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Elisabeth Cunin y Odile Hoffmann Elisab erh Cunin . Do ctora en Sociología (Universidad de Toulouse le Mira il, 2000) , invesri- gadora del In stirur de Recherche po ur le D ével oppern enr (IRO-Franc ia). Trabaj a remasrela- cionados con la cons tr ucción de las ca teg orías étnico-raciales en el caso de las poblaciones descendientes de af ricanos, en p ani cular en Col omb ia, México y Belice. Co ordin a actual- menee el pro yec te ANR-AIRO Afrod esc "Afrod escend i emes y esclavitudes: dominaci ón, id en - rificación y herencias en las Am éricas (Siglos XV-XX I)" (hrrp :/ /www.ird.fr/afrodesc) y p arri- cipa en el programa europeo EU RESCL "Slave Trad e, Slavery, Abo l irion s and rheir Legacies in European Hi stories and Idenr irie s", Odil e Hoffmann. Doctora en G eog rafía (Bordeaux, 1983) y licenciada en lingüísrica (Paris 5, 1983). Investigadora del ¡RO-CHICA. Sigu e sus investigac iones sobre poblaciones de origen africano en México y Cenrroam érica, en el marco del proye cto AFROOESC(www.ird.f r/afrodesc) coordinado por E. Cu nin y el proyect o europeo EURESCL en el que coordina el grupo de trabaj o sobre "La construcción de la alte ridad: circulación e identidad en Europa y las Am éri cas". Sir io web person al: hrrp :/ /www.odi lehoffmann .com Res umen Este texto present a un análisis de los proce- sos de clasificación y categorizaci ón étnico- raciales de la pob lación de Belice a lo largo de los siglos XIX y XX, apoy ándos e en los cen- sos demográficos y en los inf ormes d e go bier- no. No nos interesamos ramo en las cifras como tales, sino en las caregorías de conteo y su evo lución, como ind icadores de las lóg icas políticas ele construcción de una sociedad colonial y luego nacional. Mi entras qu e para el X IX los censos dan cu ent a de las di stintas formas de manejo de la p obl ación (tra ns ici ón de la esclavi rud a la libertad, afirmación o negación de la div er sidad étnico-racial), los informes adm in istrativosd ibu jan un model o demogr áfico-te rritori al es t át ico y esrereori- pado como herrami ent a de gestión polírica. Para el siglo XX, se analiza el difícil camino hacia la independencia y los cambios inrro- ducidos por el nuevo Est ad o beliceño (cate- gorías, m erodología, actores) en el pro ceso de construcción de una "identidad nacional". Palabras clave: Raciali zaci ón , cacego rías censales, Belice, políricas de la diferencia, nación. Fecha de recepción: agosto de 20 I O Fecha ele aceptación: abril de 20 II

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Elisabeth Cunin y Odile Hoffmann

Elisab erh Cunin . Doctora en Sociología (U nivers ida d de Tou louse le Mirail , 2000), inves ri­gadora del In stirur de Rech erch e po ur le D éveloppern enr (IRO-Franc ia). Trabaja remas rela­cionados con la construcció n de las ca tegorías étn ico-raciales en el caso de las po blacionesdescend ientes de africanos, en panicular en Col ombia, M éxico y Bel ice. Coordina actual ­menee el proyecte ANR-AIRO Afrodesc "Afrodescend iemes y esclavit udes: dominación, id en ­rifi cación y heren cias en las Américas (Sig los XV-XXI)" (hrrp://www.ird.fr/afrodesc) y parri­cipa en el programa eur opeo EURESCL "Slave Trade, Slavery, Abolirions and rheir Legacies inEuropean Hist ories and Idenririe s",

Odile H offmann . Doctora en G eog rafía (Bordea ux, 1983) y licen ciada en ling üísrica (Pa ris 5,1983). Invest igadora del ¡RO-CHICA. Sigue su s investigac iones sobre pobl acion es de orig enafricano en México y Cenrroam érica, en el marco del proyecto AFROOESC (www.ird.fr/afrodesc)coord inado por E. Cunin y el proyect o europeo EURESCL en el que coord ina el g rup o detrabaj o sobre "La const rucc i ón de la alte ridad: ci rculación e identidad en Europa y lasAméri cas". Sir io web person al : hrrp://www.odi lehoffmann.com

Res umen

Este texto pr esenta un aná lisis de los proce­sos de clasific ación y categorizaci ón ét nico­racia les de la pob lación de Bel ice a lo largode los sig los XIX y XX, apoyándose en los cen­sos demográficos y en los informes de gobier­no. N o nos interesamos ram o en las cifrascomo tales, sino en las caregorías de conteo ysu evo luc ión, como ind icad ores de las lóg icaspolíti cas ele construcci ón de una sociedadcolonial y lu ego nacional. Mientras que parael X IX los cen sos dan cuenta de las di stintas

formas de man ejo de la población (tra ns ici ónde la esclavi rud a la libertad , afirmación onegación de la diversidad ét n ico-racial), losinfor mes adm in istrativos d ibujan un modelodem ogr áfico-territorial est át ico y es rereo ri­pado como herramienta de gest i ón políri ca.Para el siglo XX, se ana liza el di fícil cam inohacia la inde pendenc ia y los cam bios inrro­ducid os por el nu evo Est ad o beliceño (cate­g orías, merodología, actores) en el proceso deconst rucción de una "iden t idad nacion al ".

Palabras clave:Raciali zaci ón , cacego rías censales, Belice, po líricas de la d iferencia, nación .

Fecha de recepción:agosto de 20 IO

Fecha ele aceptación:abril de 20 II

From Colonial Domination to the Forging ofa N ation. Ethnic-racial Categories in Censuses

and Reports and their Political U sesin Belize, 19th-20th Centuries

Elisabeth Cunin y Gdile Hcffmann

Elisaberh C unin. P h. D . in Sociology (U nivers iry ofToulou se le Mirail, 2( 00) , research er arrhe Inst itu r de Recherche pour le D éveloppernenr (nm-Fra nce) . Sh e resea rc hes issues linkedto rh e co ns t ruc t ion of erh n ic-racia l caregories in che case of population s de scended fromAfri can s, pa rt icu la rly in Colomb ia, M exico and Bel ize. Sh e cur re nc1 y coordi nares che ANR ­

AIRD A frod esc "A frodescend ien res y esclavitu des: dom inación, id entificación y heren cias enlas Américas (Sig los X V- X X I) " (h rrp: //www.ird .fr/afrodesc) projecr and part icipares in rh eEuropean program en ri rled: EURESCL "Slave Trade, Slav ery, Aboli ti on s ane! rheir Legacies inEurope an Histories and Id ent iries."

O e! ile Hoffmann . Ph . D . in geograp hy (Bore!eaux , 198 3 ) and a B.A. in Lin guisri cs (Pa ris 5,198 3). Research er a r rhe IRD-CE~ ICA . She co nri nues to resear ch popula rions of Afr ican ori­gi n in M exico ane! Ce ntra l Amer ica as pare of th e AFRü DESC projecr (www.i rd .fr/afrodesc)coo rd inate d by E. Cunin and che European projecr EURESCL in which she coo rd ina res theworking g roup on "T he Co nstrucrio n of Orhe rne ss: circulat ion ane! idencity in Europe ane!rh e Arn eri cas .' Person al web sir e: hrtp ://www.od ileh offmann.co m

Abs rract

This rexr presems an ana lysis of che processesof erhn ic-rac ial classifi cacion ane! caregoriza­tion of the pop ularion of Beli ze in rhe 19 rhand 20 rh cent uries, basee! on e!emographiccensuses and go vern me nr reports. \Y/ e are norso mu ch inr erest ed in figures as such as in checounr ing caregor ies and th eir evolut ion, asind icarors of rhe poli rical logi cs of consrrucr­ing a colon ial ane! rhen a nacional soc iety, Byrhe 19rh cenr ury, censuses reflecr rhe e!ifferenr

ways of managing the pop ulatio n (rransirionfrom slavery ro freee!om, affirmarion or e!eni alof erhnic-racial diversit y), rhe ad m inisrrarivereport s out line a sraric demographic-rerriro­rial model scereorypes as a tool for po lit icalmanagem enL In rhe 20 rh cenrury, rhey una­lyze rhe d ifficul r road ro ine!epend ence andrhe changes inr roe! uced by che new Bel izesrate (caregories, merh odolog y, acrors) in rhepro cess of consrruccing a "nacional idenriry."

