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<<La descripción de un fenómeno cuyas fases se suceden y se enca- denan necesariamente según leyes que pueden conocer el razonamiento o la experiencia es del dominio de la ciencia y no de la hístoria. l...lLa historia interviene necesariamente [...] allí donde vemos no solamente que la teoría en su estado de imperfección actual no sirve para explicar los fenómenos, sino que incluso la teoría más perfecta todavía exigiría el concurso de un dato histórico>>. Antoine Cournot, Essai sur les fondements de la connaissance et les caractéres de la critique philosophique, 1851,. <Hay ciencias a las cuales se les ha concedido que permanezcan eternamente jóvenes. Es el caso de todas las disciplinas históricas, de todas aquellas a las que alimenta ei flujo eternamente en moümiento de la cultura. En el corazón de su tarea están inscritos al mismo tiempo el carácter provisíonal de todas las construcciones ideal-típicas y la necesi- dad ineluctable de construir siempre otras nuevas)>. Max \X/eber, Ilobjectiuité de la connaissance dans les sciences et la politíque sociales, 1904 . 54 I Véase nota 1 del Estudio prelimínar. IN del T.] 55 ADVE,RTE,NCIA Se ofrece aquí una reedición aumentada, corregida y revisada de la segunda edición de la obra inicialmente titulada Le raisonnement socio- logique. IJ espace non-poppélien du raisonnement naturell , con una fecti- firuiia" del subtítulo, que se convierte en El espacio comparati2o de la.s pruebas bistóricas. Son necesarias algunas palabras para explicaf la re- iativa modestia de las modificaciones rcalizadas en la presente edición. RnrnospEcctóN Inmediatamente después de la publicación de El razonamiento so- ciológico en la editorial Fernand Nathan en 1991, el libro, surgido de investigaciones desarrolladas en sociología de la educación y de la cul- tura y áe seminarios desarrollados en los años ochenta, ha suscitado más objeciones que aprobaciones -lo cual me 1o esperaba-, pero sobre todo algún asombro o curiosidades que precisaban aclaraciones. Tal es la cortesía mínima en los coloquios, de la cual, en su improvisación, no se puede inferir gran cosa. En un encuentfo programado por las insti- tuciones académicas, la acogida que se procufa a un mensaje científico no es más descifrable que la recepción acordada a una pfoposición de acuerdo en una confefencia diplomática. Más comprensible me resulta, en los intercambios de argumentos que se siguen por escfitos priva- dos o públicos, que la mayor parte de los desacuerdos, e incluso ciertos acueráos que en principio me parecían deberse al prejuicio favorable de los lectores amigos (del mismo modo que las incriminaciones más duras me parccíanprocesos de intención), revelaban en filigtana mal- entendidos esenciales. La persistencia de éstos basLa pan mostfar que no se dejan eliminar pof una simple mejofa de las definiciones de las palabras o por la multiplicación de ejemplos. Habitan invisiblemente, en efecto, la lengua misma -más precisamente, digamos la <<metalen- gua>>- que tendemos a emplear cuando intentamos, en las ciencias hu-

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El razonamiento sociológico 2

