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1 Diario CÓRDOBA SÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021 CUADERNOS DEL SUR Conexión a internet: http://www.diariocordoba.com/ PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXV. NÚMERO 1.324 SÁBADO, 16 DE ENERO DEL 2021 GUSTAVE FLAUBERT La editorial Tres Hermanas recupera la obra cumbre del escritor francés con ilustraciones de Fernando Vicente DISEÑO: R. AZAÑÓN Libros MERCEDES DE VEGA NOVELA: `WËRRA’, DE FEDERICO JEANMAIRE; ‘LA DEHESA ILUMINADA’, DE ALEJANDRO LÓPEZ ANDRADA; ‘LOS LLANOS’, DE FEDERICO FALCO. . POESÍA: ‘A LAS ESTRELLAS LO INMENSO’, DE HUGO MUJICA; ‘POEMAS A KLEO’, DE JUSTO JORGE PADRÓN; ‘JOVEN POESÍA DE LOS PAÍ- SES CATALANES’, VARIOS AUTORES; ‘MAR DE ALBORÁN’, VARIOS AUTORES. La escritora madrileña publica la novela ‘El largo sueño de Laura Cohen’, en la que envuelve al lector en una historia de intriga en la que la psiquiatría y el control mental tienen gran importancia. Mercedes de Ve- ga conversa con Juana Vázquez sobre esta obra y su creación literaria.

GUSTAVE FLAUBERT · 2 SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del Sur 16 DE ENERO DEL 2021 Alejandro López Andrada Alpinistas de Marte ‘Las cosas que perdimos en el fuego’. Autora:

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Page 1: GUSTAVE FLAUBERT · 2 SÁBADO Diario CÓRDOBA Cuadernos del Sur 16 DE ENERO DEL 2021 Alejandro López Andrada Alpinistas de Marte ‘Las cosas que perdimos en el fuego’. Autora:

1Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

CUADERNOS DEL SUR

Conexión a internet: http://www.diariocordoba.com/

P R E M I O N A C I O N A L D E F O M E N T O D E L A L E C T U R A

SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA

DIRECTOR: RAFAEL ROMERO CASTILLO

COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA

AÑO XXXV. NÚMERO 1.324

SÁBADO, 16 DE ENERO DEL 2021

GUSTAVE FLAUBERTLa editorial Tres Hermanas recupera la obra cumbre del escritor francés con ilustraciones de Fernando Vicente

DISEÑO: R. AZAÑÓN

Libros MERCEDES DE VEGA

NOVELA: ̀WËRRA’, DE FEDERICO JEANMAIRE; ‘LA DEHESA ILUMINADA’, DE ALEJANDRO LÓPEZ

ANDRADA; ‘LOS LLANOS’, DE FEDERICO FALCO. . POESÍA: ‘A LAS ESTRELLAS LO INMENSO’,

DE HUGO MUJICA; ‘POEMAS A KLEO’, DE JUSTO JORGE PADRÓN; ‘JOVEN POESÍA DE LOS PAÍ-

SES CATALANES’, VARIOS AUTORES; ‘MAR DE ALBORÁN’, VARIOS AUTORES.

La escritora madrileña publica la novela ‘El largo sueño de Laura Cohen’, en la que envuelve al lector en una historia de intriga en la que la psiquiatría y el control mental tienen gran importancia. Mercedes de Ve-ga conversa con Juana Vázquez sobre esta obra y su creación literaria.

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2 Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

Alejandro López Andrada

Alpinistas de Marte

‘Las cosas que perdimos en el fuego’. Autora: Maria-na Enríquez . Editorial: Ana-grama . Barcelona, 2020.

Deshojar el mis-

terio del espacio,

vaciar el cuenco

de la eternidad e

introducir las ga-

laxias en un bolsillo es lo que

Daniel Cotta ha conseguido en

su nuevo poemario. Una sus-

tancia lumínica lo engarza: «De

niño vi engendrarse la vida de

una estrella…/ Donde alumbró

primero fue en mis ojos». La lu-

cidez romántica y el tacto para

nombrar el universo y definirlo

con una hilera azul de versos

memorables no es sencillo, pe-

ro Daniel lo logra en este libro

hermoso y magistral. Pocos

consiguen llegar a donde él lle-

ga cuando acuna el cosmos en

sus palabras. Hay que adentrar-

se en el éter de este libro para

sentir la límpida inocencia de

un cometa prendido en la hu-

medad de nuestros labios. Cotta

desliza su pincel angélico por la

enramada dulce de los astros y

va seleccionando las luciérna-

gas del infinito para alumbrar

la noche que nos ciega. Su cora-

zón es una nuez de luz que cru-

je y fulge en la oscuridad: «Fue

aquella noche en que batí las

alas/ y me acodé en la proa de

un cometa». Aquí la alta poesía

es vuelo blanco, misterio y ar-

monía, eternidad. En Alpinistas

de Marte, Daniel Cotta pulsa el

lenguaje de la ingravidez.

Hay un momento en la vida de todo lector en el que, de repente, descubre a ese au-tor que le fascina hasta el punto de que sabe que se encuentra ante un descu-brimiento similar al acaeci-do casi cuarenta años atrás con otra escritora mágica de apellido Cubas. Ese mo-mento sucede cuando te en-frentas por primera vez al universo mágico de Maria-na Enriquez y, en esta oca-

sión, a Las cosas que perdimos en el fuego, su entrañable libro de relatos. Doce cuentos de historias inconexas sin puntos en común, aparentemente, pero con la trazabilidad de la Ar-gentina, su Argentina, de fondo. Doce relatos de horror no convencional, explosivos y profundamente reflexivos, co-mo los del mejor Allan Poe, como los de mi admirada Cris-tina Fernández Cubas. Tomen nota de ella. L. SANTILLÁN

María Ángeles Pérez

Miradas

A la típica pre-

gunta de qué es

en lo primero

que te fijas cuan-

do conoces a una

persona, yo siem-

pre tengo la misma contun-

dente y afirmativa respuesta:

los ojos. Y, más que a los ojos, a

esa expresión que pueden

transmitir a través de una sim-

ple e inocente mirada. Y, en es-

te momento que atravesamos,

tan raro y extraño para todos,

lleno de confusiones, de incer-

tidumbres y grandes contra-

dicciones, me he dado cuenta,

quizá con más profundidad,

de lo que puede decirte la mi-

rada de alguien. Y, cumplien-

do con nuestra estricta obliga-

ción de llevar la mascarilla

puesta, esas miradas se han

convertido, en un porcentaje

bastante significativo, en nues-

tro lenguaje y en nuestra co-

municación, es más, se han vis-

to abocadas a aumentar su ex-

presividad de una manera es-

pecialmente acelerada.

Todos sabemos que hay distin-

tas clases de miradas, las pro-

fundas, las paranoicas, las se-

ductoras, las que matan. Pues

bien, yo siempre me quedaré

con aquella que me transmita

paz, serenidad, esperanza y, le

añadiré, de mi cosecha si no lo

tiene, un poquito de misterio

para dar intriga y suspense a

mi reposada vida.

‘Un hombre que duerme’. Autor: George Perec . Edito-rial: Impedimenta . Sala-manca, 2009.

Un estudiante decide una mañana no levantarse para asistir a un examen. Lo rese-ñable en este pequeño acon-tecimiento es que va a dar origen al inicio de una nue-va fase en la vida del prota-gonista de Un hombre que duerme, que le llevará a rom-per con sus amigos, a aban-donar sus estudios, a trans-formarse en la cucaracha de Kafka. Bien. Se anuncia la próxima edición de un Ellis

Island, de Georges Perec, y es un buen momento para recor-dar uno de sus títulos más entrañables. Un hombre que duer-me es una pequeña obra maestra, más si se lee con la ilusión de los 18 años. Por eso, es recomendable cuanto se edite de Perec, siempre transgresor, siempre encantador. Lean la novela, apúntense Ellis Island, acuérdense del Bartleby de Melville, de otros escritores como Vila-Matas. L.S.

‘Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial’. Autor: Jesús Hernández . Editorial: Nowtilus . Madrid, 2020.

La Segunda Guerra Mun-dial continúa siendo una fuente inagotable de leyen-das, misteriosos enigmas sin solución aún hoy en día, después de casi ochenta años. Lo sabe muy bien el autor de este peculiar libro, Enigmas y misterios de la Segun-da Guerra Mundial, quien nos lleva una vez más (es viejo conocido de estas lides) a las playas de Normandía, al úl-timo vuelo de Saint-Exu-

pery, al desarrollo de la bomba atómica nazi, a la leyenda de los supuestos hijos de Hitler o a la fantástica pero nada despreciable teoría de que el Führer acabara sus días en Ar-gentina, después de huir en un submarino a través de Espa-ña. Pero hay mucho más que hará las delicias de los fanáti-cos de la II Guerra Mundial, o más bien de aquellos que aún continúan alentando conspiraciones maquiavélicas. L.S.

El regreso literarioEl año comienza con grandes expectativas para el lectorLuis Santillán

Comienza con fuerza el año literario, y se prepa-ran las editoriales a dar su particular batalla ante

el período que se presenta, del que sabemos tan poco que, cuando se está escribiendo esta Carta del Norte, lo único que parece cierto es la inminente llegada de un nue-vo confinamiento. Confinamien-to, aislamiento, encierro, reclu-sión... ¿Existe acaso otro estado mejor para dedicarse al noble arte de la lectura, de la escritura, de la poesía? Parece ser que no, porque la cosecha del retiro del año que acaba de terminar se presenta sen-cillamente perturbadora. Y de ella, tan sólo me voy a referir a unos pocos títulos, que habrá se-manas para escribir sobre el resto.

Comienza el año con la entre-ga de novedades de autores que ya se han convertido por derecho en viejos amigos de quien les escribe. Benjamín Black, Manuel Jabois, José María Merino y sus Noticias del Antropoceno; Luis García Jambrina y El manuscrito de aire, quien com-pleta así la trilogía sobre la figura de Fernando de Rojas investiga-dor, autor de la Celestina, todo sea dicho, y que comenzara con la pu-blicación de El manuscrito de piedra y continuara con El manuscrito de nieve; Juan Marsé o Alicia Giménez Bartlett, y el siempre atento a lo que sucede en su barrio y en el mundo Carlos Giménez, con su nuevo álbum Mientras el mundo ago-niza. «Una novela gráfica de triple extensión en el que Carlos Gimé-nez regresa con maestría al géne-ro de las aventuras. Una historia crepuscular y oscura que se cues-tiona el concepto de justicia, am-bientada en un mundo donde hé-roes y villanos apenas se distin-guen». Y es que, queridos amigos, la literatura es caprichosa, y el

«Comienza el 2021 con

la entrega de

novedades de autores

que ya se han

convertido en amigos»

mundo de la edición, más aún. Es la única reflexión que se me ocu-rre, ahora que también vuelven a reeditarse dos de los grandes, de aquellos autores que lo fueron de cabecera en nuestros comienzos como lectores. Me estoy refiriendo

a Albert Camus, quien ya fuera no-ticia el año 2020 gracias a una nueva lectura e interpretación de La peste (volvemos a remontarnos a la pandemia) y de quien se reedita-rá próximamente La noche de la ver-dad, una recopilación de sus artí-culos publicados en 1944 cuando era redactor jefe y editorialista del periódico de la resistencia Com-batlos. Camus siempre ha sido y se-rá un referente literario y moral para generaciones, y parece que algunos han vuelto a redescubrir-lo en estas aciagas noches de con-finamiento. Y, junto a él, se editan El remitente misterioso y otros relatos inéditos, de Marcel Proust, de quien como en el caso anterior, no hay nada más que añadir. Tan sólo que estamos ante ocho cuentos de juventud inéditos durante más de un siglo. Ahí es nada. Y como hay que ir cerrando esta Carta del Nor-te, quiero dejar para el final, la sorpresa de que en febrero vuelve el mejor Landero. Luis Landero, el maestro, regresa a la novela con El huerto de Emerson, en donde reto-mará la memoria y las lecturas de su particular universo personal donde las dejó en El balcón en invier-no. Feliz rentrée literaria, felices lec-turas.