Key words:Racializati on , census caregories, Belize, po lirics of d ifle rence. nati on .

Fina l subm ission :Augu sr 20 lO

Acceptance:April 20 11

De la dominación colonial a la fabricaciónde la nación. Las categorías étnico-raciales

en los censos e informes y sus usos políticosen Belice, siglos XIX-XX*

Elisabeth Cunin y Odile Hoffman»

I NTRODUCCIÓN

Por su construcción nacional reciente(ad qu ir ió su ind epend en ci a en1981), su historia ma rcada por mi­

g raciones intensas y diversificadas y porsu tamaño reducido (actualme nte menosde 350000 habitantes), Belice ofrece con­dic iones excepcionales para analizar loscontextos de introducc ión, di fusión yapropiación de las nociones de raza, etni­cidad y nación. Las fuentes disponiblespe rmi ten interrogar los vínculos entrepolítica y usos de las estadísticas censales.En particular, es interesante estudiar concierto detalle las estadísticas "étn icas", lasque trasmiten o incluso forjan las repre­sentaciones acerca de las pe rtenenciascolectivas en el seno de la nación.

Varios autores, beliceños, estaduniden­ses o británicos en su mayoría, exploraron

* Este texto fue elaborado en el marco del pro­yecro de investi gac ión liNK SudS-¡IIKD AFKODESC(IINR-07-sU DS-008 ) "Afro descend ienres y csclavitu­des: dominación , identificaci ón y heren cias en lasAm éri cas (s ig los X V-XX I)" < h [[ p :/ /www. ird .fr/afrod esc/ » y del programa europeo EUKESCL "SlaveTrade, Slavery, Abolirions ancl rheir Legacies in Euro­pean I-Iisrories and Idenriries", -c www.eurescl.eu » .Traclucción : Isabelle Com bes .

la cuestión de la construcción nacional enBelice y pusieron énfasis en la historia, lasnegociaciones geopolíticas, las relacionesinternacionales, más recientemente la glo­balización, es decir, los principales cam­pos de formación y reconocimiento de "lanación" en térm inos clásicos. En su obra,Nigel Bolland I analiza las configuracio­nes de una sociedad colonial marcada porla esclavitud y la explotación capitalistaextractiva, la concentración de poderes y laemergencia de una "cultura criolla". AssadShornan ," actor importante en la transi­ción política de los años 1970-1 980, estu­dia la historia del siglo xx, se interesa enel largo camino hacia la independencia y laconstr ucció n ins ti tucional y po lítica dela nueva nación. Joseph Palacio" enfatiza ladiversidad étn ica del país a partir del casode los garífunas. Anne Mcpherson" insisteen el papel de las mujeres en el periodoagitado y decisivo de la primera mi tad delsiglo xx, mientras Richard Wi lk5 sitúa las

I Bolland , Belize, 1986; S/mg¡;/eJ, 1997 , Y Cu/u­lIirdiJIII,2 003 .

2 Shornan , Par/y , 1987 ; Btlck/a/ki llg, 199 5 , yTbirteeu, 2000.

.\ Palacio, Gtlrijillll/, 2005.·í Macpherson. Colony, 2007.5 \XIi lk YChapin, Etbn«, 1990.

Secuencia 1155] núm. 82, enero-abril 2012

dinámicas nacionales eme rge ntes en elcontexto más amplio de la(s) g lobaliza­ción(es). Partiendo de estos resultados, nosinteresa destacar aquí las prácticas concre­ras de la "fabricación de la nación", o partede ellas, en esre caso las práericas desti­nadas a describir, nombrar y por lo mismodistinguir "unos" de "otros", en un paíspoblado por personas y grupos de orígenesextremada mente diversos y hoy conoci­dos com o criollos (creoles), garífu nas,mayas, east-indians, etc. (véase más abajo).

Propon emos un enfoque basado en lacrít ica de los instrumentos concretos dela construcción colonial y luego nacional ,en este caso las técn icas ad m inistrat i­vas de descr ipción y clasificación de lasociedad . Como lo reeuerda B. Anderson,la definición misma de las fronteras delEstado supone la identificación y el conteode los individuos y grupos que lo compo­nen. "The fiction of the census is that every­one is in it, and thar everyone has one - andonly one- extremely clear place.t'"

Tres preguntas generales guían nues­tra reflexión:

¿Cómo los instrumentos de control dela po blación toman (o no) en cuenta ladiversidad del pobl ami ento? ¿Cómo semodifica a lo largo del tiempo el conceptode la diversidad: de origen, nacional, reli­g iosa, racial, étn ica, etc.? ¿Cuáles son laslógicas subyacentes en las elecciones téc­nicas y cóm o cam bia n, se sucede n o sesuperponen de un periodo al otro ?

¿Q uiénes elab oran los instrumentos(cen sos) y co n qué obj et ivos ? ¿Có movarían estos instrumentos y objet ivos enfunción del marco polírico-insritucional(colonia, aurogobie rno [self-governJllent],indepe ndencia) que les produce?

(, Anderson , I lIJagi lle'!, 2003 , p. 166.

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Si consideramos que la cuestión de loscensos está en el centro mismo de las téc­nicas de "fabricación de la nación" en elsent ido de Anderson, ¿cómo se elabora lacuesrión de la nación, que hace tradicio­nalmente corresponder un territorio conun "pueblo" y una "cultu ra compart ida",en un contex to colonial parti cularmenteoriginal que no corresponde o correspondemal con este esquema?

El contexto analizado aquí es tan espe­cífico que determina gran parte de las res­puestas a estas preguntas. Belice" es unpequeño país de Centroamérica que miraal mar Caribe al este, vecino del gigantemexicano al norte, de Guatemala al oestey de H onduras al sur. Es también un paísanglófono en el corazón de una Centro­américa de habla hispana, con un fuerteporcentaje de población negra y criolla"en medio de países de tradici ones indí­genas y mest izas; se volvió oficialmentecolonia (británica) en 1862, medio siglodespu és de que sus vecinos habían logra­do su indep endencia, inde pende nc iaque sólo alcanzó a final es del sigl o x x(1981), mucho después de las últ imas olasde descolonización que empeza ron en losaños 1960. Belice es, en sum a, un pedazodel Car ib e encallado en Centroaméri­ca, un a fachada caribeña y un interior"lat ino", un mosaico de criollos, ind íge­nas y mesti zos pero también de ga rífu-

7 Belice se volvió colonia de H onduras Brinínicaen 186 2, y rerom ó el nombre de Belice en 197 3.Cuenta con 322 000 habiranres según la esrimación de2008 del Insriruro de Esradísricas de Belice (SrarisricalInsrirure of Belize, <hrrp://www.srarisricsbelize.org .bz/» .

H Del ing lés "creole", que remi re a los descen­dientes eleeuropeos (principalmente brit ánicos) y afri­canos.

ELl5ABETH CUNI N y OOILE HO FFMANN

nas," chinos, hindúes, menonitas, un país"de sfasado" en relación con el resto d eCe ntroamérica: no faltan las imágen escontrastadas - y a menudo estereotipadas­que procuran describir este territorio y supoblación que escapan de los modelos delos países vecinos.