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.Antoine Cournot,Essaisur les fondementsde la connaissanceet lescaractresde lacritiquephilosophique,1851,..Max \X/eber, Ilobjectiuit de laconnaissancedanslesscienceset lapolitquesociales,1904 .54I Vase nota1delEstudioprelimnar.INdelT.]55ADVE,RTE,NCIASeofrece aquuna reedicinaumentada,corregiday revisadade lasegunda edicinde la obra inicialmentetituladaLe raisonnementsocio-logique.IJ espace non-poppliendu raisonnementnaturell , con una fecti-firuiia"del subttulo, quese convierteenEl espaciocomparati2ode la.spruebas bistricas.Sonnecesariasalgunaspalabras para explicaf la re-iativa modestia de lasmodificacionesrcalizadasen la presenteedicin.RnrnospEcctNInmediatamentedespusde la publicacindeEl razonamientoso-ciolgicoenla editorialFernandNathan en 1991, el libro,surgido deinvestigacionesdesarrolladasen sociologadela educacin y dela cul-turay e seminariosdesarrolladosenlos aosochenta,ha suscitadomsobjecionesqueaprobaciones -lo cualme 1o esperaba-,perosobretodo algn asombroo curiosidades que precisabanaclaraciones.Tal esla cortesamnimaenloscoloquios,dela cual,en su improvisacin,nose puede inferir gran cosa.Enun encuentfoprogramadopor lasinsti-tuciones acadmicas, la acogidaquese procufa a un mensaje cientficono es ms descifrablequela recepcinacordadaa unapfoposicindeacuerdoen unaconfefenciadiplomtica.Mscomprensibleme resulta,en los intercambiosde argumentosquese siguen por escfitospriva-dos o pblicos,que la mayorparte de los desacuerdos,e inclusociertosacuerosque enprincipio me parecan deberseal prejuiciofavorablede los lectoresamigos (delmismomodoquelas incriminaciones msduras me parccanprocesosde intencin),revelaban en filigtanamal-entendidosesenciales.La persistencia destosbasLapan mostfarqueno se dejan eliminarpof una simplemejofa delasdefinicionesdelaspalabras o por la multiplicacinde ejemplos. Habitaninvisiblemente,enefecto,la lenguamisma -ms precisamente,digamos la -quetendemos a emplear cuando intentamos,en las cienciashu-manas,volversobrenuestrasprcticasdeinvestigacin,con el objetivode describr,analizary compararel alcance y la forma de loslenguajestericosen losqueformulamos,sea enunalengua natural o artificial,nuestrasoperacionesdeconsuccinde hechos y deadministracindepruebas.Tomemoslas palabrasmstransparentesen aparienciadela lenguaquedescribenclsicamentelas diferentes modalidades de aserciny deinferencia cataTogadasen nuestrasmetodologas:, o ;eslams cmodaparaacusaratoda descripcinfiel alprincipiode >de volverequivalenteslos valoresque permite describir.He escuchadodecir muchasveces, a propsitode mi descripcinde la pluralidadftteemplazable de lasteorassociol-gicas, que, si todas las teoras,dadoque sta slo pone alateoraenrelacinconsus ejemplosparticulares,entonces su verdad autosuficienteno permitemaneraalgunade des-empateentre ellas; o, lo queviene a serlo mismo:si ningunavalemsque otra, de interpretacionesque permitanformularenunmismolenguajededescripcin:la listade hechosque cada unavuelve5 Conestaexpresinel autorserefiereala necesariacontextualizacindeun mo-delo deanlisis. Talesmodelosno puedenserunivesales,sinoquenecesitansiempreprecisarel contexto que permiten comprender.Son1osnicosmodelosque puedeper-mtirseel razonamientosociolgico.IN. del T.]60ser mso menos larga.Aparece entoncesunadiferenciatilrespecto dela evaluacindelas teoras fsico-matemticas,enlasque conceptos y constatacionessonindisolublemente solidariostantoen el fracasocomo en la corroboracindeuna teora.En las cienciassociales,las dos escalas permanecenseguramente, FragmentoLXXVII).Esuna formade deciqa contrario,queun cientfico debeintentarsincesarque el aforismo alegremente pesimistade Baudelairese de-muestre falso, ya queningn investigadorsabraaceptarlaaplicacinirreversible de ste ala de susintercambios cientficos.Evitarel malentendido es el sentidoconstitutvodel uso cientfico deun lenguaje, incluso si el trabajo de clarificacin del sentdoaumentade maneraabismalen el casodelas cienciassociales. Nopudiendo re-signarmea dejarel mundode las intercomprensionesepistemolgicasplegarseanteel pesosocialde losintercambiosdistrados, perezososointeresados,tuve que mejoraqconocasinde un conjunto de artculossucesivos,la mayorparte de las