EL ZAGUÁN CARTAS DEL NORTE AMANECERES

NOVELA NOVELA HISTORIA

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3Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

Mercedes de Vega

LA ESCRITORA MADRILEÑA ENVUELVE AL LECTOR EN UNA HISTORIA DE

INTRIGA EN LA QUE LA PSIQUIATRÍA Y EL CONTROL MENTAL SE CONVIER-

TEN EN PROTAGONISTAS DE ‘EL LARGO SUEÑO DE LAURA COHEN’

Socióloga y escritora, Mercedes de Vega nació y vive en Madrid, pero también ha residido en Nueva York y Barcelona largas temporadas.

Asimismo, cursó estudios de Literatura en la Universidad Complutense. Ha publicado la novela El profesor de inglés, Cuando estábamos vivos, Todas las familias felices y, en 2020, El lar-go sueño de Laura Cohen.

– En la novela El largo sueño de Laura Cohen, nada es lo que parece. Esto le pres-ta una gran intriga a la historia. – Hacer una novela en la que nadie es quien dice ser e ir mostrando a los lectores quién es quién y qué hizo en el pasado para llegar a esa situación y por qué, es desde luego in-trigante. Pero lo fundamental es contar una buena historia y El largo sueño de Laura Cohen es una gran historia, y no porque yo me la invente, que también, sino porque muchas cosas que narro ocurrieron de verdad. Y la ficción me ha servido para contarlas.

– La novela parte de algo, al parecer, muy normal. Una psiquiatra española que se traslada a Montreal, conoce en una fiesta a otro psiquiatra, que será su futuro marido. Con lo cual todo parece, en un principio, una historia de amor muy previsible. – Comienza de una forma sencilla y va desa-rrollándose poco a poco hasta envolver al lector en una historia compleja de la que no pueda escapar, y para ello he utilizado la técnica whodunnit usada por autores como Raymond Chandler y Dashiell Hammett. Es no anticipar al lector cosas que no sabe el protagonista e invitarle a que él participe en el descubrimiento del asunto y hacerle pensar. Darles diversión hasta el final y, lue-go, claro, no siempre es lo que parece.

– El marido de la psiquiatra muere en un accidente de coche al poco tiempo. Y aquí la historia se escinde en multitud de ramas que nos hablan de odio, venganzas y se-cretos muy oscuros, que vienen de tiempo atrás y que le dan la vuelta a todo lo previsi-ble. – He tratado de reconstruir unas vidas que fueron truncadas por diversos motivos. So-lo he intentado revivirlos en mi historia, darles una vida, aunque sea en las páginas de una novela. Y para hacer esto he investi-gado y he tenido que tirar de numerosas fuentes documentales para reconstruir la vida de los personajes reales de la novela que la perdieron en el Holocausto. Ha sido bastante triste y doloroso y la impotencia la he trasformado en algo útil para el lector.

– El germen de que todo cambie para el lector es la desaparición de un paciente de la psiquiatra española que a la tercera vez que va a terapia la abandona sin dejar rastro. Esto le inquieta por algunos indicios que ha creído percibir en sus conversaciones y abre

Juana Vázquez

una investigación, hasta llegar a poner un anuncio en un periódico para que alguien le dé alguna pista sobre él. – Así es, la desaparición de un paciente es para Laura Cohen el detonante, el punto de giro inicial donde empieza todo hacia la montaña rusa de descubrimientos que la llevan a cerrar el círculo hasta llegar de nuevo al paciente desaparecido que es la clave de la trama.

– Y ese es el hilo conductor por donde van a ir apareciendo todos los secretos de años anteriores. Secretos que atañen a la muer-te de su marido, a la vida de sus amistades y conocidos, etc. – El largo sueño de Laura Cohen es un viaje a las vidas de todas las personas que rodean

a Laura Cohen y que en el pasado fueron aliados en una trama que los vincula con el Holocausto. La novela tiene un claro tras-fondo histórico, que conocemos a través de los relatos de los personajes. En las notas que acompañan al cuerpo de la novela figu-ra una relación de biografías y hechos rea-les que sirven de base para desarrollar una historia de ficción basada en personas que existieron.

– Todas sus amistades tienen un pasado muy oscuro que se relaciona con una lucha contra los nazis, en una época muy pos-terior al Holocausto, en la cual la psiquia-tría tiene el papel principal. – La psiquiatría y, en concreto, el control mental son dos de los tres ejes de la trama.

Un tema en el que profundizo a través de los experimentos de control mental que se realizaron en la Universidad de Harvard a finales de los cincuenta y hasta los años se-tenta. En Harvard se hicieron investigacio-nes psicológicas con estudiantes inocentes y de ahí salió el terrorista Unabomber. Él jus-tificó los atentados que realizó por haber si-do una de las víctimas de estos experimen-tos que amparó la universidad y que costeó la CIA. Eran auténticas torturas con LSD. Y él trató de vengarse asesinando a gente ino-cente, tan inocente como él lo era en un principio, con 17 años. Otro de los temas es el Holocausto, los supervivientes que pudie-ron rehacer sus vidas. En este caso en Cana-dá, y cómo se organizaron para crear una venganza.

– La novela atrapa porque los personajes que aparecen como unos seres que viven una vida normal, aparentemente, tienen un trasfondo oscuro inimaginable. – Todos los personajes de El largo sueño de Laura Cohen tienen un profundo perfil psico-lógico, con un pasado muy tremendo, pero de un presente de bajo perfil; así hay sorpre-sas. Es una novela de ocultaciones, nadie es quien dice ser. Pero hay un personaje, el único inocente y puro: Marie Jelen. Porque la novela habla de biografías reales, de per-sonas que existieron y que les hicieron co-sas terribles. Y cuando investigas y profun-dizas, la empatía surge y te retuerce como me pasó con Marie. Hay que mantener dis-tancias y no desviarse del propósito narrati-vo. Y, al mismo tiempo, hacer justicia con la verdad y con la historia como he tratado de hacer con Marie Jelen en esta novela para dar a conocer su vida y lo que hicieron con ella.

– El juego de identidades es el tema funda-mental de El largo sueño de Laura Cohen, que abarca a todos los personajes, y que llega, incluso, a una suplantación de la mis-ma. – Aquí nadie es quien dice ser. Hasta Laura Cohen, que es Laura del Valle, y que tam-bién se enmascara en una nueva vida en Ca-nadá, tras abandonar España. Todos los per-sonajes ocultan algo, huyen de algo, aun-que sea de sí mismos o de lo que hicieron. De sus torturas, conspiraciones, secuestros o beneficios ilícitos. Tenemos hasta un ci-neasta que filmaba la misma cara de la muerte para resarcirse del pasado.

– ¿Por qué escribe Mercedes de Vega? ¿Qué es la literatura para ti? – Yo escribo porque para mí la escritura es un oficio, es lo que sé hacer y trato de hacer-lo lo mejor posible. También es una pasión y una forma de ver el mundo. Es como po-ner cristales de colores entre la vida y yo. En cuanto a la literatura, es simplemente mi forma de enfrentarme a la vida. Leo desde la adolescencia y los libros me han enseña-do y acompañado siempre, hasta el punto de pensar que han construido a la escritora que hay en mí.

Mercedes de Vega.

CÓRDOBA

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4 Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Wërra’. Autor: Fe-derico Jeanmaire . Editorial: Anagrama . Barcelona, 2020.

La guerra, un invento persistenteFederico Jeanmaire se adentra en el conflicto bélico en ‘Wërra’Manuel Molina González

Federico Jeanmaire nos ha ofrecido un exquisito rela-to que se digiere lentamen-te y con fruición, pese a la

temática, a lo largo de los capítu-los que conforman su última nove-la. El relato comienza el día en que Francia inicia un ataque contra Si-ria desde lejos y el autor se encuen-tra en el país galo, mientras la ac-ción bélica ocurre. Se encuentra en Saint-Nazarie, en la costa Atlán-tica. Las meditaciones que surgen a partir de ese instante nos dejan casi 400 páginas en que se entre-mezclan la historia real y la ficción que la envuelve desde nuestros dí-as o que remite a hechos ocurridos el 28 de marzo de 1942, cuando los ingleses intentaron sabotear con unos comandos el dique del men-cionado pueblo francés ocupado por los nazis. En principio, la pro-tagonista es la operación Chariot o mejor dicho quienes participaron en esa operación bélica (guerra). Varios comandos ingleses intenta-ron inutilizar el dique que permi-tía el atraque para reparaciones de una de las más grandes armas na-vales de guerra nazi, un enorme destructor que operaba en el Atlántico. Pero no solo se trata de un episodio narrativo bélico, ya que en él se unen otros episodios

«El individuo se pierde

en una guerra, se

diluye, y queda el

conjunto reducido de

vencedores y vencidos»

más, como el de las Malvinas, para reflexionar sobre las guerras y sus consecuencias.

Ya nos advertía Sófocles veinti-tantos siglos antes que la guerra es eterna. Siempre hay un lugar del planeta en el cual dos bandos se encuentren enfrentados. Para los vencedores puede que el final resi-da en el momento de contar su his-toria y sus alabanzas y para los per-dedores tocará callar, tal vez sem-brando inevitable rencor. El térmi-no «guerra» es de origen indoeuro-peo asentado en distintas lenguas y, por tanto, común. La cultura clá-sica escribió mucho sobre ella. Tal vez uno de sus mejores ejemplos sea Troya y sus distintas versiones o la Guerra de las Galias. Existen muchas perspectivas desde las que se puede contar una guerra, desde los halagos a cargo de escribas y cronistas, desde la exaltación que no hace reparos en lo hiperbólico, como el Cantar de mío Cid o el des-crédito del vencedor, caso de Alvar Núñez de Vaca. La cascada de pro-ducciones más elevada la produjo, sin dudas, la Segunda Guerra Mundial, alentada por la produc-ción cinematográfica. Una visión actual y algo incómoda nos la pro-porcionó nuestra Guerra civil, «la peor de las guerras», caso de que hubiese gradación en algo tan

existe mucha gente que no quiere estar allí y se habla poco de ellos), sobre quienes quieren desertar de un bando o de otro. Qué nos que-da de una guerra a lo largo del tiempo es una de las preguntas que nos plantea Jeanmaire. Qué se podrían decir o qué compartirían personas que en un momento de-terminado de su vida y que por las circunstancias de esta se reen-cuentran. Revisitar la historia tru-culenta de la guerra de las Malvi-nas es lo que hizo el autor argenti-no Ernesto Picco recientemente, mostrándonos qué fue de quienes la sufrieron, ganaron, perdieron o sobrevivieron; una panorámica de voces que sintetiza el sinsentido. La periodista Leila Guerrero publi-có también hace poco un reporta-je periodístico sobre la guerra de Malvinas, donde 649 soldados ar-

NOVELA

Federico Jeanmaire.

