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Antoine Gimenez "Souvenirs de la guerre d’Espagne" 19 juillet 1936 - 9 février 1939. Antoine Gimenez coincidió con Simone Weil en el frente de Aragón en el año 36 donde ambos formaban parte del Grupo Cosmopolita, antes de la formación de las Brigadas Internacionales. Escribe Gimenez: "Ce groupe cosmopolite grossissait de jour en jour. Ridel et Carpentier, de retour d’un voyage à Barcelone, arrivèrent accompagnés d'une jeune femme aux longs cheveux noirs. J’appris par la suite qu'elle s'appelait Simone Weil et qu’elle se disait syndicaliste". En otro párrafo: "Six femmes s'occupaient de l'infirmerie et de la cuisine : Marthe, Madeleine, Simone, Augusta, Mimosa et Rosaria. Deux d'entre elles, Marthe et Madeleine, vivaient en ménage, respectivement avec Pierre et Hans. À l'exception de Simone Weil qui rentra en France, toutes les autres restèrent en Espagne pour toujours : Marthe, Mimosa et Augusta tombèrent à Perdiguera". Por último, explica Gimenez el accidente de Weil ¡¡¡friendo huevos!!!. "nous eûmes le chagrin de perdre Simone Weil, qui se brûla avec de l'huile bouillante en voulant faire des œufs sur le plat pour le déjeuner. On l'évacua sur Barcelone et de là elle rentra en France. Elle était restée, à peu de choses près, environ un mois avec nous" =========================================================== Georges Bataille en “El azul del cielo”, retrata a Simone Weil bajo la figura de Lazare, y dice de ella: “Era una chica de veinticinco años, fea y visiblemente sucia […]. Llevaba unas prendas negras, de pésimo corte y llenas de manchas. Parecía no distinguir nada de cuanto se hallaba frente a ella, a menudo empujaba las mesas al pasar. Sin sombrero, sus cabellos cortos, tiesos y mal

Simone Weil en Los Textos, Como Miliciana y Como Espectadora en La Criolla

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Antoine Gimenez "Souvenirs de la guerre d’Espagne" 19 juillet 1936 - 9 février 1939.Antoine Gimenez coincidió con Simone Weil en el frente de Aragón en el año 36 donde ambos formaban parte del Grupo Cosmopolita, antes de la formación de las Brigadas Internacionales. Escribe Gimenez:

"Ce groupe cosmopolite grossissait de jour en jour. Ridel et Carpentier, de retour d’un voyage à Barcelone, arrivèrent accompagnés d'une jeune femme aux longs cheveux noirs. J’appris par la suite qu'elle s'appelait Simone Weil et qu’elle se disait syndicaliste".

En otro párrafo:

"Six femmes s'occupaient de l'infirmerie et de la cuisine : Marthe, Madeleine, Simone, Augusta, Mimosa et Rosaria. Deux d'entre elles, Marthe et Madeleine, vivaient en ménage, respectivement avec Pierre et Hans. À l'exception de Simone Weil qui rentra en France, toutes les autres restèrent en Espagne pour toujours : Marthe, Mimosa et Augusta tombèrent à Perdiguera".

Por último, explica Gimenez el accidente de Weil ¡¡¡friendo huevos!!!.

"nous eûmes le chagrin de perdre Simone Weil, qui se brûla avec de l'huile bouillante en voulant faire des œufs sur le plat pour le déjeuner. On l'évacua sur Barcelone et de là elle rentra en France. Elle était restée, à peu de choses près, environ un mois avec nous"

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 Georges Bataille en “El azul del cielo”, retrata a Simone Weil bajo la figura de Lazare, y dice de ella:

“Era una chica de veinticinco años, fea y visiblemente sucia […]. Llevaba unas prendas negras, de pésimo corte y llenas de manchas. Parecía no distinguir nada de cuanto se hallaba frente a ella, a menudo empujaba las mesas al pasar. Sin sombrero, sus cabellos cortos, tiesos y mal peinados le ponían como alas de cuervo a ambos lados de la cara. […] Sembraba el malestar: hablaba lentamente con la serenidad de un espíritu al que todo le es ajeno: la enfermedad, la fatiga, la pobreza o la muerte no contaban para nada a sus ojos. Lo que de antemano suponía en los demás era la más tranquila indiferencia. Ejercía una fascinación cierta, tanto por su lucidez como por su pensamiento de alucinada".