tesisesbozadas en estelibro,como lareferente al rol fecundodela , ll,cuucdc syntbisehistorique.7)Slocuandose asociael mtodosociolgico y el mtodo histn-co enuna argumentacinespecialmenteconstruida pararesponderaunacuestinformuladaen conceptosforjados encomn,talesmto-dosprocuranal > -tomado, entonces,en susentidoamplio- el nervio desus pruebasms segurasparaprocederauna imputacincausal, probable o plausible;de la misma maneraqueuno u otro de los mtodosse encuenanas situados -conjuntamen-te, pero en la mayorade loscasosde manera invisible-como princi-piode la construccindeconceptostipolgicos quetejen en todaslascienciassocialeslatrama de susinteligibilidadesms elocuentes.Estadoblepertinenciade los conceptosy de las aserciones,querefuerza elalcancedelas pruebasapoyadassobre un mzonamientocomparativodetexturamixta,tiene, sin embargo,su envslgico.La pertinenciadeun argumentosociolgco -sobre todo cuandoest finamente docu-mentado- permanecedual por su propia construccin,semnticamen-te cruzada,de los objetosdepensamientoa loscuales refieresuscon-cepros: siempreest sujeta a desdoblarsesegnlas gafasde la disciplinacon la que seleansus conclusiones.Componiendosus argumentosconformay confueruaprobatoriadiferentes,el razonamientosociolgicono sereduce, en efecto, ni a los momentos hipotticos deductivosqueincluye,ni alalgicanatural de transformacionessemnticasquehaceprogresar sus inferencias, ni a la suma de constatacionesempricas queutizasucesivamente.Bastacon bautizar el abanicomuy abier-to de mtodosutilizados ensociologa,para establecerque stos slodeberansu carctercientficoa su participacinen el razonamientoexperimental;y sobre todoparainducir la creenciade que cualquierversindebilitadadeste podraconservarsin prdidalgica ni alteru-cin semnticalas mismasvirtudes demostrativasque >, comola llamabaDurkheimpesandolaspalabras.Este bautismode conveniencia lxica ha podido,en la poca..r q,.r. el razonamientoexperimental acababade conquistar conlabiologaun nuevoordende fenmenos7,favorecerla incorporacindela sociologa al troncocenffalde las cienciaspositivas, presentandouna simpleaproximacin entreorientacionesmetodolgicascomo unparentescoepistemolgicoirreversible.Mas hoy seha convertidoen7 A finales del siglo xrx,las conclusionesmetodolgicasexadaspor ciaudeBer-nardde sus trabajosde experimentacin en medicina marcarn,mucho msaIIe ]abiologa, todoslos medioscientficos.Enteellos,elgrupodurkheimiano.c. Bernard(L865),IntroductionAl'tudedela mdecineexprimentale, Pars [ed.cast.:Introduccinal estudiodela medicina experimental,Barcelona,Critica,2005l'74intil e inclusoengaoso, despusde la redefinicindelos mtodos(lue entraala diversificacinde prcticasdeinvestigacinenlascien-ciashumanas.Los anlisis de la presenteobra no tienen otro fin quedesactivar.losideasrecibidasque se han vuelto ms tenacesporsu insercinencstaapelacinproblemtica.Porunaparte, la atribucindeun mono-polio metodolgico y terico a la experimentacin consideradacomoclavede todapruebay detodateozacinentodaslas cienciasempri-crs,en todassustareasdescriptivas y paracualquierinteligibilidadquerretendan (explicativay/ointerpretafiva).Por otraparte,derivadadeIrrprecedente, la descalificacinautomticadetodo mtodo antropo-lrgicoo histricode anlisisdeloshechossociales que no limitasesuslrretensiones a lasmigajasque pueda araar del mtodoexperimental.'l'cdo razonamiento que en unacienciasocialargumentara deun modorlue no pretendiesesituarse siempre mscercade la experimentacint'n sentidoestrictono serams queun sucedneode mtodo cientfi-,'.,, sospechosodeno tenerotro efectoque el de acunar lasilusiones,1.