EUROPA PRESS

gentinos fallecieron. Muchos fue-ron enterrados en un cementerio de las islas y permanecieron allí sin identificación durante déca-das. En 2016, los dos países firma-ron un acuerdo para solventar la identificación de los cuerpos, pero lo que parecía un punto final se convirtió en un nuevo conflicto. Jeanmaire toma la voz, pero utili-za los personajes para que mues-tren los hechos desde una mirada antibelicista. Es difícil enterrar una guerra.

Jeanmaire es un ilustre cervan-tista. Es muy cervantina la pers-pectiva adoptada, sobre todo si re-cordamos que el propio Cervantes participó en la guerra como solda-do y llegó a salir, aunque mutila-do, vencedor. Tuvo la decisión de no militar en la alabanza y sí entre-garse al escepticismo.

El mencionado Alvar Núñez Cabeza de Vaca nos recordaba que siempre pierden las guerras los mismos, los más pobres, los más indefensos, los inocentes. En el po-lo opuesto también Federico Jean-maire reflexiona sobre quienes vi-ven en medio de un infierno y en-cuentran placer en lo que están vi-viendo.

Está claro que el autor se posi-ciona en el antibelicismo, pero no renuncia a variadas perspectivas, a modo de reportaje, como si coloca-ra una cámara junto a cada uno de los personajes y nos ofreciera su vi-sión. Desde el punto de vista técni-co merece destacar la capacidad que tiene el autor para adelantar y retrasar la narración, combinarla con otros sucedidos paralelos. Se da maestría y habilidad narrativa. También resaltaríamos el logro de una obra coral que se entiende ne-cesaria para crear la adecuada am-bientación y perspectiva. El indivi-duo se pierde en una guerra, se di-luye, y queda el conjunto reduci-do de vencedores y vencidos por encima de lo humano.

Llegar al límitePOESÍA

Francisco Onieva

El deseo de llegar al límite y de cru-zar la frontera entre lo conocido y lo ignoto para explorar lo inaccesi-ble es consustancial al ser huma-

no y a la escritura. Vivir es llegar a la cima del Everest. Escribir es llegar a su cima y re-gresar para dar testimonio de su naturale-za majestuosa e imponente -aunque hoy los montañistas que sueñan con una foto-grafía para compartir en las redes sociales lo hayan convertido en un circo-.

La desaparición de George Mallory y Andrew Irvine en junio de 1924 durante su intento de alcanzar el ficticio techo del mundo es uno de los grandes enigmas de las conquistas humanas y se ha convertido

«El poeta de las montañas», compuesta por quince poemas; y «Mapas antiguos», por diecinueve. En la primera, la imagen del reloj hallado junto al cadáver momificado es el hilo conductor de unos poemas entre los que sobresalen «El poeta», «Currículum vitae», «Quienes no», «Nuestros antepasa-dos», «Lluvia de estrellas», «El poeta de las montañas» o el que da título al libro.

En «Mapas antiguos», por su parte, a partir de la imagen de los monstruos que se dibujaban en los límites del mundo co-nocido, aborda el amor como instrumen-to de autoconocimiento. Así, en el poema que titula la sección afirma: «Como aque-llos cartógrafos antiguos,/ también dibujé monstruos en las zonas/ de ti y de mí que aún me dan pavor».

Junto a él, destacamos «Instrucciones

para hacerte reír» o el que cierra el volu-men, «Campamento base», donde afirma: «Y sabré que la vida o el dolor/ son iguales que este fuego/ que sacude y arrasa,/ que trasforma y asciende».

Hernández Sevillano, pues, consigue sin alardes efectistas una poesía clara, de altura e intensidad, que nace de lo cotidia-no y que hace del amor, de la felicidad, de la plenitud y de la celebración del instante materia literaria.

‘El reloj de Mallory’. Autor: David Hernández Sevillano . Editorial: Visor . Madrid, 2020.

en todo un símbolo. Fueron vistos por últi-ma vez a más de 8.500 metros de altitud, en la arista noreste. Ahora bien, ¿lograron llegar a la cima veintinueve años antes que Hillary y Tensing?

El sorprendente hallazgo en 1999 del cuerpo momificado del montañero cono-cido como «el poeta de las montañas» por sus tentativas con la poesía reavivó la polé-mica y multiplicó el misterio. Entre los ob-jetos encontrados junto al cuerpo, conver-tido en parte de una roca, se hallaba un re-loj sin manecillas, metáfora de la eterni-dad y de la plenitud del instante. Sobre es-ta sugerente imagen, David Hernández Se-villano (Segovia, 1977) construye El reloj de Mallory, que le ha valido el XVIII Premio Emilio Alarcos.

El conjunto se articula en dos partes:

cruel. Llegaremos a cien años de su fin y no sabremos cómo cerrarla, si se puede cerrar, claro está. Para los dos bandos que se enfrentan en una contienda, y sin perder de vis-ta que se trata de una ficción, Pé-rez-Reverte ofrece en su último li-bro sobre la batalla del Ebro un fo-co curioso, alumbrando momen-táneamente sobre quienes no quieren estar allí (en las guerras

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5Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

El realismo de ‘Madame Bovary’NOVELA

Pedro M. Domene

Tres situaciones provocan cierta cu-riosidad en la vida de Gustave Flaubert (1821-1880), nacido en Normandía y de esencia norman-

da, que merecen nuestra atención lectora; no porque de alguna forma hayan caracte-rizado sus obras, salvo la tercera, sino por-que han contribuido a modelar su carácter y a darle una visión del mundo que estaría en la base misma de las estructuras esencia-les que configuran su mirada de la sociedad como del universo simbólico que nace con su escritura. En primer lugar, su situación en el seno de una familia a la que ama con pasión, madre, una hermana y padre, aun-que nunca dejará de sentirse un extraño frente a él y a su hermano mayor, sobre to-do por la relación que ambos mantienen con el mundo científico y laboral, son médi-cos, y el hermano mayor heredará el puesto del padre, cirujano jefe en el hospital de Ruán; en segundo lugar, la muerte sucesiva de dos personas muy queridas: el padre en 1846 y la hermana que sigue la tradición de los grandes amores románticos y se había convertido en la confidente del hermano, pero aunque estas muertes marcan de ma-nera muy negativa al joven autor, no se con-sideran como la fuente de su gran crisis existencial que tuvo lugar entre 1842 y 1845; en tercer lugar, su experiencia del amor, en 1836 conoce a Elisa Schlésinger: amor loco, amor imposible, que le va a des-velar sus secretos como experiencia tras-cendente, aunque en 1839, en el transcurso de unas vacaciones por el Midi francés, co-nocerá a Eulalie Foucauld, que le ofrecerá otra clase de amor, la experiencia de los sentidos, y le cura de las añoranzas de Elisa y del amor místico.

Esta doble experiencia amorosa la tradu-ce en novelas calificadas de realismo ro-mántico autobiográfico, cercanas a la vi-sión de Musset y de Sand, e integran el ciclo de Memorias de un loco (1838), Los recuerdos, no-tas y pensamientos íntimos (1840-1841) y No-viembre (1842). En 1846, Flaubert fija su resi-dencia en Croisset y comienza un inmenso trabajo solitario de escritura. Inicia la pri-mera versión de La tentación de San Antonio, que abandonará según el consejo de su ami-go Maxime Du Camp, y a instancias del mis-mo, tras un viaje por Oriente, se pondrá a escribir, Madame Bovary, «un libro sobre na-da, un libro sin atadura exterior, que se mantendría a sí mismo debido solo a la fuerza de su estilo (...), un libro que apenas tuviera trama», como le dirá a su amante, la poeta Louise Colet, en carta de 1852.

Los esfuerzos de Flaubert para escribir esta novela resultarán proverbiales, cinco años de continua labor, unas 2.500 páginas de borradores y, finalmente, una obra de 300 páginas con el título completo de Mada-me Bovary. Costumbres de la provincia. El éxito le lleva a París, a abrirse a una vida social más intensa, a nuevos amigos y a la idea de rees-cribir una segunda versión de La tentación de San Antonio (1874).

‘MADAME BOVARY’ El escritor francés relata la existencia gris y atormentada de Emma Rouault, una mujer soñadora e insatisfecha que, para escapar al tedio de la vida matrimonial y provinciana, se entrega primero a un aristócrata liberti-no y después a un pasante de notario. La he-roína, plagada de contradicciones y obnubi-

lada por la lectura de novelas románticas no se resigna al papel de esposa y madre que el destino le ha deparado y, en su bús-queda de la felicidad, se deja llevar por la pasión y el autoengaño hasta que acaba convertida en una figura trágica.

Gustave Flaubert disecciona a su prota-gonista con fría impasibilidad, pero a me-nudo simpatiza con esa mujer fantasiosa de corazón desbordado que se rebela contra un orden burgués que el propio escritor de-testaba. La identificación de los lectores con Emma es tan fuerte que el personaje ha cu-

bierto, casi como una usurpación exclusi-va, desde la modernidad rebelde, tanto fe-menina como masculina, el espacio que otras heroínas, anteriores a la época de Flaubert, cubren como catalizadores de la ensoñación del amor imposible frente a la realidad social: la mujer del XIX y XX soñó y sueña en Emma el fracaso de todos los in-tentos de fuga de esa realidad, reviviendo en el fondo de su oficina o de su cuarto de estar las desventuras de la única Madame Bovary que para ellos hay en el texto. Sin abandonar esta lectura existencial, ligada al sentimiento del amor vivido o reducto de la individualidad frente a las estructuras so-ciales, el texto ofrece, sin embargo, otras pautas de interpretación. La dinámica de la novela presenta al menos tres conflictos de alto significado histórico: primero, y ante todo, el de Charles Bovary, quien da nom-bre a la novela, al prestar su apellido a tres mujeres; en segundo lugar, el de Emma, tercera Madame Bovary del texto; y, en últi-mo lugar, el boticario Homais, el personaje más antipático, más cargado de significado histórico.

Cada uno de estos personajes cubre par-celas más o menos importantes de la nove-la, Charles iniciará el texto y lo acaba, ocu-pa sobre la coordenada temporal, la mayor cantidad de ficción de cuantos personajes participan en la novela, obliga a pensar que su conflicto es el marco general del texto, aunque el de Emma, luego Madame Bo-vary, tras casarse con Charles, aparece ya iniciada la historia, cuando el lector está al corriente del conflicto de Charles, y se re-suelve a su vez, con la muerte, el de Charles queda aún sin resolver.