D e hech o, aunq ue geográficamenteubi cado en el virreinato de Nueva Españadesde el sig lo XVI, este territorio escapadesde el origen al control de los españo les.Es, por el contrario, rápi da me nte alcan­zado por poblaciones fluctuantes de nave­gantes más o menos piratas o contraban­dis tas, muy poco numerosos, quienes nobuscan tanto fundar una colonia de pobla­ción como garantizar un "asentamie nto"tsealemeni), un espacio de vida proteg ido delas incursiones militares europeas. Frentea estos recién lleg ados, las po blacionesindígenas autóctonas (maya mopán y ker­chi) se hicieron tan discretas que siguieronsiendo mal conocidas, incluso desconoci­das, prác t icame nte hasta el sig lo xx. Du­ran te varias d écad as y hasta 18 34 , lapoblación se compone oficialmente de unamayoría de esclavos, de alg unos negros omulatos libres, y de una minoría de "blan­cos" madereros (aproximadamente u nadécima parte de la po blación). Su origenb ritá nico les perm ite tener u n pote ntealiado, la corona britán ica, q ue los de ­fiende hasta el punto de fundar en 1862una "colon ia " que si n embargo debeenfrentarse con las pretensiones territoria­les mexicanas y guatemaltecas. Alg unasdécadas antes, a inicios del sig lo XIX, un aminoría ga rffuna se había instalado al sur

y Los garífunas son los descendi enres de pob lacio­

nes de orige n africano e ind ígena, llegadas desde la islade San Vicenre. Gonz ález, Black , 1969. y Cayeran o yCayemn o, Grlriflll/{/, 1997.

del pa ís. Poco numerosa incluso hasta hoy(sólo está presente en ape nas cinco locali­dades), la com unidad gar ífuna es impor­tante por su pap el político y cult ural.O tras comunidades, representantes ded iásporas clásicas en el Caribe (hindúes[east-indiam], chi nos, sirio-libaneses) tam­bién está n p rese ntes en Beli ce desde elsig lo XIX.

La dinám ica dem ográfica, extre mada­mente débil durante siglos, empieza a des­pegar con la llegada masiva de refugiadosdel norte, es deci r de México, que huyende la g uerra de Castas de Yucatán en laseg unda m itad del sig lo XIX. In d ígenasde varios g rupos m ayas, ladinos, m esti­zos, criollos, españoles o yucarecos se vuel­ven m igrantes tem porales o permanentes,y m uchos se ins ta lan en la m itad norteñade Belice.!" desarrollando su agricultura.En 1893 el tratad o Ma riscal-Spencer apa­rece corno una solución al p rob lema fron ­terizo entre am bos países. Beli ce no vecon malos ojos un a consolidación demo­g ráfica de esta porción de su territorio ,mie ntras México busca ante todo pacificarel territorio y acepta, aun con reticencia,esta redis tribución de la población. Ya apartir d el fin de la g ue rra el gobiernomexicano favorece las mig raciones devuelta hacia el sur de México. En cam bio,la t en si ón sig ue fue rte ent re Beli ce y

111 L'lSdenominaciones son extremaclamenre com­plejas, sobre roda las qu e se refieren a los habitantesorig inarios de Yucarán: los qu e son llam ados "mesri­zas" de/lado mexicano son calificados de "lad inos","españoles" o "hisp ánicos" (sjJrlll irml, spauisb,bisjJrlllic)

de l lado brir:ínico. El t érmino mi sm o de "mes t izo"se presea a confusión, pu es designa en Yucarán a losindígenas recién "aculrurados ", mientras se aplica m:Í5en el resto de M éxico a los indi viduos qu e ya no sereconocen como indígen as .

Los CENSOS E INFORMES ÉTNICO-RACIALES Y SUS USOS POlÍTICOS EN BELlCE 157

G uatemala, incluso desp ués de la inde­pen denc ia de 1981 y hasta nuestros días.Pero esa es otra historia. L1. primera mitaddel siglo xx ve sucederse fuertes movi li­zaciones populares en contra de la extremapobreza y la domi nación colonial quedesembocan en la obtención del derechode voto (1954), el estatus de autogobier­no en 1964 , y finalme nte la independen­cia en 1981.

Este breve resumen refuerza la ima­gen de un contexto muy específico,selladodurante varios sig los por la incertidum­bre político -adminis tra tiva y territorialasí como por una ma rginalización tantogeográfica como política en el escenariocentroamericano.

Este contexto orienta, pues, los méto­dos adoptados para contestar a nuestraspreguntas iniciales. La interpretación sebasa, por cierto, sobre el análisis diacró ­nico de los censos de Belice, desde el pri­mer conteo de la pob lación en 1816 hastael censo del año 2000, pero, más que losresultados (cifras), nos interesan aquí lascondiciones de su elaboración, las catego­rías utilizadas, las recome ndacio nes queacompañan los censos, y su uso. De estamanera, desde nuestro punto de vista, loscuestionarios de los censos arrojan tantao más información que los cuadros deresultados . Esta perspectiva sigue la pro­puesta de D avid Kertzer y Dom iniqueArel" en su obra dedicada al papel de loscensos en la producció n de identidadescolectivas, en particular a través de las ca­tegorías étn icas y raciales. Estas rebasanpor m ucho su estatu to de "instrumentotécnico" y traducen el estado de conoci­miento de las elites técnicas e insti tucio­nales del país al momento del censo. Las

11 Kerr zer y Arel, "Censuses", 20 02 .

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catego rías se vuelven así una expresión de"lo colectivo", colonial o nacional, tal ycomo es percibido y representado por laselites. Pero pueden a su vez influir, y hastacondicionar las relaciones entre los g ru­pos así construidos y calificados por loscensos sobre criterios prese ntados comoétnicos, raciales, relig iosos, reg ionales, denacionalidad , etcétera .11

SIGLO XIX-PRIMERAMITAD DEL SIGLO X-.'C.

D ELA GESTiÓN DELA POBLACIÓNALCONTROLDEL TERRITORIO, LACONSTRUCCIÓN DE LAS DIPERENCIAS

Empezaremos este relato "contado" conlos primeros censos de población, a ini­cios del siglo XIX. En esta época, las riva­lidades ent re las potencias europeas prohí­ben hablar de un "territor io" británico , yel compro miso británico se limita primeroa la contabi lización de la población quele es más cercana. Poco a poco la fijaciónde las fronteras y el reconocim ien to delos países centroamericanos (fin del sigloXIX) llevan a Gran Bretaña a privi legiarel control económico y político del terri­torio. Siempre en desfase y a men udo acontracorriente de sus vecinos, H ondurasBritánica se organiza poco a poco, en unaprecariedad generalizada y una extremadebilidad demográfica que, juntas, marcan

12 Esta idea remire al análisis de Bourdieu en r ér­

m inos de lucha de clas ificaciones o lntte / 111111"les das­sements, cuando d ice "la sociolog ía debe tomar porobjeto, en lugar de some terse a ella, la lucha por elmonopolio de la repr esentaci ón leg írima del m und osocial, esra lucha de clasifi cación qu e es una dimen­sión de cualq uier tip o de lucha de clases, clases deedad , clases sexuales o clases sociales", Bounlieu, LC¡YI/I,

198 2, pp. 13-1 4 , rrad ucci ón nuest ra,

ELl 8ABETH C UNIN y ODILE H OFFMANN

sin duda su especificidad en relación conG uatema la y con México.

Contar a la lJOb/aciól/: filletllacionesdelas categorias étnico-raciales

La victoria de G ran Bretaña sobre Espa­ña en la bata lla de Saint George's Caye,el lO de sep tie m bre de 1798 , marca, almenos simbólicamente, la adscripción delterritorio beliceño al imperio británico.Sin embargo está lejos de poner fin a lasrival idades entre las po te ncias colonia ­les por el control de Belice, y no se tra­du ce en un nuevo compromiso de GranBretaña para desarroll ar y adm inistrar elterri torio. Esta situación ambigua, entreestra tegia de dom inació n frente a Espa­ña, lueg o México, y un desinterés dehecho por la sociedad local q ue se esta­blece, se vuelve a encontrar en los cen­sos: ya que Gra n Bretaña no puede, o noqui ere, controlar un territorio cuyas fron­teras son pro blemá ticas y q ue sig ue sien­do en gran medida desconocido y difí­cilmente acces ib le, apunta an te todo acentrarse en la población. Así, los censosson bastante numerosos a inicios del siglo(1816, 1820, 1823, 1826, 1829, 1832,1835, 1840) Ydesem bocan en una cate­gorización extremada me nte m inuciosaen 1861.