^las cienciasinconsistentes. Estaevidencia de dos ideas quese hacenl,rrcnacompaameparecehoy bienanclada enla lecturaepistemol-iica que la mayota de los investigadoresde las cienciasexactas hacen,lc la historia delas revoluconescientficas que hanfundado sus disci-lrlinas, y muchomsenla lecturaque losinvestigadores de lascienciassociales hacencon ellos,y a vecesmsradicalmente queellos, de lairrtcligibilidaddelas ciencias dela naturaleza.Entodo caso, he aquuna ortodoxiaconstituida,que excluye,de entrada,toda posibilidad,lt'un discursodiscordantesobreel mtodo.Unavez embarcadaen elrrrrdo nico de una cientificidadexperimentalindivisible,no espo-,riblc poder apreciar, e inclusopercibir,la mejorade las presuncionesv las plausibilidadesque unaargumentacinno montonacomola delrirzirnamiento sociolgico,puedeaadit o mediante las que puedesus-titrrir al razonamientoexperimental,enlos terrenos donde steslol,ucde operarpormomentosseparadoso enlaspartes distintasde un,r',rlrlema.Nosepuedeesclarecerlo que significaverdaderamentehablar de..1't'rreba>> ensociologa si serechaza analizatla fotma contextualizadav .lctalladadeconocimientode loshechossociales queexcluye -en su'r irrcipio mismo- la oblgacinde enumerartodas las decienciasy culesno lo son; porotro lado, losespecialistasdela de la nomalidad cientficade sus prcticas disciplinares,si esprecisohastala ceguerao la sordera corporativa.El anlisisepistemo-lgico, quedebeatenerse a una descripcinbientemperacJadLlos u.-tos y losrazonamientosefectivosde la investi gacin,noha.. escucharsu voz demasado.A lo lejos se escucha a losimprecadoresdel mundomodernoo los improvisadoresde la profecasocial,para losquetodafrasesobrelas crisismayoresde nuesffassociedades rrrupuru refutarotra similar:slohacefaltaquesuene alto y fuerte.La utopa, alavezpolticay cientfica,delmarxismoha, sin duda,atenuudoturtunt. ,rlpretensinde reemplazar a todaslasotrasteorasdelas cienciassocia-les' Peronuevos milenarismosracionalesse empujanpara sustituirla:n !.rr funcionesprofticas.{Jnpoco portodaspu.t.r, enla confusinde las precauciones oratorias,vagalatropa de investigadores de cam-po. Huyendo delosexcesosde lenguaje,se contentan con rcpeth mez-zouoce,en ocasionescon un cuestionarioen mano,queno hacensinoaplicarel mtodoexperimenral(o cientfica de una investigacin?Los de una sociedad olos del cuerpode cientficos? Dnde esrlautilidadcolectivo, preguntabaPareto?Imposible desercalcu-lada sn arbitrariedad,responda. Utilidad colectivo?S, sepuede calcular un ptimo: el punto en el que estensu mximo,cuan-do no puede aumentarms, en unadisuibucinde beneficios,la utili-dad detodo miembro del colectivosin hacerdisminuirla deotro.Sea.Pero,en un colectivo,se puedencalculartodoslos que se quiera,ya que estaseleccindeopcionespreferibles> elcolectivo slopuedehacerseene decisiones porlos individuos y, portanto,en un subconjuntoll.Urraregularidado una fuerzasocialslose pueden instauraren ungruposi la mayorparte desusmiembros norealizademasiadosclculosegostas.El patriotismodedisciplina o de grupo de investigacin,porejemplo,comoel de la nacin,serairracionalparala mayorpartedelosindividuos que lo componensi calculasencada unotodos susactosen funcindesus utilidadesndividuales.Si sesacrifican,a menudoessobre todopordevocin afecdva auna causamoral o aun ldercarism-tico, por educacin, portradicino por cualquierotromotivoopaco:rarosson aqueilosque obtienen directamentebeneficiosmateriales osimblicos.Sinembargo, el patriotismocientficoes defendidoa cual-quierescala comoun deberdelinvestigador:seapor losgrandes paffo-neso los administradores,por los >o Tainfantera de todaslas disciplinas cientficas -incluidos aquellosque enseancotidianamen-te a susestudianteslos instrumentosmatemticosdel clculo de la utili-dad individual-.Y es defendidonopor referenciaa un clculointeresa-do que serahechoen intersdela ciencia engeneral o dela distribucindesu udlidad en los cientficos,sinocomounimperativodesolidaridadmoral,apelandoasa lasmotivaciones gregariasdel seguidismoo dela11 V Pareto(1968),Trait desociologiegnrale,ct.:> ensentidoestricto, cuandosabeque sera dar fustas,r',us concurrentespara quele peguen,unavez citadoporstos -y norl,,rrr', .;u,de hacedo. ..