El hecho que ocupe con sus tres aventu-ras amorosas, con Léon, con Rodolphe y de nuevo con Léon, el centro del texto y la ma-yor cantidad de escritura ha permitido identificar, y sin gran esfuerzo la novela en-tera con el de Emma, que borra de la con-ciencia del lector el resto de conflictos. Se ofrece un sarcástico retrato de esa sociedad vulgar y de la desdichada Emma, compues-to con una elaboradísima prosa de exquisi-ta perfección formal que revolucionó el ar-te de la novela y dejó una estela de notables imitadores.

‘Madame Bovary’. Autor: Gustave Flaubert (Prólogo de Mario Vargas Llosa; ilustracio-nes de Fernando Vicente; tra-ducción de Mercedes Noriega) . Editorial: Tres Hermanas . Madrid, 2020.

«Se ofrece un sarcástico

retrato de esa sociedad

vulgar, compuesto con una

elaboradísima prosa»

Una de las ilustraciones incluida en la nueva edición de ‘Madame Bovary’.

FERNANDO VICENTE

La editorial madrileña Tres Hermanas publica una edición con las

hermosas ilustraciones de Fernando Vicente, quien a través de la prosa

perfecta de Gustave Flaubert descubre ese universo que gira en torno a

Emma Bovary, a sus fantasías e insatisfacciones en una ciudad de

provincias en la Francia del siglo XIX. A la hora de ilustrarlo, Vicente ha

elegido las escenas claves para seguir las aventuras de Emma

mezclándolas con alguna metáfora visual que nos habla del lado oculto

del personaje, de sus deseos y sus anhelos, porque así se convierte en una

protagonista muy apetecible, una mujer atractiva llena de contradicciones,

que dota a la obra con un punto de modernidad y actualidad; no menos

memorable la definida traducción de Mercedes Noriega y «Una pasión no

correspondida», prólogo de Mario Vargas Llosa. A Flaubert apenas le

interesaba la intriga en una novela, quería ofrecer al lector una sinfonía

cromática que, en ‘Madame Bovary’, se concreta en un azul secreto, y que

aparecerá de manera sistemática en los momentos culminantes de la

escasa acción, incluso en la misma muerte de Emma.

UNA SINFONÍA CROMÁTICA

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6 Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘La dehesa ilumi-nada’. Autor: Ale-jandro López Andra-da . Editorial: Al-muzara . Córdoba, 2020.

Treinta años de bellezaAlmuzara reedita ‘La dehesa iluminada’, de Alejandro López AndradaAlberto Monterroso

Reeditada por Almuzara treinta años después de su primera publicación, La dehesa iluminada es la

novela pionera del llamado «rura-lismo mágico», una obra que vio la luz cuando no estaba de moda el mundo rural y nadie se hacía eco de la España vacía. Entonces fue cuando Alejandro López An-drada escribió esta portentosa obra, original en su género, her-mosa, lírica, íntima, de una pro-fundidad que recuerda a los gran-des clásicos de la literatura. Si el principio de Cien años de soledad simboliza el realismo mágico, los primeros párrafos de La dehesa ilu-minada muestran en esencia el ru-ralismo mágico introduciendo vertiginosamente un presagio es-tremecedor que pondrá en mar-cha todo el hilo narrativo: «Posado sobre la rama de un espino, a unos pasos del caserón derruido que hace unas décadas fue concurrida taberna de mineros, he observado esta tarde, mientras paseaba, un alcaudón real. El pajarillo alzó el vuelo apenas me vio asomar entre los escombros florecidos de la ca-sa. Después, acercándome al es-quelético arbusto, tropecé con el cuerpo desventrado y violeta de una pequeña lagartija que, unos segundos antes, anduvo devoran-do el arisco alcaudón. Instantá-neamente, nada más contemplar la cruda escena, me acudió a la memoria la imagen desvaída de tía Eloísa. Ella siempre decía -yo era entonces muy niño- que dete-

La obra del escritor

cordobés se considera

el inicio del llamado

‘ruralismo mágico’

en España

nerse a contemplar un alcaudón desgarrando su presa, ensartada en un espino, preludiaba alguna desgracia familiar» (pág. 15).

Luis, periodista afincado en Madrid, regresa al pueblo donde nació para asistir al entierro de su padre. Diversos acontecimientos lo retendrán en ese espacio rural y lo irán atando poco a poco a ese

mundo que abandonó de niño. En una reflexión llena de ternura y humanidad, el personaje nos hará ver, a través de sus ojos y su piel, las imágenes del campo abando-nado, los olores perdidos, las si-nestesias y la magia del paisaje que lo envuelve. En este libro se encuentran, en esencia, las obse-siones y el universo literario de un poeta que ha sido galardonado con gran número de prestigiosos premios en poesía y novela en es-tos últimos treinta años. Aquí apa-recen todas las claves que mueven su mundo interior, su universo conceptual y emocional, con un estilo depurado y exquisito que lo acerca a las mejores muestras de nuestra literatura: si en ocasiones el tono nostálgico y obsesivo pare-ce recordarnos a La familia de Pas-cual Duarte, inmediatamente el mastín Bolillo nos inunda de ter-nura como el Platero juanrramo-niano; si la magia del paisaje y su misterio, si las profecías y supers-ticiones del ruralismo profundo nos dejan el alma en vilo, como el campo en las noches oscuras en que azota el viento, inmediata-mente aquella zozobra encuentra consuelo en una espiritualidad que recuerda a San Juan de la Cruz; si el paisaje se funde con el alma del narrador en el desasosie-go, como un empecinado román-tico, enseguida el lirismo de Juan Ramón Jiménez aflora victorioso, «el crepúsculo alzó su corazón de frambuesa sobre los cerros grana-tes» (pág. 44); cuando aparece en las páginas de La dehesa iluminada el mejor Delibes, inmediatamente la honda espiritualidad y el pan-

NOVELA

Alejandro López Andrada.

teísmo más profundo tiñen las lí-neas del más genuino ruralismo mágico: «En estos instantes apaci-bles, toco el tiempo, la magia del campo, el corazón de Dios» (pág. 97).

La imagen del alcaudón real que ensarta su presa en un espino envuelve el relato en una atmósfe-ra sobrenatural donde destaca el poder transformador de una natu-raleza abandonada, que se alza co-mo una diosa clemente, dispuesta a derramar su luz benéfica sobre una dehesa llena de magia. Los personajes son verdaderamente humanos y entrañables, viven en soledad y pobreza, en un mundo rural abandonado donde la vejez los vuelve más frágiles: «La madre de Abundio me produce una lásti-ma infinita» (pág. 51). La muerte de los seres queridos es también la muerte de la mina, del campo y de la infancia; pero la soledad, la en-fermedad y la tristeza se disiparán como la niebla ante la luz cegado-ra del amor, protagonista indiscu-tible de esta magnífica novela y de toda la obra de López Andrada.

La dehesa iluminada permite al lector sentir la naturaleza con los ojos del poeta; solo la lectura de es-te libro, de sus imágenes deslum-brantes y su gozosa humanidad podrá aportar la mirada mágica y única de quien nos traduce la ge-nuina dimensión del mundo ru-ral. Al igual que al famoso poeta debémosle cuanto ha escrito, al machadiano Alejandro López An-drada le debemos la posibilidad de observar la España vacía con los ojos privilegiados de uno de sus hijos, poeta excelso, testigo único de aquel mundo perdido y mágico.

La inmensidad de lo frágilPOESÍA

Francisco Onieva

Cada libro de Hugo Mujica (Avella-neda, 1942) supone un acto de lú-cida rebeldía contra los cimien-tos heridos del pensamiento do-

minante en nuestra caduca sociedad occi-dental. El prodigio de su discurso, que con-cibe la creación como un proceso de ahon-damiento en unos mismos pilares éticos y estéticos, se produce en la fértil frontera en-tre la exactitud de una mirada contemplati-va, que busca la inmensidad esencial de lo pequeño, y la desnudez concisa de una pa-labra en la que, de manera sutil, se aúnan pensamiento y emoción para celebrar la vi-da, en su belleza y en su fragilidad: «Todo es principio y fin/ y no hay un todo;/ hay este ya/ que tiembla/ su ahora y nunca otro/ hay este abrazar la vida/mientras nos besa/la muerte».

En este sentido, Vicente Gallego, quien firma una lúcida contraportada, mantiene que «Hugo vislumbra y canta el misterio de

actos transformadores tanto para el poeta como para un lector que no puede ni debe regresar idéntico después de adentrarse en la parquedad léxica y en la sobriedad y exac-titud de unos versos caracterizados por una concisión expresiva extrema, que refuerza la emoción al tiempo que activa de manera efectiva el pensamiento, como en uno de los dos poemas de los que brota el título: «Basta una estrella/ y la noche/ se abisma cielo./ En los más íntimo acampa/ la inmen-sidad:/ en lo sereno hace casa/ lo absoluto».

La publicación, pues, de A las estrellas lo

inmenso es un don que, como lectores, debe-mos agradecer y que confirma al poeta ar-gentino como una de las voces imprescin-dibles de la actual poesía en la lengua espa-ñola.

‘A las estrellas lo inmenso’. Autor: Hugo Mujica . Edito-rial: Visor . Madrid, 2020.

FRANCISCO GONZÁLEZ

lo eternamente naciente». No en vano, para el poeta no hay más realidad que lo que nos rodea, el alrededor, lo que florece aquí y ahora, por donde el yo merodea hasta sa-berse parte de él y encontrar su canto en la desnudez y en el silencio: «De una misma/ transparencia/ la lluvia y el río sobre/ el que cae:/ desnudos de lo que somos/ no hay na-da que no/ seamos». Este canto deviene, pues, celebración del instante, de la vida: «Vi la vida latiendo/ y brotaban flores;/ la vi y no hubo saber:/ hay el brotarse flores».

Semejante concepción inmanentista le da a su poesía una dimensión sagrada, con lo que antes de entrar en el poema se revela necesario un acto de recogimiento que, por un lado, le permita al lector luchar contra las distracciones exteriores e interiores y, por otro, le ofrezca una suerte de integra-ción en sí mismo. De ahí, la característica disposición tipográfica de sus versos en la parte inferior de la página, tras un vacío creador en el que se imbrican soledad, si-lencio, meditación, clausura y palabra, con lo que escritura y lectura devienen sendos

Hugo Mujica.

CÓRDOBA

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7Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Poemas a Kleo’. Autor: Jus-to Jorge Padrón . Editorial : Vitrubio . Madrid, 2020.

Una apasionada sinfonía de amor‘Poemas a Kleo’, el sentimiento amoroso del poeta grancanario Justo Jorge PadrónCarlos Clementson

Poéticamente es como el hombre habita esta tierra», cantó Frederick Hölderlin, en un verso memorable que no era sino su más cierta y ve-

raz carta de identidad poética, pues pocos poetas han hecho de la poesía la verdad y razón de su existencia como el gran román-tico alemán. Pocos creadores hoy viven y sienten en poeta como el grancanario Justo Jorge Padrón, este autor personalísimo que hoy recaba nuestra atención con motivo de su último poemario, y que ha hecho de la poesía la verdad y razón de su peripecia vi-tal. Buena prueba de ello es la fecunda y tor-nasolada variedad de su obra vasta y com-pleja en su inagotable inspiración, que abarca no sólo los más diversos aspectos, desde la poesía lírica y visionaria hasta la hoy día tan desatendida poesía épica, que nuestro escritor ha rescatado y actualizado en su vasta saga Hespérida a las puertas del si-glo XXI.