En el cuadro 1 presentamos las fuen­tes exactas con algunas de sus caracterís­ticas, entre ellas la "autoría" del censo(ad ministración). Sólo precisemos aquíque estos son elaborados por la adrninis­traci ón colonial cuya sed e es J am aica,hecho q ue introdu ce ciertos sesgos, comoveremos a continuación. Se corro bora asíq ue el lugar (en el sentido de /OC/lJ, lugardonde se enuncia la palabra) de elabora-

ción del censo influye directamente en losresultados del mismo.

En esta primera mitad del sig lo XIX

lo que está en juego es ante todo gestionarel paso de la esclavitud a la abo lición (lat rata es abo lida en 1807 y la esclavi tuden 1834) y tomar en cuenta a una nuevapoblación libre no blanca. Los censos de181 6, 1820 , 1823, 1826, 1829 y 1832considera n de esta manera cuatro catego­rías: blancos (whites) , de color tcolonred),negros (b/aeks) y esclavos tslaies): se piensay se organ iza la sociedad alrededor de estadistinción estructuran te que sólo conciernea las poblaciones descend ientes de euro­peos y africanos.15 Sin embargo, ya en estaépoca ot ros g rupos viven en el territorio:misquitos, garífimas, mayas. Pero no inte­resan a los ad mi nistradores britán icos,enfocados en la ciudad por tuaria de Belicedesde la cual se gestiona la explotación delos recursos forestales. Se dan informacio­nes suplementarias (nom bres) sobre, porun a parte, los jefes de fam ilia (heads 01lalllilies), calificados como personas (Iler­SOl/S) a partir de 1826, y sobre los esclavos(nombres, edades) por otra pa rte : ambosconsti tuyen de hecho los dos pi lares de lasociedad, aun si sólo los primeros son con­siderados como "fam ilias" o "pe rsonas".En 1821 y 1834 se elaboran registros deesclavos que da n a conoce r en particu ­lar fichas ind ividuales para cada esclavo(en 1834).

Los censos de 1835 y 1840 suprimenla categoría esclavos , reemp lazándolapor la de trabajadores ap rendices tappren­tieed labourers) : la esclavitu d fue abolida,pero el ant ig uo esclavo sig ue teni endoun esratus aparte y debe ser enma rcado .De manera reveladora, se constata qu e la

l.' Bollancl, Srntggles, 1997.

Los CENSOS E INFORMES ÉTNICO-R ACIALES Y SUS USOS POLíTICOS EN B ELlCE 159

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presentación de los resultados es exac­tamente idéntica antes y después de laabolición (un cuadro estándar de páginadoble, cuya última columna cambia denombre), y que la categoría trabajadoresaprendices proporciona las mismas infor­maciones (nombres, edades) qu e las quedaba la categoría esclavos. Dos dinámicasparecen entonces superponerse: la gestiónde la esclavi tu d y de la abolición, y laintroducción de categorías racializadaspara medir la población libre.

Un acontecimiento llega a trastornareste modo de aprehensión de la población:la llegada, a part ir de 1847, de refugia­dos yucarecas huy endo de la guerra deCastas del vecino M éxico .!" visible en elcenso de 1861. Aun cuando la poblaciónera muy poco num erosa' ? (5 653 perso­nas censadas en 1826, un poco me nos-4235- tres años después), aumenta con­siderablemente en 1861 (25 635 habitan­tes), con casi la mitad de la población enel norte, en la frontera con México.

En este censo de 1861, el criterio anun­ciado como "raza" se refiere de hecho auna multiplicación de las caregorías (42)que pre tende dar cuenta de la diversidadde la población. Las denominaciones mez­clan referencias a la raza, a la lengu a o ala nacionalidad, con un lujo de precisiones:anglohispánico (clIlglohispanic) diferenciadode español-inglés (spallish english), o fran­cés-portugués (jrendJ portltgms) de portu­gués-francés (portltglte.r french) por ejemplo.O bien la declinación de ocho categoríassólo para los "ingleses": anglosajón, anglo-

li Recd, Goerr», 2002 .IS y probab lemente subest imada, como lo indi ­

can los adm inisrrndores br it ánicos. en panicular porla poca devolución de los cuest ionarios mandad os a lost raba jado res (oresrnles.

honduras, angloafricano, angloamericano,angloindio, anglohispánico, anglofrancés,anglocarib. Este censo evidencia la insis­tencia en definir y describi r las categoríasde mezcla a partir de criterios múltiples yno jerarqu izados. Muchos se refieren a lanacionalidad pero interfieren, "cuando esnecesario", con calificat ivos más genéri­cos (coolíes)o étnicos (carib, indio). Mien­tras sólo se tomó en cuenta a la poblaciónblanca y negra y sus mezclas en los censosde inicios de siglo, el censo de 1861 int ro­duce algunas de las categorías que perdu­rarán (con algunos ajustes sobre los cualesvolveremos) hasta fines del siglo xx: an­glo , africano, indio, español, carib, sirios,chinos, coolíes. Finalmente, debe notarsequ e las nacionalidades mencion adas serefieren todas a las europeas, y excluyen,en particular, a México y los países cen­troamericanos. Estas "naciones j óvenes" !"no parecen ser pertinentes para los admi­nistradores encargados del censo, que tie­nen un enfoque estrictamente europeo.Por otra parte, un buen número de lascategorías compuestas, que no serán reto­madas después, reflejan , por un lado, eldin amismo de la población y, por el otro,la volunra d de describi rlo. Al m ism otiempo, volveremos sobre el punto, la pre­cisión de estos datos no parece realmentepertinente en una lógica de contro l de lapoblación.

La segunda mitad del siglo XIX ve unreforzamiento de la presencia británica en

Jr, Estas naciones fueron sin em bargo reconoci­das por Gran Bretuña, desde 18 24-1 8 25 en el casode México, y desde 1839 (fin de la repúbl ica federal deAmérica Central) en el caso de G uarcrnala. En 1859.un acue rdo ent re Gran Brerañ a y G uatemala I, jabala frontera ent re este último país y la furu rn Hond urasBrit ánica. Fue cuest ionado en los años 1930 .

Los CENSOS E INFORMES ÉTNICO-RACIALES Y SUS USOS POLíTICOS EN BELlCE 163

Belice, con la adopción oficial del estarusde colonia en 1862. Mientras los vecinoscentroamericanos ya son independientes,se trata ahora de reafirmar la presencia bri­tánica en la región . l as relaciones con lasnuevas naciones centroamericanas se nor­mali zan y, en 1893, el tratado Mariscal­Spencer define la frontera entre Méxicoy Belice. U na vez definido este marco ins­titucional (colonia) y diplomático (fron­teras), Gran Bretaña puede entonces de­di carse más directamente al control deeste terri torio que le pertenece oficial­mente y cuya extensión es reconocida .Paralelamente, el agotamiento de la gue­rra de Castas y la nueva presencia delEstado mexicano en la front era (creacióndel territorio de Quintana Roo) ponen fina las migraciones desde México haciaBelice y abren la vía a las migracionesde regreso, esta vez desde Belice haciaMéxico. Surgen entonces debates acercade estos hab itantes de origen mexicanoque deciden quedarse en Belice: más queespañoles o ladinos, deben ser considera­dos como br itán icos, y jurar fidelidad a lacorona bri táni ca.17 De hecho, con el cam­bio de siglo prevalece ante todo una lógica

17 El l de octubre de 1898, e! edirorinlisra delColonia] Gllardiall respond ía en esros térm inos a unvecino de Corozal, en la frontera con México, qui enevocaba la falta de participación de una escuela cató­lica de la ciudad en las celebraciones de! centenario dela baralla de Saint Georges Caye: " if rhe idea bebecause rhe Corozal people l...] have some Spaniardsblood in rheir veins and, therefore, oughr nor takepart in rhe celebrarion, ir is a preposterous one. T helave of civil and relig ious liberry should be above theprejudice of race, and rhe really crue lover of free­dom , whether he be of Eng lish, Spanish or of anyot her exrracrion, rejoices when un oppression or atyranny has been overrhrown l..,l.T here is che ques­rion of loyalty ro the flag thar flies over us, securing

164

de gest ión del territorio - y no tanto de lapoblación como antes- y de afirmaciónpolítica de pertenencia a la colonia . l oscensos de la época lo muestran: a finalesdel siglo XJX (1871 , 1881 , 1891) e iniciosdel xx 0911 , 1921 ,1931) ya no men­cionan las pertenencias raciales y/o étni­cas .!" Se t rata de afirmar la presen ciaing lesa, que se concreta a través del con­tro l del territorio; la identificación polí­tica con la colonia reemplaza las identifi­caciones étni co-raciales . Volvemos aencontrar aqu í la visión "clásica" del sigloXIX imperial, que asocia territorio, pue­blo, Estado y nación - visión cristalizada enla conferencia de Berlín de 1890 y teori­zada como "modelo westfaliano '" !"