- paruque comparezcadelantedel tribunal,l, rrilricossobrela snonimiaentrecientificidady refutabilidad?Ii r r.l I'r rtos,RACIONALIDADES,POSITIVISMOSLI rrlcgatoweberianoen favorde una cienciasociolgica cuyo pro-,,r,rnrrcstaba claramenteenunciadodesdelas primeras lneas deWirts-,l,,tltrrtttlGasellschaft -el >-ha suscitadoescuchasepistemolgicasmuy diferentes se-gnlos periodos y e\ pas12. Hapersuadidoseparadamente,y casisiem-pre en el malentendido,a los defensoresdel empirismoy los de la her-menutica, los partidarios de la objetivaciny los de la interpretacin,ms tardelos estructuralistasy los .Ycadaunosegnunamitad -desfigurada por la exclusindela otra- delastareasde semel'ante ,sin embargoindivisible ensupropsito explicativoe interpretativot) . seha reconocido,evidentemente, en la invitacinweberianaaproscribirel >(comosedice hoy)transmitidoporlos,comodeca \7eber (Estado,Iglesia, proletariado,cristianismo,etc.). Perono se ha entendido mu-cho la invitacin, que erasolidariadela anterior, a establecerpor mediode una investigacinhistrica,minuciosasi esposible,en sustcnicasdocumentalesy sus mtodos crticos,>de lasre-lacionesobservadastantoenffeaccioneso entrevalorescomo entrevalores y acciones.Porejemplo,enffelos valoresculturales y religiosos,considerandocomo secundarioel he-cho de que hayan tenidoo no efectos histricos detectablesl4.Metertodos lospataactuar en el embudodel -tal como lasnecesidadesde formalizacinpredeterminanel12 Y esto,peseal cuidadoque Max r/eber puso en precisarlosresultadosepiste-molgicosdesu sociologa histrica.M. \X/eber(1922), >:unoy otroseconviertenen proscrip-trr.csfcilmentecuando se deslizandel mtodoalateora...iuduy .;rll,muy rpidamente,al imperialismodocffinal.Cuando robr.push,lrrciones de unametodologade exploracin,la condena del holismorr,r valeni msni menosque la condenadeDurkheimde todasociolo-l1irr psicologizanteque renunciaraa ha procurado,as, al fervormatemticoel hiiomenor y el ms hermtico de sussmbolos -lo que ennada obstaculiza (precismoslo)la posibilidad para el investigadordeusarlode un modo quenoseael del autmatataumaturgo,supuestamen-te capazdeefectuarunainvestigacin sininvestigador-.La tesis de lasProposiciopesesclara:la sociologa,yatravs de ellalas cienciassociales,enunciansusproposicionessobre el curso del mundo histricoenunespacioasertricoqueesno popperiano.Ni aparenfillo contrario'nihiprboleso desplazamientostericoso metodolgicoscambiarnnadade esta realidad.Eso no impide que identificandopor esta demarcacin el iugar epis-temolgicode| mzonamientosociolgico,es decir,el sentidoque ad-quieretodaasercindesde quese refiereal mundohistricoy se ayudasiguiendoalguna metodologa,sehable andeunaactividadcientfica.El razonamiento natural no condena el discursoa las libres asociacio-nesy a las asercionesdiscontinuasdel sentidocomn;an menosa losilogismosdel razonamiento pasionalo de \a racionalizacindelirante'La palabrano aportamuchoen s misma al propsitode unlibro,ste,que nicamentequerra esclarecerla texturacognitivadelas cienciassociales.Algunospreferirndecir paraevitarlatrampatendida hoy por unadefinicindela ciencia. El,monstruo de cien cabezas,disimula sus venenosdesti-ladosen el sigloxx des dela imagen depinal"deunacienciauni-versal,supuestamenteguardiana inmvilde una racionalidadsin cesu-ras. Asumireste naturalismode fachadasin observarlomsde cercaes arriesgarseaverse expulsadode la cienciapor la puertaquecondu-ce al vertedero del,encumbrado de mitoscientficosca-ducadosdesdehacemuchotiempo:Michel Foucaultera expertoenestaautopsia sarcstica.Perorecusarlo comoun mal absolutosuponeasumirel riesgo inverso:dejarseinsidiosamenfeatastrarpor la melodaseductoradel humanismoo de los tocadoresdeflautaheideggerianos;o J.