 

    representati&as % no 3 acumulati&as. Es lo $ue L%otard distin"ue del mismo ,reud cuando

    duplica al deseo en dos instancias; uno como voto o le% % el otro deseo como propiamenteener"ético e intensi&o6 0Aa% en ,reud dos sentidos de la palabra deseo; el deseo en el

    sentido de &oto (7unsc&) 2is&) el deseo en el sentido de 'uer#a de ener"!a (la 7ille  de

     Niet#sce). Estos dos sentidos son constantemente me#clados en su obra; la creación de la

    teor!a de uno % de otro &ar!a siempre. ero es a partir del  9enseits des Lustprin,ips (19)

    $ue la di&er"encia de los dos se aclara.D Entonces la elección libidinal del deseo como

    ener"!a poder 3 le!do en cla&e niet#sceana 3 es no sólo para contraponer al len"uae la

    representación % la acumulación las 'uer#as e intensidades sino para activar  sus cualidades

     positi&as sus excesos in&irtiendo la ló"ica misma en $ue la econom!a restrin"ida respeta a

    s! misma su atadura sus constricciones a 'a&or de la reproducción % los intercambios. D1 En

    nuestros términos las intensidades o pulsión de muerte es un consumo lle&ado al extremo

    ilimitado en el "asto precisamente por$ue nada retiene rei&indicando as! la 'acultad del

    299 -"re"ando a$uello $ue %a Facobo Muo# apuntara acerca de la solidaridad teórica entre los

    tratados 0libidinales de L%otard % la aparición de El anti / Edipo de

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    ol&ido positi&o6 0En realidad la pulsión de muerte o la intensidad la deri&a deber!a ser 

    ima"inada como positi&idad. El despla#amiento 'ul"urante o lento de las in&estiduras

    (investissements) es positi&o ustamente en tanto $ue él escapa del len"uae como

    re"ulación % $ue no tiene nin"una ra#ón. -$uello $ue es positi&o en este sentido es a$uello

    $ue ignora los espacios medidos los l!mites o 'ronteras las erar$u!as. Es la positi&idad del

    olvido %Uo de la conser&ación bestial sin memoria.D9

    Establecida as! la pulsión de muerte como posibilitante del desape"o a la ló"ica

    retentoria del capital 'altar!a obser&ar sus producciones más notorias en el terreno de la

    sexualidad % el arte. En términos mu% "ruesos la deri&a del deseo como sexualidad no se

    aloa en la pura "enitalidad; existen dentro de los 'luos libidinales l!neas de 'u"a $ue

    conectar!an los obetos parciales del cuerpo unos con otros % colecti&amente entre los

    cuerpos sociales. in entrar en la abertura del cuerpo libidinal $ue desde las primeras l!neasde  Economía libidinal   se asemea a una descripción di"na de Lautréamont % los

    surrealistas deten"ámonos en el pasae donde las super'icies del cuerpo abren las

    sensaciones libidinales de la percepción estética6 0No se ol&ide de a"re"ar a la len"ua % a

    las partes del aparato 'onador todos los sonidos de $ue disponen % además toda esa red

    selecti&a de sonidos $ue constitu%e un sistema 'onoló"ico puesto $ue ella también

     pertenece al cuerpo libidinal  as! como los colores $ue tendrán $ue aadir a las retinas

    (7)DD -s! como la sexualidad no es mera in&ención de la conciencia sino intensidades

    aloadas en los ór"anos $ue buscan desprenderse del or"anismo como reducto

    ar$uitectónico 3 analo"!a fuerte con

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    empresa 0e'!mera inscribiéndola como una nue&a mercanc!a de cultura. in embar"o al

    i"ual $ue el consumo para la Econom!a ol!tica lo e'!mero no se reali#a radicalmente acá).

    e trata más bien de reconocer en ellas las 'uer#as e intensidades $ue no pueden a"enciarse

    dentro de la ló"ica del capital6 0(7) a$uello $ue denominamos a2n como la  pintura la

     pintura % la m(sica modernas  son eemplares por$ue ellas operan acti&amente la

    disolución el debilitamiento de los dispositi&os rectores de sus propias re"iones

    32D9 L%otard F. ,6 Des dispositifs6 8p. Cit. p. 1D1:. La 'iloso'!a moderna con anterioridad al

     psicoanálisis a re"istrado esta capacidad de ol&ido; Niet#sce la caracteri#a % le reconoce almismo tiempo al"unos bene'icios si la consideramos desde el punto de &ista istórico.