Acabo de leer de un tirón este su último libro, Poemas a Kleo, en la flamante Colec-ción Adalid, de Ediciones Vitrubio, un con-junto de una centena de poemas, de poe-mas de amor, suscitado por la mujer ama-da, por la esposa y compañera de más de tres décadas de convivencia, que, a su vez, ha sido el diario y cálido testigo familiar de la sostenida producción de este poeta atlán-tico, un creador que, si ayer era una de las voces más distinguidas de su generación, la del setenta, hoy es el poeta español más tra-ducido a las más diversas lenguas y objeto de un general reconocimiento en los más diferentes países, en los que su poesía ha merecido las más importantes distinciones internacionales. Eso es un hecho, un hecho fácilmente constatable por la dilatada bio-bibliografía y reconocimientos que acom-pañan a este volumen, aun cuando esa pro-yección en nuestro solar patrio no goce to-davía de la generalizada aceptación por parte de un sector de nuestra crítica, como sí ha merecido, paradójicamente, su reco-nocimiento internacional.

Este libro, tras su insólita entrega de am-bicioso poeta épico que le ha llevado a can-tar en las diferentes secciones de Hespérida, las más heroicas empresas de nuestra co-mún historia, nos ofrece esa otra faceta de su fecunda inspiración: la vertiente de poe-ta lírico, de cantor del amor, del amor triunfante y cotidiano a la mujer, a la espo-sa, a la compañera, a su admirada Kleo, que se constituye en el bello centro de los afanes afectivos y de la adoración literaria y real del poeta.

NUEVO TRATAMIENTO DE LA POESÍA AMOROSA Estamos ante un nuevo y fascinante trata-miento de la poesía amorosa. Poemas a Kleo es la ardiente celebración de un cántico a la vida y a la mujer amada, que luminosamen-te la encarna y simboliza. Éste es un libro so-lar, no hay en él zonas de sombra o de trage-dia, sino que es un himno entonado con un lenguaje que es fiesta y exaltación, y en donde las imágenes se engarzan en un todo vital y armonioso. La impresión que nos de-ja su lectura es la de una exultante glorifica-ción de la mujer, de la amante y de la espo-sa y compañera, como auténtica patria del corazón del hombre.

La tensión expresiva que conforma estos

«Estamos ante un nuevo y

fascinante tratamiento de la

poesía amorosa. ‘Poemas a

Kleo’ es la ardiente

celebración de un cántico...»

poemas es una inspiración continuada que, si primero deslumbra y emociona, luego nos produce por su ritmo una sensación de encantamiento y magia. Su estilo es, a la vez, rico y cristalino, gracias a la transpa-rencia feliz de sus imágenes, que ofrecen una muy sensual carnalidad expresiva, de irisados reflejos y matices afectivos, como un ensalmo íntimo que nos seduce y llega hasta embriagarnos. Se trata de una especie de lírica autobiográfica, amorosa y erótica, escrita con la absoluta maestría de un gran poeta.

Así, Justo Jorge Padrón no va revelando todas las escalas y plenitudes del amor, evo-cado desde una madurez vital y literaria que nos impregna y emociona por la palpi-tante sensación de verdad vivida que tras-mite, y que no experimentábamos desde aquella primera lectura deslumbrada de los Veinte poemas de amor, de Pablo Neruda. Este es un libro de amor inolvidable que pensamos permanecerá en la más intensa memoria de la poesía amorosa del siglo XXI.

Fruto de este amor conyugal es esta poe-sía que aúna una serie de virtualidades que a mí, personalmente, me parecen impres-cindibles para la configuración de la ver-dad y la autenticidad poéticas, a saber: rit-mo, emoción, belleza y pensamiento, que prodigiosamente se conjugan para dar ex-presión poética válida a una vibrante y muy sensual personalidad ante las pulsiones y los diversos planos de la pasión, desde el au-roral vislumbre del primer encuentro al éx-tasis de la unión amorosa, o a la familiar y cotidiana convivencia doméstica, año tras año: es decir, desde las exigentes urgencias

tual, es decir, sentimiento y pensamiento, se traban y confabulan en un todo coheren-te y armonioso que es el fruto de la auténti-ca actividad poética. Un amor personal y dual, pero que no se agota en sí mismo, sino que Justo Jorge Padrón sabe elevarlo a una dimensión universal y trascendente que nos acoge a todos y en el que todos pode-mos reconocernos.

Pero el sentimiento amoroso, senti-miento real y nada «literario», vivido y con-vivido año tras año, que trasciende este poe-mario es tanto un medio de conocimiento y comunión interpersonal como un medio también de comunión con la Naturaleza y sus criaturas, llegando en el éxtasis del abrazo amoroso a una especie de transcen-dencia mística con las fuerzas y las poten-cias de la vida, en un afán de eternización a través de la plenitud del éxtasis, que difu-mina nuestros propios límites temporales y vence, pues, por un instante nuestra propia finitud. Un amor, que nos salva, que nos de-vuelve a una Naturaleza edénica y virginal, ajena a la ambición, al egoísmo, a la mal-dad y las insidias de los hombres: «He soña-do en tus ojos el fuego de la vida,/ el sosiego, la luz de las manzanas./ Tú ardes con el sol de todos los espejos…/ Porque tú eres mi pa-tria diminuta/ en la que cabe entero el uni-verso».

POESÍA

Justo Jorge Padrón.

CÓRDOBA

«Y todo ello trasmitiendo

una poderosa impresión de

verdad, de verdad poética y

vital, al lector, que vibra al

unísono... del poeta»

de los encendidos climas de la pasión al re-mansado oasis de la ternura y el afecto.

Y todo ello trasmitiendo una poderosa impresión de verdad, de verdad poética y vi-tal, al lector, que vibra al unísono de los mo-vimientos cordiales y afanes del poeta, en una poesía que no se agota en sí misma, si-no que se proyecta vivificante en ese lector, y en la que lo sensorial -y aún más, lo sen-sual-, lo emocional y afectivo, y lo intelec-

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8 Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘La insumisa’. Autora: Cristi-na Peri Rossi . Editorial: Me-noscuarto Ediciones . Palen-cia, 2020.

La insumisión de una mujerCristina Peri Rossi narra los primeros años de su vida hasta la adolescencia en ‘La insumisa’Concha García

En general, la escritura de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941) nos deja estelas autobiográficas, una constante que se filtra a través de

dos cuestiones: el deseo como imposibili-dad recíproca y el exilio. Afincada en Barce-lona desde 1972, en La insumisa reconstruye páginas de su vida, esta vez la ficción es una autobiografía que alcanza los primeros años de su vida hasta la adolescencia.

La insumisa plantea mediante dieciocho escenas, el recorrido de una parte esencial de su vida, abarcando la llegada de unos bi-sabuelos desdibujados, que la autora trata de perfilar para conocer parte del origen fa-miliar del que nadie quiere hablar en su fa-milia, el secreto produce curiosidad, la mis-ma que siente con los libros. Desde el puer-to de Génova dirección a Montevideo, in-venta a sus antepasados, personas pobres y dignas, donde destaca la belleza genovesa del bisabuelo cuyo rostro real recrea en un daguerrotipo. Una invención con asideros en la más cruda realidad.

La mirada, que vertebra también este re-lato, nos despliega el paisaje de Montevideo en los años cuarenta, gente de todas partes de Europa que emigraban por hambrunas o guerras. Perder el rastro familiar, abarcar solo dos generaciones, admirar a un tío mi-sógino y lector, en la habitación del mismo, la adolescente procuraba leer todo lo que encontraba con una sed insaciable de cono-cimiento a través de los libros. Es hermoso ese tributo a la lectura. Desconocerse para reencontrarse en el deseo. El primer capítu-lo comienza diciendo: «La primera vez que me declaré a mi madre tenía tres años». Re-chazo al padre, alcohólico y huidizo, (sin embargo, reconoce que en algunos rasgos físicos se le parecía demasiado), la niña quiere proteger a la madre del padre a quien ve como un ser violento: «Tus inten-tos de seducción eran tan violentos como la venganza al sentirte rechazado». Es una ni-ña enfermiza a la que deben llevar al cam-po para recuperar la salud, en casa de unos tíos, junto a una estación de ferrocarril

«Pero la evocación siempre

deja espacios en blanco u

otros más oscurecidos

relatados con maestría»

pos de concentración». La niña descubrirá los amaneceres y

atardeceres de la campiña uruguaya, fasci-nantes. Nos está contando lo que recuerda, anotando, como he dicho, aquello que no ha vivido: «Solo puedes imaginarlo, que es la manera que tenemos los humanos de re-cordar». Pero la evocación siempre deja es-pacios en blanco u otros más oscurecidos relatados con maestría. Peri Rossi no se olvi-da de intercalar las razones por las que, por ejemplo, tuvo que irse de Montevideo en el año 1972, a causa del golpe militar. Partió con su amor de entonces, y el verdadero exi-lio comenzó cuando al año de estar en Bar-celona la relación se rompiera: «Lloraba en los andenes/ lloraba en la calle Balmes/ de

Barcelona/ hija putativa de Vallejo» (del poema Exilio) y ahí nos damos cuenta de que ejerce un paralelismo autobiográfico con la bisabuela que emigró de Génova, enamora-da de su marido, en la tercera clase uno de aquellos transatlánticos atestados de emi-grantes. En realidad, el exilio lo causa el abandono, esa es la huella que se siente cuando vas avanzando por distintas esce-nas. En cada una de las partes del libro en-contraremos identificaciones con otras mu-jeres (la madre, la abuela), saltos, momen-tos en los que se puede echar mano de aquel aserto de Lacan que dice: «Amar es dar lo que no se tiene a quien no es», y lo va dibujando en su imposibilidad en el cuerpo de la mujer que deseó y amó sublimado en camas de hoteles de distintas ciudades. ¿Qué mujer era capaz de relatar algo así, tan territorializado por los hombres? Pero lo más importante es cómo nos lo explica. La narración no se cae en ningún momen-to. Su escritura, viva como sus recuerdos, nos conduce hasta la propia esencia de la belleza (ella cree en la belleza, aún la del ho-rror). La belleza necesita lentitud, percibir-la es un acto de sensibilidad y en estos tiem-pos donde la tecnología hace desaparecer cualquier novedad en cuestión de semanas, este libro es una cura contra la velocidad imperante.

La última parte, «Nena querida», nos acerca a la experiencia de la pérdida: «Yo le-ía con la delectación indiscriminada de una adicta y de una conversa», pero lo que se pierde regresa de la manera más imprevisi-ble, recuperar lo perdido es la escritura. Si algo más que su poesía y narrativa ha apor-tado Cristina Peri Rossi a la literatura en lengua española ha sido su franca valentía recreada con un lenguaje entre irónico y conmovedor, que ha dado paso a naturali-zar el amor/deseo entre mujeres.

AUTOBIOGRAFÍA

Cristina Peri Rossi.

EFE/LIL CASTAGNET

‘Imperio, reforma y moder-nidad’. Autor: José Luis Villa-cañas . Editorial: Guillermo Escolar Editor . Salamanca, 2020.