-D. Benzcri(dir.), IlAnabse desdones,t. 2, L'Analysedescorrespondances,Pars/ Bruselas/ Montreal,Dunod,1971.I Unaimagende pinal muestra las cosasdeun modosimplificado y engrandeci-do. Enestecaso,e1naturalismo ofrecerauna visinqueignora 1as formaspluralesenquese muestra la racionalidadcientficay la imposibilicladde encorsetarla en un mtodoestandarizadoy que funcionaracomo una ganza infaliblede cualquier misteriode 1arealidad.IN delT.]98lr:rcia la puerta desalidaopuesta, que conducedirectamenteal olvido,l.. laspruebasempricas. Serenunciarpidoa lasobligaciones y servi-,lrrnrbresde losmtodos cientficos si se cedealafascinacinque ejerce, stirsegundapuerta sobrelosinvestigadoresen cienciassocialesque,lr:rstiadosdepicotearlasracesamargasde unacienciademasiado,echanel ojo encantadoshacia loshorizontesque aqullaasemeja.r lospaisajesms atractivosdela cultura, all dondese ve conversaral,rrrc libreafilsofos y novelistas,artistasy poetas.Sin enrbargo,hay quedecidirsea elegirruzonablementeun voca-l'rlrriode presentacinsocial de la sociologa. El trminot, rrrlraTaventajade sealar una demarcacincon las ciencias natu-r,rlcs quetodos los positivismosse esfuerzanen borrar. Perocomo unr''r'r)rinoclasificatorio significasiemprescgn su diferenciaconotros,,rtuirdos sobreel mismoeje paradigmtico,sediferenciarrrrt'vitablementedel trmino, entidad a la queuno seen-( {rrtlar concediendoal mismotiempoel estatutodeunaexcelencia, 'istcmolgica intrnseca.Locual sera, evidentemente,echarseatrs,1,'l trbjetivo mismo dellibro,pararesucitarunadialctica que enca-rrinrrseel almahacia el saberquePlatn situabaenla, r('nciadel soberano Bienr2,segnel mito de \a casterna.Jamspuede' n( ()ntfafse en pafte algunay en ningn espaciolgico un sistema,1,..'nunciacinenel cual las relacionessemnticascon losreferentes !nl)ricosmostraransemejanteinmovilidadaxiomticay procura-r:rr, as, a sus >.Enella la dialcticase encuentr>.El trabajo dei espritucientficono encontrabadifi, r ltrrtldc prncipio alguna.nicamentedificultadessocialesque proce-, lr'r r kr lasmalas juntasde los socilogosy, msampliamente,del esta-, l, ' ,1..'l campoen el quetrabajan.Con las nicasarmas de la >,de la ctica de la ilusindetransparencia,las tcnicas,ll rul)[uraconlasprenocionesy la exigenciafe6cade reconstruir en,r',t('nrrs de relacioneslos objetospreconstruidospor el sentido comn,l,' ',,,. iologadela sociologia podiaentonces, describiendo de dnde, r, r,,' cl mal, bastarsepata sanar los espritusy parala reformade los'fl U.lt,rdieu,J.-C1.ChamboredonyJ.-C1.Passeron (1968), Lewtierde sr.cir-. , rr, 1t1:fafif's pistmr.tbgiques,2^edicinrevisada,Pars-LaHaya,Mouton,1971L,l(irsr.:I:l o/ico de socilogo.Presupuestctsepistemolgico.r,Madrid,SigloXXI,'{rl)'ir01estilos de investigacin.Ello equivalaa exponerse,con este diagns-ticooptimis la, a daraprobacinbachelardiana a una epistemologa delas ciencas histricassi no francamente naturalista,al menossuscepti-blede estar naturalismo -segn la expresinfalsamenteingenuadePascal,quecaracterizabaas en su apologticalamaneradevota en la quetanto el idealismode Platn como el escepticismodeMontaigner5.Semejantesociologadela sociologa dtbujaba fcilmenteuna po-ltica de reformade lasinstitucionesy delas actitudes:rcfotzatla auto-noma de la ciudadcientfica e intensificarel control cruzado delostrabajostantoen la disciplinacomo enlos dispositivos interdiscipli-nares.Convenimosen