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    (re"!menes re"las) e inclu%en su propia re"ión (en la cual) se 'undan retroacti&amente sus

    apariciones (también) como 'i"uras o dispositi&os.D@  odemos mencionar

    es$uemáticamente ablando tres campos de disolución posibles6

    -) =ntensidades no 3 lin"/!sticas6 Con ello no decimos $ue la obra de arte moderna care#ca de

    len"uae por el eco de abandonar los elementos lin"/!sticos de su tradición sea pictórica

    (noción del cuadro naturalista) o musical (tonalidad) sino $ue establece nue&os códi"os de

     presentación para sus intensidades art!sticas; la proli'eración de ellos disuel&en en s!

    mismos la noción de obra cerrada % acabada en s! misma liberando las ener"!as contenidas

    $ue prometen sus propios materiales elementales de trabao (la escuela dodeca'ónica

    scVnber"iana ab!a acuado %a un término propicio para esta diseminación de los sonidos

    el denominado campo de disolución) 8ufl1sungsfeld ). i con'erimos a estas intensidades

    creati&as una capacidad de asumir el 0ol&ido lo es en &irtud de ol&idar los már"enescánones e inclusi&e las mismas 'ormas de percepción abituales. Non consumiamo Marx

    5) =ntensidades no 3 representacionales6 -l"o ab!amos sealado a partir del psicoanálisis

    respecto de la representación el modelo trá"ico $ue establece su propio  s-enaí  su escena.

    La cr!tica a la representación % a todo el aparato % montae pro%ecti&o por ella con&ocada

    no es simplemente un asunto de estética o circunscrita a la teor!a del arte. En una palabra

     puebla como un fantasma todo lo $ue polisémicamente rodea a la mímesis desde la copia %

    modelo platónico la interro"ación 0moderna de emulación o 'undación a partir del molde

    clásico (solución adoptada por =talia % ,rancia) o radicalmente la pretensión inimitable

    $ue es 0ultra 3 mimética en el 'ondo de la con'ormación alemana %a sea con

    RicBelmann cle"el Ae"el Niet#sce asta Aeide""er sin duda. En las artes

     particulares el problema se presenta no menos simpli'icado6 a primera &ista la m2sica por 

    no tener un &!nculo directo con una ima"en exterior $ue le sir&a de re'erente puede serle

    indi'erente toda  Darstellung   o representación.

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    obra de Cé#anne su 'ascinación por un obeto art!stico no transferencial  sino en constante

    0despla#amientoD). Kol&iendo al caso de la m2sica si bien no existe una representación

    directa la tonalidad % su sistema temperado cumple precisamente esa 'unción6 es lo $ue

     para ousseur consistir!a la  periodicidad   $ue "aranti#a la estructura tonal.DI  Aacia esta

     periodicidad reacciona la nue&a m2sica; su interpretación libidinal no consiste en la

    ne"ación del placer (a$uello $ue ,reud re"istra en sus primeras l!neas de su Moiss de

    Mi"uel Wn"el) pero tampoco en una 0inibición de los impulsos como lo expresara

    -dorno. La con$uista por dominar nue&os espacios sonoros % una técnica $ue permita la

     proli'eración de nue&as 'ormas de producción auditi&a nos conducir!a claramente por 

    eemplo a la m2sica electrónica. e trata de una luca entre el pasado % el 'uturo.