Gestionar a la /Joblación: constmcci ánde nn modelo invariante

Paralelamente a los censos de población, seelaboran informes regulares que apuntana sintetizar las principales informacio-

ro every inhabitanr of Briri sh H onduras che rnosrarnple civil and relig ious liberty".

1"Interesante es notar que, en el censo de 190 1,se hace un balance de los censos ant erio res (1826,1829, 1832 Y 1835): la división en cuatro catego ríasque ya evocamos se tran sforma en una clasificaciónmuy diferente ent re personas libres <freejJm OIlJ), escla­vos (J!(I/'eJ) y tropas (I roO!'J), como si la lóg ica racialoriginal se reinrerprernra a la luz de un enfoque queprivi legia e! esrarus y ya no la perte nencia racial. Lamención de las "tropas" no es casual, en este periodo(años 1820-1830) cuando e! rerrirorio de Belice ad­quiere una importancia comercial estratégica para e!conjunto de América Central sacud ido por las guerrasde independencia y sus consecuencias. Se tenía qu eproteger los puerros y los transportes.

19 En referencia al tra tado de \'(fes t f.~li a de 1648que inauguró los Estados modernos en Europa, Badie,Fi ll, 200\.

EUSABETH C UNIN y O OILE H OFFMANN

nes sobre Belice; estos informes abordanmúltiples cam pos (historia, eco no mía,infraest ructuras, erc.), entre ellos la po bla­ción. Fuero n pub licados regula rme nte enLon dres, lueg o en Belice, entre 1888 y1965, Y se dividen en tres t ipos: ColonialReports , Handboolss y BINe Books (véase cua­dro 2). Mientras los censos anteriorme nteestud iados ap untaba n a dar una cue ntacada vez más precisa de la compos iciónde la población (hasta el caso extre mo de1861), y luego ignoraron las diferencia­ciones étnico-raciales (desde 1871 hasta1931), estos informes parecen const ru iruna realidad social sin referirse a los cen­sos. Llegan así a forjar un a imagen este­reotipada e inmutable de los diferentesgrupos, asociándolos con un territorio de­lim itado y con la historia de su llegada aBelice. Se adv ierte, de esta manera, un aforma de rei teración in stitucion al q ued ibuja un modelo invariante de config u­ración de mográfica de Belice y justificauna po lítica estandarizada, conocida comodit¡ideallc/ttrle.

En el Handboo]: 01 British Honduras,1888-1 88 9 , Lindsay Bris towe y PhilipWr ig h t, representantes de la coronaing lesa, contemplan así cuatro categorías:los ind ígenas, los ladinos - también llama­dos españoles (spalliarc/s) o eleme nto espa­ñol (spallish elelllenf)- los de color o criollosy los caribs. Los primeros ocupa n el nortedel territorio, "they live industriuously andinoffensively in villages scat tered over the[N orthern and N orth-W estern] disrricr ,cult iva ti ng their parch es of maize andpulse in small and neatly end ose fieldsknown as lIlil/Ja". Los ladinos, también ubi­cados al norte y descendientes de espa­ñoles e ind ígenas, se caracterizan por un a"freedorn of thoug ht and manners, as wellas inforrnation and enrerprise. To this class

most of rh e a rt isans and opera t ivesbelong.":" A p ropósito de los caribs de lazona sur del país, se recuerda que

che usu al division of labour among sav­age narion s is observed by thern. T he dailydrudg ery of che househ old is belongs roche women , who also cult ive che small fieldsin which che cassava [. . .] and orher cropsare raised. The man pursue rheir hunringand fishing , and underrake che more severelabours artendanr upon che buildi ng of rheirhu rs.:"

Finalmente, en cuanto a los criollos"ofEuropean and African descenr", vivenprincipalm ente en el centro del país y for­man "a hard y, strong , and vigourous raceof people, wh o are the woodcur ters of rheinterior, and the main instrument in keep­ing up the commerce of the colony" .n

Se establece de esta manera un a aso­ciación población-territo rio q ue se basasobre un a calificación este reotipada de laspoblaciones (identidad , ocupación). Losindios y mest izos españoles al norte, losnegros, los criollos y los garffunas en elcentro y el sur. Est e modelo general novarió hasta 1965, fecha del último informecorrespo ndiente a la ob tención de l esta­tus de aurogo bierno (selfgovernlllellt) (1964)para Belice. En los Colonial Reports, estadesc ripción se repi te de manera idé nticad urante larg os p er iodos 0931-1938,1946-1950, 1954-1957) Ylos cambios entodo el periodo (1898-1965) son insigni­ficantes. La reiteración más parece cum­pli r con una funciónde balance anual obli-

211 Brisrowe y \1V'righr, f-l(/lid/;ook , 1989, pp . 20 1­202 .

2 1 tu«, p. 203.22 lbid., p. 202 .

Los CENSOS E INFORMES ÉTNICO-RACIALES Y SUS USOS POLíTICOS EN BELlCE 165

T itn]»

1\I70J (di.rjJollibleJ en los(m -!Jh 'OJ)

Cuadro 2. Informes

Comentarios

Blue Book1884 1885 , 1886, 1887 , 1888,1890,1891 , 1892, 189 3, 1894, 1895, 1897,1898, 1899, 1900 , 1901 , 1902, 190 3,1905 , 190 7, 1908, 1909, 1910 , 19 11,1912, 191 3, 19 14,1 9 15,1 917, 1922,192 3, 1924, 1925, 1926,1 927-1931 ,1932,1933,1 934,1 935,1 936,1 937,1938, 1940, 1943, 1944.

Colonial RejlOrt.r1898, 189919 10 , 191 6, 192 4 -25, 192 5, 1926 ,1927 , 1929, 1930, 1931, 1932, 1933,1934 , 1935, 1936, 1937,1938, 1946,1947,1 948,1950,1 951 ,1952,1 953,1954 ,1 955, 1956, 1957,1 958,1 959­1961 , 1962- 1963,1 964-1 965.

Tbe Hnudbool: 01Briti.rb Honduras1888-1 889 y 1925.

Libros gruesos, num erosas informaciones sobre diferent esaspecros de Belice: rasas; rentas y gasros (rruís comparación,recapitulaci ón); deuda pública; municipalidades; obras públi­cas; leg islación; establecimiento civil; pensiones; cónsulesexrranjeros; población y esrud ísricas vitales; asuntos eclesiás­ricos; educación; divi sas; importaciones y exportaciones;marina; produ cción; trabajo; asuntos crimi nales; hospitales,etcétera.Muy cuant itativo.

Libros pequeños y cortos, resúmen es.El úlrimo cam bia de nombre: Brit isb Hondnrns Report,1964-1 965 (full interna l self-government , firsr general eJec­t ion in 1965).

Otro instrument o de gestión, común a todas las colonias,mezcla de cifras y comentarios, pequeño pero muy completo.