ello.Pero,entonces, por queso no se hace, ose hacecon tantadificultad? O por quse hace ms difcilmente queenlascienciasexactas? Y si la dificultadmetodolgicay argumentali-va procedieratambinde una conformacinepistemolgica imposiblede trascender en lascienciasdelcurso del mundo histrico?Para quelo mundano,Tautopa,la filosofa clandestina,el amateurisnzoo, alainversa,la fugahaciadelanteen el refinamiento metodolgicodelosmtodos,el mimetismonaturalistay el formalismopor el formalismohiciesen tantosestragosen lasfrasesdelsocilogo'hacefalta unade-bilidad interna que io permita. No residirastaen el tetnperameutoasertricode la sociologaens misma?Cuandouna enfermedad escr-nica,comoles sucedeatodaslas ciencias sociales,que siemprevuelven,desde el sigloxx, a su lecho epistemolgicoinconfortable, existen,sinduda,virus o microbios fciles deidentificarporun especialistade lahistoriadela socioiogay delascenciasvecinas.Pero tambinpuedensuponefseen esos organismosdemasiadovulnerables a la influenciadeletreadesuentornounaausenciadeanticuerpos.Me parecaque los textos reunidosaqu podan ialonat esta pista,con ocasindealgunosobjetosde investigacino de debate.Releyn-dolos,me inclinabaa pensarque el encabalgamientotemtico de talrecopilaciny las superposicionesde la argumentacinqueresulta-banpodansalir triunfantessi se los convocabade nuevo. De ah elsentidodelasProposicionesfinales,que, fundndosesobre el rol quedesempeael lenguajede descripcindel mundo en todacienciaobje-tiva,cuyos objetos slose pueden observarenlas categorasenlas quepreviamentese les ha conceptualizado,pretendensobretodo precisarel estatutode|a vulnerabilidadempricaenlascienciassociales,cuyoIt B. Pascal (1912),Penseset Opuscules, edtado porL Brunscwig,Pars,Hachettc'pp.146f62 ftrad. cast.: Pensamientos,Madrid,AlianzaEditorial'20011.102, 'l'jcto propio es siempre, mso menos directamente,un momento orrrrt'stadodel curso histrico del mundo. El fin de estosanlisises,sinrrrrgunaduda, mostrar que esteesclarecimientoconviene,msall del,r sociologao la historia,a todas las cienciassociales.Los resultados,lt' lrtesis que afirma la indiscernibilidadepistemolgicade la historiat, ,1.' lasociologapermitenmostrarque,claramente,esta asociacindel','nszrmiento dey delpensamientopor r6proporciona aquiunacontraprueba cmoda.En eseI'r'(luco panfleto virulento,el autor,en otros lugaresmuyriguroso,rr,'zclabaa placeq como si quisierahacerun cocoms disuasorio,todo1,,,rrcla historiografay la filosofasocialhabanpodidoengendrarderrricrruidadeso dederivasmetafsicas:relatos cronolgicosdeaconte-, rnicntosdesnudoso monografasincapacesdesoportaro de invalidarl,r rrrcnorhiptesis causal,utopismos profticoscuentistaso milena-r r',1 rrs, evolucionismostranspuestosmecnicamente,naturalismos de1,r,,lt'vesdela historiay otros bordadosliterarioso filosficossobrelasLr r iofles o los azaresde la historia.Todoesto era indebidamentecon-lrrrr,lirlo,en la contraargumentacinde Popper, conel esfuerzo,propio' l, lrhistoria historicistay de susmtodos decrticadeltestimonio,porrr Irr(iona!si resultaseposible y utilizando pruebasmltiples,el sentido'.rrrr1l.de los procesosy configuracionesdel pasadocon todo 1o quelrrr,'llirs,vestigiosy documentos pueden restituirdelsentidoque proce-rlr'rlt'suScoordenadasespaciotemporales,unavez redefinidasporlarnvcstigacincomo el conjuntode rasgosque resultan pertinentesparaIr1,r susentido a un contextoexplicativo.L,rc{efinicinque oponePopperde lo que deberanser -en todas las rrr(is sociales,comolo sonyaen economao politologa-, ,, l'('r'ilnentales>> (esverdadque de tallareducida)con losqueescapar,rlr',:rligoholsticode lastotalidadesautoexplicativas -pero capacesde, .'rlit'rrr', como en unaciencianatural,unamuestradelimitadadevaria-, r,'n('scrrpricas-reclama