En este segundo volumen de Imperio, reforma y moderni-dad se analizan los efectos que tuvo La revolución inte-lectual de Lutero sobre la formación imperial de Car-los V. Tras diversas negocia-ciones, conversaciones, die-tas, interinidades y enfren-tamientos con las fuerzas reformadas, el proyecto po-lítico-religioso carolino fra-casó al no ser capaz de im-pulsar una transformación

de la iglesia católica aceptable para los reformadores mode-rados. Esta actuación, que hacía del emperador el portador del ius reformandi, le era necesaria para mantener la unidad territorial del Imperio entre Alemania e Italia, pero no po-día abrirse camino desde la inamovible posición de la curia romana. Al fracasar en este plan, se consolidó el imperio nacional alemán al margen del sistema urbano italiano. La consecuencia fue un imperio alemán con dos iglesias.

‘Aluminosis’. Autor: Raúl Clavero . Editorial: La Isla de Siltolá . Sevilla, 2020.

Se denomina aluminosis a una enfermedad que aque-ja a ciertos tipos de cemen-to, degradándolos de mane-ra acelerada hasta provocar la quiebra de estructuras que parecían sólidas. Hay quien dice que solo afecta a los edificios, a los estadios, a los puentes, pero cuando una grieta se abre en el sue-lo que pisamos, ¿quién du-da de que pueda también extenderse por nuestra piel,

por la de nuestros familiares y amigos, por la sociedad que habitamos, por los cimientos de todo aquello en lo que cre-emos? Raúl Clavero (Salamanca, 1978) ha trabajado funda-mentalmente como redactor y guionista para varias pro-ductoras de televisión y de radio. Sus relatos han recibido numerosos premios. Algunos de estos relatos han sido reco-pilados en dos volúmenes, Ausencias (La Isla de Siltolá, 2017) y este Aluminosis (La Isla de Siltolá, 2020).

‘Papá piernas largas’. Au-tora: Jean Webster . Edito-rial: Toromítico . Córdoba, 2020.

Jerusha Judy Abbott es una huérfana de 17 años cuyo futuro parece ya marcado. Después de años de soledad y duro trabajo en el orfana-to y con pocas posibilidades de prosperar, su vida da un vuelco inesperado pues el destino tiene reservadas to-davía grandes sorpresas pa-ra ella. Todo cambia cuando es llamada al despacho de la directora e informada de que un miembro del conse-

jo de administración del hogar para huérfanos, que prefie-re permanecer en el anonimato, ha decidido convertirse en su benefactor y enviarla a la universidad para que se con-vierta en escritora. Para obtener esta ayuda, el único requi-sito que el misterioso filántropo exige a Judy, y que ella cumplirá encantada, es el de escribirle una carta cada mes informándole de los progresos en sus estudios y los detalles de su vida cotidiana en la universidad.

HISTORIA RELATO NOVELA

construido por los ingleses, hoy desapareci-da. A Uruguay también llegó el terror: «Veinte años después […], a la Junta Militar se le ocurrió la idea de volver a habilitar esos viejos y oscuros vagones […] como cam-

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9Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Los llanos’. Autor: Federico Falco . Editorial: Anagrama . Barcelona, 2020.

Un retiro al corazón de la PampaEl argentino Federico Falco queda finalista del Premio Herralde con ‘Los llanos’Pilar Muñoz Aguilar

Podrá la huida al campo, a la extensa llanura de la Pampa acomodar el áni-mo, suturar el amplio va-

cío de una ruptura sentimental, saciar el hondo surco emocional que arrastra una despedida forza-da, un adiós en mitad de una his-toria que se resiste a finalizar por-que, al menos, una de las partes aún sigue amando?

Federico Falco (Córdoba, Ar-gentina, 1977) es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Blas Pascal, funda-dor de la revista Fe de Rata. Ha sido premiado con varias becas como la del Fondo Nacional de las Bellas Artes o la de la Universidad de Nueva York. Entre sus obras en-contramos diversas colaboracio-nes en antologías, libros de cuen-tos como 222 patitos (2004), La joven guardia (2005), Hablar de mí (2009), la novela breve Cielos de Córdoba (2011) o el poemario Made in China (2008). Está considerado uno de los mejores narradores jóvenes en lengua española y con su novela Los llanos ha sido finalista del Pre-mio Herralde de Novela en el año 2020.

Durante nueve meses, de ene-ro a septiembre, el protagonista nos sumerge en la minuciosa, atenta y hermosa descripción de los detalles del paisaje, de la plani-cie de la Pampa; la gradación de la luz solar desde el amanecer al

«Falco invita al lector a

un juego narrativo

donde el hoy alterna

en analepsis con los

recuerdos del ayer»

anochecer, su efecto sobre los ár-boles, el sonido de los pájaros: chi-mangos, teros, loros, calandrias. Nos detalla con exquisito realis-mo las labores sencillas del campo

a Zapiola. Tras su ruptura senti-mental con Ciro, que le confiesa su desamor, debe aprender a desa-rraigarse de una historia que creía feliz y transitar por el lento, largo y doloroso peregrinaje de la acep-tación de que no habrá retorno. Como objetivo para poder olvidar, distraer la mente y apaciguar la herida, se propone crear un huer-to y cultivar lechugas, acelgas, re-pollos, achicoria, tomates... Irá descubriendo, sin embargo, que ni siquiera esto es fácil; la sequía, los insectos, el granizo, pueden arruinar la siembra y habrá que volver a plantar, regar, cuidar… Trabajar hasta agotarse en el cam-po se convierte en un entrena-miento diario en su lucha perso-nal y épica por seguir adelante, por encontrarse a sí mismo en la amplia soledad de la llanura. El tiempo se mide en el transcurso de las horas, en el día a día, en el lento agotamiento de los meses, en la manifestación climatológica de las estaciones: sequía, hume-dad, frío, letargo… De vez en cuan-do retomará recuerdos nítidos de la infancia junto a sus abuelos, del momento en que descubre el mie-do a reconocerse a sí mismo, a mi-rarse en su propia identidad se-xual, a la posibilidad de ser des-preciado y a no ser capaz de escri-bir una buena novela.

En la debilidad del invierno, con sus largas noches y el frío, las palabras se desanudan y es enton-ces cuando nos habla de Ciro, su exnovio. Es una forma de hacer

NOVELA

Federico Falco.

frente a su dolor, a sus recuerdos para, quizás, a partir de ahí volver a proyectarse, a mirarse y recons-truir su nuevo presente.

Federico Falco invita al lector a un juego narrativo donde el hoy alterna en analepsis con los re-cuerdos del ayer. De esta forma, el autor agiliza y enriquece la narra-ción con estampas del pasado e imágenes del presente. En su reti-ro a Zapiola, el protagonista, que

El lector impertinenteENSAYO

Pedro García Cueto

El último libro de José Luis García Martín, El lector impertinente, es un excelente acopio de artículos don-de García Martín observa a través

de las publicaciones y de los libros que han ido surgiendo el mundo que le rodea. La agudeza del poeta, profesor y crítico en-cuentra aciertos y desventajas en tantos li-bros que han llegado a su despacho. Sin que nadie sea más importante que nadie, Gar-cía Martín aborda con sinceridad la crítica, escruta la calidad de los mismos, los acier-tos y defectos que hay en ellos, porque el paisaje cultural es siempre el leit-motiv de un hombre que ha dejado en su vida un amor incondicional a la literatura. Este paseo por los libros deja páginas absolutamente me-morables, porque alaba a poetas como Mi-guel d’Ors y recuerda con emoción a Eduar-do García, fallecido tristemente hace unos años; encuentra y coincido con él que Vera-no inglés es el mejor libro de Guillermo Car-nero, también considera que algunos poe-mas de José María Álvarez en El vaho de dios pueden resultar caricaturescos, como dice:

escruta los textos, que percibe la prisa y aquello que se escribe con urgencia o a los arribistas que buscan complacer solo a otros, sin pensar en la calidad de lo litera-rio. También alaba muchos libros y muchos autores por ese afán de cuidar la obra y lle-varla a cabo con rigor.

Parece que lo veo envuelto en su despa-cho con la mirada atenta al gazapo, pero también sorprendido del hallazgo literario, mientras desde su ventana un paisaje her-moso, casi incomparable, ilumina la luz del día y prende un sol casi en llamas en las le-tras observadas.

Son muchos los que aparecen en este in-teresante y nada desdeñable volumen don-de vemos a un hombre que escribe y mira a otros mientras lo hacen, en un diálogo con la cultura, con el saber que va quedando co-mo poso en nosotros.

Vamos leyendo y vamos conociendo y nos invita, sin duda, a entrar en el largo ca-tálogo de nombres entre los que figuran Juan Manuel de Prada, Antonio Muñoz Mo-lina, Luis Alberto de Cuenca y muchos otros. Como señala Abelardo Linares, editor de Renacimiento, José Luis García Martín es un gran tertuliano que lleva muchos años

en una famosa tertulia en Oviedo. Sin duda alguna, este libro es una tertulia con hom-bres y mujeres que escriben sobre obras, au-tores y sobre nosotros mismos cuando lee-mos: «Este libro bien puede ser como un avatar más de esa tertulia, una dilatada charla sobre vida y literatura, una charla en la que José Luis García Martín lleva la voz cantante…».

García Martín conoce el mundo de luces y sombras donde vivimos y crea un libro que es también un espejo de nosotros, don-de nos iluminamos y nos oscurecemos, co-mo en la propia existencia. Si el título lleva el adjetivo impertinente es porque el autor no quiere congraciarse con los demás, sino expresar con sinceridad lo que piensa. Todo un debate de los que sostenían los antiguos sabios que aún quedan en los libros del me-dievo. No en vano la portada del libro es el de una biblioteca, donde los libros se leen pero también se oyen en ese diálogo eterno con la cultura. Leer el libro es leer un pensa-miento pero con eco y una voz sin adornos ni florituras, sincera como pocas voces en la actualidad.

‘El lector impertinente’. Au-tor: José Luis García Martín . Editorial: Renacimiento . Se-villa, 2020.

CÓRDOBA

«Es difícil, sin embargo, no sentir un poco de vergüenza al leer alguno de los poemas de este libro, o de cualquier otro de José Ma-ría Álvarez, un poeta que gusta de caricatu-rizarse a sí mismo y que parece considerar-se como el último representante de una es-tirpe gloriosa a punto de extinguirse». Sin duda alguna, es García Martín un crítico que no se congracia con nadie, que elude el mundo laudatorio que hace que muchos críticos encuentren alabanzas por ensalzar solo a los novelistas o poetas comentados. Ese afán le da autenticidad, hondura y clari-dad. Por ello, no elude ver objeciones en la prosa de Juaristi en Los árboles portátiles, por el hecho de comentar en cada uno de sus párrafos aspectos irrelevantes que estro-pean el conjunto.

Parece curioso que el crítico e investiga-dor lleve la revista Clarín porque al igual que el afamado Clarín es incisivo y duro con sus artículos como lo fue el famoso no-velista en sus Paliques, por ejemplo. Hacien-do honor a tan querido maestro, García Martín está al corriente del mundo que lo rodea y sabe diferenciar lo bueno de lo ma-lo en este excelente libro.