Fuente: Archivos Nacionales de Belice ( Belize Archives).

gatorio dirigido a la metrópoli que de ver­dadero análisis actua lizado:

the Coro zal and Orange Walk Di stricts areinh abiced ptincipally by che descend ancs ofth e Spanish and Maya peop les, The SrannCreek D isrri ct is peopled, in th e main, byCaribs, whil e in che Toledo Dist rict Caribsand Maya predominare, In rhe Cayo D isrrictare Guarern alrecans, Mexi cans and a fewSyrians. In rhe Cap ital the "Creoles" (de­sce nde nr of rhe earl y se rrlers) ar e in rhernajority, bur rhere are also a large numberof people of Lat in exrracrion from rhe neigh -

166

bouring republics, and Syrians and Chinese.There is a lirn ired number of Europeans andUS cirizens.r"

Sin embargo, un comentario que tarn­bién se repite acompaña esta descripción:"owing ro intermixing, racial classifica­tion of the population is difficult andunreliable". Los informes se basan enton­ces sob re la re iteración de un modeloétnico -racial, al mismo tiempo que pre­cisan que el mestizaje impi de clasificar a

" Co!o/lia! l?ellllrl , 1931.

EU5ABETH CUNI N y ODILE H OFFMANN

la gente mediante criterios raciales. . . Así,se observa a la vez un reconocim iento yun a negación de l mesti zaje; de hecho, suevocación contribuye a reac t ua lizar lascategorías "orig inales" (españoles, criollos,caribs, mayas), m ientras se integra a nue­vos grupos definidos a partir de su nacio­nalidad (mexicanos, guatema ltecos, sirios,chi nos) . N o se contempla a los colonosbritánicos en este esquema, mientras todoslos "otros" son considerados como migran­tes (incl uso los mayas , que ven negada suautoctonía). Si bien no escapan de unaasignación idenri taria, los criollos repre­sentan, porque están más cercanos de losblancos, el fund am ento de la sociedad: loscriollos, "together with the wh it es, are,in fact, th e backb one of the colony".2'í

Gran Bretaña instaura, en defi ni tiva ,un modelo de sociedad que mezcla las per­tenencias raciales, cul turales, geográficas yen el cual "cada quie n está en su lugar",yeso en e! mi sm o m om en to en que loscensos de pob lación abandonan las cate­gorías étn ico-raciales (fin de! sig lo XIX,

inic io del xx). Esta est rateg ia de alteriza­ción (en referencia a las migraciones y sinautoctonía) just ifica la do minación de unpequeño grupo: los primeros migranteseuropeo s apoyados por los criollos de esta­tu s am big uo, a la vez otros y fundadoresde esta sociedad .

LA LENTA MA RCI-IAHACIA LA INDEPENDENCIA.¿CUAL NACiÓN CONSTRUIR?

A inicios del sig lo xx los p rimeros "estre­mecim ientos", pri ncipalme nte sociales yeconóm icos, adq uieren un a dimen sión

2 1 Brisrowe }' \'\frig hr. f-[(//It!!){)ok. 1989.

política. Sin em bargo , no se habla tod a­vía de ind ependencia. La prioridad es lagestión de una pobreza extrema, a veces dela hambruna, que desemboca en motinesraciales (raee riot) en 191925 y en el naci­miento de los sindicatos . Al igual que enel resto de Cenrroarnérica (manifestacionesan t igarífu nas en H onduras, revueltaspopulares duramente reprimid as en ElSalvador), los años 1930 son ag itados. EnBelice, el huracán de 1931 marca el iniciode la movili zación popular. Esta se acen­túa después de la segunda g uerra mun­dial, en reacción contra la devaluación(949), y se organiza alrededor de la fu n­dación del primer partido polít ico local, elPUP, Peopl e's United Party (950), y lahuelga naciona l de 1952. El gobie rnocolonia l autoriza el derecho de voto en1954, proclama el aurogobierno en Beliceen 1964 y, a parti r de los años 1960, lasindepe nde ncias de los demás territoriosde las Indias O ccidentales (Wes t Indies),La ind epend encia de Beli ce "se arrast ra"hasta 1981, frenada p rincipa lme nte porel conflicto fronterizo con Guate mala.i"

¿En qué medida los censos traducen oin forman sobre estas transform acionesradicales de la sociedad , p rimero organi­zada bajo una forma colonial, lu eg o deuna nación independiente? Procederemosal igual que para el ante rior pe riodo, ana­lizando las categorías utilizadas y su evo­lución (véase cuadro 3).

Periodo 1946-vísjJera de la independencia

Este periodo está marcado por tr es cen­sos, en 1946, 1960 (aunq ue sin resulta-

" Ashclown , "Growrh", 1985.2(, Shoman, Tb irteeu, 2000 .

Los CENSOS E INFORMES ÉTNICO-RACIALES Y SUS USOS pOLíT ICOS EN B ELlCE 167

Cuadro 3. Censos desde 1946 hasta 2000

1946 " 1960 " 1970 ' 1981" 1991 ' ] O()Of

N eg ro (/;1m-k ) African o, neg ro N eg ro! N egro (/;Iack )!

(afric{lII . b/ack . B/ack africano

negro) Cr iollo (creo/e) C riollo (creo/e) Criollo (creo/e)

Mezclad o o d e Me zclado

color (lIIix ed (lII i x ed)

orm/olll r:d) Mest izo Mestizo Mesti zo

Ind io am eri can o Amerindio Maya Maya rnop án Maya mop án

(a lllerimll i lldia ll ) (cl/ller illd iall) Kerchi Ketchi maya

Kerchi maya

O tr os m aya Maya yucareco

Carib Garífuna Garífuna Garífuna

Blanco Europeo Blanco Blan co Blanco Blanco/caucásico

(u 'bi/e) (o blan co) (cancasi«II!1I'b i /e)

Portugu és Alem án/h oland és/ Menoni ta

men on ita

Sirio Sirio Sirio/liban és Siri o/libanés

[ {IJ/ illdiall [ {IJ/ i lldia ll EaJ/ illdiall [ {IJ/ i lldi {1II ludian [ a J/ i ll d itt ll

(hind ú)

C h inos Chinos (y C h inos Ch inos C h inos Chinos

jap on eses)

O tras razas y Otras razas Otras razas Otros Otros

tocios los g rup os

m esti zos

Sin esrarus Sin esratus Sin esrurus D K/NS DK/N S

Fuentes:

" IVeJf l l1t/úlII CCIIJIIJ 1946, 1948.h \\'IeJf ludia Popnlatio» CeIlJIIJ, 1960, vol. l .e 1970 PO/III/af i ()J1 CCIIJIIJ, 1976, vol. 7.d 19S0-1981 PO/'II/ rl f ion CeIlJIIJ, vol. 1.

v 1991 PO/III/af ioll Censas, y 1991 PO/III/rl /i oll allt! ¡"¡OIlJillg CCIISIIJ.

,.Belize. A bstnnt o( Stntist ics , 200 1.

168 EUSABETH CUN IN y OOILE H OFFMANN

dos) y 1970. Se elaboran en el marco gene­ral de las Indias Occidentales y se aplicanen Belice, con una abierra voluntad decomparación en el conj unto del Caribeanglófono. Así, en 1946, el censo se aplicaal mismo tiempo en Barbados, Guyana,H onduras b rit án ica (Belice), las islasLeeward , Trinidad y Tobago, Dominica,G ranada, Santa Lucía y San Vicente. Setrata del pri mer censo planificado para elconjunto de las Indias Occidentales eincluye una detallada lista de instruccio­nes idénticas para todas las colonias impl i­cadas. Se t rat a enton ces de afirmar lafuerza y la unid ad del imp erio británico.Estamos ante todo en una lógica de inser­ción en el conjunto del imperio y de ges­ti ón casi mecánica de los territorios ypoblaciones.V

Sin em bargo, al mismo tiempo, loscomenta rios incluidos en los censos evi­dencian hasta qué punto Belice difiere delresto de las Ind ias Occidentales. De estamanera, en los censos de 1946 y 1970, unpárrafo específico se dedica generalmentea Belice (y también a Gu yana), recordandola dificultad de integrarlo en el modelogeneral de las Indias Occidentales: se con­sidera corno menos hom ogéneo racia l­mente (lessracial/y bontogeueons), el porcen­ta je de su po blació n amerindia es másimportante, concentra la casi totalidad delos caribs (garífunas) de las Indi as Occi­dentales. A pesar de eso, y si bien se diag­nostica adecuadamente esta situación dedesfase, Belice es demasiado chico, dema­siado poco poblado, y no se llega a la ela­boración de nuevas categorías o a la adap­tación del modelo general de censo.