MIchel Surya en” Georges Bataille: an intellectual biography” dice que probablemente Simone Weil visitase de forma regular La Criolla. Y que también es probable que preguntase por la utilidad de ponerse agujas debajo de las uñas como entrenamiento para la tortura.

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Simone Weil: Escritos históricos y políticos. Trotta (Madrid), 2007:

“He reconocido ese olor de guerra civil, de sangre y de terror que desprende vuestro libro; yo lo había respirado (...) Una última historia; ésta de la retaguardia: dos anarquistas me contaron en una ocasión cómo, con algunos camaradas, habían cogido a dos sacerdotes; mataron a uno allí mismo, en presencia del otro, de un pistoletazo, y luego le dijeron al otro que podía irse. Quien me contó la historia se extrañó enormemente de no verme reír. En Barcelona las expediciones de castigo mataban a una media de cincuenta personas cada noche (...) Mas las cifras no pueden ser lo esencial en casos así. Lo esencial es la actitud ante el asesinato. Nunca vi, ni entre los españoles, ni tampoco entre los franceses venidos ya para combatir, ya para pasearse –estos últimos solían ser intelectuales tiernos e inofensivos–, jamás vi –decía– a nadie expresar ni tan siquiera en la intimidad una muestra de repulsión, hastío o desaprobación (...) Hombres aparentemente valerosos (...) contaban con una sonrisa fraternal cuántos habían matado entre sacerdotes y "fascistas" (palabra que se utilizaba en un sentido extremadamente lato). Albergué el sentimiento de que, mientras las autoridades espirituales y temporales sigan estableciendo una categoría de seres humanos al margen de aquellos cuya vida tiene un valor, no hay nada más natural para el hombre que matar”.

Alexander Irwin: “Saints of the Imposible: Bataille, Weil, and the Politics of the Sacred”

“Fraisse, citing the personal recollections of Aime Patri, confirms that Simone Weil was fascinated by the stories she had heard about the transvestite subculture at La Criolla

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and visited the bar during her stay in Barcelona in the summer of 1933, staying there on at least one occasion until two in the morning”.

“ While they were traveling together in Spain, Weil asked her friend Aime Patri to help her train herself to resist torture by shoving pins under her fingernails. Patri, also a friend of Bataille's, apparently shared this story with him.He also recounted it to Simone Petrement, who included it in her biography of Weil. See SP I, 351; cf. ML, 220.”

Un moco que le suelta Simone Weil a Simone de Beauvoir y que esta última cuenta en "Memorias de una joven formal". No tiene nada que ver con el Barrio Chino de Barcelona, pero un moco es un moco. Escribe Simone de Beauvoir:

"Esa terquedad me impidió sacar provecho de mi encuentro con Simone Weil. Mientras preparaba la escuela Normal, pa¬saba en la Sorbona los mismos certificados que yo. Me intri¬gaba a causa de su gran fama de inteligencia y por su extraña vestimenta; deambulaba por los corredores de la Sorbona, es¬coltada por un grupo de ex alumnos de Alain; llevaba siem¬pre en un bolsillo de su chaqueta un número de Libres propos y en otro un número de L'Humanité. Una gran hambre aca¬baba de asolar a China y me habían contado que al enterarse de esta noticia se había echado a llorar: esas lágrimas forzaron mi respeto aun más que sus dones filosóficos. Yo envidiaba un corazón capaz de latir a través del universo entero. Un día logré acercarme a ella. Ya no sé cómo se inició la conversa¬ción; declaró en tono cortante que una sola cosa contaba hoy sobre la tierra: la Revolución que daría de comer a todo el mundo. Respondí de manera no menos perentoria que el pro-blema no era hacer la felicidad de los hombres sino encontrar un sentido a su existencia. Me miró de hito en hito: "Se ve que usted nunca ha tenido hambre", dijo. Nuestras rela-ciones se detuvieron ahí. Comprendí que me había catalogado: "una burguesita espiritualista" y me irrité, como me irritaba antes cuando la señorita Litt explicaba mis gustos como in¬fantilismo; me creía liberada de mi clase: no quería ser sino yo misma".