Nos hallamos ante un amanuense que

que le ocupan: plantar semillas, regar, observar las nubes y el hori-zonte, esperar… Un viaje forzado, una escapada de la ciudad al cam-po, de Buenos Aires a la provincia,

paradójicamente es escritor, nos va dibujando una novela de gran plasticidad y belleza donde el lec-tor puede visualizar con amplia nitidez las escenas de la rutina en el campo, apreciar los colores y so-nidos, disfrutar de manera casi tangible la diafanidad de la Pam-pa y la extensa llanura de la sole-dad impuesta.

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10 Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

‘Joven poesía de los países catala-nes’. Autor: Varios autores . Edita: La Manzana Poética . Córdoba, 2020.

La poesía, lengua de lenguasLa Manzana Poética recopila la joven creación de los ‘países catalanes’Juan María Prieto

Jo no sóc més que un arbre que s’allunyà del bosc, / cridat per una veu de mar fonda» («Yo no soy más que un árbol que se

alejó del bosque/ llamado por la voz de un hondo mar»). Esta llama-da en versos de Joan Vinyoli (1914-1984), un «hondo mar» que inter-pela al poeta, que dista oleante del bosque que ya contempla desde su lejanía, podría ser el mismo que convoca a otros árboles solitarios, mecidos por el invierno en mitad de la estepa. Ese árbol sabe de otras raíces que prenden en una tierra distinta, de la posibilidad de un lenguaje con que comprender el mundo más allá de su inversa complicidad con el tallo. Sin em-bargo, esa llamada no se gesta en una lengua única, porque no hay una única manera de mirar la rea-lidad. Esa llamada es la poesía que nos habla en todas las lenguas de los hombres. Con la publicación de Joven poesía de los Países Catalanes (Jove poesía dels Països Catalans), una edición bilingüe con selección a cargo de José García Obrero y Ele-na Román, La Manzana Poética materializa un proyecto ambicio-so y valiente que pretende fijar la mirada en los versos de una mues-tra de poetas nacidos en Cataluña, Valencia e Islas Baleares entre 1984 y 1996, cuya escritura se de-

«En estos jóvenes la

poesía es... el reducto

de un lenguaje

universal que pretende

nombrar la belleza»

sarrolla en español o en catalán. La antología, como señala el propio García Obrero en el prólogo, «en-globa los rasgos culturales y lin-güísticos» que comparten los poe-tas de las mencionadas comunida-des, lejos de toda interpretación «pancatalanista» o de polémicas políticas disuasorias.

Más allá de las consideraciones de Jerry Fodor o Noam Chomsky sobre la relación entre el lenguaje y pensamiento, puede ser sustan-cial ir más allá y apuntar al alcan-ce no ya del lenguaje sino de las lenguas para la configuración de cualquier cosmovisión de la reali-dad, especialmente desde una perspectiva puramente estética y, concretamente, poética. De tal modo, detectamos que la concep-ción de este proyecto presupone una lectura madura de la obra por parte del lector, más allá de la po-larización interesada sobre todo aquello que suene a «catalán» y del furor irracional de los amantes del odio, consiguiendo reunir en la antología a algunas de las voces más representativas del nuevo pa-norama poético de los «países cata-lanes», sintagma este no apto -ad-vertencia- para aficionados a ma-nosear banderas.

La antología, estructurada de manera hábil a partir de los tres núcleos geográficos (Catalunya,

rama nacional (Unai Velasco, Ber-ta García Faet o Ben Clark). La nó-mina de antologados muestra una elocuente mayoría de autoras en esta nueva generación poética, cu-ya irrupción ha configurado un paisaje más diverso y riguroso que en generaciones anteriores. Asi-mismo, en el prólogo, García Obre-ro analiza el movimiento cultural de dichas geografías (editoriales independientes, librerías, premios literarios, revistas) que contribuye a la eclosión de esta nueva horna-da de poetas y a la conformación de un mapa poético de especial in-terés. Esta «jove poesía» demues-tra no solo un buen conocimiento

POESÍA

Unai Velasco.

CÓRDOBA

del canon sino una gran pluralidad de poéticas: la imagen ro-tunda y audaz de Gar-cía Faet, el neogongo-rismo de Guillermo Morales Silas («En una de mis orejas hay un tambor/ y en otra un gran silencio que no significa nada»), la ex-perimentación en el lenguaje de Lola Nie-to, la naturaleza cultu-ralista y arrolladora de Unai Velasco («Si un ciervo cae sobre la hierba,/ si se precipita-ra de sí mismo y/ caye-ra sobre la retama/ es un estruendo de her-mosura»), la apabu-llante solidez de Ben Clark, la sustancia-ción en el verso puro de Carla Nyman («Me gustaría que alguien me amara/ por el olor/ a naranjas que me queda en los dedos»). Todos ellos contribu-yen a la conformación de una promoción talentosa y fértil que, sin duda, tendrá conti-nuidad en las próxi-mas décadas.

La Manzana Poéti-ca logra erigir con esta antología una pers-pectiva esmerada y ri-gurosa de una mues-tra poética de los paí-ses catalanes, contribu-

yendo a identificar la existencia de una mirada singular aunque heterogénea del hecho poético en las mencionadas geografías. En es-tos jóvenes autores la poesía es una lengua para las lenguas, el re-ducto de un lenguaje universal que pretende nombrar la belleza de todas las maneras posibles para que no tenga fronteras.

La extrañeza de lo propio RELATO

Francisco Onieva

Lejos de casa (Tres Hermanas, 2020) es el primer libro de cuentos de Emily Ro-berts (Ávila, 1991), tras dos poemarios -Animal de huida (Ediciones Oblicuas,

2013) y Regalar el exilio (Harpo Libros, 2016)- y una novela, La Tramontana (La Isla de Siltolá, 2016).

De los diez relatos que forman el volu-men, cuatro han aparecido publicados con anterioridad en distintas revistas y libros co-lectivos, habiendo sido dos de ellos finalis-tas del Certamen de Relato Breve Cosecha Eñe (2015) y del Premio Ana María Matute (2018). La identidad, los miedos, el éxodo ín-timo, el cansancio, la crisis, el cáncer, los Emily Roberts.

sueños, las expectativas frustradas, la tibia humedad de los pisos de alquiler, las relacio-nes raquíticas, las asignaturas pendientes, las matrículas improvisadas, las convalida-ciones erróneas, las vacaciones efímeras, el hastío de lo cotidiano, las derrotas íntimas, la frágil y momentánea resurrección y la be-lleza hiriente de la existencia articulan estas diez historias protagonizadas por mujeres poliédricas y fragmentadas que han cruza-do o se acercan al umbral de los 30, que se sienten extrañas en su propia tierra, en su propio cuerpo, en su propia memoria y en su propia voluntad, y sobreviven en un mundo hostil que, pese a todo, es concebido como un regalo digno de ser vivido.

Con una sintaxis clara y concisa, Roberts sondea las contradicciones de estos perso-

najes fractales y frágiles, que conmueven por la quebradiza entereza con que apare-cen definidos, y crea un fresco impresionis-ta de nuestra sociedad, con inteligencia y sensibilidad, con sentido crítico y con un li-rismo contenido que nace de lo cotidiano y, aparentemente, trivial, para acabar gol-peando al lector con la escueta contunden-cia de la palabra despojada, concreta y di-recta.

‘Lejos de casa’. Autora: Emily Roberts . Editorial: Tres Hermanas . Madrid, 2020.

CÓRDOBA

País Valencià i Illes Balears) inclu-ye una serie de voces pujantes, con una corta pero reconocida trayec-toria creadora (Anna Gual, Blanca Llum Vidal, Gloria Coll o Carla Ny-man, entre otras), así como a otras de mayor repercusión en el pano-

Ben Clark.

Carla Nyman.

Berta García Faet.

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Cuadernos del Sur

‘Mar de Al-borán (An-tología de la poesía con-temporá-nea andalu-za y marro-quí)’. Autor: VVAA (Edi-ción y selec-ción José Sarriá) . Edi-ta: Funda-ción Málaga

Razón de la lírica‘Mar de Alborán’, una antología de poetas andaluces y marroquíesManuel Gahete

Toda pasión surge de una atracción que va enrai-zándose, creciendo y for-taleciéndose cuanto más

y mayor es el interés que suscita o la satisfacción que provoca. Pero no hay pasión sin encuentro, sea cual sea el modo en que acaece. Solo el conocimiento permite la unidad de las ideas y alienta el po-der básico para entablar cual-quier alianza o acción conjunta que tenga como objetivo la conse-cución de un proyecto unitario. La ignorancia conduce al abismo, la discriminación y el aislamiento por lo que es preciso establecer ca-nales de comunicación y modos de aproximarnos, especialmente si somos parte de un espacio mar-cado por la historia y la cultura; pero no siempre la cercanía asegu-ra el entendimiento, es crucial la firme convicción de reconocer tra-diciones y crear vínculos que posi-biliten el contacto y propicien el acuerdo, sobre todo cuando exis-ten modelos inspiradores y ante-cedentes comunes proclives a franquear cualquier escollo. Así el lenguaje se erige en el sendero más amable, en el pacífico caballo de Troya que permite la unidad sin violencia, en el rotor perfecto que inaugura cualquier travesía de futuro. Por ello, cualquier ac-ción en favor de la solidaridad y la concordia merece nuestro aplau-so y reconocimiento. Abrir cauces de diálogo entre los diferentes pueblos es la manera más propi-cia de conseguir un mundo más justo y más armónico.

El poeta Juvenal Soto, director de la colección Las cuatro estaciones que asume la publicación de Mar de Alborán. Antología de la poesía con-temporánea andaluza y marroquí, afirma que, si bien ya se habían es-tablecido cauces para el encuen-tro de poetas andaluces y del nor-te de África, es la primera vez que se lleva a cabo este ejerci-cio de traducción a tres bandas (español, francés y árabe); y, porque se trata de tender puentes eficaces entre lenguas y culturas, cabe esperar que tenga una plural resonancia.

José Sarria es el coordinador de la edición y la selección de autores. Prestigioso poeta y crítico, secretario general de la Asociación Colegial de Escritores de España, sección au-tónoma de Andalucía, es probablemente el más activo im-pulsor de las relaciones culturales a ambos lados del Estre-cho por donde surcan las aguas de este Mar de Alborán, sin-gular e imprescindible, donde se reúne una muestra anto-lógica de algunos de los poetas contemporáneos más rele-vantes de Andalucía y Marruecos, cuya producción litera-ria se inicia a partir de los años setenta.

Tras un documentado prólogo donde se realiza una bre-ve panorámica de la poesía en Marruecos a partir del año 1956, en que se fecha su independencia política de Francia y España, y un recorrido de la poesía andaluza, desde el año 1976, fecha que anuncia la democracia en España, sin ob-viar los antecedentes que han ido marcando nuestra histo-ria literaria y dejando muy claro, como afirmaba Juan Ra-món Jiménez, que «la poesía española o es andaluza o no es poesía».