27 Un ejemplo extremo es la utilizaci ón de cate­gorías co rno "portugués", que no tienen sentido en

Edice.

U no de los debates más animados essobre la cuestión de las categorías mixtas.En efecto, se transforman los criterios quetoman en cuenta el mestizaje: en 1946,se recomienda clasificar como neg ros(blacks) a los hijos de mest izo (lIlixec!) ynegro.2H

Sin em bargo, este enfoque cam biaa partir de 1970; se trata entoncesde tenerparr icular cuidado con el "así llamadogrupo mestizo" tso-called Mixed gronp). Loshijos nacidos de padres mestizos o miem­bro s de dos g ru pos raciales d iferentesdeben ser clasifi cados corno mestizos.Desmarcándose así de la política británicadel divideand ruleque tiende a distinguircada categoría étnica, el censo de 1970,elaborado a la escala de las Indias Oc­cidentales, prefiere insistir sobre las ca­t egorías del m esti zaj e y no so bre lasque rem iten a un origen úni co. En esemomento en el cual num erosas coloniasbri táni cas logran la inde pe ndencia (yBel ice el aurogobie rno), podernos porsupuesto interrogarnos sobre esta coinci­dencia ent re valorización estadística delmestizaje y construcción de las identida­des nacionales.

En el caso de Belice la torna en cuentadel mestizaje es todavía más compleja. Enefecto, en las Indi as Occidentales el mes­tizaje arañe sobre todo a los descendientesde poblaciones de origen africano mezcla­dos con poblaciones ya sea de origen euro­peo o de origen asiático. Ahora bien , lostrabajos clás icos de Mich ael Garfi eldSmirh,"? en los años 1960 , han demos­trado el carácter dua l de la composiciónde Belice, div idido ent re un segmentocriollo negro-blanco tnegro-sohite creole) y

2" \1"/eJ/ I lIdi,1I/CmJItJ. 1948 . p. 16.2~ Smi th, Plnral , 1965.

Los CENSOS E INFORMES ETNICO-RACIALES y SUS USOS POLÍTICOS EN BELlCE 169

otro mestizo español-indígena (spallish­indian mestizo), herencia de las migracionesligadas a la guerra de Castas. A pesar desus esfuerzos por integrar los mestizajes,los censos elaborados en las Indias Occi­dentales no logran aprehender este "otro"mestizaje que remite a los descendi entesde poblaciones indígenas e hispánicas. Esasí que se observa, en el censo de 1970,cierta importancia de la categoría "otrasrazas" (otherraces), que reagrupa a los indi­viduos que no se reconocen en ningunade las categorías existentes, y llega a11.5 % de la pobl ación.

La independencia. Censos de 1981,1991 Y 2000

¿Implicó la ind ependencia que la naciónpr ivilegie la criolli zación en detrimentode las ante riores clasificaciones raciales yétnicas? ¿Existió una voluntad de desmar­carse de la asociación territorio-poblacióntan ap rem iant e en las representacionescoloniales de los diferentes informes, y for­jar así una nueva visión de la sociedadnacional? ¿Cómo lo reflejan los censos?N o tenemos, por cierto, todos los elemen­to s para poder resp onder a estas pre­guntas ge nerales; sin embargo, el análi­sis de los cambios de categorías nos abrepis tas para comp render esta nación enconstrucción.

De manera general, según los propiostérminos utilizados en los documentostécnicos de los censos, se consideran cate­gorías raciales (1946 , 1970, 1981), racia­les y étnicas (1960), raciales, étnicas ynacionales (1991) y étn icas (2000). Másallá de estas calificaciones ge nerales, lascat egorías utilizada s mezclan ge ne ral­mente la referencia a la "raza", la etn ici-

170

dad, la nación , e incluso la religión . Elcenso del año 2000 parece acercarse más alos estándares internac ionales promovidosen particular por las agencias internacio­nales, como lo muestran en parti cular lautilización de la categoría blanco/caucásico(callcasiall/white) o el abandono de la refe­rencia a la raza.

Para el periodo 1946-2000 se obser­van, para algunas categorías, cambios queson más que ajustes . Aun si cam bia elnombre, no parece haber confusión sobrelas fronteras que representa la apelación,por ejemplo para los blancos (1946 , 1970,1981 ,1991 ), calificados como europeo (oblanco) en 1960 y blanco/caucásico en2000 (en 1861 , se utilizaba el términoang losajones); la categoría sirio se trans­forma en sirio-libanés en 1970, antes dedesaparecer en 2000; las categorías chinoe hindú ieast illdiall) (que recuerdan a loscoolíes de 1861) no cambian, menos en1960 para la prim era (chino y japonés) yen 1991 para la segunda tindian en lugarde east indian); la categoría alemá n-ho­landés-menonita (gerIllCII7!dlltch/lllellnonite)aparece en 1991 y se transforma en meno­nita en 2000, abandonando así la referen­CIa europea.

N otaremos sin embargo dos evolucio­nes significativas para nuestro tema, quese inscriben en el paso de categorías elabo­radas en el marco de las Indias Occiden­tales, hacia categorías construidas cada vezmás localmente. Mientras el censo de198 1 dependía todavía parcialm ente delas instituciones de las Indias Occi den­tales, el de 1991 fue el pr imero elaboradolocalment e en su totalidad , provocand oinclu so ciertas rivalidad es ent re dos ins­tituciones de la nueva nación, el Cent ralStatisrical ü ffice y el Mini stry of HomeAffair -quedando finalmente el primero

EU8ABETH C UNIN y O DILE H OFFMANN

a cargo del censo. Estas transformacio­nes cuestionan di rectamente la relaciónentre catego rías de censo e independen­cia nacional.

Se observa primero la aparición de unalógica de etnicización para dos grupos, losgarífunas y los mayas, a part ir de la uti ­lización de categorías de aurodenorni­nación . Los pri meros se identifican conel térm ino colonia l car ibs hasta 1946 ,desaparecen en 1960 y 1970, y luego rea­parecen con el nombre de garífunas en198 1, 1991 y 20 00 . Los segundos soncalificados con los términos ge néricosde ind ios (indiaJ7S) en 1861, indios ameri­canos (alllerieclil indians) en 1946 y ame­rindios (alllerindians) en 1970 (no fueroncontabilizados en 1960 ), y luego se dife­rencian en maya y ket ch i en 1970 , enmopán, kerchi y otros mayas en 1991 , yfinalmente en mopán, kerchi y yucatecosen 2000. Se constata así énfasis en la mul­t iern icid ad t" en la época mi sma de laindependencia de Belice.

La segunda evolución atañe a dos pro­cesosmás prob lemáticos (al menos en tér­minos de análisis), sobre los cuales nosvamos a detener más largamente: el pasode las categorías de africano (1861), ne­gro (1946), africano (negro) (1960) y negro(1970) hacia la de criollo (creole) a part irde 1981 ; Y el paso de las categorías demezclado o de color iutixed o colonred) en1946, otras razas y rodas las demás razasmezcladas (other mees and al! otber tuixedmees) en 1960, mezclado (mixed)en 1970 ,hacia la categoría de mest izo a part ir de1981. Se vuelve así a constatar una fuertevoluntad de transformación en 1981 , quese traduce en la presentación de un país

'; 0 \Xfi lk Y Chap in , f!tllJlic, 1990 , e Izard , "[-[e­rencia", 200/¡.

esencialmente criollo y mestizo, términosque aparecen por una preocupación por darcuenta de la composición étn ico-racial delpaís y de ut ilizar las categorías en uso enBelice. Sin embargo, semejante modifica­ción de las categorías no deja de ser cues­tionable: en efecto, supone una doble equi­valencia ent re, por una parte, los términosb/c/ek, africano, negro y criollo y, por otra,ent re la apelación mixed y la de mesrizo>'