de todo socilogoconscientede 1o que ha-l,l.r :;int:runa respuestasobre el estatutoontolgicode la historicidaddeir,rrn( l(),al menosun instantede reflexin epistemolgicasobreelmanejo,1, l,rscicnciassociales.Ya se mostrarbastanteenlasProposicionesquel.r'.ll, c'lrscrticasde nuestraargumentacinno sedirigen alautor deLa'l(. I)rrpper(1956),Misre del'historicisme,cit.t0llgicade la inuestigacincientifica -terico deunalgicrrde la > (sentdo otorgadopor Quatrefages deBrau2),|. |,.A. Quatrefages deBrau(IS6l),UnitdeI espcehumaine,Paris, Hachette.109---el trminohaguardadoen los pasesanglosajonesun sentidoms am-bicioso,ya que la antropologarcagrupa,ademsdela antropologafsica,la antropologa cultural y Ia arctropologasocal. Corrientemente,sela define como la r.EnFrancia, fue el trmino sctciologael que -sin duda, acausade la herencia de AugusteComtey del prestigiode la fundacindurkheimiana-,ha predominadoparanombrar el proyectode integrarpor comparacintodas las investigacionessobrelas sociedadeshuma-nas.La sociologaha podido,asi,aparecerenlos pases anglosajonescomo una subdivisinde la antropologasocial,especializadaen el es-tudio de nuestras sociedadescomplejas. Mientras, enFrancia,al con-trario, fuelaetnologa,volcadasobre las sociedadesque entoncessellamaban,la queaparecicomouna parte especializadadela sociologa -concebida explcitamentepor Durkheim,SimiandoMausscomola coronacinde todas las ciencias sociales.La situacinse complic anms desde losaos cincuenta.EnFrancia,la renovacinterica procedentedelasescuelas o anglosajonas,que contrastabacon la extenua-cinentrelas dosguerrasdela sociologapostdurkheimiana,oscilabaentrela fragmentacinmonogrficayel retornoa la filosofasocial.Elloincit a Lvi-straussa retomarel trminoparadesignarla formasuperiordesntesis a la quepuede aspirarla comparacinso-cioculturalcuando quiereser solidariadel cuestionamientoetnolgicoy del marcoetnogrficoa. A-1 mismotiempo,en losEstados Unidos, la so-ciologarecuperabaun vasto territoriode investigacin gracias, alavez,ala apacindeestilos de anlisisinditos, con las escuelas,>hanperdidosucredibilidadhistrica:el .,evolu-, r()r)isrrrosociaL>cedalaplazaal>paraexplicarunaconfiguracino un acontecimientosingular (porejemplo,un estadodelcieloastronmicoo un accidenteferroviario)puedenapoyarsueconstitucindel encadenamientode estadossu-cesivosen un corpusconstituidodeleyes fisicoqumicasverdaderas,independientementede las coordenadasespaciotemporalesde la con-secucinsingularque se ha deexplicar. Las cienciasdela sociedadhanexperimentado durante muchotiempola nostalgia de semejantesaberregulador,un saber >queserade mejorcalidadqueelquehaban improvisadolos primeros tericos dela sociedado de laevolucin.Al final del siglo xrx, las ciencias de la sociedadquisieronen-contrardicho apoyoen lasleyesdelapsicologaexperimental,avecesenlas de la demografao,msa menudo, en las de la economa, cuya com-binacin con un esquemaevolucionistaconstituy el atractivo trans-disciplinardel marxsmo.EI psicctanlislpor su parte , tenditambina soarconundeseode unificacinque dormitaen todo idealdel Yocientfico.A pesardel xito de las obrasantropolgicasde Freudy deuna influenciadifusa,ms importante quelas tentativasdetrasplantedirecto -como fueen antropologa cultural la teora de la .,personali-dad de base>>lr-, este saber clnico no pudoimponer el absolutismodesusignificacin.Empero,se dicea menudoque lascienciassociales particulares(lin-gsticao semiologa,demografao economa)consiguenmejor,graciasa la precisindesuobjetivo,construirmodelosexplicativos, inclusoformularleyes,que lasdisciplinasde mayorambicinsinttica, comolahistoriao la sociologa.Si bienla ,enSociologie et anthropologie,Pars, PressesUniversitaiesde Francerr1)n rflrl