    C) =ntensidades no 3 acumulati&as6 or medio de las 'ormas culturales inscritas como

    dispositi&os re"lamentados el capitalismo nos muestra $ue las superestructuras están

    construidas a imagen + semejan,a de las 'ormas de producción. Ello $uedar!a demostrado

    en la e&olución &isual % sonora de 8ccidente 3 sobre todo musical; bastar!a la re'lexión

    comparati&a entre las ciencias en los albores de la bur"ues!a con el primer capitalismo para

     percatarnos de la 'unción tonal de retorno a la armon!a 'undamental $ue cumple toda

     producción art!stica di"amos $ue desde el 5arroco en adelante. -$u! la indicación de

    -dorno es precisa6 0La conciencia bur"uesa (7) piensa siempre en combinar tanto como

    sea posible a partir de un m!nimo de elementos se"2n el modelo de los procesos laborales

    desde el per!odo de la manu'actura. Este procedimiento lle&a aneo un placer tena# aun$ue

    incon'esado6 el de la repetición re"resi&a. La tonalidad $ue se sobre&i&e a s! misma es lo

    36D 0uede &erse en esta pintura un extrao deseo6 $ue el cuadro sea él mismo un obeto $ue no se

    diri"e como mensae amena#a s2plica de'ensa exorcismo moralidad alusión como relaciónsimbólica pero s! &aldr!a como un objeto absoluto libre de la relación trans'erencial indi'erente alorden relacional solamente acti&o en el orden ener"ético en el silencio de los cuerpos. (8p. Cit. .).

    37DI 0(7) la m2sica de los si"los anteriores es en su sentido amplio una m2sica en la cual

     prácticamente todo se constru%e % se sostiene de manera periódica. 5asta recordar con esta simetr!atoda la estructura r!tmica % sus disposiciones o sobre esas intr!nsecas re"ularidades de la estructura&ibratoria responsable de acer perceptibles estando 'undadas sobre la armon!a. En uno u otrodominio a% irre"ularidades como las s!ncopas o las disonancias etc. pero se trata siempre deestados pro&isorios de tensión; las crisis se desarrollan de manera momentáneas destinadas a serresueltas % en la detención resoluti&a deben a2n re'or#ar la e"emon!a del orden periódico.(5ousseur6 =volutions musicales. 8p. Cit. p. 19).

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    $ue lo procura dentro del arte bur"ués.D+ La obra de arte tradicional bao este paradi"ma

    es a$uella $ue acumula % redirecciona las expresiones e intensidades ener"éticas $ue se

    encuentran inmanentes en los materiales concretos (color sonido piedra &ocablos) sin $ue

    ellas amenacen &iolentamente al sistema en su totalidad. or el contrario la obra de arte

    contemporánea rei&indica para s! estas intensidades a"enciando las 'uer#as para desarrollar 

    con ellas una interioridad de la expresión no sometida a nin"2n cano estil!stico. or ello la

    recepción $ue estas obras exi"en a su lector consiste en una re 3 composición permanente6

    0rototipo de una experiencia "enuina de la nue&a m2sica es la capacidad para o!r 3 unto

    lo di&er"ente para 'undar la unidad co 3 consumándola en lo &erdaderamente m2ltiple. D

    * * *

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    denunciantes contenidos en la *aceta renana % los Manuscritos de 1+:: (el joven Marx

    como seala -ltusser; la 0nia 3 Marx de L%otard) % el per!odo 0cient!'ico de su

    materialismo istórico $ue supone %a El Capital .

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    $ue se pone a bailar sobre sus cuatro patas en  El Capital  3 $ue adopta el dinero no es sino

    el encubrimiento de lo 'also en el absurdo de creer $ue los obetos % los ombres son

    e#uivalentes entre s!.:D -2n cuando la ló"ica del capital seale $ue la 'uente de toda ri$ue#a

    no emana del intercambio sino de la posibilidad en él de aumentar o no la cantidad

    acumulati&a de las ri$ue#as (en 'orma de obetos incluso simbólicos) la econom!a libidinal

    encuentra en la 'uer#a del despil'arro el des"aste la consumición su transvaloración

    (Niet#sce nue&amente parapetado unto al pensamiento de esta etapa de L%otard)

    sacri'icial del &alor; el "asto no es como dir!a 5audrillard satis'acción de necesidad

    al"una 0lo $ue ace de cuando en cuando del consumo una pasión un ue"o 'ascinante

    al"o distinto de un comportamiento económico % 'uncional6 un campo de destrucción del

    &alor económico en bene'icio de otro tipo de &alor.:: 

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