El proceso de las diferentes traducciones se ha encomen-

POESÍA

El sueño americano

BIOGRAFÍA

Félix Ángel Moreno Ruiz

No es tarea fácil escribir la biografía de un personaje y aunque las propias an-danzas y peripecias vitales

del biografiado ayuden (desde luego, no es lo mismo narrar la azarosa vida de Vicente Blasco Ibáñez que la anodi-na de Antonio Martínez Ruiz Azorín), el autor debe ofrecer al lector un rela-to ameno en el que, junto a los necesa-rios datos históricos y verídicos, se añadan otros elementos (frescura en las descripciones, diálogos ágiles, perspectivismo) que conviertan su lec-tura en una aventura trepidante. Eso es, precisamente, lo que Andrés Barba consigue con Vida de Guastavino y Guas-tavino. Sin haber terminado sus estu-dios de arquitectura, en compañía de su amante y del menor de sus hijos, tras cometer un desfalco, Rafael Guas-tavino viajó a Nueva York a finales del siglo XIX para hacerse rico constru-

Iman El Khattabi.

‘Vida de Guastavino y Guastavino’. Autor: An-drés Barba . Editorial: Anagrama . Barcelona, 2020.

CÓRDOBA

dado a Khalid Raissouni, encargado también de la selec-ción de autores, quien ha acometido un arduo trabajo para llevar desde el español a la lengua árabe los textos origina-les de los poetas andaluces Juvenal Soto, Javier Salvago, Jua-na Castro, Juan José Téllez, Ana Rossetti, Luis García Monte-ro, Juan Cobos Wilkins, Francisco Morales Lomas, Ángeles Mora, Rosa Romojaro, Manuel Gahete, Álvaro García, Ma-ría Rosal, José Luis Rey, Pablo García Casado, Fernando Val-verde, José Cabrera Martos, Raquel Lanseros; del árabe al es-pañol los textos de los poetas Iman El Khattabi, Ouidad Benmoussa, Latifa Meskini, Touria Majdouline, Ouafa Lamrani, Mohamed Achaari, Hassan Najmi, Mohamed Bentalha, Nabil Mansar y Abdelkrim Tabbal; del dariya al español los poemas de Ahmed Lemsyeh; del francés al espa-ñol los de Tahar Ben Jelloun, Abdelmajid Benjelloun y Ab-dellatif Laabi; y del español al árabe, los de los poetas La-miae El Amrani, Abderrahman El Fathi, Aziz Tazi y Farid Othman-Bentria Ramos.

Este Mar de Alborán, tachonado de significaciones, pre-tende, como nos recuerda su origen etimológico, crear una «tormenta» en torno al compromiso colectivo de unir vo-luntades para que las diferencias no sean nunca motivo de segregación sino de enriquecimiento, porque solo en este espíritu parece posible la necesidad de la poesía.

Andrés Barba.

CÓRDOBA

yendo edificios con la técnica medie-val de la bóveda tabicada, que tuvo la osadía de patentar tras perfeccionar-la. La ciudad que encontró era muy se-mejante a la que Martin Scorsese nos describe en Gangs of New York: el haci-namiento humano, la pobreza y la fal-ta de higiene campaban por sus respe-tos en viviendas de madera que ardían con facilidad. Los Guastavino, que ofrecían un producto ignífugo, co-menzaron a abrirse camino, no exen-to de dificultades y de bancarrotas, hasta convertirse en los arquitectos de moda, cuyas obras son en la actuali-dad uno de los sellos identificativos de la ciudad norteamericana.

Raquel Lanseros.

Luis García Montero.

Ouidad Benmoussa.

José Luis Rey.

Juan Cobos Wilkins.

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12 Diario CÓRDOBASÁBADO 16 DE ENERO DEL 2021

Cuadernos del Sur

Javier Sánchez Menéndez

Luz

Dudo sí sé quién soy o

si todo es luz. Digamos

que han sido los argu-

mentos o motivos de

pensamiento más re-

calcitrantes durante

todas las pasadas fies-

tas. ¿Quién soy en rea-

lidad? ¿Todo es luz?

Uno puede responder

a cualquier pregunta, uno puede no

responder y pensar. También se puede

limitar a seguir argumentando la lista

de libros recomendados del pasado

año. A fin de cuentas, en las pasadas

fiestas, los medios aprovechan para

hacer «su lista», entre comillas, que es

la lista de todos, de todos los medios.

¡Qué triste es nuestro país! Nos limita-

mos a copiar, a seleccionar títulos co-

mo quien resuelve un jeroglífico, nos

conformamos con tan poco que en to-

dos los medios figura la misma lista

de libros recomendados, sin argumen-

tar más allá de sus grandezas. ¿Cuán-

do llegará el momento de elaborar

una lista con los títulos no recomen-

dados por nadie? O mejor, ¿cuándo

nos atreveremos a decir que tal libro

no hay que leerlo por eso y por aque-

llo? Pero seguimos igual que todos los

años, con pandemia o sin ella, los li-

bros del año figuran en todas las listas.

Usted dirá que es así por merecimien-

to propio, pero le indico que si algún

crítico ha leído algún libro de esos que

aparecen, el ser en cuestión deja de

ser crítico y se convierte en realidad,

realidad verdadera.

A las listas de recomendaciones hay

que hacerles el mismo caso que a la ve-

racidad, o ahora, hay que prestarles

tanta atención como a la ausencia de

libertad de expresión, algo que está en

entredicho. Una verdad siempre es ar-

gumento, dos verdades, se convierten

en sistema. Y más de dos verdades pa-

san a ser falsedades, como las listas de

libros recomendados. Siga leyendo a

los clásicos, es lo que hay que hacer, a

lo de ahora, préstele tan solo la aten-

ción que merece una lista, y son listas

sin luz, listas falsas, listas que nunca, y

digo nunca sin saber quién soy, salen

del corazón.

LAS GUARDAS

El recuerdo de UngarettiEs uno de los tres poetas más importantes de Italia del siglo XXFrancisco Morales Lomas

Giuseppe Ungaretti (Alejandría, Egipto, 10 de febrero de 1888- Milán, 2 de junio de 1970) fue un poeta italiano habitualmen-

te ubicado en la corriente del hermetismo, y, sin duda, uno de los tres poetas más im-portantes de la segunda mitad de siglo en Italia junto a los premios Nobel Eugenio Montale (1896-1981) y Salvatore Quasimo-do (1901-1968). A lo largo del siglo XX ha existido un gran encuentro de la poesía de Ungaretti con España. Uno de los poetas que más atención le dedicó siempre fue Jor-ge Guillén. Y precisamente con este motivo, en 2002 Garbisu Buesa realizó una tesis doctoral con un estudio comparativo de la poesía de Ungaretti y Jorge Guillén bajo el título Purismo español y hermetismo italiano. Coincidencias y divergencias entre Jorge Guillén y Giusseppe Ungaretti. También en 1953 se pu-blicó Poesía escogida de Ungaretti en la Impren-ta Dardo, Málaga, con traducción de Elena Villamana. Pero fue ese mismo año, con motivo del congreso sobre poesía celebrado en Salamanca entre el 5 y el 11 de julio, cuando, invitado por Oreste Macri, intervi-no Giuseppe Ungaretti (tenía entonces se-senta y cinco años), buena parte de su obra escrita y un reconocido prestigio. En los años 90, Edicions 62 publicó una antología de poesía italiana que recogía su obra y la de Carducci, Pascoli, D’Annunzio, Gozza-no, Govoni, Corazzini, Saba, Cardarelli, Montale, Quasimodo, Penna, Pavese, Luzi, Bassani, Fortini, Pasolini y Spaziani.

Se decía que su poesía era vitalista inclu-so en su larga vejez, y, aunque con inmer-siones en la tradición del Renacimiento y del Barroco, y retornos a esquemas forma-les y mentales de la tradición, se podía decir que con él había llegado la modernidad a la poesía italiana. Al igual que Pessoa la había renovado en Portugal y Kavafis en Grecia.

La última traducción de su obra comple-ta al español fue Vida de un hombre, en Edicio-nes Igitur, en traducción del italiano por Carlos Vitale y del francés por Rosa Lentini y Ricardo Cano Gaviria, con prólogo de Ha-roldo Campos.

Hace unos meses se cumplían los cin-cuenta años de su muerte y con este motivo desde la Asociación Internacional de Críti-cos Literarios su presidenta, Neria de Gio-vanni, coordinó la obra Ungarettiana, per i cin-quant’ anni dalla morte di Giuseppe Ungaretti (Nemapress Edizioni, 2020) en la que parti-cipamos diecinueve estudiosos de su obra de Rumanía (Stefan Damian y Turodel Ra-du), Albania (Arjan Kallço), Venezuela (An-tonio Mendoza), Francia (André Ughetto), Argentina (Carlos Vitale), Italia (Pierfranco Bruni, Nerida de Giovvanni, Grazia Dor-miente, Rosa Elisa Giangoia, Anna Manna, Antonio Maria Masia, Valentina Preddaa- Sardinia, Bruno Rombi y Anna Santoliqui-do) y España (Josefa Contijoch, Manuel Án-gel Morales Escudero y Francisco Morales Lomas). Los estudios se han centrado en el análisis de su poesía, la relación con la pin-tura, la traducción, el concepto de dolor y pasión, la dimensión privada y pública y la importancia en América Latina de su poe-

«La última traducción de su

obra completa al español fue

‘Vida de un hombre’, en

Ediciones Igitur»

Si en los comienzos de su carrera litera-ria había publicado un libro titulado La ale-gría (1931), una de sus primeras grandes obras, la antítesis no se hace esperar (una disposición vital frecuente en su lírica) en este nuevo título, El dolor.

Giuseppe Ungaretti se concentra en el propio dolor personal por la pérdida del hi-jo, pero no solo hay un sujeto individual que padece por el dolor privado, sino que hay un sujeto que se objetiva en el dolor del mundo, en la muerte y el oprobio que llega a Brasil desde diversos lugares del mundo, donde triunfa la guerra y la muerte. Una lí-rica que recoge las manifestaciones del sim-bolismo y de la vanguardia en su economía lingüística tanto como la fusión entre lo clásico y lo contemporáneo en una amalga-ma original y de enorme calidad poética, uniendo a autores como Góngora y Mallar-mé: «El hombre, monótono universo,/ cree aumentar los bienes/ y de sus manos febri-les/ no salen sin fin más que límites.// Afe-rrado sobre el vacío/ a su hilo de araña,/ no teme ni seduce/ sino a su propio grito.// Re-media el desgaste levantando tumbas,/ y pa-ra pensarte, Eterno,/ no tiene más que blas-femias».

POESÍA

Giuseppe Ungaretti.

CÓRDOBA

sía… Uno de los libros que, desde nuestro punto de vista, revela su grandeza como poeta es el que lleva por título El dolor, pre-parado durante nueve años, desde 1937 hasta 1946, el periodo clave de la Segunda Guerra Mundial. Tenía cuarenta y nueve años cuando lo comenzó y se encontraba viviendo lejos de Europa, en Brasil, ense-ñando en la universidad de Sao Paulo, des-de 1936 hasta 1942. Pero durante estos años hay un acontecimiento extraordina-riamente luctuoso en su vida que determi-na su creación: la muerte de su hijo de nue-ve años, Antonietto, en 1939: «De rama en rama, reyezuelo leve,/ ebrios de maravilla tus ávidos ojos/ conquistabas su jaspeada cima, / temerario, músico niño».