En Belice, el término mestizo se refierea un acontecimiento histórico preciso quedefine a una pobl ación: los descendi ent esde los migrantes llegados de Yucatán en lasegunda mitad del siglo XIX huyendo delas violencias de la guerra de Castas. Setrata , en alguna forma, de un ernónirno, adiferencia de mixed, que define un estadode mezcla, y a diferencia también del sig­nificado común de la palabra mestizo enCentroamérica y México, que remite a losdescendientes de españoles e indígenas.Ahora bien, como hemos visto, se int ro­duce esta categoría en 1981, cuando unaola de migración centroamericana afecta aBelice desde el fin de los años 1970 (mi­grantes políticos y económicos llegadossobre todo de Guatemala, El Salvador yHond uras): el etnó ni rno que designa­ba específicamente a los refugiados de laguerra de Castas del siglo XIX llega a in-

31 Importantes confusiones ocurridas durunre elcenso de 1981 demu estran que esra rransformaci ón nose efectuó sin equívocos: rnie nrr as el cuest ionario de1981 inrroducía las nuevas categorías de "criollo" y"mestizo", algunos an álisis del censo retomaban lasantig uas cnregor ías de "negro" y "mezclado (lIIi xed)"

(l ')8()-1')81 PO!I//!(/fiollCm"'II"', vol. IV, p. 110, Y 1')91PO!I//!(/fioll CellJIIJ, p. 6). De manera sirnulrñnea, sepresentaban los resultados de 1970 con las carego­rfas urilizndas en 1981 (cambiando "neg ro" por "crio­llo" y "mezclado" por "mest izo").

Los CENSOS E INFORMES ÉTNICO-R ACIALES Y SUS USOS POlÍTICOS EN BElICE 171

tegrar al conjunto de la pobl ación quetienen en común el idioma españolo la"cultura lati na".

El contexto político es entonces muycargado: en el momento de la indepen­dencia de Belice, la nueva nación que sepensaba como criolla por su encallamientoen las Indias Occidentales y su especifici­dad en relación con Cent roamérica, acabasiendo finalmente una nación mestiza...De hecho, en el censo de 1991 , la pobla­ción mest iza es más importante que lacriolla.V Las estadís ticas están a la ordendel día y los observadores (medios, intelec­tuales) se preocupan por este giro étnicotethnic sbift) que transto rna la cara de lanueva nación . En este sentido, lejos de serun instrumento de control de la pobla­ció n, los censos sim boliza n por el con­trario el nacimiento de un Estado débil,que no domina todavía a la perfección susherram ientas de poder, frente a la nacióninesperada caracterizada por la introduc­ción de categorías étn icas de autodeno­minación (ga rífunas, diferentes g ruposmayas) y la preponderancia de la pobla­ción mest iza (extremadame nte heterogé­nea) sobre la población criolla.

CONCLUSIÓN

Belice se aparta evidentemente del modelocentroamericano cent rado en una políticadel mest izaje, que se establece a partir delos inicios del sig lo XIX. Sin embargo, su

.'2 De manera simbólica, e! censo de! año 2000presenta sus resu ltad os empezando por los "mesti­zos" (que se volvieron num éricament e m ás impor­tantes), mientras la pr imera columna de los cuadrosera hasta ento nces ded icada a los "negros/africanos"o los "criollos",

172

encallarniento en el Caribe anglófono, másdiri gido hacia una administración étn icade las poblaciones, no debe ocultar las con­siderables variaciones en la gestión de laet nicidad y la defini ción m ism a de lascategorías. Los primeros censos realizadosen el siglo XIX gestionan la cuestión delpaso de la esclavitud a la libert ad y enfo­can sólo a una parte de la población , deorigen europeo y africano, concentrada enla ciudad de Belice. La llegada de los refu­giados yucatecos de la guerra de Castas amediados del siglo XIX conlleva un cam­bio de perspectiva, y el censo de 186 1 dacuenta, con una precisión extrema, de ladiversidad de la población en su conjunto.A su vez, esta lógica es rápidamente aban­donada y, entre 1871 y 1931, los censos yano se interesan por la composición étn ico­racial de la población. Belice es entoncesoficialme nte colonia de Gran Bretaña, yla afirmación de la presencia británica, asícomo el contro l del territorio, parecen pre­valecer por sobre la administración de losdiferentes componentes de la población.Sin em bargo, al mi smo tiempo, en susmúltiples informes sobre Belice los admi­nistrador es britán icos rep roducen unesquema invariable, ignoran do los cam­bios de las estadísticas y di bujando unarepresentación estereoti pada de la trilog íaernicidad-idenridad-rerritorio, Luego deun inicio de sig lo marcado por dramáti­cos acontecimientos (pobreza, motines,huracán) y las primeras movilizacionesanticoloniales, el censo de 1946 y los si­guientes vuelven a tomar en cuenta lascategorías étnico-racia les. Son mu cho mástécnicos y comp letos pero, en una primeraetapa, parece existir un desfase ent re laherramienta y lo políti co. En efecto, loscensos están elaborados en el marco delas Indias Occidenta les, con una explícita

E U8ABETH CUN IN y O DlLE HOFFMANN

voluntad de uniforrnizaci ón en una regiónde dinám icas centrífugas crecienres.P ya veces se adap tan bastante mal a la par­ticular situació n de Belice. En 198 1, conla independe ncia, los censos ti end en aintegrar los LISOS locales y valorizar las cate­gorías de l mes tizaje icreoles y mesti zos),que encarnan la nueva "ident idad nacio­nal". Paralelamente, algunas categorías dela etn icidad pasan de una hererodenorni­nación excluyente a una aurodenomina­ción d iferencialista "norma lizada" en elplan o internacional (de caribs a garífunas,de indio amer icano, am erindio o maya alreconocimiento de los diferentes g ruposmayas, yucatecos, mopán, kerchi).

De esta manera, nuestra hipótesis in i­cial que postul aba una relación entre losaconteci mientos históricos y los procedi­mi entos de censo acaba siendo a la vezconfirmada y cues t ionada. Confirmadaporq ue se logró d emostrar ha sta quépunto las categorías de censo traducenmás cambios de percepció n acerca de lacomposición de la población que modi ­ficaciones de esta última. Es, de hecho, elcontex to histórico y político de una épocadada el que explica la adopción y el usode tal o cual categoría de identificación, nodi rectamente como una "traducción" dela realidad, sino más bien mediante la per­cepc ión y el conoc im iento de lo socialconstruidos en las relaciones de poder.

Pero debemos tam bién reconocer, almismo tiempo, que nuestra hipótesis esbastante frág il pues, a deci r verdad , laresolución de las dudas o de los conflic­tos de interpretación sobre las categorías

.H El fracaso de la creación de la Federaci ón de lasInd ias O cciclenra lcs (\'{tesr Inclies Federurion, 1958­1962) es una ilust ración directa de estas d in ámicas.

que deben utilizarse parece regulada porun prag matismo a prueba de todo. Recor­demos que "los que deciden", admi nis­trad ores, técnicos , son muy poco nume­rosos en Belice. Las preguntas se zanjanen reun iones que son al fin y al cabo muyrestringidas, donde la opinión de una ovarias personas puede fácilme nte impo­nerse. El resultado no siempre es la expre­sión de un debate de fondo, como podr íainte rpretarse a posteriori, sino más bien lade un consenso esta blecido sobre basesargumenta les implícitas. De cierta man e­ra, el sent ido común prevalece por sobre laargumentación técnica o políti ca, lo cualprivilegia la continuidad de visiones bas­tante estereotipadas y consensuadas mien­tras "no estorben". Se puede ento ncespon er en relación el "ma lestar", es decirla necesidad de clarificar las eleccionesestablecidas, de explicitar y just ificar lascategorías, con acontecimientos históri­cos mayores (la indepe ndencia) o fuertestendencias compartidas (el mulriculrura­lisrno), Por su tamaño y su historia atí­pica en Am érica latina, Belice desempeñael papel de un excepcional laborarorio paracomprende r las influencias entrecruzadasde estas diversas determ inaciones.

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